Ferrari suma victorias, domina el segundo semestre y quiere dar pelea en el Campeonato

El GP de Singapur, esa mezcla de glamour con la renovación que tuvo la Fórmula 1 en los últimos tiempos, nos regaló otra carrera vibrante, atractiva, con un Charles Leclerc que atrapó la largada y una serie de modificaciones que le dieron sabor, con un Sebastian Vettel dominante que volvió a sus grandes jornadas. Ferrari se muestra como la fuerza más competitiva en este segundo semestre, tras el receso tradicional de Agosto, y ya se muestra como una fuerza que dará pelea en la lucha por el título, tras este magnífico 1-2 del GP de Singapur, aunque el puntaje para Hamilton aún es amplio.

El monegasco hizo una partida impecable, rápida, se adelantó sin oposiciones y en la primera curva sacó una buena posición. Detrás, Hamilton, también de buena largada.

Vettel se metió tercero, Verstappen detrás y Sainz se vio tocado por Hulkenberg.

A partir de allí, ya en la octava vuelta, empezaban las estrategias de cada escudería para aprovechar al máximo lo que se preveía como una larga carrera y tal vez con una única parada en boxes.

Cuando promediaba la competencia, las detenciones hicieron modificaciones. Hamilton quedó a 5″ y atrás de las Ferrari. Había estirado un tienpo y varias vueltas la detención, pero no dio buenos resultados; Vettel superó a Leclerc y se estableció en la punta de la carrera. Un choque de Russell contra el muro determina la entrada del safety-car y tras un par de giros tranquilos, la salida del auto de seguridad le abre la puerta a un ritmo tensionante entre las Ferrari.

Vettel, Leclerc, Verstappen, Hamilton y Bottas se ordenaron tras la reanudación del GP. Y se esperaba una ardua lucha entre los coches italianos, aunque Leclerc sabía que no podía ir por un desquite, aunque considerara que el undercut fue injusto.

Pocas vueltas para el final y la emoción se vivía en las primeras posiciones. Hamilton iba por más; por lo menos, a la caza de Red Bull.

Pero no hubo tiempo ni auto que pudiera darle más chances a Lewis. El final llegó con ese orden, el dominio de Ferrari, Max Verstappen en el tercer éldaño del podio y una ausencia llamativa de Mercedes en ese lugar de privilegio de la premiación; después de mucho tiempo el equipo alemán se veía afeura de las copas y el champagne de la celebración.

Pero poco le importó a Vettel ese detalle. Era el tiempo de mostrarle al mundo que estaba de regreso y que Ferrari podía contar con él para dar batalla en el Mundial de la máxima categoría del automovilismo deportivo.


Hernán O’Donnell