Argentina hizo valer su juego colectivo y se llevó un triunfo merecido ante Brasil

Una constelación de estrellas, encabezada por Lionel Messi, iluminó la noche de Ryad y se desparramó por todo el planeta fútbol. Los amantes del deporte más popular, esa enorme tribu de seguidores, de fanáticos, de amantes y entendidos, se congregaron una vez más en un estadio y ante las pantallas de televisión y cualquier otra plataforma que le sirva de transmisión, para vivir, vibrar y gozar del Clásico más fuerte que existe entre selccionados del mundo.

Los minutos iniciales fueron de Brasil. Arthur se adueñó de la pelota, y se sumó a los delanteros, como Gabriel Jesús, Firmino y Willian, que volcaron el juego hacia el arco de Andrada. Una mala salida de la defensa argentina generó una situación de peligro; enseguida llegó un penal indiscutido para Brasil por infracción a Firmino, que Gabriel Jesús desperdició al enviar su remate fuera del arco de Andrada. Iban 9′ y el partido seguía 0 a 0.

Pero no había respiro; un arranque de Messi por derecha, entrada profunda, y el toque de Alex Sandro dentro del área. Ahora la Argentina tenía un penal a favor. Ejecutó Messi, atajó Alisson Becker y del rebote Leo marcó el 1 a 0 a los 13′ de juego.

El partido había arrancado a toda orquesta, con un ritmo fuerte, intensidad en el juego y llegadas a los arcos. A partir de la ventaja, Argentina se paró un poco más atrás. Solo para fabricar espacios y sobre poblar su campo cuando Brasil atacaba, así le achicaba terreno y le dificultaba sus intentos de toques y elaboración de juego. Pero cuando Brasil salía desde su arco y buscaba iniciar el juego con toques cortos hacia Militao, Thiago Silva o Casemiro, Argentina apretaba bien arriba.

Así, el partido continuaba con una trama interesante. Cayó un poco el ritmo vertiginoso del inicio, pero era muy rico el esquema que proponía la Argentina.

Brasil tuvo una par de aproximaciones; un desborde de Danilo con remate cruzado incluido, una mala salida que derivó en una intercepción de Willian pero que no pudo aprovechar, y la Argentina respondió al final con un contraataque de Messi, con el sello de “Lio”, ese arranque rápido y dominante que es su sello distintivo, pero cuando sacó el remate, fue controlado por ese excelente arquero que es Alisson Becker.

Y de esa manera se cerró un primer tiempo muy bien jugado, acorde a las dos potencias futbolísticas que se enfrentaban.

Argentina arrancó el segundo tiempo con mucha decisión. Salió a llevarse por delante a Brasil, Messi se ubicó por el medio y condujo ataques donde desbordaba Ocampos por derecha, crecía Tagliafico por izquierda y Lautaro Martínez se asociaba al juego de Lo Celso y de Paul.

Pero Brasil respondía con la velocidad de Willian y el ingresado Philippe Coutinho que provocaba con gambetas y buenos pases. A los 54′ ingresó Fabinho por Arthur y el volante de liverpool enseguida se hizo dueño del balón.

A los 59′ ingresó Acuña por Lo Celso, para oxigenar la banda izquierda. Y pronto apareció Ocampos por derecha para sacar un violento remate que se fue arriba del travesaño.

En el minuto 63 ingresó Renan Lodi por Alex Sandro; Brasil también precisaba de darle oxígeno a su banda izquierda. Argentina se abroqueló entonces un poco más, y liberó a Messi para gestar las jugadas, parado atrás de Lautaro y con Ocampos y Acuña por los costados. A los 65′ Messi remató un tiro libre al arco, desde lejos, pero fuerte y pegado al travesaño, que Alisson sacó al corner para demostrar una vez más que es el mejor aquero del mundo en este momento.

Richarlison por Gabriel Jesús y Rodrygo, la joven promesa del real Madrid por Willian fueron los cambios que propuso Tité a los 70′ del partido. Y Argentina respondió con el ingreso de Nicolás González por Ocampos. A esa altura, el partido era más luchado que jugado.

El equipo de Scaloni ensayó varios remates de afuera: el tiro libre contado de Messi, otro parecido que intentó ponerlo junto al palo izquierdo. un tiro lejano de Leandro Paredes. En todos respondió de modo brillante, Alisson.

Lautaro tuvo una muy clara a los 79′ pero su tiro se fue arriba cuando quedó solo tras un corner que había superado a todos. Scaloni mandó a Guido Rodríguez por Paredes para marcar en el medio sin el compromiso que tenía Leandro, ya amonestado, que podía quedar afuera en cualquier momento. Argentina buscaba asegurar un triunfo por el que había hecho méritos en el segundo tiempo.

Wesley por Casemiro a los 85′. El final quedaba abierto y nadie podía prever como habría de terminar todo. La albiceleste había hecho bastante para cerrar la victoria, y entró Alario por Martínez, para esos últimos minutos, y después Nicolás Domínguez por De Paul, para enfriar un poco más y que corrieran esos minutos finales. Quedaban los 5′ que agregó el juez.

Argentina jugó con el corazón. Cerró filas en defensa, pasó rápido en el contragolpe y preocupó con cada contraataque. Puso el alma de un equipo que crece y se llevó el Superclásico de las Américas para alimentar su sueño de un futuro venturoso.


Hernán O’Donnell