Sevilla busca lleno de esperanzas, pero no encuentra el camino

A los 14′ del primer tiempo salió el pelotazo largo de la defensa visitante, García chocó con Diego Carlos, y Capa apareció por atrás de todos, para meterse en el área y con un tiro cruzado abrir el marcador en el Ramón Sánchez Pizjuán. Athletica de Bilbao sacudía la red de Sevilla y le generaba un problema más a un equipo que no encontraba los caminos. Más, aún, a partir del tanto visitante Sevilla no pudo ordenarse. Se enredó en su ofensiva, buscó con individualidades y no acertó el camino para llegar al arco adversario. Ever Banega probaba de lejos, Lucas Ocampos intentaba con gambetas en velocidad por la punta derecha, Munir insistía en aranque furibundos por el medio. Era un equipo que esperaba empatar con un arresto individual.

Y cuando se juntaba a tocar, la pelota no progresaba más allá de la mitad de la cancha. Tal es así que la primera situación clara, clara fue un corner de Banega que se cerró y pegó en el travesaño, a los 42′ de juego. Antes, era el choque de un conjunto obstinado ante un equipo que sabía lo que quería. Era bien claro lo que querían los vascos: aguantar en su campo y salir rápido de contra.

Así fueron capaces de llevarse el primer tiempo. Pero Sevilla iba a redoblar la apuesta en el complemento. Lopetegui, de presencia constante e indicaciones permanentes, pedía más ritmo, más aceleración, más ambición ofensiva. Y Sevilla respondió. Se lanzó al ataque y a los 60′ consiguió el empate, tras un centro de Lucas Ocampos y el cierre desesperado del defensor de Athletic, Nuñez, que introdujo el balón en su propio arco. 1 a 1 y a seguir en la búsqueda.

Sevilla se lanzaba al ataque, abría espacios y dejaba atrás mucho campo para la explotación visitante. Entonces se armó un partido abierto, interesante, de ida por parte del local y de vuelta vertiginosa en cada contragolpe visitante. Lo tuvo el Sevilla con un remate en el palo de Navas, lo tuvo el equipo vasco en un remate alto desviado. El marcador estaba abierto y el final era impredecible. Julen Lopetegui optó por poner a Franco Vázquez cuando llegábamos a los 80′ de juego, en reemplazo de Munir, a la búsqueda de que frotara la lámpara y el genio pudiera producir algo, un truco de magia para resolver el enigma que Athletic le había planteado. Nada fácil, por cierto.

En esa zona del partido solo quedan dos caminos por tomar: o aferrarse a la convicción, al libreto conocido y “morir con las botas puestas”, o apelar al corazón, a la improvisación, a la “carga barracas”, al milagro, al impredecible “ganar como sea”. Sevilla se quedó a mitad de camino. No mantuvo su juego y se desordenó demasiado. Tuvo una chance a los 86′ con un tiro libre de Banega y el cabezazo de Diego Carlos que se fue muy cerca. Mientras, el Athletic le ponía hielo a los minutos finales. Un centro de Jesús Navas a los 89′ terminó en las manos del arquero visitante. No lastimaba Sevilla ni con el juego ni con los arrebatos del corazón. Terminaba enredado en sus ilusiones, en esa búsqueda llena de esperanzas por alcanzar la cima, pero por ahora no la puede encontrar, tras un empate que le supo a poco.


Hernán O’Donnell