La fe de Simeone llegó a otra final

Planteó el partido de todas las maneras posibles, con mucha versatilidad y cambios y modificaciones que lo llevaron a la victoria final ante un rival duro, complicado, favorito por peso de varias de sus figuras y por contar con el mejor jugador del mundo, Leo Messi, entre sus filas. Para Atlético de Madrid la parada no era fácil, el pronóstico de la “cátedra” daba a Barcelona como amplio favorito y a medida que avanzaba el partido los narradores se entusiasmaban con el andar del equipo catalán, cuestionaban al “Aleti” y no advertían las variantes que estos planteaban ni las falencias de un equipo que se apoya en el talento extraordinario de Messi de modo excesivo.

Es cierto que hubo muchos indicadores para creer que esto iba a ser así. Que Barcelona iba a caminar de modo directo al encuentro con Real Madrid por la Supercopa Española que se juega en Arabia Saudita. El primer tiempo fue dominado por los catalanes, con la conducción fina del argentino y la movilidad del chileno Vidal como acompañante principal. El Aleti se refugiaba y trataba de partir rápido de contra, con Correa por derecha y Joao Féliz más adelantado. El dominio de Barcelona también era territorial, pero el conjunto de Simeone acompañaba con su propia decisión de jugar atrás para generar espacios que le permitieran llegar en forma rápida y directa al arco de Neto, un arquero de buenas características.

Sin embargo, el primer tiempo se cerró con una igualdad en blanco y a los 20″ del complemento Koke concretó el gol del Atlético de Madrid tras una buena maniobra colectiva. 1 a 0 y a jugar el partido más deseado.

Barcelona despertó y a los 52′ llegó al empate tras un derechazo de Messi. Después tuvo otra oportunidad Leo que el VAR no convalidó y Griezmann fue el que revirtió el marcador tras un rebote que dio Oblak por un cabezazo de Luis Suárez. Barcelona había revertido el marcador y asaba a ganar por 1-2 para regocijo de sus seguidores.

Pocos advirtieron que el Cholo, en ese manojo de nervios que siempre parece transmitir en cada partido, tiene frescas las ideas, claros los conceptos y sabe como jugar de acuerdo a las circusntancias. Adentro Llorente para tener más peso ofensivo, adentro Vitolo, línea de tres y Trippier y Saúl a mandarse de modo permanente por los laterales. Se durmió Barcelona en lo que creía un partido resuelto y Aleti se encargó de despertarlo.

Una jugada bárbara por el medio, la llegada de Vitolo y el arquero que sale apurado para cometer el penal que Moratta transformó en 2 a 2 cuando iban 80′ de juego.

El estadio en Yeda ya era una caja de sorpresa por lo que se había transformado el juego. Los de Simeone agrandados, dominantes y ambiciosos, fueron por más. Una mala salida de Piqué fue aprovechada por el Aleti, la llegada de Angel Correa, el toque por arriba del arquero y el 3 a 2 a los 88′. Atlético de Madrid había revertido la historia. A un equipo que descansa demasiado en el talento sobrenatural de Messi, y que a veces pareciera creer que puede ganar con el peso de su camiseta, el Aleti lo había despertado de un cachetazo.

Tuvo una chance más en un contragolpe que no pudo concretar Marcos Llorente por la buena intervención de Neto, y y el final fueron un par de centros desesperados de Barcelona.

Atlético de Madrid ganaba, perdía y ganó. La fe de Diego Pablo Simeone llevó otra vez a sus obedientes gladiadores a una nueva final.


Hernán O’Donnell