El difícil camino a los Juegos de Tokio, Argentina lo llenó de rosas

Fue brillante lo del equipo de Fernando “Bocha” Batista. Brillante el trabajo, el camino recorrido y el título alcanzado de Campeón del Preolímpico Colombia 2020 cuando aún debe jugar una última fecha, el Superclásico de las Américas ante Brasil, nada menos. Pero no depende nada de ese resultado, que será por el honor de nuestros jóvenes. Para la Argentina todo terminó con un final feliz aunque a la película le quedan 90 minutos más de rodaje.

El equipo hizo un recorrido prolijo, eficaz y exitoso. Jugó muy bien por momentos, supo defenderse cuando lo atacaron, manejo conceptos interesantes de ataque y contraataque y contó con varias figuras individuales muy destacadas.

El camino fue sacrificado, vale aclarar, pues nadie le regaló nada a esta selección; de hecho, costó bastante armar el equipo, pues los clubes primero negaron a los jugadores, luego los cedieron ( no todos, Lanús no dejó ir al defensor Lautaro Valenti y Newell’s tampoco al delantero Aníbal Moreno, entre otros) y el equipo se armó con algunas bajas importantes, porque tampoco los clubes del exterior estuvieron dispuestos a ceder a los futbolistas, como Ezequiel Barco de Atlanta United, Matías Vargas de Espanyol, Santiago “Tato” Colombatto de Sint-Truidinse de Bélgica, Lisandro Martínez de Ajax o Nicolás González de Sttutgart. Varios de ellos formaron parte del equipo que ganó la medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

Sin embargo, la Argentina se sobrepuso a las dificultades, que son parte ya de su ser nacional. Esto de no poder armar el equipo, de no contar con los futbolistas, es una constante de nuestro fútbol. Casi como que los entrenadores, cuando asumen algún cargo en la estructura de las Selecciones Nacionales, saben que eso va a suceder. No debería, pero pasa.

Argentina comenzó el torneo ganándole a Colombia, el local, por 2 a 1 y terminó de cerrar la clasificación y el campeonato ganándole a Colombia otra vez por 2 a 1.

En el medio, victorias duras y trabajadas, ante un poderoso Chile por 2 a 0, un trabajado Ecuador por 1 a 0 y finalizó la primera fase con una goleada a Venezuela por 4 a 1. El sendero fue duro, es verdad, pero la Argentina lo llevó de la mejor manera.

“Poder lograr el objetivo de clasificar y además conseguir el título del torneo una fecha antes, es buenísimo”, dijo el DT Batista al finalizar el encuentro con Colombia, en la conferencia de prensa post partido.

“Es buenísimo por el proceso, por el proyecto, por lo que trabajamos, y porque estos 23 jugadores están haciendo un torneo increíble; todavía nos queda una fecha y vamos a pensar en Brasil, pero ya el hecho de haber ganado 6 partidos seguidos me hace estar super agradecido”, continuó el entrenador.

“Este es un plantel que tiene mucha humildad, donde el que no juega, ayuda, el que juega deja el alma, y es todo para el fútbol argentino, para el fútbol juvenil de nuestro país. Insisto en que tenemos muchos y buenos jugadores en todas las categorías, Sub 23, Sub 20, Sub 17…este es el camino, tenemos que continuar de esta manera”, agregó Batista.

El equipo se apoyó en la seguridad de Facundo Cambeses en el arco; Nehuén Pérez, Facundo Medina, Marcelo Herrera en la zaga y el peso de dos volantes tremendos como Fausto Vera y Nicolás Capaldo. Pero el gran potencial lo mostró en el ataque, en la conducción brillante de Alexis Mac Allister, la potencia goleadora de Adolfo Gaich, el talento de Agustín Urzi y Julián Alvarez.

Además de todo lo que sumaron futbolistas como Nahuel Bustos, Matías Zaracho, Tomás Belmonte, Gastón Togni, Nazareno Colombo o Valentín Castellanos.

Argentina transitó un torneo duro y complicado con corrección, buen juego, solidez y convicción. Jugó un fútbol de alto vuelo, fue preciso y contundente, tuvo una buena conducta y supo liquidar a cada uno de los adversarios que se cruzó en su camino.

Era un torneo difícil, con muchos partidos y sólo dos boletos para llegar a Tokio. Se podía fallar aún cuando se jugara bien y se ganaran muchos partidos, porque el sistema del torneo así lo preveía. Argentina antes de Colombia había ganado cinco partidos. Si perdía los dos finales quedaba afuera de la clasificación a los juegos; podría haber sido un castigo durísimo aún cuando se hubiera hecho un gran torneo. De ahí, afirmamos, lo difícil y complejo que fue.

Pero por suerte, se ganó también el sexto partido y se logró todo una fecha antes de terminar el calendario. Era un sendero complejo, pero la Argentina de Batista se encargó de llenarlo de rosas.


Hernán O’Donnell