Getafe venció a Real Sociedad y avanzó en la zona de clasificación a las Copas

Desde hace un tiempo, las ligas europeas tienen dueños que las han monopolizado, que dominan con holgura en sus respectivos países, que tienen equipos hegemónicos y dominantes, y por consiguiente se repiten en la conquista de los títulos. esto hizo que mucha gente las vea como “aburridas”, porque son previsibles en el desenlace. Pero se olvidan que el desarrollo está lleno de matices, y que muchas veces vale la pena advertirlos, valorarlos, disfrutarlos. Si todo se mide por el resultado final hasta el cine sería “aburrido” porque en general prevalecen los finales felices, o sea previsibles, y cuando no los tienen nos enojamos con la película y hasta el director. Todos queremos que triunfe el bien sobre el mal, que el muchachito bueno se quede con la dama, y varios etcéteras más. Entonces, ¿que queremos? un final deseado, casi previsible. Eso sucede mucho en el fútbol de Europa, la previsibilidad. Y nos enoja el final repetido. Lo que no se valora es lo que sucede en el medio, en el desarrollo. Hay muchos equipos con buenas intenciones, producciones valiosas y juego de calidad. Vale la pena verlos. Además, existe un gran incentivo para aquellos que les cuesta escalar hasta la primera posición. Primero, el luchar por ella, y a veces conquistarla, como lo ha hecho el Atlético de Madrid de Diego Simeone que logró imponerse a los gigantes de Madrid y Barcelona. Segundo, buscar un lugar en las competiciones europeas. Un objetivo digno por el que luchan casi diez equipos por liga en cada país de Europa.

En eso están Getafe y la Real Sociedad de San Sebastián. A la búsqueda de la clasificación por un lugar en la Champions o la Europa League del año que viene.

El partido empezó a todo vapor. Con una salida decidida de los dos equipos, con un planteo ofensivo y mucha intensidad. Enseguida se notó como iba a ser el libreto del encuentro. Pases rápidos, dinámica y alguna pierna fuerte para cortar. los dos metían a la búsqueda de su objetivo. El local con la velocidad que le imprimía Cucurella por la banda izquierda, el trabajo de Nyom por derecha y la explosión de Mata en ataque. Un equipo compacto, corto, con dos líneas de cuatro que se movían en bloque e intentaba llegar con peligro.

Real Sociedad con la habitual conducción de Mikel Oyarzabal, aunque con menos participación que en otros partidos, y enredado en la dinámica del local, tuvo el balón, pero le costó ser profundo en el ataque. Se sostenía a partir de su prolijo traslado, pero a la hora de apretar, le costaba entrar al área local. Tenía mayor protagonismo, pero no lo podía plasmar ni agudizar. El fútbol puede ser cruel, porque no mira méritos sino concreciones. Y a veces el dominio parcial no se traduce en capacidad de convertir, entonces se vuelve poco fructífero. Dominar sin lastimar puede ser casi un pecado. Más cuando el rival está dispuesto a buscar y a concretar.

Y entre esas idas y vueltas, apareció una chance para el local que le sacó factura. Penal por un cierre con contacto sobre Mata, y el propio Jaime Mata que convirtió con un buen remate a los 19′ para poner el 1 a 0 para el conjunto local.

El encuentro tomó más ritmo, aunque careció de llegadas claras. Se dividieron la iniciativa y cuando uno buscaba progresar, solo llegaba hasta tres cuartos de cancha. Getafe se manejaba con mayor serenidad, con el marcador a su favor y la desesperación que podía embargar a la visita.

En el complemento el partido se hizo más interesante aún. Porque la visita soltó amarras; buscó con su conductor, el talentoso Oyarzábal, pero también con los laterales y con Januzaj y Nacho Monreal. Getafe proponía el mismo esquema, con las líneas cortas y bien aplicadas. En una jugada elaborada por el capitán visitante, llegó el empate. Fue a los 54′, cuando Oyarzábal habilitó a Januzaj por izquierda y este convirtió entre las piernas del arquero local, Soria, cuando salía a achicar. 1 a 1 y el partido que aumentaba su nivel. El visitante tuvo otra posibilidad a los 59′ cuando Nacho Monreal lanzó un preciso centro y el cabezazo de Isak se fue afuera; después fue Nemanja Maksimovic el que tuvo la chance para el local.

Después, la catarata de variantes. A los 66′ Portu por Isak en la visita; a los 68′, J. Molina entró por H. Duro y O. Etebo reemplazó a A. Nyom en Getafe.

Etebo tuvo un buen disparo a los 78′ y luego vinieron más cambios: M. Zubimendi por J.P. Dozagarat y W. Jose por A. Januzaj a los 78′ en la visita. A los 81, 81′ Jason por M. Cucurella en el local que iba a encontrar oro en un lateral que Molina hizo rápido para el pase al área que le señaló Jaime Mata, quien entró y cuando salía el arquero visitante lo derrotó con un tiro entre las piernas, para poner el 2 a 1 a los 82′ para Getafe.

El partido se definió con una avivada, que muchos asociaron a la de Simeone y Batistuta en la final de la Copa América Ecuador 1993.

Entonces el local se abrazó a la victoria. Se agrupó y se entregó a la lucha, a conservar el marcador y a aportar algún contragolpe para asustar al adversario, como fue el disparo de Molina a los 90+3′ que bien pudo aumentar las cifras.

Real Sociedad se quedó con el sabor amargo de la derrota, y el disgusto de haber perdido por lo menos una unidad. Getafe celebró la victoria y en esa lucha de tantos equipos por llegar a las Copas de Europa, dio un importante paso adelante.


Hernán O’Donnell