Los nervios fueron más fuertes y no hubo milagro para Lecce

Habíamos visto a Lecce en la goleada que sufrió ante Milam, que se concretó al final del partido y más por el peso de las individualidades “Rossoneras”que al propio encuentro, cuyo primer tiempo había sido parejo. También lo vimos ante Udinese, cuando logró revertir un resultado desfavorable y pudo vencer a la difícl escuadra de rodrigo De Paul. Y ese triunfo le había dado una luza de esperanza, pues se jugaba una carta contra Parma. Era vencerlo y esperar un resbalón de Genoa. No pudo ser.

Muy pronto llegaron las malas. Porque mientras llegaba la noticia del gol de Genoa que sepultaba las ilusiones de la salvación, el defensor Lucioni convertía un gol en contra de su valla y Lecce empezaba a caer 0-1 a los 11′ de juego.

Parma era superior y tuvo enseguida otra oportunidad, pero el remate del delantero se fue al lado del palo derecho del arquero Gabriel. A los 24′ Caprari aumentó el marcador. Tras una buena contra elaborada desde la derecha, recibió por el medio y tiró de emboquillada para marcar el 0-2 y la deseperación del local.

Lecce sintió el golpe. Caía en un partido que debía ganar y además, el genoa hacía lo suyo en su encuentro con lo cual todo se hacñia cuesta arriba.

Sobre el final del primer tiempo, una pelota que peleó Mancosu, la consiguió, largó el centro y de cabeza Antonin Barak consiguió descontar y abrió la esperanza para el local a los 40′, para poner el 1-2. Y a los 45′, cuando ya se cerraba el primer período, Lecce pegó otro grito de esperanza. Centro de Sapponara por un tiro de esquina desde la izquierda del ataque local y el cabezazo de Meccariello marcó el 2 a 2 de las ilusiones. En cinco minutos Lecce volvía a vivir y sentía que el mundo le daba una posibilidad.

El comienzo del segundo tiempo invitaba a la esperanza, pero en otra contra rápida, Parma volvió a apretar al local y enviarlo un poco más abajo. Caprari se fue por izquierda, cedió atrás y el centro perfecto le llegó a Cornelius para marcar solo el 2-3 a los 52′. Un golpe directo al crozaón de Lecce.

Fabio Liverani decidiò tres cambios para remontar la jornada; a los 60′ entraron E. Shakhov en lugar de F. Falco, J. Petriccione lo hizo por P. Tachtsidis y Z. Majer ingresó por M. Mancosu.

Debía jugarselá el todo por el todo, aunque el equipo se veía golpeado en lo anímico. Y sufrió un nuevo golpe letal, en una jugada muy parecida al del gol anterior, porque llegó el pelotazo desde la izquierda hacia el corazón del área, en este caso para el ingreso libre de Roberto Inglese, que, a los 66′, marcó el 2-4 para la visita.

Salió Lecce y muy rápido pudo volver a descontar y acercarse en el marcador. Llegó el centro de la derecha, el cabezazo de Falco, el balón que dio en el poste derecho de Luigi Sepe y el rebote le quedó a Lapadula, quien, de palomita, marcó el 3-4 a los 68′ del partido.

Quedaba tiempo, pero a Lecce se le escurrió como agua entre los dedos. No pudo arrimarse, tal vez porque las noticias que llegaban de Génova eran desalentadoras. Pero el equipo no dejó de luchar, de buscar, más por inercia que por convicción, porque los minutos pasaban y el fantasma se acercaba de modo inexorable, hasta que llegó el final y el descenso quedó decretado.

Una pena para Lecce que tuvo una esperanza hasta la última fecha, pero que ahora deberá secarse las lágrimas, asumir la frustración y prepararse para el regreso.


Hernán O’Donnell