Delfín logró un amplio triunfo y Defensa deberá definir en la última fecha

El tempranero gol de Corozo fue un verdadero balde de agua fría para Defensa y Justicia; porque hasta ese momento el equipo que conduce Hernán Jorge Crespo lucía mejor, más metido en el partido, más dominante y con una clara actitud ofensiva. Pero llegó el saque largo del arquero local Banguera, el balón que atravesó la noche, la caída de Juan Rodríguez en la lucha con Janner Corozo, y el delantero que se fue sólo al área mientras aguantaba el cierre de Breitenbruch, y sacó un remate fuerte y preciso para vencer el vuelo de Unsaín y marcar el 1 a 0 a los 11′ de juego.

Entonces Defensa y Justicia se adelantó aún más en el campo. Puso a Unsaín a jugar como líbero, a tratar de meter al local en su territorio, pero esta era una táctica de doble filo porque mientras más empujaba, más espacios se abrían en su campo para la explotación de los veloces delanteros de Delfín.

El equipo argentino mantuvo el control a través del buen manejo de la pelota, las triangulaciones y la aparición por sorpresa de los receptores en los espacios vacíos. Así generó varias chances, aunque la más clara fue un tiro de esquina desde la derecha que pasó por toda el área y casi se mete, a los 41′, mientras que Delfín tuvo una oportunidad muy nítida a los 45+1′ cuando José Adolfo “El trencito” Valencia gambeteó a dos jugadores en mitad de cancha y se fue solo y rápido hasta el arco visitante, pero su remate fue desviado por Unsaín, en una gran tapada. Así concluyó un primer tiempo más que interesante.

En el segundo tiempo el local se adaptó al resultado a favor y planteó un partido de contragolpe. Villava entró por Corozo, en tanto en Defensa Crespo decidió tres modificaciones: N. Tripicchio ingresó en lugar de Juan Rodriguez, E. Coacci entró por E.M. Duarte que lució con una molestia casi desde el inicio y M. Merentiel reemplazó a N. Acevedo.

El conjunto de Florencio Varela siguió con la misma idea; atacar, empujar hacia el arco de Banguera, con un arquero bien adelantado y con la intención de abrir el juego bien a lo ancho. Llegó hasta el área, pero le faltó la puntada final. Y Delfín empezó a lastimar de contragolpe. A los 60′ un remate de Villava con mucho peligro fue desviado por Unsaín. Luego, a los 67′ Leguizamón reemplazó a Ciro Rius. Y poco más tarde llegó el golpe de gracia para el equipo argentino.

Tiro libre del “Trencito” Valencia a los 71′, bien ejecutado, por abajo para burlar el salto de la barrera y dos o tres piques cómplices que complicaron a Unsaín para que el balón entre junto al palo derecho del arquero. 2 a 0 y un golpe que desmoronó a la visita.

Para colmo, a los 74′ una contragolpe encabezado por Valencia derivó en un pase a Garcés quien remató y marcó el 3-0.

El partido se desdibujó; Garcés tuvo una chance más con un remate que tapó el arquero visitante a los 76, pero ya Defensa sentía injusto el resultado y aparecieron algunos nervios, en tanto Delfín trató de congelar el juego. Entonces surgieron los viejos roces de la Libertadores, alguna pierna fuerte, exageraciones, demoras, discusiones y la expulsión de Breitenbruch a los 90′ por una infracción fuerte.

El triunfo de Delfín fue, tal vez, exagerado en el marcador, pero inobjetable en las maneras de conseguirlo. Defensa perdió una linda chance, aunque nada está definido, aún conserva el segundo lugar en la tabla y todo se resolverá en la última jornada.

Hernán O’Donnell