Bayern abrió la fecha con un paso adelante en un viernes complicado y triunfal

En los papeles había una diferencia clara y un marcado favoritismo. Bayern Münich, el puntero de la Bundesliga, el equipo más poderoso, el del plantel más caro y más rico de la liga recibía al Paderborn, la cenicienta, el recién ascendido. Había una distancia en la previa que en el fútbol nunca es una certeza: siempre una presunción. Y debe confirmarse, o no, en el campo de juego.

Bayern salió con el estilo de siempre. Presión alta, achique de espacios y búsqueda ofensiva con Robert Lewandowski como referente de área. Aún con riesgos en su retaguardia, ofrecía mucho campo para las contras del Paderborn, pero no le inquietaba demasiado. La intención de marcar en el arco adversario superaba cualquier temor de sufrir algún contragolpe.

Entre Thaigo Alcántara y Philippe Coutinho se armaron las jugadas más profundas, con Tolisso como acompañante fundamental; Bayern estiraba el juego por las bandas y en los primeros veinte minutos mostró sus credenciales. Dominio y búsqueda con el aprovechamiento de las bandas, con las subidas permanentes de Odriozola y la presencia de Gnabry en las cercanías del área. El visitante aguardaba agazapado y amenazaba con Mamba, un delantero veloz y peligroso.

A los 25′ llegó la primera cosecha de la siembra local. Una jugada por el medio, la habilitación de Tolisso y la aparición de Serge Gnabry para infiltrarse en el punto del penal, sortear a dos rivales y rematar cruzado a la izquierda de Zingerle para marcar el 1 a 0. Lógico y previsible.

Enseguida llegó una buena jugada por izquierda, el desborde hábil de Coutinho, amague y centro perfecto para la cabeza de Lewandowski que el arquero visitante pudo controlar cuando se jugaban 27′ del partido. Era más el local y lo reflejaba en cada movimiento.

Salió lesionado Holtmann en el visitante y el jóven de 20 años Dennis Jastrzembski  lo reemplazó, aunque se ubicó como hombre de ataque por izquierda y al lateral al fondo fue Christopher Antwi-Adjei.

Le costaba a Paderborn llegar. No podía progresar porque Kimmich y Alaba se mostraban firmes en el corte y en verdad el equipo está más cómodo cuando juega al pelotazo a Mamba que cuando debe progresar en conjunto. Bayern Münich se sentía seguro y dominante; sabía que las subidas de Davies y sobre todo Odriozola le abrían el panorama y después resolvería el talento de Coutinho o la potencia goleadora de Gnabry o Lewandowski.

Una corrida veloz de Mamba a los 36′ inquietó a la defensa local. Estaba a la vista que el visitante era más dañino de contragolpe que si buscaba un ataque coordinado.

Mientras, Bayern comenzó a confundir el camino de la definición. cada futbolista intentó resolver más por lo individual que por el juego asociado. Así, Lewandowski intentó hacer su gol y chocaba con varios defensores en el área, Coutinho se empecinaba en una maniobra de más y Gnabry no era asistido. El dominio no se traducía en profundidad. Y Paderborn encontró su oportunidad y no perdonó.

Mamba aguantó una pelota de contra frente a la marca de tres rivales, la llevó a un costado y fabricó un lateral. de esa salida, se ubicó a un costado, adelantado y generó la distracción de los defensores que pensaron en él y se olvidaron de Srbeny quien picó al vacío sobre la derecha, gambeteó la salida apresurada de Neuer y se fue al arco decidido para rematar ante el cierre desesperado de tres hombres locales. 1 a 1 a los 43′ y Paderborn celebraba un empate impensado sobre el cierre del primer tiempo.

Salió con todo Bayern y tuvo un tiro que de rebote pegó en el travesaño, pero no pudo quebrar el arco rival y se fue al descanso con el empate.

Bayern tuvo su primera oportunidad en el complemento a los 52′, cuando un tremendo cabezazo de Lewandowski fue detenido por Zingerle con alguna zozobra y algún susto. El arquero visitante agrandaba su figura en un duelo donde el polaco apelaba más a la potencia que a la sutileza.

Se fue lesionado Mamba y Padreborn perdía a una de sus mejores figuras, pero fue entonces cuando Srbeny asumió el rol de centro atacante movedizo, incisivo y peligroso.

A la hora de juego, el local movió el banco: Coman por Odriozola y Thomas Müller por Coutinho. Iban 62′ y a esa altura ya no alcanzaba la jerarquía individual. Había que apostar por la presión, el juego y la intensidad ofensiva. Paderborn amenazaba en cada contra y el reloj corría en forma preocupante. Bayern debía despertar.

El equipo se enredaba y chocaba con una defensa apretada. Acumulaba gente en posición ofensiva y martillaba para desnivelar, más por prepotencia que por inteligencia. Coman tuvo un buen remate que el arquero visitante sacó al corner a los 66′, en otra oportunidad que no pudo aprovechar.

El desequilibrio llegó a los 69′. Un desborde largo de Serge Gnabry, la inteligencia del delantero de la selección alemana para llegar al fondo, y largar el centro atrás para la entrada limpia de Robert Lewandowski quien, con serenidad, sacó un remate cruzado que se convirtió en el 2 a 1 para el local. Bayern parecía encontrar la tranquilidad necesaria para afirmarse en el campo y dominar el juego.

Pero las sorpresas no se detendrían en la noche del viernes. Un desborde por izquierda, la entrada libre de Michel y Paderborn volvía a empatar. 2 a 2 a los 74′. Bayern no había logrado la serenidad necesaria para manejar el encuentro en ninguna de las dos posibilidades en las que estuvo en ventaja en el marcador.

Bayern contó con una linda oportunidad que fabricó Lewandowski a los 79′. Dentro del área y sin compañeros libres, optó por una picada de emboquillada que se fue cerca del travesaño de Zingerle. Linda por lo clara y por la belleza de la ejecución. Pero no pudo ser concretada y quedaban diez minutos para lograr los tres puntos.

La fórmula se mantuvo: mucha gente en ataque, desborde por afuera y la entrada masiva al área. Y encontró el desnivel de esa manera. (7′ de juego, la arremetida por izquierda y el centro a la entrada de más hombres de ataque que defensores visitantes. Entre los delanteros, Lewandowski. Certero e inteligente para ubicarse y conectar el balón para marcar el 3 a 2, cuando el juego ya entraba en el epílogo.

Un grito de alegría recorrió el Allianz Arena. En la agonía del juego, el local salvó la victoria con una actuación basada en la fuerza, en la prepotencia de su juego, en el peso de los nombres y en la insistencia de buscar el arco adversario con tozudez.

El viernes era complicado, Paderborn le jugó un partido digno y a la altura de las circunstancias. Pero el peso de la camiseta pudo confirmar los supuestos que en el fútbol se intuyen y luego en el campo se tratan de comprobar.


Hernán O’Donnell

RB Leipzig amplía su sorpresa de Alemania a Europa

Es la gran revelación de Alemania. Le da pelea palmo a palmo al gran Bayern Münich, el eterno favorito de la Bundesliga. Y ahora también quiere sacudir a Europa. En el torneo de las grandes potencias de fútbol del mundo. Ahí quiere discutir RB Leipzig, el equipo sensación de Julian Nagelsmann.

Al minuto de juego avisó Leipzig con un tiro en el palo de Schick; enseguida apareció Angeliño y a los 2′ fue Lloris quien tapó un remate dentro delárea chica. Había pasado un suspiro del inicio y el visitante ya había tenido dos oportunidades bastante claras; después fue Tottenham quien llegó a través de Bergwijn y Gulacsi tuvo una buena reacción. En 10′ habíamos visto ya llegadas, maniobras elaboradas, ataques voraces, reacciones eficaces de los arqueros y una amonestación para Lo Celso. Un inicio inmejorable.

El dominio de Leipzig se marcaba en su habitual trabajo de dominio de balón, movimientos laterales y llegadas por las bandas. A los 16′ Schick conectó un cabezazo de un corner que se fue muy cerca del palo izquierdo de Lloris. Otro aviso alemán.

El partido tenía un libreto definido. Un equipo tenía la pelota, dominaba y buscaba. Era Leipzig. El otro, Tottenham, se agrupaba, achicaba espacios y buscaba primero contener y después intentar salir rápido de contragolpe. A los 35′ una excelente maniobra visitante derivó en otra situación clara. Laimer se apoyó en Schick, este devolvió al volante quien abrió a la izquierda para la entrada solitaria de Timo Werner pero el balón le quedó un poco atrás y cuando efectuó el remate Lloris sacó muy bien al corner.

Las triangulaciones por izquierda eran una de las armas más importantes de RB Leipzig. Se unían Angeliño, Sabitzer y Werner, y abrían con facilidad ese frente de ataque. Así sumó muchas llegadas y plasmó su dominio el visitante; lo mismo hacía por la otra banda con Klostermann, Laimer y Nkunku. Para Tottenham obtener el balón era complicado y cuando podía cortar, buscaba la velocidad de Lucas Moura. Extrañaba horrores a Harry Kane y a Son, no lograba armar juego, pero no se entregaba y corría todo lo necesario para tapar los baches que Leipzig le creaba.

Era más el visitante pero no lo podía reflejar en el marcador y el primer tiempo se cerró con el 0 a 0.

Tottenham cambió la cara con el inicio del complemento. A los 47′ llegó por derecha, remató Alli y la pelota pasó cerca. Era una señal de cambio del conjunto de José Mourinho.

Pero no variaba sus intenciones la visita. El equipo de Nagelsmann mantenía su postura y su ambición, siempre en la suma de gente para llegar con las mejores posibilidades hasta el arco rival. Y llegó el penal que cometió Davies sobre Laimer que Werner transformó en gol a los 57′. 0-1 y había justicia en Londres.

Mourinho intentó generar más fútbol y decidió el ingreso de Lamela, para que se pueda encontrar con Lo Celso y buscar maniobras de ataque. Pero enfrente había un equipo que no se conformaba con la ventaja parcial y a los 61′ se perdió el segundo tanto tras una gran jugada colectiva y el remate de Schick que tapó el arquero local.

Tottenham revivió con la confianza que le inspiró Giovanni Lo Celso con un terrible tiro libre a los 72′ que Gulacsi sacó con la punta de los dedos y el poste derecho lo ayudó para terminar de sacar la pelota al corner. Se levantaron las tribunas y creció la fe del equipo inglés. Si hasta allí teníamos un partidazo, los quince minutos finales prometían ser para alquilar balcones.

Ya el partido era otra cosa. Más de ida y vuelta, más abierto, hasta podría decirse más equilibrado y parejo. Habían pasado más de setenta minutos de predominio de RB Leipzig, pero ya la parte final se partió el juego y el local buscaba con atrevimiento y audacia, sin temor a asumir riesgos. Y el suspenso ganó la escena.

Leipzig tomó recaudos y realizó variantes necesarias por el enorme desgaste físico. Salieron dos piezas clave como Laimer y Schick, además de Nkunku, para los ingresos de Poulsen, Haidara y Forsberg.

A los 85′ un remate de Lamela se fue muy cerca y la intriga se mantenía en Londres. Los minutos finales se consumían entre ataques compartidos y nadie podía arriesgar como resultaría el capítulo final del encuentro.

Un centro preciso a la cabeza de Lucas Moura pasó muy cerca del travesaño. Iban 86′ de juego y las emociones no se detenían.

Cinco minutos de prórroga y el Tottenham que ya mostraba otra cara. La que insinuó al comienzo del segundo tiempo y la que confirmó en los veinte finales de juego. un equipo que buscaba y asumía riesgos. Que crecía con el talento de Lamela y Lo Celso, con la velocidad de Lucas Moura.

Pero ya era tarde. La aplanadora alemana había pasado por Londres y durante más de una hora sometió al local, lo dominó, lo venció y se va con una buena sensación que tendrá que confirmar cuando se juegue el desquite en su hogar.


Hernán O’Donnell

Atlético de Madrid recibió al Campeón con un aluvión de energía y fútbol

Europa vuelve a abrir la fiesta anual más grande del fútbol. Levanta el telón de la segunda parte de la edición 2019/2020 de la Champions League, la competición de clubes más atractiva del planeta, el torneo de fútbol de entidades de mayor prestigio y jerarquía. Europa le abre sus brazos al mundo y comienza el año con la segunda parte de la competición, la etapa de partidos de octavos de final, a matar o morir, desde el punto de vista deportivo, claro está.

Febrero y Marzo serán los meses que cobijarán esta fase; aquí empezará a tomar color el certamen y se perfilarán los candidatos, los animadores, los favoritos. Serán estos los dos meses que la semana llenará de fútbol los televisores de cada rincón del planeta donde el fútbol es el aire que se respira. Entre este martes 18 de Febrero y el miércoles 18 de Marzo se jugarán todos los partidos de esta fase. Alrededor de 30 días para gozar de un momento único de la Champions League.

A los 3′ estalló Madrid. Corner desde la derecha, la pelota que cae en el área chica y la entrada oportuna de Saúl para marcar el 1 a 0. Ritmo, pasión y locura, la propuesta siempre llena de energía del equipo de Diego Simeone. Y una escapada de Angelito Correa a los 5′, que no pudo conectar Moratta. Aleti explotaba por los costados, presionaba e intentaba sacudir a Liverpool. Y el partido tomó temperatura muy rápido.

De a poco, Liverpool se metió en el partido. Buscó asegurar la pelota, trabajarla, con Wijnaldum movedizo y dispuesto, la rotación de los tres hombres de ataque y la presión de Henderson y Fabinho, el conjunto inglés avanzó en el terreno. Y empezó a empujar al arco de Oblak.

A los 25′ volvió a avisar el local; una jugada rápida, el desborde de Moratta, enganche en el área chica y un remate fortísimo que tapó con maestría Alisson Becker. Pudo convertir Salah en la jugada siguiente, pero estaba invalidada por off side de Firmino. El partido no daba ni pedía tregua.

El conjunto de Klopp se hizo de la pelota. Se adueñó. Un poco por obligación y otro poco porque el Aleti decidió cederselá. Y en el monopolio del balón, le costó encontrar el hueco, perforar a una defensa que se hizo fuerte y rocosa a partir del trabajo de Felipe, Savic, Vrsaljko y las oportunas intervenciones de Oblak. Mientras, la mitad de la cancha luchaba con la bandera de Thomas Partey, Saúl, Koke y Lemar mientras Correa y Moratta se alistaban para cada contragolpe. Con ese espíritu de lucha y la habitual identificación de sus jugadores con el sacrificio y el juego colectivo, Atlético de Madrid aguantó bien el primer tiempo y casi no le permitió al Liverpool contar con situaciones de gol. El visitante era el dueño del balón, pero no lograba lastimar al rival.

Marcos Llorente por Thomas Lemar fue el cambio que propuso Simeone al inicio del segundo tiempo. Jurgen Klopp también decidió una variante al comenzar el complemento: Origi por Mané. Y a jugar.

A los 52′ un centro bárbaro de Gómez fue bien conectado por Salah, y su cabezazo se fue muy cerca del palo derecho del arco local. Era la primera clara de Liverpool y un aviso de lo que podía suceder si el Aleti se distraía o bajaba un poco la guardia.

Vitolo por Moratta propuso el “Cholo”. Más lucha en la mitad de la cancha, más piernas para cortar. Enseguida sorprendió Klopp: Chamberlain por Salah. Le costaba a Liverpool; de un centro, Henderson sacó un tiro abierto que se fue muy cerca del poste derecho de Oblak. Iban 72′ y el problema de Liverpool era la falta de espacios. No era suficiente con las trepadas de los laterales, porque el campo no se abría. Atlético tapaba sus subidas y acumulaba gente por el medio. Entonces, los caminos del visitante se cerraban mucho antes de llegar al área local.

Cuando llegamos a los 76′, último cambio en Aleti: Diego Costa por Angel Correa. Un poco para tener la pelota, para aguantarla, para forzar infracciones…Milner por Henderson fue la última variante del Liverpool a los 79′.

Aleti llegaba entero a los 10′ finales, ese tramo decisivo donde afloran el cansancio, los temores, los nervios y la presión del reloj. Había hecho un esfuerzo supremo para sostener el resultado y procuraba cerrar el juego con su clásico despliegue en el orden defensivo. Liverpool movía el balón de lado a lado, pero no podía perforar la defensa local.

Liverpool no resignó su idea hasta el final; aunque la mano vino torcida y no tuvo tampoco suerte para convertir lo poco que tuvo, el equipo inglés se mantuvo en su línea de juego. Y el Aleti hizo su trabajo habitual de sacrificio, esfuerzo y máxima concentración. Desde el primero hasta el último segundo de juego. Y se llevó una valiosa victoria para soñar en el torneo e ilusionarse con dar el gran golpe en el desquite en Inglaterra.


Hernán O’Donnell

Casper Ruud es el nuevo nombre para celebrar los 20 años de Tenis en Buenos Aires

Un nombre nuevo, lleno de futuro, con un tenis atractivo, variado, sólido. Y con una semana impecable, jalonada de buenos triunfos hasta llegar a la victoria final en una tarde contundente. Casper Ruud gritó su primer título ATP en el Argentina Open que se juega, con distintos nombres y patrocinios, desde 2001, hace ya 20 años en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, la catedral de este deporte en nuestra ciudad.

El noruego hizo un camino prolijo y sensato. Se llevó cada partido que le tocó jugar y tras vencer al local Juan Ignacio Lóndero en semifinales, se presentó con todas las luces ante un disminuido Pedro Sousa, quien había llegado con cierta fortuna a la final por haber ingresado como “perdedor afortunado” tras la deserción del chileno Cristian Garín, ganador del Córdoba Open, y también se vio favorecido por la lesión de Diego Schwartzman, quien no pudo jugar la semifinal.

Pero estos antecedentes poco le importaron a Ruud, quien salió con determinación a jugar su partido y alcanzó la primera manga con un juego compacto, fuerte, basado en un buen saque, el aprovechamiento de su servicio, y forzar a su rival a moverse cuando le costaba hacerlo.

Casper hizo valer su derecha y no resignó casi puntos, hasta llegar a un 6-1 que presagiaba un final temprano del último partido del torneo.

En el comienzo del segundo set, Ruud quebró el saque de su rival, se adelantó con su servicio 2 a 0 y la situación permitía avizorar un cierre rápido del encuentro.

Sin embargo, Sousa reaccionó. Empujado por el público, el portugués sintió que debía hacer un esfuerzo, que el dolor en el sóleo, molesto y traicionero, debía olvidarse por un momento y tratar de ofrecer lo máximo. “No creo que vuelva a jugar una final, tardé 30 años en llegar a la primera, así que no creo juegue otra a los 60…”, bromeó en la conferencia de prensa posterior al juego. Y se soltó. Empezó a arriesgar, a soltar el brazo, a pegarle fuerte a la bocha. Y ganó su saque para achicar a 2-1.

Y mantuvo su servicio en los games siguientes para llegar a un decoroso 5-4 abajo, con el saque de Ruud.

Fue el final. Si bien Pedro Sousa tuvo varios puntos y el apoyo de la gente para pelear, el final se avecinaba.

Ruud no se desesperó. Aún con el 15-30 en contra sabía que todo dependía de él. Y sumó los puntos necesarios para llevarse el juego y cerrar el partido con un claro 6-1 y 6-4.

La tarde caliente y calurosa de Buenos Aires llegaba a su fin. Los 20 años del Torneo, la presencia cálida de Gabriela Sabatini, intocable para el público, las palabras de Martín Jaite, alma mater del certamen, la premiación…

La emoción de los años vividos, la alegría de compartir días y noches de tenis con viejos y nuevos amigos, las tardes de calor matizadas con bromas y chimentos, las ofertas de los stands, el desfile de los que quieren hacerse ver más que mirar…

Otro año ha pasado, otra edición se ha cerrado. Y como el mundo no para de girar, para celebrar los 20 años del Torneo de Buenos Aires, la sangre nueva de Casper Ruud simboliza el futuro que no para de venir.


Hernán O’Donnell

El maul fue el arma de Jaguares para revertir un partido complicado

Jaguares sentía que tenía que ganar; que la gira por Sudáfrica exigía una victoria, para tener un margen importante, para tomar confianza, para emprender una serie de visitante con dos victorias en casa. Sabía el entrenador que esta oportunidad había que exprimirla al máximo, y al margen de todo, el resultado era fundamental. Y se logró, en un partido duro y complicado, pero que encontró en la inteligencia de los jugadores el camino para doblegar a un adversario muy duro que en el primer tiempo le marcó cuatro tries y parecía que le haría muy difícil la noche calurosa de Liniers.

Reds apretó en el inicio y llegó al try por intermedio de Tate Mc Dermott cuando iban 10′ de juego; lo convirtió el fullback Jock Campbell y se adelantó el visitante por 0-7. Después llegó un segundo try de Reds, en una buena jugada de los tres cuartos en los que el local falló varios tackles. Liam Wright apoyó, Campbell convirtió y Reds se adelantó por 0-14. Un sombra recorría las plateas, mezcla de inquietud e incredulidad.

No tenía juego el local, pero más le costaba cerrar el bloque en defensa.

Pero en una jugada, los forwrds advirtieron cual podía ser la llave del partido. La unión hace la fuerza y un maul bien llevado a los 23′ le permitió a Julián Montoya marcar el primer try de Jaguares y la conversión de Domingo Miotti achicó a 7-14 el marcador.

Duró poco. Una combinación por derecha, un tremendo arranque de Chris Feauai-Sautia le permitió apoyar en la bandera y Reds amplió la distancia a 7-19 a los 28′. La velocidad del wing había sido decisiva, igual que su inteligencia para sobrar en otra maniobra hacia la derecha y marcar otro try que amplió la distancia a 7-24. La franquicia argentina había recibido 4 tries en poco más de media hora de juego.

Jaguares estaba golpeado pero entero. Sabía que el camino se había hecho cuesta arriba, pero contaba con tiempo y, si mantenía la paciencia, podía remontar la cuesta.

Sobre el cierre del primer tiempo empujó contra el in goal visitante, no pudo quebrar, y Miotti optó por una patada a la esquina para que pese el juego aéreo de Emiliano Boffelli; y en la disputa de la pelota en el in goal, el wing argentino logró apoyar y la primera parte se cerró con un 12-24.

Jaguares estaba abajo en el marcador pero sabía cual era la receta para doblegar a la visita. Patada al fondo, búsqueda del line, formación del maul y empuje sostenido y coordinado para romper la defensa de Reds.

A los 43′ llegó así otro try de Julián Montoya y el marcador quedó 19-24 tras la conversión del medio-apertura Miotti. El tucumano metió un penal a los 47′ y acercó el score a 22-24. Ya estaban en partido.

Un penal del full back Campbell a los 52′ alargó a 22-27 el score para los visitantes. Y ahí el partido se hizo todo de Jaguares. El ingreso de Cubelli le aportó imaginación, creció la figura de Moroni, la tercera línea pesó en el juego y la búsqueda de otro line y maul posterior le permitió a Montoya marcar un nuevo try convertido por Miotti. Iban 62′ y por primera vez en el partido, los locales pasaban al frente en el marcador: 29-27.

Llegó un golpe de knock out: la arremetida imparable de los forwards tras otra obtención del line a los 68′ y Socino, que entró muy bien en el partido, marcó un nuevo try convertido por Miotti. Ahora la diferencia para el local era de 36-27. Ya no había fuerzas en reds para intentar la hazaña. Jaguares se imponía por la fuerza de los forwards, bien entendida por el equipo para doblegar al adversario.

Un buena jugada de Cubelli en combinación con Boffelli le permitió al medio-scrum llegar al try a los 71′. Convirtió Tomás Albornoz, que había reemplazado a Miotti, y Jaguares se puso al frente por 43 a 27. Sería el marcador final.

Había que ganar y se ganó. Un primer tiempo complejo, con algunas distracciones e imprecisiones en el juego, sumado a algunos desajustes defensivos, dejó una imagen inquietante del local. No había sido una buena primera parte y se pagó con cuatro tries en contra.

El complemento fue distinto. Se advirtió el camino, se mejoró en la defensa, se aceleró en ataque y la imagen de la unión de los forwards que empujaban una y otra vez al pack adversario hacia su propio in goal dejó rebosantes a los hinchas de Jaguares que fueron hasta Liniers para acompañar a su equipo una calurosa tarde de Febrero y se llevaron una victoria elaborada con inteligencia y corazón.


Hernán O’Donnell

Buenos Aires celebra 20 años a puro tenis

Es una edición más que especial la de este Argentina Open 2020. Porque se celebran 20 años consecutivos del mejor tenis en nuestro país y en nuestra ciudad. Desde aquel inolvidable torneo de 2001 con el triunfo del brasileño Gustavo Kuerten en la final ante el misionero José Acassuso por 6-1 y 6-3, hasta esta nueva temporada pasaron dos décadas, mucha agua corrió bajo el puente y una enorme cantidad de cracks con la raqueta iluminaron las canchas del Buenos Aires Lawn Tennis Club.

Aquellas figuras estelares de la legión, Guillermo Coria, David Nalbandián, Gastón Gaudio, “Chucho” Acassuso, Agustín Calleri, Juan Ignacio Chela, Mariano Puerta, Guillermo Cañas, Juan Mónaco, hasta un jóven Del Potro jugó el torneo. Amén de las figuras internacionales, con los españoles a la cabeza, como Rafael Nadal, Carlos Moya, David Ferrer, Juan Carlos Ferrero, Nicolás Almagro. O el italiano Fabio Fognini, o los franceses Gael Monfils, o Tsonga o Gilles Simon…nombres y más nombres.

Hoy es el momento de disfrutar. De vivir una semana que empieza aperfilar a los finalistas, a los mejores, pero que todavía tiene mucho para ofrecer. Una semana que llega a la etapa decisiva tras varios enfrentamientos destacados.

Es la semana del noruego Casper Ruud. Un jugador que llegó en silencio a Buenos Aires, desconocido por el gran público, con antecedentes en Futures y Challengers, pero con pocos años en el circuito profesional. Y sin embargo, mostró aplomo, buen tenis y se metió en el fin de semana final. Una de las gratas revelaciones de esta edición.

También es la semana de Juan Ignacio Lóndero, que ya empieza a ganarse un lugar entre los favoritos del público argentino. Le ganó a Horansky, al serbio Djere, a Guido Pella en la calurosa tarde del viernes 14 de febrero y llegó a las semifinales. Una alegría para el “Topo” que se mete a de a poco en el corazón de la gente.

Es la semana de Pablo Cuevas, quien hizo un interesante camino. Venció al italiano Lorenzo Sonego por un doble 6-4, luego al español Albert Ramos Viñolas y jugó un gran partido ante Diego Schwartzman, en el que incluso tuvo un match point en el tie break del segundo set.

Son los días de Diego Schwartzman, el máximo preclasificado, que llegó al torneo con la enorme carga emocional de ser el candidato, de tener la “obligación” de llegar a la final. Y ganarla. Esa exigencia tan nuestra, que no cambia con los años ni todas las palabras dichas. Ese exitismo tan argentino que conocemos casi desde que empezamos a meternos en el mundo del deporte y del que nos cuesta tanto salir…

El “Peque” luchó contra esa presión y la calidad lógica de los oponentes, toda la resistencia que los rivales hacen cuando entran a la cancha.

Pero es la semana nuestra de tenis. La semana para vivir, para gozar, para disfrutar. Para pasar las horas en el mítico escenario de los bosques de Palermo y ubicarse en el court central, “Guillermo Vilas”, para gozar del deporte, soñar con las hazañas, vivir la épica y conocer a las nuevas estrellas que surgen sin interrupciones.


Hernán O’Donnell

Una fecha caliente y la importancia de luchar por el resultado

La última jornada del fútbol argentino dejó cuatro días calientes, mucha pierna fuerte, un clásico para recordar por mucho tiempo, una victoria de River resuelta con inteligencia, el acecho de Boca y la personalidad de San Lorenzo para ganar un partido con un jugador menos.

El equipo de Marcelo Gallardo continúa primero y parece que no tendrá problemas en llevarse el premio mayor, aunque en el fútbol la prudencia siempre es la mayor de las virtudes; nada se resuelve hasta que suena el silbato final y cada partido debe jugarse, ninguno está definido antes de jugarse. Y para River el título aún no está asegurado. lo que sí se puede afirmar es que obtuvo una victoria inteligente, trabajosa, bien elaborada a partir de una decisión táctica del entrenador que tuvo el coraje de hacer una modificación a los 27′ de juego.

Sorteó el peligro que le había propuesto Unión y se quedó con tres unidades fundamentales.

Le alcanza para mantener la punta y pensar en la Superliga, el título local que es una obsesión para el entrenador, pues en tren de buscarle alguna deuda, algunos le han sindicado que le falta llenar ese casillero.

San lorenzo gritó tres puntos a puro coraje y esfuerzo. había hecho un primer tiempo equilibrado ante Vélez, incluso sacó ventaja con un golazo de Julián Palacios, pero sobre el cierre del primer tiempo se fue expulsado Coloccini y debió afrontar todo el complemento con un futbolista menos.

El equipo tuvo orden defensivo, esfuerzo y concentración, y cuando el visitante pudo llegar hasta el arco, apareció Sebastián Torrico una y otra vez, para mantener el cero en la valla del Ciclón.

Boca ganó un partido duro ante el siempre complicado Atlético Tucumán. Y sigue con la ilusión de pelear el certamen. El equipo ha recuperado la fe y sueña con dar el zarpazo final.

En Avellaneda se vivió un clásico para recordar por mucho tiempo. Racing había jugado un primer tiempo de alto vuelo, dominó a Independiente y de pronto se quedó sin su arquero, Arias, por una correcta expulsión y luego se fue Sigali, en una jugada más compleja. Sin embargo, sacó a relucir todo el espíritu de equipo con dos hombres menos y llegó al gol cuando el tiempo se acababa mediante una buena maniobra de Darío Cvitanich y un remate frío del chileno Marcelo Díaz. Al final, Independiente también terminó con 9 futbolistas, pero sucedió cuando ya casi el tiempo terminaba.

Banfield y Central igualron 1 a 1 con dos goles en los últimos cinco minutos; Estudiantes no pudo ganar en Rosario ante Newell’s y Godoy Curz le dio un empujón más a Huracán en Mendoza.

El Lobo de Maradona perdió dos puntos ante Patronato y el descenso también está al rojo vivo.

El campeonato arde y la última fecha le agregó una gran cantidad de brasas calientes a la Superliga.


Hernán O’Donnell

El tren de Jaguares tuvo una noche oscura y se detuvo en la segunda estación

Otra noche de calor en Buenos Aires. Otro atardecer convocante, con un público que se acercó a Liniers en un número similar al de la primera fecha, para vivir la experiencia Jaguares en Super Rugby en su segunda presentación. Esta vez ante Hurricanes, un equipo que había tropezado en su debut.

Un clima ideal, una tarde de verano y otro encuentro de un Rugby de élite. Sin embargo, nada iba a ser como se esperaba…

El comienzo fue errático. Hurricanes salió con decisión y a los 5′ abrió el acorde con un penal de Barret desde más de 60 metros. 0-3 y a pelear el partido.

Jaguares salió con la conducción de Tomas Cubelli y a los 15′ llegó a la igualdad por un penal de Domingo Miotti. 3-3. Aprovechó ese lapso del partido para llegar al try con un buen trabajo de los forwards en el fijo y Marcos Kremmer se despegó para llegar al try, convertido por Miotti. 8-3 a los 22′

Ahí se quedó el equipo argentino. Se vio atropellado por Hurricanes, que se paró en forma agresiva y buscó adelantarse en el campo.

A los 25′ un penal de Jordie Barret achicó la distancia a 10-6. Y a los 34′ otra vez el fullback visitante volvió a concretar otro penal para llegar al 10-9

Jaguares no pudo sumar aunque tuvo un penal de Miotti a los 36′ que se fue desviado y un intento de frío que tampoco prosperó a los 38′. Fueron dos posibilidades que no se pudieron concretar en la suma de puntos, y con algunas dudas se llegó al entretiempo.

El complemento arrancó con un local más decidido. Con más arrojo y actitud de ataque.

De un buen ataque llegó un penal que convirtió Miotti a los 44′ y el marcador quedó 13-9

Barret volvió a achicar con un penal a los 48′ y el resultado se apretó otra vez. 13-12. Entonces metió mano el Head Coach Gonzalo Quesada. Cambió toda la primera línea y el medio scrum, Bertranou por Cubelli.

Golpe por golpe, Miotti acertó otro penal bajo los palos a los 52′ y Jaguares se adelantó 16-12.

Era una noche más complicada de lo esperado y valía mucho sumar.

El ingreso de Agustin Creevy fue fundamental, amén de lo positivo que fue el recambio de la primera línea en su totalidad. El hooker empujó, abrió en una jugada como wing, llevó al equipo adelante y coronó el excelente maul que derivó en el segundo try de Jaguares a los 64′, convertido por Miotti. 23-12 y un poco más de tranquilidad.

Pero la noche se iba a complicar…Jaguares no pudo encontrar la tranquilidad necesaria para manejar el partido; Hurricanes apostó a la presión y a arriesgar en los minutos que faltaban. A los 70′, Fidow llegó al try, convertido esta vez por el medio apertura Garden-Bachop. El marcador quedaba 23-19. Faltaba un tramo del partido y había que sumar en la salida. Llegó al in goal el equipo argentino pero no fue convalidado porque el TMO advirtió que el wing había pisado afuera antes de entrar en la zona de anotación. Y cuando se reanudó el juego, una maniobra de Hurricanes por el centro de la cancha derió en un gran try de Booth convertido por Smith, dos hombres que habían ingresado en el segundo tiempo y a los 77′ daban vuelta el partido para sellar el 23-26 final.

Una pena. Jaguares no pudo repetir el segundo tiempo del primer fin de semana y perdió en su segunda presentación. Un cachetazo y un claro ejemplo de que el camino en el Super Rugby no es un sendero de rosas y que habrá muchas piedras por el camino. Jaguares lo advirtió muy rápido, apenas cuando se lleva el segundo capítulo de una temporada que promete ser muy competitiva.


Hernán O’Donnell

El difícil camino a los Juegos de Tokio, Argentina lo llenó de rosas

Fue brillante lo del equipo de Fernando “Bocha” Batista. Brillante el trabajo, el camino recorrido y el título alcanzado de Campeón del Preolímpico Colombia 2020 cuando aún debe jugar una última fecha, el Superclásico de las Américas ante Brasil, nada menos. Pero no depende nada de ese resultado, que será por el honor de nuestros jóvenes. Para la Argentina todo terminó con un final feliz aunque a la película le quedan 90 minutos más de rodaje.

El equipo hizo un recorrido prolijo, eficaz y exitoso. Jugó muy bien por momentos, supo defenderse cuando lo atacaron, manejo conceptos interesantes de ataque y contraataque y contó con varias figuras individuales muy destacadas.

El camino fue sacrificado, vale aclarar, pues nadie le regaló nada a esta selección; de hecho, costó bastante armar el equipo, pues los clubes primero negaron a los jugadores, luego los cedieron ( no todos, Lanús no dejó ir al defensor Lautaro Valenti y Newell’s tampoco al delantero Aníbal Moreno, entre otros) y el equipo se armó con algunas bajas importantes, porque tampoco los clubes del exterior estuvieron dispuestos a ceder a los futbolistas, como Ezequiel Barco de Atlanta United, Matías Vargas de Espanyol, Santiago “Tato” Colombatto de Sint-Truidinse de Bélgica, Lisandro Martínez de Ajax o Nicolás González de Sttutgart. Varios de ellos formaron parte del equipo que ganó la medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

Sin embargo, la Argentina se sobrepuso a las dificultades, que son parte ya de su ser nacional. Esto de no poder armar el equipo, de no contar con los futbolistas, es una constante de nuestro fútbol. Casi como que los entrenadores, cuando asumen algún cargo en la estructura de las Selecciones Nacionales, saben que eso va a suceder. No debería, pero pasa.

Argentina comenzó el torneo ganándole a Colombia, el local, por 2 a 1 y terminó de cerrar la clasificación y el campeonato ganándole a Colombia otra vez por 2 a 1.

En el medio, victorias duras y trabajadas, ante un poderoso Chile por 2 a 0, un trabajado Ecuador por 1 a 0 y finalizó la primera fase con una goleada a Venezuela por 4 a 1. El sendero fue duro, es verdad, pero la Argentina lo llevó de la mejor manera.

“Poder lograr el objetivo de clasificar y además conseguir el título del torneo una fecha antes, es buenísimo”, dijo el DT Batista al finalizar el encuentro con Colombia, en la conferencia de prensa post partido.

“Es buenísimo por el proceso, por el proyecto, por lo que trabajamos, y porque estos 23 jugadores están haciendo un torneo increíble; todavía nos queda una fecha y vamos a pensar en Brasil, pero ya el hecho de haber ganado 6 partidos seguidos me hace estar super agradecido”, continuó el entrenador.

“Este es un plantel que tiene mucha humildad, donde el que no juega, ayuda, el que juega deja el alma, y es todo para el fútbol argentino, para el fútbol juvenil de nuestro país. Insisto en que tenemos muchos y buenos jugadores en todas las categorías, Sub 23, Sub 20, Sub 17…este es el camino, tenemos que continuar de esta manera”, agregó Batista.

El equipo se apoyó en la seguridad de Facundo Cambeses en el arco; Nehuén Pérez, Facundo Medina, Marcelo Herrera en la zaga y el peso de dos volantes tremendos como Fausto Vera y Nicolás Capaldo. Pero el gran potencial lo mostró en el ataque, en la conducción brillante de Alexis Mac Allister, la potencia goleadora de Adolfo Gaich, el talento de Agustín Urzi y Julián Alvarez.

Además de todo lo que sumaron futbolistas como Nahuel Bustos, Matías Zaracho, Tomás Belmonte, Gastón Togni, Nazareno Colombo o Valentín Castellanos.

Argentina transitó un torneo duro y complicado con corrección, buen juego, solidez y convicción. Jugó un fútbol de alto vuelo, fue preciso y contundente, tuvo una buena conducta y supo liquidar a cada uno de los adversarios que se cruzó en su camino.

Era un torneo difícil, con muchos partidos y sólo dos boletos para llegar a Tokio. Se podía fallar aún cuando se jugara bien y se ganaran muchos partidos, porque el sistema del torneo así lo preveía. Argentina antes de Colombia había ganado cinco partidos. Si perdía los dos finales quedaba afuera de la clasificación a los juegos; podría haber sido un castigo durísimo aún cuando se hubiera hecho un gran torneo. De ahí, afirmamos, lo difícil y complejo que fue.

Pero por suerte, se ganó también el sexto partido y se logró todo una fecha antes de terminar el calendario. Era un sendero complejo, pero la Argentina de Batista se encargó de llenarlo de rosas.


Hernán O’Donnell

En el Calcio italiano, tres por una corona

Se acercan momentos claves en Europa. Es el momento donde los equipos tienen que dar el plus, tomar las riendas, sacar las fuerzas que los lleven a la etapa de definiciones. Comenzadas ya las segundas vueltas de cada liga, cuando falta un tirón, pero se empieza perfilar la lucha final, es el momento donde los equipos no pueden regalar puntos de los llamados “accesibles” porque después se lamentarán y será un poco tarde para lágrimas.

La Seria A italiana parece cerrada a la lucha entre Juventus, Internazionale y Lazio. Los tres separados un poco del resto. La Juve con 54 unidades, Inter con 51 y el equipo romano con 50. Atalanta y Roma tienen 39 puntos y su objetivo es entrar en la Champions League de la temporada que viene. El título está a la espera de la conquista de uno de estos tres equipos.

Juventus tiene una ventaja de tres puntos y un sistema y una convicción que le dan un pequeño plus con respecto a sus seguidores. En fútbol nada está terminado hasta que se termina y la ventaja dicha es pequeña, pero puede pesar al final de la contienda. Más por la experiencia y la calidad de sus integrantes que por esos tres puntos, que en definitiva no son tantos y queda mucho por jugar.

Es un equipo que tiene su mayor valor en la temible potencia de ataque. Un centrodelantero formidable como Gonzalo Higuaín, goleador y jugador, acompañado a los costados por Douglas Costa y una de las estrellas más grandes que tiene el fútbol en el planeta desde hace una década: Cristiano Ronaldo.

El ataque es lo más valioso de un equipo que siempre está preparado para convertir, con recambios de primer nivel como Paulo Dybala o Bernardeschi; apoyado por tres volantes, casi siempre Pjanic por el medio, y con variantes en los costados. Puede ser Betancur y Rabiot, o Matuidí o Ramsey. Y una línea de cuatro donde aparece Cuadrado como lateral derecho, un volante con cualidades habilidosas transformado en una salida limpia y ofensiva con partida desde la defensa, el joven De Ligt como primer central, Bonucci como segundo y Alex sandro de lateral izquierdo. Todos respaldados por el arquero polaco Wojciech Szczesny, quien se tiene tanta confianza y seguridad en sí mismo que llegó a considerarse el mejor de la historia por “haber sentado en el banco a Buffón y antes a Alisson (cuando jugaba en la Roma)”.

Internazionale tuvo un enero complicado porque si bien comenzó con un triunfo claro e importante ante Nápoli, luego empató con Atalanta, Lecce y Cagliari, en una seguidilla de resultados que lo hizo resbalar en la tabla y que recién pudo interrumpir con la sólida victoria por 2 a 0 frente a Udinese el pasado domingo.

No estuvo Lautaro Martínez en ese último juego, pero Romelu Lukaku cumplió su parte con creces y marcó los dos goles del triunfo en Udine.

Cuenta con la conducción del danés Christian Eriksen, de buena temporada pasada en el Tottenham, la fortaleza de Vecino en la mitad de la cancha, la verticalidad de Candreva, todo lo que siempre puede ofrecer Alexis Sánchez, y defensores como Diego Godín, el holandés de Vrij y el arquero Handranovic.

Lazio va tercero y a la expectativa, pero tiene que ayudarse a sí mismo.

Desperdició una magnífica oportunidad ante Hellas Verona tras empatar 0 a 0, pues dejó dos puntos en el camino que le hubieran permitido llegar a 52 y quedar en el segundo lugar de la tabla de posiciones.

Cuenta con buenos futbolistas, como el español Luis Alberto, el brasileño Lucas Leiva, y dos atacantes potentes como Ciro Immobile y el ecuatoriano Felipe Caicedo.

Necesita que Juventus deje unidades en el camino, pero primero tiene que ayudarse a sí mismo. Debe pensar en conseguir sus propios puntos, sino será inútil aguardar por la colaboración de los ocasionales rivales de quienes están por delante suyo en la tabla de posiciones.

Hellas Verona le robó dos puntos en la capital italiana y el sábado próximo recibe la visita de Juventus. Lazio aguardará que le haga un partido tan difícil como se lo hizo a ellos, pero también deberá cumplir su parte cuando visite al Parma el domingo. Y ese día se enfrentarán en el derby de Milano Internazionale y Milan, en el cierre de la fecha.

Las ligas de Europa entran en su parte más emocionante y la Serie A italiana también presenta jornadas de emoción y expectativa, que contagian de pasión al planeta fútbol.


Hernán O’Donnell