La Primera Nacional enciende un campeonato vibrante e impredecible.

Cuando Tigre le ganó la final de la Copa de la Superliga a Boca Juniors, muchos pensaron que el equipo que conduce Néstor Gorosito, que había perdido la categoría en el torneo regular de la Superliga temporada 2018/2019, tendría muchas posibilidades de rgeresar pronto a la máxima división de nuestro fútbol.

Pensamos, y lo comentamos desde está página, que no sería sencilla la tarea. Que había hecho una buena Copa, que había tenido muchos momentos de buen fútbol, pero que le iría a costar plasmarlo y mantenerlo a lo largo de la temporada de la Segunda División que se avecinaba. No sería simple poder mantener a lo largo de un año largo y extenuante ese nivel de juego, y sobre todo imponérselo a rivales que juegan con mucha pasión, entrega y sacrificio. La hoy llamada Primera Nacional, la vieja y querida “B”, no entiende este juego si no es con entrega, actitud y pierna fuerte. Y para Tigre no sería sencillo mantener el nivel, con el aliciente (para los rivales) que enfrentaban a un conjunto que venía de alzar una Copa Nacional, con todo lo que ello implica en cuanto a motivación.

Y San Martín de Tucumán le dio otro golpe, en un certamen que se ve duro, con varios equipos que quieren pegar el salto a la división superior.

En el Sur de la Provincia de Buenos Aires, Brown de Adrogué logró un punto sobre el final del juego ante Almagro. El partido fue entretenido, intenso con el dominio del local en la primera parte que se acentuó en el complemento, a partir de la conducción de Nieto, la velocidad de Coronel, el trajín de Burgos y la firmeza de Boggino. Almagro peleó el partido. Se esforzó y logró abrir el marcador tras una buena intervención de Juan Manuel Martínez, quien picó la pelota a la salida del experimentado Martín Ríos cuando iban 63′ de juego.

Y con el ingreso de Rueda y Méndez tuvo más dinámica, pero el local lo empujó contra su arco y logró un dominio territorial sostenido en el complemento.

Brown se apropió del control del juego y acumuló chances para igualar. En una Limousin la sacó con una mano al corner; en otra, el travesaño le dijo no. y hasta pudo aumentar la visita, tras un contragolpe bien elaborado por Suárez y Méndez, quien se metió de derecvha al centro, cuando Suárez esperaba el pase volcado hacia la izquierda, Méndez enganchó hacia la derecha y sacó un buen tiro que pegó en el poste izquierdo de Ríos.

No lo pudo liquidar Almagro y el equipo de Adrogué encontró su recompensa al final, cuando tras un centro desde la izquierda del lateral Stegman, el rechazo de Arias quedó corto y Linás sacó un remate cruzado que se metió en el palo derecho de Limousin cuando se jugaban 89′.

El resultado final fue de 1 a 1, justo, aunque no le sirvió demasiado a ninguno, ya que ambos necesitaban los tres puntos.

Sarmiento, San Martín (Tucumán) y Quilmes dominan la zona 2; perdío Estudiantes (Bs As) ante Platense 1-2, pero se mantiene primero en la zona 1, perseguido por Atlanta, Estudiantes (Río Cuarto) y Platense.

La Primera Nacional está al rojo vivo, y nos promete meses y fechas de partidos apasionantes.


Hernán O’Donnell

Hamilton volvió a sonreir en Rusia y empieza a abrazarse a otro año exitoso en la Fórmula 1

Una largada impecable de las Ferrari, la velocidad de Leclerc, de Vettel, el oportunismo de ambos y la impotencia en esa primera tanda de los Mercedes. No pudo colarse Hamilton, pero el incidente entre los Haas, el toque de Giovinazzi con Grosjean, y el auto de seguridad apenas se había desarrollado la primera vuelta del GP de Rusia. Cuatro vueltas y el safety-car que ordenaba a Vettel, Leclerc, Hamilton, Sainz, Bottas, Norris, Sergio Pérez…

Después empezó una carrera dura, peleada. Leclerc se mostraba más veloz que su compañero Vettel, pero este se negaba a resignar la primera colocación. Y Ferrari debía armar y rearmar su estrategia. Sebastian Vettel, en tanto, aceleraba. Y en la vuelta 14 ya le llevaba 3″ a su compañero y aún más a Lewis Hamilton. Allí la diferencia era de 6″, hasta que llegó la vuelta 15 y había que comenzar las paradas en boxes.

Vettel no aflojaba; atrás, Leclerc. Y cerca Hamilton y Bottas. Las Ferrari estiraban el momento de parar en boxes y acentuaban la diferencia. El primero en ingresar fue Leclerc, para poner gomas blandas e intentar aguantar toda la carrera. Le costó un retroceso: lo pasaron los autos de Mercedes y cayó al cuarto lugar.

En el giro 26 se detuvo en boxes Vettel; una parada de 3″ y una salida que lo relegó a la cuarta posición. Haimlton, Bottas y Leclerc lo antecedían.

Y en la vuelta 28 un problema en el auto de Vettel lo sacó a un costado, el ingreso del virtual safety-car y los Mercedes que aprovecharon para entrar a boxes y no perder su ubicación.

Tras esa parada en boxes, Hamilton quedó primero, Leclerc segundo y tercero Bottas.

Pero la tarde se iba a teñir para las flechas de plata. Se observaba en las pantallas, flotaba en el ambiente. El monegasco debió entrar a cambiar neumáticos y Bottas se acomodó en el segundo lugar cuando entrábamos a la segunda mitad del GP de Sochi.

Hamilton comenzó una trepada impresionante. Veloz, se escapaba mientras Verstappen se ubicaba en el cuarto lugar y se transformaba en una amenaza para Leclerc.

Mientras, el campeón y máximo favorito no aflojaba. Volaba por la pista de Socchi y marcaba distancias con sus seguidores. La diferencia con Leclerc ya era de 5″ y medio. No parecía que habría problemas.

Más atrás, se destacaba el Mc Laren de Carlos Sainz, y también progresaba Alexander Albon, quien sobre el final se adelantó con una excelente maniobra.

La suerte se había aliado a Mercedes y Hamilton la ayudaba. Su trabajo era impecable, igual que el de Valteri Bottas.

Nada los detuvo, nada los frenó. Fueron dominantes desde la segunda parte, supieron aprovechar los momentos de la carrera, hicieron valer la suerte que les apareció y nunca perdieron la línea cuando Ferrari dominaba las acciones.

Lewis Hamilton volvió a sonreir, se llevó un Gran Premio duro, complicao, pero merecido. Recuperó la alegría del triunfo, paseó su talento por Rusia y empieza a definir una temporada de Fórmula 1 a la que aún le queda bastante hilo en el carretel.


Hernán O’Donnell

Barcelona busca su destino mientras añora a Leo Messi

Le costó mucho el primer tiempo. No pudo acomodarse al juego, se sintió maniatado y por momentos dominado por un Getafe entusiasta, dinámico, aventurero. Barcelona no pudo hacer pie a lo largo de esa etapa, más por la presión que hizo el local y bastante porque no surgió su juego colectivo. Apenas los arrestos individuales de cada uno de sus hombres, que hicieron pesar su enorme jerarquía en duelos personales o jugadas propias. Como aquella de Carlés Peréz, que le birló la pelota a Nyom y se metió en el área para sacar un tremendo remate que rechazó Soria.

O los piques de Suárez. O los intentos de Griezmann. Pero el conjunto no mostró un juego asociado. Muy liviano lo de De Jong, apagado Arthur, sin vuelo Firpo por la izquierda, lo mejor lo hizo, al cabo, su arquero Ter Stegen.

Iban 41′ de juego cuando el portero salió fuera del área a cortar un pelotazo largo a Angel y controló el balón con el pecho. Se la jugó al abrirse un poco hacia su izquierda y con la pierna menos hábil lanzó una habilitación larga y precisa para Luis Suárez, por atrás de los defensores, para que se fuera al arco rival solo y ante la salida apurada de Soria, pudiera definir como lo hizo: con un toque suave por encima de la cabeza del arquero y la pelota que entró suave tras realizar dos piques en el área chica. Barcelona llegaba al gol por una buena acción de su arquero, completada por el centrodelantero. 1 a 0 y fin del primer tiempo.

Se esperaba más en el complemento. Más del Barcelona. Más del equipo de las estrellas. Y apareció rápido algo de su fútbol aguardado. Una buena maniobra de derecha al centro, la participación de Griezmann, Sergi Roberto, Arthur, otra vez Sergi Roberto, su remate fuerte y el rebota que dió Soria fue directo a la entrada de Junior Firpo quien atento y veloz, se metió por izquierda para concretar el 0-2 cuando iban 49′.

Se serenó la visita. Ya había pasado el tiempo complicado, esa primera etapa donde el juego no aparecía y la tensión aurgía en sus hombres que se vio refeljada en las amonestaciones de Sergio Busquets y Lenglet.

Getafe sintió el golpe. Adelantó sus líneas, pero no lograba ser profundo. Angel no lograba ser asistido, Cucurella se perdía en el duelo con Sergi Roberto y el local no lograba ser productivo. Tenía la pelota, Tenía el campo y la cercanía del arco rival. Pero no conseguía lastimar.

A los 81′ se fue expulsado Lenglet por doble amonestación. De ese tiro libre llegó el centro, el rebote y el remate de Kennedy que controló muy bien Ter Stegen. Fue la mejor oportunidad de Getafe en el complemento.

Entusiasmado por el hombre de más, a los 85′ un centro de Kennedy fue conectado de cabeza por Angel un poquito arriba del travesaño. Getafe soñaba con el descuento pero sus posibilidades se licuaban. Barcelona se había acomodado de otra manera. Con el ingreso de Semedo por Griezmann pasó Sergi Roberto a la línea de volantes y se estableció en un cerrrado 4-4-2, que con la expulsión de Lenglet y el ingreso de Todibo por Carles Pérez se transformó en un 4-4-1.

Y no hubo tiempo para más. Con oficio y el peso de sus individualidades Barcelona sumó tres puntos de oro para acomodarse en la tabla de posiciones, continuar en la búsqueda de su nueva identidad y restar un día menos para la recuperación total de Leo Messi.


Hernán O’Donnell

Sevilla se ahogó en su conformismo y el Eibar salió a flote

Eibar consiguió la victoria porque nunca perdió la fe, porque se mantuvo alerta y facturó todas las oportunidades que le dio la visita. Sevilla tenía que recuperarse del último traspié, de la caída ante el Madrid en el Sánchez Pizjuán, uno de los rivales más tradicionales para el elenco andaluz, aquel con el que nunca se quiere perder y menos en casa. Por eso fue a Eibar en busca de los tres puntos que lo metieran de vuelta en la conversación, pero no supo administrar un partido que le era favorable y sumó una nueva frustración.

Sevilla empezó metido, motivado, dominante desde el comienzo. Salió concentrado y a los 10′ llegó a la apertura del marcador a través de un pelotazo largo a Lucas Ocampos, quien ingresó al área por la banda derecha y metió un remate cruzado frente a la salida de Dmitrovic para marcar el 1 a 0.

Se tranquilizó la visita. Sabía que había conseguido pronto la ventaja que necesitaba y tomó las riendas del encuentro a través de la conducción de Ever Banega, Jordán y Fernando.

Y consiguió aumentar la ventaja con una buena maniobra colectiva, el desborde por la derecha, el centro y la aparición de Olivier Torres a los 32′. El 2 a 0 ya era un resultado mucho más tranquilizador; el Eibar inetnaba una reacción, pero no podía quebrar las líneas adversarias.

Para mejorar, Eibar decidió ingresar al argentino De Blasis por Inui. Intentó más desequilibrio por las bandas, y en el segundo tiempo de a poco se animó a dar vuelta un partido que en la primera parte le había sido desfavorable.

Se repetía el local con las proyecciones de Arbilla y Pedro León por derecha y los centros largos, cruzados al segundo palo. Insistió con esa fórmula. Así generó tres aproximaciones y de alguna manera intentaba achicar la distancia en el juego y en el resultado que le había sacado el Sevilla.

A los 58′ otro centro de Pedro León fue desviado por Escudero cuando el balón rondaba el arco de Vaclik; era un sistema repetido pero Eibar insistía. Ataque por derecha y centro al poste más lejano.

En Sevilla ingresó Koundé por Carrico. Pasada la hora de juego y el local se animaba cada vez un poco más. Eibar progresaba; Sevilla se acomodaba al juego, se replegaba unos metros y buscaba los espacios para liquidar de contragolpe.

Hasta que Koundé perdió un balón en defensa y derribó al delantero que le había quitado el balón cuando entraba al área. Penal y gol de Orellana cuando iban 65′, con un tiro bajo, bien esquinado, a la derecha del arquero de Sevilla: 1-2 y nacía otro partido. Era el premio para Eibar y un castigo para un Sevilla que se había relajado antes de tiempo.

El serbio Gudelj ingresó por Jordán para darle más frescura al mediocampo de la visita. Sevilla necesitaba meterse rápido otra vez en el ritmo del partido.

Eibar creció. Se entusiasmó. Y fue a buscar algo más. Se afirmó Escalante, se metió Quique, Orellana y Pedro León desbordaban por las bandas…Sevilla lucía desbordado, apretado por el ímpetu del rival.

Y tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe: un grave error en defensa, la desinteligencia entre Diego Carlos, que quiso cabecear hacia atrás, y la salida presurosa y temeraria del arquero Vaclik, dejó el choque entre ambos y la pelota impulsada hacia adelante cerca del arco libre para que Pedro León a los 76′ definiera sin problemas y marcara el 2 a 2.

Sevilla era un manojo de nervios y parecía desconcertado. Ya no hacía pie en el partido; no encontraba la pelota, Banega había extraviado la conducción y Ocampos se enredaba en la defensa local. Eibar era un canto al entusiasmo, al optimismo y quería más. Veía que el rival se había ahogado en su propia trampa y el milagro podía ser.

Entonces llegó el tiro libre para el local y el golazo de Cote, de zurda y combado, para dar vuelta el resultado a los 81′: 3 a 2 para el equipo que nunca perdió la fe. Había logrado revertir el resultado tras un deslucido primer tiempo y ahora ya estaba abrazado a una hazaña que no iba a resignar. El local atacó aún en esos minutos finales y sometió a un Sevilla desenfocado, perdido, aturdido. Desde el banco sufría Lopetegui, quien no podía enderezar un barco que se había hundido de modo insólito e imprevisible; nadie podía imaginar este desenlace cuando finalizaba la primera etapa con una cómoda victoria parcial para la visita.

Sin embargo, el fútbol tiene estas sorpresas que lo hacen maravilloso. Estos cambios impredecibles, estas variantes y alternancias que lo convierten en un deporte único. Eibar, en sólo 15′ había dado vuelta el rumbo de un partido que parecía de curso definido, pero Sevilla creyó que estaba resuelto, se dejó estar y le abrió la puerta a la esperanza a un equipo que aprovechó cada una de las oportunidades que se le presentaron para salir a flote y celebrar un victoria impensada.


Hernán O’Donnell

Granada sumó un punto en Valladolid y trepa en La Liga española

Fue la gran sorpresa de la última jornada cuando venció al poderoso Barcelona. Ese triunfo, la buena campaña y la posición expectante en la tabla de competencia, hizo del partido en el que visitaba a Valladolid en la apertura de la sexta fecha un encuentro interesante, en el que el mundo futbolero posó los ojos sobre él.

Y resultó un encuentro entretenido, con acciones de ida y vuelta, dominio alternado y expectativa hasta el silbato final.

El comienzo fue del local. Salió decidido, con un esquema ofensivo, con la intención de asumir el protagonismo y tuvo el control del juego durante los primeros quince minutos. Así fue como a los 12′ Toni Suárez desbordó por la izquierda y metió un centro en el área chica, preciso y rasante, para la entrada de Oscar Plano quien marcó el 1 a 0.

Después, cambió el desarrollo. Granada salió a buscar. Abrió la cancha por medio de Díaz y Vadillo, salió con pelota prolija y se propuso rescatar el encunetro. Valladolid se acomodó al libreto habitual de los equipos cuando tienen la ventaja en el resultado: retrasarse unos metros, tratar de cortar en tres cuartos de cancha y salir rápido de contragolpe para aprovechar los espacios. Por momentos lo logró, sobre todo con el trajín de Toni Suárez por izquierda y Sergi Guardiola por el frente de ataque.

En ese lapso, Valladolid fue mejor.por lo menos supo controlar el partido; en el primer cuarto atacó, y una vez conseguida la diferencia se paró unos metros más atrás y le jugó de contragolpe a partir de recuperar el balón en tres cuartos de cancha.

Granada sabía que debía ser ancho para progresar. Y buscó por las bandas. Neva y Vadillo por izquierda, Díaz por derecha. La salida prolija y la intención de desequilibrar por los costados para abrir la retaguardia local. Y en una maniobra por el costado derecho encontró su recompensa. Rdríguez Díaz la llevó por el centro hacia la derecha, habilitó a Víctor Díaz y el centro fue conectado por Carlos Fernández para vencer la oposición de Masip y logró el empate 1 a 1 a los 42′ de juego.

Sobre el final del primer tiempo, la visita conseguía el empate como un premio a su constancia y confianza. Valladolid, que había sido superior, se encontró, de pronto, con que todo estaba igualado.

En el complemento, el juego decayó. No tuvo el ímpetu del primer tiempo, y faltó certeza en los últimos metros. El libreto fue similar al de la primera parte, con un dominio del local, sostenido en su intención ofensiva.

Después de unos minutos, Granada volvió a salir. Como si hubiera necesitado, en cada etapa, unos minutos para acomodarse al juego, para adaptarse al partido. Y atacó, con más recaudos que en la etapa inicial, sin soltar del todo las amarras del buque.

No sobraron las ocasiones. Apenas una bien clara para el visitante, cuando un gol no fue convalidad porque un hombre de Granada estaba en la línea de la pelota cuando surgió el remate y tapaba la visión de Masip. Jugada discutida, que pudo significar el triunfo de Granada y la escalada a lo más alto de la tabla en soledad.

No pudo ser, pero tampoco fue para lamentarse. Porque en rigor de verdad, en un encuentro difícil en el que Valladolid fue superior, Granada se llevó un punto que le deja un buen sabor porque le permite mirar a todos desde la zona de la alta de la tabla cuando se sumó hace muy poco a la división de honor.


Hernán O’Donnell

Wolfsburgo y Hoffenheim dividieron honores y buscan su lugar en el rumbo de la Bundesliga

Es una liga atractiva, con un favorito, Bayern Münich, un rival duro, Borussia Dortmund y dos o tres que quieren ser la sorpresa: RB Leipzig, Schalek 04, Borussia Moenchengladbach…Pero no todo los nombres terminan allí. Hay muchos equipos que quieren buscar su rumbo y Wolfsburgo y Hoffenheim protagonizaron un partido atractivo donde cada uno peleó con sus armas y sus estrategias en la búsqueda de su lugar en la Bundesliga. El local quiere dar pelea; la visita le escapa al fondo y trata de acomodarse en el lote de la mitad, hacia arriba.

Lunes por la noche y un clima tranquilo. A los 5′ Sebastian Rudy sacude rápido la modorra con un tremendo remate con el empeine derecho, cruzado, desde afuera del área, y marca para Hoffenheim el primer gol del partido: 0-1 para el visitante y más fresca se puso la noche.

A partir de allí, el local empezó el camino de la reconstrucción. El partido se le ofrecía cuesta arriba casi desde el inicio y la gente también empezó a aplaudir y a alentar porque la noche no era propicia. Por lo menos en el inicio y en el resultado.

Entonces, el local fue al ataque. Adelantó sus líneas, soltó a William y a Steffen por las bandas y apretó a Hoffenheim contra su arco. Y llegó al empate tras una jugada combinada, asistencia de Weghort ¡de taquito! y el remate de Mehmedi desde la izquierda, cuando iban 35′ de juego. 1 a 1 tranquilizador; enseguida llegó otro tanto que el VAR no convalidó por offside. Y un furibundo remate en el travesaño de Hoffenheim que cayó en la línea de meta.

El primer tiempo terminó con un 1 a 1 motivador para esperar un buen segundo tiempo.

Para sorpresa de muchos, el visitante salió decidido en el complemento. Buscó por los costados y en pocos minutos acumuló un para de situaciones claras, una de ellas tras un corner cerrado que Bebou no llegó a conectar cuando iban 55′ del encuentro.

Después, se ordenó en su campo y se alistó para salir de contragolpe. Para Wolfsburgo el partido no era fácil, porque le costaba entrar a la defensa cerrada de la visita y las contras eran un motivo de preocupación. No hallaba los caminos para penetrar en el área de su oponente y no podía descuidarse. Y sufrió, porque a los 87′ Pervan sacó un remate fuerte y peligroso que podía ser la derrota.

Y a los 90+1′ Hoffenheim tuvo otra chance clara de contragolpe, tras un centro y el remate de Adamyan que se fue muy cerca.

Fue la imagen del final. El control del visitante, que se supo ordenar, cerrar en defensa, bloquear cada camino y meter contragolpes con mucho peligro. Estuvo cerca de llevarse los tres puntos, pero el empate le sirve para escaparle a la zona de fuego del descenso de categoría. Wolfsburgo desaprovechó una linda oportunidad para sentarse en la mesa de la discusión de los que encabezan el torneo.


Hernán O’Donnell

Ferrari suma victorias, domina el segundo semestre y quiere dar pelea en el Campeonato

El GP de Singapur, esa mezcla de glamour con la renovación que tuvo la Fórmula 1 en los últimos tiempos, nos regaló otra carrera vibrante, atractiva, con un Charles Leclerc que atrapó la largada y una serie de modificaciones que le dieron sabor, con un Sebastian Vettel dominante que volvió a sus grandes jornadas. Ferrari se muestra como la fuerza más competitiva en este segundo semestre, tras el receso tradicional de Agosto, y ya se muestra como una fuerza que dará pelea en la lucha por el título, tras este magnífico 1-2 del GP de Singapur, aunque el puntaje para Hamilton aún es amplio.

El monegasco hizo una partida impecable, rápida, se adelantó sin oposiciones y en la primera curva sacó una buena posición. Detrás, Hamilton, también de buena largada.

Vettel se metió tercero, Verstappen detrás y Sainz se vio tocado por Hulkenberg.

A partir de allí, ya en la octava vuelta, empezaban las estrategias de cada escudería para aprovechar al máximo lo que se preveía como una larga carrera y tal vez con una única parada en boxes.

Cuando promediaba la competencia, las detenciones hicieron modificaciones. Hamilton quedó a 5″ y atrás de las Ferrari. Había estirado un tienpo y varias vueltas la detención, pero no dio buenos resultados; Vettel superó a Leclerc y se estableció en la punta de la carrera. Un choque de Russell contra el muro determina la entrada del safety-car y tras un par de giros tranquilos, la salida del auto de seguridad le abre la puerta a un ritmo tensionante entre las Ferrari.

Vettel, Leclerc, Verstappen, Hamilton y Bottas se ordenaron tras la reanudación del GP. Y se esperaba una ardua lucha entre los coches italianos, aunque Leclerc sabía que no podía ir por un desquite, aunque considerara que el undercut fue injusto.

Pocas vueltas para el final y la emoción se vivía en las primeras posiciones. Hamilton iba por más; por lo menos, a la caza de Red Bull.

Pero no hubo tiempo ni auto que pudiera darle más chances a Lewis. El final llegó con ese orden, el dominio de Ferrari, Max Verstappen en el tercer éldaño del podio y una ausencia llamativa de Mercedes en ese lugar de privilegio de la premiación; después de mucho tiempo el equipo alemán se veía afeura de las copas y el champagne de la celebración.

Pero poco le importó a Vettel ese detalle. Era el tiempo de mostrarle al mundo que estaba de regreso y que Ferrari podía contar con él para dar batalla en el Mundial de la máxima categoría del automovilismo deportivo.


Hernán O’Donnell

Argentinos Juniors hace del esfuerzo su principal arma

Llegó a la cima de la Superliga y se metió en la discusión con los grandes. La “Cátedra” supone que Boca, San Lorenzo, River, tal vez Racing y Vélez vana a pelear el campeonato 2019/2020. Pero ojo con el equipo de Diego Dabove. Es duro, competitivo. y hace del esfuerzo una religión.

Anoche vencióa Central Córdoba de Santiago del Estero por 3 a 1 y empeiza a mirar la tabla desde arriba. Le tocó un adversario difícil, que juega bien al fútbol, respeta el balón y lleva la identidad del buen juego que propone siempre su DT, Gustavo Coleoni.

Pero Argentinos se las rebuscó para ganar. Tuvo un buen comienzo con tres situaciones claras entre los 17′ y los 19′ de juego: una llegada de Silva, un cabezazo cercano del delantero uruguayo y un disparo de Hauche que se desvió al corner.

Después fue más el visitante. Creció a partir de Cristaldo, las subidas de Quiles, la potencia de Herrera, la dinámica de Galeano y la movilidad de Gervasio Núñez.

Pero no tuvo certeza en la definición y no logró una ventaja que pudo merecer. Hasta pareció penal un empujón de Hauche sobre Cristaldo a los 23′ de juego, que el árbitro Echenique no consideró,

En el complemento mejoró el local. Creció. Adelantó las líneas y jugó el partido en el campo del equipo de Santiago del Estero. Y llegaron los goles.

A los 46′, Quintana de cabeza les ganó a todos en el área chica tras un centro de Sandoval y Argentinos se puso 1 a 0. A los 50′, Hauche conectó un centro que había sobrado a los defensores y a Silva, y marcó el 2 a 0.

Sacó del medio Central Córdoba, combinaron Herrera y Núñez y este con un remate cruzado venció a Chaves para señalar el 1 a 2 cuando iban 51′ del partido.

Pero no se quedó Argentinos. Siguió en la búsqueda, no se refugió atrás y supo contener los intentos de los santiagueños, que fueron más ambiciosos con los ingresos de Valencia y Alzugaray.

El equipo de Dabove apeló a su principal característica: lalucha, la intensidad, las subidas de Sandoval y Gómez, la fuerza de Torrrén y Quintana, la dinámica de Sosa, Batallini, Hauche…Y el enorme aporte de Santiago Silva.

Cuando todo entraba en el final, apareció el uruguayo para sellar el triunfo. Gran jugada de Diego Sosa por derecha, habilitación a Sandoval y centro preciso al corazón del área que Silva conectó con un cabezazo espectacular: 3 a 1 a los 86′ y partido liquidado.

Argentinos cerró el encuentro y se trepó a la punta. lo hizo con sus armas, con el estilo que lo caracteriza, que tal vez no se emparente tanto con su historia de buen fútbol, pero que le da resultados a partir del esfuerzo, la intensidad, el desgaste físico y el convencimiento de todos.

Por eso sumó otros tres puntos y empieza a mirar el campeonato desde lo más alto de la tabla.


Hernán O’Donnell

Empieza el sueño máximo para Los Pumas

La Copa Mundial de Rugby Japón 2019 ya comenzó. Los anfitriones del certamen derrotaron 30-10 a Rusia luego de la colorida ceremonia inaugural en Tokio y dieron inicio a una nueva edición del acontecimiento más importante del rugby, tras mucho tiempo de espera y expectativas. En la misma ciudad, Argentina va a realizar su debut en las próximas horas (será a las 04:15 hora de Argentina) ante Francia.

Los Pumas rendirán un examen difícil en el inmediato comienzo de lo que es la cita máxima de este deporte. El primer rival a vencer tiene una reconocida trayectoria en la historia del rugby, se actualiza de manera constante para mantenerse entre los mejores, aunque esté por debajo de algunas potencias como Nueva Zelanda, Inglaterra o Australia, y además superó con contundencia a los dirigidos por Mario Ledesma el año pasado en la ventana de noviembre.

El historial de Argentina posterior al gran desempeño en el Mundial 2015, en el que finalizó en el cuarto lugar, no fue satisfactorio. Luego de aquel certamen, las producciones en los amistosos y en el Rugby Championship acumularon más resultados negativos que positivos, y se extendió hasta los últimos partidos antes de la Copa del Mundo. Pero por más desalentador que pueda parecer el panorama, el seleccionado argentino tiene equipo para lograr una buena versión. La verdad llegará con la disputa de este primer reto y de todos los que Los Pumas afronten en este Mundial, más allá de especulaciones o suposiciones sobre qué se puede esperar de un seleccionado que acumula malos desempeños en las presentaciones recientes, el equipo argentino tiene potencial para ahuyentar los fantasmas y demostrar la categoría que tiene. Argentina sabe sorprender. Lo hizo en 2007, en el Mundial de Francia, que sirvió de base para un crecimiento mayor del seleccionado, y también en 2015.

Así formará Argentina, que irá en busca de dar un primer paso fuerte para poder soñar en alto: 1- Nahuel Tetaz Chaparro, 2- Agustín Creevy, 3- Juan Figallo; 4- Guido Petti, 5- Tomas Lavanini; 6- Pablo Matera (capitán), 7- Marcos Kremer, 8- Javier Ortega Desio; 9- Tomás Cubelli, 10- Nicolás Sánchez; 11- Ramiro Moyano, 12- Jerónimo De la Fuente, 13- Matías Orlando, 14- Matías Moroni; 15- Emiliano Boffelli.

Martín O’Donnell

En la Bundesliga, Schalke quiere discutir arriba

Tuvo un partido duro, complicado, pero lo sacó adelante a partir de un buen juego en mitad de la cancha, el oportunismo para definir y la presión constante de su gente. Par Schalke, la victoria llegó tras un segundo tiempo de sufrimiento, luego de no poder liquidar el encuentro y encontrarse sobre el final con un empate que hasta estuvo en peligro por el atrevimiento de Mainz. Pero sacó pecho y en la agonía gritó los tres puntos que lo meten en la discusión de los punteros.

Suat Serdar a los 36′ abrió el marcador, tras aporvechar un buen pase en el corazón del área, entró libre de modo leve hacia la izquierda y metió un remate fuerte al ángulo superior derecho para poner la Schalke 04 arriba en el partido. 1 a 0 y a darle rienda suelta a la ilusión. Tuvo un buen primer tiempo, pero no liquidó el pleito. Y no se imaginaba que luego iba a sufrir.

Pero el local se quedó en el segundo tiempo; permitió la recuperación de Mainz y de a poco la visita volcó el partido a su favor. Tuvo atrevimiento para ir a buscar el empate, el fondo de la tabla lo acechaba y luchó por la igualdad.

Así arribó a su objetivo. A los 74′ llegó el empate de Mainz, tras un remate de afuera de Onisiwo, un golazo por la maniobra individual, por la ejecución y por la limpieza en la que se metió en el ángulo izquierdo del portero Nübel. Sorpresa en Gelsenkirchen, y la punta de la tabla que se esfumaba.

Pero el aliento no cesaba y el local iba. Y tuvo su premio cuando Harit a los 88′ sacó un remate fortísimo, cruzado, endemoniado, que se metió abajo en el palo derecho de Zentner y desniveló para el local. A esta altura, el Veltins Arena era una caldera efervescente.

Entre Harit y Caligiuri, Schalke controló el final. Supo sostener el partido, se le había complicado mucho y por momentos pareció que no sólo resignaba dos unidades por el empate, sino que hasta ese punto que sumaba quedaba en peligro. Pero encontró el remate del final, celebró la victoria y se sentó en la mesa de los de arriba para discutir la Bundesliga.


Hernán O’Donnell