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A pesar de sus méritos, Tigre y Atlético Tucumán ya ponen en juego su continuidad en la Copa de la Superliga

En estos últimos días la competencia local brindó encuentros con un alto grado de entretenimiento por la paridad de los duelos y la incertidumbre de qué equipo daría el paso hacia la siguiente ronda. Porque si bien en los partidos de ida de cuartos de final, tanto Tigre como Atlético Tucumán consiguieron una ventaja considerable, en la revancha esa posible clasificación se vió seriamente amenazada ante la arremetida de nada menos que Racing y River. Es un rasgo que permite la Copa de la Superliga: partidos de ida y vuelta que dejan la serie abierta hasta el último minuto. Ya hubo encuentros más parejos, disputados, quizás hasta más discretos por la falta de goles, como en San Lorenzo – Huracán (que incluso finalizó con emoción por la definición por penales en la que ganó el Ciclón). Pero la última instancia vió como los equipos de Gorosito, que se impuso 2 a 0 en el primer dispute ante el flamante campeón de la Superliga, y el de Zielinski, que goleó como local al actual campeón de América, sufrieron hasta el pitazo final por partidos plagados de goles y emociones. Ambos conjuntos, con mucho empeño y sacrificio, lograron soportar la embestida y dejaron en el camino a dos poderosos.

Pero ahora, tanto el Matador como el Decano están obligados a cambiar de página y poner el foco en el partido de semifinal, para el que tanto lucharon. Porque el torneo sigue, y las fechas del certamen no otorgan tiempo para celebrar: hoy Tigre recibe a Atlético Tucumán apenas unos días después de que ambos hayan logrado la hazaña de sobreponerse a rivales de jerarquía.

El equipo de Victoria culminó su participación en la Superliga cosechando una cantidad de puntos sorprendente desde la llegada de “Pipo” Gorosito como entrenador. Este buen andar se prolongó en la Copa de la liga y por ello hoy está entre los cuatro mejores.

El Decano vive un momento de esplendor desde que volvió a jugar en primera en 2016. Participó de la CONMEBOL Libertadores 2017 y 2018 (en esta última alcanzó los cuartos de final), y en la reciente temporada finalizó quinto en la tabla de posiciones de la Superliga, quedó muy cerca de abrochar un nuevo boleto a Libertadores, pero lo consiguió para la Sudamericana del año próximo.

Hoy los dos equipos protagonizarán un encuentro de semifinales que pocos imaginaban posible, y sólo uno de ellos va a continuar su marcha, sin importar qué hayan hecho previamente para llegar a este momento.


Martín O’Donnell

Boca y Argentinos armaron la otra semifinal

Primero consiguió el pasaje Argentinos Juniors. Por una cuestión de horarios, jugó en el primer turno y logró una valiosa victoria en La Plata ante Gimnasia. Con los argumentos que ya empiezan a ser marca registrada en el equipo de Diego Dabove. Un equipo que mete, lucha, raspa, ahoga cuando el rival tiene la pelota, que propone un juego muy físico, y cuando tiene el balón le da buen destino, lo cuida, sabe manejarlo a partir de la conducción del volante Alexis Mac Allister.

Tuvo esa actitud en el bosque y por eso dominó el primer tiempo. Fue más que Gimnasia en esa etapa, y se la llevó por 1 a 0; después el Lobo emparejó y fue más incisivo en el ataque. Silva puso el 1 a 1 a los 57′ y el local empezó a manejar el partido, con muchos hombres sumados al ataque y varias situaciones claras que fueron atrapadas por el arquero visitante, Chávez.

Y en el mejor momento del local, Argentinos tuvo la ocasión para desnivelar, tomar aire y asegurarse el partido. Llegó el corner desde la derecha de Mac Allister, el cabezazo de Sandoval y el gol de la visita a los 73′. Argentinos ponía el partido 2 a 1 a su favor y ya todo parecía terminarse, aunque a los 79′ un remate de Lautaro Chávez pareció desviarse en la mano de Jonathan Galván, el partido parecía resuelto. La serie estaba terminada, Gimnasia no tenía reservas para aforntar lo que quedaba y marcar dos goles y Argentinos lucía motivado por el logro.

Boca consiguió el festejo en los penales. Después de 90′ de mucha tensión, de mucho nervio, de un partido jugado con alta intensidad, todo tuvo que resolverse desde los doce pasos.

El conjunto de Alfaro fue bastante más en la primera etapa y tuvo a Vélez contra su arco. Las intervenciones de Hoyos, el travesaño, alguna imprecisión y la defensa férrea impidieron que abriera el marcador.

El complemento fue todo lo contrario. Vélez se convirtió en el dominador, se hizo de la pelota y con el ingreso de Almada tuvo más imaginación en ataque. Sumado a la participación de Salinas, el visitante se adueñó del partido. Cuando Boca se quedó con un hombre menos por la expulsión de Izuqierdoz parecía que el gol del equipo de Liniers estaba al caer.

Esteban Andrada, de brillante actuación, lo impidió.

Todo el morbo, la ansiedad, la angustia que despiertan las definiciones por penales, esta vez tuvo un aliciente mayor: Mauro Zárate, el gran centro de la escena de esta serie, iba a ejecutar y el mundo se suspendería por ese instante. Ya había desviado Braian Cufré, igualado después Rodrigo Salinas y Zárate tenía la oportunidad de poner a su equipo 3 a 2 y dejarlo bien encaminado en la definición.

La tensión, los nervios, la angustia que se reflejaba en su rostro quedó a un lado a la hora de ejecutar. Lo hizo con precisión y buena técnica. Boca estaba más cerca.

Almada para Vélez, Fabra para Boca, Leandro Fernández para el visitante…el partido 4 a 4 y Julio Buffarini con la posibilidad.

El remate fue fuerte, al medio, alto. Bien ejecutado. Boca gritó el triunfo, celebró la clasificación y va por las semifinales.

Empezará el domingo ante Argentinos en La Paternal. La Copa de la Superliga avanza y por esta modalidad de eliminación directa crece en tensión, nervios y angustia. Pero también en ilusiones y sueños, de pegar un grito y celebrar en título.


Hernán O’Donnell

Con la soga al cuello, Tigre y Atlético Tucumán superaron a dos grandes rivales

Habían sacado una ventaja importante en el partido de ida; los dos habían superado a dos grandes de nuestro fútbol. Y tenían el resultado a afvor, pero, tal como se vio en la Champions League y como se sabe desde tiempos inmemoriales, los partidos duran hasta el silbato final, y las series de dos encuentros (180′) no permiten aventurar un final en el primer encuentro, porque aunque el resultado sea amplio, quedan 90′ y un poco más por jugar, con una historia nueva, planteles renovados y aires de esperanza.

Racing tuvo 45′, los iniciales, de muy buen nivel. recuperó el estilo que lo llevó a ganar el campeonato de la Superliga. Fue ambicioso, tuvo dinámica y empujó a Tigre contra su arco. Orbán, de cabeza tras un corner desde la derecha marcó el primer gol a los 20′. Después fue Lisandro López quien capturó un rebote en el área y marcó el 2 a 0 a los 38′.

En el complemento, mermó un poco la presión, aunque siempre el control lo tuvo el local. Tigre se acomodó un poco mejor en su campo y cuando todo parecía llevarnos a la definición por penales llegó el golazo de Perez Acuña a los 90′ y en la agonía, el visitante convirtió un gol de mucho valor, pues obligaba a Racing a meter dos goles, en los 5 minutos que habían adicionado.

Cvitanich tuvo una oportunidad, pero el travesaño se lo impidió. Ahí se acabaron las últimas ilusiones de la Academia.

Tigre, por lo que hizo en el primer partido, logró el pase a las semifinales.

Unos minutos después, River salió hecho una tromba en el Monumental. Con una actitud y una dinámica similar a la que había exhibido ante Aldosivi, el equipo que conduce Marcelo Gallardo metió a Atlético Tucumán en su campo y comenzó a rodearle la manzana, hasta provocar la caída de su arco. A los 15′ Ignacio Fernández con una exquisita definición quebró el arco de Luchetti. 1 a 0 y la esperanza se encendía con muchos justificativos.

Aumentó lucas Pratto a los 41′ y entonces todos dejaron volar la imaginación a las remontadas de Europa y se entusiasmaron con un segundo tiempo que prometía más emociones.

Sin embargo, un cachetazo iba a recibir el local cuando nacía el complemento. Corner desde la derecha, la peina Leandro Díaz y Javier Toledo con la suela la toca a la derecha de Armani. Gol de Atlético Tucumán a los 50′ y un frío recorría el Monumental con el 2 a 1 que complicaba al millonario.

Pero el entusiasmo volví a reflotar a los 56′, cuando el tiro de Pratto dio en el poste izquierdo de Luchetti, de la Cruz tomó el rebote, se la pasó a Suárez quien convirtió y el encuentro quedó 3 a 1.

Después de un dominio permanente, de varios remates perdidos, ocasinoes que no se pudieron concretar, a los 84′ Lucas Pratto señaló de cabeza y con el 4 a 1 se desató la euforia. Quedaba tiempo para un gol, nada más…

No hubo milagro. Se aferró Tucumán al resultado y pudo aguantar el embate final. Había consumado el objetivo enorme de superar en la serie a un grande, tal como minutos antes lo había hecho Tigre. Para confirmar una vez más que las Copas están hechas de historias, de hazañas y de sueños imposibles que en noches impensadas se hacen realidad.



Hernán O’Donnell

La CONMEBOL Libertadores ya tiene su programa

Hacía mucho tiempo que no se esperaba un sorteo con tanta expectativa. Que no se hablaba tanto en la previa, que no había tantas premoniciones ni tantas especulaciones sobre los posibles enfrentamientos en octavos de final.

La mayoría de las expectativas estaban puestas en un posible choque entre Boca y River en la primera ronda eliminatoria. No sucedió. Después, se analizaba a cada equipo, como si hubiera muchas diferencias entre ellos. Y creemos que no, que hay distancias quizás entre algunos brasileños que asoman como favoritos, pero nada está dicho hasta que se jueguen los partidos.

El esquema ahora está definido y ya se sabe no sólo quienes se enfrentarán en octavos de ifinal, sino también el hipotético camino hasta la gran final prevista para el 23 de Noviembre en el estadio nacional de Santiago de Chile.

Los equipos argentinos han quedado casi todos de un lado de la llave, como se suele decir. Esto es, que River, San Lorenzo y Boca se encontrarían antes de la final. Los primeros en un hipotético cuarto de final y Boca se podría llegar a medir con alguno de ellos en una posible semifinal.

Del otro lado viene Godoy Cruz Antonio Tomba de Mendoza. Con una llave complicada, con muchos conjuntos brasileños y la ilusión de jugar una final muy cerquita de su provincia, de su casa.

Aquí está el “cuadro”. El fixture final. El gran programa, la gran ilusión. Para los amantes del fútbol, el cronograma para palpitar un segundo semestre lleno de emociones.

Es cuestión de guardarlo y tenerlo siempre a mano, porque las noches de Copa se acercan y esperan por un ganador.



Hernán O’Donnell

Todo quedó abierto para definir en La Bombonera

Del partido de Vélez y Boca se empezó a hablar una semana antes de jugarse. Incluso, antes de saber que se podía llegar a realizar. Cuando el diagrama de la Copa de la Superliga quedó establecido, muy rápìdo se empezó a especular con la posibilidad de este cruce. En verdad, lo que disparaba los comentarios, el morbo y las especulaciones era la oportunidad en que Mauro Zárate volviera al Estadio “José Amalfitani” con la camiseta del club de la Ribera.

Y cuando el partido quedó confirmado, toda la semana se habló de eso. Del regreso de Zárate a Liniers. Del recibimiento y el comportamiento de los hinchas, de la posibilidad de que el futbolista no actúe, de como podría ser su reacción ante los hinchas de su ex equipo. Y no se habló de fútbol. Ni del juego ni de los equipos. De que podrían proponer, que podría suceder.

Fue un bochorno la actitud ante la presentación del Himno Nacional Argentino. Se despreció un símbolo patrio por el coro de insultos al futbolista. Una verdadera pena. Porque con el correr del partido, hasta se olvidaron de los silbidos. Podrían haber dejado ese momento para honrar a la canción patria.

Porque el partido fue tan pobre, tuvo tantas interrupciones y se perdió entre los roces que no dejó mucho para recordar.

Vélez fue uj poco mejor en el primer tiempo y mucho más en el complemento. Tuvo firmeza en la defensa, a partir de la contracción al trabajo de la defensa. Laso, Gianetti y Cufré estuvieron firmes y concentrados. Giménez ordenó el medio campo, y arriba los cuatro fueron muy dinámicos: Almada, Bouzat, Fernández y Vargas no sólo atacaron sino que fueron los primeros que presionaron.

Boca se sostuvo con el esfuerzo de Buffarini y la solidez de Andrada, al cabo, la figura del partido. pero el resto de la defensa no lució tan confiable. Un poco de López, menos de Izquierdoz y Mas.

Pero no pudo equilibrar el juego. En el primer tiempo, un arranque de Zárate, las corridas de Pavón y la potencia de Abila. pero no llegó con peso al área y en el segundo tiempo se desdibujó por completo. Sólo un pelotazo largo de Andrada para Abila posibilitó la salida rápida del arquero Hoyos. Y nada más.

Después, fueron todas acciones del equipo local. pero entre Andrada y el travesaño le ahogaron el grito.

Terminó 0 a 0 y por suerte, con el correr del partido todos se olvidaron del tema individual y se enfocaron en el juego, ese que quedó en deuda y abierto para definirse en la Bombonera.



Hernán O’Donnell

Hamilton aceleró en España y otra vez domina el Campeonato

“No hice un buen trabajo en la clasificación, y fui demasiado amable en la largada”. Ese fue el comentario, con mucho de análisis, autocrítica y anticipo de lo que vendría, que realizó Lewis Hamilton tras el Gran Premio de Azerbaijan. Estaba molesto consigo mismo, y así lo hizo saber. No había tenido un buen trabajo el sábado y el domingo cedió en la Q1, entonces ya sabía y anunciaba que sucedería en el Gran Premio de España.

Y así fue en Barcelona. Largó segundo, detrás de Valtteri Bottas, peró por poco tiempo. Aprovechó un leve quedo de su compañero, un poco encerrado por Vettel, y antes de la primera curva se aferró a la vanguardia. Bottas pudo acomodarse segundo, Verstappen quedó tercero y Vettel y Leclerc ccomenzaron una dura lucha entre las dos Ferrari. Pero era evidente que el monegasco iba más rápido que el alemán y lo superó, tal como lo aceptó el equipo y cedió Vettel, para luego comenzar otra batalla.

Pierre Gasly se metía en la pelea. Sabía que no debía cometer errores, no antender a la críticas y con prolijidad se posicionaba en el sexto lugar, con expectativas: Romain Grosjean desarrollaba una buena carrera, superaba varios puestos y se ubicaba en el sexto lugar.

Nico Hulkenberg llevaba a Renault al séptimo puesto y octavo se posicionaba Kevin Magnussen. Ahí se veía la potencial lucha entre Haas y Renault por ubicarse cerca de los dominantes, detrás de Mercedes, Ferrari y Red Bull.

En la vuelta 36, Vettel, que ya había tomado velocidad se arrimó a su compañero y este lo dejó pasar. La orden de Ferrari se basaba en la mayor velocidad y en que el alemán, en definitiva, es el piloto número 1. Leclerc había tenido su beneficio antes y esta era una devolución de gentilezas.

En la punta no había variantes. Todo se repartía entre Hamilton y Bottas.

En las últimas 20 vueltas creció la intensidad. El toque entre Norris y Stroll produjo el ingreso del “safety-car” y con ello se apretaron un poco los tiempos y las posiciones. Para la vuelta 55 de las 66 previstas, la expectativa pasaba por si Bottas podía achicar la distancia con su compañero.

Pero Lewis ya había advertido lo que iba a proponer. Se acabó el tiempo de la amabilidad. Está mentalizado para ir por la sexta corona. Quiere marcar época, tiene en la mira el récord de Michael Schumacher, apunta a coronarse como el máximo ganador de todos los tiempos, va por todo.

Lo había anticipado y lo cumplió. Lewis Hamilton aceleró en España y va por un nuevo campeonato.



Hernán O’Donnell

La noche alegre de Tucumán

El estadio Monumental José Fierro estaba colmado, como casi siempre. La multitud se apretujó desde temprano, porque las circunstancias así lo ameritaban. Se jugaba el partido de ida por los cuartos de final de la Copa de la Superliga Argentina de Fútbol. Y enfrente estaba River, nada menos.

Entonces, todos llegaron temprano, se acomodaron en sus lugares habituales y se prepararon para ver un partido deseado. Muchos lo hicieron con la ilusión de hacer un buen partido; otros, con el sueño de ganar. Lo que pocos habrán imaginado es que se iba a desatar un vendaval de fútbol por parte del local y que iban a vivir una goleada que les da una ventaja importante para el desquite del martes en el Monumental de Buenos Aires.

Fue un partido intenso, en el que River intentó imponer condiciones en el principio. trato de ordenarse a través del trabajo de Zuculini en la mitad de la cancha y la dinámica ofensiva que le daba Ignacio Fernández, con la potencia siempre latente de Lucas Pratto.

El equipo de Zielinski le opuso un esfuerzo muy grande en la mitad de la cancha, para ahogar a River, presionarlo y partir rápido hacia el arco de Armani a través de la habilidad de Barbona y la fuerza de Toledo y Leandro Díaz.

Tuvo ritmo e intensidad. River buscó en ese inicio, pero chocó con la firmeza de los centrales locales, Lamas y Sbuttoni, que siempre se mostraron muy firmes. Y cuando Atlético tuvo sus oportunidades, no falló.

David Barbona aprovechó un buen pase al área, entró con pelota dominada, enganchó sobre la salida de Rojas y con un violento remate venció al arquero de River para maracar el 1 a 0 cuando iban 35′ de juego.

Estalló Tucumán y el partido se volcó de forma decidida. River quiso reaccionar, pero cuando estaba en esa búsqueda de reacomodarse en el partido tuvo un segundo golpe que lo dejó desconcertado. Corner desde la derecha, cabezazo al medio del área y la aparición solitaria de Javier Toledo para señalar de cabeza el 2 a 0 a los 38′ de ese primer tiempo.

River terminaba el primer tiempo golpeado y confundido.

Atlético Tucumán aumentó su intensidad en el complemento. Fue más dinámica su presión en la mitad de la cancha. Tuvo aire para correr de la misma forma que lo había hecho en la primera parte. River se vio errático, con muchos problemas en el traslado y con imprecisiones llamativas a la hora de elaborar jugadas de peligro. Luchó el partido, pero no lo jugó. Los ingresos de de la Cruz y Matías Suárez le dieron un poco más de oxígeno en la ofensiva, pero no llegaron a desequilibrar ni a armar una fuerza de ataque con mayor peso.

Y los locales no bajaron el ritmo. Al contrario, apretaron y aprovecharon al máximo cada error de River; de una pelota que Armani no logró retener, rápido estuvo Toledo para tomar el rebote y marcar el tercer gol. Iban 79′ y el equipo de Ricardo Zielinski sellaba el 3 a 0 final.

No hubo mucho más en los minutos finales. La explosión de la gente, el canto optimista y el sueño de continuar esta historia en el desquite en Buenos Aires, que será muy difícil porque River tuvo una actuación fallida y se puede recuperar pronto; de hecho, aún están frescos los 6 goles que le hizo a Aldosivi…

Pero eso hoy no le importa a la ciudad. Hoy es una noche para celebrar, para guardar en la memoria y recordar cada vez que haga falta como la noche mágica en que le convirtió tres goles a River Plate…



Hernán O’Donnell

La Copa Libertadores abre su cara más emocionante

Se completó el fixture de la fase de grupos, y la Copa CONMEBOL Libertadores de América 2019 entra en su etapa definitiva, la más atrapante, la más emotiva. La decisiva. Ahora ya no hay posibilidad de equivocarse. Se achicó de modo sensible el margen de error. Un paso en falso, una mala noche, una jugada equivocada o una mala decisión, puede costar muy caro. El regreso a casa.

Ya están los clasificados y es un buen momento para el análisis.

Los que se ubicaron en el primer lugar del grupo, parecen los más firmes candidatos. Si uno repasa la lista, allí surgen grandes equipos de Brasil, Boca y los clásicos de Paraguay.

Palmeiras es el mejor de los primeros. Tuvo un comienzo con algún sobresalto cuando le tocó perder con San Lorenzo en Buenos Aires tras dos victorias iniciales, pero luego se acomodó y con tres triunfos consecutivos llegó al primer puesto de la general y aparece como uno de los favoritos.

Lo mismo puede decirse de Cruzeiro que ganó cinco encuentros consecutivos y recién resignó el primer puesto en la general cuando perdió su último encuentro ante Emelec.

Internacional fue el dueño de la zona A. hasta pudo ganar en el Monumental, pero en el último segundo del partido, Lucas Pratto le dio el empate en 2 tantos a River Plate.

Los paraguayos de Cerro Porteño, Libertad y Olimpia parecen parejos, aunque los dos primeros lucieron más regulares y asoman como adversarios más complicados.

Flamengo tuvo una performance irregular, en un grupo muy parejo donde llegó a los 10 puntos igual que Liga de Quito y Peñarol, pero por diferencia de gol se ubicó primero, detrás el equipo de Ecuador y los uruguayos, aún con las mismas unidades, quedaron relegados a la Copa CONMEBOL Sudamericana.

Boca sacó a relucir su tradicional garra y también luchó y sumó los puntos necesarios para clasificarse. Y así, con su temple histórico convirtió el gol de la clasificación en el minuto 90+5 con un tremendo derechazo de Carlos Tévez ante Atlético Paranaense. Ese gol agónico le aseguró la clasificación y lo catapultó al primer lugar del grupo.

No habrá que perder de vista a los que entraron en segundo lugar. River es el campeón defensor del título y un serio candidato. Igual que Gremio, Nacional de Montevideo (fue el mejor de los segundos) y Emelec que también entró en la última fecha, al vencer a Cruzeiro en Brasil.

Habrá que aguardar por San Lorenzo, si sale de su laberinto y logra hacerse un rival difícil. Nunca hay que descuidar al equipo de Boedo, siempre renace y puede dar el golpe cuando lo dan por olvidado. Godoy Cruz, de juego simple y batallador, también quiere llegar lejos. Y Liga de Quito, acostumbrado hace ya muchos años a meterse en la discusión de los grandes de América.

Así está la Libertadores. Con sus clasificados, sus equipos candidatos y aquellos que buscan dar la sorpresa. Ahora están todos en la misma línea de partida. Todos con la misma ilusión de una Copa que ingresa en su punto máximo de ebullición, a la espera de las mejores noches. Esas que están llenas de misterio, sorpresas y hazañas.



Hernán O’Donnell

Lucas Moura, el héroe menos pensado, lleva al Tottenham a la gran final

Lucas Moura es el nombre y apellido de una nueva hazaña en la Champions League. Cuando todo parecía terminado, cuando todo parecía resuelto, cuando los goles de Ajax en el primer tiempo parecían sentenciar la serie, apareció el brasileño para destrozar el sueño holandés y llevar a Tottenham Hotspur a un encuentro decisivo entre equipos ingleses. Juagrá, en Madrid, la gran final ante Liverpool.

Un vuelco extraordinario, una remontada inolvidable, un homenaje al espíritu de lucha, al saber que nunca hay que darse por vencido. Ni aún vencido. El equipo de Mauricio Pochettino se fue con un 2 a 0 en contra al final del primer tiempo, sumado a la derrota en Londres por 1 a 0, lo obligaba a convertir 3 goles. a dar vuelta una serie que parecía imposible. Y lo logró.

El fútbol holandés deslumbró al mundo en los años ’70. En esa década se consolidaron sus valores, su identidad futbolística, su credo en el campo de juego y llegó alto en las competiciones, tanto a nivel clubes como el seleccionado del país, que alcanzó dos finales del mundo, en 1974 y 1978.

En ese contexto, Ajax fue un exponente relevante de la escuela holandesa. Con jugadores deslumbrantes, como Johan Cruyff, Ruud Krol, Wim Suurbier, Johan Neeskens, Arie Haan, Johnny Rep, y la conducción de Rinus Michels, el equipo de Amsetrdam llegó a lfinal de la Copa de Campeones en 1969, y luego ganó tres finales consecutivas: 1971, 1972, 1973. En el medio, el Feyenoord del astro Willem Van Hanegem había conquistado el torneo en 1970.

Ese era el fútbol de Holanda en esos años. El recuento de los títulos logrados y las finales alcanzadas lo hacemos en función de sostener, de apoyar lo más importante del Ajax y de Holanda de esos años: el respeto por la pelota, la “desorganización organizada”, la triangulación permanente, el pressing asfixiante y la dinámica en la búsqueda del arco contrario. Todos esos conceptos se sintetizaron con un bautismo que quedaría prendido para todos los tiempos: “El Fútbol-Total”. Aquel Ajax de Rinus Michels era el máximo exponente de esa forma de entender el juego.

Esa época de oro tuvo un “revival” en los años ’90, cuando Louis Van Gaal reflotó todos aquellos conceptos y el equipo de Amsterdam volvió a dominar Europa con el Campeonato obtenido en la temporada 1994/95, con jugadores como Edgar Davis, los hermanos de Boer, Overmars, Seedorf, Rijkaard, Patrick Kluivert y extranjeros de alta jerarquía como Finidi George, Jari Litmanen o Kanu.

Ese tiempo regreso en las figuras de De Ligt, van de Beek, Veltman, De Jong, Huntelaar y los foráneos André Onana, Dusan Tadic, David Neres, Lasse Schöne, Ziyech, Tagliafico…

Toda esa historia y el ímpetu del Tottenham armaron una semifinal inolvidable. Un desquite imprevisible, lleno de emociones y sorpresas. Con dos conjuntos que se la jugaron de principio a fin y se repartieron los tiempos.

El inicio fue para el local. A los 4′ De Ligt convirtió de cabeza y Ajax se adelantó por 1 a 0 frente al Tottenham. Que no se amilanó. El equipo inglés se sacudió el polvo, se levantó y fue a pelear el partido.

El equipo de Pochettino sabía que estaba en una situación similar a la inicial. Debía hacer dos goles para clasificarse. El tanto tempranero había terminado sólo con la posibilidad de definir la serie por penales, pero para el conjunto inglés la situación a revertir no cambiaba demasiado. Si necesitaba un gol para ir a penales o dos para clasificarse, ahora debía ir en forma directa a los dos tantos para pasar.

Por eso fue, pero…cada contra de Ajax era un gran peligro. Y a los 35′ salió un contragolpe mortal. Arrancó en De Jong, siguió en Tadic, el delantero entró al área y habilitó a Ziyech que convirtió el tanto con un remate cruzado. Ajax se ponía 2 a 0 y Amsterdam era una fiesta de cantos y alegría.

Tottenham siguió de la misma forma. Sin desesperarse, sin volverse loco. Comenzó el segundo tiempo con la misma premisa. Si antes había que hacer dos goles, ahora habría que hacer tres. Y la mejor manera era hacerlos de a uno. Como Lucas Moura que entró decidido al área a los 55′ y con un remate fuerte marcó el 1-2.

Y a los 58′ clavó el empate, tras una serie de rebotes y un error de Schöne que le sacó la pelota a Onana, Lucas Moura sentenció el empate 2 a 2.

Nos quedaba media hora más a puro fútbol. De pronto, Ajax se llenó de dudas. Y Son, Llorente, Mouras y Dele Alli volcaron todo su fútbol en el área holandesa. Lo tuvo Ziyech en una contra a los 62′, pero era el conjunto inglés que el que trasmitía una impresión superior, como que rondaba con mayor peligro el arco de Onana.

Y fue, jugado a todo o nada. A la búsqueda de la victoria, a fuerza de empuje e ideas. Dejaba espacios para la contra, que el Ajax tuvo en dos oportunidades como para rematar la definición. Pero no pudo.

Y con el último suspiro, Lucas Moura convirtió el tercer gol de la visita. Cuando se jugaba 90’+5′. Cuando ya no quedaba aire para nada. Cuando el drama y la gloria se abrazan al fútbol, Tottenham alcanzó el último grito y se fue envuelto en la felicidad de haber vivido una noche inolvidable.



Hernán O’Donnell

Liverpool eliminó a Barcelona con una goleada para recordar por mucho tiempo

La semana había comenzado complicada para Liverpool. El triunfo apretado en la penúltima fecha de la Premier League en Newcastle, el gol, de Origi sobre el final, la lesión de Mohamed Salah que lo sacó del desquite en Anfield, el inconveniente físico de Roberto Firmino que también lo marginó, la ausencia de Naby Keita, la victoria ajustada de Manchester City el lunes que lo volvió a relegar a la segunda posición…demasiadas contras para recibir a Barcelona en Anfield y tratar de revertir un marcador desfavorable de 3 a 0.

Con toda esa carga en contra salió el Liverpool. Pero como si fuera un combustible extra, con el aliento de su gente, salió decidido a acorralar a Barcelona e intentar achicar la diferencia establecida en el primer choque.

A los 6′ llegó la primera emoción. Henderson entró libre por el medio, el remate al arco, el rebote en el arquero Ter Stegen y Origi convirtió con el arco libre. Liverpool ganaba 1 a 0 y el estadio explotaba como un volcán.

Barcelona lucía desconcertado en esos primeros minutos. El local corría y recuperaba rápido. Aunque bastó que Messi tuviera una oportunidad, para que el mundo supiera que El Rey estaba presente. Un centro atrás de Suárez y el remate al ángulo de Leo que Alisson sacó al corner con esfuerzo.

Después, se lo perdió Leo; se la birlaron cuando iba a definir. Lo tuvo Coutinho y Alisson la desvió. Y enseguida casi concreta Arturo Vidal. En dos minutos, Barcelona demostraba que sería duro de matar.

Iban 20′ y el partido llevaba un ritmo y una cantidad de llegadas a los arcos que parecía un día que jugaban. A toda velocidad y con una precisión notables. El resultado era una incógnita.

Barcelona se hizo fuerte a partir de la presencia de Sergio Busquets en la mitad de la cancha. Fuerte para cortar y con sus pases verticales, organizó el medio juego con la ayuda de Vidal y Rakitic. En la búsqueda del enlace con Messi, nacían las acciones más peligrosas. Leo se encargaba de generar profundidad con pases milimétricos y precisos. El equipo inglés le peleaba el medio juego con el temperamento de tres volantes que mezclan juego (Fabinho), posicionamiento (Henderson) y mucha fuerza y despliegue (Milner). Buscaba salir por afuera con Alexander-Arnold y Robertson (excelente lateral izquierdo que algunos descubrieron en estos días…) y lanzaba pelotazos para Origi y Mané.

La más clara la tuvo Barcelona al final. Genial habilitación de Messi a Jordi Alba, la aparición por el centro del lateral izquierdo visitante y la salvada rápida de Alisson cuando el peligro acechaba.

El primer tiempo se cerraba con el 1 a 0 para el local, que todavía guardaba esperanzas. Y arrancaba el complemento con una variante Wijnaldum por Robertson, lesionado. Al lateral izquierdo fue Milner y Wijnaldum a la posición de volante interno por izquierda.

Y fue el ingresado el que encendió la explosión. A los 53′ entró solo por el medio y con un remate fuerte, tras recibir el centro de la derecha marcó el 2 a 0. Pero esto no sería todo. A los 55′, centro de la izquierda y Wijnaldum de cabeza señala el 3 a 0.

Liverpool era una explosión de alegría, locura y optimismo.

Quedaba más de media hora por jugarse y todo podía suceder. Fútbol en estado puro. Messi con su amenaza latente, Suárez daba pelea como siempre, el brasileño Arthur que ingresaba por Vidal para tener más circuitos con Leo…

El partido entraba en los 15′ finales, en esa zona de fuego donde un gol, de cualquiera de los dos equipos, podía sentenciar la serie.

La avivada de Alexander Arnold produjo otra explosión en Anfield Road. Ejecutó rápido un corner, cuando todos aún se acomodaban y Origi, a los 78′, convirtió con un tiro cruzado el cuarto gol. 4 a 0 para el local.

Y el final para recordar. Con sangre, sudor y lágrimas, Liverpool se aferró al resultado. Metió a Gómez para reforzar el lateral y soltar a Milner y Sturridge para contraatacar con velocidad.

Sangre, sudor y lágrimas puso el equipo inglés ante un Barcelona desconocido, que estuvo lejos de su fútbol y flaqueó en el momento de apelar a la lucha. Liverpool metió los cuatro goles necesarios para revertir una serie que tenía en desventaja y una semana que venía mal barajada. Y los metió tras una actuación histórica, en una noche inolvidable, apoteótico, maravillosa.



Hernán O’Donnell