El Seleccionado presentó sus nuevas caras

Fue un partido agradable, un rendimiento positivo y una victoria lógica y previsible. La Argentina de Scaloni (¿Por cuanto tiempo estará?) hizo su debut en Los Angeles, California, Estados Unidos de América ante Guatemala. El rival no parecía de mayor riesgo, casi sin antecedentes en los últimos meses, con poco rodaje y una historia que no se acerca a la de mayor gloria no sólo en el Mundo sino en Centroamérica. En su región, Guatemala está por debajo de Costa Rica, Honduras, El Salvador e incluso Panamá. Por eso era más un partido para ver las fuerzas propias que la oposición que pudiera brindar el adversario.

El equipo argentino tuvo unos buenos 45 minutos iniciales. Costó abrir el marcador, pero se vieron acciones y propuestas que llevaban a pensar que indefectiblemente el gol caería. Rápido por los costados, Pavón y Martínez supieron abrir el espacio, con dinámica en la mitad a partir de los desplazamientos de Lo Celso y firme en la zaga de Pezzella y Funes Mori.

Llegó el penal a los 30′, con el tiro cruzado del “Pity” Martínez se abrió el marcador y a partir de ahí se encontraron los espacios en la ofensiva.

Lo Celso convirtió un golazo: le cayó un despegue del centro del área, tras un corner ejecutado desde la derecha y metió un bombazo que se coló por debajo del arquero guatemalteco. Un remate seco y potente decretaba el 2 a 0.

Y sobre el final del primer tiempo, Giovanni Simeone apareció por izquierda, gambeteó al arquero, se abrió un poco más y remató a la red desde un ángulo cerrado.

El primer tiempo se cerraba con un 3 a 0 contundente. Parecía que la cifra se podía ampliar en el complemento. Pero, de modo  misterioso, esto no ocurrió.

En el segundo tiempo, Argentina (también Guatemala) metió muchos cambioos. como suele suceder en estos partidos, las variantes desdibujan al equipo. Es bueno para ver la mayor cantidad de futbolistas, pero el funcionamiento colectivo comienza a mermar. Cada modificación conlleva un tiempo de adaptación, tanto del que ingresa como del resto de los compañeros al jugador que se suma. Y, suele pasar, el equipo baja el volumen, aunque si es muy valioso para que se empiecen a sumar más jugadores, sumen minutos, sientan la camiseta y aprovechen algunas posibilidades individuales. Lo bueno de Argentina, es que estos muchachos privilegiaron el juego colectivo que el lucimiento personal; se buscó más tocar y asociarse que  la maniobra individual.

Por eso valen los ingresos de Santiago Ascacíbar, el “Monito” Vargas, Walter Kanemann, el “Mudo” Vazquez, Franco Cervi…todos pudieron hacer su aporte y mostrarse con una camiseta que requiere talento, pero sobre todo, personalidad.

No pudo aumentar la Argentina en el complemento, pero mostró una buena imagen colectiva. Ganó con claridad, dio el primer paso, comenzó el nuevo camino. No es poco, en estos tiempos tan convulsionados para el equipo nacional.

 

Hernán O’Donnell

Los Ángeles del Seleccionado

La Argentina empezó el nuevo rumbo. Ya está en Los Ángeles, la hermosa ciudad que vibra en el corazón de California, en los Estados Unidos de América. Famosa por sus estudios cinematográficos, su vida cultural y los barrios elegantes donde viven los ricos y famosos.

Hasta allí llegó el seleccionado de Lionel Scaloni. El seleccionado nacional. Más allá de los nombres y los hombres que la integran, muchos de ellos jóvenes y muchos de ellos sin experiencia en el equipo argentino. Pero con la ilusión intacta y las ganas de demostrar que pueden ser futbolistas que nos representen en el elenco nacional.

En horas se enfrentará a Guatemala; la idea del técnico es jugar con un 4-3-3, pero más allá del dibujo inicial, lo que le interesa es la movilidad y la dinámica del conjunto: un equipo que pase muy rápido de defensa a ataque, vertical, con transiciones veloces, y con llegada directa a posiciones de ataque.

Ha ensayado con varios equipos, pero hay algo que se sostiene, y es el estilo de juego. Para Scaloni, el funcionamiento es prioridad.

Hay otros temas que ocupan la agenda del equipo. Los jóvenes que llegaron, como el caso de Exequiel Palacios, de sólo 19 años, pero con un futuro más que promisorio, es el mejor ejemplo. Hasta ahora, estuvo siempre en el equipo titular en cada uno de los  ensayos y todo indica que será titular el viernes.

O el caso de Walter Kanemann, de grandes actuaciones en Gremio durante la Copa Libertadores de América 2017 que ganó con su equipo, segundo título de este torneo en su haber ya que había sido campeón con San Lorenzo en 2014.

“La verdad es que me tomó un poco de sorpresa porque me enteré por internet, cuando regresaba con mis compañeros del entrenamiento de Gremio”, señaló el defensor. “Fue emocionante; me encuentra en una etapa muy buena, en un club que me abrió las puertas y me dio mucho para que yo viva esta situación”.

Y agregó: “Es cumplir un sueño; cualquier chico sueña con la selección. Ahora tenemos que intentar captar la idea del técnico, abocarnos a lo nuestro, encontrar un buen funcionamiento, ser un equipo sólido en lo mental y hacer un buen partido”, dijo Kanemann.

Así está la selección. Como lo cuenta Kanemann. Con unas ganas bárbaras, con un montón de caras nuevas, con un aire fresco y muchas ganas de empezar a sumarse. Porque está claro que muchos futbolistas volverán al equipo. Con Lionel Messi en primer lugar, varios de los jugadores de experiencia, valía y jerarquía estarán en el equipo dentro de un tiempito. Cuando se juegué la Copa América Brasil 2019, por ejemplo.

Mientras es el tiempo de disfrutar, ver y valorar a estos ángeles del seleccionado, que en la ciudad de las estrellas de cine y los barrios de ensueño, quieren ponerse la camiseta albiceleste, honrar su historia y no dejarla por mucho tiempo.

 

Hernán O’Donnell

Nace una estrella: Gervonta Davis

Venía cargado de buenos antecedentes y auspiciosas perspectivas, pero el público argentino amante del boxeo lo “descubrió” la otra noche, la del pasado sábado 21 de abril cuando, en un Barclays Center desbordante de gente y expectativa, en el corazón de Brooklyn, New York. Un estadio relativamente nuevo, pero que ya está instalado en el mundo del boxeo, en una ciudad que respira este deporte en todos sus rincones.

Gervonta Davis liquidó a un bravo y valiente Jesús Cuellar, quien se le plantó de entrada e intentó una pelea de corta distancia, quizás lo que más le gusta a Davis, para poder boxear, mostrar su repertorio y pegar con justeza. Un golpe al hígado derribó al argentino en el segundo round, y en el tercero una andanada de golpes de Davis acabaron con un Cuellar que no pudo resistir: cayó dos veces, en la segunda el árbitro decretó el KOT.

Lo había superado con amplitud y los argentinos asistimos a la confirmación de una nueva estrella en ascenso del boxeo mundial. Un hombre que boxeó y golpeó para arrasar a un gran batallador como es Jesús Cuellar. Lo vimos ese sábado por la noche, pero… ¿Quién es Gervonta Davis?

Nació en Baltimore, Maryland, el 7 de noviembre de 1994. Apenas había pasado los 5 años cuando se metió en el gimnasio “Uptown Boxing Gym”, mientras comenzaba sus estudios en el Harbor Digital School. Había quedado involucrado en una reyerta callejera y, a pesar de su muy corta edad, sus tíos consideraron que lo mejor era que ingresara al gimnasio a practicar deporte. Sus padres estaban muy lejos, ausentes, con problemas de adicciones que lo alejaban de Gervonta y sus hermanos. Esa ausencia paterna derivó en un pequeño Gervonta lejos del calor de un hogar, muy cerca de los problemas de la calle y con un desfile incesante por distintos hogares de crianza que lo cobijaron.

Las calles de Baltimore eran un peligro constante que aún hoy recuerda con mucho dolor: “Las personas que conocí en esos años están muertas o en la cárcel”, aseveró en un reportaje. “En realidad, Balitmore es peor de lo que han visto en la serie The Wire”, confesó alguna vez.

Recibió, enseguida, el apodo de “Tank”, que para algunos es “Tanque” y para otros tiene que ver con el tamaño de su cabeza. Pronto, algunos vieron en él un pugilista del estilo de Mike Tyson, pero de un tamaño más pequeño en lo físico, y zurdo.

En 2012 ganó el Torneo Nacional Amateur Golden Gloves, y al año siguiente hizo su debut profesional. Su carrera amateur fue extensa y exitosa, donde obtuvo 206 victorias y 15 derrotas. Pero había llegado el tiempo de hacerse profesional.

Fue el 22 de febrero de 2013 y venció a Desi Williams por KO1, en una presentación que sería un anticipo de una carrera jalonada por victorias categóricas y rápidas. Los nocauts se sumarían en cadena, en un desfile a lo largo y a lo ancho del país: El “Tanque” se presentaría en Baltimore, Washington, Pittsburgh, Atlantic City, Orlando, Paradise (Nevada), Hollywood (Florida)…Un camino variado y siempre con el knock out como compañero de ruta.

El 14 de enero de 2017 ganaría su primera corona mundial. En el Barclays Center iba a vencer al portorriqueño José Pedraza por KOT7 para sacarle el Título Super Pluma de la Federación Internacional de Boxeo (FIB). Una durísima derecha en el rostro de Pedraza acabó el pelito, un golpe furibundo que entró limpio en la mandíbula del boricua y lo envío a la lona. Una estrella se consagraba bajo los cielos de New York. Con el padrinazgo del célebre Floyd Mayweather, aparecía un nuevo niño mimado, un héroe de mirada limpia y puños de acero. Claro que el estilo de Davis se distancia del que lucía el gran Floyd. Este era un artista del ring, de piernas muy veloces y movimientos laterales que desarmaban a cada adversario. Davis prefiere un boxeo más directo y agresivo, que liquide a los rivales.

Luego fue el momento de mostrarse al mundo; la primera defensa, ante Liam Walsh en Londres, de visitante y poniendo en riesgo la flamante corona: KOT3 fue el resultado de otra victoria contundente.

Después llegaría el tiempo del costarricense Francisco Fonseca, a quien batió por KO8 en el fabuloso estadio T Mobile Arena en Paradise, Nevada, como choque de semi-fpndo en la muy promocionada y difundida velada de “Money” Mayweather y Connor Mc Gregor.

En esa magnificada noche, Davis llegó con la frustración de no haber podido dar el peso (llegó con 132 libras cuando el límite era 130) y dejó el título antes de combatir. “Pido disculpas a mis fanáticos y seguidores”, escribió Davis en Twitter. “Pero voy a  reparar esto”.

De todas formas se iba a imponer en una pelea que  iba a resultar más atractiva que el propio combate de fondo; la contienda Davis-Fonseca, al cabo, iba a estar en el centro de las polémicas por su definición. Davis había sido superior a lo largo de las 7 vueltas, pero un golpe que rodeó la nuca de Fonseca, que muchos vieron fuera de los límites legales, acabaron con el pleito. Davis había hecho una buena pelea, e incluso en el cuarto asalto se puso en varias oportunidades las manos detrás de la espalda, dejando su cuerpo y rostro totalmente descubiertos, en una demostración de seguridad y confianza, que Fonseca tomó como una abierta provocación y le alteró su tranquilidad. Y el trabajo de Davis terminó por acabar con su resistencia.

De esa pelea se han dicho muchas cosas. Tanto de la preparación de Davis como la resolución que tuvo el enfrentamiento. Lo cierto es que entre todo lo que ha trascendido, se dijo que el “Tanque” no llegó a dar el peso por un problema que surgió en la preparación; cuando faltaba un mes para la pelea, en el Uptown Gym Davis se enredó en una pelea con su hermano y cuando los guardaespaldas los fueron a separar, Davis golpeó a Anthony Wheeler, un amigo de su infancia, quien cayó noqueado. The Baltimore Sun relató ese incidente, que concluyó con su amigo en el hospital, con un cuadro de conmoción cerebral, una orden de detención que fue resuelta con una fianza de U$ 100.000 y un dolor de cabeza que influyó en forma profunda en su ritmo de entrenamientos.

Así llegó a su última función. La más vista por el público argentino, la que le dio la puerta de entrada a usted, querido lector de Ring Side, que tal vez haya puesto los ojos en él, pero que si no lo había hecho, en esta última presentación en el Barclays center de Brooklyn, New York, pudo ver a un boxeador ascendente y de gran futuro en toda su dimensión.

La velocidad, el juego de piernas, la justeza de sus golpes, el ataque incesante fueron todas las variantes que mostró en una noche lúcida. Jesus Cuellar fue bravo y valiente para buscar el combate, pero el repertorio ofensivo de Davis lo hicieron muy superior.

Hoy la vida le ríe y canta. Ha ganado el Super Título superpluma de la Asociación Mundial de Boxeo; está clasificado como el cuarto mejor boxeador activo, libra por libra, empiezan a aparecer grandes ofertas, sueña con ser una de las estrellas del ‘pay per view’, piensa en futuros rivales, y hasta dejó trascender que podría sumarse a las huestes de la UFC (Ultimate Fighting Championship)…

Mientras su manejador, Floyd Mayweather analiza si Jessie Vargas o Vasyl Lomachenko serán las próximas estaciones, el público del boxeo celebra la aparición de una nueva estrella en su firmamento. Una figura creciente, que deslumbra y atrae con un estilo de boxeo agresivo, potente, veloz. Un boxeador que promete grandes veladas y un futuro auspicioso.

“Sólo quiero mejorarme a mí mismo”, escribió hace muy poco en su cuenta de twitter. Así está Gervonta. Disfruta de los días felices, después de haber dejado atrás un pasado de dolor.

 

Hernán O’Donnell

(Publicada en Revista Ring Side)

Scaloni y la ilusión que despierta dirigir al Seleccionado Nacional

“Nosotros venimos a aportar lo nuestro, tenemos mucha ilusión, y digo tenemos porque incluyo a Pablo (Aimar) y a Martín (Tocalli, entrenador de arqueros) con quien pensamos muy parecido. Hay que ponerle el pecho a esta situación, lo tomamos como un desafío, y en estos partidos que nos toquen poder aportar la máxima cantidad de jugadores, para que el entrenador que venga tenga la opción de elegirlos, que él decida si estos jugadores le pueden servir; hasta ahora tuvimos dudas sobre si alguno de estos jugadores podían ponerse la camiseta, así que creemos que este es el momento de verlos”. Así con un objetivo claro y definido se presentó Lionel Scaloni, nuevo DT (interino o no, aún no está definido) del seleccionado nacional.

El nuevo entrenador se presentó por primera vez ante la prensa y en una conferencia realizada en el predio de Ezeiza contestó todas las preguntas; la nuestra, la de Universo Deportivo estaba referida al estilo de juego, el perfil que le quiere dar al equipo, su gusto futbolístico, la línea de juego que quiere para el equipo y respondió: “No tengo predilección por un sistema, de hecho en el torneo de L’Alcudia hemos jugado con línea de tres, cuatro o cinco. Lo importante es ocupar todos los espacios de la cancha, no es lo mismo el ancho con 3 que con 4 o 5, pero el partido te lleva a eso. Creo que el fútbol va a ser cada vez más vertical, por eso queremos robar y llegar rápido al arco de enfrente, porque podes encontrar al rival desacomodado. Nuestra idea es hacer daño lo más rápido posible. ¿Que técnicos me marcaron? No podría nombrar a uno, tuve tantos que no puedo decir sólo algunos, de todos tomé cosas y aprendí algo. Y no sólo de los que tuve, también de los que he ido a visitar. Cada maestro con su librito y uno ve que adopta o no; yo como defensor sabía cuando estaba mal acomodado y me podían hacer daño. Me gusta el fútbol vertical y directo, eso vamos a buscar”.

“Vamos a ver jugadores y darles la posibilidad de que se pongan la camiseta celeste y blanca, que es la más importante, más que cualquier otro club”, agregó después.

“Hablé con Messi y a partir de esa charla, él no está en esta convocatoria. Veremos que pasa en el futuro, tengo una buena relación con él y fuimos muy claros. Ahora no está, pero veremos en el futuro. Todo en muy buenos términos”

“Puede haber otros jugadores en la próxima lista; si bien esta es larga, también están los chicos del sparring y hay jugadores que me gustaría ver. Estamos convencidos que necesitamos probar. Es obvio que el resultado cuenta, y todos queremos ganar. pero también es un tiempo para ver que chicos pueden ponerse la camiseta y no sacarselás más. Con la señal que nos den estos jugadores en esta gira, veremos si vamos a ver otros jugadores para la segunda convocatoria”.

Está tranquilo, sereno. Habla pausado y no modifica el tono de voz. Luce ilusionado y con muchas ganas, pero expresa una gran calma. “Queremos que en estos seis partidos quede un grupo de jugadores que demuestren que están para ponerse la camiseta. Este es el momento, no hay nada en juego. Nos planteamos ver jugadores”, resumió para mostrar el camino y una forma de empezar: con el armado del plantel.

Allí va Scaloni, su cuerpo técnico, y millones de argentinos que sueña, sufren y se alegran con la camiseta celeste y blanca de nuestro seleccionado. Con una nueva ilusión en marcha.

Hernán O’Donnell

Scaloni, y una lista con renovación y regresos

Con un poco más de tiempo para el análisis, con la mirada más fría y ya muchos comentarios hechos, la lista de Lionel Scaloni con los convocados para jugar los partidos amistosos en Estados Unidos ante Gautemala y Colombia, tiene varios jugadores nuevos, pero una mayoría de hombres que han actuado ya en la selección argentina. Incluso, hay 9 que estuvieron en la última Copa del Mundo de la FIFA-Rusia 2018. Hablamos de Franco Armani, Gabriel Mercado, Marcos Acuña, Nicolás Tagliafico, Eduardo Salvio, Maximiliano Meza, Giovanni Lo Celso, Cristian Paván y Paulo Dybala.

Después hay muchos nombres que tienen experiencia en el equipo nacional: Ni hablar de Sergio Romero, o el propio Gerónimo Rulli. En el caso de Chiquito no hace falta agregar que volvió un histórico. germán Pezzella y Funes Mori conocen lo que es ponerse la celeste y blanca.

Igual que Paredes, Angel Correa, Mauro Icardi, y el propio Lautaro Martínez, que ya estuvo en la preparación previa al mundial.

Pero hay sangre nueva en Walter Kanemann, Alan Franco, Leonel Di Plácido, Santiago Ascacíbar, Gonzalo Martínez, Exequiel Palacios (un acierto su convocatoria, un futuro enorme), Franco Cervi, Giovanni Simeone.

No está Leo Messi, pero su ausencia parece, como todos los actos de Messi en la selección, consensuada. Es decir, que todo lo habla y lo consensúa con el DT de turno.  Este caso no parece ser la excepción, por lo tanto, en el diálogo que han tenido, se presume que esta falta es temporaria y en algún momento regresará al plantel.

El martes hablará el DT y se sabrán más cosas. Por ahora, la lista tiene una ventana de aire nuevo y muchos hombres, necesarios claro está, que saben lo que es ponerse la camiseta del seleccionado nacional. Algo valorable y destacable, porque la reconstrucción se hará sobre cimientos existentes. Y la Argentina cuenta con bases para sostener y construir el nuevo camino.

 

Hernán O’Donnell 

 

Gonzalo Quesada y el desafío de los Jaguares

Tiene el tono moderado, tranquilo, sereno. No alza demasiado la voz, pero transmite mucha capacidad, conocimientos y experiencia. Se formó en Hindú Club, debutó en Primera División en 1992 y siguió allí hasta 1999. Luego se fue a vivir la experiencia del rugby profesional en Francia, donde actuó en Narbonne (1999-2002), Beziers (2002-2004), Stade Francais (2004-2005), Pau (2005-2006) y Toulon (2006-2007). Entonces decidió retornar a Hindú, y allí se retiró.

En 2008 comenzó su carrera del otro lado de la línea de cal: fue entrenador de pateadores y asistente de Marc Lievremont en el seleccionado de Francia, con el que logró el subcampeonato de la World Cup Nueva Zelanda 2011.

Estuvo en Racing Metro entre 2011 y 2013. Siguió como Head coach en Stade Francais de 2013 a 2017, y ganó el Top 14 de la temporada 2014/15 y luego logró la Challenge Cup. Su último club fue Biarritz.

Ahora, Jaguares.

“Sentí que este era el momento de regresar y hacer mi aporte al rugby argentino y a la UAR. Es un rol muy prestigioso estar a la cabeza de Jaguares”, declaró. “Hay mucho de lo afectivo y emocional en esta decisión de integrarme a Jaguares. Es una gran aventura humana que quiero vivir a fondo y tengo muchas ganas de atravesar“.

Hay que destacar lo bueno que hizo Raúl Pérez y luego Mario Ledesma en esta última temporada. Hay buenos recursos y la UAR seguirá aportando para que el equipo siga creciendo”.

Destacó el desafío de encontrar nuevas alternativas al puesto de medio apertura, posición que conoce de modo profundo; que hay alternativas, y que la salida de Nico Sánchez lo invita al desafío de encontrar las respuestas.

Está contento, tranquilo y entusiasmado. Colaborará, es posible, con el staff de Ledesma de cara al rugby Championship, pero tendrá tiempo para preparar a la franquicia que volverá al Super Rugby en enero del año que viene.

Con su andar sereno, su notable experiencia y todas las ganas del mundo, Gonzalo Quesada vuelve a ser parte del rugby argentino.

 

Hernán O’Donnell

El ciclo de Lionel Scaloni ya comenzó

No se sabe cuanto durará, ni hasta donde llegará. Aún no está claro en sus formas, ni definido su programa. El equipo máximo que nos representa está en un nuevo camino, que comenzó casi sin que nos diéramos cuenta, pero todavía no se saben muchas cosas, y para todo lo que uno aspira lo que debe ser la selección, al cabo la parte más valiosa de nuestro fútbol, la que más debe ser cuidada, atendida y protegida, bueno, para esa área se ha aplicado una solución transitoria que empezó en silencio y se verá como continuará el camino hacia el futuro.

Y sin que retumbara en los medios, sin que despertara grandes polémicas, en medio de las grandes controversias que desataron la salida de Jorge Sampaoli, su ruptura con el cuerpo técnico que lo acompañó en la Copa del Mundo de la FIFA-Rusia 2018, la llegada (o la continuidad) de Scaloni dentro de la AFA, acompañado por Pablo Aimar no tuvo grandes cuestionamientos. Se lo designó para acompañar al sub 20 en el torneo de España y, de paso, dirigir a la mayor en los compromisos internacionales contraídos para lo que resta de 2018.

Así comenzó su ciclo en el seleccionado. Y hete aquí que las cosas le fueron bien en el comienzo: En Valencia, el equipo obtuvo el COTIF L’Alcúdia 2018 ante Rusia. La final fue emotiva;  abrió el marcador Rusia, con un tanto de Igor Diveev, a los 11′ y enseguida llegó el empate de Facundo Colidio.

Así se cerraron los 80′ reglamentarios, lo que dio paso al suplementario: dos tiempos de 10′ cada uno. Ya en el segundo tiempo, a los 92′, Alan Marinelli convirtió el gol del triunfo. Argentina derrotó a Rusia por 2 a 1 y se llevó el Título.

Ahora le toca un desafío más grande. Con mayor trascendencia. Junto a Aimar y Martín Tocalli, entrenador de arqueros, tendrán a su cargo al seleccionado mayor para los partidos de este año. Los inmediatos son el viernes 7 de septiembre a las 20 hs (hora local) frente a Guatemala, en el Estadio Los Ángeles Memorial Coliseum, en Los Angeles, California, y el martes 11 de septiembre, también a las 20 hs frente a Colombia, en el Estadio Met Life Stadium, en East Rutherford, Nueva Jersey.

Así comenzó el ciclo de Lionel Scaloni. En silencio, casi sin darnos cuenta, con un título que vale para reconfortar el alma y un camino que presenta desafíos enormes, exámenes duros que demarcarán su futuro.

Hernán O’Donnell

La carrera de Sergei Kovalev se llenó de interrogantes

Apenas un año había pasado del 2 de abril que marcaría a fuego la historia de la Argentina. Un tiempo corto, donde la melancolía le daba paso a la reflexión y a abrir una puerta al futuro.

El 2 de abril de 1983, mientras el país recordaba el primer aniversario del desembarco en Malvinas, en la lejana Cheliábinsk, en el corazón de la entonces Unión Soviética y hoy Federación Rusa, nacía Sergey Kovalev, en un hogar humilde. Una ciudad con muchas fábricas y gente fuerte que buscaba sobrevivir en ella. No todo el salario se pagaba con dinero, sino con especias y la familia de Sergei lucha por subsistir. Eran tres hermanos y la madre y su padrastro trabajaban en la misma planta de tractores. Con lo que juntaban entre ambos, sobrevivían.

Nada hacía prever que se iniciaría en el boxeo, pero a los 11 años un amigo del colegio lo invitó a un gimnasio que había muy cerca y allí conoció su futuro: le encantó la actividad y aunque no tenía muy claro de que se trataba, algo vieron en él que lo llevaron a los entrenadores a seguirlo, a cuidarlo, a empezar a guiarlo. Era flaco, pequeño y poco visible. Había chicos en el gimnasio que mostraban más talento que él. Pero quienes eran en verdad más débiles, abandonaron. Y quienes, como Sergei se mostraron más fuertes, continuaron. Y mostró uno de los espíritus más fuertes. El tiempo de las carencias iba a comenzar a quedar atrás.

A los 12 años dejó el boxeo; había fallecido su padrastro y lo envolvió la tristeza. Sin embargo, sus entrenadores no querían que abandonara. Lo valoraban mucho por su calidad humana e insistieron para que retomara los entrenamientos. Mandaban a sus amigos a que lo fueran a buscar a la casa y lo llevaran otra vez al gimnasio. Su madre entendió que debía hacerse fuerte para cuidar a sus hermanos menores. “El debía hacerse el hombre de la familia; para ayudar a sus hermanos e incluso a mí. Maduró muy rápido, aunque aún era un chico. Se vieron cambios drásticos en él. Dos o tres meses después del fallecimiento de su padrastro, Sergei se volvió todo un hombre”.

Tres años más tarde haría su debut amateur en el Campeonato Junior de Boxeo de Rusia. Allí ganaría la medalla de oro en peso mediano y comenzaría una interesante carrera amateur que pronto decidió volcar al mundo profesional. Kavlev sabía que ingresaba en un mundo difícil y competitivo, entonces decidió tomar decisiones fuertes en la búsqueda de su camino. Aun cuando era joven, tuvo que madurar muy rápido. En el año 2009 se mudó a Carolina del Norte, para iniciar su carrera en el gran escenario que siempre significa Estados Unidos.

“Viajé a Norteamérica porque en el boxeo amateur no existen las chances de ser campeón del mundo. De pequeño, mi ilusión era conocer América, ver los edificios altos que veía por televisión…Además, no había demasiado dinero en Rusia. El dinero se gana aquí, en Estados Unidos”, afirmó sobre su traslado.

Allí comenzó su carrera profesional. A los 26 se lanzó a conquistar el mundo. Sin embargo, le costó hacerse un nombre, meterse en las grandes carteleras. En los primeros combates el dinero no abundaba, aunque el éxito lo acompañaba. Ganó sus primeros 9 enfrentamientos, con un alta dosis de k.o. Su imagen crecía aunque aún no daba el gran salto.  Paseaba su fortaleza por California, Illinois, Carolina del Norte, Washington, Lousiana, Nevada, Georgia, Pensilvania…

El 5 de diciembre de 2011 llegaría una pelea que marcaría su vida para siempre. Aquella noche en Ekaterimburgo, en Rusia Central al pie de la Cordillera de los Urales, vivió la noche que jamás debió haber deseado vivir. El combate contra Roman Simakov terminó por ser un mojón desgraciado en su carrera. No se avizoraban contratiempos ni maldiciones, pero el desarrollo deparó un desenlace fatal e inesperado.

Kovalev fue dueño de las acciones desde el inicio, llegaba con facilidad y golpeaba al oponente, pero no parecía una paliza despiadada. Sin embargo, logró derribarlo en el 6to round, y volvió a hacerlo en el 7mo, pero al levantarse ya no podía moverse Simakov. El referi paró el combate de inmediato y le otrogó la victoria a Kovalev. A Simakov lo colocaron sobre una lona roja que oficiaba de camilla y fue directo al hospital. Entró en coma, y a los tres días, falleció. Kovalev oró por él durante por él  los 3 días de agonía, pidió perdón a la familia de Simakov  y les dió el dinero de su bolsa de su siguiente combate.

La cara más triste y dolorosa de esta actividad se había cruzado en su camino. “Mi objetivo era vencer a Simakov, no quería dañarlo. Después del  cuarto round percibí que algo no estaba bien en él. Incluso, el último golpe  no fue tan fuerte como el anterior”, señaló Kovalev a la prensa rusa.

Tras unos días de reflexión,  Kovalev le habló al público. Allí expresó su dolor y dejó sus sensaciones de esa pelea.  Describió el comienzo como “tranquilo”, con un comienzo  mesurado,  que  en el 4to round se lastimó el pulgar izquierdo, el mismo que se había operado cuatro años antes, lo cual lo hizo trabajar con mayor mesura aún, lo que le permitió a Román desarrollar su pelea.  Kovalev creía que tras la caída del 6to round Roman no saldría a combatir al siguiente asalto. “Deseaba que el combate fuera detenido.  En mi pulgar sentía el castigo que había propinado.  En el 7mo round, cuando Román da un paso atrás, lo golpeo en el antebrazo. No creo que ese golpe pudo haber generado la tragedia.  Después fui  a verlo al vestuario, pero ya lo habían llevado al hospital. Fue un peleador; fue todo un hombre. Permitan que su alma descanse en paz.  Le pedí a mi manager poder hablar con su familia, pero no quieren saber nada de nosotros. Y lo comprendo perfectamente. Es horrible perder a una persona  amada. Si vuelvo a subirme a un ring, mi combate será dedicado a él. Toda mi bolsa será para sus deudos. Perdoname, Roman y  descansa en paz, guerrero”

También Natalia Kovaleva, la esposa del campeón, manifestó en un documental llamado “La vida después de la muerte: La pelea más dura de Kovalev” cuanto influyó en ella ese combate: “Fue un shock para todos. Sergei no pudo dormir esos días, estaba muy afligido, veía una y otra vez el match, fuimos a la iglesia mientras Simakov estaba en coma en el hospital, encendimos una vela por él y rezamos por su recuperación. Sergei se retrajo sobre sí mismo, él es el tipo de persona que se guarda todo dentro de sí, rara vez expresa sus emociones, él fue educado así…A partir de ahí, mi mirada sobre el boxeo cambió de forma total. Ya no lo contemplé sólo como un deporte; cada vez que mi marido va a pelear me preocupan más las consecuencias del combate que si obtiene la victoria…”

“Esos días los pasé muy mal”, recordó más tarde Sergey Kovalev. Se recluyó y se tomó dos meses para regresar al gimnasio. “No pude hablar con los familiares de Roman. No sé qué les diría. No lo sé. Perdón…pelearé por mí y por él…” Recién en junio de 2012 regresó a los cuadriláteros para darle el desquite a Darnell Boone. Fue victoria y volver a encaminar la carrera.

El 19 de enero de 2013 derrota con total claridad al ex campeón mundial semipesado de la AMB, el español Gabriel Campillo. Allí tiene un combate de los llamados “consagratorios”: El ruso lo domina de principio a fin, le hace sentir el rigor, y lo derriba tres veces en el tercer round para acabar el pleito.

Ese 2013 vendría con más alegrías; el 17 de agosto de ese año vencería a Nathan Cleverly para ganar el título semipesado de OMB.

Los flashes de la gloria comenzaban a iluminarlo. Y otro paso trascendental sería el éxito ante Bernard Hopkins el 8 de noviembre de 2014 en Atlantic City, New Jersey. Allí alcanzaría los títulos semipesado de la FIB y el de Supercampeón de la AMB, amén de mantener el de la OMB.

Siguió con la cerrada victoria ante el canadiense Jean Pascal, en un combate cambiante, que ganó por KO técnico en el 8vo round, en lo que para muchos fue una decisión apurada del árbitro, tras un buen desempeño de Kovalev en el asalto anterior.

Contra el francés Mohammedi mostró toda su potencia y en el desquite frente a Pascal no dejó ninguna duda: lo apabulló toda la noche, y en el séptimo round Freddie Roach, coach del canadiense, decidió que lo mejor era no continuar el sufrimiento.

El 11 de julio último regresó a la misma arena donde sucedió la desgracia. Otra vez en su país, otra vez ante su gente, otra vez ante los fantasmas y los malos recuerdos. Allí se midió natal ante el africano Isaac Chilemba a quien venció por puntos en fallo unánime.

Luego, vendrían las noches tristes. El 19 de noviembre de 2016 caía en su primer combate ante André Ward, en el T-Mobile Arena de Las Vegas, Nevada.

Allí perdió los Títulos Mundiales OMB, FIB y Super AMB, en la categoría semi pesado.

Fue por la revancha el 17 de junio de 2017 y volvió a caer, en otra noche apagada, donde acusó un golpe bajo, discutible, tal vez, pero donde no mostró variantes ni rebeldía para sobreponerse a ese fallido e ir por la gloria.

Parecía acabarse su carrera. Sin embargo, logró tener una nueva posibilidad ante el retiro de André Ward y fue por esa oportunidad. En noviembre del año pasado venció al ucraniano Vyacheslav Shabranskyy y conquistó el título Mundial semipesado de la OMB. El 3 de marzo de este año venció al ruso  Igor Mikhalkin y sumó el título mundial de la categoría sempiesado de la IBA.

Todo parecía empezar a retomar la senda victoriosa, hasta esta noche del 4 de agosto, cuando una nueva figura emergió en su camino: El colombiano Eleider Alvarez lo superó, tras una contienda dura, donde tuvo su momento Kovalev, pero al final sucumbió.

El colombiano nunca perdió la calma y lo noqueó en el séptimo, tras derribarlo tres veces.

Sergey Kovalev, el hombre que vino del Este, el aventurero que armó su camino deportivo y su vida en Estados Unidos, volvió a sufrir un tropezón, y su carrera se empieza a llenar de interrogantes.

 

Hernán O’Donnell

 

Una nueva etapa para Los Pumas

En pocos días más comienza una nueva edición del The Rugby Championship, y otra vez Los Pumas deberán medirse ante los equipos más fuertes del mundo, en una prueba que representa un examen durísimo, exigente y motivante.

El sábado 18 de agosto, ahora nomás, Los Pumas deberán enfrentarse a Sudáfrica en un test que marcará el inicio, mientras Australia recibirá a Nueva Zelanda.

El campeonato, con toda su complejidad, trae aparejado el inicio de un nuevo ciclo en el seleccionado nacional de Rugby: Mario Ledesma ayera fue presentado como head Coach, entrenador principal del equipo. Un hombre de muchísima experiencia, ya que como jugador se desarrolló en el rugby local en su club Curupaytí, y en los equipos de Europa que integró Narbonne, Castres y Clermont, todos de Francia. Disputó 84 test matches con la camiseta de Los Pumas, en una etapa que duró 15 años, entre 1996 y 2011.

Como entrenador, fue colaborador de Michael Cheika en el Stade Francais en 2011. Luego, en 2012 se integró al staff de Fabien Galthié, en Montpellier.

Junto a Michael Cheika, en 2015 se unió a Waratahs y luego acompañó a Ceika en el staff de los Wallabies, donde lograrían el título del Personal Rugby Championship. Ese mismo año, saldrían subcampeones de la Rugby World Cup England 2015.

Luego de esta temporada en Jaguares, llega a Los Pumas.

“Me llena de orgullo ser el capitán del barco. No es una presión, ni algo que me intimide; es un vértigo lindo; y creo que es un momento para ser socialmente responsables, trabajar y planificar. Estamos ante un enorme desafío.”

Y señaló: “Queremos buscar la excelencia; los procesos que nos lleven a los resultados. Nos basamos en el trabajo, sin sacarle un gramo a la creatividad y a la espontaneidad. La pasión y la locura, las tenemos, y con orden y organización, buscar la excelencia.”

Hacia allí van Los Pumas. Con la historia detrás, con el legado de tantas generaciones de jugadores que han escrito sus páginas memorables y con un desafío por delante que exige mucho, pero que también permite darle vuelo a la ilusión y soñar…

 

Hernán O’Donnell  

Deontay Wilder le abre la ventana al futuro

Estaba perdido. O al menos, eso parecía. El cubano Ortíz lo había dominado, incluso en el séptimo round sacó una ventaja de dos puntos (10-8) aún sin derribarlo. La noche de Brooklyn se llenaba de dudas e interrogantes para el campeón mundial pesado, Deontay Wilder. Estaba muy complicado y era difícil pronosticar una recuperación.

La pelea había transcurrido por un clima electrizante. Wilder se vio superado en los primeros rounds y de a poco el desarrollo se transformó en una gran preocupación pues era dominado por su adversario: Luis Ortíz, un enorme mastodonte cubano apodado King Kong, que el público argentino conoció bien de cerca cuando enfrentó a Matías Vidondo y lo derrotó por KOT 3, tras derribarlo en el segundo asalto. En ese entonces se apreciaban las virtudes de un pugilista fuerte y contragolpeador, pero que no pudo alcanzar esa luz de diferencia para controlar la pelea y llevarse la gloria.

Los primeros asaltos fueron para el cubano; pero en el quinto apareció Wilder y con un derechazo derribó a Ortíz. El campeón descontaba dos puntos, tras haber cedido los primeros 4 rounds.

Se recuperó “King Kong” y logró volver a estar en pelea en el sexto asalto y en el séptimo se vio lo mejor de su producción. Se lo llevó por delante al campeón, lo “empujó” contra las cuerdas, y con una buena combinación de golpes le hizo pasar un mal momento. Incluso cerró la vuelta con una derecha que impactó de lleno en el rostro de Wilder y parecía dejar todo listo para la definición.

Pero no lo remató. Le permitió que respirara y Wilder se recuperó en los dos siguientes rounds.

Y llegó el 10º asalto con una definición, impensada, imprevista, sorprendente: Una avalancha de golpes, desordenada y potente, encontró agujeros en la defensa de Ortíz, y Wilder no se detuvo ni mostró contemplaciones. Con mucha fuerza, algunos yerros y mucha agresividad, descargó una catarata de golpes que derrumbaron al cubano y terminaron con el pleito. Ortíz había dejado pasar su momento y su oportunidad;  Wilder, en cambio, cuando olió sangre, arremetió con fiereza.

Deontay Wilder recorrió un largo camino para llegar a la noche de su consagración. Nacido en Tuscaloosa, estado de Alabama el 22 de octubre de 1985, a los 19 años comenzó su carrera amateur: su novia estaba embarazada y debía hacerse un futuro para darle seguridad a su familia. Su beba nació con una enfermedad llamada espina bífida, una malformación congénita en la que existe un cierre incompleto del tubo neural. Por imperiosa necesidad, debía progresar y darle un sustento a sus seres queridos. Se abrazó al boxeo como una salvación. Así, alcanzó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

A los 23 años hizo su debut profesional ante Ethan Cox, al que derribó tres veces en el segundo round y entonces se detuvo la pelea.

Comenzaría una carrera exitosa, con victorias que se encadenarían una tras otra, y luego de 32 peleas ganadas, le llegó la oportunidad  la noche del 17 de enero de 2015 en el MGM Grand Garden Arena, en Paradise, un suburbio de Las Vegas, estado de Nevada, para derrotar al haitiano-canadiense Bermane Stiverne y alcanzar el título Mundial Pesado del Consejo Mundial de Boxeo (WBC).

Tenía potencia y experiencia: había sido sparring de Wladimir Klitschko, con quien asegura haber hecho más de 50 rounds de guanteo; incluso hay quienes afirman que Wilder, apodado “El bombardero de bronce”, fue de los más exigentes que tuvo el ucraniano. Envalentonado, tras ganar en su primera defensa a Eric Molina, a quien envió a la lona en cuatro oportunidades, Wilder proclamó su deseo de enfrentar a su viejo conocido: “estuve tres años en el campamento de Klitschko, he aprendido mucho de él y ahora quiero enfrentarlo”, desafió. Pero el tiempo no le dio la chance.

Por esos años ya quería armar su propia historia: “El boxeo ha tenido grandes campeones de Peso Pesado; es tiempo de recuperar ese lugar que tuvo Estados Unidos hace no mucho tiempo con Mike Tyson, Evander Holyfield o Riddick Bowe, pero a mí aún me confunden con LeBron James”, señaló en referencia a su parecido con el gran jugador de Basquetbol, campeón de la NBA con Miami Heat y Cleveland Cavalliers.

Vendrían más defensas exitosas de su título: ante Johann Duhaupas, a quien sometió a un gran castigo antes de vencerlo por KOT 11 y luego ante el polaco Artur Szpilka, en el Barclays Center de Brooklyn, donde estuvo en aprietos pero logró un fulminante KO 9, que demolió al europeo e incluso debió ser retirado del cuadrilátero en camilla ante la falta de reacción.

A poco más de un mes del fallecimiento del legendario Muhammad Alí, Wilder debió defender su título ante Chris Arreola, por lo que decidió homenajearlo con una chaqueta con su figura y un  pantalón que lucía la célebre frase “Flota como una mariposa, pica como una abeja”. Otro KO y otra defensa exitosa del cinturón.

Luego enfrentó a su compatriota Gerald Washington, a quien venció por KO 5, tras una pelea que fue de menor a mayor y ratificó su buen momento.

Pero siempre parece haber un tropiezo en las carreras de las grandes figuras, y “El Bombardero” no es la excepción; en junio de 2017 fue detenido tras ser acusado de posesión de marihuana, y luego fue puesto en libertad, con la pena de cumplir 60 horas de servicio comunitario en un gimnasio cerca de su hogar. Wilder afirmó que la sustancia no era de su propiedad, que fue hallada en su auto, pero que él solía dejarlos bajo la custodia de muchas personas o que incluso los usen cuando viaja fuera de la ciudad.

A fines de 2017 le llegaría un examen importante, calificado: El desquite ante Bermane Stiverne, su escalón para llegar al campeonato Mundial Pesado. La primera pelea había sido dura y se aguardaba por el nuevo episodio, pero Wilder lo resolvió en el primer round con otra andanada de golpes, que incluso parecían prolongarse en la caída del haitiano-canadiense y al referí le costó separar a Wilder para alejarlo de la zona y decretar el KOT 1.

Así llegó a la noche estelar del 3 de marzo ante el cubano Ortíz. Ahora se habla de Anthony Joshua, de peleas estelares en las carteleras más importantes del mundo, en la chance de convertirse en el Rey libra por libra, en la tentación que le ofrece Oscar de la Hoya para sumarse a sus filas y volverse el más taquillero de los “pay per view”, las puertas que se abren para observar el abanico de oportunidades y deshojar la margarita de las posibilidades más atractivas. ¿Joshua? Habrá que esperar su pelea ante Joseph

Parker y ver cómo sigue su camino; además, Anthony Joshua hoy es una de las grandes estrellas de los escenarios y podría todas las condiciones para un hipotético combate. Incluso la bolsa, el órgano más sensible del ser humano, sería muy desventajosa para Wilder. Y también pesa la opinión del inglés, quien se ha mostrado un poco despreciativo hacia las condiciones boxísticas del americano. ¿Tyson Fury? Depende de Fury mismo. Si decide meterse nuevamente en el ruedo. ¿Otra versión, la tercera, ante Stiverne? Hay quienes arriesgan que es una posibilidad certera.

Es tiempo de pensar, evaluar y elegir.

Todo se volvió realidad una noche. La noche que pareció estar en peligro, que la corona tambaleaba y el reinado se acababa, pero su fuerza, su voluntad y una remontada feroz le permitió cambiarla por la noche de la consagración, y la ventana que se abre a un futuro promisorio.

 

Hernán O’Donnell

(Publicada en Revista Ring Side)