Bayern Münich estrenó su corona y no piensa entregarla

En el enorme menú que ofrece cada jornada de la Champions League, a veces resulta difícil elegir un partido para ver. Porque se superponen los horarios y hay que optar, y como los encuentros resultan muy atractivos, es complicado elegir entre uno y otro. Sin embargo, la presentación del campeón, y hoy el indiscutible mejor equipo de Europa, Bayern Münich ante un rival siempre temible y dispuesto a intentar cualquier hazaña sin rendirse de manera anticipada como es el Atlético de Madrid de Diego Simeone, inclinó la balanza por ellos.

Sorprendió la visita en su arranque. Lo fue a buscar. Y muy pronto tuvo una llegada con un desborde de Carrasco por izquierda, el centro rasante y Luis Suárez que no llegó a conectar ante la salida de Neuer. El Aleti mostraba que, cuando tenía el balón, iba a ir para adelante. Y cuando lo tuviera el local, iba a treoceder en forma ordenada y masiva.

Bayern Münich comenzó a hacer pie a partir de los diez minutos. Se afirmó en Goretzka y Kimmich, como siempre. Los dos medios que empiezan a armar el juego; las subidas de Pavard y Hernández y el talento de Comán para desequilibrar. A los 13′ tuvo su primera ocasión, tras un tiro de esquina y la llegada de Süle, cuyo remate dio en el palo izquierdo de Oblak.

Luego, a los 17′, Comán habilitó a Tolisso, y su remate fue sacado por Oblak al corner. Era más punzante el equipo de Hans-Dieter Flick, y no se preocupaba por elaborar demasiado juego. Si Atlético retrocedía, saltaba líneas con pelotazos largos a los hombres de ataque. El equipo del Cholo tuvo un par de situaciones. A los 22′, un remate de Carrasco tras una buena combinación colectiva que detuvo Neuer. A los 26′ desbordó Carrasco y el centro para Suarez no fue bien aprovechado por Luis, cuyo remate se fue afuera.

Pero Bayern tiene ese plus de potencia que puede llevarlo a convertir en cualquier situación. Una jugada que parecía no tener riesgos, y un pelotazo de Kimmich cruzado para la entrada de Coman, derivó en la llegada del francés y el remate fuerte para vencer a Oblak y señalar el 1 a 0 a los 27′ de juego.

Ahí el partido tomó otro camino, porque Aleti debió salir un poco más y arriesgar. Tuvo un buen trabajo en sus volantes, Herrera, Koke, Carrasco. Pero le costó acoplarse a los delanteros. Suarez no lograba hallar su mejor posición y Joao Félix no encontraba socios ni abastecedores.

Así llegó el segundo tanto del local; contragolpe encabezado por Lewandowski, la habilitación a Coman, el pase a la derecha para Goretzka y el remate de este para clavar, a los 40′, el 2 a 0 para Bayern Münich.

El segundo tiempo empezó con una seria controversia; un tanto de Joao Felix a los 46′ no fue convalidado por una supuesta obstrucción de la visión de Neuer por la posición de Suárez. Discutible. Pero entre el asistente y el VAR determinaron, una vez más, colaborar con el Bayern Münich.

En ese momento se cayó el equipo visitante; como si hubiera sentido que si no lograba ese gol iba a ser difícil convertir. Y tuvo quince minutos de desconcierto, donde Bayern aceleró, se despabiló y lo apretó contra su arco. a los 60′ tuvo una buena chance con un remate cruzado de Thomas Müller, que se hizo dueño del equipo en ese tramo del partido.

Era sostenido el dominio local y Tolisso consiguió el tercer gol con un remate tremendo desde afuera, tras un rebote en un tiro libre. Un misil que se coló en el ángulo superior izquierdo de Oblak, cuyo vuelo fue insuficiente y el partido quedó 3-0 a los 65′.

Fue el golpe de knock out, porque ya el Aleti no se recuperó, amén de un gran contragolpe de Joao Félix, donde dejó solo a Carrasco y este demoró el remate lo suficiente como para perder ángulo y posición, y al afinal su tiro salió desviado. El tanto de Coman a los 71′ determinó el cierre del marcador, con un 4 a 0 contundente.

Entonces llegó el tiempo de los cambios; primero los de Flick. A los 72′ Douglas Costa reemplazó a K. Coman y B. Sarr ingresó por Benjamín Pavard; en el equipo español, a los 75′ Angelito Correa ingresó por Luis Suarez y Vitolo entró por Y. Carrasco. Y a los 78′ T. Lemar reemplazó a M. Llorente y el uruguayo L. Torreira entró por Koke.

El ex hombre de San Lorenzo le dio un poco más de dinámica al ataque, se encontró con Joao Felix y Aleti insinuó algo más sobre el final. Bayern había levantado el pie del acelerador, y dispuso de otros tres cambios: a los 82′ E. Choupo-Moting entró por Robert Lewandowski, A. Davies por Thomas Müller y Javi Martinez ingresó en lugar de Goretzka.

Ya todo estaba terminado. Apenas el espíritu de Aleti para dejar una imagen digna y seguir en sus maniobras ofensivas. Y Bayern tranquilo, con la serenidad de quien se sabe controlador de toda la situación.

Fue una victoria amplia de Bayern Münich. Rotunda y contundente, con el mensaje muy claro hacia toda Europa: el Campeón está vigente y avisa que no piensa entregar su corona.

Hernán O’Donnell

RB Leipzig tuvo una media hora inicial decisiva para vencer a Istanbul Basaksehir

La UEFA Champions League nos trajo un choque entre dos equipos jóvenes, nóveles. Más allá del conocimiento que hay del RB Lepizig, de su notable campaña en los últimos tiempos, del crecimiento futbolístico de la mano de la conducción de su DT, Julian Nagelsmann y la orientación de Ralf Rangnick en su rol de manager, El equipo fue fundado en 2009 por la empresa de bebidas energéticas Red Bull GmbH. Desde la quinta división de Alemania llegó a la primera en siete temporadas; en la última, finalizó tercero, detrás de los gigantes Bayern Münich y Borussia Dortmund. Ahora es conocido por su desarrollo, por los resultados positivos obtenidos y el muy buen fútbol que proclama en cada una de sus presentaciones.

Su adversario, Istanbul Başakşehir FK, tiene una historia también contemporánea. Otro equipo muy joven, nacido en 1990, con el nombre ISKI SK; luego, en 1991 se lo denominó İstanbul Büyükşehir Belediyespor (Istanbul BB), y en 2014 volvió a ser refundado, esta vez con el nombre de  İstanbul Başakşehir Futbol Kulübü. Pero no se terminaría su historia aquí; en 2015 le agregó por delante el nombre de Medipol, patrocinante del equipo, aunque en el uso habitual se lo conoce como Istanbul Başakşehir FK.

Esos noveles equipos salieron a la cancha para jugar por el viejo Torneo de Campeones de Europa, desde 1992 conocido como Champions League. Y hoy, quizás, el principal torneo de clubes de fútbol del mundo.

Hace un tiempo largo ya bautizamos al Lepizig como “La Aplanadora Alemana”, por ese estilo agresivo, ofensivo, voraz, de salir a atropellar con todas sus armas, a alta velocidad y muchos futbolistas involucrados en el ataque. Esta vez no fue la excepción; a los 3′ ya tuvo una chance, con un pelotazo largo de Mukiele hacia la izquierda la llegada de Angeliño, el rebote y Günok, el arquero visitante se quedó con el balón.

El Istanbul BB trataba de salir de contra y a los 8′ tuvo una oportunidad con un contragolpe veloz de Visca, el centro al área y el cierre de Upamecano le permitió aGulacsi quedarse con el balón.

Después llegaron los gritos del local. A los 15′ Poulsen recibió de espaldas al arco, se apoyó en Kampl y este le pasó el balón al corazón del área a Angeliño, quien recibió el ablón, se acomodó con el pecho y de media vuelta sacó un remate seco que se transformó en el 1 a 0 para RB Leipzig.

Ahí comenzó una tormenta de fútbol del conjunto local. A los 19′ aumentó el marcador, tras un quite limpio de Poulsen en un intento de salida de la defensa visitante, el pase fue para Nkunku, y este habilitó de primera a Angeliño, quien entró por izquierda y con un trio cruzado amplió a 2-0 la ventaja de RB Leipzig.

Desde la firmeza de Upamecano, el trabajo dinámico de Kampl y Nkunku, las subidas de Mukiele y Angeliño, los cambios de frente de Dani Olmo, más la habilidad de Forsberg y la presencia de Poulsen, el local era mucho más. Bsaksehir sintió los golpes y encima sufrió una lesión; a los 29′ B. Ozcan debió reemplazar al lastimado J. Caicara. A los 30′ pudo aumentar Angeliño, tras un tiro de esquina, peo su remate se fue desviado. Las cuatro llegadas claras, amén de los goles, fueron por parte del lateral izquierdo local.

Istanbul BB se animó en los últimos diez minutos; fue el momento en que el conjunto de Nagelsmann aflojó el ritmo y así la visita pudo arrimarse a Gulacsi, pero sin crear mayores peligros.

Hwang Hee-Chan ingresó por Forsberg en el RB Leipzig para comenzar el segundo tiempo. Y muy pronto, a los 57′ ingresó el estadounidense Tyler Adams por Kampl. Se empezaba a notar la merma en el rendimiento del equipo local y Nagelsmann optaba por meter mano en el banco para solucionar los inconvenientes.

Pero el equipo se había quedado, había perdido la brújula y el juego se repartía en la mitad de la cancha. Upamecano, amoenstado, estuvo cerca de ver la roja, en algo que se repite en el notable defensor, de extraordinarias condiciones y futuro, pero que quienes lo descubren ahora no conocen, y es un exceso, por momentos, del juego brusco. Sacar la pierna a destiempo, o sin medir distancias ni lugares en la cancha le ha costado varias expulsiones en la Bundesliga. Nagelsmann entendió la situación y volvió a retocar al equipo: a los 64′ B. Henrichs entró en lugar de Dani Olmo y Konate lo hizo por D. Upamecano, quien estuvo cerca de ser expulsado y el DT optó por reemplazarlo antes de que fuera demasiado tarde.

En el visitante Ba entró por Topal a los 66′ y Justin Kluivert, el hijo de Patrick, ingresó en Leipzig por Nkunku a los 69′ de juego.

Levantó un poco RB Leipzig en ese momento; llegó con un tiro de Henrichs que controló bien el arquero visitante y luego llegó el mejor momento de Basaksehir. Dos variantes en la última ventana de cambiso, para intentar lo último: a los 82′ D. Aleksic entró por I. Kahveci y Giuliano reemplazó a D. Turuc. Ahí aparecieron un par de llegadas. Una buena jugada colectiva a los 84′ que derivó en un centro de Aleksic que controló Gulacsi, a los 87′ un remate de Alexsic que atajó el arquero, y un remate de Crivelli.

Pero no había casi ni tiempo ni fuerzas para revertir el resultado. RB Leipzig tuvo una media hora inicial similar a la Aplanadora conocida y sacó una ventaja importante, que al final fue decisiva para llevarse el partido.

Hernán O’Donnell

Las distintas miradas en un deporte de apreciación para explicar el triunfo de Teófimo López

Esperábamos a la pelea del año; así se la había promocionado, también aceptamos que nosotros entendíamos que así podía ser. Para los fanáticos del boxeo el choque entre Vasily Lomachaneko y Teófimo López que unificó todos los cinturones de Peso Ligero, era el combate del año. y nos decepcionó, al margen de la victoria de López, a quien vimos ganar por 115-113, y llevarse los tìtulos que tenía el ucraniano de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), Organización Mundial de Boxeo (OMB) y Consejo Mundial de Boxeo (CMB) amén de mantener el propio, el de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).

Pero la pelea estuvo muy lejos de ser la esperada. López se hizo dueño de la primera mitad del combate, un poco por su iniciativa y otro tanto por la pasividad exasperante de Lomachenko. En el primer round se lo vio más suelto al norteamericano de origen hondureño, con un dominio del centro del ring y una disposición a buscar al adversario. El segundo capítulo fue más equilibrado, pero también lo vimos con una leve ventaja a López. y así, hasta el sexto round.

La gran duda es por què Lomachenko no soltó manos, se dedicó a caminar el cuadrilátero y solo jugó al desgaste de su rival. Una estrategia peligrosa, casi suicida, porque si bien provocó que López hiciera el gasto y afrontara la segunda parte de la pelea con menos energía también se posicionó en una clara desventaja en las tarjetas, y si no llegaba el knock out podía pasar que su ímpetu final no alcanzara.

Desde el séptimo round en adelante, el protagonismo fue de Lomachenko. Tuvo todo lo que sus fanáticos le reconocen: buenas combinaciones, el paso adelante en el tiempo exacto, precisión en el blanco, potencia en los puños, velocidad. Tuvo un octavo round muy destacado, de lo mejor de la noche.

Y continuó con la imposición de condiciones en las siguientes vueltas. Para nosotros ganó sin discusiones el noveno round, el décimo y el decimoprimero.

Si lograba mantener el dominio en el último asalto hubiera sido empate, tal como muchos lo vieron. Creemos que comenzó mejor el ucraniano, que tuvo su momento en el primer minuto y medio del round, pero luego se sobrepuso Teófimo, lo conectó con una buena combinación de manos, por momentos desbordó y en un round fuerte, lo vimos un poco mejor. Justo para sacar la diferencia de dos puntos, 7 vueltas a 5, y ganar por 115 a 113.

Ni por asomo vimos una distancia de 10 puntos que implican que 11 rounds los gano López. De ninguna manera; no es posible esa tarjeta, no se puede afirmar que Lomachenko se llevó sólo un asalto. No se pueden discutir los rounds 8, 9 y 11. Tampoco el décimo. Por eso, si alguien vio mejor a Loma en el último y le quedó empate, está bien. Es la posibilidad de otra mirada en un deporte de apreciación. Lo mismo en el round 2 y 6; hay quienes vieron mejor a Vasiliy allí, por lo cual muchos también lo vieron ganar la pelea. Se puede discutir mucho porque la paridad estuvo muy presente en este duelo. Por eso no creemos en semejante diferencia.

Teófimo celebró con emoción su victoria más importante en su ascendente carrera. Polémico, pero triunfo al fin. “Iremos a Disney World a festejar”, gritó en el escenario cuando ya la miel de la victoria lo envolvía. Es tiempo de darle rienda suelta a su alegría, en su noche más trascendente ante un rival calificado que se fue envuelto en un preocupante silencio y lleno de dudas.

Hernán O’Donnell

Milan celebró el regreso de Zlatan con un triunfo en el derby

Los clásicos en San Siro no tienen localía. le puede tocar al Inter, como en esta ocasión, o al Milan, pero cuando se juega a puertas cerradas, para los dos equipos es un escenario habitual, familiar. No están la mayoría de los seguidores y abonados del conjunto que hace las veces de local. Entonces no hay influencias de ese tipo. Por eso se presumen partidos abiertos, inciertos, equilibrados en las posibilidades.

Una cantidad de estrellas increíble en cada uno de los equipos; jugadores de renombre, con actualidad en seleccionados poderosos, y con un nombre rutilante: Zlatan Ibrahimovic. El sueco, con su elegancia, talento y jerarquía sobresale siempre, aún cuando está rodeado de notables futbolistas.

El Milan arrancó mejor, con la conducción de Calhanoglu, hábil e inteligente para encontrar los espacios y a los compañeros; la velocidad de Leao por la banda izquierda, el sosten de Kessie y Bennacer y las subidas habituales de Hernández y Calabria. Y Zlatan, por supuesto.

A los 12′ puso en ventaja a su equipo. Llegó al área con pelota dominada, supo protegerse de Kovalov y forzar la marca y el contacto del defensor del Inter para que le cometiera penal. Lo ejecutó a la derecha de Handanovic, el arquero adivinó y rechazó, pero del rebote Ibrahimovic convirtió. 0-1 para el Milan.

Y enseguida apareció de vuelta para volver a sacudir la red. Desborde de Leao por izquierda, centro muy preciso y llegó libre el delantero sueco para rematar y convertir a los 16′ el 0-2 para la visita.

El partido estaba a pedir del equipo de Pioli. Seguro, aplomado, mantenía el control del juego.

Sin embargo, de a poco el Inter apareció en escena. Barella dijo presente, Arturo Vidal comenzó a pedir la pelota, Perisic empezó a profundizar la banda izquierda y los delanteros a presionar.

A los 28′ llegó el empate. Desborde de Ivan Perisic por izquierda, centro pasado y la aparición solitaria de Romelu Lukaku para convertir el 1-2 y dar comienzo a otro partido.

Porque se animó el local. Entendió que si apelaba a su fútbol, podía equilibrar el juego. A los 31′ un buen centro de Hakimi fue conectado por Lautaro Martínez y su cabezazo lo encontró bien parado a Donnarumma.

Y sobre el cierre lo volvió a perder el belga, en otra chance clara del local que Kjaer sacó sobre la línea.

En el complemento el partido se hizo más cerrado. Con mayor presión en la mitad de la cancha, más ajustes en las marcas y con menos profundidad. A los 61’ Krunic entró por Leao y Castillejo lo hizo por Saelemaekers en el conjunto visitante. Eriksen ingresó en lugar de Brozovic en el Inter.

El conjunto de Conte arriesgó un poco más. Y contó con algunas llegadas a partir de la presion de Lukaku; y se jugó la última carta con el ingreso de Alexis Sanchez por Arturo Vidal a los 82’; chileno por chileno, pero un delantero por un volante. En Milan se lesionó Kessie y Tonalli lo reemplazó a los 86’.

Y llegaron las emociones finales. A los 90+4’ Lukaku y Martinez armaron una pared y cuando el belga iba a concretar el empate, Hernandez salvó con un cruce providencial. Y a los 90+5’ otra vez Lukaku tuvo una chance, le pegó de espaldas y de taco, pero la pelota fue directo a las manos de Donnarumma.

Ahí se abrazó el equipo de Pioli a la victoria. Por la que hizo méritos en el inicio, se apoyó en la voluntad colectiva y la sabiduría inextinguible de Zlatan Ibrahimovic.

Hernán O’Donnell

En un tiempo, Nápoli armó una goleada que relamió sus heridas

La herida producida por el “escritorio” de la Federación Italiana de Calcio que determinó que Napóli perdiera su partido ante la Juventus, al que no pudo concurrir pues las autoridades sanitarias de su ciudad no le permitieron viajar por tener varios futbolistas con COVID-19, le sirvió como combustible para encender los motores y tener un primer tiempo arrollador ante el sorprendente Atalanta.

El equipó de Gennaro Gatusso salió con una tremenda determinación, con un esquema ofensivo sostenido en Fabián Ruiz como eje del juego en el medio campo, con sus hombres de ataque bien organizados y con la proyección de los laterales, Di Lorenzo y Elseid Hysaj. Atalanta giraba alrededor de Alejandro Gómez, su sociedad con Ilicic y la potencia de Zapata, pero excepto algunas llegadas esporádicas, no encontró el partido. A los 21′ tuvo un remate de larga distancia de “Papu” Gómez que se fue muy cerca, en su acción más peligrosa. Pero detrás, vendría la tormenta.

A los 22′ Politano abrió al fondo a la derecha para la llegada de Di Lorenzo, este lanzó el centro rasante y el mexicano Lozano convirtió el 1 a 0 para el local.

A los 26′ otra vez el “Chuky” Lozano volvió a convertir, tras el choque entre los argentinos Cristian Romero y José Luis Palomino, el balón le quedó a él y con un remate cruzado desde larga distancia que puso el partido 2 a 0 para Nápoli.

Le era difícil a la visita acomodarse, porque no trabajaba bien el medio para contener los avances locales y la defensa sufría en inferioridad numérica, amén de errores propios. Y Politano, a los 29′, señaló el 3 a 0.

Era una tarde redonda para los de Gatusso, donde facturaban con facilidad. El eje ofensivo de Politano, Mertens, Osimhen y Lozano funcionaba a la perfección. Y aumentó a los 42′ cuando Osimhen sacó un tiro cruzado desde afuera del área, mientras se caía y el arquero Sportiello fue sorprendido con el paso lateral hacia su izquierda, en tanto la pelota iba a su derecha; cuando quiso volver era tarde, y el primer tiempo se cerró con ese 4 a 0 en favor del Nápoli.

Toda la bronca acumulada, se había relamido con cuatro gritos feroces.

Atalanta comenzó el segundo tiempo con dos variantes: B. Djimsiti ingresó en lugar del deslucido Zapata y J. Mojica en reemplazo del argentino J.L. Palomino.

Más tarde, a los 54′ S. Lammers entró por el “Papu” Gomez, a los 60′ Gatusso dispuso que F. Ghoulam ingresara por M. Politano en el local y a los 62′ R. Malinovskiy entró por J. Ilicic en el cuarto cambio visitante.

A los 68′ Atalanta llegó al descuento, de modo increíble por un contragolpe que agarró mal parada a la defensa local y Sam Lammers, el reemplazante de “Papu”, definió sobre la salida del arquero y marcó el tanto para que el partido quedara 4-1 para Nápoli.

Mejoró la visita, alentada por ese tanto y una disposición más ofensiva, en tanto Nápoli se había quedado con respecto al primer tiempo. Gatusso definió dos cambios para despertar al equipo. Iban 74′ cuando S. Lobotka reemplazó a D. Mertens y K. Malcuit entró por T. Bakayoko.

Se acomodó entonces el local al encuentro y volvió a tener el balón. Así se hizo del manejo del tiempo y las acciones; Atalanta no pudo resolver la propuesta local y el partido se le hizo cuesta arriba. ya no sufrió los duros embates del primer período, pero sí estaba lejos del control y corría detrás de la pelota.

A los 80′ Muriel entró por Gosens en el último cambio visitante y a los 82′ el local dispuso dos modificaciones. A. Petagna entró por V. Osimhen y D. Demme reemplazó a F. Ruiz; con esos cambios se cerró el partido.

Nápoli había salido con enjundia y en un tiempo muy eficaz armó una goleada que relamió sus heridas.

Hernán O’Donnell

Sudamérica le abre sus puertas al rugby

A las 16 hs del Sábado 17 de Octubre, Argentina XV y Chile XV pondrán en marcha el Torneo “Sudamericano 4 Naciones”. Será en el Estadio “Charrúa”, en Montevideo, Uruguay. El certamen que reúne a los mejores de esta región, equipos que se caracterizan por tener una gran tradición en esta disciplina, con Argentina a la cabeza, pero sin dudas con el crecimiento sostenido de Uruguay, Chile y Brasil. Un campeonato que está abierto y que tendrá también el encuentro de Uruguay XV vs Brasil XV en esta misma primera jornada, un rato más tarde a las 18.45 hs.

Argentina aparece como un gran candidato; tiene una cantidad de jugadores importantes, el equipo vive en un estado de desarrollo y crecimiento permanente, y cuenta con un entrenador de muchísima experiencia, como Nacho Fernández Lobbe, de un recorrido extenso como jugador de clubes y de Los Pumas.

“Siempre busco que mis equipos sean sólidos y que atraviesen juntos las dificultades; eso trato de transmitir, la cultura de equipo. Desde que llegamos a Uruguay trabajamos en eso”, declaró el entrenador en la página oficial de Sudamérica Rugby.

El segunda línea Santiago Portillo también hizo declaraciones en la semana previa al inicio del torneo: “Estoy muy bien; disfruto esto que vivimos después de un año tan raro. Fue difícil el regreso a los entrenamientos, y realizamos un trabajo de menor a mayor para llegar bien al primer partido”, señaló.

Y agregó: “Al plantel lo veo bien, todos vinieron con muchas ganas para aportar lo suyo, con los entrenamientos aceitamos el juego en conjunto y creo que vamos a llegar de la mejor forma al sábado contra Chile”.

El rival del sábado también se preparó en Montevideo durante los últimos días, y aunque no abundaron los días de trabajo, pudo hacer una preparación acorde. El apertura Santiago Videla expresó que “La preparación no ha sido la ideal, la habitual, pero estamos muy motivados, diría desesperados por salir a jugar”.

Brasil tiene un plantel joven, con una base de jugadores que han participado en el World Rugby U20 Trophy y con el agregado de varios rugbiers de experiencia, puede conformar un equipo peligroso.

“En los últimos años conseguimos resultados positivos; hemos ganado ante Canadá, Estados Unidos, Portugal, Chile y Bélgica. Hemos ganado un Sudamericano. Ahora necesitamos desarrollar jugadores para armar el nuevo equipo con el objetivo de jugar el clasificatorio a la Rugby World Cup Francia 2023”, apuntó el entrenador Fernando Portugal.

Uruguay llega con la ventaja de tener, desde hace dos meses, el torneo de rugby de clubes en marcha. Tiene ritmo de competencia. Está en actividad. Y cuenta con el aliciente del buen torneo hecho en la Rugby World Cup Japón 2019.

“Desde que finalizó el Mundial trabajamos por esto; nuestro camino no se detuvo, ahora pensamos en el Mundial de Francia; es muy importante tener actividad internacional para que los más jóvenes tengan roce y puedan aprender”, dijo su coach Esteban Meneses.

El rugby de Sudamérica se pone en marcha. Ahora no más. En un ratito. Una fiesta que durará una semana, para disfrutar a pleno.

Hernán O’Donnell

Scaloni: “Fuimos un equipo que sabía a qué jugaba”

La Argentina consiguió una victoria valiosísima en La Paz. Un triunfo de esos que pueden dejar huella, que reafirman a un equipo a un plantel. Porque se logró en un territorio siempre adverso para la selección, por su geografía, una altura que supera los 3500 metros del nivel del mar y para los futbolistas acostumbrados a jugar en el llano se les hace muy complicado. Dicen, los que vivieron esa experiencia, que falta el aire, que se siente el agobio, que pareciera que la cabeza les va a explotar y que detrás de cada pique viene un ahogo casi inmediato. Tal vez por eso la Argentina tomó recaudos en el inicio, comenzó con cautela y trató de usar los primeros quince minutos para adaptarse a esas condiciones. En ese lapso, Bolivia se mostró mejor. Más ofensivo. Llegó al gol tras el centro de Chumacero y el cabezazo de Martins a los 23′. Y en los últimos diez del primer tiempo, el equipo de Scaloni se soltó y llegó al empate.

Le preguntamos al DT argentino por la adaptación a la altura y el análisis del partido: “Excepto los quince minutos inciales, que casi siempre pasa lo mismo cuando venimos a jugar acá, el resto fuimos un equipo que dominó, que sabía a lo que jugaba, y cumplimos con el trámite del partido, que era un poco aguantar sus ataques en el comienzo; tuvimos la “fortuna”, por decirlo de alguna manera, de empatar antes de que terminara el primer tiempo y eso nos dio muchísimas ganas de salir a ganar el segundo tiempo”, explicó el entrenador.

También se refirió a los dos cambios que hizo de los volantes: Guido Rodríguez por Leandro Paredes y Nicolás Domínguez por De Paul. “En principio, los cambios que realizamos son con la intención de mejorar. Todos los chicos que entraron lo hicieron muy bien, no sólo esos dos cambios. Nos dieron un poco más de frescura, ya había jugadores cansados en el segundo tiempo”, señaló el DT.

También evaluó el rendimiento de Exequiel Palacios, uno de los más destacados. “En Exequiel encontré un gran futbolista; esperamos que siga así con nosotros y que pueda jugar en su club. Sabemos todo lo que nos puede dar, así que estamos contentos con él”.

Una Argentina que lució como lo comentó el técnico. Cautelosa en el comienzo, con pasos seguros, que se soltó sobre el final del primer período para llegar a la igualdad y que tuvo un complemento de alto vuelo, afirmado en la cancha y con un volumen de juego que le permitió lograr un triunfo merecido.

Hernán O’Donnell

En la altura, Argentina tomó aire y logró un justo triunfo

Todo se dio como lo esperábamos. Como lo imaginábamos. Con los efectos de la altura, los reales, los físicos y los psicológicos, con el protagonismo central. Con su dominio en la escena. Una Argentina cautelosa, prudente, que reguló los esfuerzos iniciales y una Bolivia más suelta, renovada con respecto al equipo que había enfrentado a Brasil.

El local se ordenó a partir de las subidas de Torres, el trabajo dinámico de Chumacero, el talento de Castro, el acompañamiento de Cardozo, y toda la polenta de Marcelo Martins. Y empezó a llegar. Con centros y con remates desde afuera del área. Dudaba Armani en las salidas, le costaba al sector derecho de Montiel y Martínez Quarta, en tanto era más sólido el izquierdo, con la firmea de Otamendi y el despliegue de Tagliafico, de buen primer tiempo. Argentina se recostaba en el despliegue de Paredes y los arrebatos de Ocampos, en tanto Messi procuraba asegurar el balón y darle un destino prolijo.

Argentina tuvo un remate de lejos de Paredes a los 8′ y otro, más tarde, a los 20′, que se fue apenas afuera. hasta que el local abrió el marcador. Un desborde por la izquierda de Chumacero, el centro y el balón al corazón del área para el cabezazo franco de Marcelo Martins para marcar el 1 a 0 a los 23′ de juego.

El rittmo no varió, tampoco el desarrollo, pero el equipo de Scaloni mejoró en los últimos diez minutos del primer tiempo y ahí dominó el partido. Lo apretó a Bolivia contra su valla; a los 38′ un remate fuerte de Messi se desvió en Torres y fue al corner. A los 39′ disparó de lejos Leandro Paredes y la pelota se estrelló en el poste izquierdo de Carlos Lampe. Y a los 44′ Lautaro Martínez consiguió la igualdad tras una maniobra individual que parecía terminar con el dominio de Carrasco, pero este se demoró en la decisión y cuando la quiso rechazar se topó con la pierna de Martínez, que fue a pelear la disputa y logró el 1 a 1 cuando expiraba el primer período.

Bustamante entró por Saucedo en el seleccionado local para comenzar el complemento. Sin embargo, el partido tomó otro rumbo. La Argentina se animó un poco más. Se soltó. Perdió el respeto y el temor a la altura y se adelantó en el campo. Y con el ingreso de Joaquín Correa por Lucas Ocampos a los 58′, la selección nacional renovó el aire.

Exequiel Palacios entró más en juego. Se convirtió en el eje del equipo, porque el balón venía desde el fondo hacia él, y luego conectaba con los delanteros. Empezó a tener más la pelota Leo Messi. Lautaro preocupaba con su presencia. Y Bolvia comenzó a desinflarse.

Con una nueva ventana de cambios, creemos que Bolivia terminó de perder su potencial; porque salieron dos de sus mejores futbolistas y a los reemplazos les costó adaptarse al partido. Iban  65′ cuando B. Cespedes reemplazó a Raúl Castro, el conductor local, y B. Miranda ingresó en lugar de A. Chumacero, importante por su enorme dinámica.

Scaloni resolvió otras dos modificaciones para darle aire al equipo visitante; a los 68′ Nicolás Dominguez entró por De Paul y Guido Rodriguez reemplazó a Leandro Paredes. Más piernas para la mitad de la cancha, una decisión para que el equipo tuviera un refresco. Los salientes habían hecho un gran esfuerzo, venían de jugar ante Ecuador y el oxígeno era necesario para el equipo en esa zona de la cancha. Argentina ya era más y a los 74′ tuvo una oportunidad muy clara; Messi habilitó a Lautaro Martínez y el remate del delantero del Inter fue desviado por Lampe al corner.

Y a los 78′ llegó el merecido gol del triunfo; una jugada que empezó en la derecha, la combinación entre Montiel, Nico Domínguez y Messi, el arranque de Leo, el pase a Lautaro Martínez y este que se la abrió a Joaquín Correa para que definiera con un potente remate cruzado y dejara el partido 1-2.

Argentina lograba lo que había ido a buscar, sobre todo en el segundo tiempo, cuando soltó amarras para ir por los tres puntos. César Farías recurrió a dos cambios para tratar de modificar el rumbo. A los 82′ J.N. Orozco entró en reemplazo de D. Wayar y a los 86′ C. Arabe ingresó en lugar de R. Cardozo. El entrenador argentino determinó que debutara Facundo Medina a los 88′, cuando ingresó por Lautaro Martínez. Y lo hizo muy bien, con un par de cruces a tiempo y una presencia física importante.

Argentina se sostuvo en el juego también en el final y logró una victoria justa, celebrada y auspiciosa.

Hernán O’Donnell

Lewis Hamilton alcanzó un récord y va por otro, en un día lleno de emociones

El triunfo de Lewis Hamilton en el Gran Premio de Eifel 2020 significó algo más que una simple victoria para el piloto inglés. Fue una prueba más de su excelsa conducción, de su momento dominante en la categoría y de su camino inexorable hacia otro título mundial. Pero también fue alcanzar el récord de triunfos que ostentaba Michael Schumacher, con 91, y un paso más al récord que también posee el piloto alemán con 7 títulos ecuménicos.

Fue una carrera con muchas emociones desde el inicio; la partida rápida de Valteri Bottas, la agresividad de Ricciardo, la posición expectante de Lewis; en el giro número 9 Daniel Ricciardo pasó de modo impecable a Charles Leclerc y en la vuelta siguiente Sebastian Vettel entró a boxes.

Hamilton pasó a Bottas en la vuelta 13, también con una maniobra clara y limpia, y en el giro siguiente Kimi Raikkonen tocó a Russell, lo que le provocó su despiste y la rotura de su cubierta trasera izquierda.

Pero los problemas continuarían. En la vuelta 17 Daniel Kvyat pasó de largo en una curva y rompió el alerón delantero. Más tarde pararía Esteban Ocon, con lo cual las dificultades técnicas eran para todos. Valtteri Bottas abandonó y Max Verstappen se ubicó segundo, mientras que Ricciardo quedó en la tercera ubicación. Más atrás se alternaban en la lucha Sergio Pérez, Carlos Sainz, Lando Norris, Charles Leclerc.

Hasta que el Mc Laren de Lando Norris dice basta y se queda cuando restan 14 vueltas para el final; el ingreso del safety car generó una renovación y varios pilotos aprovecharon para cambiar neumáticos; así, el final tuvo una nueva expectativa. Pero nada inquietó a Hamilton, que conservó su lugar en tanto detrás peleaban Verstappen, Ricciardo, “Checo” Pérez, Sainz y Gasly que se acomodaba en la sexta posición. Más atrás, Leclerc quedaba séptimo, octavo Hulkenberg, noveno Romain Grosjean y en el décimo lugar, para sumar, Antonio Giovinazzi.

No tuvo problemas Hamilton para regalarle a Mercedes una victoria en Alemania. Para seguir firme en la punta hasta el final. Para afirmarse en el campeonato; para recibir de Mick Schumacher piloto de Fórmula 2 e hijo del célebre Michael, un casco de su padre como legado por haber alcanzado su récord de triunfos en la Fórmula 1. Una hermosa sorpresa que dejó sin palabras al inglés: “No se que decir…Recuerdo jugar a ser Michael en las carreras; crecí con una admiración por él, y ahora alcanzar su récord me llevará tiempo acostumbrarme. Gracias a mi equipo pude hacerlo”.

Un hermoso y emotivo cierre de una carrera complicada, pero que dejó una señal clara del presente y el futuro de la Fórmula 1, en manos de Lewis Hamilton.

Hernán O’Donnell

Las estrellas de Francia y Portugal se apagaron en la noche de París

A los 90+2′ Cristiano Ronaldo tuvo la oportunidad más nítida del partido, cuando recibió una habilitación de Trincao y sacó un disparo fuerte, seco, potente, con el sello de él; con esfuerzo rechazó Hugo Lloris. Era la jugada que más nos sacudió en una noche oscura, sin brillo, con las estrellas apagadas.

Uno podía suponer que un partido que reuniría al Campeón del Mundo y al Campeón de la Nations League, iba a deparar en un juego de alto vuelo y cargado de emociones. Sin embargo, todo lo que hubo para destacar se ofreció con cuentagotas. Una constelación de estrellas que no brillaron.

Francia se apoyó en las salidas permanentes de sus laterales, Benjamín Pavard y Lucas Hernández, la posición de Kanté, la velocidad de Pogba y la tremenda dinámica de Rabiot. pero le costó enganchar el juego con los delanteros, más allá de la búsqueda de Griezmann por ser el hilo conductor, el sacrificio para pivotear de Olivier Giroud y las insinuaciones de Mbappé.

Portugal también se basó en las proyecciones de sus buenos laterales; Semedo y Raphael Guerreiro se mandaron al ataque cuantas veces pudieron, pero les costaba progresar con Bruno Fernandes y Carvalho. Joao Félix se mostraba de modo constante, en tanto Cristiano tuvo más intermitencias. Y el partido no progresaba.

Los cambios tampoco produjeron distinciones. A los 60′ D. Jota reemplazó a Bernardo Silva en la visita; a los 73′ A. Martial ingresó en la posición de Olivier Giroud en el equipo de Didier Deschamps. Más tarde, Portugal volvió a modificar su estructura: iban 79′ cuando Renato Sanches entró en reemplazo de Bruno Fernandes. A los 83′ K. Coman entró por Kylian Mbappe en el local y sobre el cierre, Portugal hizo tres cambios: ya se jugaban los 87′ cuando Joao Moutinho entró por W. Carvalho, Joao Cancelo reemplazó a Raphael Guerreiro y Trincao ingresó en lugar de Joao Felix.

Nada influenció demasiado en el desarrollo. El partido tuvo un trato prolijo del balón, un espíritu ofensivo de los dos equipos, y algunas jugadas interesantes.

Pero careció de emociones fuertes, no hubo jugadas emocionantes, se falló en la última puntada, las defensas superaron a los ataques, se diluyeron los estiletazos, no abundaron las situaciones de gol y el 0 a 0 fue el sello distintivo del partido.

Ambos se cuidaban más de lo que arriesgaban. Como preocupados por lo que dejaban atrás más que por lo que podían ver adelante. Y lucieron más firmes las defensas que punzantes los ataques. Faltaron ideas, imaginación y espíritu de aventura. Muy cerrados en sus libretos, se ahogaron en penas. Y nada pudo torcer el destino de dos equipos preparados para generar mucho más.

Las estrellas que esperábamos encontrar en el Stade de France se oscurecieron en la noche de París.

Hernán O’Donnell