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Se reanuda el Campeonato y un equipo ya anuncia su candidatura

Entramos en la semana del reinicio de la Superliga. Pero el fútbol, en realidad, ya empezó. River fue a Avellaneda, vio y venció. Y se metió en la cima de la tabla, le anunció a los fanáticos que está listo para dar el zarpazo, que es un serio candidato.

River tiene un juego aceitado. Es un equipo que sabe lo que quiere, que tiene un funcionamiento colectivo arraigado y que puede jugar de maneras distintas, presentar diferentes esquemas, pero la voracidad y la ambición nunca la resigna.

Ante Independiente jugó con su habitual estilo, atento y perspicaz. Y con la mente fría para facturar, para ganar cuando el rival se descuida, cuando baja la guardia o cuando se equivoca.

No jugó mal Independiente, pero hubo varios factores que lo llevaron a quedarse sin nada. Un poco de imprecisiones en el juego, un poco de mala suerte para concretar y cuando se fue expulsado Barboza llegó el segundo gol de Borré y la victoria para el visitante.

¿Como viene el año? El viernes a las 17.35 en Mar del Plata abren Aldosivi y Lanús. Más tarde Gimnasia vs Vélez y toda la fecha con muchos partidos interesantes, algunos muy d atacados como San Lorenzo vs Estudiantes, Godoy Cruz y River, Racing vs Atlético Tucumán y el domingo a la noche nada menos que Boca vs Independiente.

El fútbol vuelve, la pasión y la alegría con esa rara mezcla de angustia y nervios otra vez en nuestras canchas. Aunque hay uno que ya volvió y se postula como candidato.


Hernán O’Donnell

Real Madrid acertó en los penales y es el Campeón de la Supercopa española

El primer tiempo fue de tono menor; no parecía la final de la Supercopa española, más bien se asemejaba a un amistoso de verano en una tierra lejana, un partido provisto de figuras y camisetas históricas pero más llevado a un país que con dinero puede organizar la visita de ellos, que a la final de una competición tradicional ibérica.

Real Madrid salió tranquilo, sabía lo que lo aguardaba, conocía al adversario y deducía lo que le iba a proponer. Por eso comenzó sereno, sin desesperarse ni ofrecer demasiados espacios a las espaldas de los centrales Raphael Varane y Sergio Ramos. Prefirió que ellos se resguardaran, cerca de Courtouis, sin espacios abiertos para la velocidad de Angelito Correa ni la potencia de Moratta. Porque el Aleti de Simeone tenía en mente un esquema que le sienta muy cómodo: esperar y salir de contra, pero no contaba con espacios ni ofertas de su adversario.

Así se cerró el primer tiempo, sin grandes luces ni llegadas electrizantes. Más bien buscaban cuidarse y protegerse, para asegurar el cero en el arco propio y que la final no les quedara lejos.

A los 50′ Jodic tuvo la llegada más importante del Madrid hasta el momento; una corrida rápida, el ingreso al área y el remate al palo cruzado de Oblak que se fue muy cerca en lo que pudo haber sido la apertura del marcador. Real Madrid avisaba cuando nacía el complemento.

El dominio del equipo blanco se hizo un poco más profundo. El ingreso de Rodrygo por Isco le dio más movilidad y a los 65′ una buena jugada del ingresado, el pase hacia la entrada por derecha de Jovic y el centro claro para Valverde fue una situación inmejorable, pero el cabezazo del uruguayo fue defectuoso y se lo perdió el Madrid. De parte del Aleti vino la respuesta; buena jugada de Correa, habilitación para Vitolo y el pase a Lodi que tuvo un remate un poco alto. El partido crecía en juego y en tensión. Arriesgaban poco, con temor a equivocarse, pero ambos sabían que de a poco debían soltar un poco las riendas, atreverse, buscar el arco contrario.

A los 79′ Atlético tuvo una gran posibilidad. Armó juego Correa por derecha, abrió para Trippier y el inglés habilitó a Moratta quien quedó solo ante Courtouis y su remate al primer palo fue desviado al corner por el arquero madridista.

Rodrygo lo tuvo a los 88′. Una buena jugada de Carvajal por derecha, el centro al medio del área y Rodrygo sacó un remate al medio que fue bien controlado por Oblak.

La última fue para Atlético; tiro libre tras falta violenta de Modric, quien vio la amarilla pero debía estar amonestado por una falta anterior, Thomas se hizo cargo de la ejecución y cuando todos esperaban el centro, decidió el remate al arco que supo ser controlado por Courtouis cuando al partido le quedaban segundos para finalizar.

0 a 0 y a la prórroga. El cambio de Savic por Jose María Giménez a los 99′ sorprendió a quienes seguíamos el partido por las pantallas del mundo, pero el zaguero uruguayo tenía una contractura muscular. Zidane decidió que Vinicius ingresara por Kroos, para acompañar a Mariano (había entrado por Jodic) y Rodrygo. Un esquema de 4-3-3 para el conjunto merengue y el intento de ganarlo en los últimos 15′ del alargue que quedaba por jugar. Santi Arias reforzaba la defensa del Aleti y ya las ideas quedaban maniatadas por los temores y la intención de no cometer errores.

A los 107′ tuvo una buena oportunidad el Aleti, pero la pelota rebotó y se fue al corner, tras el tiro de Llorente. Oblak tapó dos remates consecutivos a los 110′ y el Aleti respiró. El partido entraba en una zona de fuego, donde un error podía costar la Copa.

La más clara la tuvo el equipo de Simeone al final del juego. Se fue Moratta sólo, de contra rumbo al arco y al posible gol, Federico Valverde el último hombre que lo corría por parte del Madrid no tuvo alternativa que cometerle infracción desde atrás y aceptar la indiscutible expulsión. Iban 115′ y el tiro libre no tuvo consecuencias, más que un remate de Correa que Courtouis lo pudo contener. Y nada más. 0 a 0 tras 120′ de juego y a los penales.

Carvajal, 1 a 0. Saúl, palo derecho y la serie que se empieza a definir. Rodrygo, sin problemas, golazo al ángulo, 2 a 0. Thomas, de gran partido, va por el segundo intento de Aleti, pero Courtouis acierta, ataja y mantiene el 2 a 0. Luka Modric convierte para el Madrid, y ya está 3 a 0 con un tiro más. El de Trippier está bien ejecutado, y achica a 3 a 1 la distancia, aunque quedan dos penales y si Sergio Ramos convierte, el título será para el Madrid.

Amaga, amaga, calcula, y cuando Oblak va hacia su izquierda, ejecuta un tiro suave a la derecha, para sellar el 4 a 1 y el título para el Real Madrid, que se llevó un premio por ser más precisos y certeros en los 12 pasos, aunque en el juego no hubo ventajas ni lucimientos y la final no tuvo más relieve que un partido de verano.


Hernán O’Donnell

La fe de Simeone llegó a otra final

Planteó el partido de todas las maneras posibles, con mucha versatilidad y cambios y modificaciones que lo llevaron a la victoria final ante un rival duro, complicado, favorito por peso de varias de sus figuras y por contar con el mejor jugador del mundo, Leo Messi, entre sus filas. Para Atlético de Madrid la parada no era fácil, el pronóstico de la “cátedra” daba a Barcelona como amplio favorito y a medida que avanzaba el partido los narradores se entusiasmaban con el andar del equipo catalán, cuestionaban al “Aleti” y no advertían las variantes que estos planteaban ni las falencias de un equipo que se apoya en el talento extraordinario de Messi de modo excesivo.

Es cierto que hubo muchos indicadores para creer que esto iba a ser así. Que Barcelona iba a caminar de modo directo al encuentro con Real Madrid por la Supercopa Española que se juega en Arabia Saudita. El primer tiempo fue dominado por los catalanes, con la conducción fina del argentino y la movilidad del chileno Vidal como acompañante principal. El Aleti se refugiaba y trataba de partir rápido de contra, con Correa por derecha y Joao Féliz más adelantado. El dominio de Barcelona también era territorial, pero el conjunto de Simeone acompañaba con su propia decisión de jugar atrás para generar espacios que le permitieran llegar en forma rápida y directa al arco de Neto, un arquero de buenas características.

Sin embargo, el primer tiempo se cerró con una igualdad en blanco y a los 20″ del complemento Koke concretó el gol del Atlético de Madrid tras una buena maniobra colectiva. 1 a 0 y a jugar el partido más deseado.

Barcelona despertó y a los 52′ llegó al empate tras un derechazo de Messi. Después tuvo otra oportunidad Leo que el VAR no convalidó y Griezmann fue el que revirtió el marcador tras un rebote que dio Oblak por un cabezazo de Luis Suárez. Barcelona había revertido el marcador y asaba a ganar por 1-2 para regocijo de sus seguidores.

Pocos advirtieron que el Cholo, en ese manojo de nervios que siempre parece transmitir en cada partido, tiene frescas las ideas, claros los conceptos y sabe como jugar de acuerdo a las circusntancias. Adentro Llorente para tener más peso ofensivo, adentro Vitolo, línea de tres y Trippier y Saúl a mandarse de modo permanente por los laterales. Se durmió Barcelona en lo que creía un partido resuelto y Aleti se encargó de despertarlo.

Una jugada bárbara por el medio, la llegada de Vitolo y el arquero que sale apurado para cometer el penal que Moratta transformó en 2 a 2 cuando iban 80′ de juego.

El estadio en Yeda ya era una caja de sorpresa por lo que se había transformado el juego. Los de Simeone agrandados, dominantes y ambiciosos, fueron por más. Una mala salida de Piqué fue aprovechada por el Aleti, la llegada de Angel Correa, el toque por arriba del arquero y el 3 a 2 a los 88′. Atlético de Madrid había revertido la historia. A un equipo que descansa demasiado en el talento sobrenatural de Messi, y que a veces pareciera creer que puede ganar con el peso de su camiseta, el Aleti lo había despertado de un cachetazo.

Tuvo una chance más en un contragolpe que no pudo concretar Marcos Llorente por la buena intervención de Neto, y y el final fueron un par de centros desesperados de Barcelona.

Atlético de Madrid ganaba, perdía y ganó. La fe de Diego Pablo Simeone llevó otra vez a sus obedientes gladiadores a una nueva final.


Hernán O’Donnell

Sevilla busca lleno de esperanzas, pero no encuentra el camino

A los 14′ del primer tiempo salió el pelotazo largo de la defensa visitante, García chocó con Diego Carlos, y Capa apareció por atrás de todos, para meterse en el área y con un tiro cruzado abrir el marcador en el Ramón Sánchez Pizjuán. Athletica de Bilbao sacudía la red de Sevilla y le generaba un problema más a un equipo que no encontraba los caminos. Más, aún, a partir del tanto visitante Sevilla no pudo ordenarse. Se enredó en su ofensiva, buscó con individualidades y no acertó el camino para llegar al arco adversario. Ever Banega probaba de lejos, Lucas Ocampos intentaba con gambetas en velocidad por la punta derecha, Munir insistía en aranque furibundos por el medio. Era un equipo que esperaba empatar con un arresto individual.

Y cuando se juntaba a tocar, la pelota no progresaba más allá de la mitad de la cancha. Tal es así que la primera situación clara, clara fue un corner de Banega que se cerró y pegó en el travesaño, a los 42′ de juego. Antes, era el choque de un conjunto obstinado ante un equipo que sabía lo que quería. Era bien claro lo que querían los vascos: aguantar en su campo y salir rápido de contra.

Así fueron capaces de llevarse el primer tiempo. Pero Sevilla iba a redoblar la apuesta en el complemento. Lopetegui, de presencia constante e indicaciones permanentes, pedía más ritmo, más aceleración, más ambición ofensiva. Y Sevilla respondió. Se lanzó al ataque y a los 60′ consiguió el empate, tras un centro de Lucas Ocampos y el cierre desesperado del defensor de Athletic, Nuñez, que introdujo el balón en su propio arco. 1 a 1 y a seguir en la búsqueda.

Sevilla se lanzaba al ataque, abría espacios y dejaba atrás mucho campo para la explotación visitante. Entonces se armó un partido abierto, interesante, de ida por parte del local y de vuelta vertiginosa en cada contragolpe visitante. Lo tuvo el Sevilla con un remate en el palo de Navas, lo tuvo el equipo vasco en un remate alto desviado. El marcador estaba abierto y el final era impredecible. Julen Lopetegui optó por poner a Franco Vázquez cuando llegábamos a los 80′ de juego, en reemplazo de Munir, a la búsqueda de que frotara la lámpara y el genio pudiera producir algo, un truco de magia para resolver el enigma que Athletic le había planteado. Nada fácil, por cierto.

En esa zona del partido solo quedan dos caminos por tomar: o aferrarse a la convicción, al libreto conocido y “morir con las botas puestas”, o apelar al corazón, a la improvisación, a la “carga barracas”, al milagro, al impredecible “ganar como sea”. Sevilla se quedó a mitad de camino. No mantuvo su juego y se desordenó demasiado. Tuvo una chance a los 86′ con un tiro libre de Banega y el cabezazo de Diego Carlos que se fue muy cerca. Mientras, el Athletic le ponía hielo a los minutos finales. Un centro de Jesús Navas a los 89′ terminó en las manos del arquero visitante. No lastimaba Sevilla ni con el juego ni con los arrebatos del corazón. Terminaba enredado en sus ilusiones, en esa búsqueda llena de esperanzas por alcanzar la cima, pero por ahora no la puede encontrar, tras un empate que le supo a poco.


Hernán O’Donnell

Lionel Scaloni y el desafío de un año exigente

El año ha comenzado y Lionel Scaloni, el DT del seleccionado nacional, ya lo vive con intensidad. Sabe que tiene por delante dos enormes desafíos, la Competición Preliminar de la Copa del Mundo de la FIFA-Qatar 2022, que comienza en pocos días más y la CONMEBOL Copa América Argentina-Colombia 2020.

“El balance es positivo”, dijo al sitio oficial de la AFA. “Fuimos de menor a mayor, se consolidó un equipo y alcanzamos cierta madurez. Se lograron revertir resultados que antes no se podía. Nos falta acoplar algunos jóvenes, verlos, que tengan la impronta de los grandes”, agregó.

Sabe que cuenta con una base: “Hubo cambios de jugadores, pero la base es la misma. El núcleo duro no varió. Hicimos una buena Copa América Brasil 2019, aunque queríamos llegar más lejos. Ahora está el desafío y la motivación de jugar una Copa en casa, con todo lo que implica”, señaló.

Sobre las eliminatorias, respondió: “Las de Sudamérica son las más difíciles. Hay que ir a la altura, al frío, al calor, viajes largos. Llevan muchas cosas que otras no tienen. No me cabe la menor duda que son las más difíciles de todas”.

Sin embargo, está sereno y confiado. “Formamos un equipo. Es lo más importante. Tenemos un grupo y un equipo conformado, que puede crecer, pero que tiene lo más importante “.

Lionel Scaloni, con la fe intacta, ante un año que presenta enormes desafíos.



Hernán O’Donnell

El fútbol argentino empieza a adelantar el año

Estos son los días donde las noticias escasean, donde hay pocas novedades y en los que las negociaciones se dilatan, se interrumpen, se vuelven más livianas. Los días entre fiestas, cuando muchos piensan en las vacaciones, o en el fin de ellas y a la espera del comienzo de la actividad, que para nuestro fútbol será recién en los primero días del año 2020. Sin embargo, han aparecido algunas novedades que sacudieron la modorrra, entre la sidra y el pan dulce.

Boca Juniors presentó a Miguel Angel Russo, el mismo Dt que logró la Copa Libertadores de América en 2007, la última edición que se festejó en el barrio de la Boca. Otra vez se calzará el buzo de entrenador, otra vez está ante un enorme desafío: “El objetivo de Boca es el próximo partido oficial. Aquí hay que ir por todo siempre, en Boca no podes distraerte nunca, siempre hay que ir por más”, señaló en la conferencia de presentación.

“Sabía que en algún momento iba a volver, no me desesperé. Tuve paciencia y llegó la oportunidad”.

Boca vive momentos de grandes expectativas, sobre todo en lo deportivo, por la influencia que puede tener Juan Román Riquelme como dirigente. Un hombre que supo conseguir títulos importantes y que se convirtió en uno de los máximos ídolos de la entidad. Ahora ocupa otra función. Sin embargo, la gente está tan ilusionada como cuando jugaba. Como si la magia que desparramaba por los campos de juego pudiera ser enviada ahora desde un escritorio hacia el verde césped…veremos.

Racing estrena entrenador. Sebastián Beccacece cumplirá un récord pocas veces visto. En una misma temporada dirigirá a los dos grandes de Avellaneda. Primero Independiente, ahora Racing. Toda una rareza.

Estudiantes de La Plata contrató a Javier Mascherano y a Martín Cauteruccio. El conjunto presidido por Juan Sebastián Verón reinauguró su estadio mítico de 1 y 57 en noviembre pasado y ha movido con cierta repercusión el mercado de pases, mientras que San Lorenzo desechó una oferta de 11 millones de Euros por el pase de Adolfo Gaich por parte del club belga Brujas. Incorporó al Torito Rodríguez de Deefensa y Justicia y busca a un arquero.

Llegamos a fin de año y las novedades aparecieron. El fútbol argentino, la Superliga, regresa el viernes 24 de enero, pero para algunos clubes, el año ya empezó.


Hernán O’Donnell

El Campeón del Mundo no detiene su marcha

Con su habitual voracidad, con su conocido dominio, con su famosa ambición. Con el hambre de ganar que muestra en cada momento, en cada jugada, en cada partido. Sea por la competición que sea. Liverpool, flamante ganador de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA-Qatar 2019, regresó a su torneo, la Premier League, para retomar las riendas de un campeonato que desea como una obsesión. Ha ganado en múltiples ocasiones la Liga Inglesa, pero han pasado muchos años desde la última vez, de hecho no ha podido consagrarse desde que se denomina Premier League y por eso para su gente el título local es su obsesión.

En ese camino, para el famoso “boxing day” apareció Leicester, su más encumbrado adversario. Uno de los equipos, junto a Manchester City, que está dispuesto a pelearle el torneo palmo a palmo. Un equipo sacrificado, duro, que conoce sus cualidades y exprime al máximo todas sus virtudes. Pero se encontró la topadora roja a pleno. Y le costó mucho el primer tiempo.

En pocos minutos el equipo de Jürgen Klopp tomó las riendas del juego. Apretó bien arriba, como siempre lo hacen sus hombres de punta, respaldados por un movedizo Keita, de gran primer tiempo, inteligente Wijnaldum y muy batallador Henderson. Con la subida habitual de los laterales Alexander Arnold y Robertson, el dominio de los visitantes se hizo sostenido. A los 31′ llegó la apertura, tras un centro de Alexander Arnold que estaba ubicado en la izquierda pues la jugada nació en un tiro de esquina, y la entrada por la derecha de Firmino y Salah. Fue el brasileño quien conectó de cabeza y marcó el 0-1. Y el encuentro tomaba un rumbo claro.

A los 34′ tuvo un mano a mano muy claro Mané que pudo aumentar la distancia en el resultado, pero Schmeichel tapó el disparo con su pecho, en una resolución brillante. Y el tiempo inicial se acabó con un dominio claro de Liverpool.

Leicester salió con un poco más de determinación en el complemento. Buscó con Maddison, de buen primer tiempo, con Tielemans y Vardy. Pero era difícil superar la presión de Liverpool, que se hacía muy rápido del balón y llegaba con facilidad al arco contrario.

Tenía muy claro que el partido era como una final y lo jugaba con esa determinación.

Los laterales subían en modo permanente, los volantes presionaban bien arriba y durante mucho tiempo metió al local contra el arco de Schmeichel. Sumó situaciones con Mané, Firmino, el propio Salah…era un tormento para el local y una clase de hambre de triunfo del equipo puntero. Ricardo Pereira había aparecido en un par de ocasiones para abortar maniobras visitantes. De a poco, el lateral derecho portugués empezó a meterse en el partido. Primero para defender. Después, para subir y mostrarse como alternativa de ataque del Leicester. Por la derecha, el local encontró una salida, cuando llegábamos a los 65′ de juego.

Liverpool empezaba a sentir el rigor de los viajes, los partidos acumulados y un comienzo de temporada 2019/2020 casi sin treguas. Por eso empezó a bajar la enorme intensidad que le había imprimido al juego durante más de una hora. Y apostó al contraataque. También a los cambios: Milner por Keita y Origi por Salah a los 69′. Y enseguida, el penal. Mano de Söyüncü y Milner que no falla, para marcar con un remate suave a los 71′ el 0-2.

Si alguien dudaba que el partido estaba definido, todavía faltaba más del puntero. A los 73′ Arnold desbordó, echó el centro y Firmino se acomodó y en el segundo toque marcó el tercer tanto: 0-3 para el Liverpool y fin del partido.

Pero no, espere, no se vaya que hay más: a los 77′ una jugada colectiva de izquierda a derecha, el balón que llega para la entrada de Alexander Arnold y su remate cruzado clava el 0-4 para el Liverpool.

Un festival. Eso es lo que fue la exhibición del Campeón del Mundo. Un festival de juego, toque, presión alta, dominio y goleada incluida. Nada detiene a Liverpool. Ni los viajes, ni el cansancio, ni la acumulación de partidos. Tiene una obsesión que data ya de muchos años y parece decidido a hacerse de ella. La Premier League, desde su creación en 1992, siempre le fue esquiva. Como a una novia pretendida que se hace rogar, los rojos no detienen su marcha por la conquista. Machacan y machacan, nada parece detenerlos. Están convencidos que es su oportunidad y van por ella decididos a no dejarla escapar.


Hernán O’Donnell

La Superliga espera por una ardiente definición

El calendario argentino se ha modificado tantas veces, se han variado tanto los formatos de torneos y las fechas a jugar, que ya han quedado en el olvido aquellos tiempos, originales y fundacionales, donde el fútbol ocupaba el tiempo entre febrero y diciembre. Aquellos certámenes de primera división que durante algún largo tiempo fueron divididos en Metropolitano y Nacional, con dos campeones y uno de ellos que celebraba muy cerca de las fiestas de fin de año, ya son un lejano recuerdo. Los torneos cortos, que también consagraban dos campeones por temporada y se jugaron durante más de dos décadas, hoy también parecen una imagen de otro tiempo.

La Superliga intenta ser una propuesta similar a la que ofrecen las principales Ligas de Europa. Con organización, previsión de fechas, calendarios conocidos, reglas de juego claras y un producto que se pueda vender tanto al aficionado local como al televidente del resto del mundo.

Pero para eso debe acotar equipos, reformular participantes y adecuarse a la lógica de un campeonato competitivo y atractivo. El ensayo de tener una Primera División con 30 participantes no dio el resultado esperado, pues se tradujo en un torneo desparejo, extenso y previsible. Además de las distancias entre los poderosos y los débiles, aún los encuentros entre aquellos que peleaban por no descender ni siquiera generaron el morbo en el televidente neutral. Ese desfasaje se intenta normalizar y mientras tanto, mientras se adecúa a un torneo más serio de 20 o 22 participantes, el desarrollo coyuntural tiene desequilibrios como los vemos ahora.

Por eso el Campeonato tuvo más fechas en el 2019 que las que va a tener en 2020; por eso la creación de la Copa de la Superliga, una manera de llenar el calendario y de paso tener un torneo más que otorgue dinero e interés a los clubes y a los aficionados, que en definitiva, lo sostienen junto al aporte inestimable de los sponsors y la televisación.

La Superliga se reanuda el viernes 24 de Enero de 2020. Aldosivi y Lanús echarán a rodar la bola en Mar del Plata y a partir de allí vibrarán los corazones con una tabla bien apretada y muchos candidatos. Entre el puntero, Argentinos Juniors, que cuenta con 30 unidades y Atlético Tucumán, que tiene 25, se ubican ¡11 equipos!. Sí, en el intremedio de 5 unidades hay 11 conjuntos con sueños de campeón.

¿Quien se llevará el premio mayor? Se empezará a develar el año que viene, pero lo que está asegurado es el interés, la ilusión y las expectativas de todo el pueblo futbolero que habita este suelo.


Hernán O’Donnell

Liverpool cerró la deuda con su historia y se consagró Campeón del Mundo

Se abrazó a la gloria demorada con una sonrisa y un festejo mayor al que de modo habitual expresan los equipos europeos. Festejó con ganas. Sin el desborde de los Sudamericanos, pero con más fervor que sus coterráneos. Liverpool venció por 1 a 0 a Flamengo se consagró Campeón de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA-Qatar 2019, un grito que pudo expresar por primera vez en su historia. De ahí, la celebración.

Fue un partido “interesante”, tal como lo definió el capitán del conjunto inglés, Henderson, a la televisión oficial tras el encuentro. Un match equilibrado, donde hubo varios pasajes de dominio de Liverpool y sobre todo, una sensación de mayor poder de fuego, de más facilidad para llegar al arco adversario. Liverpool siempre se mostró más peligroso, y aún en los momentos en que Flamengo pudo tener la pelota y dominar las acciones, no mostraba la capacidad de daño que sí lucían los ingleses.

El equipo de Klopp salió decidido y ese poder de daño lo mostró en pocos minutos. En los primeros instantes llegó con claridad y tuvo tres situaciones muy claras de gol. Primero Roberto Firmino recibió sólo y su remate se fue alto cuando le quedaba la resistencia de Diego Alves y todo el arco a su disposición.

Enseguida una buena maniobra colectiva le permitió a Salah habilitar a Keita y también le pegó fuerte y alto cuando estaba en una posición inmejorable para convertir. Y en la jugada siguiente fue Alexander-Arnold el que sacó un potente tiro bajo que salió pegado al poste derecho del arquero de Flamengo. Iban 5′ de juego y ya había sucedido todo eso. En un puñado de minutos, Liverpool peloteaba a su rival y desaprovechaba tres oportunidades claras de marcar.

Después se animó un poquito más el equipo carioca. Se metió en el partido. Y se jugó a un gran despliegue físico para pelear cada pelota y cortar los circuitos del equipo europeo, para que no pudieran progresar.

Se afirmó Caio en la defensa, se multiplicó Willian Arao, impuso su ubicación táctica Gerson y la hábil dinámica de Bruno Henrique le dio potencia al ataque de Flamengo. De a poco, volcó el juego a su favor. Liverpool había perdido un poco de pimienta en ataque, pero se sostenía en la jerarquía de sus figuras. Alisson Becker para abortar cualquier aproximación rival, Joe Gómez lució firme en la zaga, Henderson se hizo patrón absoluto del medio de la cancha y Salah, Firmino y Mané asustaban con su presencia y en cada arranque. Tenía dificultades en el medio, pues ni Chamberlain ni Keita tuvieron un buen partido, pero el ritmo sostenido del capitán Henderson equilibraba todos los desajustes.

En el complemento las acciones se repitieron. salió con todo el Liverpool y a los pocos minutos tuvo una oportunidad en un tiro de Firmino que pegó en el palo derecho de Diego Alves, cruzó la línea de meta y se fue desviado.

En la profundidad, Liverpool se mostraba más peligroso. Capaz de abrir el marcador en cualquier instante. Flamengo era ordenado e intenso. Buscaba con Bruno Henrique, pero cuando la perdía, siempre aparecían tres jugadores para rodear al adversario e intentar sacarle el balón.

Lallana entró por Chamberlain, lesionado. Después salió De Arrascaeta, cansado, por Vitinho, pícaro y de buen tranco. El partido se hizo más tranquilo, más táctico, menos acelerado. Flamengo con su libreto y las ganas de demostrar que podía; además, con la comodidad que siempre significa jugar de “punto”, no ser el favorito, no tener la “obligación” de ganar. Eso siempre genera mayor tranquilidad y una cuota alta de optimismo, de querer demostrar que uno puede. Da tranquilidad para poder desenvolverse con mayor confianza, sin tener que responder a las expectativas.

Liverpool pareció sentir, en algún momento, esa obligación del que va de “banca” y tiene que ganar sí o sí, que la obligación de confirmar en la práctica la superioridad de la que habla la “cátedra”. Y eso a veces genera nervios, apuros, intranquilidad, ansiedad…Pero siempre se refugió en su jerarquía y en la confianza que le da su juego, su identidad. Siempre prevaleció la tranquilidad de saber con que fuerzas contaba y tener confianza en ellas.

Jorge Jesús ensayó otra vez una variante que le había dado resultados en dos partidos decisivos: el ingreso de Diego, esta vez a los 82′ cuando se jugaban las últimas fichas. Diego había sido preponderante en su ingreso ante River en la Final de la CONMEBOL Copa Libertadores en Lima, y también en la semifinal de esta Copa Mundial de Clubes. Y fue el hábil conductor que se esperaba, aunque el partido muy pronto llegó al final; antes Henderson sacó un excelente remate que Diego Alves elevó al corner con una estupenda volada.

El tiempo extra parecía que iba a ser una continuidad del final, más allá de que en el cierre del partido reglamentario el árbitro sancionó un penal para Liverpool, que luego el VAR desestimó. Entonces, todo se apostaba a esos 30′ de prórroga que muchas veces pasan de largo muy pronto, entre el cansancio, los calambres, las demoras por los cambios, y el miedo a perder generalizado.

Pero no fue el caso de Liverpool, que siempre pensó en ganarlo. A los 98′ Henderson encabezó un contraataque que resultó la llave del partido. Lanzó un buen pase a Salah, quien giró y pretendió que la pelota lo acompañe en velocidad pero Mari cortó con un rechazo que recibió otra vez Henderson y sacó un pelotazo largo y preciso para Mané, quien picó a la derecha, entró al área y habilitó hacia adentro al ingreso de Firmino. El delantero brasileño demostró, una vez más, porque es uno de los mejores del mundo. Se tomó su tiempo para pensar, enganchar y meter el remate al medio del arco para abrir el 1 a 0.

El júbilo, la alegría y la pasión explotaron en las tribunas rojas. Liverpool sacaba una diferencia que sería decisiva.

Lincoln había ingresado por Gerson y Jorge Jesús, más tarde, apostó a un cambio más: Berrío por Willian Arao. En Liverpool entró, apenas sacó la ventaja, Milner por Keita, para luchar en la mitad de la cancha, para ofrecer el despliegue y el temperamento que Milner suele ofrecer cuando el partido se pone calinete. Tras el final del primer tiempo del alargue, Origi reemplazó a Roberto Firmino, una de las grandes figuras, agotado tras un partido intenso.

Liverpool siguió en la búsqueda y tuvo un par de oportunidades más, con un tiro libre de Alexander Arnold y una llegada de Origi.

Flamengo quemó todas las velas, fue al ataque y por un momento obligó al equipo inglés a retroceder. pero lo hizo con orden, inteligencia y concentración y no sufrió mayores sobresaltos hasta la jugada final que le quedó a Lincoln y su tiro su fue arriba del travesaño. Una oportunidad única, la más clara para Flamengo y a los 118′ de juego. Pero los duendes del fútbol ya se habían ido del estadio. El título viajaba a Inglaterra.

Liverpool ganó con justicia y cerró un capítulo que algunos, tal vez ellos no, sentían que se debía con la historia. Un equipo riquísimo, de impecable y larga trayectoria, campeón de Europa en muchas oportunidades, ahora cerraba el círculo que le reclamaban, y se consagraba Campeón del Mundo. El mejor de todos. Sin recortes ni discusiones. El mejor equipo del planeta. Por trabajo, perseverancia, actitud, entrenador, jugadores y una hermosa historia de luchas irrenunciables, el título que logró en Qatar, cierra el círculo que merecía.


Hernán O’Donnell

Hoffenheim aprovechó los obsequios de Dortmund, que se fue con las manos vacías

Jugó un muy buen primer tiempo, con el ritmo habitual, la dinámica y velocidad que le da Sancho, el despliegue de Brandt y la movilidad de Mario Götze. Mientras que por derecha la verticalidad de Hakimi y la habilidad de Hazard, que hicieron de esa banda un carril permanente de ataque del Borussia Dortmund ante un Hoffenheim desdibujado, liviano, muy lejos del equipo peligroso que supo ser hace un par de temporadas. Con esa línea vertical, Dortmund ejerció un control permanente en el primer período. Fue más que su rival por peso propio, por la jerarquía de sus futbolistas y por un mejor juego colectivo.

A los 16′ abrió el marcador. Una trepada de Hakimi por derecha, la pelota que recibió en diagonal, y luego de ingresar al área, ejecutó un centro atrás para la llegada de Mario Götze quien convirtió con un tiro al medio. 1 a 0 para el visitante.

Creció el dominio de Dortmund. Por las variantes de su juego, porque no dejó de buscar y porque tuvo varias ocasiones para aumentar la diferencia. Hoffenheim intentaba jugar de igual a igual, ir para adelnate y forzar situaciones de ataque. Pero carecía de profundidad, de juego y de peso. Robert Skov, el lateral danés tuvo la mejor chance con un tiro libre que pegó en el travesaño, pero no tuvo otra oportunidad, mientras que el visitante merodeó de modo permanente el arco de Baumann.

En el segundo tiempo Dortmund salió con dos variantes: Piszczek por Hummels y Larsen por Hazard. En el local, Adamyan reemplazó a Samassekou. Pero lo que podía influir eran las variantes de Dortmund. Dos hombres importantes salían del juego: un defensor experimentado y líder como Hummels y un delantero creativo como Hazard. Habríamos de ver como se acomodaría el equipo a esas modificaciones.

A los 49′ Brandt tuvo una inmejorable ocasión tras una buena jugada con Sancho, pero Baumann lo impidió con una buena atajada. A los 55′ Hakimi se fue por la derecha, llegó al fondo y cuando tenía ¡cuatro! compañeros que entraban por el medio para poder darle a alguno de ellos el centro atrás, prefirió rematar al arco con un tiro fuerte pero defectuoso. Otra chance perdida para el visitante.

Hoffenheim buscaba respuestas y apostaba a encontrarlas desde el banco: Locadia por Geiger a los 65′; así, los dos volantes internos eran reemplazados. Sin embargo, era Dortmund quien mantenía el control del juego, llegaba con facilidad y despilfarraba situaciones. A los 67′ Brandt abrió a la derecha para Sancho y su tiro cruzado no pudo ser conectado por Larsen.

Era un dominio sostenido de los amarillos. Poseían la pelota, controlaban los movimientos y dominaban a voluntad. Sólo faltaba marcar un segundo gol que “cerrara” el partido. Porque a pesar del dominio sostenido, el resultado seguía 0-1 y todos sabemos que un marcador apretado es una invitación irresistible a los duendes que siempre merodean los partidos de fútbol.

La última variante del local fue a los 78′: Kaderabek por Baumgartner. Y apareció acompañado por esas sorpresas que tare el fútbol. La primera pelota que tocó Kaderabek fue un centro profundo para Kramaric , Locadia que no pudo conectar, el rebote en el arquero Bürki y Adamyan convirtió con un fuerte tiro a los 79′. 1 a 1 y los duendes que invocábamos, aparecieron en Hoffenheim.

Dortmund intentó una última jugada táctica: Paco Alcácer por Mario Götze a los 83′, para profundizar el ataque con un hombre de área.

Y la sorpresa mayor cayó a los 86′. Kramaric abrió a la izquierda para Adamyan, este se fue por izquierda, tiró el centro y Kramaric que había picado al área conectó de cabeza para marcar el 2 a 1. El VAR confirmó que estaba bien habilitado Adamyan cuando fue a recibir la pared y en una ráfaga Hoffenheim revirtió el marcador y sin hacer demasiado, pudo dar vuelta un 0-1 con una actuación deslucida a ganar 2 a 1.

Dortmund pagó caro su distracción. Desperdició ocasiones, se descuidó al final y se fue con las manos vacías ante un Hoffenheim que hizo muy poco por la victoria. Sólo le alcanzó con aprovechar los errores de su visita en la noche del viernes.


Hernán O’Donnell