Fabio Quartararo y Petronas Yamaha SRT amenazan el reinado de Márquez

El mundo y todas sus modificaciones han traído novedades en este lento reacomodamiento que todas las actividades empiezan a realizar tras el gran paréntesis que la pandemia trajo al mundo. Y el dominio que por un lustro tuvo Marc Marquez en la competencia de Moto GP se ve amenazado, o por lo menos con una capacidad de batalla, por parte de Petronas Yamaha SRT, que con la conducción de Fabio Quartararo, ha vencido en el GP de España el 19 de Julio y en el GP de Andalucía, el último domingo 26 de Julio. Y todo hace pensar que será un gran protagonista en la continuación del certamen el 9 de agosto próximo. Su nombre ya está en boca de todos, pues aparece como el indicado a destronar al rey del Moto GP.

Es muy joven, pero apoyado en el equipo Petronas Yamaha SRT, ya empieza a mostrar su jerarquía y la posibilidad de ser la sorpresa de la temporada. Tras la victoria en Andalucía recibió un enorme reconocimiento, como el saludo y las felicitaciones de su compatriota, la estrella del fútbol Kylian Mbappé, figura del seleccionado francés campeón mundial, con quien realizó un divertido intercambio tuitero.

Crédito: Prensa Petronas Yamaha SRT

Tras su victoria en el GP de Andalucía, Quartararo expresó: “Mi trabajo es rendir en la pista como piloto y el equipo cuenta con muchos ingenieros que trabajan en el motor y en la propia moto”, en declaraciones al sitio motorsport.com.

Sabe que le espera un año duro y competitivo, con un adversario grande que tiene en su camino: “Con Marc será más difícil ganar, pero el desafío es que alguien te lleve a tu límite. Si estoy aquí es porque el año pasado Marc me llevó muchas veces a mi límite”, expresó en declaraciones que reprodujo el diario El País, de España.

Alguna vez tomó una decisión fuerte: con solo 7 años se fue con su padre de su país, Francia, hacia un nuevo país, en búsqueda de un mayor desarrollo como piloto de motos. Por eso eligió España, para encontrar su destino. Y el presente lo encuentra hoy en las portadas de todos los medios dedicados al deporte motor, y a su categoría más atrayente, Moto Grand Prix, dentro de la Federación Internacional de Motociclismo.

El gran favorito, Marc Marquez, debió parar y ser operado del húmero tras el accidente del 19 de Julio y no llegó a tiempo con la recuperación para el GP de Andalucía, pero eso no quita que será un adversario duro en lo que resta del año. Tampoco hay que olvidarse de Valentino Rossi, que sumó un tercer puesto en la última competencia y siempre puede dar noticias.

Pero nada parece preocuparle ni quitarle la gran ilusión de aquel niño que esperó su tiempo y ya ha ganado dos carreras consecutivas en el año, para sumar 50 puntos y estar ahí, al acecho.


Hernán O’Donnell

Philadelphia Union fue una ráfaga demoledora y se clasificó a las semifinales

Un partido con una historia equilibrada; antes de empezar, se hablaba de las estadísticas y la paridad entre Philadelphia Union y Sporting Kansas City, dos equipos que en los enfrentamientos entre sí tenían la misma cantida de partidos ganados, 5 y 6 empates, con lo cual ese historial reflejaba una paridad y un equilibrio que abría la expectativa y la incertidumbre, aunque nos daba la sensación que Sporting llegaba un poquito, sólo un poquito, más aafilado.

Pero los papeles se fueron al viento, en el anochecer de Orlando, entre las finas lloviznas y el calor potenciado por la humedad. En un inicio donde Kansas City insinuabaalgo más, fue Philadelphia el que golpeó. Y lo hizo, no sólo primero, sino que también lo efectuó dos veces, bien seguidas, como para dejar “groggy” a su rival. El trabajo de Aaronson, Bedoya y Jamiro en la mitad de la cancha, la movilidad de Santos en ataque, fueron las armas que Union mostraba en tanto Sporting que se basaba como siempre en el peligro latente de Alan Pulido y el trajinar de los internos Busio y Espinoza, en tanto Russell y Salloi buscaban por afuera.

Pero a los 22′ llegó la jugada combinada por derecha, la aparición de Aaronson, el pase a Bedoya que entró al área, el pase al medio y la entrada libre de Mairo para marcar a los 22′ el 1 a 0 para Philadelphia.

Un gol que abría el partido e inclinaba la balanza pero que no se detendría allí porque enseguida Philadelphia iba a volver a lastimar; se jugaban por los 24′ y de un tiro de esquina a favor de Sporting el rechazo de Wagner de cabeza, la llevó Martínez, combinó con Santos y este fue derecho al arco para picarselá a la salida de Melia y señalar el 2 a 0. Tremenda la eficacia y el poder de fuego de Philadelphia.

Kansas City sintió el doble impacto. No estaba en un mal partido ni había hecho mal las cosas hasta ese momento. Distracciones en la marca en el primer tanto, una contra muy rápida en el segundo, lo cierto es que cuando se quiso acordar ya estaba dos goles abajo. Intentó poner la pelota bajo la suela, salir por el lateral izquierdo Luis Martins y tratar de volcar el juego en el campo contrario. Sin embargo, una nueva maniobra rápida del rival y un descuido en las marcas lo iba a dañar una vez más.

Fue Bedoya el que combinó con Aaronson, este giró y en una buena gambeta se sacó la marca de encima y luego abrió el balón para la entrada libre por izquierda de Santos quien definicó con un toque muy preciso el 3 a 0 a los 37′ de juego.

Philadelphia se encontraba en una noche perfecta, esas donde todo parece salir redondo, donde las jugadas surgen con precisión y eficacia y pareciera que todo lo que toca es oro.

Sin embargo, Sporting Kansas City le demostró que no estaba rendido y sobre el cierre achicó el marcador. Centro de Russell desde la derecha y la aparición precisa de Alan Pulido, quien con una perfecta palomita marcó el descuento a los 45+1′ y dejó el primer tiempo con un parcial de 3 a 1 y el partido abierto para el segundo tiempo.

Sporting arrancó con dos variantes: G. Kinda ingresó en lugar de G. Busio y A. Dia entró en reemplazo de L. Martins; Alan Pulido avisó de entrada en el segundo tiempo que Kansas City no estab rendido. Metió un hermoso tiro libre que pegó en el palo derecho de Blake a los 48′, apenas comenzado el complemento. El partido prometía muchas emociones y casi no había tiempo para pestañear.

Philadelphia propuso poblar y pelear la mitad de la cancha y el brasileño Ilsinho entró por su compatriota Santos a los 52′.

Y el empuje de Sporting se empezó a diluir, porque el equipo blanco llenó de volantes la mitad de la cancha y le hizo difícil tener el balón. Incluos Philadelphia empezó a preocupar con algunas llegadas. Y Peter Vermes, entrenador de Sporting volvió a mover el banco para meter dos cambios más: a los 64′ F. Hernandez ingresó por el español Ilie y G. Fernandes entró por D. Salloi. Buscaba más peso ofensivo, aunque el partido se le hizo más enredado.

Philadelphia metió a A. Wooten por K. Przybylko a los 70′ y se cerró de modo impecable. Sporting se empezó a diluir y los últimos recursos se le agotaron. Las variantes no le dieron demasiado resultado y a los 83′ Cameron Duke entró por Espinoza cuando ya poco tiempo quedaba para revertir el marcador, en tanto Philadelphia cerró la noche de dos de sus figuras al final, cuando a los 85’se fueron Aaronsony Jamiro, reemplazados por M. Real y A. Fontana.

Philadelphia Union tuvo su noche soñada, esa donde le salen todas las cosas, esas en las que todo lo que toca se convierte en oro, esas noches en que cada llegada es gol…tuvo un primer tiempo inolvidable y demoledor. Le alcanzó con ese rato para quedarse con el partido y empezar a soñar con las semifinales que abrazó en la calurosa noche de Orlando.


Hernán O’Donnell

Arsenal y Chelsea buscarán una alegría en la FA Cup

El próximo sábado 1 de agosto, Arsenal y Chelsea darán cierre a la temporada actual con la disputa de la gran final de la FA Cup, el torneo más antiguo de la historia del fútbol, en el mítico estadio de Wembley. La tradicional competencia de Inglaterra reúne a más de 700 equipos tanto de divisiones amateur como de las profesionales, y el desenlace de la edición de este año será con un imperdible derby londinense, con el cruce de dos equipos a los que les alegraría decorar su campaña con una copa icónica, en la casa de la selección nacional y del fútbol inglés.

Para ambos conjuntos el partido de este fin de semana tiene gran importancia, con algunos motivos particulares y otros en común. Al atractivo de la final del certamen se le agrega que se trata de un nuevo enfrentamiento entre rivales de Londres, dos equipos influyentes y protagonistas del deporte en su país, híper conocidos a nivel mundial, y que son de los más ganadores de este trofeo en la historia.

Para el Arsenal esta definición llega como una especial oportunidad de cerrar un año turbulento y mediocre con una alegría. Hace muchos años que los Gunners no logran ganar la Premier League, desde aquella épica campaña de los Invincibles en 2003-04, pero ese éxito que no pueden conseguir hace tiempo por la liga, sí lo encontraron en la tradicional copa doméstica. Luego de un tiempo sin conquistas, el equipo que dirigía Arsène Wenger volvió a festejar un título en el 2014, cuando alzó la FA Cup en un agónico triunfo vs. Hull City. Luego de esa consagración, volvió a quedarse con el icónico certamen inglés en el 2015 (contundente 4-0 a Aston Villa) y en el 2017, cuando derrotó 2-1 a su rival londinense, al que verá este sábado otra vez.

En estos años Arsenal encontró en la FA Cup una suerte de premio consuelo a sus frustraciones por quedarse con la liga. Y la conquista de este título tiene un sabor especial: significa coronarse en una copa con larga trayectoria, con prestigio, más allá de que tenga menos peso que la Premier, otorga la clasificación a Europa League y permite gritar campeón en Wembley. Para los Gunners se convirtió en un torneo entrañable, donde se acostumbró a celebrar y, con 13 títulos, es el equipo más ganador del trofeo en la historia.

Otra vez por la FA Cup Arsenal tiene la chance de festejar un campeonato, y representa la oportunidad de cerrar con una sonrisa una temporada llena de inconvenientes, con cambio de entrenadores, malos resultados y poca competitividad. El comienzo de la 2019-20 fue bajo el mando de Unai Emery, que renunció poco después por un inicio insatisfactorio y una crisis de identidad del equipo. Interinamente se hizo cargo del primer equipo Freddie Ljungberg, un ídolo del club como jugador y protagonista de la época brillante con Wenger, pero el rendimiento no mejoró. Cerca del final de 2019 llegó Mikel Arteta, ex capitán del club, que alzó la FA Cup en el 2014 y 2015.

El español, que transita su primera experiencia como entrenador principal tras ser ayudante de Pep Guardiola en Manchester City, asumió un reto desafiante con un plantel desgastado en apenas mitad del torneo. Los resultados tardaron en llegar, incluso los Gunners fueron eliminados tempranamente en la Europa League cuando Olympiacos dio la sorpresa y se impuso en el Emirates Stadium.

El rumbo, sin embargo, se enderezó un poco más, aunque quedó claro que el equipo necesita renovación y Arteta, tiempo para reconstruirlo y buscar mejores resultados. En la Premier finalizó 8º, peor resultado desde 1995 (12º), y fuera de la clasificación a competencias internacionales. El decepcionante andar en la liga y en la Europa League se contrastan con el camino hacia el sorprendente lugar definitorio en la FA Cup. Superó al Leeds de Bielsa, al Bournemouth, luego a Portsmouth, y en el reinicio post pandemia venció sobre el final al Sheffield United, revelación de la temporada. En semifinales tenía enfrente al Manchester City: de aquella goleada que recibió por Premier cuando volvió la actividad, pasó a un sorprendente triunfo 2-0 y abrochó la clasificación a la gran final. Arsenal parece sacar lo mejor de sí en este torneo. Ahora está a las puertas de estirar su dominio como el más triunfador del tradicional certamen y tiene la chance de volver a encontrar la gloria luego de arrastrar muchas decepciones.

Chelsea llega a la final con un mejor presente que su rival. Terminó 4º en la liga y clasificó a la próxima Champions League. Además, todavía tiene pendiente el partido de vuelta ante Bayern Munich por la edición actual, aunque la caída por 3-0 en la ida complica sus chances de avanzar. Pero, bajo la conducción de la leyenda del club, Frank Lampard, los Blues consiguieron el objetivo que tenían para la liga, con un equipo que no había podido reforzarse, y el próximo año parece más prometedor: estarán de vuelta en Europa y su plantel se verá enriquecido con llegadas de jugadores top, como Timo Werner (proveniente del Leipzig) y Hakim Ziyech (desde Ajax).

El sábado podrán decorar su gran campaña con un trofeo, que sería el primero de Lampard como director técnico. En sus tiempos de jugador, fue uno de los abanderados de la época más sobresaliente de la institución, se convirtió en un ídolo total y su huella en Chelsea será imborrable. Fue campeón tres veces de la Premier League y formó parte de la hazaña de la primera Champions en la historia del club. En esa exitosa etapa también sumó cuatro títulos de FA Cup, dos Copas de Liga, dos Community Shield y una Europa League.

Frankie tuvo una destacada primera experiencia como entrenador en el Derby County, con el que llegó hasta la final de playoffs por el tercer ascenso a la primera división, aunque su equipo fue derrotado por Aston Villa. Luego de aquella temporada fue anunciada su vuelta a casa, tendría la oportunidad como entrenador del Chelsea. La leyenda volvió a su hogar, y demostró estar a la altura del reto. Por delante le esperan mayores desafíos, pero ya este sábado puede conseguir su primer título como entrenador blue.

Arsenal y Chelsea atraviesan distintas realidades, pero ambos están en cierto proceso de reconfiguración, con la confianza puesta en dos ex jugadores del club como conductores, y tienen en común el deseo por festejar el próximo fin de semana en Wembley y cerrar la temporada con un trofeo.


Martín O’Donnell

Lecce busca lleno de esperanzas y se aferra a mantener la categoría

Habíamos visto a Lecce ante Milan, en un partido duro donde el “Rossonero” al final lo concluyó con una amplia diferencia a su favor, de 1-4, pero que en el desarrollo y sobre todo en el primer tiempo, no había habido tanta distancia entre los dos equipos. Más bien había sido un inicio equilibrado, hasta que la jerarquía de Zlatan y el momento del Milan, con todos sus violines, Rebic, Saelemaekers, Kessie, Paquetá, Bonaventura, terminó por demoler al local. Pero nos había dejado una buena impresión el local, por eso esperábamos que pudiera mantener la expectativa y luchar por no perder la categoría en el apasionante Calcio italiano.

Con Udinese le tocó un partido complicado, con el antecedente del equipo de Udine que le había ganado, y muy bien, a la Juventus, el equipo dominante de la Serie “A” casi por antonomasia.

Por eso sufrió en el primer tiempo. Porque Udinese, al compás de Rodrigo De Paul, supo apretarlo. Lecce salió a buscar el partido, no se puede negar, pero le costó penetrar a un equipo inteligente y con buenos movimientos tácticos. Con el apoyo de Fofana y Walace, más la movilidad de Okaka, Udinese se acomodaba en el campo, en tanto la visita buscaba con la proyección de los laterales, Donati y Calderoni, para abrir el juego y llegar con centros para Lapadula.

A los 14′ llegó el local con una aparición de De Paul, quien metió un centro bajo y peligroso que el arquero visitante pudo sacar al corner.

Un centro de De Paul, un tiro de esquina desde la izquierda, fue bien conectado por Samir, que supo dar dos pasos adelante, ganar la posición y convertir de cabeza el 1 a 0 para el local a los 35′ de juego. Udinese sacaba una ventaja ante la bronca del DT de Lecce, Liverani, quien se quejaba desde el banco por la pérdida de la marca del defensor local.

Pero la esperanza se iba a hacer presente muy pronto porque una mano del defensor de Udinese le permitió igualar de penal. Mancosu se hizo cargo del remate, disparó al medio y Musso, que había elegido su izquierda, vio caer su valla. 1 a 1 a los 40′ de juego.

En el complemento Lecce fue un poco más. Sabía que el empate era un resultado escaso, debía arriesgar si quería aferrarse a la esperanza. A los 51′ abrió la primera ventana de los cambios: B. Meccariello ingresó en la defensa por Nehuen Paz y C. DellOrco reemplazó al lesionado Calderoni en el conjunto visitante.

El orden táctico de Udinese le complicaba los planes; pero el equipo igual se soltó a buscar el resultado. Lecce era más en el inicio del segundo tiempo, y en esos primeros quince minutos recobró la fe, porque se vio la mejor producción del encuentro. Falco, Barak y Petriccione se apropiaron del balón y Lecce se mostró más incisivo que el rival. A los 78′ tuvo una chance en la figura del zaguero Fabio Lucioni, pero su disparo salió desviado.

Y por ese ir y creer, encontró su premio: una doble pared en el área, que Lapadula concretó a los 80′ para marcar el 1-2 y la gran alegría del Lecce.

Un equipo que muestra alma y corazón y que no perdió la esperanza cuando el resultado le era desfavorable, por eso remontó el partido, revirtió el resultado y se aferra a la ilusión de conservar la categoría.


Hernán O’Donnell

Minnesota dio el golpe y en la tanda de penales eliminó a Columbus Crew

Fue y es, hasta ahora, la gran sorpresa del torneo. Si había un candidato, reconocido por los hinchas, medios y hasta los propios jugadores de otros equipos, era Columbus Crew. Por sus antecedentes, por su primera fase de excelencia, porque había acumulado el puntaje ideal con 9 puntos en tres presentaciones, con muchos goles y una defensa segura que no le había permitido a los adversarios convertir. Sin embargo, en una noche lluviosa y desacertada, Columbus Crew perdió en la serie de penales frente a Minnesota United y quedó afuera del Torneo de la MLS.

Fue un partido duro y complicado. Se sabía que Columbus iría al ataque, que buscaría concretar, sacar ventajas y manejar el juego. Pero Minnesota United tenía una sorpresa preparada, y a los 17′ abrió el marcador con el tanto de Robin Lod que puso el partido 0-1. Y a partir de allí empezó a jugar con los nervios del favorito y el reloj como aliado.

En ese primera parte Columbus intentó aplicar su estilo y forma; con la habilidad del argentino Zelarayán y la movilidad de Luis Díaz y Pedro Santos, el equipo forzó situaciones, en tanto intentaba descifrar el planteo del rival, que lucía sereno y con pocas cosas por perder. Cinco volantes que se apretaban y el paraguayo Amarilla como punta de lanza para pivotear cada uno de sus contraataques. Era más Columbus, pero no lo pudo traducir en el marcador.

En el complemento Columbus apretó aún más. Propuso, de movida, una vriante: Derrick Ettiene por Luis Díaz. Adelantó líneas, buscó más arriba y acumuló chances. Un remate a los 56′ de Pedro Santos se fue arriba; a los 63′ fue otro remate que salió pegado al palo. Con la conducción de Lucas Zelarayán, Columbus se había hecho del control, pero los nervios empezaban a preocuparlo y a jugar su partido. Minnesota se sentía cómodo en el rol de refugiarse en su campo, cerrar espacios y mover la pelota cuando la conseguía para aumentar la desesperación del candidato.

A los 76′ tuvo otra chance Columbus, tras el centro de Cadden y la entrada de Zardes que no pudo conectar bien su remate, y el balón se perdió muy cerca del poste izquierdo de Tyler Miller.

Y a los 78′ llegó el penal que Zardes tradujo en gol; su remate fue rechazado por el arquero Miller, pero el rebote lo obtuvo el delantero de Columbus y marcó el 1 a 1 cuando ya el tiempo empezaba a preocupar.

Minnesota, que se había refugiado en su campo e intentaba que el tiempo fuera su aliado mientras sumaba jugadores en defensa y resignaba ataque, ahora tenía que aferrarse a la lotería de los penales.

Columbus había hecho un esfuerzo enorme y empezaba a sentir el cansancio, el calor y la humedad acumulada en una noche con mucha lluvia en el primer período. Y por eso llegaba al final con el último esfuerzo. Y en la jugada final Zelarayán enganchó entre dos rivales y sacó un remate bajo y preciso, pero Miller acertó y contuvo el tiro cuando ya estábamos en 90+3′ de juego. Y ahí todo terminó para darle paso a la serie de penales. Ahí fue el momento de Tyler Miller porque atajó el tercer penal a Cadden, y eso le alcanzo a Minnesota para ganar pues convirtió los cinco penales de la primera serie reglamentaria y venció por 5 a 3.

Minnesota United dio el golpe del torneo. Venció al gran candidato, al equipo que despertaba todo el favoritismo, el Columbus Crew que llegaba invicto, sin goles en contra y con el puntaje ideal, pero una noche de esas que siempre el fútbol tiene escondidas le cortó el camino y le abrió a Minnesota una hermosa oportunidad.


Hernán O’Donnell

San José Earthquakes se suelta con una catarata de goles

Un primer tiempo electrizante, con dos equipos bien predispuestos, aunque con una preponderancia del conjunto de Matías Jesús Alemyda, en el dominio y en la verticalidad de su juego. Ya hablaremos de él, de Almeyda, de la pureza máxima que se puede encontrar en el fútbol y en la vida, del muchacho que llegó muy joven de una pequeña ciudad de la Provincia de Buenos Aires a la gran capital, la ciudad impactante e imponente. Como llegó con toda su transparencia y su bondad, y la adaptación a la “selva”…

Hoy es tiempo de hablar de fútbol y del partido en sí. De ese primer tiempo que San José tuvo igualado con Real Salt Lake, en cuarenta y cinco minutos a todo ritmo.

El equipo de Almeyda había producido una muy buena primera fase, terminó primero en su grupo y mostró destellos de buen fútbol, amén de una característica muy marcada: la de hacer marcas establecidas, cada jugador tiene su adversario para jugar o marcar siempre mano a mano. En ese contexto, Cristian Espinoza se mostraba como el más ofensivo, el más intimidante para el rival. Salt Lake proponía mucho esfuerzo físico y cubrir todos los espacios posibles para que su adversario no llegue a su valla.

A los 20′ llegó la apertura del marcador. Una jugada vertical, con pases diagonales y profundos, la entrada de Espinoza por derecha y el gol para poner el 1-0 para San José.

Una alegría que iba a durar un suspiro, porque enseguida el equipo de Salt Lake llegaría a la igualdad.

Tras la salida de la mitad de la cancha, el pelotazo para Martínez, el salto del zaguero 37 Kaya de San José que falla cuando quiere rechazar la pelota y el delantero Douglas Martínez que se va solo para definir de emboquillada cuando salía el arquero. A los 21′ Real Salt Lake igualaba el marcador. 1 a 1.

El primer tiempo culminó con el mismo ritmo e intensidad que había empezado. Y aguardábamos más por el complemento.

A los 47′ una jugada prolija de San José, llena de toques y triangulaciones, de derecha a izquierda y luego de izquierda a derecha, culminó en el pase al vacío al lateral derecho Thompson y la falta del defensor Jones derivó en un claro penal.

Luego de las clásicas protestas, el sueco Eriksson se encargó de marcar, de zurda, el 2 a 1 a los 48′ de juego. San José volvía a adueñarse del partido.

Real Salt Lake sintió el golpe y fue por el empate. Soltó un poco los laterales, se adelantó en el campo y trató de empujar a los Earthquakes contra su campo.

Entre Ruiz, Baird, Herrera y Martínez, empezaron a generar fútbol y llegadas, pero San José se mostraba muy activo y atento a todos los controles. De los pies del arquero Vega nacían las jugadas desde la base. Y amenazaba en cada contragolpe. Así tuvo una chance más en los pies de Espinoza, con un remate cruzado que se fue cerca del palo derecho a los 57′ del partido.

La respuesta de Salt lake fue un remate de Kreilach que Vega sacó muy bien al corner, a los 58′ de juego.

Y a los 60′ San José metió un golpe duro. Valeri Qazaishvili, “Vako”, peleó una pelota entres cuartos, la ganó, habilitó a Andres Ríos, este se fue por el costado izquierdo y lanzó el centro que el propio “Vako”, que había iniciado la jugada, transformó en gol. 3 a 1 y a cobrar.

El conjunto de Almeyda alcanzó la tranquilidad necesaria y empezó a manejar los tiempos. Es cierto que Real Salt Lake no se rindió y empujó hacia el arco de Vega, pero el balón era controlado por San José y con muy buenos toques llegó hasta otra oportunidad a los 68′, luego de una subida correcta del lateral izquierdo Lima, de muy buena labor.

Tras la pausa de hidratación, Salt Lake encontró el descuento; el balón que salió del fondo llevado por Jones, pasó por el medio y el pase recto a Kreilach quien entró al área y definió. 3 a 2 a los 74′ y el partido que se abría una vez más.

La emoción se mantenía por la incertidumbre del resultado. San José había jugado mejor, pero se encontraba apretado en el marcador. Y Salt Lake, que parecía la cenicienta, aprovechaba a fondo sus oportunidades y se metía en la expectativa del encuentro. Con la movilidad de Ruiz, Real era un equipo peligroso. El propio Ruiz sacó un remate fuerte que se fue apenas alto a los 81′, en una situación clara para Salt Lake.

La expulsión de Silva a los 84′ fue una estocada para Real. Y aprovechó San José, que enseguida estiró la ventaja con el gol de Wondolowski a los 85′ para dejar las cosas 4 a 2.

Al final, cuando el partido entró en una zona claiente y abundaron algunos golpes y puntapiés, el equipo de Almeyda encontró una diferencia más, tras la mano de Beckerman, y Eriksson que marcó el 5 a 2 con su remate a los 90+5′ del juego.

Con buen fútbol, mucha intensidad y un gran espíritu de sacrificio, San José Earthquakes se llevó la victoria y un montón de goles para soñar.


Hernán O’Donnell

New York City fue contundente y dio un paso adelante en la MLS

La MLS no se detiene. El fin de semana arrancaron los play off, estos octavos de final que traen emoción y tensión en el juego. Fútbol en su máxima expresión.

New Yokr City sacó una ventaja rápida. Iban apenas 4′ cuando llegó el tiro libre desde la izquierda, ejecutado por Matarrita, el rebote y el balón que le llega a Medina, quien libre por la izquierda abre el marcador. El partido quedaba 0-1.

New York se sintió confiado con la ventaja, y a partir de ese momento tuvo unos diez minutos de dominio, con la movilidad de Mitrita, la dinámica de Medina y la potencia de Valentín Castellanos en el ataque. Tuvo una modificación obligada a los 30′ por la lesión de Tajouri, y el reemplazo de Maximiliano Moralez le dio al equipo una cuota extra de buen fútbol y conducción.

Toronto oponía un sistema táctico-estratégico similar; línea de cuatro defensores, doble contención con la participación activa del experto Michael Bradley y Pablo Piatti junto a Pozuelo para armara juego.

Así, el primer tiempo se hizo entretenido, por momentos repartido, aunque siempre New York insinuaba más profundidad. Sobre todo con pelotas detenidas, el equipo de Ronny Deila se hacía peligroso. Cada centro era bien ejecutado y los cabeceadores ganaban en el área de Toronto.

En el complemento New York iba a extender pronto su ventaja. Toronto iba intentar adelantarse en el campo y tratar de dominar las acciones, pero pronto llegaría un golpe contundente.

Iban 54′ cuando Maxi Moralez tomó una pelota de aire y de volea habilitó a la izquierda a Valentín Castellanos. Este se fue por la banda, enganchó hacia el centro cuando llegaba al área y sacó un remate cruzado que venció a Westberg. 0-2 para New York que ya se sentía cómodo en el partido.

Toronto apeló a tres cambios para tratar de remontar el partido. Iban 57′ y el DT decidió que E. Gallardo entrara por J. Nelson, el delantero con experiencia en la selección J. Altidore ingresó por N. DeLeon y J. Osorio reemplazó a P. Piatti.

El partido tomó un rumbo palpable; con la desventaja, Toronto fue al atque, acumuló gente y se volcó al campo de New York, quien se ordenó en su territorio y aprovechó todos los espacios vacíos para amenazar de contragolpe.

Pero para Toronto las cosas no fueron fáciles; tuvo buenas intenciones y un juego atildado, prolijo. Le costaba ser profundo, dar la puntada final, poder romper el cerco que le tejió New York. Carecía de sorpresa, cambio de ritmo y poder de fuego para descontar.

Y sufría en cada contra, hasta que a los 81′ MacKay Steven, que había entrado por Mitrita, corrió un balón por la banda izquierda, con el último esfuerzo pudo conectar al medio para Heber, que había ingresado en reemplazo de Castellanos, y el brasileño, de taquito, habilitó la entrada libre de Maxi Moralez, quien remató sin dificultades para marcar el 0-3 y liquidar el juego.

Ahí se bajó la cortina. Si bien quedaba unos minutos, ya la actitud del equipo de Canadá era otra. Decepcionados, con la frustración de no haber podido revertir el dominio que tuvo New York, más allá del descuento logrado al final, cuando Shafellburg lanzó un centro desde la izquierda, Altidore la bajó de cabeza y Patrick Mullins remató libre para poner el 1-3 a los 86′ de juego.

New York ganó muy bien. Fue más incisivo, más profundo, más contundente. Supo atacar y contraatacar. Incluso tuvo una chance más a los 90+1′ cuando Heber se fue sólo hacia la valla de Toronto y picó el balón sobre la salida del arquero, pero su tiro rebotó en el travesaño. New York mostró muchas cualidades y avanzó a cuartos de final después de una noche de buen fútbol.


Hernán O’Donnell

Juventus recuperó la memoria y es otra vez el Campeón de Italia

Todo dependía de sí mismo; desde hace varias fechas, porque a esta Juventus que llegó agotada al final, con muchos tropiezos, una merma en el rendimiento y hasta un bajón físico, que lo llevó a perder muchos puntos, también lo favoreció la irregularidad de Internazionale y Lazio, amén de la falta de experiencia de Atalanta, que es todo frescura y desfachatez, sumado a un juego vertical y ofensivo encomiable.

Pero la Juve tuvo muchos problemas para llegar a la recta final; la derrota con cuatro goles en contra y una marcada superioridad que le propinó el Milan, el empate complicado con Sassuolo, la igualdad agónica con dos penales frente a Atalanta, la caída dura ante Udinese…un tobogán que solo se vio atenuado por los deslices de sus perseguidores.

Ante Sampdoria volvió a ubicarse Pjanic como volante central, y esto pareció dare una inyección de orden y equilibrio a la mitad de la cancha. Más suelto Rabiot, siempre dinámico para darle movilidad al equipo y más participativo Ronaldo en el inicio del primer tiempo. Con la pelota bajo la suela de Paulo Dybala, Juventus controló el comienzo aunque Sampdoria salió con los dientes apretados y le peleó el partido en todos los sectores del campo.

A los 25′ se produjo una incidencia para marcar: centro desde la izquierda de la Sampdoria, Danilo saltó a rechazar de cabeza y tras despejar el balón impactó con Chabot, y tras el choque de cabezas los dos debieron salir. Por el defensor local entró Bernardeschi y Cuadrado pasó de puntero a lateral. En tanto, por Chabot ingresó Leris.

Y muy pronto se sintió Dybala, con una molestia muscular que lo obligó a dejar el campo para que lo sustituya Gonzalo Higuaín a los 39′ de juego.

Y cuando terminaba el primer tiempo, otra corrida de Rabiot, el único que mantuvo el nivel de juego durante todo este último tiempo, derivó en una falta al francés. La jugó Pjanic para Ronaldo, mientras este salía del área, de la zona de fuego, pero quedaba libre para rematar y a los 45+6′ sacó un tiro cruzado que se convirtió en el 1 a 0 sobre el cierre del primer tiempo.

En el segundo tiempo, Juventus salió a rematar el partido. Con la tranquilidad de tener la ventaja necesaria, contó con un tiro libre que no pudieron alcanzar Higuaín y Ronaldo. Y Sampdoria, en la jugada siguiente llegó con un centro que Leris conectó muy bien y su remate se fue apenas afuera, a los 51′ de juego.

El toqueteo de Juventus empezó a hacerse presente en el segundo tiempo. Con más volumen de juego, porque se hizo patrón Pjanic del centro del campo. Porque Matuidí supo asociarse y porque Gonzalo Higuaín se mostró muy solidario y movedizo para buscar espacios, fabricar salidas, generar contras. En una de ellas, tras un robo de Matuidí, el centrodelantero argentino encabezó la salida, lla llevó por el medio y tras cruzar la mitad de la cancha se la abrió a Ronaldo, quien prefirió enganchar y rematar al arco en lugar de filtrar el pase al pique libre de Higuaín. Lo cierto es que su tiro fue rechazado por el arquero visitante Audero y Bernardeschi arremetió para marcar el 2 a 0 a los 66′ del partido.

Allí quedó resuelta la historia. Sampdoria tuvo sus chances, por ejemplo, con el cabezazo de Quagliarella que Szczezny controló muy bien; enseguida fue la Juve la que tuvo otra oportunidad. Pero cuando se fue expulsado Thorsby en la visita, la cuestión pareció sentenciada. Encima se sumaron las ventanas de los cambios, con otra lesión preocupante para la “Vecchia Signora”, pues a los 77′ se fue lesionado el defensor neerlandés de Ligt, reemplazado por Rugani y Bentancur entró por Pjanic.

Otra contra rápida de la Juve fue elaborada por Higuaín, quien abrió a Ronaldo y esta vez sí, el portugués le devolvió el pase al argentino cuyo remate se fue apenas desviado, a los 81′ del partido.

Sampdoria fue con orgullo y vergüenza deportiva. Con el ingreso de Gabbiadini buscó mayor profundidad en ataque, aunque cada contragolpe de Juventus era un dolor de cabeza. Y a los 88′, ya sobre el cierre, Alex Sandro se fue por izquierda y cuando entró al área Depaoli lo derribó en un cruce abajo; foul del 12 visitante al 12 local. Penal, y esta vez Cristiano Ronaldo falló: su disparo pegó en el travesaño.

El partido quedó 2 a 0. Suficiente para ser campeón, ganar después de una seguidilla de tropiezos ante Milan, Sassuolo, Atalanta, Udinese…y para sacarse también el disgusto de la final de la Coppa Italia perdida ante Nápoli.

Juventus volvió a ganar, volvió a jugar mejor de lo que lo había hecho en los últimos encuentros, recuperó la memoria y ganó un título más en la Serie “A”, en una suma que parece llegará hasta el infinito…


Hernán O’Donnell

La MLS empezó su ronda definitiva y Orlando City presentó su candidatura

Orlando City y Montreal Impact abrieron los octavos de final de la MLS is Back Tournament. La parte más linda del torneo, la ronda definitoria, los partidos donde no hay desquite. Ganar y seguir. Perder significa volver a casa.

El primer partido nos presentó a un Orlando rápido, vivaz, ofensivo. Con esa impronta que le dio Oscar Pareja, de ser un equipo con más vuelo en ataque, más ambicioso. Y enfrente un Montreal que intenta encajar en el perfil y la identidad de su técnico, joven pero con un pasado brillante como futbolista: Thierry Henry.

Desde el comienzo el local fue con mucha decisión al ataque. A los 6′ tuvo una llegada clara que Akindele no pudo conectar. Con la habilidad de Nani, la conducción de Pereyra y el empuje de Mendez, Orlando se las arregló para mostrarse dominante, por momentos avasallante. En el primer cuarto de hora fue muy notorio su dominio, tanto territorial como en la posesión del balón. Y contó con las proyecciones permanentes del lateral Ruan, una salida permanente por el costado derecho, con mucha llegada al fondo y apertura permanente del juego. Henry se deseperaba en tanto su equipo no podía hacer pie en el partido, aunque no renunciaba al estilo prolijo y a jugar el partido sin pelotazos ni revolear la pelota. Aunque era dominado, cuando la tenía, Montreal buscaba salir con buen fútbol, y cuidado por el balón.

A los 20′ Orlando volvió a tener una chance clara, tras el centro de la izquierda y Mueller no pudo llegar a la pelota para buscar el arco.

Montreal tuvo su primera llegada clara a los 25′ cuando Samuel Piette concretó muy bien de cabeza un centro que venía desde la izquierda y el arquero Gallese controló con seguridad.

Tras la pausa para hidratarse, Orlando volvió a sacudir la defensa visitante y Mèndez tuvo una buena ocasión con un remate que el arquero visitante Clement Diop pudo rechazar, a los 37′ de juego.

Y a los 44′ Orlando llegó al tanto, pero el asistente sancionó un offside previo, que no nos pareció, de Mendez y privó al local de abrir el score.

En el complemento el visitante intentó equilibrar las acciones y adelantó sus líneas, pero en cuanto tuvo la oportunidad, Orlando lastimó. La visita había comenzado con una variante: J. Raitala entró por Z. Brault-Guillard.

El local tuvo su chance cuando una pelota que trabó el zaguero fani con Nani derivó en un balón hacia atrás que el arquero Diop no pudo controlar con su pierna ni se jugó a atajarla y el desvío le quedó servido a Akindele quien, con el arco libre convirtió para Orlando City a los 59′ para poner el partido 1 a 0.

Entonces intentó reaccionar la visita. Fue más al ataque, se adelantó en el campo, y procuró buscar espacios con la circulación de la pelota en forma horizontal para tratar de perforar la defensa de City, que de modo lógico se volcó unos metros más allá.

De a poco, Tití Henry movió el banco de Montreal; a los 64′ A. Jackson-Hamel ingresó por Bojan y más tarde, a los 72′, L. Lappalainen entró en reemplazo de R. Fanni. Afuera gente de defensa, adentro hombres ocn más vocación ofensiva.

El local se veía apurado, entonces empezó a hacer las variantes para acomodar su estructura. A los 75′ D. Dike reemplazó a T. Akindele y A.P. Castañeda ingresó en lugar de M. Pereyra.

Y muy pronto acomodó Pareja un poco más al equipo para aguantar atrás y manejar la contra: iban  83′ y dispuso que R. Schlegel entrara por C. Mueller y J. Dezart por J. Mendez. Impact se jugó la carta del argentino Maximiliano Urruti por S. Piette a los 87′ en el último intento por torcer el destino.

Pero no alcanzó. Si bien mejoró su imagen en el complemento, Montreal no pudo revertir el resultado, ese que Orlando City empezó a construir en el primer tiempo con un dominio muy claro y en el segundo lo selló con el aprovechamiento integral de su primera situación en ese lapso para sellar el marcador, ganar con justicia y presentarse como un firme candidato.


Hernán O’Donnell

La actualidad de Milan fue el último escollo para la ilusión de Atalanta

El sueño de Atalanta se detuvo en Milano. Ahora sí parece cuestión de tiempo, unas horas no más, la consagración de Juventus y el fin de la utopía, que por un momento alcanzó a ilusionar a la castigada Bérgamo. Atalanta debía ganar en el San Siro y esperar una mano de la Sampdoria. Le hubiera puesto emoción al final del torneo, siempre con la dependencia de otros resbalones de la Vecchia Signora, pero colocarse a tres puntos, con un partidos más es cierto, por lo menos, por unas horas hubieran cargado de emoción el desenlace de la Serie “A”. Pero la igualdad en un tanto frente al ascendente Milan casi congela la última esperanza.

El primer tiempo fue dinámico, cambiante y entretenido. El visitante salió con su estilo de siempre, desfachatado, ofensivo, audaz. Muy ra´pido mostró sus credenciales, con Alejandro Gómez y Malinovskyi en la conducción, Durvan Zapata como punta de lanza y De Roon en el apoyo. Este último tuvo, a los pocos minutos, un remate preciso que se fue muy cerca del palo izquierdo de Donnarumma. El local sentía el efecto de una defensa con muchos cambios, pues en el último partido se le lesionaron Conti y Romagnoli y llegó al límite de tarjetas Hernández. Calabria, Gabbia y Laxalt fueron sus reemplazantes.

Milan respondió a los 14′ con un espléndido tiro libre de Calhanoglu que se coló en el ángulo superior izquierdo del arquero visitante y el partido quedó 1 a 0. Milan mostraba también sus herramientas. La habilidad de Calhanoglu, la presencia de Kessie, la velocidad de Saelemaekers, la seguridad de Donnarumma y la enorme sabiduría de Ibrahimovic.

En ese ida y vuelta que se armó en la primera parte, Biglia le cometió penal a Malinovskyi, y la ejecución del ucraniano, a los 22′, fue detenida por Donnarumma. El partido se mantenía 1-0 pero Atalanta no se iba a derrumbar. Y encontró, por su actitud, el camino a la igualdad.

De una pelota que se llevaba Lucas Biglia con el pecho, Freuler la fue a buscar, la peleó y ganó el rebote, se fue al área y sacón, incómodo, un remate al arco, que se desvió en Gabbia y Duván Zapata logró el balón para convertir ante la salida de Donnarumma. 1-1 a los 33′.

Con mucha actitud y espíritu de juego de los dos, se cerró el primer tiempo. Todo quedaba abierto para el complemento.

El segundo tiempo tuvo la misma tónica. Dos equipos que buscaron sin especulaciones. Con el estilo atildado de Milan, la audacia de Atalanta y el brillo sobresaliente de Ibrahimovic como figura estelar.

La visita arrancó con una variante: B. Sutalo ingresó por R. Toloi, pero el esquema y la propuesta era la misma del inicio; con Malinovskyi como enlace, Papu Gómez tirado a la izquierda y Zapata en el duelo con Gabbia. Pero cada contra local era una pesadilla. Y tuvo varios sustos el visitante.

El Milan movió el banco con tres cambios importantes a los 60′, cuando Pioli dispuso que G. Bonaventura entrara por H. Calhanoglu, R. Krunic ingresara por Lucas Biglia y R. Leão lo hiciera por A. Rebic. Aire, frescura y vitaminas para la creación, la llegada y el acompañamiento al gran Zlatan.

Atalanta ya había metido a Muriel por Malinovskyi, que no tuvo una buena tarde. Y el equipo iba, auqneu le costaba mucho construir juego. Eran llegadas directas, como ese tiro de Zapata que se fue muy cerca del palo derecho del arco local, tras pegar en Kjaer, después de una buena jugada individual de Muriel, a los 71′.

La respuesta fue una contra que encabezó Ibrahimovic, continuó Leao con una gran corrida y el pase abierto para el remate de Bonaventura que entre Gollini y el palo evitaron la caída de la valla visitante cuando iban 73′ del partido.

No hubo lugar para más. Las emociones se diluyeron como la caída de la tarde. Milan conservó el invicto y la buena racha desde la reanudación del certamen, Atalanta empezó a decirle adiós a la utopía del zarpazo final, que ahora sí, parece cuestión de horas para que Juventus abrace la corona.


Hernán O’Donnell