El dramático final del Championship estuvo cargado de emociones

En el día final de la temporada 2019-2020 de la English Football League Championship, mucho estaba en juego. Para trece equipos de la liga habían distintas cuestiones en disputa en una fecha decisiva: se determinaría el segundo ascenso directo a la Premier League, como también los últimos cupos para los play-offs por el tercer boleto a la máxima, mientras que el fondo de la tabla estaba en llamas con la lucha por la permanencia en la segunda división inglesa.

El cierre del Championship fue emocionante, con los doce encuentros de la jornada 46 en simultáneo y la constante actualización de goles en cada cancha. La atención sobre cada cruce y la expectativa era enorme: sobre la mesa estaba quién se convertiría en el acompañante del grandioso Leeds United de Marcelo Bielsa a la Premier de forma automática, así como los contendientes a aspirar por el tercer ascenso, y la agónica resolución en la zona baja, con pocos puntos de diferencia entre los equipos en alerta por evitar el descenso a la tercera división.

Como siempre sucede cuando se llega a este tipo de definiciones, de un lado quedaron los festejos, los triunfadores de la jornada, y del otro las tristezas, los equipos que no lograron el objetivo.

El sueño cumplido de West Bromwich

En la atrapante resolución por el segundo puesto, y con ello el otro ascenso directo, West Bromwich Albion fue quien celebró al final del día. Su empate 2-2 ante Queens Park Rangers y la derrota de Brentford fueron suficientes para sostener el segundo lugar y lograr el objetivo de volver a Premier, dos años después de caer a segunda. Los Baggies desataron una ardua pelea por el top 2 ante Leeds, en la que los Whites se impusieron, y sufrieron la constante presión del Brentford, que recién en el final se cayó y cedió terreno, al perder con Stoke City en la anteúltima fecha y de forma dramática en la última con Barnsley, que se jugaba su salvación y la consiguió emotivamente a minutos de finalizar el partido.

El alivio y la permanencia

Luton Town está de fiesta: consiguió un triunfo vital ante Blackburn Rovers por 3-2 y logró sostenerse en su primer año en la categoría luego de escalar de forma ininterrumpida desde League Two (cuarta división).

Barnsley también terminó con festejos y desahogo, ya que consiguió su objetivo de forma agónica, aunque queda pendiente una decisión del tribunal con respecto a la sanción al Wigan, que puede revertir o no la situación. Sea como sea, Barnsley no sólo logró triunfos que parecían improbables en las últimas dos fechas, sino que estaba a minutos de ser condenado a League One hasta que en el minuto 91′ el juvenil Oduor selló el 2-1 que salvó al equipo del descenso y lo mantuvo, al menos por un año más (y pendiente al fallo sobre el Wigan), en el Championship.

La decepción en el fondo

El final triste le tocó a Hull City, Charlton Athletic y al Wigan (a menos que el 31 de julio su apelación por el descuento de puntos sea exitosa), que cerraron la temporada con la peor noticia y la indeseada relegación a la tercera división de Inglaterra. El caso del Wigan es particular: su descenso tiene relación con un descuento de 12 puntos (sin la resta de unidades finalizarían con 59 y en el 13º puesto). El motivo del castigo fue porque el club entró en concurso de acreedores por el impacto de la pandemia en sus finanzas. En caso de que prospere su apelación, quien caería sería Barnsley.

La definición del tercer ascenso

La agonía no fue sólo en estos dos escenarios. El desenlace por la entrada a los play-offs del Championship tampoco se quedó atrás y fue atrapante hasta los minutos finales de la fecha. Lo que parecía difícil, que Swansea City (67 puntos antes de que ruede la pelota en la fecha 46) consiga su lugar en el certamen eliminatorio y deje afuera a Nottingham Forest, que tenía 70 puntos y aún con diferencia de gol tendría ventaja, finalmente sucedió. Los de Gales vencieron 4-1 a Reading, mientras que el Forest cayó por el mismo resultado ante Stoke. Cardiff City también consiguió un lugar en la disputa por el tercer ascenso luego de golear 3-0 al Hull City.

De esta manera, los cruces de play-off serán:

  • Brentford-Swansea y Fulham-Cardiff.

El final de temporada de la EFL Championship se dio en una jornada única en la que se desataron todo tipo de resultados que determinaron el futuro de muchos equipos. Por su parte, en una jornada donde la atención estuvo centrada en las tantas definiciones, el Leeds de Bielsa goleó 4-0 al Charlton, tuvo su merecida coronación, alzó el trofeo y se despidió de la categoría como un justo campeón. Y aún queda pendiente más acción de la liga con la eliminación por el tercer ascenso a Premier League.

La segunda división del fútbol inglés tuvo un cierre cargado de emociones, festejos y decepciones, un final con muchos partidos, diferentes historias que mostraron lo impredecible y lo lindo que es este deporte.

Martín O’Donnell

Zlatan Ibrahimovic lleva al Milan al lugar que se merece

El crecimiento de los “Rossonero” es espectacular. El mejor equipo de la reanudación, podemos decir sin temor a equivocarnos. Un equipo que venció a Lecce, Roma, Lazio, Juventus, Parma, Bologna y ahora, Sassuolo.

En el medio empató con SPAL, tras ir 0-2 abajo, y Nápoli, el siempre duro y complicado Nápoli de Gatusso.

Contra Sassuolo tuvo un partido duro y complicado; el local cumplió también una gran campaña y venía con muy buenos antecedentes. Un triunfo claro ante Lazio en el Estadio Olímpico de Roma donde no solo levantó la desventaja inicial, sino que ganó de visita 1-2 tras mostrar una notable superioridad y empató con Juventus en dos tantos en un partido donde la “Vecchia Signora” contó con dos penales (el primero muy discutible) para igualar.

Milan se vio condicionado por dos lesiones muy prontas que le modificaron la defensa y le quitaron posibilidades de cambios para el complemento, pues solo le quedó una ventana para hacer las tres modificaciones restantes permitidas. A los 10′ se fue lesionado el lateral Conti y lo reemplazó Calabria. Cuando iban 13′ Berardi tuvo una buena jugada para el local que Donnarumma contuvo con seguridad.

Pero Milan dominaba y a los 19′ llegó el golazo de Zlatan Ibrahimovic de palomita tras un centro preciso de Calhanoglu. 0-1 y enseguida la lesión de Romagnoli que obligó al segundo cambio en el visitante con el ingreso de Gabbia.

Pero el local no se resignaba y aprovechó una oportunidad para igualar; centro tras un tiro libre, rechazo de Calhanoglu con el brazo y el VAR que aclara el indiscutible penal. Caputo, a los 41′, lo tradujo en el gol del empate, 1 a 1.

Pero cuando un equipo tiene una figura descollante, sabe que todo es posible. Y muy pronto el sueco iba a tener otra posibilidad, tras una habilitación por el medio, sorteó la salida del arquero Consigli y clavó el 1-2 a los 45+2′ del primer tiempo. Y para cerrar la primera parte, Bourabia se fue expulsado en el local, que tuvo que salir a remontar con un hombre menos.

Stéfano Pioli iba a disponer el tercer cambio de Milan para el inicio del complemento: el uruguayo Laxalt por Hernández, y casi toda la línea de cuatro inicial modificada, excepto por el primer central, el danés Kjaer.

En Sassuolo entraron G. Kyriakopoulos por M. Muldur, F. Magnanelli por G. Raspadori y J. Boga por L. Haraslin.

El local se aldelantó en el campo y a los 55′ Caputo entró solo por la derecha, en una jugada con mucho peligro, pero Donnarumma salió ráido y tapó su remate al arco. Milan respondió con una maniobra exquisita, que empezó con Zlatan en la mitad de la cancha, llevó el balón hasta el área, combinó con Kessie, este le devolvió la pared, y cuando iba a concretar, lo ahogó la salida veloz de Consigli. Era otro de los destellos de la figura sobresaliente del Milan, en un equipo que brotan varias estrellas: Kessie, Calhanoglu, Saelemaekers, Rebic, Bennacer, cuando entran Leao y Paquetá…

Milan era superior y lo mostraba en cada ataque. Sassuolo trataba de jugarle golpe por golpe, pero el Milan asomaba más profundo. A los 73′ Bennacer, tras una serie de pases en ataque, sacó un tiro de afuera que pegó en la base del poste derecho de Consigli. Otra situación para el visitante.

Pioli usó la ventana de cambios que le quedaban para disponer las últimas dos variantes: a los 78′ G. Bonaventura entró por H. Calhanoglu y Lucas Biglia ingresó por I. Bennacer.

Y se lo volvió a perder el Milan cuando Bonaventura remató dos veces muy cerca de Consigli, y el arquero las dos le tapó el remate. Iban 80′ y Milan desaprovechaba otra oportunidad.

Sassuolo mantuvo la esperanza hasta el último minuto, pero más por lo apretado del marcador que por posibilidades reales de acercarse al empate. Milan le había sacado la diferencia justa y si no pudo estirarla fue por la actuación de Consigli y un poco de imprecisión para definir. Pero lo cierto es que la escuadra de Milano no para de ganar, de subir en la tabla y de recuperar la grandeza extraviada de la mano de un sueco desfachatado y espectacular.


Hernán O’Donnell

El sueño de Inter Miami no logra despertar

La franquicia de Miami quiere vivir…como la princesa de la película, se siente atraído por el fantástico mundo del fútbol al que ingresó este año y sueña con insertarse, ser competitivo, meterse, ganar. Un equipo nuevo para una ciudad gigante, hispanoamericana por excelencia y con el “soccer” a flor de piel. Pero le cuesta. El conjunto está lleno de intenciones, tiene trabajo y sacrificio. Pero aún no ha conseguido sumar. Ha caído en sus primeros dos partidos de la temporada regular, y ahora sumó su tercera derrota en el MLS is Back Tournament. Esta vez, su verdugo fue el New York City, un equipo con más desarrollo y experiencia.

El primer tiempo fue entretenido; de poco vuelo futbolístico, pero con intenciones sanas. New York City se paró un poco mejor, tuvo el balón y controló las acciones, pero Miami no se quedó replegado ni atemorizado. Con sus herramientas, fue a buscar el partido. Y si bien se mostraba mejor el conjunto de New York, se las arregló para tener un par de situaciones de gol: un cabezazo de Agudelo que el arquero Johnson desvió al corner y otro frentazo de Morgan que también fue rechazado por el arquero del City.

El equipo de Diego Alonso se mostraba combativo, un poco excedido en la vehemencia, con el recurso del choque al hombre libre en los tiros de esquina que le costó, en el primer tiempo, la amonestación del argentino Figal, y en el complemento, como ya veremos, un poco más caro.

El equipo del norte lucía más sereno, más aplomado. Con la conducción de Tajori y Mitrita y la presencia ofensiva de Valentín Castellanos, insinuaba que podía dar algo más. Y en el complemento lo confirmó.

Miami intentó pararse un poco más adelante. Pero chocaba con el orden en el mediocampo del City, entonces su juego se reiteraba en la posesión, en la distribución del balón con pases laterales y carecía de profundidad. No encontraba los pasillos para flanquear la defensa del equipo azul.

En tanto New York sabía explotar los momentos y los espacios. Por eso de un buen pelotazo de Mitrita nació el gol a los 63′ de juego. Partió el pase largo del rumano al pique de Tajouri, este la controló muy bien, entró libre al área, y cuando le salió Robles lo venció con un tiro cruzado para poner el 0-1 en el marcador.

Miami sintió el impacto y New York se acomodó en el campo. Y llegaron los cambios, que muchas veces le quitan dinámica al partido, le restan inercia como a veces pasa en los amistosos, y en otras oportunidades sirven de refresco o un futbolista se mete bien y cambia el curso del juego. O influye en él. Hablamos de estos tiempos cuando 5 cambios permitidos por equipo determinan 10 futbolistas nuevos en un lapso corto que, a veces, desnaturalizan el libreto, no logran meterse y menos imponerse, entonces el juego disminuye. Se frena.

Sin embargo, el primer cambio de New York fue útil, porque Keaton Parks, que entró a los 67′ por Medina, tuvo una buena adaptación, una rápida interpretación del partido y se metió rapído en la conducción del City.

En Miami entraron B. Sweat por M. Ambrose, L. Nguyen por W. Trapp y el argentino J. Carranza lo hizo por su compatriota M. Pellegrini, todos a los 68′. Más tarde, Alonso haría dos variantes más; a los 79′ entraron J. Chapman por V. Ulloa y A. Powell por D. Nealis; en tanto en la visita salieron los dos hombres que habían marcado diferencia: Maximiliano Moralez entró por A. Mitrita y G. Mackay-Steven lo hizo por I. Tajouri.

Pero nada pudo modificar el rumbo del juego. Miami tenía voluntad, pero le faltaba ese plus de juego para penetrar el entretejido que le proponía el equipo de Ronny Deila. Era una telaraña cerrada, y no encontraba soluciones.

Para colmo, al igual que en el primer tiempo, volvió a apelar a la violencia en los tiros de esquina cuando Agudelo fue a chocar aun rival en el área y sumó una justificada segunda amarilla y la consecuente roja. El equipo abusaba de las infracciones, en una mezcla de impotencia y frustración por la falta de respuestas y soluciones futbolísticas.

New York se mete en la discusión por el título. Miami sumó otra caída. Ha perdido muchos encuentros y aún no conoce el sabor de la victoria, pero lo que no debe perder es la cabeza ni la serenidad para afrontar estos tiempos que asoman complicados en su inicio en la gran aventura del fútbol profesional.


Hernán O’Donnell

Lewis Hamilton traza su camino paralelo al resto

Empezó el Mundial que parece tener dos caminos abiertos y paralelos. Un Campeonato de Fórmula 1 que promete tener muchas emociones, pero que también advierte una trama unilateral, con el rumbo del séxtuple campeón que parece inequívoco, y el resto de la plantilla que pelea, disputa y compite en otra dimensión.

Algo así se vio en el Gran Premio de Hungría. Una competencia fantástica, que estuvo llena de intensidad, que tuvo expectativa desde el inicio y que durante muchos tramos presentó variantes y modificaciones en distintas posiciones. Menos en la primera, porque Hamilton largó en punta y tomó la delantera que nunca dejó, excepto en un momento cuando se detuvo en la primera variante de cubiertas. Pero ganó de punta a punta, como si hubiera jugado a otra cosa, como si hubiera estado en otro mundo mientras sus rivales se debatieron en luchas encarnizadas por ocupar el resto de las ubicaciones.

Fue solo largar y que empezara una carrera cautivante, atrapante. Porque se escapó el inglés, es verdad, pero Valteri Bottas tuvo un inconveniente en la salida y lo pasaron Stroll, Verstappen, Leclerc y Vettel. Le iba a costar a Bottas recomponer su posición, pero el Gran Premio ya comenzaba con novedades.

La estrategia de cambiar neumáticos rápido le dio resultado al equipo Haas, que muy pronto vio a Magnussen y Grosjean ubicados en el segundo y tercer lugar. Se sabía que sería difícil para ellos sostenerse en las más de 60 vueltas que restaban, pero la emoción de vivir ese vértigo valía la pena.

No era bueno el comienzo de Mc Laren; en tanto Norris no podía repetir sus buenas actuaciones de las dos primeras competencias y se resbalaba hacia atrás del pelotón, una mala parada de Carlos Sainz también retrasaba al español.

La lluvia se anunciaba y se demoraba al mismo tiempo. Se la aguardaba pero tampoco llegaba. Y eso generaba dudas e incertidumbre en los equipos, que poco podían prever en cuanto a hacer o no el cambio de neumáticos.

Al promediar la carrera, el libreto estaba escrito, pues Hamilton volaba y se alejaba de Verstappen que había alcanzado el segundo lugar, en tanto por detrás se sucedían los cambios de posiciones en luchas intensas y emotivas. Los Haas, por lógica, empezaron a perder terreno ante autos más veloces, mientras arremetían los Red Bull y el propio Bottas aumentaba su rendimiento. Cada duelo contenía la respiración; Stroll mantenía el tiempo, Alexander Albon también y Vettel aceleraba posiciones, en tanto “Checo” Pérez superó a Romain Grosjean y se metía en la zona de arriba.

El final encontró el duelo tremendo entre Sainz y Leclerc, hasta que el Mc Laren encontró el espacio y pudo superar a la Ferrari, en un duelo por la lucha a entrar en la zona de puntuación. Y Sainz, envalentonado, fue por Magnussen, su siguiente objetivo.

Todo en un marco cambiante y emotivo, se ubicaron detrás del ganador Max Verstappen y Valtteri Bottas en la zona del podio, mientras que Lance Stroll, Alexander Albon, Sebastian Vettel, Sergio Pérez, Daniel Ricciardo, Kevin Magnussen y Carlos Sainz se ubicaron hasta el décimo lugar, todos los que sumaron puntos. Todo fue variado, excepto el primer lugar, ese que dominó Hamilton desde la largada, que lo llevó a reinar en Hungaroring de punta a punta, empezar a dominar las posiciones y construir su sueño de campeón una vez más, mientras pareciera que empieza a correr su torneo paralelo al resto de los pilotos.


Hernán O’Donnell

Milan, y el despertar del gigante dormido

La remontada de la reanudación es llamativa y elogiable. Despachó a Roma, Lecce, Lazio, Juventus, Parma, en tanto remontó un 0-2 ante SPAL para igualar en dos, y un empate ante el duro Nápoli de Gatusso. Y Milan no para. Ahora fue el turno del Bologna. Otra víctima de este Milan que se ha recuperado a pasos agigantados y da gusto verlo jugar, en tanto le abre una ventana al futuro.

A los 5′ tuvo un contragolpe bien llevado por Zlatan, la apertura a la izquierda para Rebic y este que engancha y remata en lugar de devolver la pared al sueco que mostró todo su fastidio en tanto el arquero visitante Lukasz Skorupski contuvo el disparo. Y un minuto después, una hermosa maniobra colectiva con la subida clave de hern{andez, el pase a Kessie, este a la izquierda para Rebic, la habilitación para Hernández y el tiro del marcador de punta que tapó, otra vez, el arquero de Bologna. Milan avisaba con un estilo punzante, rápido y elegante.

Era tanta la superioridad que manifestaba que a los 9′ abrió el marcador, tras una buena jugada por izquierda, el centro de Rebic y el remate de Saelemaekers a la derecha del arquero para marcar el 1 a 0.

Y siguió el local con el control del partido, a partir de su dinámica y juego asociado. A Bologna le costaba meterse, porque a pesar de su esfuerzo y aunque Milan por ahí le cedía un poco el balón y el terreno, le achicaba muy bien los espacios. Entonces el visitante se ahogaba, perdía la pelota y el equipo de Stefano Pioli amenazaba en cada contragolpe.

Entonces llegó, a los 24′, el segundo tanto, tras una falla del arquero polaco, quien recibió un pase complicado pero que lo solucionó aún peor pues le dejó el balón servido a Calhanoglu que no tuvo problemas en marcar el 2 a 0.

Milan se sentía seguro y dominante en el partido; pudo aumentar a los 34′ cuando una contra manejada por Rebic por la banda izquierda buscó la entrada limpia de Kessie, y su remate pegó en el palo izquierdo del arquero visitante. Bologna tuvo su chance recién a los 36′ después de un tiro cruzado que pasó por las narices de Donnarumma y Orsolini no pudo concretar.

Cuando todo parecía dominado por el local, apareció un golpe, una sorpresa de esas que el fútbol parece tenernos preparada. Tomiyasu ganó un balón en ataque, sorteó la salida dubitativa de Romagnoli y cuando encontró el tiempo y el espacio sacó un tiro bárbaro para meterse en el ángulo superior derecho de Donnarumma y achicar a 2-1 el resultado cuando iban 43′ de juego.

Herido en el orgullo por ese cierre del primer tiempo, Milan salió decidido en el complemento y enseguida ajustició al rival. Una jugada de izquierda a derecha, la habilitación para la entrada de Bennacer, y este remató cruzado en tanto ingresó libre por el medio a los 49′ para ampliar el marcador a 3-1 para el local.

Entonces el encuentro tomó su rumbo definitivo, porque Bologna se desarticuló, perdió consistencia y no encontró juego para arrimarse a Donnarumma, en tanto el local se asentó en su esquema, buscó espacios y con la conducción de Zlatan, abrió surcos para poder llegar al arco visitante.

De modo lógico llegó el cuarto gol, tras un brillante pase de Ibrahimovic a Rebic, quien se filtró por izquierda y sacó un remate muy fuerte para marcar el 4 a 1 a los 57′ del partido.

Todo quedó resuelto en esos pocos minutos del complemento. Bologna sintió los goles como golpes de knock out. Y recurrió a tres cambios para intentar levantarse del pozo en que había caído: I. Mbaye por T. Tomiyasu, G. Corbo por Danilo y A.F. Baldursson entró por N. Dominguez; todos a los 59′ del encuentro, en tanto MIlan aprovechó para renovar también a su formación: a los 60′ G. Bonaventura entró por H. Calhanoglu, R. Leão reemplazó a Zlatan Ibrahimovic y R. Krunic ingresó por A. Saelemaekers; un partido nuevo se iniciaba con tantas variantes, pero estaba casi toda la película desarrollada y era muy difícil torcer el destino.

Bologna apeló a los últimos dos cambios de los cinco permitidos: iban 74′ y A.S. Olsen entró por R. Orsolini y M. Svanberg por R. Soriano, en tanto que en el local a los 78′ Lucas Biglia reemplazó a I. Bennacer y a los 81′ L. Colombo entró por A. Rebic.

La última imagen fue el quinto gol de Milan, que sonó como una orquesta en su famoso teatro. Proyección de Kessie por derecha, centro atrás y Calabria, que llegaba en diagonal, entró libre para convertir el 5-1 a los 90+2′ del partido.

Un cierre a toda orquesta, tras otra actuación fenomenal del equipo, sostenida en la seguridad del joven y a la vez experto Donnarumma, las proyecciones de Hernández, la dinámica de Kessie y Bennacer, la potencia de Rebic, la velocidad de Saelemaekers y la enorme sabiduría de Ibrahimovic.

Ha montado una remontada impresionante desde la reanudación de la Serie “A”. Es el Milan, y el despertar del gigante dormido.


Hernán O’Donnell

DC United y New England Revolution, un agradable empate de viernes por la noche

Era el partido más atractivo de la jornada del MLS is Back Tournament, y, sin embargo, no estaba prevista su transmisión por Tv sino por streaming, esta nueva modalidad que ha ganado adeptos y seguidores por todo el mundo y que con una computadora moderna y una buena conexión de internet es más que suficiente para tener acceso a un mundo inacabable de transmisión de deportes de todo tipo. Y el fútbol no es la excepción, por eso mucho de lo que no aparece en la pantalla tradicional, está por esta vía. Por streaming. Transmisión en línea. En vivo y en directo.

Así el mundo pudo ver la mejor propuesta del viernes: DC United vs New England Revolution. Dos equipos que llegaban con buenos antecedentes; el de la capital, con un empate sobre el final, tras ir 0-2 abajo y comenzar la remontada a los 83′ de juego. En tanto, el conjunto de Boston llegaba con una victoria y con una enorme expectativa por el futuro.

New England comenzó mejor; más preciso y más adelantado en el campo. Con el control del balón y el dominio territorial, se las arregló para llegar al arco de Hamid. Tuvo la mejor oportunidad a los 24′ cuando Rowe sacó un hermoso remate que se desvió en el travesaño.

Con la movilidad de Gustavo Bou, la potencia de Buksa y la dinámica de Penilla, New England controló la primera parte. Y tuvo otra chance clara a los 41′ cuando la “Pantera” Bou sacó un tremendo remate de afuera del área y el arquero la mandó al corner. Par DC United el partido se había hecho difícil, más allá de que tenía un plan: ordenarse de mitad hacia atrás, achicar espacios y buscar la salida rápida por Yamil Asad, Sorga y Flores para armar los contraataques.

No hubo goles pero si emociones en esa primera parte.

El futuro del Grupo “C” se dirimía en este encuentro; por lo menos, una buena parte de él. Por eso salieron con más decisión en el complemento. Y el conjunto de Boston mantuvo la iniciativa hasta que convirtió el gol de Buksa a los 49′ para poner el 0-1.

A partir de allí mejoró DC United. Se soltó, se adelantó en el campo y buscó la paridad. Con el ingreso de Federico Higuaín tuvo la cuota de experiencia y claridad para concretar lo que había empezado a generar, y a los 72′ un derechazo del argentino marcó el 1 a 1.

Después el partido tomó otro rumbo. Más equilibrado, más parejo. La entrada de Higuaín fue un aporte de calidad para los de Washington; el conjunto tuvo más fútbol, mejores movimientos y más llegadas, con la profundidad de Ulises Segura.

En New England, entre Bou y Bunbury armaron varias llegadas con peligro. Y el empate tuvo un sabor agradable, porque se cerró con dos equipos que querían un poco más, que lucharon por llevarse la victoria y tienen el crédito abierto para el futuro, en tanto nos dejaron una hermosa noche de viernes de fútbol.


Hernán O’Donnell

El sueño de Leeds United fue hecho realidad con Marcelo Bielsa

Leeds United volverá a jugar en Premier League tras muchos años de ausencia y de frustraciones. Marcelo Bielsa fue el capitán del barco, cumplió el anhelo para un histórico club de Inglaterra, y el camino hacia el objetivo tan deseado fue inolvidable: renovó la esperanza en la ciudad, revolucionó al club y al estado de ánimo en los hinchas, y se metió de lleno en su corazón. En su segunda temporada al frente del equipo, tras quedarse en el camino por muy poco en el primer torneo, el elogiado entrenador rosarino pudo devolver a un importante club a la prestigiosa Premier inglesa.

El Loco llegó al Leeds en junio de 2018 con la misión de conducir otra vez a los Peacocks hacia la máxima competición del fútbol inglés, en la cual no participaban desde la temporada 2003-2004. La historia del equipo del condado de West Yorkshire no se correspondía con los decepcionantes años que atravesó a partir de ese descenso, y necesitaban a un salvador que los haga encontrarse con su trayectoria.

Hasta la llegada de Bielsa y el giro que le dio al club, Leeds vivió un triste período lejos de la cima en el que incluso tocó fondo en el año 2007, cuando fue relegado a la tercera división de Inglaterra. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que compitieron en primera. Los Whites han vivido reiterados altibajos durante mucho tiempo en el cual no lograron avanzar del Championship (Segunda división).

Aquella etapa oscura surgida a partir del descenso de hace 16 años contrastó con la reputación de un equipo que supo ser uno de los más destacados del fútbol inglés e incluso de Europa.

Leeds United tuvo una época donde fue un constante animador del campeonato de primera, un equipo fuerte que cosechó varios títulos, en lo que marcó la etapa dorada de la institución y que generó la envidia y la rivalidad con otros equipos. El período de esplendor del club comenzó con la dirección técnica de Don Revie, que se convirtió en leyenda de Leeds y del fútbol inglés, a partir de la obtención de la segunda división en 1963-64, y ya en el año siguiente en la máxima empezó un andar exitoso que sostuvo por muchos años. Fue subcampeón de forma consecutiva tras el ascenso, por detrás de Manchester United y de Liverpool, respectivamente. También alcanzó la final de FA Cup en 1965.

La primera alegría, que dio lugar a las demás, fue en 1968 con la victoria en la final de la Copa de la Liga ante Arsenal en Wembley. En ese mismo año, Leeds pisó fuerte en Europa y conquistó la antigua Copa de Ferias, primer título continental de su historia. El éxito comenzó a despertar recelo en rivales, que catalogaron a aquel equipo como ‘Dirty Leeds’, en alusión a su juego brusco y desvalorizándolo por ello. Incluso uno de sus defensas, Norman Hunter, fue apodado por una pancarta que decía “Bites yer legs” (Te muerde las piernas). Mientras la envidia crecía, los de Don Revie siguieron en busca de la gloria y llevaron al club a lo más alto.

En 1969 llegó el ansiado título de primera división inglesa, el primero en las vitrinas del club, que ratificó al excelente Leeds de ese momento. Y siguió en la lucha por la cima, fue subcampeón en los tres años siguientes, volvió a ganar la Copa de Ferias en 1971 y se consagró en la FA Cup del año posterior, otra vez tras un triunfo ante Arsenal.

Leeds volvió a ser campeón de primera en Inglaterra en 1974, y fue el cierre del ciclo inolvidable con Don Revie, que luego asumió el cargo de entrenador en la selección nacional. Al año siguiente los Blancos incluso estuvieron a las puertas de la gloria máxima en la Copa de Europa, pero cayeron en una final con polémica ante Bayern Munich.

Esa fue la época que marcó al Leeds para siempre y le imprimió un prestigio en Inglaterra. Tras una desmantelación de ese plantel y sin su amado entrenador, se perdió la identidad y en los 80′ estuvo en segunda. Hasta que en 1990 volvió a primera, y dos años más tarde fue campeón otra vez y sumó su tercer título de liga.

A un club con esta historia, pero con un pasado reciente para el olvido y lejos de sus aspiraciones, llegó El Loco, para emprender la tarea de renovar las ilusiones en Elland Road y traer de vuelta el fútbol de primera división, con una liga de las más importantes del mundo.

Su llegada como entrenador entusiasmó de inmediato por su trayectoria y reconocimiento, y no sólo se convirtió en alguien entrañable para los hinchas por el desempeño deportivo, sino también por algunas de sus “locuras”. En la primera temporada, Bielsa se adentró en la pasión de los hinchas del Leeds por el equipo, y un día llevó a sus jugadores a que recojan basura por tres horas, para que sientan el esfuerzo y el tiempo que dedican los aficionados día tras día para poder asistir a los partidos. También se ganó el cariño de la gente al ir y volver de los entrenamientos caminando, cruzándose en el camino con los hinchas y ciudadanos, como también lo han visto haciendo en el supermercado haciendo las compras con la ropa de entrenamiento.

Ese comportamiento que fue metiéndose en el corazón del aficionado fue acompañado por un plantel que absorbió sus ideas y las reflejó en cada fin de semana en el English Football League Championship, un torneo muy exigente, batallador, donde se dudaba si los conceptos que pregonaba Bielsa podían implementarse. Y la segunda división inglesa es un certamen complejo, por ello al Leeds le costó años conseguir la promoción y hasta sufrió una relegación. Es un campeonato extenso, donde participan 24 equipos, y es a doble rueda, por lo que son 46 fechas. Larguísimo. El ascenso a Premier es una tarea más que complicada y no para cualquiera.

Para muchos el Championship es una de las ligas más importantes de Europa, sin considerar a las principales, y sin dudas es atractiva, hay fichajes por mucho dinero, tiene una duración mayor a otros certámenes del continente y la cantidad de equipos también lo hace muy competitivo.

Tan difícil es el reto de la segunda división que en el 2018-2019, a pesar de una muy buena campaña, Leeds se quedó corto para lograr el ascenso, aún habiendo logrado 83 puntos y tras ser puntero en gran parte del torneo. Perdió los puestos de promoción directa con un Norwich encendido que arrasó con 94 puntos y a un Sheffield United que fue escolta con 89. Quedó tercero y debía jugar los play-offs por el tercer boleto a Premier. En semifinales de esa eliminación, los Peacocks cayeron contra Derby County y se quedaron con las manos vacías a pesar de la gran temporada.

A pesar de ciertos rumores que anunciaban que podría irse, Bielsa siguió a cargo del equipo, a pesar del frustrado final de la temporada pasada, en busca de dejar atrás aquel traspié para poder ir de lleno hacia el objetivo que tan cerca estuvo. Y marchó firme hacia el sueño. Otra vez el Championship tuvo a un Leeds United que exhibió fútbol ofensivo, muchos toques, presión alta, y un nivel que lo ubicó arriba en gran curso del torneo. Desde noviembre del 2019 los dirigidos por Bielsa estuvieron en el top 2 de la tabla. Luego de la interrupción por la pandemia en marzo, en la vuelta a las canchas Leeds volvió a demostrar que estaban para el ascenso. Salvo un par de traspiés ante Cardiff y Luton Town, el equipo del Loco hizo lo que tenía que hacer y consiguió los triunfos que necesitaba, algunos fueron cómodos, otros más agónicos.

Marcelo Bielsa logró una gran hazaña que quedará marcada en su carrera como entrenador. Superó el desafío de sacar de la complicada segunda división inglesa, tras años de estancamiento, al Leeds United, un club con una historia rica y un pasado glorioso, que estaba sumido en una depresión, para devolverle la alegría a sus hinchas, renovar el orgullo y regresarlo a la máxima categoría, aquella donde el equipo de Don Revie supo brillar a finales de los años 60′ y principios de los 70’s. El Loco cumplió el anhelo y, tras 16 años de ausencia, Leeds volverá a jugar en Premier League.


Martín O’Donnell

Milan acelera en la recta final y busca llegar a la Europa League

Tuvo un inicio de campeonato discreto, irregular, con muchos tropiezos. Y en la reanudación se ordenó, creció, mejoró. Con un compromiso total por parte de los jugadores y la influencia decisiva de Zlatan Ibrahimovic. Un equipo que ha tenido una sostenida recuperación en la reanudación de la Serie “A” y ha vencido a rivales como Roma, Lecce, Lazio, Juventus, en tanto igualó con SPAL tras ir 0-2 abajo y ante el difícil Nápoli.

Con algunas variantes comenzó el juego frente a Parma. Donnarumma en el arco, como siempre, y la habitual línea de cuatro: Conti, Kjaer, Romagnoli y Hernández. Lucas Biglia en el medio en reemplazdo de Bennacer y Kessie, como contención habitual. Leao por Rebic, Bonaventura por Paquetá fueron las otras modificaciones.

Parma intentó pelearle el partido en el centro del campo, pero el local tomó muy rápido el control del juego. Y tuvo algunas llegadas precisas. A los 17′, un corner de la derecha, el cabezazo limpio de Romagnoli y el travesaño que salvó al visitante.

A los 34′, Zlatan Ibrahimovic sacó un tiro de afuera del área, desde la derecha, cruzado, y el balón se fue al lado del poste derecho de Sepe.

Pero el fútbol tiene mucha leyes no escritas, y una de ellas dice que los goles que se pierden en un arco se concretan en el de enfrente. Así fue que a los 43′ Parma se puso en ventaja. Gervinho le cortó una pelota en profundidad a Grassi, este fue al fondo y lanzó el centro atrás que Kurtic convirtió en gol con un remate con efecto, al palo izquierdo de Donnarumma. 0-1 para la visita, que pudo sostener el resultado tras una gran maniobra del Milan, a los 44′, con un pase a la entrada libre de Hernández y el remate con destino de red fue tapado por el arquero visitante.

Por esos duendes del fútbol, Milan se iba en desventaja sin merecerlo.

Davide Calabria por Conti fue el cambio del Milan para el segundo tiempo. Un lateral con un poco más de proyección, y el impulso de ir a buscar el empate, en tanto Dermaku entró por Bruno Alves en Parma.

Enseguida Milan consiguió la igualdad, cuando Kessi tomó el balón en tres cuartos de cancha, de modo leve hacia la izquierda, se metió en diagonal y sacó un remate espectacular que pegó en el palo izquierdo y entró a los 54′ para marcar el 1 a 1. Un minuto más tarde Bennacer reemplazó a Biglia.

Milan logró el impulso necesario para reaccionar y continuar la senda victoriosa. A los 58′ un tiro libre de Calhanoglu al corazón del área fue aprovechado por Romagnoli para convertir de cabeza el 2 a 1. El Local revertía el marcador adverso, tal como lo merecía por su producción. Y sumó otra variante, a los 60′ A. Rebic reemplazó a R. Leão. Parma movió el banco para tratar de mejorar su funcionamiento: Hernani por A. Grassi y R. Inglese por G. Brugman cuando iban 62′ del encuentro.

El tema es que el Milan mantenía la actitud, la firmeza, la disposición en ataque. Rebic era un refresco necesario, que le daba un gran impulso a cada ataque, con sus ganas y potencia, en tanto Zlatan se movía como un director de orquesta. El “Rossonero” era el amo del partido, y a Parma se le hacía difícil progresar, llegar al arco de Donnarumma con posibilidades de lastimar. Sin embargo, en la primera aproximación del segundo tiempo, a los 73′, Kulusevski tuvo un remate en el travesaño.

Milan volvió a facturar. Una larga corrida de Hernández por izquierda, el pase al medio, la habilitación a Calhanoglu cuando venía por derecha y su remate lejano fue fuerte y preciso. 3 a 1 a los 76′ para el Milan.

Allí llegó el final del encuentro. Porque Milan se tiró unos metros más atrás, dejó venir a la visita y de contragolpe amenazó una y otra vez con aumentar el marcador. Cerró la ventana de cambios con el ingreso del uruguayo Laxalt por T. Hernandez y R. Krunic por H. Calhanoglu a los 79′, y dejó a Zlatan los noventa minutos del juego, en tanto Parma metió a G. Caprari por Y. Karamoh.

Ya había pasado el tramo principal. Sólo quedaba aguardar por el silbato final, en tanto el Milan sumaba una nueva victoria, otra actuación convincente y la imagen que mejora cada día más desde que se reanudó la Serie “A” italiana.


Hernán O’Donnell

La FIFA ya tiene el calendario de la próxima Copa Mundial

El lunes 21 de Noviembre de 2022 a las 13, hora local, se pondrá en marcha la XXII Copa Mundial de Fútbol de la FIFA-Qatar 2022. Será en el Estadio Al Bayt, con capacidad para 60.000 espectadores y con la actuación del seleccionado qatarí. La final será el domingo 18 de Diciembre de 2022 en el Estadio Lusail, ante 80.000 espectadores.

Habrá cuatro partidos por jornada, con los horarios de las 13, 16, 19 y 22 hs; además, para que todas las selecciones dispongan del tiempo suficiente para recuperarse, la fase de grupos tendrá una duración de doce días, un poco menos de los habituales 14 que se jugaban hasta el último Mundial. Por las características del país, y la cercanía de los estadios, será posible para el público, medios y allegados, poder concurrir a más de un partido por día.

Al Rayyan Stadium. Crédito: FIFA.com

También será útil para los seleccionados en tanto no tendrán desplazamientos aéreos y tendrán mayor tiempo de descanso.

Los únicos partidos ya establecidos con horario y sede son los tres más renombrados: el inaugural, el del tercer puesto y la final.

El resto de los encuentros tendrán definidos su estadio y el horario después del sorteo final, previsto tras el cierre de la Competición Preliminar, en marzo de 2022.

Education City Stadium. Crédito: FIFA.com

Cuando se conozcan los grupos y partidos, se determinará el horario y las canchas de acuerdo a la valoración de los equipos y las audiencias televisivas.

Los tickets comenzarán a venderse a partir de diciembre de este año, primero los llamados de “Hospitalidad”, y en una segunda etapa, los boletos individuales.

La Copa Mundial de la FIFA-Qatar 2022 empieza a moverse; con la Competición prelimar se darán los primeros pasos. El balón rueda.


Hernán O’Donnell

Como en “All That Jazz”, para Atalanta el show debe seguir

Allá por 1980, hace ya 40 años, en el mundo se estrenó una película que sería un suceso: “All That Jazz”, que en la Argentina se tradujo como “El show debe seguir”. Y ese título entonces fue usado para reflejar la marcha de muchos conjuntos en campeonatos donde se los veía desfilar al compás de triunfos y goles. como fue el caso de Sarmiento de Junín en aquel torneo de Primera B de 1980. Y cuatro décadas más tarde, el Atalanta de Bérgamo se ha ganado también el derecho a que lo ilustren con ese mensaje, pues hace de cada presentación del equipo, un verdadero show.

El comienzo fue inmejorable. Al minuto de juego el local se puso en ventaja con un remate de Pasalic. 1 a 0 y el comienzo a todo ritmo con un equipo que hace del ataque una religión. Pero Brescia no quería ser solo un actor de reparto en la película, por eso le planteó un encuentro suelto y cara a cara. Llegó a la igualdad a los 7′ por intermedio de Torregrossa. 1 a 1 en el amanecer.

Era un encuentro abierto, con mucho toque y dos equipos dispuestos a buscar el resultado. Atalanta lucía mejor en cuanto a esa permanente disposición en el campo, donde todos los futbolistas parecen desparramados en la búsqueda del espacio libre y en la oferta de recepción de pase hacia el compañero que tiene la pelota. Porque ese es el rasgo distintivo de este equipo; tocar y buscar. Y cuando uno tiene el balón, todos los demás se muestran como posibles receptores. Esta vez no fue distinto. Aún con Alejandro Gomez en el banco, cerebro principal en la construcción de las maniobras, Atalanta se las arregló para mantener la esencia del conjunto.

Y muy rápido llegó a la demolición del adversario.

A los 24′ De Roon clavó una volea tremenda tras recibir un balón desde la izquierda que puso el partido 2 a 1. No hubo mucho tiempo para acomodarse, porque a los 27′ Malinovskiy clavó el 3 a 1 con un remate de lejos, en una clásica jugada suya, tras una gambeta vistosa y un disparo potente y preciso desde una lejana distancia.

Y casi sin respiro llegó el cuarto gol, con un centro desde la izquierda y la hermosa palomita de Duván Zapata para clavar el 4 a 1 a los 30′ de juego. En un lapso muy corto, Atalanta sacudió a Brescia con tres golpes de knock out. Duro, preciso, contundente.

El local se había adueñado del balón, del control del juego, pero lo más importante es que lo había traducido en goles, en golpes que dejaron malherido al equipo visitante. Pero nada se había terminado con el primer tiempo. En el complemento, la tormenta iba a continuar.

A los 54′ una buena jugada colectiva con un pase final de Malinovskiy a Pasalic y el croata-alemán entró por derecha y marcó el quinto gol. 5-1 y todo podía suceder. Porque enseguida hubo otra llegada, un pase al medio que capturó Pasalic y marcó el 6 a 1 para el local.

Brescia lucía confundido, golpeado y nervioso. Por eso una reacción desbordada ante el toque del local, producto de la impotencia y la bronca. El juez calmó los nervios con palabras de tranquilidad y el partido se encauzó.

El local mantuvo el estilo: triangulaciones permanentes, búsqueda del espacio, pases en diagonal, asistencias al espacio…un equipo que está en permanente movimiento y tiene el arco adversario entre ceja y ceja. A los 79′ se lo perdió Bellanova, con un tiro alto.

Tan dulce estaba el local que intentó salir con toques y pases desde su área aún cuando estaba ahogado y Tameze perdió un balón que le costó un descuento por parte de la visita, que recuperó el esférico en superioridad numérica y Spalek, que entró solo por derecha, convirtió para dejar el encuentro 6 a 2 cuando iban 82′ del partido.

La última imagen destacad fue la de Píccoli quien estuvo cerca de marcar el séptimo tanto local, pero su remate se fue desviado. Y no hubo tiempo para más, porque el árbitro se apiadó de Brescia y lo dio por terminado apenas el reloj llegó a los 90′ reglamentarios.

Atalanta se llevó un partido con resultado de set de tenis, alcanzó el segundo lugar y se puso a seis unidades de Juventus, claro que con un partido más porque este juego dio comienzo a la 33º fecha de la Serie “A”. Pero soñar no cuesta nada, y ahí está con sus ilusiones y su fútbol de alto vuelo que alegra cada jornada, porque como en aquella famosa película “All that jazz”, el show debe seguir.


Hernán O’Donnell