El fútbol es hermoso y atrapante por esto. Porque es impredecible, imprevisible, porque tiene una alta dosis de morbo e injusticia. Porque aún no se ha encontrado una definición mejor para los partidos de eliminación directa cuando la igualdad se mantiene en los contrincantes luego de los noventa minutos reglamentarios y la media hora de tiempo suplementario. Un tiempo lógico y razonable para dirimir una contienda futbolística. Jugar más, entra en el terreno de lo inhumano, en estos tiempos de alto desgaste deportivo. Y a nadie se le ha ocurrido una manera más justa en la resolución. Tal vez jugar un nuevo partido a las 72 horas, pero esto llevaría a series interminables y a un movimiento del calendario que alterarían toda la temporada de un certamen, con las consiguientes consecuencias en otros campeonatos en los que participaran los equipos en disputa. No, por ahora nadie ha encontrado otra manera.
Por eso, todo lo que vimos en dos horas de juego quedó sin efecto a la hora de ejecutar los penales para resolver quien avanzaba a las Semi Finales de estad edición de la UEFA Champions League. Ese comienzo furtivo de Real Madrid, la reacción del local y el dominio sostenido a lo largo del resto del partido. Todo quedó en el pasado cuando el 1 a 1, una continuidad del 3-3 del encuentro en Madrid, dio paso a la resolución por tiros desde el punto del penal.
Manchester City comenzó con Ederson; Kyle Walker, Ruben Días y Josko Gvardiol; Manuel Akanji y Rodri; Phil Foden, Bernardo Silva, Kevin De Bruyne y Jack Grealish; Erling Haaland.
El equipo de Madrid formó con Andriy Lunin; Daniel Carvajal, Antonio Rüdiger, Nacho y Ferland Mendy; Federico Valverde, Eduardo Camavinga y Toni Kroos; Rodrygo, Jude Bellingham y Vinicius Jr.
El inicio fue de la visita, con un disparo de Camavinga, a los 10′, que Ederson atrapó abajo. Luego, a los 11′ llegó a la apertura del marcador. Un pelotazo largo que Bellingham paró con maestría, cedió a Valverde, este abrió a la derecha, Vinicius lanzó el centro y el primer remate de Rodrygo fue rechazado por Ederson, pero el rebote le quedó a Rodrygo, quien puso el partido 0-1 a favor de Real Madrid.
Reaccionó el equipo de Pep Guardiola, y empezó a tomar el control del juego. A los 18′ un cabezazo de Haaland se estrelló en el travesaño. El rebote se lo llevó por delante Bernardo Silva. A los 26′, un disparo de Kevin De Bruyne fue rechazado por el arquero visitante. Cuando iban 35′ Haaland se escapó por el medio, abrió a la izquierda para Jack Grealish y el disparo de este pasó muy cerca. Y al final del primer tiempo, un remate de Phil Foden salió por encima del travesñao, cuando iban 45′ de juego.
En el segundo tiempo se acentuó el dominio del local. A los 46′ una volea de Grealish fue sacada por el arquero Lunin. Y empezó a empujar el local, en tanto la visita mantenía firmes y bien pegados a la línea de cuatro junto a los tres volantes y el retroceso de Bellingham para sumarse a esa segunda hilera y achicar espacios.
Se le hacía difícil al City encontrar espacios, aunque el dominio era constante. A los 71′ Jeremy Doku entró por Jack Grealish.
En eso estaba el local, hasta que llegó el gol. Una jugada por izquierda, el rebote y el oportunismo de Kevin De Bruyne para poner el 1-1 a los 75′ de juego.
Enseguida metió un gran disparo De Bruyne, pero el tiro salió alto, cuando iban 77′. Era más el equipo de Manchester, Carlo Ancelotti empezó a abrazarse al empate, mientras pensaba en el alargue. Así, a los 78′ puso a Luka Modric en lugar de Toni Kroos.
Lo pudo liquidar el City, a los 81′, con un remate muy factible de De Bruyne que salió arriba del travesaño.
A los 83′ llegó el segundo cambio en la visita. Brahím Díaz reemplazó a Rodrygo.
Se fue el partido, y como suele suceder, el tiempo suplementario tuvo menos ritmo, menos llegadas y mucha más cautela por parte de los dos equipos. Para empezar, Pep Guardio puso a Julián Álvarez en lugar de un Erling Haaland que ya no pesaba en el partido. Ahogado entre la maraña de hombres del Madrid acumulados en el ´rea, tenía muy reducidos los espacios, y sólo podía apostar a un cabezazo, que también le quedaba muy incómodos, producto de la marca cercana y múltiple que tenía en esos pequeños espacios.
Se mostró más dinámico el local, y a los 101′ Ancelotti decidió hacer su tercera variante; Lucas Vázquez ingresó por Vinicius Jr.
Por esas cosas del fútbol lo pudo liquidar el Madrid, a los 105′ tras un tiro de esquina, y una pelota capturada en el rebote. Cuando City salía, el balón le llegó a Antonio Rüdiger, cuyo tiro, muy factible, se fue por arriba del travesaño.
A los 109′ Dani Caravajal dijo basta, y acalambrado en ambas piernas de manera muy visible, tuvo que dejar el campo para que lo reemplace Eder Militao, quien ocupó la posición de lateral derecho, tal como lo había hecho en algunas ocasiones en la Selección de Brasil, por ejemplo en los Cuartos de Final de la Copa Mundial de la FIFA-Catar 2022, en el partido ante Croacia, donde jugó en esa posición en una defensa que completaron Marquinhos, Thiago Silva y Danilo.
El tiempo se agotaba y quedaba solo lugar para un par de modificaciones en el conjunto dueño de casa. A los 111′ John Stones entró por Manuel Akanji, y Mateo Kovacic reemplazó a Kevin De Bruyne.
Entonces, llegó el tiempo de los penales. Esa manera tan injusta para algunos, pero por ahora irreemplazable, para definir un ganador de un partido de fútbol.
Julián Álvarez puso con clase y serenidad el 1-0 para el City. Ederson le atajó a Luka Modric el primer penal de Real Madrid. Debía patear Bernardo Silva el segundo penal del local, pero se produjo un hecho insólito, que le quitó tranquilidad y le aumentó la ansiedad al ejecutante. Modric, en el rebote que dio Ederson, de la bronca pateó el penal alto y lejos, a la tribuna. Allí demoró mucho el regreso del balón, lo que le produjo un fastidio marcado a Bernardo Silva. Una vez que la pelota volvió de la tribuna, el ejecutante ya no se tomó el tiempo para respirar y pensar. Acomodó rápido y sacó un tiro débil y al medio que Lunin controló sin problemas. De un posible dos a cero, el City quedaba casi en igualdad de condiciones.
Igualdad que se alcanzó en el tiro siguiente de Jude Bellingham, que puso el empate para Real Madrid. Ahora, todo estaba igual. 1 a 1, con dos remates cada equipo.
Y como el fútbol tiene mucho de anímico, se agrandó Lunin y detuvo el penal siguiente, de Mateo Kavacic. Lucas Vázquez, con mucha serenidad, recibió rápido el balón hizo un par de jueguitos para concentrarse y pensar, y remató con notable excelencia, para poner la definición 1-2 a favor de Real Madrid.
El tiro fuerte de Phil Foden colocó el transitorio 2-2, y el sablazo de Nacho dejó el 2-3 para la visita tras la cuarta serie de remates.
Fue Ederson el que pateó el quinto tiro del local. El arquero brasileño, que había atajado el primer tiro a Modric, asumía toda la responsabilidad, porque si fallaba, City quedaba afuera. Convirtió, y puso la igualdad 3-3.
Claro que faltaba un último disparo, que le correspondía a la visita. Allí fue Antonio Rüdiger, el mismo que estuvo al borde de definir en el final del primer período suplementario.
Con confianza y fuerza, sacó un potente remate que cerró la serie por 3-4 a favor de Real Madrid.
Así es el fútbol. Mágico, atractivo, impredecible. Para muchos, injusto. Para otros, ilógico. Pero siempre atrapante. Fascinante. Porque rompe todos los moldes, porque pocos deportes se le parecen, aunque cada uno tiene su encanto.
El de este juego, es que la pelota amaga y amaga, pero nunca te dice, hasta el final, de quien se enamoró.
Hernán O’Donnell