Argentina tomó altura y paseó su fútbol por La Paz

Esta vez, el drama de jugar en la altura de La Paz quedó resumido a un fantasma que se fugó apenas empezó el partido. Hubo unos pocos minutos iniciales donde parecía que Bolivia iba a tomar el control del partido, pero bastó con que Rodrigo De Paul se animara, cuando iban 9′ d juego, a encarar y probar al arco, para que la Argentina asumiera el protagonismo principal del partido y fuera a la conquista de la victoria. Aún con la ausencia de Lionel Andrés Messi, sentado en el banco pero no disponible en la lista de los suplentes, el Campeón del Mundo tuvo un despliegue escénico descomunal para trazar una victoria amplia inobjetable.

El seleccionado que dirige Gustavo Adolfo Costas comenzó con Guillermo Viscarra; Diego Bejarano, Jairo Quinteros, Adriano Jusino, José Sagredo y Roberto Fernández; Gabriel Villamil, Luciano Ursino y Jaime Arrascaita; Marcelo Moreno Martins y Víctor Abrego.

El equipo argentino formó con Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico; Enzo Fernández, Alexis Mac Allister y Rodrigo De Paul; Ángel Di María, Julián Álvarez y Nicolás González.

Crédito: media.afa.org.ar

Luego de ese remate de De Paul, la Argentina se hizo dueña del partido. A los 10′ Tagliafico cedió a Enzo Fernández, quien sacó un tremendo tiro que el arquero sacó del ángulo, pegó en el travesaño y se fue al corner. A los 19′ Álvarez peleó un balón, se fue al área y sacó un tiro peligroso.

Bolivia había llegado a los 22′ con un tiro de Abrego que controló Martínez, pero ya era todo de la visita.

Y a los 25′ Gustavo decidió meter un cambio en la mitad de la cancha; Villarroel ingresó por G. Villamil.

Otra llegada del local fue a los 27′, con un disparo bajo de Martins, que controló muy bien “Dibu” junto a su palo derecho.

Pero Argentina armó una gran jugada, a los 30′, y abrió el marcador. De Paul se fue por derecha, tocó para Álvarez, éste abrió a la izquierda para Di María, Angelito metió el centro exacto, y Enzo Fernández entró por el medio para poner el 0-1 a favor de la Argentina.

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El partido empezaba a resolverse, y para colmo Bolivia se quedaba con un hombre menos por la expulsión de Roberto Fernández por una grave infracción sobre Romero. El árbitro Esteban Ostojich le había sacado la segunda amarilla, pero el VAR le advirtió que era una infracción de posible roja directa, y así lo corrigió el juez uruguayo.

Y para terminar de cerrar el primer tiempo, a los 41′ Di María ejecutó un tiro libre con maestría, le pegó con el hombro Nicolás Tagliafico, y marcó el 0-2 para la Argentina.

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Gustavo Costas hizo dos cambios más para comenzar el segundo tiempo; L. Haquin entró en lugar de A. Jusino, y H. Cuellar reemplazó a L. Ursino; ya sumaba tres variantes, y le quedaban dos ventanas más.

Argentina mantuvo el control del juego en el segundo tiempo. Un disparo de Rodrigo De Paul, a los 50′, y otro de Enzo Fernández, a los 53′, que desvió Guillermo Viscarra, eran las señales que daba el equipo.

A los 61′ Costas hizo el cuarto cambio en el seleccionado local. Fernando Saucedo entró por Jaime Arrascaita. Pero no mejoraba el local, que abusaba de las infracciones y no hilvanaba juego ni progresaba en el campo. La “Albiceleste” manejaba el balón, y como aconsejan en la altura, probaba de larga distancia. A los 71′ fue el remate de Di María, el que volvió a exigir al arquero.

Bolivia hizo su quinto cambio a los 72′; Carmelo Algarañaz ingresó por José Sagredo, mientras que la visita hizo su primera variante a los 75′: Exequiel Palacios reemplazó a Rodrigo De Paul.

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El tercer gol argentino liquidó el juego. Álvarez quiso ceder a González, el balón rebotó, presionó Palacios, y cedió a Nicolás González, quien sacó un buen tiro que marcó el 0-3 para la Argentina cuando ya iban 83′ de juego.

A los 84′ llegaron tres cambios en el equipo de Scaloni. Leandro Paredes entró por Alexis Mac Allister; Lautaro Martínez ingresó por Julián Álvarez, y Alejandro Garnacho reemplazó a Nicolás González. La quinta modificación en Argentina fue a los 86′; Angelito Correa reemplazó a Angelito Di María.

Y, sin más, terminó el partido. Argentina fue más, de punta a punta. Mantuvo la paz cuando el rival propuso golpes, y tomó altura para dominar el partido y lograr una goleada edificante.

Hernán O’Donnell

Un golpe que podrá servir para relanzar al equipo

Cada vez que llega una Copa Mundial, sea del deporte que sea, el público argentino se ilusiona con llegar a lo más alto del torneo. Y en el caso de la Copa Mundial de Rugby, no es la excepción. Los fanáticos de este deporte sueñan con ver a  Los Pumas bien arriba; y lo mismo piensa el Staff Técnico y los jugadores. En su seno íntimo, ellos creen que pueden dar la sorpresa. Así lo expresó el propio entrenador, Michael Cheika en una de las últimas conferencias de prensa que brindó, antes de viajar a Buenos Aires. “Vamos con la intención de ganar; si no, ¿para qué vamos?”.

El duro golpe que significó la derrota ante Inglaterra obliga a replantear todo. Los Pumas no pudieron hacer casi nada de lo previsto. Aún con un jugador más durante casi todo el partido, no lograron tomar la iniciativa; al contrario, se vieron siempre maniatados por el juego inglés dominado por su pareja de medios, quienes jugaron un partido perfecto. El medio apertura, George Ford, fue el dueño del partido. manejó la estrategia y la táctica a la perfección, controló el desarrollo a través del juego de su pie, y fue letal con el remate a los palos, con tres drop-goals consecutivos que liquidaron el ánimo y la mente del equipo argentino, que a partir de esa distancia de 12-3 en contra, pensó más en el marcador adverso, el peso de tener que revertirlo y no poder hacerlo con un hombre de más, lo que torturaba su mente y alma durante el partido.

Crédito: Foto de Michael Steele – World RugbyWorld Rugby vía Getty Images

El equipo no pudo salir de ese pensamiento que lo condicionaba; lo dijo Mallía luego del encuentro, y coincidíamos en esa sensación, durante el juego, que se irradiaba desde la cancha. Un equipo nervioso y presionado por la coyuntura de tener la “obligación” de ganar porque tenía un jugador de más. Y cada drop era como un martillazo que no permitía mantener la lucidez y enfocarse en lo que había que hacer.

Esa ansiedad llevó a cometer errores no forzados que se pagaron muy caro. En el juego en el piso, las infracciones se tradujeron en penales en contra que significaron puntos para Ford; fueron muchas las faltas producidas en los rucks. En el juego aéreo, la superioridad inglesa fue determinante, lo que le permitió ganar bolas importantes y lucir el juego del medio scrum, Alex Mitchell. Excepto Emiliano Boffelli, que tuvo aciertos y mantiene una buena regularidad en la captación de pelotas altas, por el resto la Argentina sufrió en esa parte del juego.

El punto de contacto también fue dominado por Inglaterra. Ganó las disputas, y tuvo más llegadas en la búsqueda del balón suelto. A pesar de la pronta expulsión de Tom Curry, el resto de la tercera línea inglesa, Ben Earl y Courtney Lawes jugó un gran partido.

Crédito: Foto de Michael Steele – World RugbyWorld Rugby vía Getty Images

Tras el partido, los jugadores fueron autocríticos y tuvieron sinceridad para reconocer los errores y las causas de la derrota. También lo entendió así el entrenador jefe del seleccionado, Michael Cheika: “Creo que todo lo que podía salir mal, salió mal. Permitimos que el juego se detuviera y se reiniciara demasiado. Inglaterra aprovechó muy bien las circunstancias y el mérito es de ellos”, señaló.”No tuvimos la mentalidad para tomar el control del partido. Jugamos a la espera de tener una oportunidad, en vez de generarlas nosotros. Las cosas hoy no salieron, pero volveremos a jugar en dos semanas y vamos a continuar con el trabajo. Tuvimos errores que nos costaron muchos puntos en contra, no nos enfocamos en lo que teníamos que hacer. Veníamos bien en los entrenamientos, pero hay que hacerlo en los partidos. Tenemos que estar preparados para enfrentar estas dificultades. Debemos tener paciencia; no necesitamos cambiar mucho, hay que ejecutar”, agregó el entrenador.

De cara a los próximos partidos, declaró: “El Mundial no se terminó. Todavía tenemos trabajo por hacer para lograr la clasificación. Vamos a aprender mucho de esta experiencia. Tenemos muchos jugadores nuevos en partidos de la Copa del Mundo, y vamos a aprender la lección de cómo debemos estar preparados cuando llegue el momento de jugar”.

La Argentina, con el duro golpe del debut, y la ilusión que no quiere marchitarse.

Hernán O’Donnell