La Copa América ya tiene a uno de los protagonistas de la gran final en el Estadio Maracaná a jugarse el próximo sábado. Estaban todos los boletos puestos en Brasil y el local no defraudó.
Fue dominante en el arranque, de punta a punta, con un primer tiempo espléndido, en el que supo saltear cada barrera que lo propuso el equipo de Ricardo Alberto Gareca. Brasil salió a buscar el boleto a la final con mucha determinación, sostenido en la firmeza de Marquinhos, la experiencia de Thiago Silva, la pujanza de Casemiro y el talento asociado de Lucas Paquetá y Neymar. En el ataque Richarlison se distinguía y todo se volcó a favor de la escuadra de Tite desde el inicio. Más allá de los cinco defensores, con dos laterales y tres zagueros casi en línea, porque Trauco y Corzo se ubicaron muy cerca de los centrales. Y si bien Tapia y Yotún se las arreglaron para batallar en el centro del campo, Cueva y Lapadula no podían, más allá de algunos destellos, generar peligro.
A los 7′ Richarlison habilitó a Neymar, y su disparo se fue un poco alto. A los 12′ Casemiro ejecutó con mucha fuerza un tiro libre lejano que Pedro Gallese detuvo en dos tiempos, tras rebotar en su pecho en primera instancia.
Se volvió a lucir el arquero de Orlando City a los 18′ cuando tuvo una doble tapada fenomenal; primero ante la aparición de Neymar, y Gallese con el pecho rebotó su disparo a quemarropa y luego desvió el rebote que había tomado Richarlison.
Hasta que a los 34′ Brasil abrió el marcador, con un buena jugada de Neymar, quien en el área pudo sortear la marca de cuatro hombres, pasar el balón atrás y Lucas Paquetá marcó con un tiro fuerte y al medio el 1 a 0 para Brasil.
No hubo mucho más en el primer tiempo, salvo cinco minutos adicionales para varias interrupciones que había habido en ese período.
En el segundo tiempo, Gareca decidió hacer dos cambios en Perú: M.J. Lopez ingresó por M. Trauco y ya quedó como lateral izquierdo en una línea de cuatro, porque Raziel Garcia, volante con características ofensivas, ingresó por el zaguero central C. Ramos. Una línea de cuatro defensores, tres volantes adelante con García por la izquierda, más adelante Cueva y Peña, y Lapadula de centro atacante. Perú presentaba la pirámide, 4-3-2-1, y pronto iba a avisar que el DT había acertado, con una escapada rápida de Lapadula y un remate que tapó Ederson a los 48′, en una clara posibilidad. Volvió a llegar a los 52′ con otra jugada colectiva que finalizó con un disparo de García que salió desviado.
Y fue Perú el que tomó el protagonismo del segundo tiempo. Brasil cedió campo y pelota, se tomó un descanso y propuso el engaño, eso que saben hacer hasta en la playa, que está en la esencia del jugador brasileño. Te hace creer que les podés ganar. Pero ojo, porque cuando aceleran…y lo pueden hacer en cualquier momento, en cualquier partido.
A los 69′ vino el primer cambio de Brasil; Everton Ribeiro reemplazó a Everton. Gareca determinó el tercer cambio de Perú en su primera ventana: Carlos Lora, lateral de Sporting Cristal reemplazó a Corzo, con lo cual se modificaron los dos marcadores de punta a los 74′ de juego.
Brasil tuvo su primera llegada en el complemento a los 78′, con un centro de Renan Lodi que se cerró y Pedro Gallese contuvo en su ángulo superior izquierdo. Enseguida llegó el cuarto cambio en la segunda ventana de Perú; Ormeño ingresó en lugar de Cristian Cueva, a los 80′. Y de ahí vino un centro en el que Ederson pasó de largo y el cabezazo de Callens salió desviado.
Tité se guardó las variantes para el final, y en la segunda ventana metió tres modificaciones: Militao por Renan Lodi en la defensa, Fabinho por Fred en la contención del centro del campo, y Vinicius Jr por Richarlison en el ataque. Todos a los 84′ de juego. Ricardo gareca hizo su quinto cambio en la tercera ventana visitante, a los 88′ y Tavara entró en reemplazo de Tapia.
No hubo más emociones. El quinto cambio de Brasil en la tercera ventana local: Douglas Luiz entró en lugar de Lucas Paquetá a los 90+2′. Y todo se cerró sin más sobresaltos. Brasil pasó a la final con tranquilidad, sin descollar, con un primer tiempo espléndido y uno en el que bajó la persiana para aguardar el choque definitivo.
Hernán O’Donnell