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El brillo y la jerarquía del Real Madrid pudieron más que las ganas de Celta

El Real Club Celta de Vigo ante el Real Madrid Club de Fútbol. Así de contundente, con esa mezcla tradicional que en España siempre une a la realeza con el pueblo, con el Fútbol como hilo conductor. Y con los nombres completos de los rivales de hoy, aunque la saber popular decidió acotarlos desde hace tiempo, y lo abreviaron por el Celta y el Madrid.

Y se midieron en Galicia, en un partido intenso y entretenido. Real Madrid hizo un buen partido colectivo, hizo pesar la jerarquía de sus estrellas y terminó con momentos de brillantez, aún cuando Celta pudo empatar en la última jugada del encuentro. El 1-2 final fue el resultado justo, que refleja la superioridad global del equipo visitante.

Crédito: @realmadrid

El conjunto local formó con: Guaita; Manquillo, Starfelt, Marcos Alonso; Mingueza, Beltrán, Sotelo, Hugo Álvarez; Bamba, Williot y Borja Iglesias.

El equipo madridista alineó a Courtois; Lucas Vázquez, Militao, Rüdiger, Fran García; Valverde, Tchouaméni, Camavinga, Bellingham; Vinícius y Mbappé. DT: Carlo Ancelotti.

El local salió a presionar y puso en apuros al visitante. A los 7′ tuvo una chance clara que no pudo aprovechar.

Debió revolcarse una y otra vez Courtois, pero en cuanto pudo, mostró las uñas. Una característica propia de un equipo que cuando lo perdonan, después se lamentan. Y sucedió en cuanto una de sus figuras tuvo la chance.

A los 19′, tras un rebote en una salida local, un terrible zapatazo de Kylian Mbappé abrió el marcador y el partido quedó 0-1 a favor de Real Madrid.

Después insistió el local, pero ya en otro contexto. Y debió aguardar al segundo tiempo para hacer pesar sus ganas y su enfoque en el partido.

Cuando iban 50′ Willot recibió un centro de la derecha y convirtió para el Celta, para poner el partido 1-1.

Fue el momento del equipo de Vigo, porque tomó el dominio territorial. Pudo aumentar a los 59′, con un tiro de Willot que salió muy cerquita.

Entonces Carlo Ancelotti decidió hacer dos variantes en el equipo visitante. Luka Modric entró por Federico Valverde, y Rodrygo ingresó por Camavinga, cuando iban 63′.

En una de las primeras pelotas que tocó, el croata Modric asistió con un pase profundo y genial a Vinicius, quien se metió en diagonal, gambeteó al arquero y definió con suavidad para poner el encuentro 1-2 a favor de Real Madrid, a los 65′ de juego.

Crédito. @realmadrid

No se rendía el local, y a los 68′ Bamba tuvo un buen remate que tapó Courtois.

A los 69′ Ferland Mendy ingresó por Fran García en Madrid, mientras que a los 71′ llegaron las primeras dos variantes en el local: Alfon ingresó por Williot Swedberg, y J. Rodriguez entró por J. Manquillo. El tercer y cuarto cambios Claudio Giráldez los realizó a los 77′: Anastasios Douvikas ingresó en lugar de Borja Iglesias, y Pablo Durán reemplazó a Bamba.

Carlo Ancelotti, entrenador de la visita, usó la tercera ventana habilitada, para efectuar el cuarto cambio; Dani Ceballos reemplazó a Kylian Mbappé, a los 81′. Y la quinta variante en Celta llegó a los 86′; Damián Rodríguez entró en lugar de Beltrán.

Real Madrid controlaba el partido, y hasta regaló algunas jugadas de lujo, como la salida de izquierda a derecha, en la que sorteó todo tipo de presiones, con la jerarquía de Rudiger, el buen manejo de Eder Militao, uno de los mejores centrales del mundo, y ambos con excelente dominio del balón, la inteligencia suprema de Modric, y un toque de distinción de Jude Bellingham.

Pero el fútbol es una caja de sorpresas en “loop” constante, y a los 90+1′ Celta estuvo al borde de la igualdad, cuando se fue Alfon por derecha, lanzó un buen centro, y Douvikas desvió el tiro final cuando salía Courtois y el arco parecía grande…

Ganó Real Madrid por 1-2 en su visita a Vigo. Supo jugar y defenderse. Exhibió su enorme categoría, y va, como siempre, en búsqueda del título.

Hernán O’Donnell

Valladolid tomó aire, en un partido cambiante y lleno de emociones

La Liga española transita sus fechas iniciales, pero ya empieza a vislumbrarse el panorama de como será el desarrollo a lo largo de la temporada 2024/25. Los equipos que luchan por el título, aquellos que sueñan con llegar a la clasificación de una Copa, y los que sufren por no perder la categoría. El Alavés,, por ahora en la zona media-baja de la tabla, busca su destino; para Valladolid, la permanencia en la categoría es el objetivo. Se enfrentaron, en el coqueto Estadio de Mendizorroza, en Vitoria-Gasteiz, la capital de la comunidad autónoma del País Vasco, en el norte de España. Y fue para la visita, en un partidazo, donde el local se mostró mejor durante la mayor parte del juego, pero entre los errores arbitrales de Mario Melero López, y la reacción propia, el equipo de Valladolid se llevó el triunfo.

Crédito: @realvalladolid

El conjunto vasco formó con: Antonio Sivera; Nahuel Tenaglia, Abdelkabir Abqar, Moussa Diarra y Manu Sánchez; Ander Guevara, Antonio Blanco y Jon Guridi; Carlos Vicente, Antonio Martínez y Tomás Conechny.

El equipo de Paulo Pezzolano comenzó con Karl Hein; Luis Pérez, Javi Sánchez, David Torres y Raúl Chasco; Raúl Moro, Eray Comert, Mario Martín y Anuar; Selim Amallah y Mamadou Sylla.

Apenas iban 5′ y Mario Martín se enredó en una salida por derecha. “Tony” Martínez lo fue a presionar, aprovechó el error del y rival y se fue al área, para sacar un disparo fuerte, preciso y bajo que puso el partido 1-0 a favor de Alavés.

Pero poco le duró la ventaja. Una salida rápida del arquero Sivera, un poco apresurada y arriesgada, generó una falta sobre Amallah, y llegó el penal para la visita. Lo ejecutó Mamdou Sylla, a los 16′, y convirtió, para dejar el encuentro 1-1.

Crédito: @realvalladolid

El encuentro se hizo más luchado que jugado, pero empezó a prevalecer el local. Y sobre el cierre del primer tiempo acentuó el dominio, y provocó varias llegadas claras.

A los 34′ el local tuvo un corner a favor, el balón cruzó el área y el cabezazo de Guridi fue bien controlado por Hein. Manu Sánchez erró un tiro simple, aunque el off side previo de Tenaglia lo salvó del papelón, a los 36′. Y a los 37′ un remate de Guridi pasó por encima del travesaño.

Sobre el final de la etapa, Mario Martin hizo una gran jugada individual, y su tiro final pasó cerca, cuando iban 44′ de juego.

Parecía que Alavés sacaba ventaja al comenzar el segundo período, pero el VAR advirtió el off side previo a la concreción de Jon Guridi.

Cuando iban 60′, Luis García hizo dos cambios en el equipo vasco. Luka Romero entró por Tommy Conechny, y Joan Jordán reemplazó a Antonio Blanco.

El dominio del local duró los primeros veinte minutos del segundo tiempo. Luego, comenzó a animarse la visita. A los 67′ Sylla encaró un gran contragolpe, cortado por Diarra para sacar al corner.

Crédito: @realvalladolid

Del tiro de esquina, el árbitro fue llamado por el VAR para analizar una jugada que, para nosotros, pegó en la espalda de Guridi. Sin embargo, el juez Melero López sancionó penal, y Selim Amallah lo remató con eficacia para hacer el gol de Valladolid y revertir el marcador. A los 71′. la visita se imponía por 1-2.

García hizo dos cambios más en el equipo del País Vasco; a los 73′ Asier Villalibre entró por Jon Guridi, y Abderrahman Rebbach ingresó por Antonio Martínez. En la visita, Kike Pérez ingresó por Mario Martin; Juma Bah reemplazó a Javi Sánchez, y Víctor Meseguer entró por S. Amallah, también a los 73′.

Pero el viento había cambiado, y era el visitante el que dominaba el partido. En lo futbolístico, en lo físico, y en lo psicológico. Luka Romero perdió un balón en zona de ataque, contraatacó el Valladolid, y tras una gran corrida, Sylla se escapó por izquierda, lanzó el centro y Anuar, con un tiro cruzado, puso el 1-3 para el equipo visitante.

Se jugó García la última carta, a los 77′, y puso a un delantero, Kike García, por un volante, Ander Guevara. En Valladolid, a los 84 Juan Latasa reemplazó Mamdou Sylla.

Y pudo llegar el cuarto, con un cabezazo de Sylla, a los 88′, que pasó apenas encima del travesaño. Luego, fue reemplazado por Stanko Juric, a los 89′ de juego.

No estaba todo terminado. Alavés insistía y cuando iban 90+6′ Kike García paró un balón de espaldas al arco, giró, y sacó un tremendo disparo que se convirtió en el gol de Alavés y dejó el partido en un enorme suspenso por el 2-3 del marcador.

Valladolid sufría, y Alavés se esperanzaba. Tuvo un tiro de esquina a los 90+7′, pero de ese corner el árbitro vio una indescifrable falta, que generó la protesta de Kike García, que no pareció exagerada, pero el juez en pocos minutos le sacó amarilla y la segunda tarjeta, que derivó en la roja y expulsión, cuando ya iban 90+8′ de juego.

Ahí se acabaron las chances del local, aún cuando lanzó un último ataque. Valladolid se abrazó y celebró la victoria. Había sufrido el partido, reaccionó en la media hora final, tuvo algunos fallos que lo beneficiaron, y puso una enorme voluntad para torcer el rumbo del juego que le permite tomar un poco de aire, en esta locura que significa luchar por mantener la categoría.

Hernán O’Donnell

Messi regresó a su tierra con una actuación magistral, y la Argentina metió media docena de goles

El regreso de Leo Messi a las canchas argentinas no pudo haber sido mejor. Como un sueño perfecto, la multitud que se acercó al Estadio Monumental para observar la vuelta del ídolo, pudo gozar de una actuación magnífica del Capitán, una alta producción colectiva, y una goleada demoledora por 6-0 sobre Bolivia, que hasta sonó como una suerte de desquite por aquella caída estrepitosa en La Paz, hace ya más de quince años.

Como sea, la Argentina no desperdició nada de lo que le ofrecía la noche. Jugó, tocó, atacó, lastimó y goleó. Mantuvo la concentración hasta el final, y respetó al rival y al deporte, al fútbol.

El equipo de Lionel Scaloni formó con Gerónimo Rulli; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Enzo Fernández, Alexis Mac Allister; Lionel Messi, Lautaro Martínez y Julián Álvarez.

El equipo de Bolivia comenzó con Guillermo Viscarra; Diego Medina, Luis Haquín, Marcelo Suárez, José Sagredo; Miguel Terceros, Roberto Fernández, Gabriel Villamil, Robson Tome, Ramiro Vaca; Carmelo Algarañaz.

Argentina tomó muy pronto el balón y el control del juego. Bolivia se paró con una línea de cuatro, cinco medios y sólo Algarañaz en la ofensiva. Trató de contener al local, de no cederle espacios, de mantener juntas las líneas. Y por un rato, el esquema le dio resultado. Porque achicaba espacios, y a la selección le costaba entrar, pero hizo de la paciencia una virtud, y controló la pelota a la espera de hallar el agujero para lastimar.

Un centro y un cabezazo de Robson Tomé que controló Rulli, a los 13′, fue la primera aproximación de la visita. después, todo continuó bajo la tutela del local.

Llegó el local con un remate de Álvarez, a los 15′, y a los 18′ abrió el marcador. Se resbaló Suárez, presionó muy bien Lautaro Martínez, de esa recuperación el balón le llegó Lionel Messi, quien se fue al arco y definió con su enorme categoría para poner el 1-0 a favor de Argentina.

El local consiguió el gol que le daba la serenidad justa para manejar el partido sin ansiedad, y Bolivia no modificó su esquema. Salirse del libreto podía conllevar problemas y mantuvo el plan original. El problema fue que la Argentina no se conformó. Aceleró, y liquidó el pleito. A los 33′ Leo Messi ejecutó con maestría un tiro libre que el arquero Viscarra sacó al corner, con un notable vuelo. Era el preludio de la tormenta que se le avecinaba.

Cuando iban 42′ Julián Álvarez puso un pase profundo y notable para el pique de Messi, quien con un leve giro para perfilarse al arco, ganó metros decisivos de ventaja a su marcador, corrió hacia la meta rival, y cuando tenía todo para definir, en un acto de extrema generosidad cruzó el balón a su izquierda para que Lautaro Martínez pusiera el 2-0 para la Argentina.

Y ya en el descuento, a los 45+2′, Messi realizó un rápido tire libre para asistir a Julián Álvarez, que con un tiro combado colocó el 3-0 a favor del local.

En el segundo tiempo, el dominio de Argentina se hizo ostensible. Mucho más marcado, porque Bolivia ya casi ni pudo cruzar la mitad de la cancha. Todo fue un monólogo del equipo local. Y a los 64′ abrió la primera ventana de modificaciones, con tres cambios: Exequiel Palacios entró en lugar de Rodrigo De Paul; Thiago Almada ingresó por Julián Álvarez, y Leandro Paredes reemplazó a Alexis MacAllister.

En la visita, enseguida llegaron dos variante, Luis F. Paz ingresó por Roberto Fernández, y Lucas Chávez entró en lugar de Miguel Terceros, cuando iban 66′ de juego.

Pero nada modificó el desarrollo del partido. los cambios fueron solo de protagonistas, porque el dominio argentino se profundizó con el cuarto gol, convertido por Thiago Almada tras una gran jugada colectiva, que puso el marcador 4-0 para la Argentina, cuando iban 68′.

Entonces, Lionel Scaloni decidió hacer los dos cambios que le quedaban en la segunda ventana de variantes. Iban 72′ cuando Lisandro Martínez entró por Nicolás Otamendi, y Nicolás Paz reemplazó a Lautaro Martínez. Fue más que auspicioso el debut de Nico Paz, porque se destacó con cada toque, pisada, giro y gambeta. Un show de fútbol en veinte minutos.

Oscar Villegas, el entrenador visitante, hizo la tercera y cuarta modificación de su equipo a los 78′ de juego; Enzo Monteiro entró por Carmelo Algarañaz, y Adalid Terrazas ingresó por Robson Tome.

Todo parecía concluido. pero quedaba diez minutos más de espectáculo, y la Selección decidió ofrecérselo a la gente. A los 81′ Messi armó una monumental jugada individual, eludió a dos hombres y sacó un tremendo remate que se fue afuera por muy poco. Era la señal de que no todo estaba terminado.

Por eso, El Rey expuso su corona con dos gritos más. A los 83′ gambeteó a Suárez, y sacó un remate cruzado para poner el 5-0 a favor del local.

Y cuando iban 85′ Nico Paz fue el gestor de una enorme jugada. Primero con la apertura a Fernández; luego para devolverle una pared a Messi, quien aprovechó para sacar un remate lejano que se transformó en el 6-0 para la Argentina.

Un show de luces, goles y fútbol propuso la Argentina. Comenzó paciente y terminó indomable. Para regalar otra noche feliz a un público que la sigue con fidelidad y admiración.

Hernán O’Donnell

La Fe de Atlanta lo llevó al empate y a mantener una última ilusión

Atlanta jugó un buen partido ante Deportivo Madryn. Perdía sin merecerlo, empató a poco del final, y en el balance dejó la sensación que mereció llevarse algo más. Tuvo un correcto primer tiempo, algo más complicado el segundo, pero siempre mantuvo la iniciativa, los cambios le dieron más energía y la Fe lo sostuvo para no bajar los brazos. Ahora depende de muchos factores para alcanzar la clasificación al reducido; difícil, pero no imposible. Deportivo Madryn no tuvo una buena noche, aunque su clasificación es una realidad y el ascenso, un sueño posible.

El local formó con Alejandro Sánchez; Mauricio Rosales, Cain Fara, Tomás Rojas y Tomás Silva; Gabriel Vega, Nicolás Previtali, Alejo Dramisino; Federico Bisanz; Leonardo Marinucci y Eric Bodencer.

La visita alineó a Yair Bonnin; Mauro Peinipil, Facundo Giacopuzzi, Pablo Calderón y Hernán Zuliani; Bruno Pérez, Federico Recalde, Nicolás Sánchez, Diego Crego; Juan Peinipil y Brian Ferreyra.

Fue más Atlanta desde el comienzo, y tuvo un par de llegadas, a través de un tiro de Bodencer, a los 8′, y otro disparo cruzado del delantero, a los 10′, que se desvió un poco más.

Madryn se defndía, y recién a los 17′ tuvo un disparo de Mauro Peinipil, que se desvió en un defensor y salvó el “Oso” Sánchez.

Cuando mejor estaba Atlanta, llegó el gol de la visita. Un contragolpe con algo de fortuna, porque Sánchez tapó el doble remate de los atacantes visitantes, pero la última pelota le quedó a Juan Peinipil que puso el 0-1 para Deportivo Madryn, cuando iban 33′ de juego.

Reaccionó el local. atacó con más fuerza. Tuvo un disparo fuerte y cruzado de Federico Bisanz que pasó al lado del palo izquierdo, a los 36′. Una buena jugada de Alejo Dramisino culminó con un remate cercano, cuando iban 40′. Y Madryn cerró el primer período con un disparo alto de Crego, a los 45′.

Atlanta no tuvo tanta profundidad en el segundo tiempo, pero no perdió la Fe, ni la insistencia en ataque. A los 55′ Marinucci probó con un tiro que se fue apenas alto. A los 57′ llegó la primer a variante en la visita: Estanislao Jara entró por Nicolás Sánchez.

Luis García, el DT local, hizo dos variantes a los 64′; Nicolás Medina entró por Federico Bisanz, y Joaquín Susvielles ingresó por Eric Bodencer. Y los cambios le dieron resultado, porque tuvo más peso Susvielles en aguantar la pelota, y Medina le dio mucha velocidad y vértigo al ataque.

Leandro Gracián, el entrenador del equipo de Chubut, hizo la segunda y tercera modificación a los 67′ de juego: Julián eseiza ingresó por Juan Peinipil, y Jonathan Palacio reemplazó a Brian ferreyra.

Pero el dominio continuaba en poder del “Bohemio” y a los 69′ Vega metió un tremendo remate que salió apenas alto.

García continuó con más variantes, para que Atlanta tuviera más aire y fuerza en la búsqueda de la igualdad. A los 73′ Jonathan Cañete entró en lugar de Alejo Dramisino, y a los 79′ efectuó las dos últimas modificaciones: Luis Arroyo reemplazó a Leonardo Marinucci, y Nicolás Mosca entró por Tomás Silva.

Gracián buscó cerrar el partido y a los 81′ realizó sus últimos dos cambios. Mauricio Mansilla entró por Mauro Peinipil, y Álvaro Dionisio reemplazó a Bruno Pérez.

Hasta que la justicia apareció en la noche lluviosa de Villa Crespo y Luis Arroyo puso el 1-1 cuando iban ya 83′ de juego.

Lo pudo ganar el “Bohemio” a los 90+1′ con un tiro de Gabriel Vega que pegó en el travesaño. Se hubiera acercado un poco más a la justicia, porque Atlanta jugó mejor que Deportivo Madryn e hizo méritos para llevarse algo más. Y si no se quedó sin nada es porque nunca perdió la Fe.

Hernán O’Donnell

Arsenal lo jugó como una final anticipada, ganó con justicia y tomó un poco de aire

Quedan dos fechas para terminar el Campeonato de Primera Nacional 2024. Arsenal y Patronato se enfrentaron en un duelo clave para la permanencia, porque mientras las luces y las miradas apuntan arriba a la zona de clasificación, en el fondo de la tabla luchan y sufren por no perder una categoría preciada y valiosa. Era una suerte de final anticipada, y como tal la tomó el local. Atacó desde el comienzo, sacó ventajas en el complemento, y consiguió tres puntos de oro para soñar con la continuidad en la segunda división del fútbol argentino.

El equipo de Sarandí formó con Facundo Masuero; Abel Amaya, Alexis Sosa, Balthazar Bernardi y Nahuel Frascone; Andrés Ayala y Nicolás Domingo; Ignacio Sabatini, Lautaro Guzmán y Valentín Serrano; Lucas Ríos.

El conjunto de Paraná comenzó con Julio César Salvá; Gonzalo Asís, Gabriel Díaz, Joel Ghirardello y Diego Martínez; Gustavo Turraca; Walter Rueda, Emanuel Dening, Juan Barinaga y Emiliano Purita; Alan Bonansea.

Arsenal salió decidido. Con empuje, ganas, la habilidad desequilibrante de Lautaro Guzmán, el ímpetu de Sabatini, la movilidad de Ríos, y las ganas de todos, volcó el partido hacia el área local. A los 6′ Ignacio Sabatini metió un gran centro, disparó Lucas Ríos y atrapó Salvá. Cuando iban 11′ un tiro libre Abel Amaya se metía en el ángulo superior derecho de Salvá, y el arquero sacó la pelota al corner con un puñetazo.

Patronato pudo llegar a los 15′, con un tiro libre que ejecutó Juan Barinaga y Facundo Masuero desvió al corner.

Volvió a llegar el local. Iban 22′ y Lucas Ríos se escapó por el pasillo interno derecho y al llegar al área metió un fuerte tiro que controló el arquero visitante.

Después, el partido decayó. Arsenal bajó el ritmo, Patronato se conformó, y el cierre del primer tiempo se llenó de bostezos.

En el complemento, el equipo del Viaducto salió con la misma actitud: ofensiva y ambiciosa. A los 48′ Lucas Ríos sacó un tiro fuerte y cruzado, que salió muy cerca.

Cuando iban 57′, José María Bianco dispuso el primer cambio en el equipo local. Agustín Maziero entró por Lautaro Guzmán. Y tuvo una chance rápido, a los 62′, con un disparo fuerte, que pasó muy cerca.

Patronato buscaba sus posibilidades, y de a poco se soltó. A los 63′ Asís trepó por derecha tras recibir un cambio de frente, combinó con Bonansea, abrieron a la derecha para el ingreso de Walter Rueda, quien sacó un tiro fuerte que pasó pegado al travesaño.

Diego Pozzo, el entrenador del conjunto visitante, realizó los primeros dos cambios a los 65′. Juan Perotti ingresó por Gustavo Turraca, y Augusto Picco entró por Emiliano Purita.

Respondió el “Chaucha” Bianco con dos modificaciones en el “Arse”, cuando iban 67′. Matías Lucero entró por Lucas Ríos, e Iván Cabrera ingresó en lugar de Nahuel Frascone. Y en la primera pelota que agarró Lucero, armó una jugada bárbara, de contra, con velocidad y gambeta, para llegar al área y abrir a la derecha para el ingreso de Ignacio Sabatini, quien definió con certeza y puso el 1-0 para Arsenal, a los 68′ de juego.

Ahí el partido dio un vuelco en su desarrollo. Patronato soltó amarras y el local se organizó para jugar más de contra. A los 73′ un buen tiro de Barinaga fue sacado en forma brillante por Masuero.

Cuando iban 76′, llegó la tercera variante en el equipo de Paraná. Franco Coronel reemplazó a Joel Ghirardello. Y a los 82′ se abrió la última ventana de modificaciones en ambos conjuntos. Primero en el local; Nazareno Roselli entró en lugar de Andrés Ayala, y Matteo Trombini ingresó por Valentín Serrano. En la visita, Emanuel Maciel reemplazó a Walter Rueda, y Arnaldo González ingresó por Juan Barinaga.

Se la jugó el equipo de Entre Ríos, y a los 85′ Coronel quedó mano a mano ante Masuero, pero el arquero le sacó su peligroso remate, para darle un cierre a su destacada actuación.

Arsenal metió un buen contraataque a los 86′, cuando se escapó Sabatini y metió un tremendo disparo que desvió Salvá. De ese tiro de esquina, el balón cruzó el área, llegó a la izquierda, y Matías Lucero remató con una excelente comba, que puso el 2-0 a a favor de Arsenal, a los 87′.

Fue el cierre de una tarde feliz en Sarandí. A Patronato le quedó una última chance a los 90′, con un remate de “Pitu” González que salió al lado del palo derecho del arco local. Pero todo estaba sentenciado. Arsenal jugó como una final anticipada, sabía que era una de sus últimas chances y se aferró a la tabla de salvación. Tomó aire, aunque la lucha no terminó.

Hernán O’Donnell

Venezuela y Argentina igualaron en un partido más cercano al Waterpolo que al Fútbol

Se pensaba de antemano que iba a ser un partido complicado. Porque Venezuela dejó, hace rato, de ser la “Cenicienta” de Sudamérica, porque el viaje de la Selección estuvo rodeado de inconvenientes, entre los problemas climáticos, y algunos contratiempos con los lesionados y los suspendidos. Pero cuando suena el silbato, y la pelota empieza a rodar, el juego manda. Y todo lo que había pasado antes resultó poco a partir de la intensa lluvia que cayó tres horas antes de empezar el partido, que produjo una enorme capa de agua bajo el césped que hacía casi imposible mover la pelota a ras del suelo. Y lo que debió ser un partido de fútbol, terminó en algo parecido al Waterpolo.

Crédito: @Argentina

Venezuela formó con Rafael Romo; Alexander González, Yordan Osorio, Nahuel Ferraresi y Jon Aramburu; Yangel Herrera, Tomás Rincón y José Martínez; Jefferson Savarino, Salomón Rondón y Yeferson Soteldo.

El equipo de Scaloni comenzó con Gerónimo Rulli; Nahuel Molina, Germán Pezzella, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Enzo Fernández y Thiago Almada; Giovani Lo Celso; Lionel Messi y Julián Álvarez.

Costó mucho hilvanar juego durante el primer tiempo. La pelota no fluía con naturalidad, el agua frenaba cada pase y había que calcular mucho la potencia para que el balón llegara al destino pensado. Los pases eran más cortos de lo imaginado, o los pelotazos se frenaban, y lo que en una cancha normal se hubiera ido lejos, acá cada pelotazo era un peligro incipiente por la frenada brusca del balón.

Así, a los 8′ De Paul le quiso dar la pelota a Otamendi, pero quedó un poco corta. Otamendi se tiró para llegar, pero también se frenó; se la llevó Soteldo y cuando cruzó al medio surgió Tomás Rincón para sacar un fuerte tiro que controló bien Gerónimo Rulli.

Crédito: @Argentina

Sin haber generado demasiado peligro, Argentina abrió el marcador. Iban 12′ cuando un tiro libre de Messi desde la izquierda fue cortado con los puños por el arquero Romo, pero la pelota rebotó, le cayó a Nicolás Otamendi, quien con un repentino pase a la red, puso el 0-1 a favor de Argentina.

El juego continuó en esa pileta indomable, pero Venezuela comenzó a tener más llegadas. A los 20′ probó José Martínez y controló muy bien Rulli. A los 23′ tuvo la chance Salomón Rondón, y su tiro salió al lado del palo derecho de Rulli.

Argentina volvió a avisar cuando iban 28′, y un buen pase de De Paul a Álvarez fue rematado por el ex delantero del City, y Romo supo atajarlo bien.

El local tuvo una nueva chance a los 39′; de un tiro libre, llegó solo Rondón, y su disparo cruzado fue bien sacado por Otamendi, cerca de la línea de gol.

Crédito: @Argentina

Para empezar la segunda parte, Lionel Scaloni hizo una modificación en la Argentina: Gonzalo Montiel ingresó por un errático Thiago Almada. El ingresado se ubicó de lateral derecho, y Molina avanzó a la línea de volantes.

Venezuela atacó desde el comienzo del complemento, y a los 46′ Tagliafico salvó una llegada de Rondón. De ese tiro de esquina, ya a los 47′, Yangel Herrera sacó un tremendo cabezazo abajo, que Gerónimo Rulli tapó de modo excelente. Y a los 50′ otra vez Herrera, esta vez con un disparo de lejos volvió a exigir a Rulli, que de a poco se transformaba en una figura importante de Argentina, al igual que el zaguero Germán Pezzella.

Fernando Batista, DT del local, hizo dos variantes a los 58′: Jhonder Cádiz entró por Tomás Rincón, y Darwin Machís ingresó en lugar de Jefferson Savarino.

Cuando iban 64′ llegó la igualdad. Soteldo amagó por izquierda, sacó un excelente centro, y Salomón Rondón, con un cabezazo certero convirtió el gol de Venezuela que puso el partido 1-1.

Estaba complicado para la Argentina, y Scaloni decidió hacer una segunda variante que le dio mucho resultado. Leonardo Balerdi entró por Giovani Lo Celso. Y acertó el entrenador, porque la línea de tres, con Pezzella, Otamendi y Balerdi, hizo más eficaz la defensa, cerró mejor los caminos y equilibró al equipo, al darle más salida a Montiel y Tagliafico. Además, Balerdi entró muy bien y jugó un gran partido.

Mejoró Argentina y a los 72′ tuvo la jugada más peligrosa, cuando Rodrigo De Paul le puso un pase perfecto a Messi, este entró al área, remató y Romo sacó la pelota al corner. Había sido una chance clara para la Selección.

Sobre el cierre, llegaron las últimas variantes. A los 84′ Lautaro Martínez ingresó en lugar de Julián Álvarez, y Leandro Paredes reemplazó a Enzo Fernández. En el local, a los 90+3′ Edson Castillo entró por el lesionado José Martínez.

Fue un empate pasado por agua. Venezuela tuvo algunas chances más que la Argentina, y cierto predominio del juego, pero cuando armó línea de tres, la visita terminó con varias llegadas. Pero no se puede profundizar demasiado el análisis, cuando hubo poco de Fútbol y mucho de Waterpolo.

Hernán O’Donnell

Argentina, ante el calor y un duro rival como Venezuela

El camino a la Copa Mundial de la FIFA-México, USA, Canadá 2026 continúa sin pausas, y así como dolió la caída en Colombia ante el seleccionado de Néstor Lorenzo, ya la página se ha dado vuelta y en unas horas el Seleccionado Nacional se enfrentará en Maturín, Estado de Monagas, ante el seleccionado local, Venezuela. Una selección que hace rato dejó de ser la cenicienta de Sudamérica y es un equipo duro, que ha vencido a todos los seleccionados, como a los grandes Argentina y Brasil. Y que hizo una gran CONMEBOL Copa América USA 2024, sostenido en el trabajo y la orientación de su entrenador, Fernando Batista.

Crédito: www.media.afa.org.ar

El entrenador argentino, Lionel Scaloni, entiende muy claro lo que se juega Argentina en cada partido, y dejó interesantes reflexiones sobre el partido a jugar. “Es una fecha difícil para la convocatoria, sobre todo por el tema de viajes y traslados. Por suerte pudimos traer a Facundo Buonanote ante la lesión de Alejandro Garnacho, pero en general convocar jugadores de Europa es complicado, porque ya estamos fuera de reglamento. Por eso hay que aprovechar para convocar jugadores de la Argentina, que son muy válidos también, como el caso de Julio Soler, que hizo un gran desempeño en los Juegos Olímpicos París 2024, y que ya estaba en observación”, explicó el entrenador.

“Alexis (Mac Allister) está en dudas; tomaremos la decisión de si puede jugar o ir al banco más cerca del horario del partido. Germán (Pezzella) tuvo un golpe en el partido con Platense, pero estaba bien para venir y veremos el jueves si lo incluimos”, añadió.

“Leo está bien; ya ha jugado varios partidos, y eso es bueno para él y nosotros” comentó respecto a Messi.

Crédito: www.media.afa.org.ar

“La ausencia de Emiliano es importante, pero el que lo vaya a reemplazar es un arquero de nivel de selección, de ligas importantes, y estará por méritos propios”, afirmó sobre la salida de “Dibu” Martínez por suspensión.

Sobre todo lo que rodeó al viaje a Venezuela, afirmó que “todo lo que se habló en cuanto a las condiciones, si se podía viajar o no, los factores climáticos, y demás, sin dudas que fue estresante. Pudimos trabajar bien en los entrenamientos, pero lo que rodeó al viaje y las lluvias y huracanes, generaron cierta preocupación. El rival, Venezuela, es un muy buen equipo; está en una buena condición física y futbolística, juegan en su casa y son de cuidado”.

Mientras se recorren los kilómetros de Miami a Barranquilla, de allí a Maturín, la Argentina piensa y analiza el partido. Con una probable formación, que sería la siguiente: Gerónimo Rulli; Nahuel Molina, Nicolás Otamendi, Lisandro Martínez, Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Enzo Fernández, Leandro Paredes; Lionel Messi, Lautaro Martínez, Julián Álvarez. Por supuesto, hay dudas en el cuerpo técnico, y puede haber alguna sorpresa. Pero ese es el quipo estimado.

Todo se develará mañana, cuando el balón eche a rodar y la Argentina salga a escribir un nuevo capítulo para llegar al próximo Mundial y defender el título.

Hernán O’Donnell

Excursionistas propuso un constante ataque que Los Andes no pudo contener

Excursionistas y Los Andes revivieron un viejo clásico del Ascenso. Un partido grande, muy grande, con dos equipos que supieron transitar por muchos años la “vieja B”, aquella segunda categoría del fútbol argentino que fue amor, pasión y esperanza durante muchas décadas, entre los años ’30 de inicios del profesionalismo, y 1986, cuando se creó el “Nacional B”, para dejar atrás una categoría que supo tener enormes equipos, con grandes hinchadas, y con una radio geográfico que abarcaba la Capital federal, el Gran Buenos Aires, sumado a La Plata, Rosario y Santa Fe. De aquellos años románticos y folklóricos, dos equipos que habitaron esa categoría fueron Excursionistas y Los Andes. Quizás menos tiempo el “Villero”, porque del descenso de 1972 ya no pudo recuperarse para volver a la vieja “B”, con más éxito el “Milrayitas”, de paso por la Primera División en un par de ocasiones.

Se volvieron a ver en el Bajo Belgrano tras 57 años de no hacerlo. Un hecho histórico, coronado con un triunfo claro, amplio y lógico de Excursionistas, que en todo momento fue más que su rival, lo dominó y sometió. Como en estos tiempos de fiebre por la Fórmula 1, el “Verde” fue un bólido que atacó de manera permanente, nunca se cuidó y sacó una diferencia grande de 3-0 final.

El local formó con Nahuel Cajal; Gian Zoratti, Ulises Yegros, Francisco Abre y Santiago Monzón; Matías Martínez, Hugo Zarco, César Peralta; Claudio Galeano; Matías Fernández y Elías Torancio.

La visita empezó con Nicolás Dormisch; Gabriel Carrasco, Lucas Barrientos, Guido Segalerba y Nazareno Fernández; Taiel Arancibia, Gonzalo Cozzoni, Lautaro Torres; Matías González, Ivo Kestler y Facundo Villarreal.

Excursio fue más desde el comienzo. Con una actitud ofensiva y mucha intensidad, metió a Los Andes en su campo, y generó varias situaciones. A los 11′ un disparo de Elías Torancio salió por encima del travesaño; a los 12′, un remate de Matías Martínez, cruzado y potente, salió cerca del palo derecho del arco rival. Eran llegadas claras, sostenidas por un dominio permanente.

El equipo de Lomas recién se acercó a los 20′, con un disparo de emboquillada que salvó Santiago Monzón. Pero retomó el control el local, y a los 24′ un buen disparo de Claudio Galeano pasó por arriba del travesaño, cerca. Cuando iban 33′ un tiro de Matías Fernández fue bien controlado por Dormisch. Era más l local.

Y a los 39′ abrió el marcador con una jugada por derecha, el centro Fernández y el tiro de Elías Torancio puso el 1-0 a favor de Excursionistas.

Siguió el dominio del “Verde” en el segundo tiempo. A los 52′ Matías Fernández ejecutó un tiro libre combado, que pegó en el travesaño.

A los 54′, Matías Martínez hizo una excelente jugada individual que coronó con un buen remate, para poner el 2-0 para Excursionistas.

A los 55′ llegaron dos cambios en Los Andes; Federico Martínez entró por Ivo Kestler, y Axel Paez reemplazó a Lautaro Torres.

Pero nada cambiaba, porque seguía el predominio del “Verde”. A los 61′ Matías Fernández elevó un poco su remate. A los 64′ vino la primera variante del local; Facundo Mateo Figueroa entró por Matías Martínez. En la visita, a los 68′ ingresó Agustín Allione por Gonzalo Cozzoni. El ex Vélez le dio un poco más de claridad al medio, y Los Andes empezó a equilibrar el jugo, que se hizo de ida y vuelta, palo por palo.

Así, a los 69′ Matías González tuvo una posibilidad clara, pero su disparo al medio fue bien tapado por Nahul ccajal.

El segundo cambio en el local vino a los 78′. Miguel López entró por el “Sapito” Galeano. Así, Excursio buscó tener un poco más la pelota y dividirla menos.

A los 82′ Lemos, el DT visitante, efectuó la cuarta y quinta modificación de su equipo. Kevin Miño ingresó por Facundo Villarreal, y Gastón Gerzel ingresó en lugar de Matías González.

Juan Carlos Kopriva, entrenador del “Verde”, hizo las tres variantes que le quedaban, a los 87′ de juego. Juan Cruz Villagra entró por Matías Fernández, Ignacio Maizares reemplazó a Gian Zoratti, y Facundo Ferraro ocupó el lugar de César Peralta.

Todo parecía concluir, cuando Cajal sacó largo, Miguel López alargó para Mateo Figueroa, este le ganó el pique a la defensa, y sacó un tiro fuerte que el arquero rival no pudo contener, para poner el 3-0 final a favor de Excursionistas, cuando iban 90+1′ de juego.

Fue una noche feliz para Excursionistas. Una noche de gala, con un ataque constante y una goleada frente a un rival grande, que hacía mucho tiempo no recibía en el Bajo Belgrano. Una noche para invitar a soñar.

Hernán O’Donnell

Platense y River se perdieron en la oscuridad de la noche

Platense y River reeditaron una nueva versión de un viejo “clasico” barrial. Un enfrentamiento que tiene una historia larga y profunda, en el que el hilo conductor fue (y es aún) la cercanía entre ambos estadios. Desde la época en que el “Calamar” tenía su hogar en Manuela Pedraza y Cramer, y el “Millonario” llegaba a Figueroa Alcorta y Udaondo, hasta en estos tiempos, donde el “Marrón”, con su cancha en Florida, a orillas de la Avenida General Paz, está a minutos de la casa de River Plate.

Siempre cercanos, siempre vecinos, esta locación hizo de un partido, una gran historia. Pero este encuentro quedará muy pronto en la noche del olvido, porque nunca lograron despertar emociones y todo se redujo a un opaco 0-0.

Platense formó con Juan Cozzani; Bautista Barros Schelotto, Ignacio Vázquez, Gastón Suso y Sasha Marcich; Fernando Juárez y Leonel Pico; Guido Mainero, Vicente Taborda y Franco Minerva; Mateo Pellegrino.

River Plate alistó a Jeremías Ledesma; Fabricio Bustos, Germán Pezzella, Leandro González Pirez y Marcos Acuña; Santiago Simón, Matías Kranevitter, Ignacio Fernández, Manuel Lanzini; Facundo Colidio y Miguel Borja.

El conjunto de Nuñez se mostró un poco más plástico en el inicio, con mucha movilidad en sus medios, como el caso de Simón, Lanzini y Colidio. Pero no podía hacer pesar esa diferencia de jerarquía, porque el “Marrón” supo achicarle espacios, cortarle circuitos y neutralizar intenciones. Entonces, el juego no prosperaba. La visita recién tuvo una chance a los 22′, con un tiro de Simón, que pegó en un defensor y se fu al corner. Después tuvo una más clara a los 26′; comenzó con una buna maniobra individual de Lanzini, quien cedió a Simón, que sacó un tiro cruzado, fuerte y peligroso.

A los 30′, Ignacio Fernández abrió a la derecha para Bustos, el lateral llegó al fondo, y le devolvió la pelota a Fernández, quien remató, y controló el arquero local.

Fue el momento más próspero de River en el primer tiempo. Platense recién pudo llegar a los 36′, con un disparo cruzado de Guido Mainero, que se fue muy cerca del palo derecho de Jeremías.

Para comenzar el segundo tiempo, Marcelo Gallardo dispuso dos variantes en los laterales; Milton Casco entró por Fabricio Bustos, y Enzo Díaz reemplazó a Marcos Acuña.

Y continuó el dominio de River. A los 50′ Borja llegó con un tiro que tapó Cozzani. Asimismo, llegaron otras dos variantes en la visita: Paulo Díaz ingresó por Germán Pezzella, y Franco Mastantuono reemplazó a Ignacio Fernández, cuando iban 52′ de juego.

En el local, a los 59′ Ignacio Schor entró en lugar de Franco Minerva.

Mientras, Gallardo decidió efectuar la última modificación. Claudio Echeverry remplazó a Matías Kranevitter, a los 62′ del partido. Lanzini se paró de volante central, para darle más fluidez y juego a la salida.

En Platense, la segunda variante llegó a los 68′: Franco Baldassarra entró por Vicente Taborda.

El cierre del partido lo encontró a River con la pelota y a Platense bien parado para cortar su juego. Tuvo una llegada, el “Millo”, a los 79′. Corner desde la derecha y el frentazo de Paulo Díaz que detuvo Cozzani.

A los 82′, la dupla técnica local hizo los tres cambios que le quedaban. Carlos Villalba entró en lugar de Guido Mainero, Iván Gómez ingresó por Leonel Picco, y Augusto Lotti remplazó a Mateo Pellegrino.

La última chance la tuvo la visita, a los 85′, con un tiro libre de Mastantuono que pasó apenas por encima del travesaño.

Platense y River mantienen, desde hace muchos años, una rivalidad barrial que siempre le da un sabor especial a este partido. Aunque esta vez, dejaron poco para recordar.

Hernán O’Donnell

All Boys tuvo un primer tiempo arrasador y armó una goleada para ilusionarse

La indiscutible victoria de All Boys sobre San Martín de San Juan tuvo dos tiempos muy marcados. El primero fue para gozar, el segundo para enfriar y esperar que el tiempo pase. San Martín fue una sombra en el primer período, con los cambios mejoró un poco en el segundo, pero nunca le alcanzó para insinuar una reacción.

All Boys comenzó con Lisandro Mitre; Hernán Grana, Alejo Rodríguez, Maximiliano Coronel y Alejo Tabares; Juan Carlos Salas, Santiago Gallucci y Thiago Calone; Tomás Assennato, Franco Toloza y Juan Pablo Passaglia.

El conjunto sanjuanino formó con Matías Borgogno; José Luis Gómez, Rodriga Caseres, Julián Marchio y Agustín Sienra; Tomás Fernández, Santiago López García, Nicolás Pelaitay y Gino Olguín; Santiago Barrera y Ezequiel Motagna.

El “Albo” fue una tromba desde el inicio. Tuvo mucha velocidad, energía e intensidad. Al minuto llegó por izquierda, con un desborde de Franco Toloza, y el remate de Tomás Assennato que pasó al lado del palo derecho de la visita. A los 5′ tuvo un centro desde la derecha, y el cabezazo de Calone fue controlado por Borgogno. Cuando iban 14′ Tomás Assennato remató cruzado y de emboquillada, pero el balón pasó cerca.

Era muy fuerte el asedio del local, hasta que a los 23′ abrió el marcador, con un tiro de esquina que cabeceó muy bien Juan Carlos Salas para poner el 1-0 a favor de All Boys.

San Martín no estaba en el partido. Sólo el batallar de Pelaitay y la voluntad de López García, pero el resto estaba fuera de sintonía. Para colmo, a los 27′ se lesionó el lateral Agustín Sienra, y su lugar lo ocupó Ian Pérez.

Era todo del local. Manejaba el balón, atacaba y preocupaba. Cuando iban 33′ un tiro de Calone fue sacado al corner por el arquero. Y de ese tiro de esquina, otra cabezazo cruzado de Juan Carlos Salas puso el 2-0 para All Boys, cuando iban 34′ de juego.

Cuando Maximiliano Coronel puso el 3-0, de penal, a los 41′, quedó la sensación de partido definido. San Martín recién tuvo su primera llegada a los 45+1′, cuando Pelaitay recibió un centro de la derecha, puso un cabezazo bajo, y Lisandro Mitre desvió al corner.

Raúl Antuña, entrenador del equipo sanjuanino, hizo dos variantes para comenzar el segundo tiempo: Tomás Escalante entró por Ezequiel Montagna, y Sebastián González ingresó por Gino Olguin.

Mejoró un poco San Martín, a la vez que All Boys levantó también el pie del acelerador. A los 53′ un buen disparo de Santiago López García fue sacado al corner por Mitre. Parecía que el equipo de Cuyo podía complicar, entonces surgió Mariano Campodónico, el entrenador local, para, con toda sabiduría y buena lectura del juego, abriera de manera paulatina y constante las tres ventanas de cambios, para, de esa manera, refrescar a su equipo, renovar energías y manejar el reloj.

A los 61′ hizo tres variantes; Jonathan Ferrari reemplazó a Maximiliano Coronel; Ignacio Figueroa ingresó en lugar de Santiago Gallucci, y Agustín Gallo ocupó la posición de Franco Toloza.

Un poco más tarde, a los 69′, Alexis Melo ingresó por Juan C. Salas. Y a los 74′, Gabriel Pusula reemplazó a Alejo Rodríguez. En un cuarto de hora clave, frenó el partido, lo enfrió y le cambió el rumbo.

A los 75′ San Martin hizo las dos modificaciones que le quedaba pendientes; Maximiliano Casa entró por Santiago Barrera, y Máximo Masino ingresó en lugar de José L. Gómez.

Pero ya había vuelto a ser el partido del primer tiempo, con un dominio claro del “Albo”. A los 87′ Assennato sacó un buen tiro alto que el arquero visitante desvió al corner.

Y a los 88′, tras un gran tiro de Agustín Gallo, Julián Marchio quiso rechazar en la línea, y la pelota le pegó a Rodrigo Cáseres, que de manera involuntaria la metió en su arco para sellar el 4-0 final para All Boys.

Fue el cierre de una noche de sábado de super acción para All Boys, que tuvo una actuación convincente y una goleada merecida, y le abre el sueño de la clasificación.

Hernán O’Donnell