Archivo de la categoría: Copa Mundial de la FIFA-México, USA, Canadá 2026

Messi regresó a su tierra con una actuación magistral, y la Argentina metió media docena de goles

El regreso de Leo Messi a las canchas argentinas no pudo haber sido mejor. Como un sueño perfecto, la multitud que se acercó al Estadio Monumental para observar la vuelta del ídolo, pudo gozar de una actuación magnífica del Capitán, una alta producción colectiva, y una goleada demoledora por 6-0 sobre Bolivia, que hasta sonó como una suerte de desquite por aquella caída estrepitosa en La Paz, hace ya más de quince años.

Como sea, la Argentina no desperdició nada de lo que le ofrecía la noche. Jugó, tocó, atacó, lastimó y goleó. Mantuvo la concentración hasta el final, y respetó al rival y al deporte, al fútbol.

El equipo de Lionel Scaloni formó con Gerónimo Rulli; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Enzo Fernández, Alexis Mac Allister; Lionel Messi, Lautaro Martínez y Julián Álvarez.

El equipo de Bolivia comenzó con Guillermo Viscarra; Diego Medina, Luis Haquín, Marcelo Suárez, José Sagredo; Miguel Terceros, Roberto Fernández, Gabriel Villamil, Robson Tome, Ramiro Vaca; Carmelo Algarañaz.

Argentina tomó muy pronto el balón y el control del juego. Bolivia se paró con una línea de cuatro, cinco medios y sólo Algarañaz en la ofensiva. Trató de contener al local, de no cederle espacios, de mantener juntas las líneas. Y por un rato, el esquema le dio resultado. Porque achicaba espacios, y a la selección le costaba entrar, pero hizo de la paciencia una virtud, y controló la pelota a la espera de hallar el agujero para lastimar.

Un centro y un cabezazo de Robson Tomé que controló Rulli, a los 13′, fue la primera aproximación de la visita. después, todo continuó bajo la tutela del local.

Llegó el local con un remate de Álvarez, a los 15′, y a los 18′ abrió el marcador. Se resbaló Suárez, presionó muy bien Lautaro Martínez, de esa recuperación el balón le llegó Lionel Messi, quien se fue al arco y definió con su enorme categoría para poner el 1-0 a favor de Argentina.

El local consiguió el gol que le daba la serenidad justa para manejar el partido sin ansiedad, y Bolivia no modificó su esquema. Salirse del libreto podía conllevar problemas y mantuvo el plan original. El problema fue que la Argentina no se conformó. Aceleró, y liquidó el pleito. A los 33′ Leo Messi ejecutó con maestría un tiro libre que el arquero Viscarra sacó al corner, con un notable vuelo. Era el preludio de la tormenta que se le avecinaba.

Cuando iban 42′ Julián Álvarez puso un pase profundo y notable para el pique de Messi, quien con un leve giro para perfilarse al arco, ganó metros decisivos de ventaja a su marcador, corrió hacia la meta rival, y cuando tenía todo para definir, en un acto de extrema generosidad cruzó el balón a su izquierda para que Lautaro Martínez pusiera el 2-0 para la Argentina.

Y ya en el descuento, a los 45+2′, Messi realizó un rápido tire libre para asistir a Julián Álvarez, que con un tiro combado colocó el 3-0 a favor del local.

En el segundo tiempo, el dominio de Argentina se hizo ostensible. Mucho más marcado, porque Bolivia ya casi ni pudo cruzar la mitad de la cancha. Todo fue un monólogo del equipo local. Y a los 64′ abrió la primera ventana de modificaciones, con tres cambios: Exequiel Palacios entró en lugar de Rodrigo De Paul; Thiago Almada ingresó por Julián Álvarez, y Leandro Paredes reemplazó a Alexis MacAllister.

En la visita, enseguida llegaron dos variante, Luis F. Paz ingresó por Roberto Fernández, y Lucas Chávez entró en lugar de Miguel Terceros, cuando iban 66′ de juego.

Pero nada modificó el desarrollo del partido. los cambios fueron solo de protagonistas, porque el dominio argentino se profundizó con el cuarto gol, convertido por Thiago Almada tras una gran jugada colectiva, que puso el marcador 4-0 para la Argentina, cuando iban 68′.

Entonces, Lionel Scaloni decidió hacer los dos cambios que le quedaban en la segunda ventana de variantes. Iban 72′ cuando Lisandro Martínez entró por Nicolás Otamendi, y Nicolás Paz reemplazó a Lautaro Martínez. Fue más que auspicioso el debut de Nico Paz, porque se destacó con cada toque, pisada, giro y gambeta. Un show de fútbol en veinte minutos.

Oscar Villegas, el entrenador visitante, hizo la tercera y cuarta modificación de su equipo a los 78′ de juego; Enzo Monteiro entró por Carmelo Algarañaz, y Adalid Terrazas ingresó por Robson Tome.

Todo parecía concluido. pero quedaba diez minutos más de espectáculo, y la Selección decidió ofrecérselo a la gente. A los 81′ Messi armó una monumental jugada individual, eludió a dos hombres y sacó un tremendo remate que se fue afuera por muy poco. Era la señal de que no todo estaba terminado.

Por eso, El Rey expuso su corona con dos gritos más. A los 83′ gambeteó a Suárez, y sacó un remate cruzado para poner el 5-0 a favor del local.

Y cuando iban 85′ Nico Paz fue el gestor de una enorme jugada. Primero con la apertura a Fernández; luego para devolverle una pared a Messi, quien aprovechó para sacar un remate lejano que se transformó en el 6-0 para la Argentina.

Un show de luces, goles y fútbol propuso la Argentina. Comenzó paciente y terminó indomable. Para regalar otra noche feliz a un público que la sigue con fidelidad y admiración.

Hernán O’Donnell

Venezuela y Argentina igualaron en un partido más cercano al Waterpolo que al Fútbol

Se pensaba de antemano que iba a ser un partido complicado. Porque Venezuela dejó, hace rato, de ser la “Cenicienta” de Sudamérica, porque el viaje de la Selección estuvo rodeado de inconvenientes, entre los problemas climáticos, y algunos contratiempos con los lesionados y los suspendidos. Pero cuando suena el silbato, y la pelota empieza a rodar, el juego manda. Y todo lo que había pasado antes resultó poco a partir de la intensa lluvia que cayó tres horas antes de empezar el partido, que produjo una enorme capa de agua bajo el césped que hacía casi imposible mover la pelota a ras del suelo. Y lo que debió ser un partido de fútbol, terminó en algo parecido al Waterpolo.

Crédito: @Argentina

Venezuela formó con Rafael Romo; Alexander González, Yordan Osorio, Nahuel Ferraresi y Jon Aramburu; Yangel Herrera, Tomás Rincón y José Martínez; Jefferson Savarino, Salomón Rondón y Yeferson Soteldo.

El equipo de Scaloni comenzó con Gerónimo Rulli; Nahuel Molina, Germán Pezzella, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Enzo Fernández y Thiago Almada; Giovani Lo Celso; Lionel Messi y Julián Álvarez.

Costó mucho hilvanar juego durante el primer tiempo. La pelota no fluía con naturalidad, el agua frenaba cada pase y había que calcular mucho la potencia para que el balón llegara al destino pensado. Los pases eran más cortos de lo imaginado, o los pelotazos se frenaban, y lo que en una cancha normal se hubiera ido lejos, acá cada pelotazo era un peligro incipiente por la frenada brusca del balón.

Así, a los 8′ De Paul le quiso dar la pelota a Otamendi, pero quedó un poco corta. Otamendi se tiró para llegar, pero también se frenó; se la llevó Soteldo y cuando cruzó al medio surgió Tomás Rincón para sacar un fuerte tiro que controló bien Gerónimo Rulli.

Crédito: @Argentina

Sin haber generado demasiado peligro, Argentina abrió el marcador. Iban 12′ cuando un tiro libre de Messi desde la izquierda fue cortado con los puños por el arquero Romo, pero la pelota rebotó, le cayó a Nicolás Otamendi, quien con un repentino pase a la red, puso el 0-1 a favor de Argentina.

El juego continuó en esa pileta indomable, pero Venezuela comenzó a tener más llegadas. A los 20′ probó José Martínez y controló muy bien Rulli. A los 23′ tuvo la chance Salomón Rondón, y su tiro salió al lado del palo derecho de Rulli.

Argentina volvió a avisar cuando iban 28′, y un buen pase de De Paul a Álvarez fue rematado por el ex delantero del City, y Romo supo atajarlo bien.

El local tuvo una nueva chance a los 39′; de un tiro libre, llegó solo Rondón, y su disparo cruzado fue bien sacado por Otamendi, cerca de la línea de gol.

Crédito: @Argentina

Para empezar la segunda parte, Lionel Scaloni hizo una modificación en la Argentina: Gonzalo Montiel ingresó por un errático Thiago Almada. El ingresado se ubicó de lateral derecho, y Molina avanzó a la línea de volantes.

Venezuela atacó desde el comienzo del complemento, y a los 46′ Tagliafico salvó una llegada de Rondón. De ese tiro de esquina, ya a los 47′, Yangel Herrera sacó un tremendo cabezazo abajo, que Gerónimo Rulli tapó de modo excelente. Y a los 50′ otra vez Herrera, esta vez con un disparo de lejos volvió a exigir a Rulli, que de a poco se transformaba en una figura importante de Argentina, al igual que el zaguero Germán Pezzella.

Fernando Batista, DT del local, hizo dos variantes a los 58′: Jhonder Cádiz entró por Tomás Rincón, y Darwin Machís ingresó en lugar de Jefferson Savarino.

Cuando iban 64′ llegó la igualdad. Soteldo amagó por izquierda, sacó un excelente centro, y Salomón Rondón, con un cabezazo certero convirtió el gol de Venezuela que puso el partido 1-1.

Estaba complicado para la Argentina, y Scaloni decidió hacer una segunda variante que le dio mucho resultado. Leonardo Balerdi entró por Giovani Lo Celso. Y acertó el entrenador, porque la línea de tres, con Pezzella, Otamendi y Balerdi, hizo más eficaz la defensa, cerró mejor los caminos y equilibró al equipo, al darle más salida a Montiel y Tagliafico. Además, Balerdi entró muy bien y jugó un gran partido.

Mejoró Argentina y a los 72′ tuvo la jugada más peligrosa, cuando Rodrigo De Paul le puso un pase perfecto a Messi, este entró al área, remató y Romo sacó la pelota al corner. Había sido una chance clara para la Selección.

Sobre el cierre, llegaron las últimas variantes. A los 84′ Lautaro Martínez ingresó en lugar de Julián Álvarez, y Leandro Paredes reemplazó a Enzo Fernández. En el local, a los 90+3′ Edson Castillo entró por el lesionado José Martínez.

Fue un empate pasado por agua. Venezuela tuvo algunas chances más que la Argentina, y cierto predominio del juego, pero cuando armó línea de tres, la visita terminó con varias llegadas. Pero no se puede profundizar demasiado el análisis, cuando hubo poco de Fútbol y mucho de Waterpolo.

Hernán O’Donnell

Argentina, ante el calor y un duro rival como Venezuela

El camino a la Copa Mundial de la FIFA-México, USA, Canadá 2026 continúa sin pausas, y así como dolió la caída en Colombia ante el seleccionado de Néstor Lorenzo, ya la página se ha dado vuelta y en unas horas el Seleccionado Nacional se enfrentará en Maturín, Estado de Monagas, ante el seleccionado local, Venezuela. Una selección que hace rato dejó de ser la cenicienta de Sudamérica y es un equipo duro, que ha vencido a todos los seleccionados, como a los grandes Argentina y Brasil. Y que hizo una gran CONMEBOL Copa América USA 2024, sostenido en el trabajo y la orientación de su entrenador, Fernando Batista.

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El entrenador argentino, Lionel Scaloni, entiende muy claro lo que se juega Argentina en cada partido, y dejó interesantes reflexiones sobre el partido a jugar. “Es una fecha difícil para la convocatoria, sobre todo por el tema de viajes y traslados. Por suerte pudimos traer a Facundo Buonanote ante la lesión de Alejandro Garnacho, pero en general convocar jugadores de Europa es complicado, porque ya estamos fuera de reglamento. Por eso hay que aprovechar para convocar jugadores de la Argentina, que son muy válidos también, como el caso de Julio Soler, que hizo un gran desempeño en los Juegos Olímpicos París 2024, y que ya estaba en observación”, explicó el entrenador.

“Alexis (Mac Allister) está en dudas; tomaremos la decisión de si puede jugar o ir al banco más cerca del horario del partido. Germán (Pezzella) tuvo un golpe en el partido con Platense, pero estaba bien para venir y veremos el jueves si lo incluimos”, añadió.

“Leo está bien; ya ha jugado varios partidos, y eso es bueno para él y nosotros” comentó respecto a Messi.

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“La ausencia de Emiliano es importante, pero el que lo vaya a reemplazar es un arquero de nivel de selección, de ligas importantes, y estará por méritos propios”, afirmó sobre la salida de “Dibu” Martínez por suspensión.

Sobre todo lo que rodeó al viaje a Venezuela, afirmó que “todo lo que se habló en cuanto a las condiciones, si se podía viajar o no, los factores climáticos, y demás, sin dudas que fue estresante. Pudimos trabajar bien en los entrenamientos, pero lo que rodeó al viaje y las lluvias y huracanes, generaron cierta preocupación. El rival, Venezuela, es un muy buen equipo; está en una buena condición física y futbolística, juegan en su casa y son de cuidado”.

Mientras se recorren los kilómetros de Miami a Barranquilla, de allí a Maturín, la Argentina piensa y analiza el partido. Con una probable formación, que sería la siguiente: Gerónimo Rulli; Nahuel Molina, Nicolás Otamendi, Lisandro Martínez, Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Enzo Fernández, Leandro Paredes; Lionel Messi, Lautaro Martínez, Julián Álvarez. Por supuesto, hay dudas en el cuerpo técnico, y puede haber alguna sorpresa. Pero ese es el quipo estimado.

Todo se develará mañana, cuando el balón eche a rodar y la Argentina salga a escribir un nuevo capítulo para llegar al próximo Mundial y defender el título.

Hernán O’Donnell

El calor de Barranquilla sofocó los intentos de Argentina

La selección argentina no pudo ante Colombia. No pudo ante el calor, la humedad, la presión constante del local, y un penal dudoso advertido por el VAR, que al cabo fue la diferencia para perder un partido en el que hasta el momento de ese desequilibrio era más que su rival. Después, el calor y el desgaste físico le cobraron caro a nuestro seleccionado, que se desdibujó hasta llegar a un final superado por una Colombia que terminó mejor el partido.

El equipo de Néstor Lorenzo formó con Camilo Vargas; Daniel Muñoz, Yerson Mosquera, Jhon Lucumí y Johan Mojica; Jeferson Lerma; John Arias, Richard Ríos, James Rodríguez y Luis Díaz; Jhon Duran.

El conjunto de Lionel Scaloni comenzó con Emiliano Martínez; Gonzalo Montiel, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Lisandro Martínez; Rodrigo de Paul, Leandro Paredes, Enzo Fernández y Nicolás González; Julián Álvarez y Lautaro Martínez.

Crédito: @Argentina

Argentina comenzó bien el partido, con control de pelota y claridad para el manejo. A los 11′ Julián Álvarez presionó una salida lateral del arquero Vargas, le robó el balón, y sacó un tiro cruzado, que fue la primera situación clara de gol del partido.

Sin embargo, Colombia iba a abrir el score a través de una jugada de pelota detenida. Un tiro de esquina que entretuvieron por izquierda con toques cortos, James Rodríguez lanzó el centro y por atrás de la defensa apareció Yerson Mosquera para poner, de cabeza, el 1-0 para Colombia, cuando iban 24′ de juego.

No perdió la línea el equipo visitante, y volvió a llegar al arco rival. A los 39′ un pelotazo largo de Lisandro Martínez buscó la aparición de Lautaro Martínez, cuyo remate al arco se fue elevado.

A los 43′ fue Lisandro Martínez el que tuvo la oportunidad de media vuelta. Pero su tiro fue desviado al corner. Para comenzar el segundo tiempo, Scaloni hizo un cambio en la Argentina. Nahuel Molina ingresó en lugar de Gonzalo Montiel.

Y siguió bien la “Albiceleste”. A los 47′ Nicolás González tomó una pelota suelta a la que Mosquera no logró llegar, se fue por la banda izquierda y definió con calidad ante la salida de Vargas, para poner el empate, 1 a 1.

Cuando todo parecía que la visita iba a tomar el control del juego, sufrió un golpe muy duro. Iban 55′ cuando el VAR llamó al árbitro Piero Maza para indicarle un contacto de Nicolás Otamendi sobre Luis Díaz. El penal sancionado tras la revisión, fue ejecutado por James Rodríguez, a los 59′, y puso el partido 2-1 para Colombia.

Llegaron dos cambios para la visita. A los 63′, Alexis Mac Allister entró por Leandro Paredes, y Marcos Acuña reemplazó a Lisandro Martínez. Pero todo se le hizo cuesta arriba a la Argentina. Colombia se ordenó para jugar de contragolpe, y a los 71′ Duran tuvo una chance clara, pero resbaló y su tiro fue controlado por “Dibu” Martínez.

Crédito: @Argentina

No fueron soluciones las variantes en la visita. A los 73′ Giovanni Lo Celso entró por Rodrigo De Paul, pero su prestación también fue menor a la del titular.

Colombia hizo sus primeras dos modificaciones a los 78′; Kevin Castaño reemplazó a Jhon Arias, y John Córdoba entró por Jhon Durán.

En Argentina, a los 84′ Scaloni hizo el quinto cambio; Paulo Dybal ingresó en lugar de Enzo Fernández, mientras que a los 87′ Juan Cabal entró por Mosquera, en el local.

Lo pudo liquidar John Córdoba, a los 88′, pero su tiro se fue muy alto. Y a los 90+2′ Néstor Lorenzo hizo la última modificación en el local: Juan Portilla reemplazó a James Rodríguez.

A esa altura, Argentina ya había perdido su poder de fuego en el calor de Barranquilla. El equipo ya no encontró espacios para maniobrar ni para poner a sus delanteros en situación de definición. Colombia terminó más entero y con el control del partido. Fue un tropiezo para la Selección, pero el camino continúa y el Mundial 2026 sigue en el horizonte.

Hernán O’Donnell

Argentina estrenó su nueva corona con una exhibición de Fútbol

La carrera por llegar a la Copa Mundial de la FIFA-México, USA, Canadá 2026 está en su momento más álgido. Se han jugado ya siete fechas y se acerca el tiempo de las tendencias, donde al concluir la primera ronda el panorama comienza a tomar un perfil. Que puede no ser definitivo, pero sí le da forma a la columna de los pretendientes a llegar a la cita máxima del planeta fútbol. Argentina y Chile, al margen de sus distintas realidades, se midieron con el objetivo del Mundial en sus cabezas.

Y fue una exhibición de Argentina, casi desde principio a fin. Con un primer tiempo algo más complicado, sobre todo en el cierre de esa tapa, los últimos diez minutos. Pero antes, durante la primera media hora, el equipo de Lionel Scaloni fue superior. Tuvo el control del balón, atacó con constancia, dominó el terreno. Con Emiliano Martínez; Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Lisandro Martínez; Nahuel Molina, Rodrigo De Paul, Alexis Mac Allister, Enzo Fernández, Nicolás González; Lautaro Martínez y Julián Álvarez en la formación inicial, fue el principal protagonista.

Chile, con Gabriel Arias; Mauricio Isla, Matías Catalán, Paulo Díaz, Pablo Galdames; Rodrigo Echeverría, Felipe Loyola, Marcelino Núñez; Darío Osorio, Eduardo Vargas y Víctor Dávila en su formación inicial, intentó presionar en todos los sectores y ahogar a la Argentina, que siempre tiene como premisa el conservar el balón, jugarlo asociado y nunca rifarlo.

Pero el local se las ingeniaba para sortear la marca adversaria, y fue más durante la media hora inicial, con una chance en los pies de Julián Álvarez, otra en un remate alto de Mac Allister, y otra con un intento de De Paul.

Chile se acomodó un poco en el cierre del primer tiempo, y a los 45′ un cabezazo de Matías Catalán se estrelló en el poste izquierdo de “Dibu” Martínez, en la oportunidad más clara de la visita.

Argentina comenzó con mayor intensidad el segundo tiempo, y en cuanto Alexis Mac Allister marcó el gol que puso el partido 1-0, a los 48′, una sensación de alivio y serenidad recorrió el Estadio Monumental, que esta vez tuvo un aforo de sólo el 75% de su capacidad, por una sanción al público.

A los 50′ entró Giovani Lo Celso por Nico González, y tomó una gran preponderancia para conducir y manejar el ritmo del juego.

Argentina comenzó una etapa demoledora, en la que ya no le permitió al rival ni acercarse a su área. Dominó a voluntad, con un manejo muy claro y preciso. Toques cortos, largos, pero siempre de primera, a lo sumo en dos controles, con mucho dominio de la escena.

A los 78′ efectuó tres variantes: Paulo Dybala entró por Alexis Mac Allister, Alejandro Garnacho reemplazó a Lautaro Martinez, y Marcos Acuña ingresó en lugar de Lisandro Martinez.

Y fue un final a toda orquesta, con el golazo de Julián Álvarez, a los 83′, para poner el 2-0 para la Argentina, el ingreso de Valentín Castellanos por el mismo Julián, a los 88′, y la frutilla del postre, el gol de Paulo Dybala, a los 90′, para cerrar la noche con un 3-0 contundente.

Argentina estrenó su última corona, la de Campeón de la CONMEBOL Copa América USA 2024. Con un homenaje inolvidable al inolvidable Angel Di María, con una función estelar del equipo en el tiempo de juego, y un show de fuegos artificiales al finalizar.

El Campeón del Mundo volvió a subir a escena, porque el Show debe seguir.

Hernán O’Donnell

Lionel Scaloni y Ricardo Gareca, a la hora de empezar el partido

“Este partido nos encuentra en una posición inmejorable, como líderes del grupo. Siempre esta fecha de septiembre es particular, hay muchos jugadores con pocos entrenamientos con sus equipos. Intentaremos seguir manteniendo el nivel y que el equipo siga en la línea en la que lo dejamos. Estamos en una posición interesante y queremos continuar así”, fue lo primero que dijo Lionel Scaloni, entrenador de la Selección Argentina, que en unas horas juega ante Chile, por la Séptima Fecha de la zona CONMEBOL de la Competición Preliminar de la Copa Mundial de la FIFA-México, USA, Canadá 2026.

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Consultado sobre quien va a ser el capitán, respondió: “El proceso de elección del capitán es en base al equipo que jugará de titular. Es importante que el jugador que lleve la cinta sea alguien con quien el equipo se sienta representado. Tenemos muchos jugadores que así lo hacen”, señaló el entrenador.

Enseguida, fue consultado por los homenajes a Ángel Di María y Franco Armani: “El homenaje a Ángel es merecidísimo. Creo que ha sido un futbolista de los mejores de la historia de la Selección. Ha dejado un legado imborrable, y todos tienen que ver lo que él ha hecho. No se ha rendido nunca, ha pasado momentos complicados y ha seguido. De eso se trata un poco la vida y el fútbol. Además de eso, es un chico espectacular y ha demostrado todo lo que vale. Vale también para Franco Armani, quien ha sido importantísimo para nosotros. Nos dejó un legado también espectacular, un tipo en el grupo muy querido, muy profesional y que tiró siempre para adelante”.

También habló sobre el rival, Chile: “Por lo que veo atraviesa un momento de cambio, pero creo que es positivo. Le deseamos lo mejor, Ricardo (Gareca) siempre ha tenido buenas palabras para con nosotros. Chile siempre ha sido un rival difícil y lo será también mañana; vamos a frontar el partido de mejor manera ante un rival que, más allá de que necesite los puntos, siempre es competitivo. Le faltarán dos jugadores importantes, como Claudio Bravo y Alexis Sánchez, pero en el fútbol nunca podés descuidarte”.

A próposito de Gareca, y de tantos otros entrenadores argentinos que dirigen a seleccionados sudamericanos, como Sebastián Beccacece en Ecuador, Gustavo Alfaro en Paraguay, o los mismos Bielsa en Uruguay, Lorenzo en Colombia, Fernando Batista en Venezuela, Scaloni respondió que “Eso habla bien de los entrenadores argentinos, que la gente se ve reflejada en su trabajo. Para nosotros es muy bueno, y ojalá nos vaya a todos bien. Hay seis cupos y medio para el Mundial, ojalá vayamos todos, sería muy bueno”, cuando esta página lo consultó sobre el requerimiento de entrenadores argentinos por parte de seleccionados sudamericanos.

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Ricardo Alberto Gareca, el entrenador de Chile, reflexionó: “Pensamos en ganar el partido. Pero uno puede presentar un equipo que parece muy ofensivo y no generar nada, y a la vez poner un equipo que no parece ofensivo, y atacar mucho y ganar. El tema es pensar como se desarrolla el partido, como se presenta cada situación”.

“El apoyo de la gente será muy importante, tanto la que nos apoye en la Argentina como la que nos va a acompañar cuando juguemos la otra fecha de local”, comentó el DT.

“La selección está en un proceso nuevo, con el retiro de Claudio Bravo que en una decisión propia, por algo natural como es la edad, deja el equipo. Me pasó a mi, que un día me cansé de los entrenamientos, de todo, y dejé el fútbol. También hay chicos jóvenes que buscan su oportunidad. Es un recambio lógico. El grupo se empieza armar y por algo natural van a surgir los líderes. es el proceso que ahora vive la selección”, comentó el “Tigre” Gareca.

Sobre el partido contra Argentina, respondió: “La veo bien a la Argentina. Aunque no esté Messi, Argentina tiene jugadores de gran valía. Obviamente, uno prefiere que no esté, pero la Argentina aún sin Messi y Di María han sacado los partidos adelante. En este caso vamos a jugar un partido en un campo de juego más grande del que jugamos en la Copa América, y espero que hagamos un partido más fluido, con mejor juego. Va a ser un encuentro muy difícil”.

Llegó la hora del partido. Aunque los entrenadores, Lionel Scaloni y Ricardo Gareca, ya lo empezaron a jugar.

Hernán O’Donnell

Argentina se prepara, trabaja y ensaya para la función del jueves

El seleccionado argentino de fútbol ya es un elenco parecido a una compañía teatral internacional, o un grupo musical multitudinario. Es seguido por una legión de fanáticos que los admiran y endiosan en proporciones similares, y que ven cada partido como la presentación de un grupo de artistas que cumplen con una función apta para todo público. Más allá del rival y de la competencia por la que juegue. para la gente, el Campeón es convocante por sí mismo, al margen de que la próxima actuación sea ante Chile, en el estadio Monumental, por la Competición preliminar de la Copa Mundial de la FIFA-México, USA, Canadá 2026. Juega argentina, y con eso basta.

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La práctica del martes a la tarde fue intensa. De lo que se pudo observar, un trabajo de campo exigente, con un ensayo futbolístico de alta entrega. Había que ver a Rodrigo De Paul correr como si fuera un partido por los puntos, o a Cristian Romero chocar como lo hizo ante Ezequiel Fernández, quien no pudo reprimir el resoplido ante el contacto firme con su compañero. No, la selección no le sacó el cuerpo a la responsabilidad, y trabajó como el operario más humilde.

Tras la práctica, un grupo de futbolistas se acercó a dialogar con la prensa. Giuliano Simeone no reprimió su sonrisa y su emoción por la convocatoria. “Mi papá me felicitó, como lo haría cualquier padre con un hijo que representa a su país. Toda mi familia está muy contenta”, señaló.

“Me enfoco en el día a día, pero a la noche cuando me voy a dormir pienso en lo lindo que es estar en la Selección Argentina”, agregó.

“Se dio todo muy rápido. Los Juegos Olímpicos, ahora la selección, quedarme en el Atlético de Madrid. Todo se dio de la mejor manera”.

Valentín Castellanos también expresó su alegría: “Es mucha la felicidad por haber sido convocado, pero también implica una gran responsabilidad. El grupo es muy lindo, muy humilde. Nos hacen sentir muy bien, y también desde nosotros, estar con los Campeones del Mundo implica trabajar para estar a la altura”, expresó.

“Uno trata de hacer las cosas bien en su club; uno siempre lucha por llegar acá, y estoy muy contento”, comentó.

Consultado por esta página acerca del partido ante Chile, respondió: “Es un rival complicado, nos preparamos para llegar de la mejor manera, y día a día vamos a trabajar un poco más para el partido”.

El sol cayó en Ezeiza y los futbolistas se retiraron. Para despejarse en su noche libre y volver mañana a trabajar. Porque el Campeón del Mundo, que volvió a ganar la Copa América, muy pronto volverá a subir a escena.

Hernán O’Donnell

Argentina logró una victoria histórica, pero quedó en duda el futuro del entrenador

Un Super Clásico de las Américas que llegó con antecedentes poco habituales. Con dos equipos que venían de una derrota, la Argentina en su casa ante Uruguay, y Brasil de visitante frente a Colombia. Los dos con un juego discreto, superados por el rival, y con algunas bajas, sobre todo en la “Canarinha”, de mucha importancia. Además, con la atención puesta en la política, las elecciones presidenciales y el cambio de gobierno en el país de la representación “Albiceleste”. Con todos esos detalles poco usuales, llegaron a medirse en el mítico Estadio “Maracaná”, Brasil y Argentina.

Y el partido tuvo ribetes de todo tipo; desde muy serios incidentes antes de comenzar, por los problemas que hubo primero entre los simpatizantes, y luego con la represión indiscriminada de las fuerzas de seguridad, que demoraron el inicio en poco más de media hora. En ese lapso, los jugadores argentinos, y varios brasileños como el capitán Marquinhos, se acercaron a la tribuna de los incidentes, para intentar poner freno a la acción policial, y a llevar calma al lugar. No lo lograron en primera instancia, y los futbolistas argentinos decidieron retirarse a los vestuarios, hasta lograr que les brinden las garantías de seguridad a los hinchas.

Crédito: @Argentina

El partido fue muy intenso, disputado, cortado. Con más infracciones que jugadas elaboradas. Brasil tuvo cierto dominio en el primer tiempo, que se acentuó en el comienzo del segundo. La Argentina nunca dejó de luchar ni de intentar jugar cuando podía, aún con Leo Messi en desventaja física, por una molestia en el aductor derecho que le requirió atención médica y kinesiológica en varios momentos del partido, sobre todo cuando tenía una interrupción.

Así y todo en cuanto tuvo su chance, facturó. Iban 62′ cuando llegó el centro desde la izquierda, ejecutado por Giovanni Lo Celso, y Nicolás Otamendi. con un salto espectacular, y un cabezazo cruzado, puso el balón muy lejos de Alisson Becker, para meterse en su ángulo superior derecho y poner el resultado 0-1 a favor de la Argentina.

Luego, fue aguantar y jugar. La expulsión, exagerada, de Joelinton, a los 81′, fue lapidaria para el local. Con un jugador menos, y la obligación de buscar el resultado, Brasil no tuvo ideas ni rebeldía para quebrar a un equipo que lo esperaba agazapado y con superioridad numérica, para frenar sus avances y lanzar contragolpes preocupantes.

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Pero a la historia del triunfo de la “Albiceleste” en Río de Janeiro, aún le aguardaba un capítulo más. Luego de los festejos en el campo de juego, la alegría en los abrazos, las notas en el terreno para la TV, Lionel Scaloni fue, junto a su cuerpo técnico, a sacarse una foto en medio del Maracaná. Algunas escucharon una voz que decía, “Dale, hagamos la última foto”…

Lo cierto, es que el propio entrenador argentino iba a sorprender con declaraciones ¿inesperadas? en la conferencia de prensa posterior. “Una cosa importante que quería decir es parar la pelota, ponerme a pensar, tengo muchas cosas que pensar en este tiempo, estos jugadores nos han dado un montón a todo el cuerpo técnico, y necesito pensar mucho que voy a hacer. No es un Adiós, ni otra cosa, pero necesito pensar porque la vara está muy alta, y está complicado seguir, y está complicado seguir ganando, toca pensar en este tiempo, se lo diré al Presidente, se lo diré a los jugadores después, porque esta selección necesita un entrenador que tenga todas las energías posibles, y que esté bien”.

Las especulaciones se reprodujeron como reguero de pólvora. Miles de interpretaciones circularon por los medios de comunicación, las redes sociales y los comentarios en la calle, en las oficinas, en los colegios. Se habló de un contrato aún no renovado, y no mejorado, amén de la interferencia política que domina a nuestro fútbol, y que en la semana previa a las elecciones nacionales, ejercieron su peso sobre los jugadores y el cuerpo técnico del seleccionado. Que eso generó días incómodos de trabajo previo al partido con Uruguay, en el que al final, producto de ese ruido, se vio a un equipo perturbado, desenfocado en el juego y superado con claridad por el rival.

Esas interferencias, a veces en forma de sugerencias o pedidos, ocurrieron en varias ocasiones, y a un equipo que siempre quiso mantener una distancia prudente y lógica de los intereses políticos, terminó por fastidiarlo.

Habrá que ver si esas son las razones, si es la suma de algunas de ellas o habrá otras. Solo lo sabe el entrenador, Lionel Scaloni.

Por lo pronto, solo se limitó a expresar sus sentimientos de su forma natural y genuina, saludó con su habitual cortesía, y se despidió. ¿Para siempre?

Hernán O’Donnell

Lionel Scaloni, por la recuperación rápida de la Selección

La caída ante Uruguay resultó un duro golpe, más allá de que el entrenador argentino, Lionel Scaloni, siempre sostuvo que perder era una posibilidad latente. Y que lo más importante era, en el momento que sucediera, recuperarse rápido. Ya ocurrió ante Arabia Saudita, en el primer partido de la Copa Mundial de la FIFA-Catar 2022, y acaba de pasar frente a Uruguay, por la Competición preliminar de la Copa Mundial de la FIFA-México, USA, Canadá 2026.

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Un día antes del partido frente a Brasil, en el Maracaná, Scaloni ofreció una rueda de prensa, en la que dejó conceptos interesantes:

“Siempre dijimos que no éramos imbatibles. Tenemos que recuperarnos rápido. Más allá de perder y de no hacer un buen partido, el equipo compitió y eso me deja tranquilo”, sostuvo en cuanto al momento del equipo.

“Los cambios no van a ser por rendimientos. Si hacemos cambiamos, los haremos para intentar hacerle daño al rival, y que ellos no nos lastimen a nosotros. Brasil tiene jugadores de gran nivel, veloces, con trayectoria en equipos muy importantes”, agregó.

“Es un clásico, se juega en su cancha, y sabemos todo lo que significa. Son jugadores distintos a los de la final de la Copa América y creemos que hay que enfocarse en el presente, eso es lo más importante”, comentó el entrenador.

A las 18 hs del Lunes 20 de Noviembre, la selección viaja a Río de Janeiro. Lo espera una noche de vigilia, ante un Maracaná colmado que rugirá ante un nuevo Clásico de las Américas.

Hernán O’Donnell

Argentina no encontró el rumbo y perdió el invicto en el camino al Mundial

Fue una noche oscura, deslucida, ingrata. Lo resumió mejor que nadie el entrenador Lionel Scaloni, quien en la conferencia de prensa posterior a la derrota ante Uruguay por 0-2, señaló que “La Argentina tuvo un partido incómodo, donde no pudo encontrar los caminos, el rival jugó mejor y ganó de manera justa”, sostuvo con su habitual madurez, sencillez y humildad.

Fue una síntesis clara de lo que sucedió la noche triste de la Bombonera. La selección, que aún en la derrota, se fue aplaudida por la gente, nunca pudo encontrar los caminos hacia el arco rival. Y Uruguay fue sòlido en defensa, ganó el medio campo, y tuvo eficacia para convertir.

Crédito: media.afa.org.ar

Argentina comenzó con Emiliano Martínez, Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico; Rodrigo de Paul, Alexis Mac Allister y Enzo Fernández; Lionel Messi, Julián Álvarz y Nicolás González.

La visita formó con Sergio Rohet; Ronald Araujo, Sebastián Cáceres, Mathías Olivera y Matías Viña; Manuel Ugarte y Federico Valverde; Facundo Pellistri, Nicolás de la Cruz y Maximiliano Araujo; Darwin Núñez.

Argentina intentó tomar el control del juego, pero su dominio no alcanzó los primeros diez minutos. A los 9′ avisó Darwin Núñez con un contragolpe rápido y un remate cruzado, que Uruguay estaba dispuesto a lastimar cuando tuviera una oportunidad. A los 11′, otro ataque visitante fue pligroso; Núñez asistió a Maxi Araujo, y su remate fue tapado por “Dibu” Martínez.

La visita apretaba a los volantes argentinos cuando recibían de espaldas, no los dejaban girar y les cortaban el juego. Con la recuperación, salían muy prontos hacia el arco local. Esa batalla de la mitad de la cancha la ganó el “celeste”, y fue la clave del triunfo. Argentina se sostenía sólo en la capacidad de Messi, que a los 12′ sacó un buen tiro atrapado por Rochet. Después, era un equipo impreciso. A De Paul lo ahogaban cuando estaba de espaldas al arco rival y recibía el pase de Otamendi o Romero; Mac Allister no lograba dominar el centro del campo y Enzo Fernández estuvo desconocido. Igual que Julián Álvarez, de muy baja producción. Nicolás González era, junto a Messi, el más constante y persistente en su rol.

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Pero el problema mayor fue la falta de solvencia en la línea de fondo. Uruguay sumó llegadas porque tampoco la defensa podía cortar. A los 27′ una buena triangulación de la visita se coronó con un tiro elevado de Nicolás de la Cruz; cuando iban 31′ un error en la defensa entre Otamendi y Romero finalizó con otro remate de de la Cruz, desviado.

Y a los 40′ una jugada por izquierda, siguió con el centro de Matías Viña y por el tor lateral, el derecho, apareció Ronald Araujo para poner el 0-1 a favor de Uruguay.

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Los dos equipos empezaron el segundo tiempo con una variante. José María Giménez entró por el lesionado Matías Viña en la visita, mientras que Scaloni decidió incluir a Lautaro Martínez por Alexis Mac Allister en la selección local. De esa forma, la Argentina quedó con una suerte de 4–2-4, con González por derecha, Messi y Martínez por el medio, y Julián Álvarez por izquierda. En el centro del campo, De Paul y Enzo Fernández. Tampoco funcionó. Ni Fernández pesaba en el medio, ni Álvarez podía recorrer la banda izquierda.

A los 52′, se hizo una nueva modificación. Angel Di María entró por Nicolás González. La Argentina atacaba, o buscaba hacerlo, pero se enredaba con la buena agrupación de jugadores uruguayos, que se replegaban en buen número, ordenados y expeditivos.

Lo mejor de la selección ocurrió a los 56′, con un tiro libre de Messi que pegó en el travesaño. Pero no hubo mucho más hasta cerca del final. El segundo cambio de la visita fue a los 61′ R. Betancur entró por Maximiliano Araujo, mientras que en el local Exequiel Palacios reemplazó a Rodrigo De Paul, cuando iban 63′ del partido. Y a los 78′ llegaron las últimas variantes en la Argentina: Marcos Acuña entró por Nicolás Tagliafico, y Giovanni Lo Celso ingresó en lugar de Julián Álvarez.

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La segunda situació clara que tuvo la selección en el complemento ocurrió a los 82′. Un tiro de esquina de Angel Di María fue cabeceado por Lautaro Martínez con exactitud, pero Rochet desvió por arriba, en una gran intervención.

Y en un rápido contragolpe, a los 86′, Darwin Núñez puso el 0-2 para Uruguay, con un disparo cruzado ante la salida de Emiliano Martínez.

Fue el fin del partido. Sólo quedó tiempo para la tercera y cuarta modificación de la “Celeste”; a los 87′ Agustín Canobbio entró en lugar de Facundo Pellistri, y a los 90′ Federico Viñas ingresó por Darwin Núñez.

Argentina tuvo una noche imprecisa y dejó el invicto en las eliminatorias. “Ahora queda revisar el partido, corregir lo que haya que corregir, y levantarse”, fueron las palabras del DT Lionel Scaloni en la conferencia del final. Sabias palabras de quien supo llevar al equipo a lo más alto y entiende, desde la humildad, que el camino nunca es un sendero de rosas.

Hernán O’Donnell