El Clásico del Río de la Plata tuvo una edición más, intensa, luchada y jugada. Un partido que fue pensado, trabajado, en el que la Argentina prevaleció a partir de la inteligencia para elaborar un plan de juego y llevarlo a cabo a la perfección. Supo contrarrestar las intenciones ofensivas de Uruguay, le quitó ritmo, y lo desgastó, para doblegarlo en el segundo tiempo.
Uruguay formó con Sergio Rochet; Nahitán Nandez, Ronald Araujo, José María Giménez, Mathías Olivera; Federico Valverde, Rodrigo Bentancur, De Arrascaeta; Facundo Pellistri, Darwin Núñez y Maximiliano Araújo.
La Argentina comenzó con Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico; Enzo Fernández, Leandro Paredes y Alexis Mac Allister; Gianluca Simeone y Thiago Almada; Julián Álvarez.

El comienzo fue parejo, pero de a poco Uruguay empezó a tener más la pelota, a manejarla, aunque sin profundidad y sin poder entrar en el embudo que la Argentina lo metió, mientras amenzaba con contragolpes rápidos. A los 32′ tuvo un disparo de De Arrascaeta fuerte y bien direccionado, que Emiliano Martínez controló con eficacia.
Respondió Argentina con un tiro de Giuliano Simeone desde un ángulo muy cerrado que Rochet sacó al corner, cuando iban 38′ de juego.
Cuando iban 41′ se lesionó Giorgian De Arrascaeta y debió ser reemplazado por Nicolás de la Cruz. Y con una jugada dudosa en el área local, donde pareció haber una falta sobre Nicolás Tagliafico, se cerró la primera etapa.

En el segundo tiempo, se acentuó el dominio de la Argentina. Empezó a tener más la pelota, a jugarla con inteligencia, a usufructuar el desgaste uruguayo. A los 58′ Marcelo Bielsa decidió hacer la segunda variante de la Celeste, y Brian Rodríguez entró por Facundo Pellistri.
Pero estaba mejor la “Albiceleste”, porque Julián Álvarez bajaba mucho para tener la pelota y hacerse cargo de la organización del juego. El sacrificio de Julián para hacer un enorme despliegue físico tanto para obtener la pelota y luego llevarla para distribuir el juego, fue clave para la producción argentina. Y a los 61′ le puso un pase exacto a Giuliano Simeone, quien intentó gambetear a Rochet, pero el arquero le ganó el mano a mano.
A los 67′ Álvarez armó una jugada por izquierda, cedió a Thiago Almada, quien metió un tremendo remate que se metió en el ángulo superior izquierdo de Rochet, y puso el 0-1 a favor de Argentina con un golazo.
A los 68′ Nicolás González entró por Giuliano Simeone, en el primer cambio visitante. Y enseguida llegaron dos modificaciones más en el local: Rodrigo Aguirre ingresó por Federico Valverde, mientras que Federico Viñas entró por Darwin Núñez, cuando iban 72′.

Pero no mejoró el local, y la Argentina se sintió cómoda en el partido. A los 78′ Exequiel Palacios reemplazó a Alexis Mac Allister. Y a los 86′, Angelito Correa entró por Leandro Paredes, en tanto que Leandro Balerdi ingresó por Tiago Almada.
Uruguay no inquietó al Dibu, la Argentina manejó el juego. Al final, a los 90+4′ fue expulsado Nicolás González por una falta sobre la cara de Nandez. Indiscutible.
Como fue indiscutible la victoria de Argentina, que fue al mítico Estadio Centenario con un plan de juego, lo ejecutó a la perfección y consiguió un triunfo valioso, como tantas veces lo logró en el Clásico del Río de la Plata.

Hernán O’Donnell