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New York City fue contundente y dio un paso adelante en la MLS

La MLS no se detiene. El fin de semana arrancaron los play off, estos octavos de final que traen emoción y tensión en el juego. Fútbol en su máxima expresión.

New Yokr City sacó una ventaja rápida. Iban apenas 4′ cuando llegó el tiro libre desde la izquierda, ejecutado por Matarrita, el rebote y el balón que le llega a Medina, quien libre por la izquierda abre el marcador. El partido quedaba 0-1.

New York se sintió confiado con la ventaja, y a partir de ese momento tuvo unos diez minutos de dominio, con la movilidad de Mitrita, la dinámica de Medina y la potencia de Valentín Castellanos en el ataque. Tuvo una modificación obligada a los 30′ por la lesión de Tajouri, y el reemplazo de Maximiliano Moralez le dio al equipo una cuota extra de buen fútbol y conducción.

Toronto oponía un sistema táctico-estratégico similar; línea de cuatro defensores, doble contención con la participación activa del experto Michael Bradley y Pablo Piatti junto a Pozuelo para armara juego.

Así, el primer tiempo se hizo entretenido, por momentos repartido, aunque siempre New York insinuaba más profundidad. Sobre todo con pelotas detenidas, el equipo de Ronny Deila se hacía peligroso. Cada centro era bien ejecutado y los cabeceadores ganaban en el área de Toronto.

En el complemento New York iba a extender pronto su ventaja. Toronto iba intentar adelantarse en el campo y tratar de dominar las acciones, pero pronto llegaría un golpe contundente.

Iban 54′ cuando Maxi Moralez tomó una pelota de aire y de volea habilitó a la izquierda a Valentín Castellanos. Este se fue por la banda, enganchó hacia el centro cuando llegaba al área y sacó un remate cruzado que venció a Westberg. 0-2 para New York que ya se sentía cómodo en el partido.

Toronto apeló a tres cambios para tratar de remontar el partido. Iban 57′ y el DT decidió que E. Gallardo entrara por J. Nelson, el delantero con experiencia en la selección J. Altidore ingresó por N. DeLeon y J. Osorio reemplazó a P. Piatti.

El partido tomó un rumbo palpable; con la desventaja, Toronto fue al atque, acumuló gente y se volcó al campo de New York, quien se ordenó en su territorio y aprovechó todos los espacios vacíos para amenazar de contragolpe.

Pero para Toronto las cosas no fueron fáciles; tuvo buenas intenciones y un juego atildado, prolijo. Le costaba ser profundo, dar la puntada final, poder romper el cerco que le tejió New York. Carecía de sorpresa, cambio de ritmo y poder de fuego para descontar.

Y sufría en cada contra, hasta que a los 81′ MacKay Steven, que había entrado por Mitrita, corrió un balón por la banda izquierda, con el último esfuerzo pudo conectar al medio para Heber, que había ingresado en reemplazo de Castellanos, y el brasileño, de taquito, habilitó la entrada libre de Maxi Moralez, quien remató sin dificultades para marcar el 0-3 y liquidar el juego.

Ahí se bajó la cortina. Si bien quedaba unos minutos, ya la actitud del equipo de Canadá era otra. Decepcionados, con la frustración de no haber podido revertir el dominio que tuvo New York, más allá del descuento logrado al final, cuando Shafellburg lanzó un centro desde la izquierda, Altidore la bajó de cabeza y Patrick Mullins remató libre para poner el 1-3 a los 86′ de juego.

New York ganó muy bien. Fue más incisivo, más profundo, más contundente. Supo atacar y contraatacar. Incluso tuvo una chance más a los 90+1′ cuando Heber se fue sólo hacia la valla de Toronto y picó el balón sobre la salida del arquero, pero su tiro rebotó en el travesaño. New York mostró muchas cualidades y avanzó a cuartos de final después de una noche de buen fútbol.


Hernán O’Donnell

Juventus recuperó la memoria y es otra vez el Campeón de Italia

Todo dependía de sí mismo; desde hace varias fechas, porque a esta Juventus que llegó agotada al final, con muchos tropiezos, una merma en el rendimiento y hasta un bajón físico, que lo llevó a perder muchos puntos, también lo favoreció la irregularidad de Internazionale y Lazio, amén de la falta de experiencia de Atalanta, que es todo frescura y desfachatez, sumado a un juego vertical y ofensivo encomiable.

Pero la Juve tuvo muchos problemas para llegar a la recta final; la derrota con cuatro goles en contra y una marcada superioridad que le propinó el Milan, el empate complicado con Sassuolo, la igualdad agónica con dos penales frente a Atalanta, la caída dura ante Udinese…un tobogán que solo se vio atenuado por los deslices de sus perseguidores.

Ante Sampdoria volvió a ubicarse Pjanic como volante central, y esto pareció dare una inyección de orden y equilibrio a la mitad de la cancha. Más suelto Rabiot, siempre dinámico para darle movilidad al equipo y más participativo Ronaldo en el inicio del primer tiempo. Con la pelota bajo la suela de Paulo Dybala, Juventus controló el comienzo aunque Sampdoria salió con los dientes apretados y le peleó el partido en todos los sectores del campo.

A los 25′ se produjo una incidencia para marcar: centro desde la izquierda de la Sampdoria, Danilo saltó a rechazar de cabeza y tras despejar el balón impactó con Chabot, y tras el choque de cabezas los dos debieron salir. Por el defensor local entró Bernardeschi y Cuadrado pasó de puntero a lateral. En tanto, por Chabot ingresó Leris.

Y muy pronto se sintió Dybala, con una molestia muscular que lo obligó a dejar el campo para que lo sustituya Gonzalo Higuaín a los 39′ de juego.

Y cuando terminaba el primer tiempo, otra corrida de Rabiot, el único que mantuvo el nivel de juego durante todo este último tiempo, derivó en una falta al francés. La jugó Pjanic para Ronaldo, mientras este salía del área, de la zona de fuego, pero quedaba libre para rematar y a los 45+6′ sacó un tiro cruzado que se convirtió en el 1 a 0 sobre el cierre del primer tiempo.

En el segundo tiempo, Juventus salió a rematar el partido. Con la tranquilidad de tener la ventaja necesaria, contó con un tiro libre que no pudieron alcanzar Higuaín y Ronaldo. Y Sampdoria, en la jugada siguiente llegó con un centro que Leris conectó muy bien y su remate se fue apenas afuera, a los 51′ de juego.

El toqueteo de Juventus empezó a hacerse presente en el segundo tiempo. Con más volumen de juego, porque se hizo patrón Pjanic del centro del campo. Porque Matuidí supo asociarse y porque Gonzalo Higuaín se mostró muy solidario y movedizo para buscar espacios, fabricar salidas, generar contras. En una de ellas, tras un robo de Matuidí, el centrodelantero argentino encabezó la salida, lla llevó por el medio y tras cruzar la mitad de la cancha se la abrió a Ronaldo, quien prefirió enganchar y rematar al arco en lugar de filtrar el pase al pique libre de Higuaín. Lo cierto es que su tiro fue rechazado por el arquero visitante Audero y Bernardeschi arremetió para marcar el 2 a 0 a los 66′ del partido.

Allí quedó resuelta la historia. Sampdoria tuvo sus chances, por ejemplo, con el cabezazo de Quagliarella que Szczezny controló muy bien; enseguida fue la Juve la que tuvo otra oportunidad. Pero cuando se fue expulsado Thorsby en la visita, la cuestión pareció sentenciada. Encima se sumaron las ventanas de los cambios, con otra lesión preocupante para la “Vecchia Signora”, pues a los 77′ se fue lesionado el defensor neerlandés de Ligt, reemplazado por Rugani y Bentancur entró por Pjanic.

Otra contra rápida de la Juve fue elaborada por Higuaín, quien abrió a Ronaldo y esta vez sí, el portugués le devolvió el pase al argentino cuyo remate se fue apenas desviado, a los 81′ del partido.

Sampdoria fue con orgullo y vergüenza deportiva. Con el ingreso de Gabbiadini buscó mayor profundidad en ataque, aunque cada contragolpe de Juventus era un dolor de cabeza. Y a los 88′, ya sobre el cierre, Alex Sandro se fue por izquierda y cuando entró al área Depaoli lo derribó en un cruce abajo; foul del 12 visitante al 12 local. Penal, y esta vez Cristiano Ronaldo falló: su disparo pegó en el travesaño.

El partido quedó 2 a 0. Suficiente para ser campeón, ganar después de una seguidilla de tropiezos ante Milan, Sassuolo, Atalanta, Udinese…y para sacarse también el disgusto de la final de la Coppa Italia perdida ante Nápoli.

Juventus volvió a ganar, volvió a jugar mejor de lo que lo había hecho en los últimos encuentros, recuperó la memoria y ganó un título más en la Serie “A”, en una suma que parece llegará hasta el infinito…


Hernán O’Donnell

La MLS empezó su ronda definitiva y Orlando City presentó su candidatura

Orlando City y Montreal Impact abrieron los octavos de final de la MLS is Back Tournament. La parte más linda del torneo, la ronda definitoria, los partidos donde no hay desquite. Ganar y seguir. Perder significa volver a casa.

El primer partido nos presentó a un Orlando rápido, vivaz, ofensivo. Con esa impronta que le dio Oscar Pareja, de ser un equipo con más vuelo en ataque, más ambicioso. Y enfrente un Montreal que intenta encajar en el perfil y la identidad de su técnico, joven pero con un pasado brillante como futbolista: Thierry Henry.

Desde el comienzo el local fue con mucha decisión al ataque. A los 6′ tuvo una llegada clara que Akindele no pudo conectar. Con la habilidad de Nani, la conducción de Pereyra y el empuje de Mendez, Orlando se las arregló para mostrarse dominante, por momentos avasallante. En el primer cuarto de hora fue muy notorio su dominio, tanto territorial como en la posesión del balón. Y contó con las proyecciones permanentes del lateral Ruan, una salida permanente por el costado derecho, con mucha llegada al fondo y apertura permanente del juego. Henry se deseperaba en tanto su equipo no podía hacer pie en el partido, aunque no renunciaba al estilo prolijo y a jugar el partido sin pelotazos ni revolear la pelota. Aunque era dominado, cuando la tenía, Montreal buscaba salir con buen fútbol, y cuidado por el balón.

A los 20′ Orlando volvió a tener una chance clara, tras el centro de la izquierda y Mueller no pudo llegar a la pelota para buscar el arco.

Montreal tuvo su primera llegada clara a los 25′ cuando Samuel Piette concretó muy bien de cabeza un centro que venía desde la izquierda y el arquero Gallese controló con seguridad.

Tras la pausa para hidratarse, Orlando volvió a sacudir la defensa visitante y Mèndez tuvo una buena ocasión con un remate que el arquero visitante Clement Diop pudo rechazar, a los 37′ de juego.

Y a los 44′ Orlando llegó al tanto, pero el asistente sancionó un offside previo, que no nos pareció, de Mendez y privó al local de abrir el score.

En el complemento el visitante intentó equilibrar las acciones y adelantó sus líneas, pero en cuanto tuvo la oportunidad, Orlando lastimó. La visita había comenzado con una variante: J. Raitala entró por Z. Brault-Guillard.

El local tuvo su chance cuando una pelota que trabó el zaguero fani con Nani derivó en un balón hacia atrás que el arquero Diop no pudo controlar con su pierna ni se jugó a atajarla y el desvío le quedó servido a Akindele quien, con el arco libre convirtió para Orlando City a los 59′ para poner el partido 1 a 0.

Entonces intentó reaccionar la visita. Fue más al ataque, se adelantó en el campo, y procuró buscar espacios con la circulación de la pelota en forma horizontal para tratar de perforar la defensa de City, que de modo lógico se volcó unos metros más allá.

De a poco, Tití Henry movió el banco de Montreal; a los 64′ A. Jackson-Hamel ingresó por Bojan y más tarde, a los 72′, L. Lappalainen entró en reemplazo de R. Fanni. Afuera gente de defensa, adentro hombres ocn más vocación ofensiva.

El local se veía apurado, entonces empezó a hacer las variantes para acomodar su estructura. A los 75′ D. Dike reemplazó a T. Akindele y A.P. Castañeda ingresó en lugar de M. Pereyra.

Y muy pronto acomodó Pareja un poco más al equipo para aguantar atrás y manejar la contra: iban  83′ y dispuso que R. Schlegel entrara por C. Mueller y J. Dezart por J. Mendez. Impact se jugó la carta del argentino Maximiliano Urruti por S. Piette a los 87′ en el último intento por torcer el destino.

Pero no alcanzó. Si bien mejoró su imagen en el complemento, Montreal no pudo revertir el resultado, ese que Orlando City empezó a construir en el primer tiempo con un dominio muy claro y en el segundo lo selló con el aprovechamiento integral de su primera situación en ese lapso para sellar el marcador, ganar con justicia y presentarse como un firme candidato.


Hernán O’Donnell

La actualidad de Milan fue el último escollo para la ilusión de Atalanta

El sueño de Atalanta se detuvo en Milano. Ahora sí parece cuestión de tiempo, unas horas no más, la consagración de Juventus y el fin de la utopía, que por un momento alcanzó a ilusionar a la castigada Bérgamo. Atalanta debía ganar en el San Siro y esperar una mano de la Sampdoria. Le hubiera puesto emoción al final del torneo, siempre con la dependencia de otros resbalones de la Vecchia Signora, pero colocarse a tres puntos, con un partidos más es cierto, por lo menos, por unas horas hubieran cargado de emoción el desenlace de la Serie “A”. Pero la igualdad en un tanto frente al ascendente Milan casi congela la última esperanza.

El primer tiempo fue dinámico, cambiante y entretenido. El visitante salió con su estilo de siempre, desfachatado, ofensivo, audaz. Muy ra´pido mostró sus credenciales, con Alejandro Gómez y Malinovskyi en la conducción, Durvan Zapata como punta de lanza y De Roon en el apoyo. Este último tuvo, a los pocos minutos, un remate preciso que se fue muy cerca del palo izquierdo de Donnarumma. El local sentía el efecto de una defensa con muchos cambios, pues en el último partido se le lesionaron Conti y Romagnoli y llegó al límite de tarjetas Hernández. Calabria, Gabbia y Laxalt fueron sus reemplazantes.

Milan respondió a los 14′ con un espléndido tiro libre de Calhanoglu que se coló en el ángulo superior izquierdo del arquero visitante y el partido quedó 1 a 0. Milan mostraba también sus herramientas. La habilidad de Calhanoglu, la presencia de Kessie, la velocidad de Saelemaekers, la seguridad de Donnarumma y la enorme sabiduría de Ibrahimovic.

En ese ida y vuelta que se armó en la primera parte, Biglia le cometió penal a Malinovskyi, y la ejecución del ucraniano, a los 22′, fue detenida por Donnarumma. El partido se mantenía 1-0 pero Atalanta no se iba a derrumbar. Y encontró, por su actitud, el camino a la igualdad.

De una pelota que se llevaba Lucas Biglia con el pecho, Freuler la fue a buscar, la peleó y ganó el rebote, se fue al área y sacón, incómodo, un remate al arco, que se desvió en Gabbia y Duván Zapata logró el balón para convertir ante la salida de Donnarumma. 1-1 a los 33′.

Con mucha actitud y espíritu de juego de los dos, se cerró el primer tiempo. Todo quedaba abierto para el complemento.

El segundo tiempo tuvo la misma tónica. Dos equipos que buscaron sin especulaciones. Con el estilo atildado de Milan, la audacia de Atalanta y el brillo sobresaliente de Ibrahimovic como figura estelar.

La visita arrancó con una variante: B. Sutalo ingresó por R. Toloi, pero el esquema y la propuesta era la misma del inicio; con Malinovskyi como enlace, Papu Gómez tirado a la izquierda y Zapata en el duelo con Gabbia. Pero cada contra local era una pesadilla. Y tuvo varios sustos el visitante.

El Milan movió el banco con tres cambios importantes a los 60′, cuando Pioli dispuso que G. Bonaventura entrara por H. Calhanoglu, R. Krunic ingresara por Lucas Biglia y R. Leão lo hiciera por A. Rebic. Aire, frescura y vitaminas para la creación, la llegada y el acompañamiento al gran Zlatan.

Atalanta ya había metido a Muriel por Malinovskyi, que no tuvo una buena tarde. Y el equipo iba, auqneu le costaba mucho construir juego. Eran llegadas directas, como ese tiro de Zapata que se fue muy cerca del palo derecho del arco local, tras pegar en Kjaer, después de una buena jugada individual de Muriel, a los 71′.

La respuesta fue una contra que encabezó Ibrahimovic, continuó Leao con una gran corrida y el pase abierto para el remate de Bonaventura que entre Gollini y el palo evitaron la caída de la valla visitante cuando iban 73′ del partido.

No hubo lugar para más. Las emociones se diluyeron como la caída de la tarde. Milan conservó el invicto y la buena racha desde la reanudación del certamen, Atalanta empezó a decirle adiós a la utopía del zarpazo final, que ahora sí, parece cuestión de horas para que Juventus abrace la corona.


Hernán O’Donnell

Juventus volvió a patinar y Atalanta sueña con el milagro

Juventus llega al final de la Serie “A” con la lengua afuera. Agotado en lo futbolístico, con más puntos perdidos que ganados, con pocas luces en el juego y un desgaste físico importante, amén de un declive en lo futbolístico muy notorio. Acaba de perder con Udinese un partido que parecía tener controlado al final de la primera etapa y este nuevo resbalón se suma al empate con Sassuolo, antes el empate agónico con Atalanta, antes la derrota tremenda con el Milan…

Se le escaparon puntos en las últimas fechas de manera categórica, aún con el matiz de la victoria frente a Lazio. Y solo la impericia de Inter y el propio Lazio, quienes fueron sus perseguidores en todo el campeonato y también decayeron de forma alarmante en el cierre del torneo, le permite tener cierta holgura en la tabla de posiciones. Pero cuidado, porque tiene 80 puntos y Atalanta lo persigue con 74; hay 6 de diferencia cuando quedan 9 en juego. Todo indica que es una ventaja importante, pero no determinante, pues en fútbol todo puede suceder. Lo que podría allanarle el camino, una vez más, es que a su adversario en la lucha por el título le cueste sostener el ritmo: Atalanta debe jugar la próxima fecha contra Milan, un partido muy difícil por la excelente actualidad del conjunto “Rossonero”. Otra caída de un rival podría ser otra ayuda para una “Vecchia Signora” que se ha diluído de modo llamativo en el desenlace del torneo.

Frente a Udinese tuvo un primer tiempo prolijo y parecía que a partir del gol de Ligt, a los 42′ de juego, lo iba a poder controlar. Porque cerraba la etapa con la ventaja de 0-1 y una imagen que se potenciaba con Dybala en la conducción y Ronaldo en la definición de los posibles contraataques del complemento, en tanto Rabiot batallaba la mitad de la cancha junto a Ramsey y Bentancur.

Pero todo se iba a descomponer en el segundo tiempo. Udinese se iba a animar, con la figura indiscutida de De Paul, inteligente para conducir y armar juego, preciso con la pegada en jugadas de pelota detenida y muy inteligente para marcar, obstruir y ocupar espacios cuando el balón lo tenía Juventus. Le jugó de igual a igual a Rabiot y encimó a Dybala cuando retrocedía. Partidazo.

Y llegó al empate con un cabezazo preciso de Nestorovski a los 51′ para sellar el 1 a 1.

Allí se agrandó el local. Porque entendió que estaba ante una enorme posibilidad. Dar el golpe ante el puntero del campeonato, derrotar al gigante, sacudir al más poderoso de la península, que empezaba a dar señales de debilidad. Primro con dos cambios urgentes a los 59′: B. Matuidi ingresó por A. Ramsey y Douglas Costa por F. Bernardeschi. Pero el síntoma más marcado fue la salida de Danilo por Juan Cuadrado a los 74′, pues Sema se hacía difícil por izquierda.

La “Juve” se adelantó en el campo y trató de lograr la victoria, pero las ideas se diluyeron al compás de un equipo que extrañaba el aporte de un Ronaldo muy deslucido, los ingresantes no sumaron demasiado y solo quedaba el batallar permanente de Rabiot y la habilidad de Dybala para tener la eplota y tratar de armar circuitos de juego.

El partido entró en una zona final de lucha y diez minutos a todo trapo. Juventus iba por inercia, de Ligt y Rugani se pararon en mitad de cancha e intentaron que a partir de ellos el juego se produjera en el campo local. Udines no se acobardó. Olió sangre y fue a buscar, una y otra vez, con los contragolpes que nacían den De Paul pero se le sumaban Okaka, Noestorovski, Sema…

Cuando el partido entraba en su desenlace llegó el golpe final. Una tremenda jugada producto de la fe y la lucha de los defensores por buscar una pelota dividida en su campo, el pelotazo a Fofana, la escapada del volante, el mano a mano con de Ligt, la gambeta y el desaire al zaguero Neerlandés, el mano a mano con Szczesny, y la definición impecable para marcar el 2 a 1 a los 90+2′ del partido.

Udinese daba el batacazo. Apoyado en un enorme espíritu, unas ganas tremendas y una fe inquebrantable, vencía al más poderoso de la Serie “A”.

Juventus volvía a tropezar y sumaba otra derrota, muy pegada a los últimos resultados, que a excepción de la victoria ante Lazio, se lo vio defeccionar con empates frente a Sassuolo, Atalanta y una caída fuerte frente a Milan.

Todavía tiene margen y el campeonato está al alcance. Pero cuidado, no está todo dicho. Juventus llega con la lengua afuera, con muchos tropiezos. Sí tiene a favor que los rivales también se han resbalado. Pero el fútbol siempre tiene duendes y fantasmas que aparecen en los momentos menos pensados y nunca nada está terminado hasta que termina.


Hernán O’Donnell

Cincinnati fue más práctico y se clasificó a la segunda fase

La MLS entra en su zona de definición. Esta suerte de “Mundialito” que con buen criterio organizaron sus directivos, con todos los equipos en una zona determinada, la ciudad de Bay Lake en Florida, pegada a Orlando y en el Wide World of Sports, el extraordinario complejo deportivo que tiene la compañia Disney muy cerca de los parques temáticos de diversiones. Allí funcionó con todo brillo este certamen denominado MLS is Back Tournament, que empieza a perfilar a sus clasificados a la segunda fase, ya por eliminación directa.

Cincinnati fue más práctico que New York Red Bull y logró el segundo puesto de la zona E y se clasificó. Tuvo orden en la primera parte, a partir del trabajo de Stanko, Medunjanin y Amaya, mientras que los laterales Gyau y Gutman, se desplegaban entre sumarse al ataque y replegarse a la línea de fondo para transformarla en una zaga de cinco defensores.

New York RB buscaba la recuperación y salida rápida al ataque, pero le costaba superar a una defensa cerrada y un arquero, el polaco Tyton, muy firme.

Con el final del primer tiempo llegó el tanto de Yuya Kubo. Pelotazo largo desde el lateral izquierdo, Long la quiere rechazar y la deja corta para el japonés, quien con un tiro lejano marcó el 1 a 0 a los 42′.

En el complemento, el equipo del holandés Jaap Stam le hizo honor a la trayectoria, brillante, del ex zaguero de Manchester United, Lazio, Milan y Ajax, pues se ordenó en el fondo y se preparó para explotar los contragolpes.

Y consiguió dar el golpe definitivo, tras un tiro de esquina cerrado, que Valota cabeceó hacia su arco y el arquero de New York, Jensen, no pudo detener. Iban 56’ y Cincinnati se ponía adelante por 2-0

A partir de allí el conjunto del grupo Red Bull se adelantó en el campo, soltó sus líneas y empezó a empujar hacia el arco del polaco Tyton, pero este se mostró muy seguro y tuvo aciertos en cada una de sus intervenciones.

Chris Armas, el Dt, de New York, intentó primero con tres variantes en la mitad de la cancha: a los 64′ dispuso que J. Stroud entrara por Valot, M. Rzatkowski lo hiciera por C. Casseres y B. Mines reemplazara a Romero.

Y al final, a los 80′, cambió a los dos delanteros: B. White ingresó por D. Royer y T. Barlow reemplazó a O. Fernandez. Pero no hubo caso, porque se mantuvo seguro el arquero de Cincinnati y cerrada la defensa.

Fue victoria y conseguir la clasificación. FC Cincinnati fue práctico y logró dar el paso ansiado para llegar a la segunda fase y soñar con el futuro.


Hernán O’Donnell

El dramático final del Championship estuvo cargado de emociones

En el día final de la temporada 2019-2020 de la English Football League Championship, mucho estaba en juego. Para trece equipos de la liga habían distintas cuestiones en disputa en una fecha decisiva: se determinaría el segundo ascenso directo a la Premier League, como también los últimos cupos para los play-offs por el tercer boleto a la máxima, mientras que el fondo de la tabla estaba en llamas con la lucha por la permanencia en la segunda división inglesa.

El cierre del Championship fue emocionante, con los doce encuentros de la jornada 46 en simultáneo y la constante actualización de goles en cada cancha. La atención sobre cada cruce y la expectativa era enorme: sobre la mesa estaba quién se convertiría en el acompañante del grandioso Leeds United de Marcelo Bielsa a la Premier de forma automática, así como los contendientes a aspirar por el tercer ascenso, y la agónica resolución en la zona baja, con pocos puntos de diferencia entre los equipos en alerta por evitar el descenso a la tercera división.

Como siempre sucede cuando se llega a este tipo de definiciones, de un lado quedaron los festejos, los triunfadores de la jornada, y del otro las tristezas, los equipos que no lograron el objetivo.

El sueño cumplido de West Bromwich

En la atrapante resolución por el segundo puesto, y con ello el otro ascenso directo, West Bromwich Albion fue quien celebró al final del día. Su empate 2-2 ante Queens Park Rangers y la derrota de Brentford fueron suficientes para sostener el segundo lugar y lograr el objetivo de volver a Premier, dos años después de caer a segunda. Los Baggies desataron una ardua pelea por el top 2 ante Leeds, en la que los Whites se impusieron, y sufrieron la constante presión del Brentford, que recién en el final se cayó y cedió terreno, al perder con Stoke City en la anteúltima fecha y de forma dramática en la última con Barnsley, que se jugaba su salvación y la consiguió emotivamente a minutos de finalizar el partido.

El alivio y la permanencia

Luton Town está de fiesta: consiguió un triunfo vital ante Blackburn Rovers por 3-2 y logró sostenerse en su primer año en la categoría luego de escalar de forma ininterrumpida desde League Two (cuarta división).

Barnsley también terminó con festejos y desahogo, ya que consiguió su objetivo de forma agónica, aunque queda pendiente una decisión del tribunal con respecto a la sanción al Wigan, que puede revertir o no la situación. Sea como sea, Barnsley no sólo logró triunfos que parecían improbables en las últimas dos fechas, sino que estaba a minutos de ser condenado a League One hasta que en el minuto 91′ el juvenil Oduor selló el 2-1 que salvó al equipo del descenso y lo mantuvo, al menos por un año más (y pendiente al fallo sobre el Wigan), en el Championship.

La decepción en el fondo

El final triste le tocó a Hull City, Charlton Athletic y al Wigan (a menos que el 31 de julio su apelación por el descuento de puntos sea exitosa), que cerraron la temporada con la peor noticia y la indeseada relegación a la tercera división de Inglaterra. El caso del Wigan es particular: su descenso tiene relación con un descuento de 12 puntos (sin la resta de unidades finalizarían con 59 y en el 13º puesto). El motivo del castigo fue porque el club entró en concurso de acreedores por el impacto de la pandemia en sus finanzas. En caso de que prospere su apelación, quien caería sería Barnsley.

La definición del tercer ascenso

La agonía no fue sólo en estos dos escenarios. El desenlace por la entrada a los play-offs del Championship tampoco se quedó atrás y fue atrapante hasta los minutos finales de la fecha. Lo que parecía difícil, que Swansea City (67 puntos antes de que ruede la pelota en la fecha 46) consiga su lugar en el certamen eliminatorio y deje afuera a Nottingham Forest, que tenía 70 puntos y aún con diferencia de gol tendría ventaja, finalmente sucedió. Los de Gales vencieron 4-1 a Reading, mientras que el Forest cayó por el mismo resultado ante Stoke. Cardiff City también consiguió un lugar en la disputa por el tercer ascenso luego de golear 3-0 al Hull City.

De esta manera, los cruces de play-off serán:

  • Brentford-Swansea y Fulham-Cardiff.

El final de temporada de la EFL Championship se dio en una jornada única en la que se desataron todo tipo de resultados que determinaron el futuro de muchos equipos. Por su parte, en una jornada donde la atención estuvo centrada en las tantas definiciones, el Leeds de Bielsa goleó 4-0 al Charlton, tuvo su merecida coronación, alzó el trofeo y se despidió de la categoría como un justo campeón. Y aún queda pendiente más acción de la liga con la eliminación por el tercer ascenso a Premier League.

La segunda división del fútbol inglés tuvo un cierre cargado de emociones, festejos y decepciones, un final con muchos partidos, diferentes historias que mostraron lo impredecible y lo lindo que es este deporte.

Martín O’Donnell

Zlatan Ibrahimovic lleva al Milan al lugar que se merece

El crecimiento de los “Rossonero” es espectacular. El mejor equipo de la reanudación, podemos decir sin temor a equivocarnos. Un equipo que venció a Lecce, Roma, Lazio, Juventus, Parma, Bologna y ahora, Sassuolo.

En el medio empató con SPAL, tras ir 0-2 abajo, y Nápoli, el siempre duro y complicado Nápoli de Gatusso.

Contra Sassuolo tuvo un partido duro y complicado; el local cumplió también una gran campaña y venía con muy buenos antecedentes. Un triunfo claro ante Lazio en el Estadio Olímpico de Roma donde no solo levantó la desventaja inicial, sino que ganó de visita 1-2 tras mostrar una notable superioridad y empató con Juventus en dos tantos en un partido donde la “Vecchia Signora” contó con dos penales (el primero muy discutible) para igualar.

Milan se vio condicionado por dos lesiones muy prontas que le modificaron la defensa y le quitaron posibilidades de cambios para el complemento, pues solo le quedó una ventana para hacer las tres modificaciones restantes permitidas. A los 10′ se fue lesionado el lateral Conti y lo reemplazó Calabria. Cuando iban 13′ Berardi tuvo una buena jugada para el local que Donnarumma contuvo con seguridad.

Pero Milan dominaba y a los 19′ llegó el golazo de Zlatan Ibrahimovic de palomita tras un centro preciso de Calhanoglu. 0-1 y enseguida la lesión de Romagnoli que obligó al segundo cambio en el visitante con el ingreso de Gabbia.

Pero el local no se resignaba y aprovechó una oportunidad para igualar; centro tras un tiro libre, rechazo de Calhanoglu con el brazo y el VAR que aclara el indiscutible penal. Caputo, a los 41′, lo tradujo en el gol del empate, 1 a 1.

Pero cuando un equipo tiene una figura descollante, sabe que todo es posible. Y muy pronto el sueco iba a tener otra posibilidad, tras una habilitación por el medio, sorteó la salida del arquero Consigli y clavó el 1-2 a los 45+2′ del primer tiempo. Y para cerrar la primera parte, Bourabia se fue expulsado en el local, que tuvo que salir a remontar con un hombre menos.

Stéfano Pioli iba a disponer el tercer cambio de Milan para el inicio del complemento: el uruguayo Laxalt por Hernández, y casi toda la línea de cuatro inicial modificada, excepto por el primer central, el danés Kjaer.

En Sassuolo entraron G. Kyriakopoulos por M. Muldur, F. Magnanelli por G. Raspadori y J. Boga por L. Haraslin.

El local se aldelantó en el campo y a los 55′ Caputo entró solo por la derecha, en una jugada con mucho peligro, pero Donnarumma salió ráido y tapó su remate al arco. Milan respondió con una maniobra exquisita, que empezó con Zlatan en la mitad de la cancha, llevó el balón hasta el área, combinó con Kessie, este le devolvió la pared, y cuando iba a concretar, lo ahogó la salida veloz de Consigli. Era otro de los destellos de la figura sobresaliente del Milan, en un equipo que brotan varias estrellas: Kessie, Calhanoglu, Saelemaekers, Rebic, Bennacer, cuando entran Leao y Paquetá…

Milan era superior y lo mostraba en cada ataque. Sassuolo trataba de jugarle golpe por golpe, pero el Milan asomaba más profundo. A los 73′ Bennacer, tras una serie de pases en ataque, sacó un tiro de afuera que pegó en la base del poste derecho de Consigli. Otra situación para el visitante.

Pioli usó la ventana de cambios que le quedaban para disponer las últimas dos variantes: a los 78′ G. Bonaventura entró por H. Calhanoglu y Lucas Biglia ingresó por I. Bennacer.

Y se lo volvió a perder el Milan cuando Bonaventura remató dos veces muy cerca de Consigli, y el arquero las dos le tapó el remate. Iban 80′ y Milan desaprovechaba otra oportunidad.

Sassuolo mantuvo la esperanza hasta el último minuto, pero más por lo apretado del marcador que por posibilidades reales de acercarse al empate. Milan le había sacado la diferencia justa y si no pudo estirarla fue por la actuación de Consigli y un poco de imprecisión para definir. Pero lo cierto es que la escuadra de Milano no para de ganar, de subir en la tabla y de recuperar la grandeza extraviada de la mano de un sueco desfachatado y espectacular.


Hernán O’Donnell

El sueño de Inter Miami no logra despertar

La franquicia de Miami quiere vivir…como la princesa de la película, se siente atraído por el fantástico mundo del fútbol al que ingresó este año y sueña con insertarse, ser competitivo, meterse, ganar. Un equipo nuevo para una ciudad gigante, hispanoamericana por excelencia y con el “soccer” a flor de piel. Pero le cuesta. El conjunto está lleno de intenciones, tiene trabajo y sacrificio. Pero aún no ha conseguido sumar. Ha caído en sus primeros dos partidos de la temporada regular, y ahora sumó su tercera derrota en el MLS is Back Tournament. Esta vez, su verdugo fue el New York City, un equipo con más desarrollo y experiencia.

El primer tiempo fue entretenido; de poco vuelo futbolístico, pero con intenciones sanas. New York City se paró un poco mejor, tuvo el balón y controló las acciones, pero Miami no se quedó replegado ni atemorizado. Con sus herramientas, fue a buscar el partido. Y si bien se mostraba mejor el conjunto de New York, se las arregló para tener un par de situaciones de gol: un cabezazo de Agudelo que el arquero Johnson desvió al corner y otro frentazo de Morgan que también fue rechazado por el arquero del City.

El equipo de Diego Alonso se mostraba combativo, un poco excedido en la vehemencia, con el recurso del choque al hombre libre en los tiros de esquina que le costó, en el primer tiempo, la amonestación del argentino Figal, y en el complemento, como ya veremos, un poco más caro.

El equipo del norte lucía más sereno, más aplomado. Con la conducción de Tajori y Mitrita y la presencia ofensiva de Valentín Castellanos, insinuaba que podía dar algo más. Y en el complemento lo confirmó.

Miami intentó pararse un poco más adelante. Pero chocaba con el orden en el mediocampo del City, entonces su juego se reiteraba en la posesión, en la distribución del balón con pases laterales y carecía de profundidad. No encontraba los pasillos para flanquear la defensa del equipo azul.

En tanto New York sabía explotar los momentos y los espacios. Por eso de un buen pelotazo de Mitrita nació el gol a los 63′ de juego. Partió el pase largo del rumano al pique de Tajouri, este la controló muy bien, entró libre al área, y cuando le salió Robles lo venció con un tiro cruzado para poner el 0-1 en el marcador.

Miami sintió el impacto y New York se acomodó en el campo. Y llegaron los cambios, que muchas veces le quitan dinámica al partido, le restan inercia como a veces pasa en los amistosos, y en otras oportunidades sirven de refresco o un futbolista se mete bien y cambia el curso del juego. O influye en él. Hablamos de estos tiempos cuando 5 cambios permitidos por equipo determinan 10 futbolistas nuevos en un lapso corto que, a veces, desnaturalizan el libreto, no logran meterse y menos imponerse, entonces el juego disminuye. Se frena.

Sin embargo, el primer cambio de New York fue útil, porque Keaton Parks, que entró a los 67′ por Medina, tuvo una buena adaptación, una rápida interpretación del partido y se metió rapído en la conducción del City.

En Miami entraron B. Sweat por M. Ambrose, L. Nguyen por W. Trapp y el argentino J. Carranza lo hizo por su compatriota M. Pellegrini, todos a los 68′. Más tarde, Alonso haría dos variantes más; a los 79′ entraron J. Chapman por V. Ulloa y A. Powell por D. Nealis; en tanto en la visita salieron los dos hombres que habían marcado diferencia: Maximiliano Moralez entró por A. Mitrita y G. Mackay-Steven lo hizo por I. Tajouri.

Pero nada pudo modificar el rumbo del juego. Miami tenía voluntad, pero le faltaba ese plus de juego para penetrar el entretejido que le proponía el equipo de Ronny Deila. Era una telaraña cerrada, y no encontraba soluciones.

Para colmo, al igual que en el primer tiempo, volvió a apelar a la violencia en los tiros de esquina cuando Agudelo fue a chocar aun rival en el área y sumó una justificada segunda amarilla y la consecuente roja. El equipo abusaba de las infracciones, en una mezcla de impotencia y frustración por la falta de respuestas y soluciones futbolísticas.

New York se mete en la discusión por el título. Miami sumó otra caída. Ha perdido muchos encuentros y aún no conoce el sabor de la victoria, pero lo que no debe perder es la cabeza ni la serenidad para afrontar estos tiempos que asoman complicados en su inicio en la gran aventura del fútbol profesional.


Hernán O’Donnell

Lewis Hamilton traza su camino paralelo al resto

Empezó el Mundial que parece tener dos caminos abiertos y paralelos. Un Campeonato de Fórmula 1 que promete tener muchas emociones, pero que también advierte una trama unilateral, con el rumbo del séxtuple campeón que parece inequívoco, y el resto de la plantilla que pelea, disputa y compite en otra dimensión.

Algo así se vio en el Gran Premio de Hungría. Una competencia fantástica, que estuvo llena de intensidad, que tuvo expectativa desde el inicio y que durante muchos tramos presentó variantes y modificaciones en distintas posiciones. Menos en la primera, porque Hamilton largó en punta y tomó la delantera que nunca dejó, excepto en un momento cuando se detuvo en la primera variante de cubiertas. Pero ganó de punta a punta, como si hubiera jugado a otra cosa, como si hubiera estado en otro mundo mientras sus rivales se debatieron en luchas encarnizadas por ocupar el resto de las ubicaciones.

Fue solo largar y que empezara una carrera cautivante, atrapante. Porque se escapó el inglés, es verdad, pero Valteri Bottas tuvo un inconveniente en la salida y lo pasaron Stroll, Verstappen, Leclerc y Vettel. Le iba a costar a Bottas recomponer su posición, pero el Gran Premio ya comenzaba con novedades.

La estrategia de cambiar neumáticos rápido le dio resultado al equipo Haas, que muy pronto vio a Magnussen y Grosjean ubicados en el segundo y tercer lugar. Se sabía que sería difícil para ellos sostenerse en las más de 60 vueltas que restaban, pero la emoción de vivir ese vértigo valía la pena.

No era bueno el comienzo de Mc Laren; en tanto Norris no podía repetir sus buenas actuaciones de las dos primeras competencias y se resbalaba hacia atrás del pelotón, una mala parada de Carlos Sainz también retrasaba al español.

La lluvia se anunciaba y se demoraba al mismo tiempo. Se la aguardaba pero tampoco llegaba. Y eso generaba dudas e incertidumbre en los equipos, que poco podían prever en cuanto a hacer o no el cambio de neumáticos.

Al promediar la carrera, el libreto estaba escrito, pues Hamilton volaba y se alejaba de Verstappen que había alcanzado el segundo lugar, en tanto por detrás se sucedían los cambios de posiciones en luchas intensas y emotivas. Los Haas, por lógica, empezaron a perder terreno ante autos más veloces, mientras arremetían los Red Bull y el propio Bottas aumentaba su rendimiento. Cada duelo contenía la respiración; Stroll mantenía el tiempo, Alexander Albon también y Vettel aceleraba posiciones, en tanto “Checo” Pérez superó a Romain Grosjean y se metía en la zona de arriba.

El final encontró el duelo tremendo entre Sainz y Leclerc, hasta que el Mc Laren encontró el espacio y pudo superar a la Ferrari, en un duelo por la lucha a entrar en la zona de puntuación. Y Sainz, envalentonado, fue por Magnussen, su siguiente objetivo.

Todo en un marco cambiante y emotivo, se ubicaron detrás del ganador Max Verstappen y Valtteri Bottas en la zona del podio, mientras que Lance Stroll, Alexander Albon, Sebastian Vettel, Sergio Pérez, Daniel Ricciardo, Kevin Magnussen y Carlos Sainz se ubicaron hasta el décimo lugar, todos los que sumaron puntos. Todo fue variado, excepto el primer lugar, ese que dominó Hamilton desde la largada, que lo llevó a reinar en Hungaroring de punta a punta, empezar a dominar las posiciones y construir su sueño de campeón una vez más, mientras pareciera que empieza a correr su torneo paralelo al resto de los pilotos.


Hernán O’Donnell