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Inter avanza con la potencia de Lukaku

El comienzo de Inter fue alentador. Porque mostró una cara interesante, un esquema prolijo y un espíritu decidido para ir a buscar el encuentro. Con la proyección de los laterales, Dambrosio y Young, el pivot de Lautaro y la potencia de Luakaku. Y muy pronto llegó al gol, porque a los 14′ Martínez habilitó a Young, llegó el pase a Romelu Lukaku, el delantero belga que no pudo rematar, y el rebote le llegó a Barella, quien marcó desde afuera del área. 1 a 0 para Inter en Düsseldorf, en el comienzo del juego.

Entonces se abrió el partido. Porque Leverkusen lo fue a buscar, con el talento de Kai Havertz, la dinámica de Demirbay y el tranco de Exequiel Palacios. Pero cuando estaba dispuesto a apretar, le llegó un segundo golpe, con un tanto de Lukaku quien desde el piso pudo conectar un balón que se le iba y a los 20′ Inter pasó a ganar 2 a 0.

El encuentro no se quedó allí. Porque si todos suponíamos que la ventaja le iba a dar tranquilidad a Inter y se adueñaría del control del juego, Leverkusen encontró su espacio y a los 24′ Havertz, un jugador de enorme futuro, marcó el tanto del Bayer y el partido se achicó a 2-1 en el marcador.

Inter se había quedado apretado en el resultado cuando había tenido, asta ese minuto, el dominio del juego. El equipo italiano se había manifestado ambicioso y ofensivo, pero la diferencia le quedó corta, porque una distracción la pagó cara y porque también Leverkusen supo aprovechar su momento.

El primer tiempo finalizó con una imagen mejor de la escuadra italiana, pero el score dejaba la puerta abierta a cualquier resultado para el segundo período.

El complemento tuvo más volumen de juego. Fue más intenso, con más ritmo y aparecieron varias oportunidades de gol, más claras que en el primer tiempo.

Tuvo un buen remate de inicio el Bayer Leverkusen, pero Handanovic reaccionó con rapidez y rechazó con un manotazo. Después llegó la primera ventana de cambios. A los 58′ ingresó L. Bailey por el argentino Palacios en el equipo alemán y Víctor Moses por D. DAmbrosio y C. Eriksen entró por R. Gagliardini en el conjunto italiano. Más tarde, a los 63′ el chileno Alexis Sanchez reemplazó al argentino Lautaro Martínez, en tanto a los 67′ hubo dos variantes en Leverkusen: Wendell entró por D. Sinkgraven y N. Amiri ingresó en lugar de J. Baumgartlinger.

Y Eriksen tuvo un gran pase a Alexis Sánchez, quien quedó solo pero su tiro fue desviado por el arquero Lukás Hrádecky, cuando iban 75′; y a los 85′ volvió a aparecer el arquero finés para salvar al Bayer.

Bayer atacaba y el Inter amenazaba de contras, siempre a partir del trabajo de Lukakau para aguantar el balón y empezar armara las jugadas de contraataque, que al final se complicaron con la lesión de Alexis Sánchez y la imposibilidad de hacer una variante más, pues se habían agotado las tres ventana permitidas.

Pero el Inter se refugió en la confianza de su tanque para soportar la marca pegajosa de Tapsoba y encarar los ataques, en tanto las líneas se replegaban para achicar espacios, con Godín y Bastoni como bastoneros fundamentales.

Así llegó al final, abrazado a la victoria, justa y merecida, y empieza a ver el horizonte de la UEFA Europa League en su camino.


Hernán O’Donnell

Barcelona avanzó tras un tiempo para gozar y otro para sufrir

Nápoli asustó al minuto de juego con un remate en el palo, y enseguida Lorenzo Insigne tuvo otra posibilidad. Era un equipo que mostraba su garra y su disposición a pelear el partido, a atacar. A pesar de que Barcelona se paró como siempre, en campo contrario y con la intención de ahogar al adversario, para recuperar pronto y armarse alrededor de la genialidad creativa de Leo Messi.

Y muy pronto se puso en ventaja, tras un tiro de esquina y el cabezazo de Lenglet para marcar el 1-0 para el local cuando llegábamos a los 9′ de juego.

A los 23’ Barcelona aumentó el marcador. Messi peleó una pelota por derecha, guapeó, ganó y desde el piso sacó UBA precioso remate al segundo poste. 2-0 para Barcelona.
El equipo blaugrana se hizo dueño del juego, porque entre Rakitic y de Jong se encargaron de darle dinámica, Messi abría surcos con pinceladas de trazo fino y Suarez peleaba en ataque como siempre.
Para la visita la cosa era complicada. Aunque Fabian Ruiz buscara, aunque Insigne preocupara o Koulibaly saliera a apagar incendios. Era duro el encuentro y encima llegó el penal con convirtió Luis Suarez y que amplió la ventaja a 3-0 a los 44′
El cierre de la primera etapa le dio una esperanza a Nápoli, con el penal que convirtió Insigne a los 45+3′. 3-1 y no estaba todo perdido.

Barcelona había sido más en el primer tiempo, con un dominio sostenido y una buena actuación colectiva. Hizo cuatro goles, de los que les convalidaron tres. Pero esa diferencia se achicó mucho en el complemento, porque Nápoli salió renovado. Lobotka por Demme para iniciar la seguna parte. Y todos unos metros más arriba, a buscar las espaldas de Piqué y Lenglet, con pases diagonales de afuera hacia adentro y tratar de sorprender al muy eficaz Ter Stegen.

Barcelona era un equipo parado en su campo y dispuesto a salir de contragolpe; con la dinámica de Rakitic, en una tarde muy movida en su función de volante central, la salida constante por de Jong y Sergi Roberto por los costados y Messi a la búsqueda de Suarez y Griezmann para explotar los espacios.

Pero el dominio pasó a ser de Nápoli. Con la dinámica de Fabián Ruiz, la presión de Mertens y los piques constantes de Insigne, el peligro empezó a rondar la valla local. Y pronto Gennaro Gattuso dispuso otros dos cambios: iban 69′ cuando M. Politano ingresó por J. Callejon y el “Chuky” Lozano entró por P. Zielinski; más movilidad y más fuerza en ataque para la visita.

Para Barcelona el segundo tiempo fue más complicado, porque le costó tener el balón y jugar a su juego. Además, aparecieron algunos síntomas de cansancio, algún golpe recibido y la necesidad de ponerle hielo al encuntro para que el tiempo empiece a jugar a su favor.

Gattuso fue por dos cambios más en otra ventana: a los 78′ E. Elmas reemplazo a Fabián Ruiz, de buena tarea y A. Milik ingresó en lugar de Lorenzo Insigne, también de correcta labor.

Nápoli mostró muchas cualidades. Manejo prolijo, dominio territorial, inteligencia para buscar los agujeros en la defensa adversaria, pelotazos a espaldas de los centrales locales… para el conjunto de Quique Settién, era defenderse, correr y tratar de aguantar el balón para que el reloj haga su parte. Y los cambios del final que denunciaron esas intenciones de aguantar. A los 83′ Monchu, un centrocampista, entró por el delantero Antoine Griezmann, y a los 91′ el defensor Junior Firpo entró por el otro atacante del local, el uruguayo Luis Suarez.

Barcelona se aferraba a la diferencia. Ganó un partido que se le hizo difícil en el complemento, pero que justificó a pleno en la primera parte. Todavía tiene mucho para mejorar, pero avanzó en la Champions League y con Messi en el equipo, soñar siempre es posible.


 Hernán O’Donnell

Manchester City ganó por mucho más que los errores de Varane

Una pena que los partidos se superpongan. Y difícil de comprender, porque en esta época donde el fútbol se ve, en exclusiva, por televisión u otra plataforma de transmisión, pero ausente en las canchas pues la gente no puede concurrir, es una lástima que hayan programado tanto Manchester City vs Real Madrid, como Juventus-Lyon, a la misma hora. Dos partidos atrapantes, con resultado del primer encuentro apretado, con lo cual se preveían desquites más que interesantes. Pero así se dieron las cosas y en tren de elegir, optamos por el duelo entre el equipo de Pep Guardiola y el de Zinedine Zidane. El triunfo de City en España por 1-2 obligaba a los “Merengues” a la búsqueda del triunfo desde el inicio. Un gran candidato, al borde del precipicio. El partido para ver.

Manchester City salió a ahogarlo a Real Madrid. A apretarlo bien arriba, a no dejarlo pensar demasiado. Y a los pocos minutos, producto de esa decisión estratégica, consiguió abrir el marcador. Iban 8′ cuando Varane recibió de Courtois dentro del área, se demoró en continuar mientras pensaba la continuidad y Foden le robó el balón, se lo cedió a Sterling quien, libre en el borde del área chica, convirtió el 1 a 0 para el local y quedaba 3-1 el marcador global a favor del City.

En ese momento se abrió el partido, y lo que era un comienzo cauteloso le dio paso a un encuentro más rápido y movido. A los 18′ Sterling armó una excelente jugada individual, que Casemiro salvó al arrojarse al piso cuando el tiro era inminente. City amenazaba. Y Madrid respondió con una jugada de Benzemá, quien había recibido el pase de Hazard, giró el francés y sacó un gran remate que Ederson pudo desviar.

A los 27′ llegó el empate; gran jugada de Rodrugo por derecha, tunel a Joao Cancelo para desairarlo, llegada al fondo y un centro preciso al corazón del área que Benzema transformó en gol con un gran cabezazo. 1 a 1, 3-2 en el global. Un gol más de Madrid, y todo quedaba igualado.

El City volvió a avisar a los 36′ que estaba en partido; jugada de derecha a izquierda, De Bruyne que se la pasa a Cancelo y el remate violento del lateral fue contenido por Courtois, en una chance clara del local.

El final del primer período dejó una imagen mejor del local, que tuvo más dominio territorial y posesión del balón, en tanto el Madrid había tenido un par de llegadas a través de la potencia del francés Benzema. Poco de sus volantes, Kroos y Modric, algo más de Casemiro en la marca y Carvajal en la concentración defensiva. Pero cuando el balón pasaba por De Bruyne, Sterling o Gundogan, City brillaba más.

El complemento empezó a todo City. Perfecto pase de De Bruyne, la entrada de Sterling y Courtois que tapó el segundo tanto del local, para sacar el balón al corner. Fue un inicio fuerte de Manchester City.

Fueron quince minutos de dominio local, con mucha movilidad de De Bruyne y Gundogan, otra llegada que tapó Courtois y un giro brillante de Gabriel Jesús, cuyo remate fue desviado por un buen reflejo del arquero de Real Madrid. Entonces, Zidane decidió el ingreso de Asencio por Rodrygo a los 60′.

Era más el City, y cuando Guardiola decidió que entrara Bernardo Silva por Foden a los 66′, el partido se empezó a volcar. Porque enseguida vino el pelotazo largo del fondo, la falla de Varane en el control, su cabezazo posterior a Courtois que se quedó corto y Gabriel Jesús que aprovechó para ganar el balón y marcar el 2 a 1 a los 68′ de juego.

El gol fue un mazazo para Real Madrid. Perdió la brújula y demostró un gran desconcierto, en tanto el City jugó al juego que mejor juega y que más le gusta. Tener el balón, moverlo y crear espacios. Pases, movilidad y triangulaciones.

A los 80′ entro David Silva por Sterling para profundizar la idea, en tanto Zidane apeló a tres cambios a los 82′ para ver si podía remontar un encuentro que era muy cuesta arriba. Lucas Vazquez reemplazó a D. Carvajal, Federico Valverde ingresó por Luka Modric y L. Jovic ingresó por Eden Hazard. De casi nada sirvió, porque todo depndía de la voluntad, el esfuerzo y la jerarquía de Benzemá, el único sobreviviente en el naufragio, amén de las atajadas de Courtois.

Guardiola decidió que Nicolás Otamendi ingresara por el fatigado Rodrigo y Fernandinho pasó a su puesto original de volante central.

Manchester City terminó el partido con un dominio total, una muestra cabal de superioridad y una alegría envolvente en su entrenador, que ya empieza a diseñar el plan futuro, cuando en Portugal se jueguen los encuentros definitivos.


Hernán O’Donnell

Sevilla ganó con su fútbol clásico y avanza en su Copa favorita

A los 12′ llegó el cabezazo de Koundé, que pegó en el travesaño y se fue afuera. Era la primera oportunidad clara de Sevilla, que había salido decidido a buscar el partido, mostraba una leve superioridad y empezaba a mostrar sus colmillos, en un partido duro, porque Roma no se amilanaba.

Sevilla se ordenaba por derecha, con la salida por Jesús Navas, por izquierda con Reguilón, la firmeza de Koundé y Diego Carlos, la movilidad de Ever Banega y los atacantes Lucas Ocampos y Suso, que ya son conocidos por todos, pero no dejan de sorprender.

Y a los 21′ llegó la gran jugada individual de Reguiló, quien se proyectó por su lateral izquierdo, se metió en el área, le ganó la posición a Diawara, pasó al central y batió al arquero López con un remate que pasó entre sus piernas. 1 a 0 para Sevilla.

Roma se adelantó en el campo. Sintió el golpe y fue a buscar; ya no dejó tan solo a Dzeko en el ataque. Kolarov empezó a ser una salida clara por izquierda, Zaniolo se hizo crago de manejar el balón y Henrikh Mkhitaryan se sumó a la propuesta. Para Sevilla era también un estado ideal, porque le aparecían espacios grandes para explotar su llegada por el contragolpe, con la aparición por sorpresa de los laterales; así tuvo una inmejorable chance Jesús Navas, quien recibió un pase de Fernando y tras pasar al arquero, el balón se le fue largo…Roma trataba de volcar el juego al campo de Sevilla y el equipo andaluz amenazaba de contragolpe. Y el partido era bueno y entretenido.

Sobre el final del primer tiempo, Sevilla sacó otra ventaja. Un balón largo para Lucas Ocampos, el argentino que la corrió, la peleó y se fue por la banda derecha, hasta llegar al fondo y dejarle el centro a Youssef En-Nesyri, quien entró solo y libre para marcar el 2 a 0 a los 43′ de juego.

En el segundo tiempo, Roma mostró una cara mejor. Más ofensiva, con mayores riesgos asumidos

Tuvo una buena chance con un remate de Mkhitaryan, que rozó la base del poste izquierdo. Otra jugada combinada que el delantero armenio no pudo conectar bien. Era otro equipo, más incisivo, aunque Sevilla se mostraba firme y amenazante en cada contragolpe.

A los 56′ Fonseca ensayó dos cambios: L. Pellegrini por N. Zaniolo y C. Perez reemplazó a Diawara; Roma buscaba más peso ofensivo. En Sevilla ingresó M.El Haddadi por Suso a los 67. Y más tarde, a los 76′ Gonzalo Villar entró por Kolarov en Roma, para sumar más gente a la zona ofensiva: un volante por un defensor.

Roma empezó a chocar con la seguridad de los centrales, Koundé, de gran categoría y Diego Carlos, una verdadera roca impasable. Y en tanto el juego andaluz crecía por la velocidad picante de Ocampos, el ritmo hábil de Banega y el trabajo prolijo de Jordán y Fernando en la mitad de la cancha.

Y sumó llegadas, como la jugada que pudo ser gol, pero el offside previo de Koundé la frustró o la combinación de Ocampos y Jordán que terminó con un buen cierre de Lopez a los 82′, o como ese tiro libre de Banega a los 90′ que rebotó en el travesaño, o el cabezazo de Koundé tras el centro de Banega, que tapó bien el arquero de Roma a los 90+5′, y junto a él había intentado cabecear Franco Vazquez, que un segundo antes había ingresado por Ocampos. Era más Sevilla también al final del partido.

Y quedó para el cierre la expulsión de Mancini, a los 90+7′, por codazo intencional al rival, tras la revisión del VAR.

Sevilla ganó bien, con su fútbol clásico, la pasión que transmite su entrenador Julen Lopetegui, y avanza en su UEFA Europa League, la Copa que tantas veces pudo levantar.


Hernán O’Donnell

Portland Timbers ganó con justicia y es finalista

Son la base fundamental de un buen equipo, uno de los mejores de la MLS (Major League Soccer), que ha llegado a la final de este torneo rápido a fuerza de buenas actuaciones, de un juego veloz y asociado, con varios hombres importantes, pero con dos pilares fundamentales: los argentinos Sebastián Blanco y Diego Valeri.

Muy rápido Blanco para moverse por los costados, preciso para la entrega y de fuerte remate al arco. cerebral Valeri, inteligente para la conducción, perspicaz para el pase más acertado, tiempista para manejar los tiempos y dueño del balón parado.

Philadelphia lo esperó con su estrategia inteligente que le permitió llegar hasta las semifinales. Un equipo concentrado, luchador y dispuesto a explotar el contragolpe, con la frescura de Aaronson para desequilibrar en ataque.

A los pocos minutos Blanco sacó un remate fuerte y bajo con destino de red, que el arquero Blake controló muy bien. Luego llegó la apertura del marcador, tras el corner ejecutado desde la derecha, y la aparición de Jeremy Ebobisse para concetar de cabeza y convertir de pique al suelo a los 12′ el 0-1 para Portland.

Ahí el equipo se acomodó mejor en el campo, se tiró unos metros más atrás y empezó a manejar el ritmo al compás de Chara, Valeri y Blanco. Philadelphia salió un poco más, a partir del trabajo de Bedoya, la insistencia de Aaronson y la tosudez de Przybylko, pero no encontraba fluidez en su juego. Se enredaba en la táctica de Portland y los Timbers tenían más llegadas, aunque Blake, como siempre, resultaba un escollo duro de superar.

Sin embargo, sobre el final del primer tiempo Philadelphia iba a encontrar una inmejorable oportunidad. Infracción de Blanco en un centro que no revertía demasiado peligro y el árbitro que sancionó, de modo correcto, penal. Sergio Santos se hizo cargo de la ejecución, pero su remate se fue alto y el partido siguió 0-1 para Portland cuando iban 45′ de juego. Se jugaron unos pocos minutos más de tiempo agregado y terminó el primer tiempo, con la ventaja de Portland Timbers.

En el complemento se acentuó la primacía del equipo verde; se afianzó en el dominio, le imprimió velocidad y acumuló varias chances para aumentar, con un aprovechamiento integral de los espacios. A los 65′ una gran jugada de Valeri dejó solo a Niezgoda (había ingresado a los 55′ por Ebobisse, en tanto Polo reemplazó a Loria) y su remate fue al medio, bien controlado por el jamaiquino Blake.

Philadelphia movió el banco a los 59′; salió Santos, que había desviado el penal, e ingresó Ilsinho.

Se lo perdió Valeri en otro contragolpe bien iniciado por Blanco y enseguida llegó el segundo tanto. Corner desde la derecha, cabezazo de Chara al costado, aparición de Sebastián Blanco como un fantasma y segundo cabezazo para marcar el 0-2 a los 69′ de juego.

Era todo de Portland, que en cada contragolpe amenazaba con aumentar el marcador. Parecía todo resuelto, pero el fútbol tiene muchos duendes que siempre dan vueltas y cuando nadie lo espera, aparecen…

En el final, las emociones subieron las pulsaciones de todos los seguidores del fútbol del planeta que vibran con cada partido a través de todas las plataformas en estos tiempos sin espectadores en las canchas.

Tiro libre para Philadelphia, el remate fuerte de Jamiro que Clark despeja a medias y la pelota que queda a merced del primero que llega. Es Wooten, quien con un remate fuerte y cercano descuenta para el 1-2 a los 83′ del encuentro.

Y quedaban más sorpresas, porque muy pronto una pared entre Aaronson y Kacper Przybylko terminó con el balón en la red, pero la jugada no fue convalidada por una posición adelantada previa. Era un inmenso susto para Portland, que había jugado mucho mejor, realizado un buen partido y en dos minutos parecía que el castillo se le derrumbaba.

Portland trató de pasar el sofocón y enfriar el juego. Había hecho un gasto enorme y sobre el cierre estuvo cerca de perder la ventaja. Trató de atacar con precisión y de controlar con seguridad la pelota, hasta que el tiempo consumiera. Y en el último instante sufrió un nuevo susto con un remate peligroso que Steve Clark atrapó con buenos reflejos.

El temblor había pasado. Portland Timbers, el equipo de Diego Valeri y Sebastián Blanco, había hecho todo para llegar a la final, y con algún sobresalto en el epílogo, llegó a la jornada final, a jugar por la gloria.


Hernán O’Donnell

Inter avanza a pesar de algún contratiempo y con la fortuna de su lado

Internazionale finalizó la Serie “A” del Calcio con tres victorias consecutivas; en Génova sobre Genoa (0-3), en Milano ante Nápoli (2-0) y de visitante frente al sorprendente Atalanta (0-2). Un final de campeonato aceitado, a buen ritmo y con triunfos sólidos, sostenidos en buenos desempeños, potencia en ataque y solidez defensiva. Aún así no le alcanzó para darle pelea a Juventus, que a pesar de sus tropiezos finales y su bajón futbolístico, ganó el torneo con dos fechas de anticipación. Inter terminó a un solo punto de la “Vecchia Signora”, pero fruto de su irregularidad previa, no le alcanzaron los últimos nueve puntos para pasarlo. Lo que sí vale es el inicio del comentario; las tres victorias que marcan un final destacable y venturoso para el futuro.

Y ese futuro se llama la UEFA Europa League. Ahora, por la pandemia, con el nuevo formato de partido único. Y enfrente Getafe, un adversario que no debía complicarlo en la teoría, pero ya sabemos cómo es el fútbol y su eterno desencuentro con la lógica y la razón.

En el primer tiempo su actuación fue correcta. No deslumbró ni fue una topadora, pero estuvo acorde a esos partidos finales que mencionábamos del final de la Serie “A”. Primero Getafe salió a atorarlo, pero después de los diez minutos, Inter se afianzó en el campo, adelantó a sus tres zagueros hasta la mitad de la cancha y apretó al equipo español contra su arco, en el campo de Schalke 04, el Veltins Arena de la ciudad de Gelsenkirchen. Así tuvo un dominio sostenido, con la proyección permanente por las bandas de Dambrosio y Young, la conducción de Brozovic y la peligrosidad que siempre encierra la dupla Lautaro Martínez y Romelu Lukaku.

Entonces era lógica la llegada del primer gol. Ya había tenido un par de oportunidades en los pies de Martínez, y a los 33′ salió un pelotazo largo del fondo de de Vrij y Lukaku corrió el balón, le ganó la carrera al defensor y con un tiro cruzado marcó el 1 a 0 para el conjunto italiano.

En el complemento, Inter se quedó. Tuvo más dificultades, se retrasó en el campo, le cedió la iniciativa a Getafe y, de a poco, empezó a sufrir.

José Bordalás, entrenador del equipo español, decidió darle retoques a la delantera para poder revertir el desarrollo. Primero sacó a Maksimovic y lo reemplazó por Angel Rodríguez; delantero por delantero a los 55′ de juego. A los 65′ tuvo la posibilidad màs clara hasta ese momento. Centro de la derecha de Allan Nyom y cabezazo exacto de Jaime Mata, que el arquero Handanovic sacó al corner con un manotazo excepcional.

A los 68′ volvió a mover el banco y a retocar el ataque: se fueron los dos protagonistas de esa jugada, Nyom y Mata y los reemplazaron Jason, lateral de buena llegada, y Jorge Molina, delantero de mucha experiencia. En Inter, en tanto, Conte decidió que el chileno Alexis Sánchez ingresara por el argentino Lautaro Martínez, a los 69′ del partido.

Getafe se animaba con esos retoques y encontró una excelente posibilidad en un penal sancionado por mano del defensor Diego Godín, tras la revisión con el VAR. Iban 75′ y la igualdad estaba al alcance de la mano, pero el remate de Jorge Molina se fue desviado, sobre el palo derecho de Samir Handanovic, quien se había arrojado hacia esa dirección. El partido seguía 1 a 0 para Inter, pero con el agregado de un golpe anímico importante para Getafe.

Inter lo fue a buscar envalentonado por su buena fortuna y a los 82′ llegó un centro de Dambrosio, el rebote en el defensor Dakonam y el balón que le quedó a Eriksen, que había entrado un minuto antes por Brozovic, y el danés convirtió con un fuerte remate el 2 a 0.

Allí se terminó el partido, Tuvo Alexis Sánchez una oportunidad para ampliar el marcador a los 88′, pero su tiro, de emboquillada frente a la salida rápida del arquero, se fue desviado.

Inter ganó y avanzó en la UEFA Europa League. esta vez, con un poco de fortuna y algún sufrimiento en el camino, pero que aún lo encuentra despejado para seguir la ruta de las ilusiones.


Hernán O’Donnell

Los nervios fueron más fuertes y no hubo milagro para Lecce

Habíamos visto a Lecce en la goleada que sufrió ante Milam, que se concretó al final del partido y más por el peso de las individualidades “Rossoneras”que al propio encuentro, cuyo primer tiempo había sido parejo. También lo vimos ante Udinese, cuando logró revertir un resultado desfavorable y pudo vencer a la difícl escuadra de rodrigo De Paul. Y ese triunfo le había dado una luza de esperanza, pues se jugaba una carta contra Parma. Era vencerlo y esperar un resbalón de Genoa. No pudo ser.

Muy pronto llegaron las malas. Porque mientras llegaba la noticia del gol de Genoa que sepultaba las ilusiones de la salvación, el defensor Lucioni convertía un gol en contra de su valla y Lecce empezaba a caer 0-1 a los 11′ de juego.

Parma era superior y tuvo enseguida otra oportunidad, pero el remate del delantero se fue al lado del palo derecho del arquero Gabriel. A los 24′ Caprari aumentó el marcador. Tras una buena contra elaborada desde la derecha, recibió por el medio y tiró de emboquillada para marcar el 0-2 y la deseperación del local.

Lecce sintió el golpe. Caía en un partido que debía ganar y además, el genoa hacía lo suyo en su encuentro con lo cual todo se hacñia cuesta arriba.

Sobre el final del primer tiempo, una pelota que peleó Mancosu, la consiguió, largó el centro y de cabeza Antonin Barak consiguió descontar y abrió la esperanza para el local a los 40′, para poner el 1-2. Y a los 45′, cuando ya se cerraba el primer período, Lecce pegó otro grito de esperanza. Centro de Sapponara por un tiro de esquina desde la izquierda del ataque local y el cabezazo de Meccariello marcó el 2 a 2 de las ilusiones. En cinco minutos Lecce volvía a vivir y sentía que el mundo le daba una posibilidad.

El comienzo del segundo tiempo invitaba a la esperanza, pero en otra contra rápida, Parma volvió a apretar al local y enviarlo un poco más abajo. Caprari se fue por izquierda, cedió atrás y el centro perfecto le llegó a Cornelius para marcar solo el 2-3 a los 52′. Un golpe directo al crozaón de Lecce.

Fabio Liverani decidiò tres cambios para remontar la jornada; a los 60′ entraron E. Shakhov en lugar de F. Falco, J. Petriccione lo hizo por P. Tachtsidis y Z. Majer ingresó por M. Mancosu.

Debía jugarselá el todo por el todo, aunque el equipo se veía golpeado en lo anímico. Y sufrió un nuevo golpe letal, en una jugada muy parecida al del gol anterior, porque llegó el pelotazo desde la izquierda hacia el corazón del área, en este caso para el ingreso libre de Roberto Inglese, que, a los 66′, marcó el 2-4 para la visita.

Salió Lecce y muy rápido pudo volver a descontar y acercarse en el marcador. Llegó el centro de la derecha, el cabezazo de Falco, el balón que dio en el poste derecho de Luigi Sepe y el rebote le quedó a Lapadula, quien, de palomita, marcó el 3-4 a los 68′ del partido.

Quedaba tiempo, pero a Lecce se le escurrió como agua entre los dedos. No pudo arrimarse, tal vez porque las noticias que llegaban de Génova eran desalentadoras. Pero el equipo no dejó de luchar, de buscar, más por inercia que por convicción, porque los minutos pasaban y el fantasma se acercaba de modo inexorable, hasta que llegó el final y el descenso quedó decretado.

Una pena para Lecce que tuvo una esperanza hasta la última fecha, pero que ahora deberá secarse las lágrimas, asumir la frustración y prepararse para el regreso.


Hernán O’Donnell

Minnesota United fue imparable y edificó una goleada concluyente

A los 7′ salió Mario Vega, el arquero de San José Earthquakes a cortar una entrada del delantero de Minnesota, Luis Amarilla, y en el choque quedó lastimado. Cuando entró la asistencia médica se escuchó muy claro la expresión del DT de San José, Matías Almeyda: “¡Vamos! ¡Despiertos!” Era el fiel reflejo de esos pocos minutos de juego; en el grito, el entrenador le pedía al equipo que se metiera, porque Minnesota lo había atorado desde el inicio y lo había empujado hasta el arco de Vega. Era un monólogo de Minnestota que se acentuó en la reanudación del juego.

Y en una ráfaga le pegó dos golpes que lo dejaron “schokeado” al equipo de San José por todo el primer tiempo; a los 19′ tras un centro, el cabezazo abajo y la aparición de Robin Lod para marcar el 0-1. Y cuando áun resonaban los festejos, llegó la jugada que aumentó el marcador. Remate de Amarilla, el rebote de Vega y el oportunismo de Hayes para hacerse del balón y marcar el 0-2 a los 21′ del partido.

En un abrir y cerrar de ojos, Minnesota sacaba la ventaja merecida. Un equipo que se movía con la salida del lateral Gasper, la conducción del cubano Osvaldo Alonso, el trabajo de Gregus y Lod, y el peligro permanente del centrodelantero Luis Amarilla. Era marcada la distancia, Minnesota United era más y el conjunto de San José no podía meterse en el parido.

Un poco de Eriksson, las corridas de Espinoza y alguna subida por izquierda de Lima. Muy poquito lo de San José en el primer tiempo; muy bueno lo de Minnesota, que se mostraba dueño y señor del balón y del juego. Por eso se llevó el primer tiempo con mucha determinación, eficacia y comodidad.

Pero el fútbol tiene duendes que lo rodean, lo envuelven, y lo cambian en un instante. Fue no más iniciar el segundo tiempo que San José se lanzara al ataque, con otra cara y actitud y a los pocos minutos enocntrara un penal por una mano del defensor de Minnesota que Eriksson transformó en gol a los 49′. El partido quedaba 1-2 y comenzaba otra novela.

Pero Minnesota iba a encontrar muy rápido un poco de aire, porque cuando San José se acomodaba, intentaba recuperarse y al compás de la velocidad de Espinoza buscaba la paridad, una pelota que ganó Lod, la llevó con habilidad y habilitó a Amarilla que emprendió una buena corrida y cuando salió Vega metió un remate fuerte que se metió en el primer palo. Otro golpe de Minnesota United que se adelantaba 1-3 a los 56′ del juego.

Matías Almeyda metió tres cambios, con dos delanteros incluídos, para jugarselá a todo o nada: A los 60′ Fierro, Wondolowski y Salinas, adentro, en reemplazo de Thompson, Lima y Judson. Los dos marcadores de punta afuera, a jugar con los dos centrales mano a mano, y Espinoza y Salinas por las bandas como laterales con llegada. United decidió sacar a Amarilla y reemplazarlo por Schoenfeld, quien enseguida tuvo una posibilidad, a los 65′, pero su remate se fue desviado cuando solo Vega estaba en su camino.

Minnesota aprovechaba espacios; San José se desnudaba en el fondo, a la búsqueda del descuento. Y el partido se hizo entretenido.

Un rato después, Almeyda puso toda la carne al asador: D. Hoesen entró por A. Rios y J. Skahan ingresó por M.Eriksson, a los 67′, para hacer los cinco cambios en dos ventanas de las tres permitidas. Pero San José no pudo perforar la defensa de Minnesota, en tanto sólo encontraba oportunidades con remates de afuera del área. United, sin embargo, preocupaba y amenazaba de contra, hasta que terminó de liquidar el pelito con una jugada por derecha, el centro rasante y el toque de Hairston para marcar el 1-4 a los 85′.

Fue el final. El golpe definitivo. Minnesota United fue dueño absoluto del primer tiempo, luego tuvo que trabajar un poco más el complemento y cuando parecía que la noche podía complicarse, lo resolvió en una jugada de Amarilla y un gol final tranquilizador. Ganó casi sin mayores problemas, y avizora un futuro prometedor.


Hernán O’Donnell

Orlando City empató al final, ganó por penales y llegó a las semifinales

Para el local todo se resolvió en el cierre del partido. Porque hasta ese momento parecía una noche complicada, donde todo salía al revés, en la que no lograba hacer pie, en la que no podía hacer la diferencia cuando mejor jugaba, en la que erró un penal y enseguida sufrió un gol en contra; una noche que venía mal barajada y sin embargo al final, cuando todo parecía oscuro, llegaron todas juntas las satisfacciones. estaba con un pie y medio afuera del torneo, y ahora se ilusiona con festejar en casa.

El primer tiempo no había sido muy bueno en lo técnico. Los Angeles un poco mejor al principio con la dinámica de Blessing y la velocidad de los dos punteros uruguayos, Diego Rossi y Brian Rodríguez. Orlando al ritmo de Nani, su jugador más talentoso e importante, con las proyecciones de los laterales, sobre todo Ruan, en forma permanente y la importancia del uruguayo Mauricio Pereyra para acompañar en la creación. Así y todo hubo pocas acciones en los arcos y lo mejor estaba reservado para el segundo tiempo.

No levantó el nivel de juego, pero sí aparecieron las emociones en el complemento. Orlando comenzó con una variante: B. Michel por C. Mueller; y muy pronto tendría su primera ocasión para abrir el marcador cuando Ruan fue derribado en el área y el árbitro sancionó el correspondiente penal. Pero la noche estaba complicada y Nani no pudo convertir; su remate fue desviado al corner por Veermer a los 56′ y el partido siguió 0 a 0. Encima, muy pronto sufrió un golpe más doloroso. Los Angeles abrió el marcador a los 59′ cuando Diego Rossi desbordó por derecha y su centro fue bien aprovechado por Wright-Phillips quien marcó el 0-1. Y para Los Angeles Football Club los cambios llegarían más tarde: a los 65′ F.G. Dabezies ingresó por M. Kaye.

Orlando intentó con todas sus armas. A los 72′ Nani sacó un buen remate que se fue apenas alto. Y metió dos cambios más. Entró A.P. Castañeda por O. Rosell y D. Dike ingresó en lugar de T. Akindele.

El tiempo empezó a agotarse e incluso Los Angeles se perdió el segundo gol a los 82′ cuando Musovski no pudo conectar bien un centro de la derecha y su tiro se fue abierto al palo derecho de Gallese.

Y cuando el final se acercaba, Orlando City empezó a ver la luz. A los 89′ logró el empate. Corner desde la derecha de Nani y el cabezazo de Braganca que aprovechó la duda del arquero y el gol que selló el 1 a 1 final.

Poco más se jugó y llegó la serie de penales, donde todos convirtieron salvo Jordan Harvey que estrelló su remate en el travesaño.

Nani tuvo su desquite, porque le quedó el último tiro para lograr la victoria. Y esta vez tuvo su alegría, porque pudo convertir y cerrar en 5-4-

Orlando City tuvo una noche complicada y trabada, pero al final encontró su alegría, alcanzó la luz y logró el empate, que lo llevó a los penales, el pasaporte para ir por una ronda más, las semifinales y darle un poco más de rienda a su ilusión de festejar en casa.


 Hernán O’Donnell

 

Philadelphia Union fue una ráfaga demoledora y se clasificó a las semifinales

Un partido con una historia equilibrada; antes de empezar, se hablaba de las estadísticas y la paridad entre Philadelphia Union y Sporting Kansas City, dos equipos que en los enfrentamientos entre sí tenían la misma cantida de partidos ganados, 5 y 6 empates, con lo cual ese historial reflejaba una paridad y un equilibrio que abría la expectativa y la incertidumbre, aunque nos daba la sensación que Sporting llegaba un poquito, sólo un poquito, más aafilado.

Pero los papeles se fueron al viento, en el anochecer de Orlando, entre las finas lloviznas y el calor potenciado por la humedad. En un inicio donde Kansas City insinuabaalgo más, fue Philadelphia el que golpeó. Y lo hizo, no sólo primero, sino que también lo efectuó dos veces, bien seguidas, como para dejar “groggy” a su rival. El trabajo de Aaronson, Bedoya y Jamiro en la mitad de la cancha, la movilidad de Santos en ataque, fueron las armas que Union mostraba en tanto Sporting que se basaba como siempre en el peligro latente de Alan Pulido y el trajinar de los internos Busio y Espinoza, en tanto Russell y Salloi buscaban por afuera.

Pero a los 22′ llegó la jugada combinada por derecha, la aparición de Aaronson, el pase a Bedoya que entró al área, el pase al medio y la entrada libre de Mairo para marcar a los 22′ el 1 a 0 para Philadelphia.

Un gol que abría el partido e inclinaba la balanza pero que no se detendría allí porque enseguida Philadelphia iba a volver a lastimar; se jugaban por los 24′ y de un tiro de esquina a favor de Sporting el rechazo de Wagner de cabeza, la llevó Martínez, combinó con Santos y este fue derecho al arco para picarselá a la salida de Melia y señalar el 2 a 0. Tremenda la eficacia y el poder de fuego de Philadelphia.

Kansas City sintió el doble impacto. No estaba en un mal partido ni había hecho mal las cosas hasta ese momento. Distracciones en la marca en el primer tanto, una contra muy rápida en el segundo, lo cierto es que cuando se quiso acordar ya estaba dos goles abajo. Intentó poner la pelota bajo la suela, salir por el lateral izquierdo Luis Martins y tratar de volcar el juego en el campo contrario. Sin embargo, una nueva maniobra rápida del rival y un descuido en las marcas lo iba a dañar una vez más.

Fue Bedoya el que combinó con Aaronson, este giró y en una buena gambeta se sacó la marca de encima y luego abrió el balón para la entrada libre por izquierda de Santos quien definicó con un toque muy preciso el 3 a 0 a los 37′ de juego.

Philadelphia se encontraba en una noche perfecta, esas donde todo parece salir redondo, donde las jugadas surgen con precisión y eficacia y pareciera que todo lo que toca es oro.

Sin embargo, Sporting Kansas City le demostró que no estaba rendido y sobre el cierre achicó el marcador. Centro de Russell desde la derecha y la aparición precisa de Alan Pulido, quien con una perfecta palomita marcó el descuento a los 45+1′ y dejó el primer tiempo con un parcial de 3 a 1 y el partido abierto para el segundo tiempo.

Sporting arrancó con dos variantes: G. Kinda ingresó en lugar de G. Busio y A. Dia entró en reemplazo de L. Martins; Alan Pulido avisó de entrada en el segundo tiempo que Kansas City no estab rendido. Metió un hermoso tiro libre que pegó en el palo derecho de Blake a los 48′, apenas comenzado el complemento. El partido prometía muchas emociones y casi no había tiempo para pestañear.

Philadelphia propuso poblar y pelear la mitad de la cancha y el brasileño Ilsinho entró por su compatriota Santos a los 52′.

Y el empuje de Sporting se empezó a diluir, porque el equipo blanco llenó de volantes la mitad de la cancha y le hizo difícil tener el balón. Incluos Philadelphia empezó a preocupar con algunas llegadas. Y Peter Vermes, entrenador de Sporting volvió a mover el banco para meter dos cambios más: a los 64′ F. Hernandez ingresó por el español Ilie y G. Fernandes entró por D. Salloi. Buscaba más peso ofensivo, aunque el partido se le hizo más enredado.

Philadelphia metió a A. Wooten por K. Przybylko a los 70′ y se cerró de modo impecable. Sporting se empezó a diluir y los últimos recursos se le agotaron. Las variantes no le dieron demasiado resultado y a los 83′ Cameron Duke entró por Espinoza cuando ya poco tiempo quedaba para revertir el marcador, en tanto Philadelphia cerró la noche de dos de sus figuras al final, cuando a los 85’se fueron Aaronsony Jamiro, reemplazados por M. Real y A. Fontana.

Philadelphia Union tuvo su noche soñada, esa donde le salen todas las cosas, esas en las que todo lo que toca se convierte en oro, esas noches en que cada llegada es gol…tuvo un primer tiempo inolvidable y demoledor. Le alcanzó con ese rato para quedarse con el partido y empezar a soñar con las semifinales que abrazó en la calurosa noche de Orlando.


Hernán O’Donnell