En la cuna del arte, una joya de Verre le dio el triunfo a Sampdoria

Un partido, a priori, con la cabeza puesta en objetivos menores a la lucha por el Scudetto. El local, con una ausencia significativa, la de su principal figura el francés Frank Ribery, y con un comienzo irregular, pero con la clasificación a las copas de Europa en el horizonte. Para la Sampdoria, tras una temporada difícil y con el precipicio del descenso que le mordió los talones, este año tiene como objetivo superar esa performance e intentar buscar puntos para alejarse de la zona peligrosa y, por que no, pensar en llegar a la UEFA Europa League.

Todo el fútbol del viernes que siempre anticipa el fin de semana y el gusto y placer de ver a la Serie A, a través de cualquier plataforma y en cualquier lugar del mundo.

La foto muestra la idea de Fiorentina desde el primer segundo de juego: salir con todo a buscar el arco contrario. Y así comenzó el partido, con un largo pelotazo a la búsqueda de Vlahovic…los dos equipos presentaron una idea táctica similar; superpoblación del medio campo y un referente en ataque como punta de lanza. Vlahovic en el local, Quagliarella en la Sampdoria.

Fue la Fiorentina más incisivo y dominante en el inicio. Vlahovic metió una media vuelta formidable a los 12′ que el arquero Audero sacó al corner con un notable vuelo. A los 18′ Biraghi ejecutó un tiro libre peligroso qu se fue muy cerca. Esos veinte iniciales fueron del local.

Después empezó a llegar la visita. Si bien la iniciativa paraceía siempre de la Fiorentina, el equipo de Génova comenzó a acercarse hasta el arco de Dragowski.

A los 20′ Gastón ramírez sacó un remate fuerte que el portero local desvió al corner. Luego, cuando iban 25′ Candreva pateó desde lejos y Dragowski contuvo con seguridad. Más tarde, a los 35′ se produjo la más clara de la visita. Centro desde la derecha, rechazo de Ceccherini contra su valla y el balón que dio en el travesaño; el rebote le quedó a Thorsby y su disparo se desvió en un pierna para quedarle el balón al arquero. después llegó un centro desde la derecha, a los 37′, que Quagliarella cabeceó fuerte y Dragowski contuvo.

Tanto fue el empuje visitante, que a los 40′ Ceccherini tomó en el área a Quagliarella y el árbitro no dudó en sancionar penal, que el propio Quagliarella se encargó de convertir a los 42′ para que Sampdoria se pusiera 0-1 y se fuera al descanso con ese resultado.

El local fue más adelante al comenzar el segundo tiempo. Con más entusiasmo que ideas, se las arregló para dominar desde el inicio; incluso fue más profundo cuando Cutrone, a los 57′, ingresó en lugar de C. Kouame, de partido discreto. Más tarde, la visita hizo tres modificaciones: a los 68′ V. Verre entró por M. Damsgaard, M. Leris ingresó en lugar de Candreva y K. Askildsen reemplazó al uruguayo Gastón Ramirez.

Fiorentina empujó y tuvo una chance con un remate de Chiesa, hasta que a los 71′ llegó a la igualdad. Una jugada que fue de izquierda a derecha, el remate de Bonaventura le llegó a Vlahovic quien paró la pelota y sacó un tiro fuerte para marcar el 1 a 1.

Entonces pareció que el partido podía ser para el local. Porque había hecho el esfuerzo para llegar a la igualdad y le quedaba un resto para ir por algo más.

Pero el fútbol tiene tantos imprevistos que lo hacen apasionante e inesperado. porque de un pelotazo largo del arquero Audero, tras un ataque local, el balón le llegó a Valerio Verre quien había burlado en su pique a la defensa local y ante la salida de Dragowski definió con un toque sutil y de calidad por encima de su cabeza para marcar el 1-2 a los 83′ de juego.

El fútbol tiene esas cosas, y sin haber sido más, la Sampdoria se llevaba los tres puntos. Porque supo definir en sus momentos favorables, cuando el viento le sopló a favor en el final de cada tiempo. Porque tuvo astucia para encontrar el premio en esas oportunidades. Y porque también la fortuna jugó a su favor cuando el palo derecho devolvió el remate de Chiesa a los 90+4′ del partido, que hubieran significado el justo empate. Pero el fútbol no sabe de merecimientos, y Sampdoria supo llevarse tres puntos importantísimos de la ciudad del arte con una obra maravillosa de Valerio Verre.

Hernán O’Donnell

Delfín logró un amplio triunfo y Defensa deberá definir en la última fecha

El tempranero gol de Corozo fue un verdadero balde de agua fría para Defensa y Justicia; porque hasta ese momento el equipo que conduce Hernán Jorge Crespo lucía mejor, más metido en el partido, más dominante y con una clara actitud ofensiva. Pero llegó el saque largo del arquero local Banguera, el balón que atravesó la noche, la caída de Juan Rodríguez en la lucha con Janner Corozo, y el delantero que se fue sólo al área mientras aguantaba el cierre de Breitenbruch, y sacó un remate fuerte y preciso para vencer el vuelo de Unsaín y marcar el 1 a 0 a los 11′ de juego.

Entonces Defensa y Justicia se adelantó aún más en el campo. Puso a Unsaín a jugar como líbero, a tratar de meter al local en su territorio, pero esta era una táctica de doble filo porque mientras más empujaba, más espacios se abrían en su campo para la explotación de los veloces delanteros de Delfín.

El equipo argentino mantuvo el control a través del buen manejo de la pelota, las triangulaciones y la aparición por sorpresa de los receptores en los espacios vacíos. Así generó varias chances, aunque la más clara fue un tiro de esquina desde la derecha que pasó por toda el área y casi se mete, a los 41′, mientras que Delfín tuvo una oportunidad muy nítida a los 45+1′ cuando José Adolfo “El trencito” Valencia gambeteó a dos jugadores en mitad de cancha y se fue solo y rápido hasta el arco visitante, pero su remate fue desviado por Unsaín, en una gran tapada. Así concluyó un primer tiempo más que interesante.

En el segundo tiempo el local se adaptó al resultado a favor y planteó un partido de contragolpe. Villava entró por Corozo, en tanto en Defensa Crespo decidió tres modificaciones: N. Tripicchio ingresó en lugar de Juan Rodriguez, E. Coacci entró por E.M. Duarte que lució con una molestia casi desde el inicio y M. Merentiel reemplazó a N. Acevedo.

El conjunto de Florencio Varela siguió con la misma idea; atacar, empujar hacia el arco de Banguera, con un arquero bien adelantado y con la intención de abrir el juego bien a lo ancho. Llegó hasta el área, pero le faltó la puntada final. Y Delfín empezó a lastimar de contragolpe. A los 60′ un remate de Villava con mucho peligro fue desviado por Unsaín. Luego, a los 67′ Leguizamón reemplazó a Ciro Rius. Y poco más tarde llegó el golpe de gracia para el equipo argentino.

Tiro libre del “Trencito” Valencia a los 71′, bien ejecutado, por abajo para burlar el salto de la barrera y dos o tres piques cómplices que complicaron a Unsaín para que el balón entre junto al palo derecho del arquero. 2 a 0 y un golpe que desmoronó a la visita.

Para colmo, a los 74′ una contragolpe encabezado por Valencia derivó en un pase a Garcés quien remató y marcó el 3-0.

El partido se desdibujó; Garcés tuvo una chance más con un remate que tapó el arquero visitante a los 76, pero ya Defensa sentía injusto el resultado y aparecieron algunos nervios, en tanto Delfín trató de congelar el juego. Entonces surgieron los viejos roces de la Libertadores, alguna pierna fuerte, exageraciones, demoras, discusiones y la expulsión de Breitenbruch a los 90′ por una infracción fuerte.

El triunfo de Delfín fue, tal vez, exagerado en el marcador, pero inobjetable en las maneras de conseguirlo. Defensa perdió una linda chance, aunque nada está definido, aún conserva el segundo lugar en la tabla y todo se resolverá en la última jornada.

Hernán O’Donnell