Alemania desperdició sus chances y Japón reaccionó a tiempo

El fútbol es maravilloso porque entrega esta clase de partidos. En una Copa del Mundo, o en un torneo de ascenso. Cambiantes, atrayaentes, con giros inesperados y un desenlace imprevisible. Sabíamos que Japón iba a ser un hueso duro de roer para Alemania. Un equipo, el japonés, que crece y evoluciona de modo permanente desde hace unos treinta años, que aprovecha todas las herramientas que la industria le ofrece para progresar, que cuenta con numerosos futbolistas en la Bundesliga y en Premier League, que refleja la idiosincracia de su puebol, respetuoso, trabajador y paciente. Ante ese equipo se midió Alemania, favorito por naturaleza, dueño de una tradición histórica y un concepto del juego cada vez más aceitado y afianzado. Un estilo que supo amalgamar la fuerza, el orden táctico y el desarrollo físico, con el respeto y el buen trato de la pelota. Entre ambas formas de jugar, nos entregaron un partidazo, tal como imaginábamos antes de iniciarse el torneo, y que, por ahora, se lleva el premio al “Mejor Partido del Mundial”.

Crédito: @FIFAWorldCup

Alemania comenzó con Manuel Neuer en la valla; Niklas Sülle, Rüdiger,Nico Schlotterbeck y David Raum; dos medio centros, Joshua Kimmich y Gündogan; Serge Gnabry, Thomas Müller y Jamal Musiala; Kai Havertz como centro atacante.

En Japón jugaron Shuichi Gonda de arquero; Hiroki Sakai, Kou Itakura, Maya Yoshida y Yuoto Nagatomo; Wataru Endo y Ao Tanaka; Junya Ito, Daichi Kamada y Takefusa Kubo; Daizen Maeda.

Empezó rápido el partido, con una llegada de Japón a los 7′, tras un buen cabezazo de Maeda, pero que había quedado invalidado por off side previo. Contestó Alemania, a los 16′, con un corner de Kimmich que cabeceó Rüdiger, pero su lanzamiento salió por arriba del travesaño. Cuando iban 19′ fue Kimmich el que sacó un gran tiro que desvió Gonda. De a poco, el arquero comenzó a ganar protagonismo, porque mientras Alemania se hacía dueño del balón, de las acciones y del dominio del juego, Gonda respondió una y otra vez. A los 27′ fue Gündogan el que sacó un tremendo tiro que desvió el arquero japonés.

Hasta que a los 30′ salió a tapar una entrada de Raum, le cometió falta, y el árbitro sancionó el correspondiente penal que, a los 32′ de juego, Gündogan trasnformó en el 1-0 a favor de Alemania.

Pudo aumentar el equipo europeo a los 45+3′, cuando, tras una enorme jugada con múltiples pase, Havertz definió sobre el área chica rival, pero estaba en posición prohibida. Y Japón cerró el primer tiempo con un buen cabezazo de Maeda, que pasó muy cerca del arco de Neuer, cuando ya iban 45+5′ de juego.

En el segundo período, Hajime Moriyasu, el entrenador de Japón, decidió hacer una variante. Tomiyasu entró por Kubo.

Alemania salió con el mismo ritmo y a los 46′ ya tenía una llegada clara. Müller habilitó a Serge Gnabry, este entró al área y sacó un potente remate que pegó en el travesaño y salió desviado. A los 50′ fue Musiala quien disparó fuerte y el tiro salió alto. Alemania mantenía el ritmo, y japon necesitó de dos variantes más. K. Mitoma entró en lugar de Y. Nagatomo, y T. Asano ingresó por D. Maeda, cuando iban 56′ de juego.

Pero los europeos sostenían el dominio, y empezaban a acumular chances claras para convertir, aunque no acertaban con la puntada final. A los 59′ Gundogan sacó un tiro fuerte, que pegó en la base del palo izquierdo de Gonda, y se fue afuera.

Japón se empezó a animar más con los cambios, y a los 60′ Asano tuvo un remate alto, apenas afuera.

El entrenador alemán, Hans-Dieter Flick, hizo entonces sus primeras dos modificaciones. Jonas Hoffmann entró por Thomas Müller, y León Goretzka reemplazó a Gündogan, cuando iban 66′.

Y seguía Alemania sin aprovechar lo que generaba a través de su buen fútbol. A los 69′ Gnabry sirvió para Hoffmann, pero su tiro fue tapado por Gonda. Del rebote, llegó otra jugada, que derivó en un centro de la izquierda y fue Serge Gnabry quien metió un cabezazo al suelo, pero que Gonda supo desviar tras el pique, ya a los 70′ del partido.

Entonces, cuando todo el desarrollo ya tenía un argumento, el fútbol volvió a demostrar por qué es el juego más hermoso e imprevisible del mundo. Salvó el boxeo, que una mano de knock out puede alterar el desarrollo de un combate de manera radical y absoluta, es difícil encontrar disciplinas que puedan tener ese misterio, esas alteraciones que tiene el fútbol.

Japón se animó a los 72′, con un tiro de Junya Ito que tapó Manuel Neuer, y el rebote le quedó a Sakai, pero le entró abajo al balón y el disparo salió un poco alto. Minamino entró por el propio Sakai, a los 73′, y enseguida le dio un vuelo futbolístico fenomenal al equipo oriental. Desbordó a los 74′, sacó un centro preciso, neuer apenas la pudo desviar, y por el medio llegó Doan para marcar el primer gol de Japón en el Mundial, y poner el 1-1 en el partido.

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Intentó reaccionar el técnico alemán, y dispuso la tercera y cuarta modificación de su equipo en su segunda ventana habilitada para hacer cambios. Niclas Füllkrug entró en lugar de Kai Havertz, y Mario Gotze reemplazó a Musiala, cuando se jugaban 78′.

Pero ya el partido le pertenecía a Japón. A los 82′ salió rápido el equipo con un tiro libre desde el fondo, picó Asano por derecha y sacó un tiro fuerte, cerrado y al primer palo, ante la salida de Neuer, para revertir el marcador y poner a Japón arriba por 1-2.

Hans Flick intentó una quinta variante para torcer el destino, y a los 89′ Youssoufa Moukoko reemplazó a Serge Gnabry.

Alemania fue al frente con fuerza, pero ya sin ideas, ni claridad. Había perdido muchas oportunidades, y el fútbol se había ido con su rival. A los 90+4′ leon Goretzka tuvo una buena chance, pero su tiro se fue afuera. Subió Manuel Neuer a buscar el balón en un par de tiros libres, pero tampoco surtió efecto.

Todo lo que Alemania generó y no supo usfructuar, fue bien aprovechado por Japón, que soportó el temporal del primer tiempo, levantó en el segundo, y al final usó sus armas y encontró la fórmula para llevarse el partido.

Hernán O’Donnell

Un tiempo para Estados Unidos, el otro para Gales

Fue un empate lógico, justo, casi obvio. Estados Unidos y Gales se dividieron el partido casi en partes iguales. El primer período fue para el equipo americano, donde ejerció una presión constante, dominó las acciones y obtuvo la diferencia en el marcador. El segundo tiempo lo controló más el seleccionado europeo, se adelantó en el campo, buscó con más ambición y llegó al empate. Al final pudo ser para cualquiera de los dos, pero la igualdad le queda bien a lo que fue el partido.

Esatdos Unidos formó con Matt Turner; Sergiño Dest, Zimmerman, Tim Ream y Robinson; Weston Mc Kennie, Tyler Adams y Musah; Thimoty Weah, Josh Sargent y Christian Pulisic. El conjunto de las Islas Británicas comenzó con Wayne Hennessey en la valla; Connor Roberts, Mepham, Rodon, Ben Davies, Williams; Aaron Ramsey, Ampadu; Wilson, Gareth Bale y Daniel James.

El comienzo, está dicho, fue de Estados Unidos. Con mucha presión, juego rápido y habilidad en jugadores como Weah o Pulisic, atropelló a Gales, y lo metió en su campo. Un equipo que hace tiempo se metió en el concierto de las Naciones que están un peldaño atrás de las potencias, pero que siempre pueden complicar, y que cada vez son más competitivos. Aunque muchos los decsubran recién ahora. A los 8′ llegó por derecha con una escapada de Weah, el centro recto y el corte de Davies, contra su valla, pero al medio y el arquero Hennessey la pudo controlar. Fue la llegada más clara hasta la apertura del marcador.

Iban 35′ cuando el equipo de Gregg Berhalter armó una buena maniobra colectiva, Sargent cedió a Pulisic, este metió un pase profundo y vertical para la entrada de Weah, quien definió con mucha calidad ante la salida del arquero galés, y puso el 1-0 a favor de Estados Unidos.

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Rob Page, el entrenador de Gales, dispuso una modificación para el comienzo del segundo tiempo; Kieffer Moore entró en lugar de James. Y fue un cambio beneficioso, pues el grandote Moore empezó a pivotear en el ataque, a preocupar a la defensa americana y a darle más compañía Gareth Bale.

Además, el conjunto europeo se adelantó en el campo de juego, tuvo más posesión y mayor actitud ofensiva. A los 63′ Davies metió un tremendo cabezazo que Turner sacó al corner con un vuelo impecable. De ese tiro de esquina, bien ejecutado por Wilson, Moore sacó un cabezazo que salió apenas alto, ya a los 64′.

Berhalter decidió, entonces, hacer la primera variante en Estados Unidos. Brenden Aaronson entró por Mc Kennie, cuando iban 65′ de juego. El conjunto americano no se resignaba, e intentaba meter contragolpes punzantes, como el de Pulisic, a los 72′, que se fue por izquierda y sacó un centro que no pudo ser aprovechado por ninguno de sus compañeros. A los 74′ llegaron tres variantes más en el equipo de Norteamérica: Kellin Acosta entró en lugar de Musah, DeAndre Yedlin ingresó por Sergiño Dest, y Haji Wright reemplazó a Josh Sargent. Y volvió a tener una posibilidad a los 76′ con un corner de Pulisic que Aaronson cabeceó apenas desviado.

Sin embargo, el empuje de Gales era cada vez más sostenido, y a los 78′ Brennan Johnson reemplazo a Neco Williams en el equipo europeo.

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La jugada clave se produjo al minuto siguiente, cuando Zimmerman fue a trabar una pelota que Bale recibí en el centro del área grande, el defensor americano llegó un poco más tarde y golpeó al delantero galés. El juez Abdulrahman Al Jassim sancionó el correspondiente penal, y Gareth Bale lo ejecutó con un tremendo zurdazo, cruzado, fuerte y junto al palo izquierdo de Turner, para que Gales celebrara llegar a la igualdad: 1-1 quedaba el partido.

El quinto cambio de Estados Unidos se produjo a los 87′; Jordan Morris entró en lugar de Timothy Weah. Gales también llegaba agotado al final, y a los 90+2′ Sorba Thomas ingresó en reemplazo de Harry Wilson, mientras que a los 90+4′ Joe Morrell ocupó el lugar de Ethan Ampadu.

Fue lo último de un partido bárbaro, vibrante, y repartido en los momentos, por eso el empate le quedó muy bien al balance final.

Hernán O’Donnell

Se abrió el telón del Mundial con una victoria clara de Ecuador

Al fin comenzó la Copa Mundial de la FIFA-Catar 2022. El fútbol se volvió a dar cita en su Campeonato cumbre, el más célebre, el más codiciado y el más afamado. El Mundial está otra vez entre nosotros, la tribu futbolera desparramada por el mundo que vive y respira a través de la pelota, que encuentra en cada partido una razón para ser feliz, y que se conmueve con este torneo, pero no mucho más que con cualquier campeonato, liga o partido de fútbol que se ve semana tras semana. Porque en definitiva, es un Campeonato de fútbol, un torneo de partidos, como tantos existen en el planeta. Con más glamour, tal vez con más jerarquía, con más categoría en los futbolistas, sin dudas, y con equipos que han hecho un recorrido para llegar a la cita, con la excepción del seleccionado local, que como es tradición en la FIFA, tiene se lugar asegurado. Hasta hace poco tiempo también el último campeón obtenía su boleto directo al Mundial siguiente, pero esta norma cambió hace unos años.

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Hubo una ceremonia linda, austera, entretenida. Con una cuota de emotividad ante la presencia del actor Morgan Freeman, con un espacio para la cultura local y un momento para escuchar las canciones de aliento de los países participantes. Y después, sí, el fútbol.

Qatar y Ecuador abrieron la Copa del Mundo. Aunque el protagonismo casi exclusivo fue del equipo visitante, que tuvo el control absoluto del juego, dominó las acciones, generó la mayor cantidad de posibilidades de gol y logró un tirunfo claro por 0-2.

El local comenzó con Saad Al Sheeb en el arco; tres centrales: Husham, Khoukhi y Abdelkarim Hassan; Pedro Ró-Ró de lateral volante derecho, Hasan Al Haydos, Karim Boudiaf y Abdelaziz Hatem en el medio; Homam Ahmed, de carrilero izquierdo. Y adelante, Almoez Ali y  Akram Afif.

El conjunto de Gustavo Alfaro se presentó con Hernán Galíndez en la valla; Angelo Preciado, Félix Tores, Piero Hincapié y Pervis Estupiñán; Gonzalo Plata, Jhegson Méndez, Moises Caicedo y Romario Ibarra; Enner Valencia y Michael Estrada.

Desde el inicio Ecuador fue a buscar el partido. Salió a ahogar al rival, a meterlo en su campo, bien cerca del área y a presionarlo bien alto en la salida. Llegó al gol a los 2′ de juego, pero ese cabezazo de Valencia no fue convalidado porque el VAR detectó una posición adelantada previa. Pero fue una señal clara de lo que podía pasar. Una mala salida del arquero Al Sheeb había metido a su equipo en problemas.

Se mantuvo el ritmo del partido, con el ataque permanente del equipo sudamericano, y a los 15′ llegó al gol, de Enner Valencia de penal, por una infracción previa del arquero local, y el resultado quedó abierto para Ecuador por 0-1.

No podía Qatar salir del encierro. Un poco por defectos propios, y otro poco por la presión constante del equipo de “Lechuga” Alfaro. Así, a los 30′ aumentó el marcador. Comenzó en un centro muy preciso de Angelo Preciado desde la derecha y el cabezazo de Enner Valencia puso el score 0-2 a favor de Ecuador.

Bien trabajado el visitante, con las subidas permanentes de Pervis Estupiñán, uno de los mejores laterales por izquierda de Sudamérica, el tándem aceitado de Gonzalo Plata y Preciado por derecha, las llegadas de Ibarra y el peligro permanente de Valencia, hicieron del primer tiempo, un monólogo. El local recién pudo llegar al área visitante a los 45+4′, cuando el centro de la derecha no pudo ser bien capitalizado por Almoez Ali, y su frentazo se fue muy desviado.

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El segundo tiempo mantuvo el mismo argumento. Ecuador llegó a los 54′ con un remate de Romario Ibarra que, esta vez sí, el arquero local desvió con una buena intervención.

De a poco, Qatar se animó y a los 61′ un cabezazo de Pedro Ró-Ró se fue muy cerca. Cuando iban 67′ se produjo la primera variante del partido; Jeremy Sarmiento ingresó por Romario Ibarra. A los 71′ movió el banco el entrenador del equipo local, el español Félix Sánchez, y determinó que M. Jadoua entrara por H. Al Haydos, y M. Muntari reemplazara a Almoez Ali.

Volvió a llegar Qatar, con un remate de Afif que se fue alto, cuando iban 74′ de juego. A los 75′ José Cifuentes entró por Enner Valencia, en Ecuador.

Bajo un poquito la intensidad del equipo del Pacífico y Qatar se animó a tener la pelota, a trazar algunos pases correctos y llegar un poco más al área de Galíndez. A los 85′ Mohammed Muntari sacó un buen tiro, que se fue apenas elevado. Y a los 89′, Gustavo Alfaro hizo dos cambios más en su alineación; Kevin Rodriguez entró en lugar de Michael Estrada, y Alan Franco reemplazó a Moises Caicedo.

Fue lo último que quedó anotado en la libreta de apuntes. Los minutos finales se consumieron sin mayores emociones. El Mundial abrió el telón y Ecuador logró una valiosa victoria. El fútbol, al cabo el juego que tanto nos apasiona y nos atrae alrededor del mundo, comenzó otra cita. Con más repercusión, más atracción mediática, más publicidad y más repercusión alrededor. Con el color y las notas aleatorias que van desde interesantes temas geográficos, políticos y sociales, hasta lo más superficial sobre restaurantes, comidas y tiendas, que se pueden apreciar en cualquier programa del rubro y en cualquier momento del año. El fútbol, en definitiva, lo que más nos importa y gusta, aún sigue envasado en el campo de juego, los noventa minutos reglamentarios y los veintidos futbolistas que inician cada partido. Como en cualquier país, en cualquier campeonato, que se pone en marcha en cada rincón del planeta. Desde el Mundial, hasta la última liga de ascenso del más remoto país, el fútbol siempre es eso. Lo demás, cotillón para la tribuna.

Hernán O’Donnell

Disminuídos por las suspensiones, Los Pumas sucumbieron ante Escocia

La expulsión de Marcos Kremer, a los 22′ de juego, por una entrada muy imprudente con responsabilidad en el riesgo físico del adversario, fue el primer mojón de los problemas que iban a tener Los Pumas en el partido ante Escocia en el estadio “Murrayfield”, en Edimburgo. Fue un punto clave en el desarrollo del partido, que hasta ese momento era parejo y la Argentina daba muestras de confiabilidad, tanto en la defensa como en el manejo de la pelota en acciones ofensivas. Pero jugar con un hombre menos durante sesenta minutos, amén de las amarillas que en otro momento del juego sucedieron, fue una prueba que no se pudo resolver. Y sé cayó sin atenuantes, por 52-29.

Crédito: Prensa UAR/Gaspafotos

El equipo local se alineó con Pierre Schoeman, Fraser Brown y Zander Fagerson; Jonny Gray y Grant Gilchrist; Matt Fagerson, Jamie Ritchie y Jack Dempsey; Ali Price y Finn Russell; Duhan van der Merwe, Sione Tuipulotu, Chris Harris y Darcy Graham; Stuart Hogg.

El equipo de Michael Cheika comenzó con Thomas Gallo, Julián Montoya, y Eduardo Bello; Matías Alemanno y Tomás Lavanini; Juan Martín González, Marcos Kermer y Pablo Matera; Gonzalo Bertranou y Santiago Carreras; Emiliano Boeffelli, Jerónimo De la Fuente, Matías Orlando y Bautista Delguy; Juan Cruz Mallía.

Los Pumas comenzaron bien, concentrados en el juego y antes del minuto inicial forzaron un penal que Boffelli trasnformó en el 0-3 del comienzo, con un buen acierto a los palos. Era una señal positiva, de estar enfocados en el juego, aún cuando Escocia tomó la iniciativa y comenzó a apretar en el campo visitante, hasta que Russel generó un buen ataque con un rever pass y cedió a Tupolotu que apoyó a los 10′ de juego. Convirtió Russell, y Escocia se adelantó por 7-3. Respondieron los aregtninos con una buena jugada que culminó con el try de De la Fuente, a los 15′, que no pudo convertir Boffelli, pero igual el marcador pasó a favorecer a la Argentina, con un parcial de 7-8.

Crédito: Prensa UAR/Gaspafotos

Era un momento de gran incógnita por el deserrallo del juego, porque Los Pumas sostenían bien su defensa, mostraban un muy interesante juego de manos, y estaban muy metidos en el partido. Pero llegó el momento fatal de la expulsión de Kremer y ya nada fue lo mismo. Otra vez apareció Russell con un pase de revés para habilitar a van der Merwe, y este apoyó a los 23′, sumada la conversión de Russell, Escocia quedó arriba por 14-8.

Para colmo aumentó Graham a los 27′, y el score se puso 19-8 para el local.

Los Pumas tuvieron un par de penales factibles para intentar la patada y sumar de a tres, pero prefirieron buscar el line ofensivo y empujar con el maul. Les dio resultado, a los 38′ con el try de Alemanno y la conversión de Boffelli, para cerrar el primer tiempo con el parcial de 19-15 a favor del local.

Crédito:Prensa UAR/Gaspafotos

En el comienzo del complemento, Escocia llegó muy rápido al try, otra vez con la conducción de Russell, su buena destreza con la pelota y la llegada del wing Graham, para apoyar junto a la bandera y poner el partdo 24-15 para el local.

A los 48′ fue amonestado Alemanno por una entrada peligrosa en el ruck y la Argentina se quedó con 13 jugadores. Para colmo, a los 49′ fue amonestado Tomás Lavanini, y Los Pumas quedaron con 12 rugbiers. Un problema mayúsculo, por excesos innecesarios, pues en ambos rucks la situación estaba controlada para la salida del equipo visitante.

Lucas Paulos entró por Jerónimo De la Fuente, y esta necesidad de completar el pack desprtoegió la zona de los backs. El peligro era inminente. Escocia empezó a mover la pelota de una banda a la otra para generar el espacio que le permitiera a un back escaparse, pero en ese movimiento Dempsey perdió el balón, Orlando lo captó y se filtró por el medio, para ceder a Boffelli, quien fue derecho a abajo de los palos, marcó el try a los 51′, y él mismo lo convirtió, para poner el partido 24-22 para el local. Con tres hombres menos, Los Pumas daban batalla.

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Pero era demasiada la diferencia numérica, y a los 54′ Tuipolotu marcó un nuveo try, convertido por Russell, y Escocia quedó arriba por 31-22.

Medrano ingresó por Bello, y a los 59′ volvió Alemanno a la cancha. A los 60′ Nicolás Sánchez entró por Carreras y Moroni reemplazó a Mallía, por lo que Boffelli pasó de full back. El partido había tomado temperatura, hubo encontronazos en un scrum, y una gresca grande a los 62′, que derivó en la amonestaciones para Ritchie y Gallo, por lo que Tetaz Chaparro debió ingresar por Delguy, para completar la primera línea en el scrum argentino. Luego, ignacio Ruiz entró por Julián Montoya, y quedó modificada la primera línea en su totalidad.

A los 67′ un buen pase con el pie, táctico, profundo, a ras del piso y vertical del apertura Russell le permitió a Redpath apoyar en el ingoal. Convirtió Russell y Escocia quedó adelante 38-22.

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A los 73′ llegó Hogg al ingoal, convirtió Russell y el score quedó 45-22. Los Pumas sufrían el partido, el esfuerzo físico había sido enorme, el desgaste total, y los espacios se abrían con facilidad para el local.

Graham llegó al try en la bandera, a los 76′, y Russell convirtió, por lo que el partido quedó 52-22.

Con vergüenza deportiva, esfuerzo y corazón, Los Pumas llegaron al try a los 80+6′ de juego, con el try de ignacio Ruiz y la conversión de Nicolás Sánchez, que dejó el marcador final 52-29 para Escocia.

Los Pumas cayeron a pesar de haber planteado bien el partido, jugar enfocado y dejar girones de coraje. La expulsión de Kremer y las amonestaciones de Lavanini y Alemanno pesaron mucho en el desarrollo. Determinantes, porque le obligaron a hacer un desgaste físico descomunal y aún así no alcanzó para cubrir el inmenso campo que se le abrió a Escocia, y le facilitó el juego, la táctica y la consecuente victoria.

Hernán O’Donnell

Voces argentinas, en el calor del WTA de Buenos Aires

Fue un “Super Miércoles” de intenso calor, de grandes partidos, y de voces argentinas que se alzaron en el Court Central “Guillermo Vilas” del Buenos Aires Lawn Tennis Club, en esa magnífica zona de Palermo donde se respira tenis durante todo el año.

Y fue una gran jornada, con la participación de muchas chicas que son el presente y el futuro de nuestro tenis. Julia Riera abrió el turno en el Court Central, y cayó ante la jugadora de Montenegro, Danka Kovinic, quien la venció por 6-1, 2-6 y 6-1, mientras Laura Pigossi, en el Estadio 2, derrotó a Ekaterine Gorgodze, de Georgia, por 6-3 y 6-4.

Lourdes Carlé batalló bajo el sol del mediodía, y venció a la coreana Su Jeong Jang por 6-4 y 7-6, en un encuentro exigente. “Al principio estuve un poco nerviosa, tal vez más de lo normal, por jugar en casa, en las primeras rondas, siempre están las expectativas de querer hacer lo mejor. Pero estaba preparada para eso, no me sorprendí, sabía que podía pasar. Traté de hacer lo mejor, de pegarle más a la bola, de correr, y estoy contenta por el triunfo”, señaló Carlé en conferencia de prensa posterior al juego.

Enseguida se jugó el partido más esperado del día. Dos argentinas frente a frente. Nadia Podoroska ante Solana Sierra. Fue, al cabo, victoria para la rosarina por 6-4 y 6-4, pero con matices. Porque el primer set fue equilibrado, tanto que cada una conservó su saque hasta llegar al 5-4 parcial, donde Sierra no pudo sostenerlo, y quebró por primera vez Podoroska, para llevarse la manga por 6-4.

El segundo set fue más irregular. Solana pudo quebrar el saque inicial de su rival y se adelantó por 0-1; más no pudo sostener su servicio, y revirtió Podoroska para adelantarse por 2-1. Volvió a quebrar, y quedó 3-1 con su saque a favor. Pero quebró Sierra, y se puso 2-3, mantuvo el servicio, 3-3.

Allí volvieron a mantener el saque, hasta que llegaron al 5-4 y Solana con su servicio. Una situación similar al primer set. Apareció la garra de Nadia y volvió a quebrar para llevarse la segunda manga también por 6-4.

“Para mí es relativamente nuevo jugar en Argentina y eso trae muchas emociones. Mis padres me vieron jugar en Tucumán, y una quiere jugar aún mejor, por eso quizás pueda generar nervios y presión”, sostuvo la rosarina.

“Tuve muchas lesiones en distintos momentos de mi carrera. La parte emocional también influye, y desde chica tengo un problema hormonal que no termino de equilibrar aún hoy con 25 años. En el alto rendimiento eso es muy complicado, ahora la prioridad es estar bien en lo físico y mejorar el nivel de tenis”, agregó Podoroska.

El cierre fue para Paula Ormaechea, quien le ganó a la austríaca Julia Grabher por 6-3 y 6-2. “Estoy muy contenta por el triunfo, porque era un partido muy complicado. Me enfoqué mucho en lo que podía hacer yo. Estoy muy feliz, era la primera vez que podía jugar en esta cancha y por fin pude tener esa oportunidad. En el partido pensaba, ‘puede que esta sea la primera vez acá’. Es muy especial jugar un torneo de WTA Tour en Argentina. Después de haber perdido a mi padre, veo la vida de otra manera, no solo por la pérdida de él, sino lo que viví después de eso”, señaló en rueda de prensa.

Fue el día de las jugadoras argentinas. En una semana que continúa, porque todavía hay muchos partidos por jugar y disfrutar, en el tiempo de las mujeres.

Hernán O’Donnell

La semana del tenis femenino, a pleno en Buenos Aires

Otra vez el WTA Tour llega a la Argentina. Otra vez, como el año pasado, cuando regresó el certamen que nos trae el mejor tenis femenino a Buenos Aires. tras ese largo paréntesis de 34 años, que parecieron una eternidad, y en 2021 se recuperó el evento. El Argentina Open WTA 125K 2022 ya está a pleno en nuestra ciudad, en esta semana intensa del 14 al 20 de Noviembre, en vísperas del Mundial y toda la atención que conlleva. Pero ahora es el tiempo de las mujeres, y el tenis en el legendario Buenos Aires Lawn Tennis Club.

El lunes se jugó la qualy, bajo un cielo gris plomizo y un frío inusual para Noviembre, aunque el correr de las horas supo elevar la temperatura. Ganó Julia Riera en la qualy, y debutó Josefina Estevez en WTA Tour, con una derrota ante Natalija Stevanovic, de Serbia, por 6-1 y 6-0. Fue amplia la diferencia a favor de la jugadora europea, en lo físico, en la fuerza de los golpes y hasta en la experiencia. Pero valió la pena la presentación para la nobel jugadora de 14 años, nacida en 2007 y próxima a cumplir 15 en Diciembre.

El miércoles será una jornada larga y especial. Se presentará Nadia Podoroska, ante Solana Sierra, en el partido más atractivo de la fecha.
Jugarán Julia Riera y Danka Kovinic en el primer partido del día, y Paula Ormaechea se enfrentará con Julia Grabher, en el cierre de la jornada.
Será un miércoles de súper acción, con encuentros muy prometedores, atractivos y valiosos.

Hernán O’Donnell

Pusieron alma, corazón y fútbol, pero todo quedó abierto para definirlo en Córdoba

Al final, fue un partidazo. Cuando se sacaron los nervios, cuando lo fueron a buscar, cuando pusieron lo mejor de sí. En rigor de verdad, se prodigaron desde el inicio, porque Instituto lo fue a atacar desde el comienzo, y Estudiantes arrancó un poco nervioso, con un exceso de faltas y vehemencia, hasta que se acomodó en el juego y también redondeó una muy buena producción. Fue un partidazo, porque los dos entendieron que la final había que jugarla como tal. Con el “cuchillo entre los dientes”, pero también con fútbol y juego, por eso hubo intensidad y llegadas, lucha y oportunidades, pierna fuerte y situaciones de gol. Igualaron 0-0 en Caseros, y dejaron todo abierto para el desquite, en Còrdoba.

El “Pincha” saliò con Lucas Bruera en la valla; Delfor Minervino, Juan Cruz Randazzo, Stéfano Brundo y Nicolás Fernández; Nicolas Pelaitay de volante central; por delante, Kevin González, Sebastián Mayorga y Enzo Acosta; en el ataque, Facundo Castelli y Facundo Pereyra.

La “Gloria” se alineó con Jorge Carranza al arco; Giuliano Cerato, Ezequiel Parnisari, Fernando Alarcón y Sebastián Corda; Roberto Bochi de volante central, Gabriel Graciani, Franco Watson y Nicolás Watson; Santiago Rodríguez y Patricio Cucchi.

A los 20′ sufrió una molestia Ezequiel Parnisari. Intentó continuar, pero no pudo. Entonces, a los 23′ se produjo la primera variante del partido: el uruguayo Matías Ferreira ingresó por él, aunque se ubicó de segundo zaguero central, en tanto Alarcón pasó de zaguero derecho.

Instituto era mejor hasta ese momento, sin embargo, Estudiantes iba a generar la primera llegada importante del partido, a los 26′, con un remate cruzado de Enzo Acosta que desvió Jorge Carranza en forma brillante. Contestó Instituto a los 27′ con un tiro de Graciani por derecha que se fue cerca, y a los 28′ con un disparo de Franco Watson, que también salió muy cerca.

Volvió a meterse el local en el partido, a los 34′, cuando el “Facha” Castelli armó una gran jugada individual, pero su remate fue al medio, sin complicaciones para el arquero visitante. Y a los 45+3′ Pereyra elevó un tiro cercano, que fue una buena oportunidad para el equipo de Caseros.

En el segundo tiempo crecieron aún más las emociones. Un error de Bruera, a los 51′, le dio la posibilidad a Rodríguez, pero su tiro fue bien tapado por Stéfano Brundo. Y la respuesta de Estudiantes fue contundente. A los 53′ tuvo tres chances consecutivas de abrir el marcador. Remató Minervino y rechazó Carranza; tomó el rebote Castelli, y su tiro dio en el palo izquierdo del arco visitante. El balón le quedó a Kevin González, y Carranza sacó al corner. Fue una enorme sucesión de situaciones para el local.

A los 68′ Walter Otta, entrenador de Estudiantes, abrió la ventana de sus cambios: Franco Lonardi entró en lugar de Sebastián Mayorga, mientras que Alan Cantero ingresó por Kevin González.

Enseguida contó con una buena chance Instituto. Iban 71′ cuando Cucchi tomó una asistencia de Watson, se fue al área local y sacó un tiro que tapó muy bien Lucas Bruera; el rebote le quedó a Santiago Rodríguez, pero su tiro se fue al lado del poste izquierdo de Bruera.

A los 72′, Lucas Bovaglio, Director Técnico del equipo cordobés, hizo tres modificaciones más, que se sumaron a la del primer tiempo: Claudio Pombo entró por Franco Watson; Leonardo Monje ingresó en lugar de Nicolás Watson, y Nicolás Mazzola reemplazó a Patricio Cucchi. A los 73′, Lautaro Parisi entró por Enzo Acosta, en el tercer cambio local.

El partido volvió a meterse en la zona media. Disputado, intenso, con buenas intenciones, pero sin poder romper el tejido del rival.

Otta cerró sus variantes a los 80′ de juego, con el cuarto y quinto cambio. Tomás Bolzicco ingresó por Facundo Castelli, mientras que Elías Alderete reemplazó a Facundo Pereyra. Y a los 86′ fue Bovaglio quien dispuso su quinta y última modificación; Gregorio Rodríguez entró en lugar de Santiago Rodríguez.

No hubo tiempo para más. Los minutos finales se consumieron con menos carga. Estudiantes e Instituto habían dejado el alma, el corazón y el juego en el primer partido, mientras que la definición se resolverá en una semana.

Hernán O’Donnell

Tras un comienzo complicado, Inter terminó cantando bajo la lluvia de Milano

Fue un triunfo claro, holgado, cómodo. Una victoria lógica y merecida. Amplia. Pero con un principio dificultoso, porque Bologna sorprendió a Inter, lo fue a buscar, le peg{o un par de sustos y se puso arriba en el marcador. Pero se recuperó el equipo local, tuvo precisión, alguna ayuda fortuita y solidez ofensiva para revertir ese inicio complicado para edificar una goleada grande y cantar y bailar bajo la lluvia de Noviembre, una constante a lo largo de todo el partido.

Fue partido durante el primer tiempo, cuando Bologna apuró las cosas y produjo jugadas ofensivas que presagiaban un encuentro equilibrado. Luego, a medida que Inter golpeó, sobre todo sobre el cierre del período incial y comienzo del complemento, el encuentro quedó liquidado.

El equipo de Simone Inzaghi formó con Onana en la valla; tres centrales, Skriniar, Acerbi y Bastoni. Dumfries como carrilero derecho, tres medios, Nicoló Barella, Calhanoglu y Mkhitaryan, más Dimarco como lateral izquierdo; adelante Edin Dzeko y Lautaro Martínez. Bologna comenzpo con Skorupski en el arco; Posch, Soumaoro, el colombiano Lucumí, y Lykogiannis en el fondo. Ferguso, Gary Medel y Schouten; Orsolini, Arnautovic y Barrow, adelante.

A los 3′ llegó la visita, con una corrida rápida de Barrow y un disparo cruzado de este, que pasó muy cerquita del palo izquierdo local. A los 8′ fue Arnautovic quien remató de cerca y Onana encontró la pelota entre sus piernas. Respondió el local, a los 16′, con un tiro de Calhanoglu que pasó por arriba del travesaño.

Y a los 21 abrió el marcador la visita, con un disparo de Orsolini que se desvió en el cuerpo de Lykogiannis, para desconcertar a Onana, y poner el 0-1 a favor de Bologna.

Igualó Inter, a los 25′, con una volea espectacular de Edin Dzeko, que captó un balón bombeado que venía de un centro de la derecha y con un remate cruzado puso el 1-1.

Hast ahí, todo bastante parejo. Equilibrado. Hasta que a los 35′ el árbitro Andrea Colombo cobró una falta de Lucumí a Lautaro Martínez que en verdad no existió, pues el quite había sido limpio, y de ese tiro libre Federico Dimarco sacó un gran remate para poner el 2-1 a favor de Internazionale.

Ese cierre del primer tiempo empezó a torcer la pulseada y a definir el partido. Porque a los 41′ Calhanoglu ejecutó un corner cerrado, Lautaro Martínez entró junto al palo y definió con certeza para colocar el 3-1 para el equipo local.

No le sirvieron de mucho los dos cambios que intentó Thiago Motta, entrenador visitante, para torcer el rumbo del partido. El uruguayo Joaquín Sosa ingresó por el colombiano J. Lucumi, mientras que N. Moro entró en lugar del chileno Gary Medel.

Pero Federico Dimarco señaló el 4-1 a los 48′ y ahí se terminó el partido. Ya no tuvo reacción el equipo visitante. Y todo se le hizo muy fácil al local. Sobre todo cuando el VAR le advirtió una mano en el área, penal que Calhanoglu supo ejecutar con eficacia y poner el 5-1 a los 58′ del partido. Quedaba más de media hora por jugar, y se sentía que estaba de sobra.

A los 60′ Thiago Motta hizo dos cambios más en la visita; J. Zirkzee ingresó por M. Arnautovic, y R. Soriano reemplazó a L. Ferguson. Inzaghi, el técnico local, abrió su primera ventana habilitada para hacer tres modificaciones: iban 61′ y  R. Bellanova reemplazó a D. Dumfries, M. Brozovic entró en lugar de Lautaro Martinez, y R. Gosens reemplazó al lateral Federico Dimarco.

Poco pasaba en el campo. A los 73′ vino el quinto cambio en Bologna: Emanuel Vignato entró por Musa Barrow, mientras que también a los 73′ R. Gagliardini ingresó por Nicoló Barella, y K. Asllani reemplazó a H. Calhanoglu, en el equipo local.

Todo estaba terminado, pero le quedaba un grito más al equipo de Inzaghi. Pelotazo profundo por el carril derecho, la entrada de Edin Dzeko y su centro al palo izquierdo, para la aparición de Gosens, quien puso el 6-1 cuando iban 75′ de juego.

Ahí sí, todo terminó. No hubo nada más que agregar. Internazionale, que había comenzado apurado por Bologna, supo revertir el marcador, apoyarse en sus fuerzas, contar con algún aliado fortuito y edificar una goleada para cantar y celebrar bajo la lluvia de Noviembre.

Hernán O’Donnell

El andar de Barcelona continuó su marcha en Pamplona

Fue un triunfo apretado, sufrido, trabajado. Resultó complicado el primer tiempo, y se llegó con cierta tranquilidad al final, pero la victoria de Barcelona ante Osasuna tuvo ribetes enrarecidos y no fue sencillo resolver el enigma para el equipo catalán.

A los 5′ el cabezazo de David García puso el 1-0 a favor de Osasuna y, además de generar la alegría de la gente de Pamplona, lo puso en autos al Barcelona. Era la señal del partido que le iba a tocar. Complicado, duro, trabajoso. Fue un inicio muy favorable al equipo local, y enseguida, a los 16′ el argentino “Chimy” Avila sacó un remate que pegó en la parte posterior de la red.

Aitor Fernández en la valla; Nacho Vidal, Unai García, David García y Alvaro Armada; Rubén García, Moncayola, Lucas Torró, Moi Gómez; Aimar Oroz de enlace, y Ezequiel Avila de delantero de punta. Barcelona comenzó con Ter Stegen en el arco; Alex Balde, Christensen, Marcos Alonso y Jordi Alba; Pedri, Sergio Busquets y Frenkie de Jong; Dembelé, Robert Lewandowski y Ferrán Torres.

Crédito: @FCBarcelona

De a poco, la visita pudo acomodarse a un comienzo con dificultades. Empezó a mover el balón, a subir los laterales y a pesar por la derecha, con Pedri y Dembelé. A los 24′ Lewandowski sacó un tremendo derechazo que pudo rechazar Fernández. Pero la mano venía complicada y enseguida se iba a sumar un problema más.

Iban 30′ cuando el polaco Lewandowski fue a disputar un balón contra el zaguero García, se desentendió del balón, golpeó a l defensor y se llevó la segunda amarilla que significó la expulsión del delantero del equipo catalán.

Con verguenza y ánimo, Barcelona lo fue a buscar al final del primer tiempo. A los 41′ un corner de de Jong fue conectado por Ferrán, pero su cabezazo salió elevado. A los 43′ Dembelé hizo una buena jugada individual, que cerró con un disparo fuerte, pero David García la cabeceó al corner.

La visita iba a salir con esa misma enjundia a jugar el segundo tiempo, y a los 47′ logró la igualdad a través de un remate de Pedri, que puso el partido 1 a 1.

Se hizo más parejo entonces el juego, y el local empez{o a sufrir el avance catalán. A los 58′ Kike Garcia ingresó por Lucas Torro; buscab aacomodarse a un encuentro que ya tenía otro argumento, porque del dominio incial del local, ahora el desarrollo era parejo, de ida y vuelta. A los 73′ Gavi entró por el lesionado Christensen en la visita, mientras que a los 74′ el local hizo su segunda y tercera modificación: D. Brasanac entró en lugar de A. Oroz, y Rubén Peña ingresó en reemplazo de R. Garcia.

Barcelona avisó, a los 75′, con un enganche de Dembelé y un centro que Fernández pudo controlar. Luego, a los 77′, Ansu Fati reemplazó a Ferrán Torres, y Raphinha ingresó por O. Dembele; lo mejor estaba por llegar.

Crédito: @FCBarcelona

Jagoba Arrasate, entrenador de Osasuna, hizo sus últimos cambios a los 82′; A. Budimir entró por el “Chimy” Avila; y Kike Barja ingresó en lugar de Moi Gomez. Parecía que el partido se cerraba, pero quedaba tiempo para una genialidad de Frenkie de Jong, quien coló un pelotazo bombeado para Raphinha, este entró solo y libre por el medio, y de emboquillada marcó por encima de la salida del arquero Fernández, para poner el 1-2 a favor de Barcelona.

Xavi cerró sus cambios con el ingreso de Chadi Riad en lugar de Pedri, cuando iban 88′ de juego.

Quedaron unos minutos para el arresto final del local, con un tiro de Moncayola, a los 90′, que pegó en un compañero y se fue desviado, mientras que Ansu Fati armó una gran jugada, a los 90+2′, pero el disparo final se fue elevado.

Así fue la victoria de Barcelona. Sufrida y trabajada, pero también alegre, porque supo reponerse a la adversidad del marcador, al dominio incial del rival y a la expulsión de Lewandowski. A pesar de ello, el equipo se recompuso y siguió su marcha triunfal por las calles de Pamplona.

Hernán O’Donnell

Aunque sólo era un Test de Preparación, Los Pumas hicieron historia en Twickenham

Fue un triunfo histórico, inolvidable, valiosísimo. No correspondió a una competencia oficial, no era por los torneos que juegan Los Pumas, ni por la Copa Mundial. Sólo un Test-Match de preparación, correspondiente a la ventana de Noviembre, la serie de Otoño como la llaman en el hemisferio Norte, pero que deja una enorme alegría en el rugby argentino, porque el Seleccionado Nacional venció a Inglaterra en Twickenham Stadium, el Estadio mítico del rugby por excelencia. Y fue un triunfo justo, merecido, apretado y bien trabajado. Con una exigua diferencia de un punto, la victoria se celebró con una sana alegría, porque el 29-30 final también habla de lo que fue el desarrollo del juego.

Crédito: @lospumas

Los Pumas jugaron con mucha inteligencia, bien enfocados y en un lapso del segundo tiempo, donde el juego se presentó favorable, marcó la diferencia para llevarse la victoria. El primer tiempo se había ido con una ventaja para el local, pero en ese momento del complemento, Argentina supo golpear y definir.

El local empezó con Freddie Steward; Jack Nowell, Manu Tuilagi, Owen Farrell (capitán) y Joe Cokanasiga; Marcus Smith y Ben Youngs; Tom Curry, Billy Vunipola y Maro Itoje; Jonny Hill y Alex Coles; Kyle Sinckler, Luke Cowan-Dickie y Ellis Genge.

El equipo de Cheika comenzó con Juan Cruz Mallía; Mateo Carreras, Matías Moroni, Jerónimo de la Fuente y Emiliano Boffelli; Santiago Carreras y Gonzalo Bertranou; Marcos Kremer, Pablo Matera y Juan Martín González; Tomás Lavanini y Matías Alemanno; Francisco Gómez Kodela, Julián Montoya (capitán) y Thomas Gallo.

En el inicio no se sacaron ventajas, hasta que empezaron a sumar por los pateadores. A los 9′ Emiliano Bofelli adelantó a la Argentina con un penal: 0-3. Luego, a los 12′ fue Owen Farrel quien convirtió un penal para Inglaterra: 3-3. A los 15′, otra vez Bofelli metió un penal para la visita, 3-6.

Los Pumas estaban bien en el partido, sin ceder espacios y con el primer tackle firme, hasta que Joe Cokanasiga pudo filtrarse en una buena jugada colectiva y marcó el primer try del partido para el local, cuando iban 24′. Convirtió Farrel y el equipo de La Rosa se puso adelante por 10-6.

Argentina no se fue del partido y a los 32′ Bofelli descontó con otro penal, 10-9 quedaba el marcador. Era un partido donde cada infracción sancionada con penal era facturada por el equipo que tenía la sanción a favor. Aumentó Farrel de penal a los 35′, 13-9 para Inglaterra. Descontó Bofelli a los 38′, de penal, y el marcador se puso 13-12, pero Los Pumas cometieron un penal a los 42′, facturó Farrel y el primer tiempo se cerró con el 16-12 para el local.

Crédito: @lospumas

Los Pumas tuvieron su momento en el inicio del segundo tiempo. Fue la mejor versión del equipo, sobre todo en ofensiva, y en pocos minutos marcó el norte del juego. Empezó a los 46′, con una gran jugada armada tras un line-out, el balón fue abierto a la izquierda y llegó bien Bofelli para apoyar junto a la bandera. Argentina quedaba adelante 16-17. Y a los 50′ Santiago Carreras marcó un try con una gran corrida, convirtió Bofelli, y Los Pumas se escaparon a un optimista 16-24.

Pero no iba a ser fácil la historia. Era Inglaterra y en Twickenham. Jack van Poortlviet se escapó en un pasillo estrechísimo de un ruck, y apoyó, a los 55′, para que convirtiera Farrell. Inglaterra se acercaba en el marcador: 23-24.

Facundo Isa entró por Lavanini a los 56′; Eduardo Bello por Francisco Gómez Kodela, a los 58′. Los Pumas necesitaban cambiar el aire y el local aprovechaba su momento. Penal de Farrell a los 60′, Inglaterra adelante 26-24. Respondió Bofelli con un penal a los 62′: Argentina arriba 26-27. Farrell convirtió otro penal a los 66′, y el local pasaba a ganar 29-27. A los 67′ Ignacio Ruiz entró por el hooker Julián Montoya, y Matías Orlando por Mateo Carreras.

Hasta que llegó el penal de Bofelli, a los 69′, que puso adelante a la Argentina por 29-30. El partido entró en la zona de fuego final. A los 73′ Lucas Paulos ingresó en lugar de Marcos Kremer.

Los Pumas se sostuvieron en el partido, a través del tackle y el juego seguro. No dejaron espacios, ni perdieron el control. No cometieron errores disciplinarios, de esos que derivan en penales en contra. Pusieron alma y corazón, pero sobre todo, inteligencia y juego. Y se llevaron un triunfo justo, cerrado y merecido, para hacer historia en la Catedral del Rugby.

Hernán O’Donnell