Un póker, para definir a los finalistas

Hoy se juega una de las semifinales, hoy se define un finalista. Y mañana, otro. Hemos llegado a la semana final de esta hermosa Copa América Centenario USA 2016, un torneo que lo tuvo todo, una gran fiesta de Apertura, partidos emocionantes, un buen nivel técnico y goles sorprendentes.

Ahora es tiempo de ver la definición; de repasar a los protagonistas y expresar, que más allá de favoritos y acompañantes, es fútbol, siempre hay lugar para las sorpresas, y han llegado a este lugar los mejores 4 del torneo.

Es un detalle que no hay que dejar pasar por alto: los cuatro semifinalistas llegan de sólo dos grupos; incluso han jugado entre sí su primer partido: Estados Unidos se supo reponer al debut complicado ante Colombia, asimilar la justa victoria de los “cafeteros” y recuperarse con una goleada ante Costa Rica y una clara victoria ante el Paraguay de Ramón Díaz. Se clasificó bien y derrotó a Ecuador con un buen primer tiempo y un complemento para defenderse y aguantar. Sufrió, pero logró una ajustada victoria.

Colombia fue a paso firme todo el certamen. Venció a Estados Unidos en el debut, le ganó a paraguay un partidazo y cayó, en un encuentro lleno de sobresaltos, ante Costa Rica. En cuartos de final se topó con un Perú complicado, que lo llevó a definir por penales, pero logró una merecida clasificación.

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Chile cayó ante la Argentina, pero el gol que consiguió sobre la hora, para sellar un 1-2, le dio el impulso que necesitaba para reafirmar su idea y su convicción: está para esperar en tres cuartos de cancha y atacar, y así aniquilar a sus rivales, tal como lo hizo en el match ante México por los cuartos de final: Lapidario y terminante 7 a 0.

La Argentina de Leo Messi es el gran favorito. Venció en el debut a Chile, otro semifinalista, y marcó un camino a todo ritmo: goleó a Panamá, liquidó a Bolivia en un tiempo, le ganó 4 a 1 a Venezuela…Parece indestructible. Es el mejor de todos, deberá demostrarlo en estos partidos, que nunca son fáciles. Pero la Argentina tiene todo para descubrir y ganar. Un equipo armado, jugadores de élite, un goleador impresionante y el mejor jugador del mundo. Nada debería fallar. Veremos.

Los equipos están listos. El póker de ases quedó armado. Ya salen a la cancha. La gran final de New York los espera…

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Hernán O’Donnell

 

El candidato marcha firme

Es el candidato indiscutido. Porque tiene al mejor jugador del mundo. Porque juega con mucha seguridad. Porque se lo ve entero desde lo físico. Se lo observa veloz. Porque tiene un arquero sobrio y seguro, una defensa firme, un mediocampo de marca y juego, delanteros rápidos y un goleador temible.

La Argentina liquidó a Venezuela por 4 a 1 con dos goles de Gonzalo Higuaín, uno de Messi y el cuarto de Erik Lamela, y se medirá en una semifinal con el local, Estados Unidos, en Houston. Un partido más complicado por la localía y el envión de los hombres de Klinsmann que por lo que podría ofrecer cada conjunto. Es un match decisivo, como lo fue el encuentro ante Venezuela.

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La selección nacional tuvo una jornada importante y destacable. A los 8 minutos Higuaín le marcó el pase a Messi; Leo le envió una asistencia genial y “Pipita” definió con un remate cruzado. 1 a 0 y a sacarse las preocupaciones de encima; el partido se encaminaba.

Luego llegó el error de la defensa de la “Vinotinto”; Higuaín estuvo rápido y atento, gambeteó al arquero Hernández y definió de modo suave al arco vacío: 2-0.

Ahí vino lo mejor del equipo de Dudamel. Se animó Venezuela y tuvo sus oportunidades: Un cabezazo en el poste, un remate que Romero desvió con el pecho, otro que sacó con esfuerzo por encima del travesaño y una cuarta posibilidad, la más clara: el penal que Seijas intentó convertir con una “picada” y Romero contuvo con seguridad, parado en el medio del arco.

En el segundo tiempo se intensificó la presión argentina. Llegó el tercero, cuando Nico Gaitán apretó combinó con Messi y Leo derrotó al arquero con un remate de caño. Y si Venezuela tuvo alguna esperanza con el descuento de Rondón y el 1-3 que lo podía ilusionar, enseguida llegó el gol de Lamela para liquidar el partido.

Argentina ganó 4 a 1. Derrotó a todos sus oponentes. Luce firme y dominante. Ahora le toca Estados Unidos, que llegó con justicia pero con cierto sufrimiento ante Ecuador. Y por el otro lado, Colombia espera al vencedor de México-Chile.

La Copa América Centenario USA 2016 ingresa en su semana decisiva. Es fútbol, y todo puede pasar, pero el candidato de todos cada vez deja menos lugar para las sorpresas.

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Hernán O’Donnell

 

 

 

 

La leyenda de Muhammad Alí

Cuando el desenlace era inminente, cuando el final triste e inevitable se acercaba, las cadenas de TV de los Estados Unidos de América anunciaron que interrumpirían su transmisión (ya sea películas, series, programas políticos) para comentar las últimas novedades de Alí, el hombre que supo modificar el rumbo de una sociedad desde un ring.

Esa noche del viernes 3 de junio fallecía Muhammad Alí, el hombre que desde el boxeo y sus logros deportivos, lanzó gritos de rebeldía y libertad. El hombre que había nacido el 17 de enero de 1942 en Louisville, Kentucky, y que había entrado en este duro deporte a partir, casi de un hecho fortuito. A los 12 años había ido al Service Club de su ciudad natal para tomar un helado gratis, pues allí lo servían a los niños. Pero en un descuido le robaron la bicicleta, y al comentarle a un policía que golpearía al ladrón, este hombre, Joe Martin lo llevó a un gimnasio: El boxeo tendría una nueva estrella…

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Hacia fines de los ´50 comenzaría un camino lleno de éxitos y resonantes apariciones públicas. En 1960 ganó la medalla dorada de Peso Semi-Pesado en los Juegos Olímpicos de Roma. Allí se iniciaba el camino a la fama.

Luego llegaría el debut profesional, el encuentro con Angelo Dundee y una sociedad entrenador-boxeador que daría muchísimos frutos. En el gimnasio de Miami se forjó al hombre que iba a derrotar a Sonny Liston en 1964 y se consagraba, a los 22 años, como nuevo Campeón Mundial de los Pesos Pesados. El planeta se había sacudido con la aparición de una estrella que destronaba al favorito Liston.

Por entonces, aún se llamaba Cassius Clay. Pero había escuchado hablar de Elijah Muhammad, y se había acercado a un líder Malcom X. Decidió cambiarse el nombre.

Decidió que su identidad debía ser otra. Distinta. Dejó atrás su nombre (“Era el de un esclavo”, sostuvo siempre) y fue rebautizado como Muhammad Alí.

Su historia es conocida. Renunció al ejército, se negó a ser combatiente en la guerra de Vietnam, le sacaron el título y luego volvió a ser Campeón del Mundo.

Gritó por la libertad. Fue perseguido, pero también escuchado. Vendió sus peleas con promociones que rondaban lo espectacular y lo provocativo. Fue una estrella especial del Madison Square Garden, el estadio deportivo más famoso del mundo

Nunca se calló. Hizo y dijo lo que sentía. Sin especulaciones. Le levantaron las sanciones y fue dominante otra vez en el boxeo. La gente lo comprendió. Tuvo su premio: Fue el abanderado de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y aún tembloroso por el mal de Parkinson que ya hacía tiempo lo aquejaba, encendió la llama olímpica y recibió, una vez más, una grandísima ovación de su gente.

Tuvo un funeral con todos los honores. Se acercaron ilustres y desconocidos. Habló Bill Clinton, uno de los Presidentes más importantes en la historia de Estados Unidos. Habló su amigo, Billy Cristal, uno de los actores más afamados de Hollywood. Hubo una procesión desde su casa de la infancia, pasaban por el Centro Cívico Muhammad Alí y lo despedían en el cementerio de su ciudad natal.

En todo el camino lo acompañó el sincero reconocimiento de su gente. Cartas y muñecos en el jardín de su casa. Guantes de boxeo y globos adornaron la puerta de entrada. Pétalos de rosas en el ingreso al cementerio. Una multitud lo despidió con una mezcla de desconsuelo, pena y admiración. Mucha admiración.

El hombre gritón, el desafiante, el provocador, era, comprendimos todos, un ser humano que pedía libertad, igualdad. Que pudo hacerlo a partir de la fama construída y ganada en los rings. Y que, como pudo, se hizo entender. Y se hizo querer. Por eso la Nación lo despidió con los máximos honores y hoy se inundan las calles con sus murales, su imagen, revistas y diarios que publican ediciones especiales.

Murió Muhammad Alí, pero la leyenda había nacido hace muchos años.

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a New York City, New York, USA)  

El esplendor de New York en su apertura

En realidad, estuvimos en East Rutherford, New Jersey, a unas millas de la encantadora New York City. La exactitud del estadio MetLife así lo indica; y el día de ellos llegó con mucha expectativa, con muchas ansias, con un partido atractivo a partir de la propuesta de Ecuador y una multitud de 49.438 espectadores que le dieron un buen marco a un escenario al que pueden ingresar alrededor de 80.000.

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Una fiesta que se vivió desde temprano, con la llegada de miles de personas desde Manhattan, a través del subway la combinación con la NJ Transit y el tren hacia el complejo de Meadowlands; otros tantos lo hicieron desde Queens y Brooklyn, y muchos residentes arribaron con sus vehículos. Era toda amarilla la tarde del Met Life, que abrió sus puertas con mucha hospitalidad y orgullo. Un estadio inmenso, moderno, majestuoso. de los más imponentes que tiene el mundo, con un palco de prensa de excelencia y una comodísima disposición para la gente en las plateas.

Después llegó la hora del fútbol. Ecuador fue devastador para Haití. Lo maniató, lo empujó contra su arco y elaboró una victoria incuestionable: a los 10 minutos abrió el marcador Enner Valencia; a los 20 aumentó Jaime Ayoví. Clasificación asegurada,

Y siguió a todo ritmo. Desde el inicio fue el dueño del partido amén de un cabezazo en el travesaño de Haití, en su única llegada.

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En el complemento se iba a mantener el relato. Ecuador dominaba y creaba situaciones. Aumentó a los 56 Noboa, 3 a 0 y a esperar cuantos fueran. Antonio Valencia marcó el 4-0 y cerró la cuenta.

Una tarde magnífica, inolvidable, preciosa. Una sede que arrancó más tarde pero que espera por la final. Un partido atractivo y un estadio imponente, de los mejores del planeta en este momento, y que lucha por ganarse un lugar como el mejor con espectáculos deportivos (Fúbol, Super Bowl, etc) y recitales.

Una Copa América Centenario USA 2016 que ya vibra en todo el país.

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a East Rutherford, New Jersey, USA)

New York levanta su telón

Abre sus puertas, majestuosa, imponente, fascinante. Como siempre. La ciudad más atractiva, mas cautivante, más famosa. New York, con toda su fuerza y su tremenda personalidad, le abre sus brazos a la Copa América Centenario, USA 2016 para que jueguen Ecuador y Haití, y de esa forma se suma a todo el país. Estados Unidos vive la Copa América, aunque su gente sigue más pendiente, en materia deportiva de las finales de la Stanley Cup, la Copa que se entrega en la National Hockey League (NHL) y las finales de la National Basketball Association (NBA), que encuentran, ahí sí, el fanatismo de su población.

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La Copa está escondida para la mayoría; es un tema de los latinos y de un porcentaje menor de locales que se han sumado a la fiebre mundial del “soccer”; pero hay que decir que en esta parte del mundo, la gente no palpita detrás de la pelota. Más aún, todo Manhattan parece no estar enterado de lo que sucede. Su oferta múltiple de todo tipo de espectáculos y atracciones relegan al fútbol a un lugar lejano. Habrá que ver como responde hoy la noche de East Rutherford, en New Jersey, aunque es posible que el estadio tenga un muy buen marco. Pero no hay fiebre futbolera en las calles de los condados; ni Brooklyn ni The Bronx, Queens, Staten Island se desbordan por el deporte que gobierna al resto del mundo.

Mientras, los amantes de este deporte, viven la fiesta. La Copa trae ilusiones y sueños. En esta Ciudad, donde al cabo se jugará la gran final, todo parece poder hacerse realidad.

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a New York City, New York, USA)

 

 

 

El continente se llena de fútbol y emociones

Faltan un par de horas para que Brasil y Haití se presenten en Orlando y con su partido cierren esta sede, que dejará de ser protagonista de la Copa América Centenario USA 2016 para observar como este maravilloso juego se desarrolla en otras ciudades de Estados Unidos.

Orlando nos recibió con un calor sofocante, que fue muy fuerte en el primer partido jugado en esta sede entre Costa Rica y Paraguay y 48 horas más tarde ofreció un temporal de lluvia intensa, vientos fuertes y un partido muy entretenido entre Panamá y Bolivia. Hoy cierra con Brasil y Haití en un clima caluroso, pesado y con nubarrones que presagian lluvia. Toda una combinación.

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Pero la experiencia fue hermosa. Porque tuvimos fútbol en continuado, y porque el resto de las sedes nos ofrece también un menú variado. Hay partidos, jugadas, futbolistas, sistemas tácticos, goles y polémicas para todos los gustos.

El primer partido que ofrecía la sede, Costa Rica y Paraguay, parecía el más atractivo. Fue una decepción. Pocas jugadas elaboradas, un calor tremendo y emociones con cuentagotas.

 

Después, el temporal del lunes 6 de junio, cuando la tormenta “Collin” amenazó con suspender el partido. Al cabo, se jugó Panamá y Bolivia, y nos brindaron un lindo espectáculo en medio del temporal. El equipo del “Bolillo” Gómez fue toda una grata revelación. Audaz, ambicioso y rápido, se llevó una justa victoria.

Además, hemos visto el buen fútbol de Colombia, la recuperación de Estados Unidos, la candidatura natural de la Argentina, la garra de Paraguay que aún no se rinde, el rendimiento óptimo de México, un Uruguay que no se resigna…

Hay una Copa en marcha y un continente que se llenó de fútbol. Disfrutemosló, el torneo luce apasionante.

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Orlando, Florida, USA)

Panamá, una revelación de buenas intenciones

Aunque el empate parecía sellado cuando faltaban apenas 5 minutos para terminar el partido, la victoria final de Panamá 2 a 1 sobre Bolivia, resulta incuestionable. Porque si bien la consiguió en la agonía del partido, la mereció por lo que hizo durante todo el encuentro.

El equipo que dirige Hernán Darío Gómez salió decidido desde el primer minuto. Atacó con fundamentos y a los pocos minutos se lo perdió, solo, Armando Coopery luego se lució el arquero boliviano, Carlos Lampe, con una buena intervención. A los 10 minutos llegó la emoción. Un desborde de Quintero por izquierda, el centro y el remate cruzado de Blas Pérez  abrió el marcador.

En medio del temporal de la tormenta “Collin”, el World Camping Stadium se sacudía con la primera emoción.

Era más Panamá y lo justificaba. Dominaba con un simple 4-4-2, con el trabajo amplio de Godoy y la “pimienta” en ataque que siempre le imprimían Blas Pérez y Armando Cooper. La mano del “Bolillo” Gómez se veía en el buen trato de pelota y la búsqueda permanente de un buen destino para el balón. Bolivia se enredó e sus nervios y le costaba mucho llegar al ataque.

En la segunda parte, sin embargo, el conjunto del altiplano iba a lograr la igualdad. Tras un tiro libre con forma de centro bien ejecutado, un error defensivo de Harold Cummings, quien dejó corto el rechazo, fue bien aprovechado por Juan Carlos Arce y Bolivia llegó a la igualdad.

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El temporal, que había mermado en la primera etapa, volvió con más lluvia en la segunda parte. El agua, que caía de modo compulsivo y el fuerte viento, jugaron su partido. En medio de esas condiciones, Panamá intentó siempre jugar. Jugar y atacar. Fue audaz, prolijo y ambicioso. Aníbal Godoy se asociaba con Quintero, Gabriel Gómez se metía más atrás para equilibrar y Cooper y Pérez buscaron siempre.

Arce y Duk eran los más destacados en Bolivia. Más por actitud que por juego. Mostraban rebeldía para encauzar un partido que venía mal barajado. Pero no pudieron  torcer el destino.

El desborde del final, el error del defensor boliviano, el centro preciso y medido cuando Lampe salía desesperado y el tiro certero de Blas Pérez sellaban el 2 a 1 final.

Para el delirio de la mayoría de los 13.000 espectadores. Panamá ganaba y desataba la alegría de quienes desafiaron el viento, el frío y la lluvia para disfrutar un buen partido de fútbol en esta bendita Copa América Centenario USA 2016.

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Orlando, Florida, USA)

Panamá y Bolivia, con la tormenta Collin como protagonista

Parece mentira. Hace 48 horas estábamos en medio del fuego abrazador de Orlando. La apertura de la sede, con el partido entre Costa Rica y Paraguay, se desarrolló bajo una sol ardiente y un calor que llegaba a los 37 grados centígrados, aunque en el campo de juego la temperatura subía mucho más. Y parece mentira porque después de esa sofocante jornada, de ese calor que anunciaba la llegada del verano, 48 horas más tarde estamos en el Camping World Stadium de Orlando bajo un diluvio con nombre de tormenta “Collin”, que atraviesa el centro de la Florida y tuvo amenazado el juego durante toda la tarde.

La lluvia dijo presente alrededor de las 3 de la tarde. Comenzó tímida, y empezó a crecer hasta ser muy fuerte a eso de las 4 y media. A partir de ahí, cedió. Y la ilusión del fútbol tomó forma.

Por eso el anuncio de este encuentro y la Copa América Centenario USA 2016 que ya tiene de todo. Calor agobiante, tormenta fría tropical, vientos veloces, público de todo el continente.

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Hoy, con todos estos contratiempos, nos aguardan Panamá y Bolivia. El equipo centroamericano viene con una ilusión: crecer, aprender, foguearse. Tomar experiencia. Y hacer valer sus atributos: “Estoy muy contento porque no fuimos invitados -dijo Hernán Darío Gómez, su DT- sino que nos clasificamos. Logramos nuestro lugar en la cancha. Y eso me pone muy contento y orgulloso.”

“Me emociona adonde hemos llegado. Tenemos un grupo difícil, con Chile y La Argentina, ellos nos darán la medida de si nuestro trabajo fue eficaz o no.”, agregó el entrenador.

 

Para el capitán Felipe Baloy, “ganar ante Bolivia nos dará mayor motivación y confianza para enfrentar a la Argentina y Chile”.

Para Bolivia, la situación es muy similar. Es un partido que consideran “a muerte”, a ganar por como se pueda. Es que si alguna esperanza de clasificación tiene cualquiera de estos dos equipos está centrada en el partido de esta tarde. Sólo cabe ganar para luego tratar de sumar algún punto ante los candidatos, los equipos que jugaron la final el año pasado, Chile y la Argentina.

El entrenador, Julio Baldivieso sabe que no hay demasiadas alternativas. Tiene que ir por la victoria. Y luego ver como sigue.

Pasó la tormenta, el temporal quedó atrás y viene el fútbol. Es una “final” entre dos equipos que vienen a soñar y aprender. E intentar ganar, porque los tres puntos de hoy pueden ser la gran esperanza para mañana…

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Orlando, Florida, USA)   

Ramón Díaz, el abanderado de la fe

Sus primeras palabras fueron una suerte de queja y lamento por las condiciones en que se desarrolló el partido. Sentía la obligación de decirlo, de defender a sus jugadores por el horario en que jugaron y por el terrible calor reinante.

Pero luego fue el Ramón de siempre. El más conocido por los argentinos, el Ramón chispeante, optimista, simpático.

“Creo que hicimos un gran primer tiempo, y en el balance global merecimos llevarnos algo más. Hubo muchas situaciones para nosotros, mientras que Costa Rica sólo tuvo el remate del final, que Justo (Villar, el arquero) desvió muy bien”, analizó el partido.

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Para Ramón, su equipo tuvo cosas positivas y otras para mejorar: “Siempre se puede mejorar, nosotros venimos con una idea y hay que seguir trabajando.” Consultado por esa idea y el vínculo con Ortigoza y cuánto podía influir su ausencia, respondió: “Ortigoza es un jugador muy importante para nosotros, pero Piris lo reemplazó muy bien. Creo que hay un buen plantel y todos están listos”.

Tampoco cree Ramón que se haya complicado la clasificación; “No está nada definido, ni nada resuelto. Y no creo que el próximo partido ante Colombia sea decisivo. No faltan 3 puntos, quedan 6 en juego. Está todo abierto, todo por jugar.”

El Díaz que uno conoce: optimista y ganador. Agradeció a la gente de Disney por las amabilidades en la concentración, aseguró que el césped estaba impecable (“en este país, cuando se proponen algo, van y lo hacen. Lo consiguen”, aseveró), no tuvo quejas con el árbitro ni con el juego brusco (“el fútbol es un deporte de hombres y así hay que tomarlo), no perdió la calma y la sonrisa.

Ramón Díaz, el abanderado de la fe, sigue en carrera.

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Orlando, Florida, USA)

El calor de Orlando sofocó el juego de Costa Rica y Paraguay

“Creo que hay que tener un poco más de consideración por los protagonistas, entender que los jugadores son los principales hombres de este espectáculo y comprender que todo gira en torno a ellos, por eso me parece que hay que tener en cuenta el horario y el calor y modificarlo. Entiendo que hay compromisos comerciales, con la TV, y demás, pero no se puede jugar con este calor en el horario en que lo hicimos”, Así de crudo y directo fue Ramón Angel Díaz en la conferencia de prensa posterior al empate 0 a 0 entre su equipo, Paraguay, y Costa Rica.

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El calor fue el principal protagonista; cerca de 40 grados de temperatura en el césped del Orlando Citrus Bowl le metieron un fuego que a los dos seleccionados les costó superar.

Paraguay arrancó bien, con una fuerte presión en ataque y la conducción fina y elegante de Oscar Romero. Así, fue el dueño del primer tiempo. Tuvo tres ocasiones claras y mereció llevarse algo más, aunque su ataque sostenido comenzó a mermar hacia los 30 minutos de esa etapa.

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En el segundo tiempo la partida cambió. Paraguay sintió el desgaste, se apagó el volante de Racing y Lezcano ya no tuvo tanta incidencia. En cambio, Costa Rica fue más atrevido, creció Ureña, hasta convertirse en su jugador más punzante y peligroso y Bryan Ruiz supo meterse en la conversación.

Costa Rica logró equilibrar las acciones, pero siempre chocó con la defensa segura, donde brilló Gustavo Gómez y la personalidad de Justo Villar.

El empate no le quedó tan mal al partido, aunque en el balance global Paraguay fue un poco más. Pero era muy difícil que surgiera un ganador: el calor agobiante de la tarde en la Florida ya había demostrado que sería el protagonista de la jornada.

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Orlando, Florida, USA)