Con dosis de buen fútbol, Atlanta sostiene su ilusión

La Primera Nacional entró en su etapa de definiciones y arde al calor de este Enero de 2021, que nos trae días de alta temperatura y de partidos calientes, en la búsqueda del segundo ascenso a la Liga Profesional. El primero ya lo conquistó Sarmiento (Junín), y por el segundo hay una lucha encarnizada, como la que protagonizaron Atlanta y Ferro Carril Oeste, en el Estadio de Platense. Dos equipos de larga tradición en nuestra Primera División. Dos equipos, Atlanta y Ferro, que eran caracterísiticos del fútbol grande en la década de los ’70 y también en los ’80, aunque el “Bohemio” tuvo allí sus primeros resbalones.

Pero el equipo de Villa Crespo contó con grandes futbolistas y buenos conjuntos en esos locos años ’70, que lo llevó a pelear el Campeonato Nacional 1973 en el cuadrangular final que ganó Rosario Central y del que formaron parte también San Lorenzo y River. El conjunto de Caballito fue un ejemplo como club, que coronó a su fútbol con los títulos de los Nacionales de 1982 y 1984. Los dos sueñan, desde hace tiempo, con el regreso a la máxima categoría. Y con esa ilusión, salieron a la cancha…

Ferro tuvo la primera llegada a los 5’, pero Rago salió rápido y tapó el remate de Bordacahar. Después el manejo del partido fue de Atlanta. El equipo de Villa Crespo copó la mitad de la cancha, se adueñó de la pelota y controló el partido. Una línea de cuatro, adelante Previtali, otra línea de cuatro ofensiva, con Julián Marcioni (un jugador de enorme futuro), Valdez Chamorro, Ochoa Giménez y el ex San Lorenzo, Fabricio Pedrozo, en tanto Milton Giménez se posicionaba como centro atacante, su lugar habitual. Co ese esquema y la disposición de todos le ganó el medio a Oeste, que no encontraba la fórmula. Tenía una línea de volantes con Asprea, Miranda y Gomez, en tanto Walter Busse intentaba ser el enlalce con Bordacahar y Toloza. Pero Ferro no conseguía el balón.

Hasta que llegó el gol a los 31’, tras una buena jugada colectiva, el centro de Valdez Chamorro y la aparición de Ochoa Giménezpara convertir y poner el partido 1-0. Era justo el resultado, porque Atlanta dominaba el juego. No había tenido, hasta entonces, llegadas con peligro, pero sí justificaba el marcador por su predisposición para jugar al ataque, para buscar el resultado, para intentar llegar. Tenía ganas de ganar y lo demostraba.

Ferro tuvo una oportunidad a los 38’, Grana surgió solo por derecha y cuando remató con todas las chances del mundo, otra vez la figura de “Pancho” Rago evitó la caída de su valla. Con muy poco le había alcanzado al conjunto de Caballito para asustar a su adversario. Sin demasiado juego ni vuelo, a los de Jorge Cordon les había resultado suficiente ser verticales y profundos para contar con dos situaciones a los largo del primer período.

En el segundo tiempo Atlanta golpeó de entrada. Tiro libre desde la derecha y la cabeza más alta de Nahuel Tecilla para ganarle a todos en el boca del área chica y clavar el frentazo que marcó el 2 a 0 para el conjunto que hizo las veces de local.

Ferro apeló a las modificaciones: a los 57′ ingresó un delantero más, Tomás Molina, en reemplazo de un volante que lucía errático, Gómez. Y, por una cuestión de lógica, se adelantó en el campo de juego.

A Atlanta se le hizo pesado el partido en la mitad. Ya no tenía tanto el balón y necesitaba equilibrar el medio juego, porque tenía todos hombres de características ofensivas y Previtali se debatía solo en la lucha, al margen del enorme esfuerzo de todos sus compañeros. Entonces tuvo un cambio necesario; a los 64′ ingresó un volante de marca, Agustín Bolívar en reemplazo de un creador, Joaquín Ochoa. y el esquema trocó a un 4-2-3-1. Dos contenciones, Marcioni, Valdez Chamorro y Pedrozo, y Giménez arriba.

Entonces el juego se volcó al campo local, porque Ferro también soltó amarras, lanzó a los laterales, Grana y Mazur, e intentó llegar al arco rival. Pero el “Bohemio” se acomodó y jugó el partido como lo pensó. Con cortes en tres cuartos y mucho espacio para meter contragolpes. Y varios de ellos fueron bien armados, con buena circulación de pelota, creatividad y belleza.

Ferro fue por dos variantes más. A los 77′ ingresaron L. Ferrari por R. Mazur y D. Chavez en lugar de F. Miranda; tenía que arriesgar porque la clasificación se le iba.., Atlanta también apeló al banco: a los 79′ Dramisino, volante de ida y vuelta, reemplazó a Valdez Chamorro.

Así tuvo otra chance; a los 82′ de un corner desde la derecha, Grana, en su afán de rechazar, despejó hacia su arco y el balón pasó por encima del travesaño, muy cerca. A los 83′ Diego Chavez sacó un buen remate de lejos que Rago supo controlar.

El partido se terminaba. Un último cambio en Atlanta disponía enfriar y cerrar el juego: Oyola por Marcioni, la figura de la cancha a los 90+2′. Y parecía todo dicho. Pero no, el fútbol tiene duendes, magos, sorpresas y fantasmas que aparecen en cualquier lado, momento y circunstancia. Ya iban 90+3′ cuando vino el centro de la izquierda de Ferro y Rago, de una jornada excelente, se pasó un poco, la quiso despejar, le pegó a su compañero Ramiro Fernández, le volvió a dar a él, y se le metió en el arco. Gol de Ferro cuando todo parecía concluir.

Atlanta se aferró al 2 a 1 en ese minuto que quedaba. Entre la firmeza de sus centrales, Pérez y Tecilla, la concentración de todos y el esfuerzo mancomunado, se apretó en un todo, y celebró con la gente que pudo acompañar con mucha alegría una victoria merecida.

Hernán O’Donnell

RB Leipzig ganó y mantiene su sueño de Bundesliga

La Bundesliga es fantástica. Tiene todo lo que uno le puede pedir a una competición de fútbol. Escenarios espectaculares, equipos de alta calidad, partidos vibrantes, futbolistas talentosos y estrategas inteligentes. Cada partido encierra una incógnita, aún cuando hay equipos dominantes como Bayern Münich, Borussia Dortmund, y, desde hace un para de temporadas, RB Leipzig.

Sí, al equipo de Julian Nagelsmann hay que ponerlo en ese lote. El de los conjuntos que ejercen una supremacía sobre el rival. El que controla las acciones y el juego. Cada partido Leipzig crece un poco más y casi siempre ejerce una superioridad manifiesta sobre el adversario. Esta vez fue ante Unión Berlín, que sabía el partido que jugaba y propuso una defensa cerrada, un esquema sólido y la actitud siempre alerta para salir de contragolpe cuando la situación lo ameritaba.

Tres centrales en la visita; un volante replegado bien cerquita de ellos, y una línea de cuatro volantes retrasados. Así tenía el ancho y el centro del campo copados por piernas visitantes y se las arreglaba para controlar los avances locales.

Leipzig jugó como siempre. Al ataque, con ganas, con las proyecciones peramentes de Mukiele y Angeliño, el trabajo en el medio campo de Sabitzer y Kampl, los ataques de Nkunku y Dani Olmo, en tanto Sorloth intentaba posicionarse como pivot.

Unión Berlín aprovechó un error de Upamecano a los 7′ y tuvo su primera llegada, aunque Awoniyi no pudo resolver. Y a partir de ahí, el local se hizo dueño del balón y manejó el partido.

Siempre con Sabitzer como salida. Para abrir a izquierda o derecha. Con Angeliño o Mukiele, pero faltaba la jugada que hiciera daño a Unión Berlín. Porque el equipo visitante tenía mucha gente en su zona de retaguardia y el equipo de Nagelsmann no encontraba soluciones en ataque.

A los 30′ probó Dani Olmo con un disparo desde lejos que Luthe controló con seguridad. Y a los 36′ tuvo la situación más clara del partido cuando Nkunku quedó solo tras una excelente jugada colectiva y su remate se fue muy arriba, en el momento en que el estadio se llenaba de olor a gol.

La visita cerró el primer tiempo con una buena llegada, la segunda, en la que Teuchert intentó filtrarse entre los zagueros, pero Upamecano cerró con mucha categoría.

El segundo tiempo tuvo el mismo argumento. Un local que iba, que empujaba al visitante, mientras este trataba de aguardar con paciencia su oportunidad. El error de Leipzig fue repetirse en centros. Como no hallaba los caminos, el equipo se tentó con la posibilidad de llegar por medio de pases desde las bandas a la búsqueda de un cabezazo salvador.

Nagelsmann tomó nota y a los 59′ hizo una variante ofensiva: el sueco Forsberg, de características de enlace o media punta, reemplazó a Kampl, volante medio. Urs Fischer, el suizo que dirige a Unión Berlín, resolvió reemplazar a los dos delanteros: L. Dajaku ingresó por T. Awoniyi y M. Bulter reemplazó a C. Teuchert.

Mejoró RB Leipzig. Empezó a tener más profundidad, a ser más peligroso. A los 64′ Sabitzer cortó un balón para la entrada de Nkunku y el arquero Luthe tapó con su mano izquierda tras una salida rápida.

Recién a los 66′ tuvo su primera llegada del segundo tiempo la visita, tras un centro de la derecha que Bülter no logró conectar.

Pero era mucho más Leipzig y lo demostraba. Respondió Sabitzer a los 67′ con un buen tiro desde afuera que se fue sobre la base del palo derecho de Luthe. Y a los 69′ llegó el gol de Forsberg. Recibió de Sabitzer, el defensor le ganó en el rebote, la pelota le quedó a Olmo y este habilitó a Forsberg para que el sueco girara y marcara el 1 a 0 con un remate cruzado.

Los técnicos metieron mano a sus recursos, y cada uno hizo una modificación. Primero en Unión Berlín, a los 75′ C. Gentner entró en lugar de F. Hubner. Luego, en el equipo local: a los 76′ Adams ingresó por Mukiele.

Fischer no se iba a quedar tranquilo, y a los 80′ hizo dos variantes más: puso a N. Giesselmann en lugar de C. Lenz y dispuso que K. Endo ingresara en reemplazo de S. Griesbeck.

Pero el partido era controlado por los de Nagelsmann, que iban a sumar más posibilidades. A los 81′ Nkunku dejó solo a Sorloth con un pase en profundidad, y este, cuando entró al área intentó con un tiro que se fue muy desviado, cuando entraba solo por el medio Forsberg y lo aconsejable era cederle el pase.

Después hubo dos modificaciones más en Leipzig. Iban 85′ cuando Poulsen ingresó por Dani Olmo y A. Haidara reemplazó a C. Nkunku. Un minuto más tarde llegaba otra oportunidad para el local; corner desde la izquierda de su ataque y el cabezazo de Halstenberg fue detenido por Luthe, en otra ocasión de peligro. Y a los 88′ Poulsen intentó de media cuelta con un buen remate, que se fue muy cerca.

Sin embargo, el fútbol guarda muchas sorpresas y Unión Berlín, que casi no había tenido chances en el complemento, en la agonía del partido tuvo una situación muy clara que pudo ser el empate. Ya se jugaban 90+1′ del partido, y Bülter sacó un remate desde lejos, pero muy fuerte y preciso, que Gulacsi desvió con esfuerzo. Era una sorpresa en una noche que parecía definida.

Con ese pequeño susto final, RB Leipzig obtuvo un triunfo justo y necesario. Porque fue merecido a lo largo de todo el partido, porque tuvo el control del balón a lo largo del encuentro y porque la victoria era imprescindible para seguir de cerca en ese sueño no tan imposible que es conquistar la Bundesliga.

Hernán O’Donnell

Gabriel Milito, y una nueva ilusión en Argentinos Juniors

Llegó muy rápido a un acuerdo; apenas se oficializó la desvinculación de Diego Dabove, que firmó en San Lorenzo de Almagro, en poco tiempo Argentinos Juniors arregló condiciones con el ex defensor de Independiente y Barcelona de España, Gabriel Milito y en una conferencia de prensa virtual lo presentó ante el mundo del fútbol.

Tras unas palabras de bienvenida del Presidente Cristian Malaspina, el flamante entrenador respondió preguntas enviadas por la prensa nacional y partidaria.

Crédito: @AAAJoficial

“Con el paso de los años Argentinos creció, evolucionó y a nosotros nos ilusiona el desafío de darle continuidad a este progreso. Hoy recorrimos el predio de entrenamiento y creo que es maravilloso para el fútbol sudamericano; pocos clubes tienen las instalaciones que tiene Argentinos y eso le da prestigio a la institución. Eso demuestra que las cosas se hacen bien. No es casualidad que se haya logrado clasificarse a la Copa Libertadores, con todo lo que cuesta”.

Va a trabajar con Leandro Avila y Diego Castagno Suárez como ayudantes de campo, Santiago Jorge Fleita como Preparador Físico. Rodrigo, el entrenador de arqueros que ya está en el club, continuará.

“Me motivaron las buenas referencias que tengo del club; ya habíamos tenido alguna vez un contacto. me gusta la identidad del club, ha tenido grandes ídolos y tiene una forma de jugar, una mentalidad histórica de jugar. Claro que lo más importante es ganar, pero a mi me interesan mucho las formas y en Argentinos están bien identificadas”, agregó el DT.

Sobre su experiencia en la profesión y un análisis de los pasos que dio, Milito señaló: “Uno desarrolla la carrera y ve que cosas le gustan y fluyen, cuales cuestan más. Soy un DT joven y recién arranco esta carrera, de la que uno nunca termina de aprender todo. Siempre hay algo más. Tengo claro como quiero que jueguen mis equipos, y me agarro de lo que siento. Parto de ese punto. Tengo matices, variantes, alternativas pero parto de lo que pienso y siento. Y después uno necesita del compromiso del jugador para que tengan la capacidad de saber que hacer en los distintos momentos de los partidos. Uno les dará todas las herramientas posibles pero también libertades”.

Preguntado por este periodista sobre el análisis del rendimiento de Argentinos en la reciente Copa Maradona, respondió: “El equipo compitió muy bien, me gustó muchísimo la intensidad con la que jugaron, el espíritu de equipo con el que han jugado todos los partidos, creo que hubo jugadores en un nivel muy, muy alto. Por supuesto que vimos todos los partidos y hubo elementos que destacamos y por supuesto influyeron a la hora de tomar este desafío. Nos gustó mucho el equipo; hubo muchas cosas con las cuales me identifico: la manera de competir, sentí que Argentinos Juniors se mostró en todo este tiempo como un verdadero equipo, vi que todos estaban comprometidos, incluso aquellos que entraban, lo hacían con mucho deseo, para colaborar y aportar su granito de arena. Eso para mí es un equipo. Es lo primero. Después, jugar con línea de tres, de cuatro, con dos delanteros, con un delantero, con extremos, sin extremos…es importante; pero lo más importante es tener un espíritu colectivo competitivo, muy, muy fuerte. Y eso noté en este equipo. Jugadores que querían conseguir cosas a través del esfuerzo, la dedicación, el sufrimiento. Pero por ese espíritu colectivo de todo el equipo a mi me encanta. Y nosotros tenemos que sostener eso”, respondió.

Con contrato hasta 2023, Milito sueña con cumplirlo todo y vivir una etapa de gloria en Argentinos Juniors. Un mar de ilusiones lo acompaña.

Hernán O’Donnell

Por la vía de los penales, Güemes llegó a la Primera Nacional

Como se definió el ascenso de Sarmiento a La Liga Profesional el último sábado, como al día siguiente Boca se adueñó de la Copa “Diego Armando Maradona”, este lunes Güemes de Santiago del Estero venció en la vía de los penales a Villa Mitre de Bahía Blanca por 4 a 2, tras haber igualado 1 a 1 en el tiempo reglamentario. Tercer día consecutivo de definiciones en el fútbol argentino, y otra vez un equipo grita ¡Campeón! tras tener que recurrir a la siempre dramática definición por la vía de los tiros desde el punto del penal. Y un equipo más de Santiago del Estero avanza en el fútbol grande de nuestro país.

El equipo de Pablo Martel se sintió muy cerca del ascenso durante un buen rato, porque había conseguido el primer gol al promediar el segundo tiempo, pero en la agonía sufrió el empate de su adversario y todo quedó a definirse en los penales.

Fue un partido intenso, entretenido, con emociones repartidas. Comenzó mejor el equipo de Bahía Blanca y en el balance dejó una imagen superior; sobre todo por el juego, pero le faltó justeza para resolver en el arco rival y Güemes siempre luchó el partido. También generó llegadas, y al final se llevó el premio mayor.

Comenzó Villa Mitre con una situación: iban 7′ cuando llegó el corner por la derecha, el cabezazo de González y Nahuel Zárate rechazó de cabeza cerca de su valla.

A los 10′ llegó una contra letal para el equipo de Bahía; se fue solo Tunessi hacia el área rival, Lastra lo tomó de la camiseta fuera del área, pero luego mantuvo el agarrón dentro del área de Güemes. Al momento de soltarlo la jugada debía ser penal, pero el árbitro creyó que lo había soltado antes y cobró tiro libre sobre la línea. Eso sí, expulsó a Lastra, y mientras Güemes quedó con diez jugadores, el tiro libre de Ramírez pegó en la barrera.

A los 17′ tuvo otra chance Villa Mitre; Jara se fue solo por derecha, tiró el centro al arco, que había quedado libre, pero no llegaron sus compañeros. En tanto, a los 25′ se fue expulsado el capitán Héctor González por doble amonestación, en una decisión que pareció exagerada.

Pero el equipo de la provincia de Buenos Aires era superior en ese tiempo y a los 31′ volvió a tener una chance con el remate de Jara que Mendonca sacó al corner con un vuelo formidable.

Güemes recién apareció sobre el final del primer período. A los 43′ Romero recibió un pase bombeado y cuando iba a resolver, Tavoliere le tapó el remate. Y a los 45+1′ el lateral Politano armó una buena maniobra individual pero su disparo se fue arriba del travesaño. El equipo de Santiago cerraba el primer tiempo con dos buenas llegadas.

En el complemento, Güemes se paró mejor de contraatque. Con la habilidad y el manejo de Pablo López, más la potencia de la “Bestia” Romero, el equipo de Martel se adaptó mejor a lo que proponía el partido. Villa Mitre había metido a Tanner por Formigo, e iba para adelante. Güemes lo contraatacaba.

Así llegó el gol del conjunto santiagueño. A los 67′ salió rápido de contra tras un balón perdido por la izquierda del equipo de Bahía, Nicolás Juarez cortó el avance, habilitó a Romero, este abrió para Juarez quien se fue por derecha y lanzó el centro que lo encontró bien posicionado a Romero para señalar el 1 a 0 para Güemes.

Allí se lanzó Villa Mitre. Metió dos cambios para refrescar el aire. Juan Pablo Zárate por Jara y Maximiliano López por Dauwalder.

Lo fue a buscar el equipo de Carlos Mungo, aún a costa de dejar espacios libres a sus espaldas. Porque si quería llegar a la Primera Nacional, no podía resignarse. Debía jugarselá. Entonces adelantó las líneas, sumó gente al ataque y a los 76′ agotó las variantes: Carlos Herrera entró por Fabello y Cocciarini por el “Oveja” Ramírez. En Güemes entró Francisco De Souza por Claudio Vega en su primera variante.

Estaba apretado el azulgrana, pero encontró una chance a los 80′ cuando De Souza se fue por derecha, buscó a Romero y la “Bestia” giró, metió un remate fuerte y Tavoliere la sacó al corner con un maotazo bajo. Iba a haber otro cambio en el equipo de Santiago; a los 83′ salió Pablo López y lo reemplazó Albaro Pavón.

Todo estaba complicado. Para Villa Mitre, porque no lograba doblegar la defensa de Güemes, en tanto producía buenas llegadas. Y para los santiagueños, porque el reloj no caminaba, el tiempo no pasaba y la defensa se volvía heróica.

Entonces llegó el gol del empate. A los 90+1′, tras un corner desde la izquierda llegó el cabezazo, la sacaron sobre la línea, el segundo remate pegó en el palo izquierdo y en la tercera oportunidad el lateral Nicolás Ihitz convirtió de palomita para porner el 1-1 en el cierre del partido.

Llegaron los penales. Primero Manchafico convirtió para el equipo de Bahía Blanca. Igualó Zárate. 1-1. Fue Tunnesi para Villa Mitre y lo convirtió. También Cannever para Güuemes. 2 a 2.

En la tercera serie, Herrera le entró muy abajo y desvió arriba la chance para el conjunto de Bahía Blanca. Fue David Romero, el goleador, y convirtió. Güemes arriba 3 a 2.

Fue López para Villa Mitre, eligió el palo izquierdo de Mendonca y el arquero acertó. Venía De Souza, y el brasileño no falló. 4 a 2 para Güemes y Campeonato y ascenso asegurado.

Así es el fútbol. Uno jugó mejor, pero el otro tuvo el temple necesario para resolver por los penales. Y festejó Güemes, que salió Campeón del Federal “A” y metió a un equipo más de Santiago del Estero en el fútbol grande de la Argentina

Hernán O’Donnell

En la definición por penales, Boca gritó Campeón de la Copa Maradona

Todo el campeonato, toda la Copa “Maradona” quedó a definirse en los tiros desde el punto del penal. Porque por estas cuestiones que tiene el fútbol, muchas veces los torneos, se resuelven así, por esa vía, cuando hay una final y el empate y la paridad entre los dos equipos que se enfrentan no puede desequilibrarse en el juego. Toda la emoción del final con el empate agónico de Banfield con un gol en el minuto 90+6′, cuando solo restaban unos segundos de juego. Un empate que llegó tras un segundo tiempo que creció en la emoción a partir del gol de Cardona y las vicisitudes del juego. Boca terminó con 9 hombres por la expulsión de Emmanuel Más a los 86′ y la lesión de Diego González a los 90+3′. Finalizó el juego apretado, y en el último suspiro Banfield forzó los penales, pero allí Boca tuvo más precisión y ganó por 5 a 3.

El fútbol está tan estudiado, tan analizado, tan visto, que cuando dos equipos salen con la idea de controlar las virtudes y las características del rival, se produce un primer tiempo como el que protagonizaron Banfield y Boca en la final de la Copa “Diego Armando Maradona” en el Estadio “San Juan del Bicentenario”, en el Departamento de Pocito, al sur de la Capital, en la provincia de San Juan.

Se estudiaron tanto que solo intentaron no equivocarse para no darle la oportunidad al otro. Banfield sabía que con la pelota y el manejo de Cardona y Zárate, Boca lo podía complicar. Igual que con las trepadas por las bandas de Más, Buffarini y Sebastián Villa. Entonces jugó a cortar los pases a buscar que sacaran pelotazos largos para recuperar y salir rápido de contraataque. Boca trataba de no perder el balón en la mitad de la cancha, para que no surgiera la virtud del “Taladro”, esa de llegar con dos o tres pases al arco rival. Y el primer tiempo se sumergió en esas características. Jugaron al “no te metás”.

Así y todo, tuvieron algunas situaciones. Villa, a los 18′, giró y remató, tras un buen enganche, pero su disparo no prosperó. Banfield tuvo una clara a los 23′ cuando de un lateral a la izquierda para Bordagaray, el “Memo” de cabeza se la bajó a Payero y este sacó un tiro fuerte que pasó cerca del travesaño de Andrada.

A los 32′ tuvo otra el equipo de Sanguinetti tras un contraataque y el remate de Cuero que tapó bien Andrada. A los 32′ la situación fue de Boca, con un trio de Villa que pasó cerca del palo derecho de Arboleda. Y a los 34′ probó de lejos Jorge Rodríguez y Andrada sacó al corner con esfuerzo.

El segundo tiempo comenzó trabado, cerrado. Aburrido y casi sin emociones. A los 58′ se fue lesionado Campuzano y fue reemplazado por Diego González.

Hasta que llegó el gol que abrió el partido. Más recuperó un balón de la salida de Arboleda, la recibió Zárate, enganchó de izquierda hacia adentro y cedió a González, quien volvió a abrir a la izquierda a Cardona. El colombiano se metió de izquierda al medio y sacó un zapatazo tremendo para marcar el 0-1 a los 63′ de juego.

Javier Sanguinetti metió una variante a los 65′: Alvarez por Bordagaray, para que Cuero vaya a la izquierda y el recién ingresado a la derecha. Cardona, que se había lesionado en el remate del gol, dejó el campo a los 66′ y lo reemplazó Eduardo Salvio.

Banfield llegó con un par de tiro libres. primero Payero, a los 72′, un tiro arriba del travesaño. A los 78′ entraron Urzi y Luciano Pons por Cuero y galoppo; y a los 79′ otra vez tuvo Payero un tiro libre peligroso, pero su disparo volvió a pasar por arriba del travesaño.

Los cambios eran la vedette del partido. En Boca, a los 83′, ingresaron Tévez y Varela por Ramón Abila y Mauro Zárate. Después, lo dicho al comieno. La expulsión de Más, el remate de Varela a los 88′ que Arboleda controló bien, la salida de González, Boca con nueve jugadores metido en su campo, Asenjo que entró por Bravo a los 90+3′ para dominar el juego aéreo, los centros que llovieron y el último que alcanzó a convertir Luciano Lollo, a los 90+6′ para ilusionar al “Taladro” con los penales…

Primero pateó Tévez, abajo a la derecha, golazo. Lollo respondió con un buen tiro. 1 a 1.

Villa, como siempre, un golazo al ángulo superior derecho. Fontana, con un remate potente. 2 a 2.

Salvio, tranquilo, a un costado. Arboleda, al otro. El “Corcho” Jorge Rodríguez que eleva su tiro, el balón dio en el travesaño y se perdió en la noche de San Juan. Boca arriba 3-2.

Izquierdoz, con un tiro seco, avanzó a 4 a 2 y Alvarez aseguró el suyo, obligado, para poner el 4-3.

Boca tenía dos chances. Primero, con el remate de Buffarini. Y en todo caso, tenía una chance más. Pero “Buffa” no falló, tiró fuerte, el balón le pasó por debajo al arquero de Banfield y Boca ganó por 5 a 3.

El festejo, los abrazos, la dedicatoria a todos…El título que le hace honor a Maradona, en una noche de verano en San Juan. Banfield dejó el campo con honor y dignidad. Perdió una posibilidad, de esas que no le surgen tan seguido, pero el fútbol sigue. Y tendrá que creer. Boca Campeón, algo más habitual. Con dificultades, con sufrimiento y con jerarquía para la definición de los penales. Justo, sin sobrarle demasiado, pero tampoco sin reproches. Una Copa para festejar.

Hernán O’Donnell

Las manos de Vicentini aseguraron el ascenso de Sarmiento

Fue clave en el primer tiempo, muy importante en el segundo y decisivo en la definición por penales. Manuel Matías Vicentini, el arquero nacido en Sanford, Provincia de Santa Fe, que llegó a Boca tras pasar por la Academia Griffa, que debutó con todas las ilusiones en 2012 en una gria por Colombia y Venezuela, que desde hace unos seis años se estableció en Junín para defender el arco de Sarmiento, en una tarde-noche de la Ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz se puso el traje de héroe y en un deporte donde los pies son los principales protagonistas, las manos del arquero, entre atajadas clave y el último penal de la serie que pudo detener, fueron el arma decisiva para el ascenso de Sarmiento de Junín a la Liga profesional de Fútbol.

Estudiantes salió decidido, como siempre. A los 10″ tuvo una primera chance, apenas comenzó el partido. Abrieron a la izquierda para Suárez, este largó el pelotazo al área, cabeceó Sepúlveda y habiltió a Cainelli, quien superó la salida de Vicentini y cuando iba a convertir llegó Mancinelli para sacarla al corner.

Con esa forma de jugar característica, con sus laterales Benavídez y Lucas Suárez lanzados de modo permanente al taque, con Beraldi como estandarte de la lucha y el combate en la mitad de la cancha. Con Bottino adelantado, y Hesar y Sepúlveda en el frente de ataque, con movimientos inteligentes, fue más Estudiantes en el inicio, dejó una imagen superior, de equipo dominante y confiado en sus armas; Sarmiento estaba incómodo, sin poder encontrar el balón. Quiroga no hallaba socios y Vismara debía desdoblarse para luchar en el centro del campo. Pero era más el conjunto de Río Cuarto. Fue más por esa presión constante, porque jugó bien adelantado y porque convirtió a Vicentini, el arquero de Sarmiento, en figura de la cancha.

A los 21′ llegó el tanto de Estudiantes; una jugada en la que Hesar se fue por izquierda, cruzó el centro al medio y Sepúlveda tocó fuerte cuando entró por el medio para marcar el 1 a 0. Era justo, por lo que había hecho el equipo de Vázquez.

Sarmiento salió recién sobre el final, cuando pudo deshacerse del asedio de los cordobeses; y encontró el gol del empate a los 38′ cuando Pombo recibió en tres cuartos de cancha, amagó por el medio, giró, y sacó un remate fuerte y esquinado que venció a Ardente. 1 a 1, y enseguida llegó el final del primer tiempo.

Los dos comenzaron el segundo tiempo con una variante. El hábil y veloz Arismendi por Hesar en el conjunto de Río Cuarto. Fabio Vázquez por Albertengo en el equipo de Marito Sciaqua.

Y comenzó mejor el conjunto de Vazquez, en esos minutos iniciales, con la velocidad desequilibrante de Arismendi por izquierda. Hasta que Sarmiento se despertó. A los 58′ llegó un centro desde la derecha, cabeceó Jonathan Torres y Ardente sacó al corner con un vuelo espectacular.

Creció Sarmiento, tomó confianza y se paró mejor en el campo. Quiroga comenzó a tomar más peso en el partido. Vazquez movió el banco. Padilla ingresó por Beraldi a los 59′; a los 66′, Ferreira entró por Comba. Le costaba ahora sostener el ritmo a Estudiantes y Sarmiento lucía un poco mejor. Ya había pasado el largo sufrimiento. A los 73′ entró Borasi por Pombo en el equipo de Junín, y el partido ya estaba equilibrado. Iban golpe por golpe, no se guardaban nada y llegaron a los minutos finales con todas las emociones juntas.

A los 80′ fue expulsado el lateral Suárez, de Estudiantes, por doble amonestación. De ese tiro libre llegó el centro y el cabezazo de Jonathan Torres que se estrelló en el travesaño. Sarmiento parecía iluminado, contaba con un hombre más y demostraba que podía lastimar; pero salió el contragolpe de Estudiantes, la falta de Martín García y su consecuente expulsión por doble amarilla, a los 82′. En dos minutos, pasó de todo y todo quedaba equiparado.

Garnier entró en lugar de Sergio Quiroga a los 83′, a los 84′ Gabriel Graciani realizó una espléndida maniobra individual y sacó un tiro que se fue un poco alto, en una clara posibilidad. Vazquez fue por dos cambios más; a los 85′ Vester entró por Bottino, para que Benavidez pase al lateral izquierdo, y Néstor Ortigoza ingresó en lugar de Cainelli, en el equipo de Río Cuarto. Y tuvo tres chances más: a los 87′ Padilla, de tijera, sacó un remate que pasó cerca del palo derecho de Vicentini. A los 88′ ortigoza combinó con Padilla, este habilitó a Ferreira y su cabezazo se fue afuera. yb la última fue a los 90+3′, cuando Arisemndi sacó un remate fuerte y preciso que Vicentini contuvo en forma brillante.

Era el preludio de lo que iba a pasar. de la figura del arquero del equipo de Junín que iba a tener su noche consagratoria.

La tanda de penales comenzó con el remate alto de Torres, en una noche que lo encontró peleado con el arco. Ortigoza convirtió para Estudiantes con su notable jerarquía. Se imponía 1-0 el celeste.

Garnier y Ferreira convirtieron y el encuentro siguió 2-1 para Estudiantes.

Graciani hizo el gol necesario para Sarmiento en la tercera tanda, y el disparo de Luis Ardente pegó en el palo derecho de Vicentini, que había elegido el otro palo. El partido quedaba 2-2 con un penal errado por cada equipo.

Mancinelli metió un buen tiro y Vester convirtió con un remate alto. 3 a 3. Y a definir en la última tanda, o seguir…

Vismara no dudó. “Cerré los ojos y le pegué”, dijo después del partido. Fue gol. La responsabilidad le quedó a Sepúlveda, de gran partido y encomiable esfuerzo. Pateó a la derecha de Vicentini, que tenía predestinada la estrella de la noche. Hacia allí viajó, sacó el balón, y dejó el partido 4 a 3 para Sarmiento, en tanto los compañeros lo abrazaban lo apretujaban y desataban la locura.

Así es el fútbol. Estudiantes había sido más en los noventa minutos, había hecho méritos futbolísticos y acumulado situaciones. Pero Sarmiento se apoyó en su esfuerzo, en el sacrificio colectivo, en no resignarse nunca y en la actuación de su arquero Manuel Vicentini que tendrá, para toda la vida, una noche para recordar.

Hernán O’Donnell

Colón debió exigirse para ganar y avanzar en la Copa Argentina

La Copa Argentina pasea su fútbol por todo el país, con la magia que despierta cada rincón de nuestra tierra, cada club, cada ciudad y cada estadio. Y saber que cada partido es una final; esta vez Colón, con sueños y aspiraciones, en tanto busca mejorar su participación en la próxima Copa de la Liga.

Enfrente Cipolletti de Río negro, un equipo muy grande y popular de la provincia y de la Patagonia, animador tradicional de los viejos Torneos Nacionales, aquellos que unieron a nuestro fútbol allá por fines de los años ’60, los gloriosos años ’70 de nuestro fútbol y su impronta duró hasta mediados de la década de los ’80, para empezar un nuevo ciclo en 1986 con la creación de la B Nacional, luego los torneos federales y en defintiva la unificación de todo nuestro fútbol. Pero los viejos Nacionales tenían un encanto especial, sobre todo porque en la mayoría de los años que duró cerraban la temporada y se vivía un diciembre a todo calor y color con los partidos finales.

Hoy, la Copa Argentina es el torneo más federal, porque junta todo el país y a todos los equipos de todas las categorías, por lo cual un equipo del Federal B o de la Primera D puede enfrentar a un conjunto de la Liga Profesional. Y esta vez fue el turno de Colón de Santa Fe ante Cipolletti.

El primer tiempo resultó equilibrado, discreto, parejo. Fue un tiempo en el que ninguno prevaleció sobre el otro; se notaba la mayor jerarquía de Colón, aunque el equipo de Río Negro se mostró audaz, intentó atacar y jugó sin complejos. Los de Eduardo Domínguez se basaron en su experiencia, la firmeza en la zaga de Bianchi y Piovi, el andar dinámico de Aliendro, la buena técnica de Goez y la enorme calidad de la “Pulga” Rodríguez. A los 28′ Sandoval conectó de cabeza un buen centro de la derecha, pero Caprio estaba bien ubicado y controló sin dificultades.

Y fue justo el delantero quien tuvo una posibilidad con un disparo lejano. Cipo estuvo en partido, aunque poco dejó ese período para destacar, pues casi no hubo llegadas a los arcos.

En el complemento mejoró Colón. Fue un poco más ofensivo, adelantó sus líneas y busco inquietar a Nicolás Caprio. El equipo de Raggio se sostenía en su arquero y en el trabajo de los volantes, Meza, Silva y Mellado.

A los 65′ Gustavo Raggio determinó dos variantes en Cipolletti: Aguirre y Villegas ingresaron por Ávila y Romer. Después vinieron dos cambios en el equipo de Santa Fe: Ingresaron Pierotti y Meza en reemplazo de Chancalay y Escobar.

El encuentro se había hecho más propenso al “Sabalero” que contó con un magnífico tiro libre de Luis Rodríguez que el arquero Caprio tapó bien abajo. Iban 77′ y “Cipo” fue por otra modificación: Pettineroli en lugar de García.

Y cuando todo parecía encaminarse a la definición con remates desde el punto del penal, llegó el gol y el alivio para Colón. Un remate de larga distancia de Aliendro encontró el desvío en Berra y el balón descolocó a Caprio para sellar el 1 a 0 a los 82′ de juego.

Para colmo de males, Cipolletti sufría, a los 84′ la expulsión de Damián Jara. casi no le quedaba tiempo y encima con un futbolista menos en el campo de juego. Iachetti entró por Silva en el equipo de Raggio y Farioli por Farías en Colón. y en el descuento hubo un par de emociones más. A los 90+1′ un cabezazo que Burián supo controlar bien y a los 90+4′ Aliendro recibió de Farioli y sacó un tiro fuerte y al medio que el arquero de “Cipo” controló con seguridad.

Era el final de un partido que Colón resolvió al final, tras un duro trabajo que le exigió Cipolletti.

Hernán O’Donnell

Santos fue el dueño de la noche, eliminó a Boca y se esperanza con la final

La ilusión de Boca duró poco. A pesar de que muchos pensaron que estaba en partido, el gol de Santos a los 15′ de juego fue un mazazo que lo derrumbó, pero sobre todo, lo desnudó. Le dejó a la vista todas sus limitaciones, sus defectos, sus carencias. Futbolísticas, físicas y anímicas. Llegó a esta instancia a los tumbos, con muchos sobresaltos, alguna serie pasada por medio de los penales y en los dos partidos con Santos nunca estuvo en actitud de superioridad. Excepto unos pocos minutos en el comienzo del partido de ida, en el que dominó al adversario y llegó a su arco, un momento que no fue más allá de los seis o siete minutos iniciales de aquel complemento, después Boca siempre lució inferior al equipo brasileño.

Y a los 15′ del desquite, cuando Pituca de media vuelta tomó un balón que había pegado en la mano izquierda de Izquierdóz, y lo mandó a un costado de Andrada para marcar el 1 a 0, el partido quedó a la vista. lo que eran uno y otro.

Ahí el encuentro quedó a merced del local. Con el trabajo de Lucas Braga, Alison, Pituca y en el ataque Marinho y Soteldo, el conjunto “Peixe” se apropió del balón y del manejo de los tiempos. Boca dependía del talento de Tévez y la velocidad de Villa. Era muy poco lo que aportaban Jara y Fabra por las bandas, los internos González y Campuzano se perdían en la batalla del centro del campo y el “Toto” Salvio deslucido, perdió un balón importante que le costó una falta y una amarilla para realizar un trabajo global muy pobre hasta que en el segundo tiempo desaprovechó una notable posibilidad y fue reemplazado.

Muy poco de Boca, sólo aquella jugada de Tévez y el remate de Sebastián Villa que pasó cerca. Y el final del primer tiempo dejó claro que Santos llegaba con facilidad y podía ampliar el marcador en cualquier momento.

A los 43′ Andrada sacó un tiro libre difícil de Marinho y a los 44′ un contraataque de Kaio pasó muy cerca del palo izquierdo del arco de Boca.

Miguel Angel Russo dispuso dos variantes para el segundo tiempo. Leonardo Jara estaba golpeado y debió dejarle su lugar a Julio Buffarini, en tanto Nicolás Capaldo ingresó por Diego González.

Pero la ilusión iba a durar poco, porque llegó el segundo tanto local y fue lapidario. Además, fue un golazo. Soteldo arrancó por la izquierda, enganchó hacia adentro y sacó un derechazo que se metió en el ángulo superior derecho de Andrada y a los 48′ el partido quedó 2 a 0 para el local.

Pero había más. Boca ya era un equipo noqueado, que jugaba como esos boxeadores que están groggys y se sostienen de pie por voluntad, pero no ven que pasa a su alrededor. Están en el escenario, pero no tienen capacidad de acción y reacción. Así estaba Boca en esos minutos y recibió un golpe definitivo, a los 50′ cuando Marinho se fue por derecha, sorteó a Izquierdoz con facilidad, llegó al fondo y cerca del arco largó el centro para la entrada libre de Braga, quien marcó el definitivo 3 a 0.

A los 53′ Tévez mostró un gesto de rebeldía, con un remate cercano y le dio una señal a sus compañeros, que no pudieron seguir su mensaje. Menos Fabbra, que se hizo expulsar a los 55′ con una entrada violenta injustificada. De afuera le dieron una mano: a los 58′ Ramón “Wanchope” Abila entró por F. Soldano para asociarse con {el y buscar algo más; a los 60′ debió ingresar Emanuel Más para cubrir el lateral izquierdo en reemplazo de Salvio.

Santos estaba tranquilo y a los 60′ empezó a manejar el reloj con las primeras variantes. Sandry entró por Diego Pituca y Jobson ingresó en reemplazo de Y. Soteldo.

Boca llegó a los ponchazos, pero las que tuvo no las supo aprovechar. a los 63′ hubo un tiro libre que Izquierdoz bajó al medio y Capaldo no llegó a conectar. Y Santos respondió a los 68′ con un buen remate de Marinho. Y a los 71′ Boca tuvo otra posibilidad, con un tiro libre de Villa que Verissimo desvió hacia su arco y la reacción de Joao Paulo despejó el peligro con un manotazo.

El partido estaba en las manos del local, que continuó con el manejo de las variantes que detuvieran el reloj y enfriaran el clima: a los 79′ Madson entró por el lesionado F. Jonatan y J. Mota ingresó por L. Braga; más tarde, a los 84′ Vinicius debió entrar por el lesionado Alison.

Sobre el final, a los 87′ Madson tuvo una clara contra que Andrada supo tapar. Hubiera sido lapidario, pero también una señal de lo que fue casi todo el partido y casi toda la serie semifinal. Un Santos superior, dueño de la escena, que aceleró en los momentos justos y borró a Boca de la cancha, para llegar a la semifinal y soñar con la gloria máxima.

Hernán O’Donnell

Defensa fue superior, pero no hubo Justicia y Coquimbo mantiene su ilusión

El partido empezó mucho tiempo antes; desde que las autoridades decidieron que Coquimbo Unido deje su hermoso Estadio “Francisco Sánchez Rumoroso” de su querible ciudad costera para bajar 500 kilómetros al sur, jugar en Santiago, en el Estadio Nacional. A esa dificultad luego se le agregó el padecimiento de Defensa y Justicia, que se vio sorprendido en tour al Norte de Chile para quedarse en Santiago, sin hacer la conexión que tenía prevista, y a la búsqueda de un hotel para 56 personas, amén de todos los sobresaltos por los 3 casos positivos de Covid en el plantel y las dificultades para luego de la suspensión poder retornar al país.

Y el traspaso a Asunción del Paraguay, que no dejó conforme a casi nadie, porque el conjunto Chileno debió resignar la localía, ya no solo de su ciudad, sino hasta de su propia tierra, y Defensa por la cantidad de viajes y cambios en la logística que le alteraron los planes con la definición de la Zona Complementación por delante.

Lo cierto es que el partido se jugó en el Estadio de Olimpia. Y que tuvo un primer tiempo tibio, con dos equipos que se respetaron, que trataron de cuidar el balón y de progresar sin tomar riesgos innecesarios. En ese contexto fue un poco más Defensa y Justicia, con el trabajo de Ciro Rius e Isnaldo por las bandas, Enzo Fernández en la contención y Bou y Brian Romero en el ataque. Y las emociones del inicio se diluyeron con los minutos.

Porque apenas arrancó un centro de Farfán, de Coquimbo, se fue hacia el arco y besó el travesaño de Unsaín; y a los 2′, Brian Romero llegó con un buen tiro lejano.

Luego hubo que esperar hasta los 41′ para que hubiera otra chance, con Brian Romero y un remate de emboquillada que se fue arriba de arco de Cano. Y nada más en ese primer tiempo.

En el segundo tiempo el libreto se mantuvo. El mismo desarrollo que en el primer período, con un equipo, el visitante, que buscaba un poco más. Que manejaba el balón, lo hacía circular y trataba de generar espacios para lastimar. Y el equipo chileno ordenado y con la amenaza latente del contraataque.

A los 48′ un buen remate de Romero fue contenido por el arquero argentino de Coquimbo Unido, Cano. Y los cambios que empezaron a jugar su partido. A los 55′ J. Gatica entró por F. Manriquez, lesionado.

Defensa era más aunque no podía profundizar su dominio; a los 60′ Rafael Delgado ingresó en reemplazo de Emanuel Britez, en tanto a los  67′ F. Villagran ingresó en lugar de J.C. Espinoza en el equipo que hizo de local.

Hernán Crespo volvió a realizar modificaciones a los 72′; G. Hachen entró en lugar de Walter Bou y Francisco Pizzini reemplazó a Ciro Rius; mientras, el partido no tenía demasiadas emociones. Poca profundidad en el dominio de Defensa, con el sosten de Fernández e Isnaldo, mientras que el equipo chileno se ordenaba en campo propio.

 Sobre el cierre llegaron más variantes; a los 82′ R. Arace entró por J. Abrigo; y B. Vidal lo hizo por el lesionado L. Palacios, en Coquimbo Unido, y a los 87′ el joven M. Luayza ingresó por V. Larralde en el conjunto de Florencio Varela.

Sin embargo, el final nos iba a proporcionar una de las emociones mayores del partido, a los 89′ con un contragolpe letal de Coquimbo, Farfán que se fue solo y cuando iba a resolver ante la salida de Unsaín, surgió la defensa salvadora del cruce de Adonis Frias, quien desvió al corner.

El fútbol, maravilloso por donde se lo vea, nos dejaba una sorpresa sobre el cierre, pues Coquimbo, que casi nada había hecho por la victoria, estuvo a punto de llevarse los tres puntos.

Pero todo quedó en blanco y listo para escribirse en la revancha. defensa parece tener una leve ventaja; solo parece. porque Coquimbo ha jugado bien esta Copa de visitante. y porque los duendes del fútbol están agazapados, siempre a la espera de su momento para entrar en acción y desbarajustar lo que todos tenían previsto.

Hernán O’Donnell

Arsenal cerró el torneo con una sonrisa

Arsenal y Huracán ya no contaban con posibilidades de clasificarse a la final de la Copa “Diego Armando Maradona”. Se les habían agotado las chances después de haber luchado por la clasificación, y de haber realizado un inicio en la Zona Campeonato “A” interesante; el “Arse” había igualado con Boca en la Bombonera y el “Globo” comenzó con una victoria en su cancha frente a Independiente. Después vinieron los tropiezos y ambos quedaron fuera de circuito, aunque con la ilusión y la concentración puesta en el futuro. Para ellos el mundo no se acaba con esta Copa, y el partido de cierre era una buena razón para empezar a delinear el futuro.

Una tarde de verano, de intenso calor y alta sensación térmica, aunque a la hora de comenzar el partido ya el sol empezaba a bajar y el fresco del atardecer le ganaba un poco a la temperatura y ofrecía un mejor panorama.
Huracán con línea de cuatro en el fondo; Lozano y Grimi por las bandas, dos defensores centrales: Salcedo y Civelli. En el medio Rolon como volante central. Bonifacio, Cristaldo, Arregui, y Briasco. Adelante, Chávez.
El local presentó su clásico esquema de dos líneas de cuatro y dos hombres de ataque, una fórmula que repite desde los tiempos de Gustavo Alfaro, hace ya más de una década. La novedad de Alejandro Rivero en el arco, que ya había estado frente a Independiente, Navas, Carabajal, Suso y Papa en la línea de fondo; Picco, Soraire, Antilef y Necul en el centro del campo, y arriba Albertengo y Bruno Báez.

Arsenal salió decidido y en pocos minutos acumuló varías situaciones de gol. Con la subida permanente de Navas, el trajinar de Soraire y el manejo de Necul, el local sumó una y otra llegada. A los 2’ Suso de cabeza, a los 5’ el cabezazo fue de Necul tras el centro de Navas y a los 9’ el que cabeceó fue Báez, tras el centro de Necul. Por arriba, Arsenal dominaba y asustaba. Incluso tuvo una chance más a los 14’ con un remate de Báez que contuvo Cambeses.

Huracán llegó a los 16’ con un remate de Crsitaldo que se fue afuera; luego, a los 18′ Briasco probó de lejos y Rivero controló en dos tiempos. Quería decir presente el “Globo”, aunque el local era mejo y pronto lo iba a traducir en la red.

Fue a los 25′ cuando el “Arse” abrió el score. Hubo una serie de rebotes en el área de Cambeses, hasta que Báez, con serenidad, le dio el pase necesario a la red para marcar el 1 a 0 a los 25′ de juego.

Israel Damonte tomó nota del camino de Arsenal y realizó una variante táctica. Mandó a Bonifacio a la izquierda para tapar las subidas peligrosas de Navas. Y a los 33′ le agregó una variante: Nicolás Cordeo por Leandro Grimi; de esa manera, el ingresado Cordero jugaba encima e Navas y Bonifacio se retrasaba al lateral izquierdo.

Pero era más el local en ese primer período y a los 35′ tuvo otra llegada con un buen tiro libre de Necul, que se fue muy cerca del travesaño. Y a Huracán se le iba a complicar un poco más el partido cuando Cordero le fue muy fuerte a Carabajal, a los 43′, y el árbitro Nazareno Arasa determinó su expulsión. Allí perdió la cordura el “Globito”, y el enojo fue con el defensor local porque entendieron que había exagerado. Lo recriminó Civelli, lo fue a pechear Chávez en una pelota dividida y enseguida le cometió una falta Briasco. Todo en el final del primer tiempo.

En el complemento, la visita salió con dos cambios: S. Hezze por A. Arregui y Francisco Ramirez ingresó por Esteban Rolon; Hezze se paró de volante central, Ramrez un poco más adelantado.

Lo fue a buscar Huracán. Con más fuerza que fútbol, pero también con mucha determinación. Y Arsenal lo dejó venir para meterle puñaladas de contragolpe.

El Globo llegó a los 50′ con un cabezazo de Ramírez. Y a los  60′ Pablo Oro ingresó en lugar de un deslucido Andrés Chavez; en Arsenal, Abreliano reemplazó a Navas con la misma misión: crecer por el lateral derecho. Y enseguida forzó un corner a favor del local.

Era un partido bárbaro; con llegadas y situaciones; con dos equipos que no se guardaban nada. A los 66′ un hermoso tiro libre de Necul se fue apenas alto, a los 70′ Briasco se fue por derecha y Ramírez remató solo por el medio, pero Rivero la sacó al corner con un gran reflejo, en la mejor llegada de Huracán.

Rondina decidió mover las piezas y a los 71′ realizó dos modificaciones: N. Castro entró por L. Necul y Pons ingresó por Báez. En la visita salió Cristaldo a los 76′ y lo reemplazó Braian Maidana, de condiciones interesantes. El “Huevo” Rondina volvió a mover el banco a los 81′; F. Kruspzky por A. Antilef y Ramiro Luna entró por J. Soraire.

Era lindo porque Huracán atacaba, jugado atrás, y Arsenal respondía de contra. Así llegaron varias situaciones más. A los 85′ un tremendo remate de Bonifacio de afuera del área pegó en el travesaño local. A los 86′ el local respondió de contragolpe y lo desaprovechó Pons. A los 89′ metieron otro buen contraataque y Kruspzky remató afuera. En tanto a los 90+2′ Arsenal generó otra buena maniobra colectiva, con la combinación entre Pons, Albertengo y Kruspzky, y el disparo de este último fue sacado al corner por Cambeses.

Fue la última bola de la noche. Arsenal jugó un muy buen primer tiempo, estableció allí la diferencia y en el complemento se acomodó para jugar de contragolpe. Huracán, con un futbolista menos, se la jugó en el segundo período, pero no le alcanzó. El fútbol, en el cierre del torneo y a la espera de las finales, agradecido.

Hernán O’Donnell