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El Torneo Promocional Amateur, cuna de sueños e ilusiones

Es la última creación de la AFA, el torneo más reciente. La nueva categoría del fútbol nuestro, el primer peldaño que dan una cantidad de nuevas y viejas instituciones que se incorporaron a la casa madre del fútbol profesional. Clubes que tienen un siglo de antiguedad, y otros que recién han sido fundados. Y en ese campo, todos acunan el sueño de llegar al profesionalismo, a la Primera “C”, que sería meterse en una zona de mayor competitividad y tradición.

Y nos dimos una vuelta por Saavedra, para ver un encuentro de la 4ta Fecha del Torneo “Apertura” 2024. Allí, en el Predio “Alejandro Mariani Dolan”, del Club Atlético Platense, se midieron Barrancas UMET FC y Belgrano de Zárate. Un club novel, el equipo que jugaba de local, y una institución centenaria, la de Zárate. Allí jugaron un partido intenso, donde el local fue algo más en el primer tiempo, logró abrir el marcador al aprovechar un error del rival, y en el segundo tiempo supo agruparse atrás y defenderse bien.

El equipo de Barrancas formó con Agustín Scilingo; Segón, Saso, Corrales y Taborda; Favale; Dellepiane, Vázquez, Rivas y Mansilla; Vila.

El conjunto de Zárate comenzó con Ulises Santillán; Agustín Pereyra, Lucio Szpyt, Rodrigo Esteban y Tadeo Aguirre; Tomás Paredes, Fernando Vivas, Rodrigo Frete y Guillermo Fernández; Ulises García y Enzo Canale.

Salió decidido el local, y enseguida tomó el control del juego. Pero la primera llegada fue de la visita. A los 11′ con un enganche de Ulises García y el remate que se le fue alto. Respondió el local con un pelotazo largo por la banda izquierda, el remate de Taborda y Santillán la sacó al corner.

A los 19′ llegó la emoción. Una pelota al fondo de la zona del equipo de Zárate, Pereyra se la quiso dar de cabeza a Santillán, el arquero salía y el balón lo superó. Entonces lo tomó Mansilla, quien aprovechó la desinteligencia de la defensa visitante, y puso el 1-0 para Barrancas UMET.

Otra salida en falso de Santillán le permitió tomar la pelota a Vila, quien sacó un gran tiro desde el costado derecho, que estuvo cerca de aumentar el marcador a los 24′ de juego.

En el segundo tiempo, a los 54′ llegó el primer cambio en el local. Se fue lesionado Matías Saso y lo reemplazó Agustín Baez.

Y si bien Barrancas se retrasó unos metros para jugar de contragolpe, a los 60′ llegó por intermedio de Mansilla, pero salvó Santillán.

A los 66′ vino la segunda variante del local; Gino Luizón entró por Rivas. Mientras, a los 69′ se produjo la primera avrainte en Belgarno; Dylan Cerrudo ingresó por Fernando Vivas. Cerrudo se ubicó en el extremo derecho, y trabajó para contrarrestar las constantes subidas de Taborda, amén de preocupar al local por esa banda.

La visita intentó apretar hacia el final del juego, y a los 75′ lo tuvo Ulises García, en una llegada clara. Luego, a los 77′ vinieron el tercer y cuarto cambio del equipo de rojo. Juan Ignacio Mitre entró en lugar de Agustín Vázquez, y Héctor Pereira ingresó por Gastón Dellepiane. En Belgrano a ,os 81′ Franco Sánchez reemplazó a Ulises García.

Lo pudo resolver Mitre, a los 89′, pero Santillán se jugó el pellejo y envió la pelota al corner. Cuando iban 90+3′, llegaron dos últimas modificaciones en la visita. Lucas Cardozo ingresó por Rodrigo Esteban, y Juan Carlos Choque Revilla entró por Guillermo Fernández.

Parecía todo concluído, pero Belgrano tuvo dos chances claras para igualar. A los 90+3′ Canale cabeceó sólo, tras un tiro de esquina y Scilingo reaccionó a tiempo para sacarla por arriba del travesaño, y mandar al corner un balón con olor a gol. Y de ese tiro de esquina, a los 90+5′, Franco Sánchez desvió su remate cuando ya Scilingo había quedado fuera de escena.

Lo tuvo Belgrano y no lo pudo igualar. Barrancas lo fue a buscar, aprovechó un error y supo acomodarse al partido, para sostenerse, al final, en las manos de su arquero.

Hernán O’Donnell

Arsenal tenía reservado el último grito de la tarde

Un día atìpico para la tradición del ascenso, un domingo lleno de sol en Sarandí y la propuesta generosa de dos equipos que siempre intentan jugar. Arsenal y Talleres de Remedios de Escalada armaron un lindo partido, y en el ida y vuelta, el local se quedó con la última bola de la tarde, para desatar un festejo esperanzador en su público.

El equipo de Tobías Kohan formó con Tomás Sultani; Matías Lucero, Alexis Sosa, Agustín Álvarez e Iván Cabrera; Matteo Trombini, Nicolás Domingo; Kevin Pavía, Tomás Ortíz y Valentín Serrano; Matías Benítez.

El conjunto de Remedios de Escalada comenzó con Damián Tello; Fernando Duré, Nicolás Monserrat, Nicolás Malvacio y Juan Rodríguez; Norberto Palmieri y Alejandro Benítez; Tomás Asprea, Fernando Enrique y Agustín Campana; Nicolás Molina.

A los 6′ Agustín Campana avisó con un remate que se fue por alto. Aunque la visita había llegado, el comienzo fue protagonizado por Arsenal, que tuvo el control territorial, a partir de un posicionamiento ofensivo, y buena circulación de pelota. Así llegaron dos situaciones claras, que entre los palos, el travesaño, los rebotes, y la mala fortuna, impidieron lo que hubiera sido un lógico gol del local. Fue a los 9′ cuando el travesaño negó el tanto, y luego, a los 10′, un remate de Benítez pegó en el palo.

Fue ostensible el protagonismo de Arsenal, aunque Talleres tuvo un para de situaciones. A los 17′ co un centro de la derecha que cabeceó Fernando Duré, apenas alto, y a los 27′ un tiro de Campana que controló abajo el arquero Sultani.

Tobías Kohan, entrenador del local, decidió hacer una variante para comenzar el segundo tiempo. Balthazar Bernardi ingresó por Agustín Álvarez.

Y fue mejor tambièn Arsenal en el comienzo del complemento. A los 46′ un cabezazo de Sosa fue rechazado por el arquero visitante, y del rebote Bernardi disparó arriba.

Cuando iban 47′ una buena maniobra de Pavía por derecha derivó en un pase a Ortíz, y su disparo fue tapado por Damián Tello.

Era mucho más el equipo de Sarandí, y a los 51′ Tomás Ortíz clavó un remate tremendo para abrir el marcador y poner el partido 1-0 a favor de Arsenal.

Entendió Kohan que era el momento de reamar el esquema, y dispuso dos variantes, a los 53′ de juego. Luca Druille entró por Kevín Pavía, y Abel Amaya reemplazó a Matías Benítez. Pero no tuvo casi timpo de acomodarse, que a los 55′ se escapó Tomás Asprea por derecha, lanzó un centro al punto del penal, y libre apareció Fernando Enrique para meter un disparo profundo y marcar el tanto del empate de Talleres de Remedios de Escalada. 1 a 1, y a empezar de nuevo.

Se acomodó mejor la visita a ese momento del partido. Y tuvo un para de llegadas. A los 59′ Campana maniobró por derecha y sacó un remate apenas alto. Contestó Lucero con un buen tiro, a los 61′, que controló Tello.

Y luego llegaron los cambios que agregaron dinámica al juego. A los 62′ vino la cuarta modificación del local, con el ingreso de Nahuel Frascone por Matías Lucero, y el primer cambio de la visita, con el ingreso de Jeremías Denis por Juan Rodríguez.

A los 67′ vino la segunda variante de Talleres; David Achucarro remplazó a Nicolás Malvacio, mientras que a los 77′ el local hizo su quinto cambio: Alexis Segovia entrò por Matteo Trombini.

Martín Rolón, el entrenador de la visita, hizo tres modificaciones a los 78′. Rodrigo Cao ingresó por Agustín Campana; Matías Donato reemplazó a Nicolás Molina, y Federico Ulayar ingresó en lugar de Fernando Duré.

El partido estaba dominado por la incertidumbre. Arsenal había hecho un esfuerzo importante, y Talleres se había acomodado luego del tanto del empate. Parecía un resultado cerrado, y sin embargo demostró estar abierto porque quedaba un último grito.

Fue a los 90+3′, con un disparo certero de Balthazar Bernardi, luego de recibir por el callejón interno derecho, y así puso el 2-1 para Arsenal.

Que aún pudo ser más amplio, cuando a los 90+5′ Nicolás Domingo, de gran partido, recibió solo y definió de emboquillada, pero Nicolás Monserrat despejó de cabeza sobre la línea.

Fue de Arsenal, porque no dejó de creer. Era una tarde de buen fútbol que parecía cerrarse con una igualdad, pero en Sarandí tenían reservado el último grito.

Hernán O’Donnell

En el ocaso, Olympique de Marsella estropeó la noche soñada de Villarreal

Tras un abultado 4-0 en el encuentro de ida y por la vuelta de los 8vos de Final de la UEFA Europa League, el Submarino Amarillo recibió a los Olímpicos en un Estadio de la Cerámica repleto de ilusiones. Tímidas, pero ilusiones al fin.

La tarde soleada en Villarreal abrió paso a unas nubes, que acompañadas de fanáticos del Olympique de Marsella rodearon el moderno estadio en el centro de la clásica ciudad. Los simpatizantes franceses arribaron a las inmediaciones de la cancha con aires triunfalistas y una confianza absoluta, aunque se probaría desmedida unas pocas horas más tarde. Los visitantes ya se sentían en 4tos de Final de la segunda máxima competición continental europea, pero se embarcarían en un terreno complicado donde deberían sufrir para sellar su pase. Entre el griterío y efervescencia de los galos, y la silenciosa, aunque notable, presencia de los locales, el encuentro parecía tener lugar en la capital de Provenza.

El Estadio de la Cerámica atento ante un tiro libre de Dani Parejo.

Ubicados en la tribuna superior del Fondo Norte, los Marselleses se hicieron protagonistas de la noche con sus cánticos y banderas. La fanaticada del Submarino Amarillo aguardaba con calma su momento de imponer su condición de local. Así se hicieron las 18:45 y comenzó a rodar la pelota en el césped, el partido se empezó a jugar mucho antes. Los primeros instantes se caracterizaron por un dominio de la posesión por el aventajado conjunto visitante. Villarreal supo resistir esa ráfaga. Olympique no parecía relajarse, Veretout centró un tiro libre que buscaba colarse por el segundo palo y Filip Jorgensen pudo desviar al córner con un gran manotazo. Desde ese momento comenzó el control del Villarreal y las oportunidades de abrir el marcador, y con ello la ilusión del milagro. El centrodelantero noruego, Alexander Sørloth, fue el más desequilibrante en tres cuartos del campo y en adelante para el local. Pau López tuvo grandes respuestas que mantenían en cero su valla. Al mismo tiempo, se ganaba el enojo de la afición con su pausada y relajada rutina a la hora de reanudar el juego.

No obstante, su valla fue abatida merodeando la media hora de partido. Goncalo Guedes condujo desde mitad de cancha y tocó para Gerard Moreno, el capitán abrió para el lateral derecho, Kiko Femenía, quien enganchó y colocó un centro preciso para el inesperado ingreso goleador de Étienne Capoue. Acertó de cabeza, el balón se impulsó por el pique en el pasto y doblegó la resistencia, hasta entonces, perfecta de López. El francés concentró las mejores jugadas de la primera mitad, resaltado por una fantástica acción individual en la que dejó correr el balón, enganchó y hasta tiro un delicado túnel a su marcador, previo a ingresar al área. El número 6 del Villarreal fue artífice de los mejores momentos y su gol remarcó su gran partido. El primer gol, quizás el más importante, llegó en un gran momento y el segundo estuvo cerca de caer en un partido que se fue al descanso con un claro bando dominante. Sin embargo, el Marsella mostraba su potencial y en cada contra rozaba acertar la daga que pusiera punto final al sueño en Vila-Real. Tal fue el caso cuando tras una mala entrega del lateral izquierdo, Jorge Cuenca, Kondogbia conectó un disparo que apenas se abrió del palo izquierdo del arquero local. El suspiro y alivio de las tribunas amarillas hizo eco en todo el estadio.

Horas antes del partido, la calma que caracteriza a Vila-Real comienza a difuminarse.

La segunda etapa reanudó con una tendencia cuasi idéntica a la vista apenas 15 minutos antes. Villarreal buscaba, presionaba e imponía condiciones, mientras Olympique se resguardaba y mostraba los dientes en cada contra. El ingreso del gabonés, Pierre Emerick Aubameyang, propició un gran salto de calidad en la visita y atemorizaba a los Groguets. En la primera que tocó, “Auba” lideró un contraataque que él mismo finalizó, desperdiciando un mano a mano clarísimo. Minutos más tarde, probaría con una chilena que terminó en las manos de Jorgensen. Villarreal dominaba, Olympique respondía esporádicamente. El 2-0 se sentía en el aire y se concretó a los 54′, la jugada fue minutos antes, pero la larga revisión cargó de aún más tensión el campo de juego. Guedez, otra vez, fue el conductor del gol y habilitó a Sørloth que definió de manera excelsa contra el primer palo. De empeine, pero con roces de cara externa, el noruego abatió a López y desató a los aficionados, al grito de: “¡Si se puede!”. Claro que se podía, el equipo dirigido por Marcelino García Toral lo sabía. Los hinchas locales lo sabían. Quizás quienes más conscientes eran de la posibilidad de la epopeya, o mejor dicho el papelón, eran los hinchas visitantes. Sus gritos y cargadas que antes invadían el estadio, fueron sustituidos por nervios y un silencio inquietante.

El miedo crecía con cada aproximación del equipo cerámico, y el terror se desataría a los 85 minutos. De pelota parada, arma con la que inquietó todo el partido, Villarreal encontró, como quien tanto lo busca, el 3-0 y la hazaña se vio tan posible como nunca antes. Centro del As del mediocampo, Parejo, y un testazo certero del ingresado Yerson Mosquera (por la lesión de Eric Bailly) que dejó sin respuestas al arquero rival. Ya no era una profecía, sino un desenlace muy posible. En una carrera contrarreloj, Villarreal se adentró en un final de película.

La llave parecía estar en el juego aéreo, desde el pie de Dani Parejo, que tuvo una noche estupenda, en la que se hizo amo y señor del mediocampo, conduciendo los avances de su equipo y mostrando su clase y experiencia en cada intervención. Cabezazos de Aissa Mandi y Santiago Comesaña estuvieron cerca de provocar el estallido del Estadio de la Cerámica, pero el grito sagrado se veía oprimido en las gargantas de los fanáticos. Esa opresión se transformó en un amargo sabor de bocas llegado el minuto 90+4. De un lateral, Aubameyang desbordó ante un frente defensivo que se veía más enfocado en liderar el contraataque que recuperar la pelota. El cansancio tuvo su efecto, también, y la jerarquía del ex Borussia Dortmund, Arsenal y Barcelona, tuvo un destello letal. Llegó hasta línea de fondo y se adentró en el área de Villarreal, la tensión podía cortarse con un cuchillo. Centro raso y por el segundo palo ingresó inadvertido Jonathan Clauss que empujó la pelota a la red, con ello clavó una estaca en el corazón de todos los espectadores “Groguets”.

El festejo desenfrenado se liberó en el campo de juego y en la tribuna. Un descargo propio de la angustia que llenó cada alma marsellesa en Vila-Real. Hubo de todo: una corrida de toda la cancha para festejar de Pau López, gestos de Clauss y “Auba” que combinaban festejo con provocación y miradas desoladas de los aficionados amarillos, cuyo sueño terminó en pesadilla.

El shock inicial duró unos minutos, hasta el pitazo final más específicamente. Pero una vez sentenciada la eliminación, el orgullo inundó y ahondó en los locales. Aplausos, cantos de aliento y un reconocimiento a la entrega total de sus jugadores. La épica no fue completa, pero no quita mérito a la noche heroíca que aconteció en Vila-Real. Los Groguets estuvieron a centímetros, minutos, segundos quizás, de concluir una hazaña continental de antología. Quién dijo que la historia la escriben los ganadores, deberá dejar un capítulo en blanco para este Submarino Amarillo que contra todo pronóstico sacudió a un grande europeo y lo envolvió en la incertidumbre y el temor.

Federico O’Donnell

(Enviado Especial a Villarreal, Provincia de Castellón, España)

Dos horas de esperanza, angustia, y emoción, para que continúe la ilusión de Atlético de Madrid

La UEFA Champions League recorre sus meses más importantes, más trascendentes, más atractivos. El Torneo continental cierra su etapa de octavos de final, y los sueños empiezan a crecer, en algunos casos, y a desvanecerse en otros. En Madrid, Aleti recibía al Internazionale, y se aguardaba por un partido parejo, intenso, equilibrado. Y así sucedió. Fue un partido largo, intenso, pensado. Y al final, dramático, porque después de dos horas de fútbol, todo debió dirimirse en la tanda de los penales. Allí surgió un héroe, Jan Oblak, varios acompañantes que acertaron, y algunos villanos impensados, como Alexis Sánchez y Lautaro Martínez.

Atlético de Madrid venció por 2-1 al Inter en los ciento veinte minutos de juego, con lo cual quedó igualado 2 a 2 el resultado global, por el triunfo del equipo italiano en Milano por 1-0. lo que no se ganó en la cancha, debió resolverse por la vía de la ejecución de remates desde el punto del penal. Allí volvió a imponerse el equipo de Diego Pablo Simeone por 3-2.

El inicio había ocurrido casi tres horas antes. Con un local que intentó imponer condiciones desde el inicio, con la siguiente formación: Jan Oblak; Stefan Savic, Axel Witsel, y Mario Hermoso; Nahuel molina, Marcos Llorente, Koke, Rodrigo de Paul y Samuel Lino; Antoine Griezmann y Álvaro Morata.

El equipo italiano arrancó con Yann Sommer; Benjamin Pavard, Stefan De Vrij, y Alessandro Bastoni; Denzel Dumfries, Nicoló Barella, Henrikh Mkhitaryan y Federico Dimarco; Hakan Calhanoglu; Lautaro Martínez y Marcus Thuram.

El Aleti intentó dominar en el campo, pero las primeras llegadas claras fueron del Inter. A los 12′ Dumfries apareció por derecha y sacó un tiro que tapó Oblak. A los 17′ Lautaro Martínez remató de lejos, el balón pegó en Savic y Oblak controló sobre la línea.

Y volvió a llegar, con un contragolpe rápido, a los 32′, cuando Barella fue hasta el fondo, cruzó el centro atrás, y por el medio surgió Federico Dimarco para poner un remate seco y adelantar al Inter por 0-1, que, sumado al gol convertido en el partido de ida, daba un 0-2 en el marcador global.

Esto obligaba al local a convertir dos goles para igualar, pero no tuvo tiempo de intranquilizarse, pues a los 34′ empató Griezmann, con una aparición por el corazón del área. 1-1 en el desquite, y 1-2 en la suma de los dos partidos. Todo quedaba abierto, más aún cuando Griezmann armó una gran jugada individual, a los 42′, y Pavard salvó la caída al tapar el remate con una buena barrida.

Crédito: @ChampionsLeague

En el segundo tiempo se profundizó la autoridad del equipo madrileño. A los 51′ un centro de Llorente fue tomado por Griezmann, y su disparo fue controlado por Sommer.

Mientras el Aleti empujaba y la visita retrocedía, llegaron las ventanas de los cambios. A los 70′, Angel Correa entró por Rodrigo de Paul y Rodrigo Riquelme reemplazó a Samuel Lino, en el Aleti. Respondió Simone Inzaghi, el técnico del Inter, con dos variantes en su equipo: Mateo Darmian entró por D. Dumfries, y Francesco Acerbi ingresó por Alessandro Bastoni, cuando iban 72′ de juego.

El Inter, aún refugiado en su campo, contó con un par de contras que pudieron liquidar el pleito. A los 75′ se escapó Lautaro Martínez, cedió para Thuram, y el remate de este, desde una buena posición, salió arriba del travesaño.

El “Cholo” Simeone apeló a dos variantes más, a los 78′. Memphis Depay ingresó por Álvaro Morata, y Pablo Barrios entró en lugar de Nahuel Molina. Y pesaron las modificaciones, porque Angelito Correa armó una tremenda jugada, a los 79′, que Depay no pudo conectar, y el equipo contó con más peso ofensivo.

Pero el equipo italiano iba atener otro contragolpe, otra vez manejado por Lautaro Martínez, quien cedió a Nicoló Barella, y su tiro fue tapado por Oblak, a los 80′.

A los 83′ llegaron el tercer y cuarto cambio de la visita; Davide Frattesi entró por Nicoló Barella, y Yann Bisseck ingresó en lugar de Federico Dimarco.

El local quemaba las naves, porque la hora se iba y necesitaba un tanto para continuar en la Champions. la igualdad lo dejaba afuera. Depay pegó un tiro en el poste, a los 84′. Era el preludio del estallido. A los 86′ Koke le puso un pase milimétrico, Memphis Depay se perfiló para sortear la marca del zaguero rival, y ante Sommer sacó un tiro cruzado y bien colocado, que puso el 2-1 en el partido, ante el delirio de la gente local.

Y lo pudo ganar Atlético a los 90+2′, cuando Griezmann, la figura del encuentro, se fue por derecha, cruzó el balón a Riquelme, y este sacó un tiro muy fuerte y alto, que bien podría haber sido el remate de la victoria.

Pero no sucedió y se debieron jugar treinta minutos de prórroga. Ahí se repartió un poco el partido. A los 93′ Thuram cabeceó alto un centro bien hecho. Cuando iban 96′, el local armó una de las mejores jugadas de la noche. Ángel Correa la cruzó de dercha a izquierda, recibió Antoine Griezmann, quien proyectó el balón a Riquelme, este se fue por la banda izquierda y sacó un buen centro, que tocó Depay, pero controló muy bien Sommer.

A los 98′ César Azpilicueta reemplazó a Marcos Llorente, en el quinto cambio local, mientras que la quinta variante del Inter ocurrió a los 102′, cuando Alexis Sánchez entró por Marcus Thuram.

Para comenzar el segundo tiempo suplementario, Saúl reemplazó a Antoine Griezmann. Era el sexto cambio habilitado para tiempo adicional, mientras que la sexta modificación del equipo italiano fue a los 110′, con la entrada de Davy Klaasen por Mkhitaryan.

En este tiempo, el dominio cambió de manos. El equipo español había sentido el esfuerzo y se repleg{o en su campo, a la espera de acertar un buen contragolpe. Inter fue el dominador, hasta tuvo un tiro libre, a los 112′, que Calhanoglu ejecutó un poco alto, en la última chance clara del partido.

Crédito: @ChampionsLeague

La definición por penales comenzó en los pies de Calhanoglu, quien adelantó al Inter con un remate bien ejecutado. 0-1, que pronto fue igualado por Memphis Depay, con otro tiro formidable, para poner el 1-1.

Aquí apareció el drama y la angustia que siempre tiene este tipo de resoluciones. Un experto como Alexis Sánchez no pudo convertir; Oblak le tapó con el cuerpo su remate al medio. Tampoco pudo Saúl sacar ventajas, pues apareció Yann Sommer para atajar su tiro y mantener el 1-1.

Había un héroe que ya había anticipado algo en el tiempo del juego. Jan Oblak atajó el remate de Klaasen. Riquelme convirtió el suyo y puso el 2-1, con tres remates por equipo.

Empezaba la cuarta tanda y un ambiente de tensión recorrió al planeta fútbol. Acerbi pateó fuerte y al medio, para poner el 2-2; pero quedaba el disparo del “Ángel” del fútbol de este tiempo. Con toda la desfachatez y serenidad del mundo, el ex jugador de San Lorenzo, Angelito Correa clavó un disparo alto que puso la serie 3-2.

En la quinta ronda, para el Inter no había más alternativa que convertir, para igualar, y esperar que no hiciera el tanto el local. Necesitaba meter dos plenos, pero toda la esperanza se le fue lejos, como el remate de Lautaro Martínez, que pasó muy encima del travesaño. 3-2 final para Atlético de Madrid.

La locura, la alegría, la emoción. Todos esos sentimientos afloraron en la noche madrileña. El Aleti supo jugar y sufrir para vivir a pleno dos horas de intenso dramatismo y mantener vivo su sueño de tantos años detrás de la Copa.

Hernán O’Donnell

En el final, la lluvia le escurrió el triunfo que Atlanta merecía

“Nos falta resolver en la zona de finalización, aunque también destaco la solidez defensiva, algo que es importante. Vamos a jugar el primer partido con un rival que presenta línea de cinco, y habrá que romperla. Para lograrlo, tenemos que usar distintas acciones que hemos entrenado. También puedo llegar a cambiar el esquema del equipo, lo evaluaremos, contra un equipo que quizás nos ceda la pelota y nos intente jugar de contragolpe. Aprendimos del error, de no entrar en la desesperación. El partido anterior tuvimos paciencia para mover la pelota”, señaló el DT de Atlanta, Mario Sciaqua, en la conferencia de prensa del viernes anterior al partido frente a Gimnasia y Tiro de Salta. El Técnico preveía un partido distinto a todos los que había jugado en este Campeonato de Primera Nacional “Carlos Timoteo Griguol” 2024.

“Me ha tocado jugar mucho con línea de cinco; tengo mi experiencia de cómo me atacaban y contrarrestaban, cuando me tocó el año pasado jugar contra línea de cinco traté de contrarrestar. Hay que estar atento, uno puede imaginar que hay que ir por un lado y tal vez el gol se da por otro. El futbol es entendimiento, que es lo que buscamos. Somos locales y le queremos dar la alegría a la gente. Le dije a los dirigentes que venía con una deuda de visitante y ahora hay que encontrar el rumbo de local”, resumió el DT sobre el partido que iba a enfrentar.

Y algo de eso pasó. Porque el “Bohemio” supo jugarle el partido al visitante, llegarle a pesar de la línea de cinco y la postura defensiva, incluso fue dominador durante el tiempo que jugó con un hombre menos. Pero no pudo ampliar la diferencia, y en la agonía del partido, vio como se le escurría la victoria.

El equipo de Mario Sciaqua formó con Bruno Galván; Rosales, Dylan Gissi, Fernando Evangelista y Tomás Silva; Juan Requena; Carlo Lattanzio, Alejo Dramisino, Walter Rueda; Federico Bisanz y Erik Bodencer.

El conjunto de Rubén Forestello comenzó con Federico Abadía; Juan Galetto, Ezequiel Neira, Jeremías Rosales, Daniel Abello y Facundo Heredia; Martín Esparza, Matías Birge y Walter Busse; Fabricio Rojas y Lautaro Gordillo.

Atlanta buscó desde el inicio, mientras que el equipo salteño se aferró a su dibujo táctico, de cinco-tres-dos, y lo esperó en su campo, a la espera de un contragolpe. En tanto, la lluvia, copiosa y constante, también jugaba su partido.

A los 21′ tuvo el local su primera llegada clara, con un tiro de Alejo Dramisino, que pasó muy cerca. A los 29′, un centro del propio Dramisino fue conectado por Federico Bisanz, y el arquero Abadía controló el balón.

Gimnasia y Tiro recién llegó a los 31′, con un remate desviado de Rojas. Era más el local, pero la expulsión de Alejo Dramisino, a los 37′, por una doble amonestación en menos de dos minutos, significó la reorganización del equipo. Pasó a jugar con un cuatro-cuatro-uno, donde mantuvo la línea de fondo, en el medio se ubicaron Bisanz, Rueda, Requena y Lattanzio, mientras Bodencer quedó de delantero de punta.

Hubo una llegada de la visita, a los 42′, con un disparo alto de Esparza, y a los 44′ Fede Bisanz sacó un tiro tremendo que el arquero Abadía sacó al corner.

En el segundo tiempo, Forestello hizo una variante en el equipo de Salta; Exequiel Narese ingresó por Esparza.

Atlanta era más con un hombre menos; sostenía el dominio territorial y controlaba la pelota. A los 60′ Sciaqua hizo la primera modificación en el “Bohemio”. Leonardo Marinucci reemplazó a Carlo lattanzio.

Un disparo de Tomás Silva, a los 62′, volvió a avisar el dominio del equipo de Villa Crespo. Un nuevo cambioo le dio más aire a su conjunto; a los 66′ Lucas Ríos entró por Federico Bisanz. Y dos acciones iban a pesar aún más en el desarrollo.

A los 67′ se fue expulsado el lateral volante de la visita, Facundo Heredia. Un minuto más tarde, lucas Ríos ejecutó un tiro libre que pegó en el parante del travesaño, dentro del arco, y salió, pero ni el árbitro ni el asistente pudieron advertir la conversión, y el juego continuó. Por la desmedida protesta ante el tanto no convalidado, fue expulsado el DT local, Marito Sciaqua.

Forestello buscó darle renovación a su equipo, y a los 73′ hizo tres modificaciones; Rubén Villarreal entró por Fabricio Rojas, Maximiliano Ibáñez reemplazó a Lautaro Gordillo, y Tomás Attis ingresó en lugar de Juan Galetto.

Pero era el local el que no cesaba en la búsqueda, y tuvo su premio a los 77′ con el gol de Walter Rueda, que puso el encuentro 1-0 a favor de Atlanta.

Entonces el “Yagui” Forestello fue a buscarlo. A los 80′ hizo su quinto cambio; sacó al zaguero jeremías Rosales, para poner al delantero Brian Duarte.

Lo pudo liquidar Atlanta a los 82′, con un tiro alto de Bodencer. El equipo trataba de controlar la mitad de la cancha y que no le llegue la visita; incluso, recurrió a dos variantes, a los 89′ de juego: Alan Alegre entró por Rueda, e Ivo Constantino ingresó por Erik Bodencer. Tres zagueros altos para contener el ataque final de la visita.

Sin embargo, la lluvia le escurrió la victoria. En el último corner, Ezequeil Neira peleó una pelota en el área, de taquito envió el centro al medio que aprovechó Maximiliano Ibáñez para meter un remate seco y marcar la igualdad, 1-1, cuando se jugaban 90+1′.

Así se le escapó el partido a Atlanta. Como el agua entre los dedos, cuando había hecho méritos para ganar, en una noche de lluvia copiosa.

Hernán O’Donnell

Liverpool y Manchester City igualaron en otra exhibición de fútbol para recordar

Es el enfrentamiento más grande, importante, trascendente y atractivo que puede presentar el Fútbol en competición de clubes. Es EL PARTIDO. Con mayúsculas. En ésta época, en estos tiempos, no hay partido que lo supere, ni siquiera lo iguale. Es el choque de estilos, de formas y maneras, semejantes y diferentes. Liverpool y Manchester City protagonizan en estos tiempos el Clásico mundial por excelencia. Por encima de otros choques colosales, que en algún momento, en muchos en realidad, son el partido de mayor envergadura, como Real Madrid-Barcelona, por ejemplo. Pero hoy Liverpool y Manchester City superan cualquier oferta que exista en el menú internacional de las Ligas del Mundo. Por nivel de equipos, jerarquía de sus futbolistas, y la enorme capacidad táctica y estratégica de sus entrenadores, Jurgen Kloop en Liverpool, y Pep Guardiola en el City. Un alemán y un español para darle mayor jerarquía a dos planteles internacionales que alumbran la Premier League. Y entre ambos, planificaron un partido electrizante, dinámico, inolvidable. Mereció un poco más el local, que pudo plasmar con mayor certeza su idea táctica, pero la visita no renunció nunca a su filosofía.

Liverpool comenzó con Caoiminhin Kelleher; Conor Bradley, Jarell Quansah, Virgil van Dijk, y Joseph Gomez; Dominik Szoboszlai, Wataru Endo y Alexis Mac Allister; Harvey Elliot, Darwin Núñez y Luis Díaz.

El conjunto de Manchester formó con Ederson; Kyle Walker, Manuel Akanji, Nathan Ake; Rodri, Bernardo Silva, Kevin De Bruyne, John Stones; Julián Álvarz, Erling Haaland y Phil Foden.

Crédito: @premierleague

Al minuto de juego ya habían mostrado sus cartas. El City, con el dominio del balón y el avance colectivo. Liverpool, con la intención de ganar la mitad de la cancha con Endo y Mac Allister, y salir largo para la velocidad de Luis Díaz, Darwin Núñez, o las trepadas de Bradley por derecha.

En ese contexto, llegó primero el equipo de Guardiola. Porque el medio campo, con Rodri, John Stones, Kevin De Bruyne y Bernardo Silva. A los 7′ Julián Álvarez abrió a la izquierda, entró De Bruyne, y su remate se fue elevado. A los 8′ insistió De Bruyne con un tiro al medio, que sacó bien Kelleher.

Liverpool contestó a los 12′, con una aparición fulgurante de Bradley por derecha, que Darwin Núñez no llegó a conectar. y a los 15′ Mac Allister abrió a la izquierda, Luis Díaz lanzó un buen centro, y Núñez cabeceó arriba.

Pero era el momento del City en el partido, y a los 22′ abrió el marcador, con un tiro de esquina bien trabajado, porque Aké cortinó la posición de Mac Allister para abrir el espacio al primer palo, por allí apareció en una zona libre John Stones, quien marcó con un remate fuerte y cercano, para poner el encuentro 0-1 a favor de Manchester City.

El equipo local se adelantó en el campo y empezó a dominar el juego. A pesar de que la visita lo amenazaba con los contragolpes, como el de Haaland, a los 38′, que no pudo acomodarse en su lucha contra van Dijk, y sacó un remate corto que atrapó el irlandés Caoimhín Kelleher.

Pero ya sostenía el ataque el local, y a los 41′ Luis Díaz sacó un buen disparo que salió muy cerca, y a los 45+2′ Szoboszlai ejecutó un tiro libre potente, que el arquero Ederson atajó bien.

En el complemento se profundizó el dominio táctico de Liverpool. Vale decir que City nunca renunció a sus ideas, y que contó con chances porque el hambre y el espíritu competitivo latió en su equipo hasta el final. Pero sí que el control táctico y estratégico fue del local. Y que lo aumentó con dos hechos claves.

Crédito: @premierleague

Primero, la igualdad en el resultado. El pelotazo largo a Darwin Núñez, que le ganó la llegada a la salida presurosa de Ederson, el penal que le cometió el arquero y encima la lesión que luego lo obligó a dejar la portería. El tiro penal lo ejecutó Alexis Mac Allister, y a los 49′ le dio el gol a Liverpool, que puso el 1-1 en el encuentro.

A los 54′ debió salir Ederson, y lo reemplazó Ortega Moreno, de buenas intervenciones posteriores.

El partido no bajaba el ritmo, la dinámica y la emotividad. en medio de esa alta tensión, Foden llegó solo, a los 57′, y Kelleher tapó bien, con sus piernas, el remate del delantero inglés. Y a los 58′, una buena contra de Luis Díaz y Núñez, fue abortada por la salida rápida del arquero Ortega Moreno.

A los 60′ llegó otro hecho de gran incidencia. Fue cuando Jurgen Kloop resolvió hacer dos variantes; Mohammed Salah entró por Szoboszlai, y Andrew Robertson ingresó por Conor Bradley. El delantero egipcio tuvo una participación profunda en el partido, y Robertson le dio mucha salida por izquierda, mientras que Joe Gómez mejoró al pasar a la banda derecha.

Cuando iban 62′ Salah habilitó a Díaz con un pase largo y preciso, luego el colombiano entró libre, pero desvió su remate. A los 65′, un tiro brillante de Mac Allister fue sacado al corner por el arquero visitante, en otra buena intervención.

El local giraba al compás de Mac Allister, la colaboración de Endo, la firmeza de los centrales y el arquero, más la gravitación de Salah. El City se había quedado, y Guardiola resolvió hacer dos modificaciones, cuando iban 68′ de juego. Mateo Kovacic entró por Kevin de Bruyne, y Jeremy Doku reemplazó a Julián Álvarez.

Y vino una chance increíble para el City, porque Foden fue a buscar un balón profundo Kelleher salió más rápido y rechazó, pero el rebote dio en el cuerpo del delantero inglés y pegó en el travesaño, cuando iban 72′.

Kloop metió el tercer cambio del local a los 75′. Cody Gakpo ingresó por Darwin Núñez. Era sostenido el dominio de Liverpool, y a los 79′ se proyectó el zaguero Quansah, para sacar un tiro potente que tapó el arquero Stefan Ortega Moreno. Después, a los 83′, Mac Allister volvió a disparar, y el balón salió apenas alto.

Pero estos equipos son de una dimensión extraordinaria, y aún cuando lucen dominados, o apagados, generan, de la nada, una situación de gol. Y así lo tuvo Mancehster City, que a los 88′ armó una buena maniobra de derecha a izquierda, por allí apareció Jeremy Doku, quien remató fuerte y bajo. La pelota dio en la base del poste izquierdo de Kelleher y volvió a las manos del arquero irlandés.

Hubiera sido injusto el triunfo visitante, como bien pudo haber sido victoria local, pues al final, cuando iban 90+7′ de juego, observamos una falta de Doku sobre Mac Allister, que el árbitro no consideró ni tampoco el VAR, más allá de que fue a la revisión.

Así se cerró el encuentro del fin de semana del “Planeta Fútbol”. El partido que todos esperábamos. Un empate vibrante, emotivo, intenso y muy bien jugado. Estuvo más cerca el Liverpool, pero la victoria se la llevó la gente que lo gozó en el estadio y en todas las pantallas del mundo.

Hernán O’Donnell

Argentinos ganó sin sobresaltos, y se afirma en su ilusión

La Copa de la Liga Profesional de Fútbol transcurre las fechas claves en la búsqueda de la clasificación a los play-off. Es la instancia en que no se puede fallar, porque promedia el torneo, se ingresa en la recta final, y resbalar a ahora puede costar caro en la resolución de las fechas finales, digamos las dos últimas. Entonces, es primordial no desaprovechar oportunidades. Argentinos Juniors tiene ambiciones grandes en este torneo, y arribaba al encuentro ante Gimnasia y Esgrima La Plata, con una caída reciente en Avellaneda ante Independiente, lo cual lo “obligaba” a buscar los tres puntos. El “Lobo”, un poco más alejado de los puestos de clasificación, mira la tabla de promedios, y también se aferra a la cosecha de puntos.

Y se dio el partido que se presumía. Un conjunto, el local, dueño de las acciones y del protagonismo del juego. El “Lobo”, confundido y con poco peso.

Argentinos Juniors comenzó con Diego Rodríguez; Thiago Santamaría, Fernando Meza, Tobías Palacio y Román Vega; Alan Lescano, Franco Moyano y Nicolás Oroz; Gastón Verón, Maximiliano Romero y Luciano Gondou.

Gimnasia y Esgrima formó con: Nelson Insfrán; Guillermo Enrique, Felipe Sánchez, Gustavo Canto y Federico Milo; Benjamín Domínguez, Rodrigo Saravia, Pablo De Blasis y Nicolás Colazo; Eeric Ramírez e Ivo Mammini.

El “Bicho” tomó muy ràpido el mando del partido, y a los 3′ llegó on un buen remate de Nicolás Oroz, que salió apenas alto. A los 6′ Luciano Gondou encabezó un gran contragolpe con una buena jugada individual, cedió a Alan Lescano, y su tiro pasó por encima del travesaño.

Hasta que a los 12′ abrió el marcador. Llegó un centro desde la izquierda, y con un remate bajo y cruzado, Luciano Gondou puso el 1-0 para Argentinos Juniors.

Argentinos pareció tomarse un descanso y bajó la intensidad luego de veinte minutos de dominio sostenido. A los 20′ Fernando Meza no pudo controlar bien un balón, lo pescó De Blasis, y su tiro fue tapado por Palacio.

Cuando iban 27′ Ramírez probó de lejos y controló bien el “Ruso” Rodríguez, en un lapso donde el local soltó el acelerador. Que lo volvió a apretar a los 32′, con un corner de Nicolás Oroz y el cabezazo de Maximiliano Romero, que pasó muy cerquita del arco visitante.

Leonardo Carol Madelón, el DT de Gimnasia, decidió hacer una variante para comenzar el segundo período. David Zalazar entró en lugar de Nicolás Colazo.

Pero el partido concluyó enseguida. Cuando iban 50′ Oroz ejecutó muy bien un tiro libre, el balón pegó en el travesaño, y en el rebote, Alan Lescano marcó el 2-0 para Argentinos juniors, en algo muy parecido a una sentencia, cuando aún restaba muchísimo tiempo por jugarse.

Entonces Madelón decidió hacer dos variantes más en Gimnasia; Franco Troyansky entró por Ivo Mammini, y Matías Ramírez ingresó en lugar de Benjamín Domínguez, cuando iban 57′ de juego.

El ingreso del “Ratu” Zalazar le dio un poco dee aire a la visita. Volcado sobre la derecha del ataque, aportó habilidad y aire para entrar por esa banda. A los 63′ probó con un gran tiro de larga distancia, que Diego Rodríguez sacó al corner.

Pablo Guede hizo la primera variante en el local a los 70′. Ariel gamarra remplazó a Alan Lescano. Y en la visita, a los 76′ Rodrigo Castillo entró por Eric Ramírez.

Hubo una llegada del “Lobo”, a los 77′, con un tiro de esquina y un buen cabezazo de Gustavo canto, que Rodríguez supo controlar.

luego, más modificaciones. A los 80′, Emiliano Viveros ingresó por Gastón Verón. Hubo un buen remate de Gondou, a los 82′, que pasó cerquita, y a los 86′ Guede hizo el tercer y cuarto cambio del equipo local. José María Herrera reemplazó a Maximiliano Romero, y Juan J. Cardozo entró por Nicolás Oroz.

Así se cerró la tarde tranquila de La Paternal. Con un triunfo claro y justo de Argentinos Juniors, que no necesitó de un gran trajín para superar a un Gimnasia abatido.

Hernán O’Donnell

All Boys y Güemes se sacaron chispas e igualaron en partido cerrado

Sobró pierna fuerte, temperamento, disciplina táctica. Hubo ganas, algunos roces y pocas llegadas. All Boys y Güemes hicieron un partido parejo, donde la mayor parte del juego se desarrolló en el centro del campo y las figuras principales resultaron los volantes centrales, Santiago Gallucci en el local, y Emiliano Griffa en el elenco santiagueño. Se sacaron chispas y combatieron más de lo que jugaron.

El local formó con César Monasterio; Hernán Grana, Jonathan Ferrari, Maximiliano Coronel y Tobías Bovone; Alexis Melo, Santiago Galluci; Alejo Antileff, Thiago Calone y, Joaquín Ibáñez; Franco Toloza.

La visita comenzó con Juan Mendonca; Cristian Broggi, Tomás Berra, Matías Escudero y Ramiro Ríos; Emiliano Griffa y Lautaro Belleggia; Franco Torres, Sebastián Carruega y Maximiliano Brambillo; Hernán Brylko.

Empezó con buen ritmo, y a los 2′ All Boys llegó por el sector derecho, con un buen centro que los delanteros no pudieron conectar. Cuando iban 5′ Lautaro Belleggia ejecutó un buen tiro libre, que pasó muy cerca, en un anuncio de una virtud del volante visitante: Su buen remate de media distancia.

Luego el partido se centró en la mitad de la cancha y allí transcurrió la lucha. Recién a los 20′ un disparo de Sebastián Carruega despertó la ofensiva de los santiagueños.

Y sobre el final del primer período, el “Albo” generó un par de llegadas. A los 40′ Toloza cabeceó muy cerca un centro que llegó desde la derecha, y a los 44′ otra buena jugada por derecha, Joaquín Ibáñez cedió a Melo, este abrió para Antileff, cuyo remate salió un poco alto.

En el complemento, el desarrollo fue el mismo. Güemes llegó a los 54′ con un cabezazo de Tomás Berra que salió desviado. Cuando iban 61′ Belleggia ejecutó otro tiro libre, esta vez abajo, que Lisandro Mitre pudo contener en una doble tapada. Fueron de las pocas llegadas.

A los 62′ Santiago Patroni entró por Alexis Melo, en el primer cambio del equipo de César Monasterio. Y entró rápido en el juego dele local. A los 69′ hizo un buen centro, y el cabezazo correcto de Coronel fue contenido por el arquero visitante.

Luego, las variantes iniciales de Güemes; Federico López reemplazó a Maxi Brambillo, y Milton Gerez ingresó en lugar de Franco Torres, a los 70′ de juego. Y cuando iban 75′, se produjeron el segundo y tercer cambio del equipo de Floresta. Tomás Assenato entró por Alejo Antileff, y Diego Guallama reemplazó a Thiago Calone.

Pero todo transcurría en una lucha constante en la mitad de la cancha donde sobresalían Griffa y Gallucci, aunque este debió ser expulsado en el primer tiempo, por una entrada muy dura contra Lautaro Belleggia. Pero ni siquiera fue amonestado, y con el correr del juego, Gallucci se convirtió en figura, por capacidad de quite, pase preciso y un enorme esfuerzo físico.

A los 86′ Walter Marchesi abrió la segunda ventana de variantes para la visita: Gonzalo Papa reemplazó a Lautaro Belleggia, y Gonzalo Alarcó entró por Sebastián Carruega. El partido no ofreció más incidencias que la quinta modificación en el equipo de Santiago del Estero, a los 90+1′: Emanuel Mercado reemplazó a Hernán Brylko, de mucha potencia y enorme sacrificio.

Nada más hubo para señalar. Fue una batalla en la mitad de la cancha, y All Boys y Güemes no se sacaron ventajas.

Hernán O’Donnell

A Platense y Racing les ganó la oscuridad de la noche

Platense venía de perder en La Paternal, de cambiar la conducción técnica y en medio de una campaña irregular. Racing, al contrario, llegaba entonado por la resonante victoria en el clásico frente a Independiente, en condición de visitante, y con buenos antecedentes en el torneo, con grandes actuaciones y resultados alentadores.

Sin embargo, no hubo mayores diferencias entre uno y otro. El “Marrón”, con la llegada reciente de Favio Orsi y Sergio Gómez a la conducción técnica, le hizo un planteo cerrado, duro, con tres centrales, dos laterales abiertos, dos medios centros y dos abastecedores del centrodelantero.

La “Academia” trazó un dibujo parecido, y todo se dirimió en la mitad de la cancha. Hubo pocas llegadas, pocas situaciones de gol, y el empate resultó lógico.

El local formó con Juan Cozzani; Ignacio Vázquez, Leonel Picco, y Gastón Suso; Juan I. Saborido, Carlos Villalba, Iván Gómez, y Sasha Marcich; Agustín Ocampo y Luciano Ferreyra; Ronaldo Martínez.

El conjunto de Avellaneda comenzó con Gabriel Arias; Nazareno Colombo, Santiago Sosa y Agustín García Basso; Facundo Mura, Bruno Zuculini, Agustín Almendra y Gabriel Rojas; Baltasar Rodríguez, Adrián Martínez y Maximiliano Salas.

El encuentro se planteó en una disputa en el centro del campo. No hubo dominadores en el primer tiempo. Racing tenía un poco más la pelota, con un trato más fluido, pero Platense le oponía voluntad y disciplina táctica.

A los 15′ llegó la primera situación, y fue para el local. Un centro desde la izquierda, la bajó Ronaldo Martínez y Agustín Ocampo remató apenas alto. Racing contó con un tiro libre a favor de Agustín Almendra, a los 34′, que pasó cerca, aunque se hizo repetir y ya la segunda ejecución no fue eficiente.

Para comenzar el segundo tiempo, Gustavo Costas hizo dos variantes en la “Academia”: Juan Fernando Quintero entró en lugar de Maxi Salas, y Roger Martínez ingresó por Baltasar Rodríguez.

Y tuvo otra predisposición la visita. Más rápido, más preciso, de la mano de “Juanfer” el equipo comenzó a dominar. Sin embargo, la primera llegada fue del local, a los 54′, con un tiro de Agustín Ocampo que salió alto.

Racing contó con una llegada clarísima, a los 57′, en la que Adrián Martínez se fue sólo por izquierda, y ante la salida de Cozzani, sacó un disparo cruzado que salió al lado del poste izquierdo del arco local.

Cuando iban 59′ llegaron los dos primeros cambios del “Marrón”;  Alan Marinelli entró por Ocampo, y Gonzalo Valdivia reemplazó a Luciano Ferreyra. En la visita, Santiago Solari ingresó por Mura.

Mientras Racing atacaba, Platense buscaba de contra. Un tiro de Ronaldo Martínez, a los 65′, pasó muy cerca.

Cuando iban 72′ Mateo Pellegrino ingresó en lugar del paraguayo Ronaldo Martínez. y a los 77′ hizo el cuarto cambio, en la última ventana disponible, cuando Lisandro Montenegro entró por el lesionado Iván Gómez.

El “Calamar” tuvo otra llegada a los 80′, con un cabezazo de Pellegrino, pero no tuvo compañía para la segunda pelota. l equipo iba, pero también estaba contenido, y en las aproximaciones, no se soltaban futbolistas, para algún rebote, lo que en el fútbol se dice “segunda pelota”.

Gustavo Costas, entrenador de la “Academia” hizo dos variantes más a los 86′. Tobías Rubio entró por Adrián Martínez, y Johan Carbonero reemplazó a Nazareno Colombo.

Se la jugó la Academia, pero ya no tuvo más tiempo. Platense y Racing lucharon por el partido, pero les ganó la oscuridad de la noche.

Hernán O’Donnell

Argentinos Juniors se ilusiona con un fútbol de alto vuelo

El gol tempranero de Alan Lescano le simplificó mucho el trabajo a Argentinos Juniors. Porque salió decidido a ganar el partido, con la ambición de siempre y la disposición en el campo de juego conocida. Con tres volantes, dos de ellos ofensivos, tres delanteros y los laterales con proyección permanente. Platense quiso jugarle de igual a igual, pero sucumbió en media hora de juego. Y si bien nunca perdió la línea ni bajó los brazos, el partido le quedó muy lejos y nunca mostró una imagen de poder recuperarse, aún cuando llegó el descuento y faltaba un cuarto de hora por jugar.

Pero la exquisita definición de Alan Lescano abrió la puerta a una noche de festejo para el equipo de la Paternal. Iban 11′ y el toque sutil que puso el 1-0 para Argentinos, casi fue una sentencia.

El local formó con Diego Rodríguez; Thiago Santamaría, Jonatán Galván, Tobías Palacio y Román Vega; Nicolás Oroz, Ariel Gamarra, y Alan Lescano; Leonardo Heredia, Maximiliano Romero, y Luciano Gondou.

El Calamar arrancó con Juan Cozzani; Juan Saborido, Ignacio Vázquez, Gaston Suso y Sasha Marcich; Iván Gómez, Leonel Picco, Lisandro Montenegro; Gabriel Hachen y Luciano Ferreyra; Maximiliano Urruti.

A los 16′ se lesionó Jonatan Galván, y fue reemplazado por Francisco Álvarez, pero no se resintió el funcionamiento de la defensa. Platense intentaba, y de hecho tuvo una chance a los 17′ con un tiro de Ferreyra que atrapó el “Ruso” Rodríguez. Pero la noche era roja, y a los 26′ Thiago Santamaría sacó un tiro tremendo que se transformó en el 2-0 para Argentinos Juniors.

Y pudo aumentar a los 32′ con un veloz contragolpe, que manejó bien Alan Lescano, habilitó a “Pupa” Heredia, y a él se le escapó largo el balón cuando iba a definir.

Sebastián Grazzini, el DT de Platense que tras la derrota dejó el cargo, dispuso una variante para comenzar el segundo tiempo. Ronaldo Martínez entró por Leonel Picco.

A los 49′, Santiago Montiel ingresó por Leonardo Heredia, en el equipo de Guede. Cuando iban 60′ Mateo Pellegrino entró por Maximiliano Urruti, y Agustín Obando ingresó en lugar de Gabriel Hachen.

Nada cambió. El dominio del local siguió y pudo aumentar Gondou, a los 68′.

En la visita, a los 69′ Carlos Villalba entró en lugar de Montenegro, pero enseguida llegó el fin. Fue a los 70′, con un fuerte tiro de Montiel, que puso el 3-0 a favor del local.

Pablo Guede dispuso que a los 71′ Franco Moyano ingresó por Ariel Gamarra, y Emiliano Viveros lo hizo por Nicolás Oroz.

Descontó Pellegrino, a los 79′, y así se selló el 3-1 final. Más allá del cambio, a los 87′, de Alan Marinelli por Juan Saborido.

El equipo de Pablo Guede desplegó un fútbol vistoso y efectivo. Audaz y responsable. Rápido y preciso. Y la ilusión, crece.

Hernán O’Donnell