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Cuando caía el telón, PSG hizo trizas el sueño de Atalanta

Hay partidos que conviene contarlos desde el final; como esas películas donde lo más importante sucede en el desenlace, o cuando se narran son un flashback, que empiezan por el fin y luego reconstruyen la historia. El primer partido de cuartos de final, entre París Saint Gerimain y Atalanta, se resolvió en los minutos finales. En la agonía, PSG revirtió el resultado y dio vuelta todo lo que se había escrito hasta ese momento final, porque Atalanta ganaba y parecía que lo controlaba, pero el fútbol, los duendes, y los grandes futbolistas como Mbappé y Neymar, siempre tienen cartas en la manga que pueden modificar cualquier historia.

Atalanta fue fiel a su estilo. A su manera de jugar, esa que enamoró a propios y extraños, que lo llevó a un lugar de privilegio en la Serie “A” y que encandiló al mundo a través de la competencia de Clubes más vista, la fabulosa Champions League. Un ataque permanente, con laterales con constante proyección, un conductor como Alejandro Gómez que transita las bandas, un par de centrocampistas como Freuler y De Roon que patrullan toda la mitad de la cancha y dos delanteros que se complementan muy bien como Pasalic y Duván Zapata.

Enfrente el París Saint Germain, con una marcada dependencia del trabajo de Neymar, quien iniciaba todas las maniobras pero las finalizaba con mucha imprecisión. Así se armó un primer tiempo en el que el delantero brasileño se perdió un gol increíble de arranque y luego Keylor Navas tapó dos jugadas muy peligrosas del conjunto italiano.

Y a los 26′ llegó la apertura del marcador, tras una buena jugada colectiva de Atalanta, donde el balón fue de un lateral al otro, el remate y el rebote le quedó a Pasalic, quien supo sacar el tiro con comba y marcar el 1 a 0 para el equipo de Bérgamo.

PSG sintió el golpe y fue por la igualdad. Adelantó sus líneas, pero se encontró con un rival que también propuso, por lo que le costaba llegar. Y cuando lo hacía, fallaba en la puntada final. Tuvo más centros que imaginación. Y no pudo equilibrar las accciones cuando lo soprendió el fin del primer tiempo.

En el complemento, París intentó empujar más hacia el arco de Sportiello. Para eso se basó en la habilidad de Neymar, quien siempre iniciaba las jugadas, pero al que le costaba encontrar eco en su compañeros. No aparecía Icardi, Sarabia se enredaba, Marquinhos chocaba y Atalanta se las rebuscaba para complicar, mas con vértigo que con claridad. Pero se mostraba más rápido el equipo italiano, más veloz, en tanto el conjunto parisino lucía espeso, sin cambio de ritmo, lento y por momentos previsible.

La ventana de cambios empezó a generar otra perspectiva. Porque Atalanta debió resignar a su mejor futbolista, Alejandro Gómez, reemplazado por Malinovskiy, y José Luis Palomino entró para reforzar la defensa a los 59′ de juego, en lugar de B. Djimsiti; se iba el màs capaz del conjunto, en tanto PSG puso a un hombre para desequilibrar: Mbappé por el español Sarabia.

Y empezó a buscar más el conjunto francés. Comenzó a tener llegadas, pero entre la impericia y la buena participación de Sportiello, sus ataques se frustraban.

Atalanta volvía a ceder con otra variante, porque a los 69′ se fue Pasalic, de buen partido y lo reemplazó Muriel, que falló la única que tuvo. En tanto a los 71′ en PSG ingresó Leandro Paredes por Gueye, y creció en precisión el conjunto de Saint Germain.

La lesión de Keylor Navas forzó la última ventana de cambios para los franceses: a los 78′ lo reemplazó Sergio Rico y también entró E. Choupo-Moting en lugar de Mauro Icardi; para el conjunto de Bérgamo, al final salió su última carta Duvan Zapata y entró Da Riva. Se quedó sin balas, aunque el alargue parecía lejano porque solo era cuestión de aguantar unos minutos más…

En el fútbol nada termina hasta que termina. Y a los 89′ llegó el empate, tras un centro largo de Choupo-Moting de derecha a izquierda, que parecía perderse al final, pero Neymar estuvo atento para buscarlo y sacar un centro al medio que Marquinhos transformó en gol y empate 1 a 1 .

Y cuando Atalanta aún se lamentaba de su mala fortuna, Neymar filtró el pase y apareció Mbappé por izquierda, para dirigir otro centro que Choupo-Moting iba a transformar en el 1-2 cuando el partido ya iba por los 90+2′ de juego.

Se sacó el mote de “pecho frío” el equipo francés, injusto por donde se lo mire porque estas cosas le pasan a todos los equipos. Que les reviertan un resultado en los minutos finales, que pierdan una serie tras tener una ventaja de muchos goles…les pasa a los brasileños, argentinos y alemanes. A todos. Pero el mote es para algunos.

Lo cierto es que en la celebración emocionante de los muchachos que estaban en la tribuna, Di María, Icardi, y todos los demás, abrazados sin precauciones ni preocupaciones, desbordados por la emoción de llegar a una semifinal y estar a dos pasitos de pagar la deuda con la historia.

En ese abrazo sentido, está el espíritu del equipo francés, que parece empeñado en derribar todos los fantasmas.


Hernán O’Donnell

Portland Timbers fue el mejor y es un merecido campeón

Fue el más práctico, el más sólido, el más inteligente y el de mejor juego. Supo trabajar cada partido, atacar y defenderse, contó con dos jugadores desequilibrantes como Sebastián Blanco y Diego Valeri, y tuvo el acompañamiento preciso del resto del plantel. Portland Timbers fue el mejor y es un merecido campeón.

Cuando se organizó este torneo, MLS is Back!, con formato de Copa del Mundo, zonas, clasificados, y partidos de play off, decìamos que Orlando City podìa ser un candidato. No tanto por la jerarquía e historia acumulada de un Columbus Crew o el propio Portland Timbers, pero sí por algunos factores que podían pesar en el desarrollo del torneo. La localía, como principal argumento. No porque hubiera peso de su hinchada, de hecho se sabía que se jugaba sin público, pero sí porque no debía viajar ni trasladarse y el clima, la humedad, el calor y las lluvias están más habituadas para este equipo.

También por lo que puede influir su DT, el colombiano Oscar Pareja, hombre de experiencia y conocimientos de este juego. Un hombre que se formó en las divisiones menores de Atlético Nacional de Medellín, que hizo su debut en el DIM, Deportivo Independiente Medellín, que luego jugó en Deportivo Cali y más tarde se integró al fútbol de Estados Unidos, donde jugó en New England Revolution y luego en Dallas FC.

Empezó su carrera hace 14 años como asistente de Dallas, pasó por sub 17 de Estados Unidos y ya como entrenador principal dirigió en la MLS a Colorado Rapids, Dallas, FC, Tijuana en México y este año se hizo cargo de Orlando City. Conoce el fútbol y también la Liga. Combo perfecto.

Y cuenta con varios jugadores de experiencia y calidad, como el arquero de la selección peruana, Pedro Gallese, subcampeón de América en Brasil 2019 y Nani, una figura de Portugal que tuvo brillo en el Manchester United.

Orlando City tenía varias cartas en la manga y llegó a la final tras ganarle el clásico a Inter Miami por 2-1 en su debut del Grupo “A”; luego derrotó a New York City FC por 3 a 1 y en la última jornada del grupo igualó 1 a 1 con Philadelphia Union.

Ya en octavos le ganó a Montreal por 1 a 0; en cuartos estuvo al borde del knock out contra Los Angeles FC, ya que perdía 0-1 y llegó al empate con un gol de Braganca a los 89′ de juego, para ganar por penales por 5-4.

La semifinal se la ganó a Minnesota, un equipo que era candidato, en una noche brillante de Nani, que con dos goles ayudó a la victoria final por 3 a 1.

Porland Timbers llegaba con mayores pergaminos y antecedentes. Un equipo que había mostrado alto nivel de juego en muchos momentos, que se había lucido en varios partidos y que hacía gal de su candidatura desde el principio.

Debutó con una victoria ante Los Angeles Galaxy por 2 a 1. Después le ganó a Houston Dynamo también 2 a 1 y cerró con un empate ante Los Angeles FC por 2 a 2.

En octavos pasó a Cincinnati por penales 4 a 2, tras igualar 1-1 en los 90′ reglamentarios, en un partido que debió ganar sin problemas. En cuartos de final remontó una desventaja ante New York FC para ganar al final 3 a 1. Ya se veía el brillo y la contundencia del equipo. Y en semifinales pasó a Philadelphia por 2 a 1 en un ecnuentro que debió liquidar mucho antes, pero el descuento final del rival lo llevó a pasar unos 5′ finales de angustia y zozobra.

Así llegaron los dos a la gran final del torneo.

Sorprendió Orlando en el inicio. Porque salió muy convencido a buscar el partido con Ruan bien adelantado por el lateral derecho, con Rosell y Mendez parados por encima de la mitad de la cancha, Mueller, Pereyra y Nani para la creación y Akindele como delantero centro.

Portland esperaba en su campo, se ordenaba de la mitad hacia trás y buscaba a Sebastián Blanco para que a partir de su velocidad se aremn los contraataques.

Y en medio del dominio de Orlando City, llegó el gol de Portland. Tiro libre ejecutado por Diego Valeri con suma precisión, la marca distraída de Orlando y el zaguero Mabiala que aprovecha la duda de Gallese y convierte de cabeza el 1 a 0 a los 27′ de juego.

Pero Orlando no se iba a quedar. Salió con la misma convicción, la misma predisposición ofensiva. Y tuvo su premio antes de concluir el primer período cuando Nani desbordó por izquierda, llegó el centro al medio y el uruguayo Mauricio Pereyra aprovechó para marcar el 1 a 1 a los 39′ del encuentro.

En el complemento Portland cambió la táctica. Fue más agresivo, se adelantó en el terreno y empezó a apretar contra el arco de Gallese. El arquero peruano sacó al córner un tremendo tiro libre de Valeri a los 63’. Del córner, una doble tapada del arquero de Orlando, hasta que el remate de Blanco volvió a desviarse al córner. Y de ese tiro de esquina, a los 65’, tras un tiro de Chiara, un rebote y el gol de Portland para llegar al 2-1.

El equipo volvía a adelantarse en el marcador. Timbers se sentía cómodo y lo llevaban al juego que más le gusta y más cómodo se siente.

Se armó otra vez en su campo, paró a los lanzadores cerca de la mitad y se preparó para salir con velocidad. Orlando era la habilidad de Nani y el empuje del resto. Cuando salió Blanco y más tarde Valeri, Timbers resignó espíritu y picardía pero sumó gente en defensa.

Le quedó una chance a Orlando tras un tiro libre a los 90+1’ cuando Antonio Carlos recibió un balón en el área pero le entró muy abajo y su remate se fue alto.
Portland se aferró a la diferencia y al final celebró el campeonato. Fue el mejor equipo, el más inteligente y el que mejor supo resolver cada partido.
Con la notable influencia de Blanco y Valeri? Portland Timbers gritó Campeón.


Hernán O’Donnell

En el final, los argentinos Banega y Ocampos resolvieron el enigma para Sevilla

Sevilla encontró la llave para abrir la muralla que Wolverhapmton le había planteado al final del ecnuentro, cuando iban 87′ y se juntaron los argentinos para resolver el enigma. Centro de Ever Banega y cabezazo de Lucas Ocampos, para alejar la pelota a la estirada de Rui Patricio y marcar el 0-1 para el conjunto español. Todo lo que le había costado y sufrido a los largo de la mayor parte del partido, lo pudo solucionar cuando parecía que la prórroga estaba por jugar su parte.

Antes, hubo un partido muy difícil. Sevilla empezó con una variante táctica más que interesante. La posición retrasada de Ever Banega, bien cerca de su defensa, en cada inicio de jugada. Entre Diego Carlos y Reguilón, se metía en el fondo y salía con pelota al pie, a la búsqueda del pase al medio para Ferenando, a Reguilón bien abierto al lateral, o Lucas Ocampos cuando se volcaba a ese sector. Por derecha, la salida clásica de Jesús Navas, el tándem con Suso, y En-Nesyri como punta de lanza bien arriba.

El conjunto inglés propuso su clásico juego físico, con mucha velocidad, intensidad en la disputa del balón y salidas rápidas de contra por Adama Traoré o Moutinho, para buscar la definición en el mexicano Raúl Jimenez. Un equipo duro, inteligente y práctico. Y así llegó a una chance clara, a los 11′ cuando Adama Traoré fue derribado en el área por Diego Carlos, y el árbitro sancionó el correcto penal y amarilla para el defensor brasileño.

Pero el remate de Raúl Jiménez fue detenido por el arquero Yassine Bounou, conocido como Bono, el despeje de Diego Carlos fue a donde estaba Moutinho pero su cabezazo fue afuera. El encuentro continuó 0 a 0.

Sevilla se sintió más confiado y aumentó su dominio, aunque le costó profundizar. Tenía más la pelota, pero no conseguía quebrar la defensa inglesa. Una escapada de Youssef En-Nesyri a los 25′ fue su primera aproximación. Después tuvo un disparo de Ocampos a los 32′ que pasó cerca. El conjunto andalúz era más en el dominio territorial, pero no lograba herir, y Wolverhampton amenzaba en cada ataque veloz de Adama y Raúl. Así se cerró la primera parte.

En el segundo tiempo el partido decayó. Fue más lento, más trabado, más pausado y con un desarrollo que con el correr de los minutos se hizo aburrido. porque Sevilla tenía el balón, pero no podía descifrar el camino para herir al equipo inglés. Wolverhampton se refugiaba con una suerte de línea de cinco e intentaba alguna contra con Moutinho y Neves, para descargar en Traoré o Raúl Jimenez, pero casi nunca prosperaban.

La llegada más importante de Sevilla fue a los 65′ cuando Suso sacó un buen centro y Koundé cabeceó desviado; después Pedro Neto entró por Moutinho en Wolverhampton a los 70′, en tanto Sevilla sumó una chance más, con un tiro libre magnífico de Banega que Rui patricio desvió al corner con una terrible volada.

A los 78′ el conjunto inglés fue por segunda variante; Diego Jota entró por Adama Traoré y a los 84′ hubo dos variantes en Sevilla: el argentino Franco Vázquez entró por Jordan, y el neerlandés, Luuk de Jong ingresó en lugar de Youssef En-Nesyri.

Y cuando los nervios y las preocupaciones empezaban a aparecer en el banco de Julen Lopetegui, porque Sevilla se ahogaba en el área inglesa, apareció la combinación de los argentinos Banega y Ocampos para abrir el marcador y cerrar la serie.

Un grito de desahogo para el equipo que buscó más y que quiere volver a enamorar a la UEFA Europa League, su eterna compañera.


Hernán O’Donnell

Inter avanza con la potencia de Lukaku

El comienzo de Inter fue alentador. Porque mostró una cara interesante, un esquema prolijo y un espíritu decidido para ir a buscar el encuentro. Con la proyección de los laterales, Dambrosio y Young, el pivot de Lautaro y la potencia de Luakaku. Y muy pronto llegó al gol, porque a los 14′ Martínez habilitó a Young, llegó el pase a Romelu Lukaku, el delantero belga que no pudo rematar, y el rebote le llegó a Barella, quien marcó desde afuera del área. 1 a 0 para Inter en Düsseldorf, en el comienzo del juego.

Entonces se abrió el partido. Porque Leverkusen lo fue a buscar, con el talento de Kai Havertz, la dinámica de Demirbay y el tranco de Exequiel Palacios. Pero cuando estaba dispuesto a apretar, le llegó un segundo golpe, con un tanto de Lukaku quien desde el piso pudo conectar un balón que se le iba y a los 20′ Inter pasó a ganar 2 a 0.

El encuentro no se quedó allí. Porque si todos suponíamos que la ventaja le iba a dar tranquilidad a Inter y se adueñaría del control del juego, Leverkusen encontró su espacio y a los 24′ Havertz, un jugador de enorme futuro, marcó el tanto del Bayer y el partido se achicó a 2-1 en el marcador.

Inter se había quedado apretado en el resultado cuando había tenido, asta ese minuto, el dominio del juego. El equipo italiano se había manifestado ambicioso y ofensivo, pero la diferencia le quedó corta, porque una distracción la pagó cara y porque también Leverkusen supo aprovechar su momento.

El primer tiempo finalizó con una imagen mejor de la escuadra italiana, pero el score dejaba la puerta abierta a cualquier resultado para el segundo período.

El complemento tuvo más volumen de juego. Fue más intenso, con más ritmo y aparecieron varias oportunidades de gol, más claras que en el primer tiempo.

Tuvo un buen remate de inicio el Bayer Leverkusen, pero Handanovic reaccionó con rapidez y rechazó con un manotazo. Después llegó la primera ventana de cambios. A los 58′ ingresó L. Bailey por el argentino Palacios en el equipo alemán y Víctor Moses por D. DAmbrosio y C. Eriksen entró por R. Gagliardini en el conjunto italiano. Más tarde, a los 63′ el chileno Alexis Sanchez reemplazó al argentino Lautaro Martínez, en tanto a los 67′ hubo dos variantes en Leverkusen: Wendell entró por D. Sinkgraven y N. Amiri ingresó en lugar de J. Baumgartlinger.

Y Eriksen tuvo un gran pase a Alexis Sánchez, quien quedó solo pero su tiro fue desviado por el arquero Lukás Hrádecky, cuando iban 75′; y a los 85′ volvió a aparecer el arquero finés para salvar al Bayer.

Bayer atacaba y el Inter amenazaba de contras, siempre a partir del trabajo de Lukakau para aguantar el balón y empezar armara las jugadas de contraataque, que al final se complicaron con la lesión de Alexis Sánchez y la imposibilidad de hacer una variante más, pues se habían agotado las tres ventana permitidas.

Pero el Inter se refugió en la confianza de su tanque para soportar la marca pegajosa de Tapsoba y encarar los ataques, en tanto las líneas se replegaban para achicar espacios, con Godín y Bastoni como bastoneros fundamentales.

Así llegó al final, abrazado a la victoria, justa y merecida, y empieza a ver el horizonte de la UEFA Europa League en su camino.


Hernán O’Donnell

La Fórmula 1 celebró su GP 70 Aniversario con la frescura de Max Verstappen

Nada mejor que un triunfo del joven más prometedor, el mejor prospecto, el piloto del futuro, para celebrar los 70 años de la Fórmula 1 Internacional en su Gran Premio homenaje realizado en Silverstone.

Una carrera interesante, con mucha estrategia por parte de los equipos y una conducción brillante por parte de Verstappen. Porque hubo variedad en las posiciones, diferentes tácticas, y cambios de neumáticos en algunos casos como el de Charles Leclerc y Esteban Ocon.

La largada fue positiva para Mercedes, Bottas y Hamilton se acomodaron en las primeras posiciones, se arrimó Verstappen y Hulkenberg no pudo aprovechar su buen lugar de salida. Se retrasó Vettel, que a la larga le costó mucho recuperarse y su performance fue menor a la esperada.

Bottas, Hamilton, Verstappen se consolidaron en las primeras tres psoiciones; iban a ser los grandes portagonistas. Después, Hulkenberg, Stroll, Ricciardo, Norris, Leclerc, Sainz y Ocon, cuando llegábamos a la novena vuelta.

Al llegar a la vuelta 15 se detuvieron en boxes los Mercedes y Verstappen tomó la punta. Cuando volvieron, Bottas quedaba a 13″ y el inglés a poco más de 17″. Una diferencia apreciable. Y cuando Verstappen se detuvo a cambiar gomas, enseguida volvió a la pista muy cerca de Bottas y pudo superarlo.

En tanto Sainz se retrasaba con dos detenciones que no fueron buenas y lo ralentizaron, Max aceleraba y sacaba distancias de los Mercedes. Y cuando realizó su segunda detención, también Bottas fue al cambio. Le alcanzó para mantener la diferencia, en tanto Hamilton estiraba su detención en vistas de poder achicar la distancia, pero en perjuicio de unos neumáticos que se agotaban.

En la vuelta 42 de las 52 previstas, Lewis tomó la decisión de cambiar neumáticos y logró el récord de vuelta para sumar un punto más y recuperar el tercer lugar tras pasar a Leclerc y relegarlo al cuarto lugar.

Y en la vuelta 50 volvió a acelerar Hamilton para pasar a Bottas y conseguir el segundo lugar. Una demostración de su enorme capacidad sobre el final de la carrera.

Una competencia que homenajeó a los 70 años de la Fórmula 1 y vio brillar al piloto de mayor proyección. Nada mejor para la historia de la máxima que ver el futuro que se aproxima.


Hernán O’Donnell

Barcelona avanzó tras un tiempo para gozar y otro para sufrir

Nápoli asustó al minuto de juego con un remate en el palo, y enseguida Lorenzo Insigne tuvo otra posibilidad. Era un equipo que mostraba su garra y su disposición a pelear el partido, a atacar. A pesar de que Barcelona se paró como siempre, en campo contrario y con la intención de ahogar al adversario, para recuperar pronto y armarse alrededor de la genialidad creativa de Leo Messi.

Y muy pronto se puso en ventaja, tras un tiro de esquina y el cabezazo de Lenglet para marcar el 1-0 para el local cuando llegábamos a los 9′ de juego.

A los 23’ Barcelona aumentó el marcador. Messi peleó una pelota por derecha, guapeó, ganó y desde el piso sacó UBA precioso remate al segundo poste. 2-0 para Barcelona.
El equipo blaugrana se hizo dueño del juego, porque entre Rakitic y de Jong se encargaron de darle dinámica, Messi abría surcos con pinceladas de trazo fino y Suarez peleaba en ataque como siempre.
Para la visita la cosa era complicada. Aunque Fabian Ruiz buscara, aunque Insigne preocupara o Koulibaly saliera a apagar incendios. Era duro el encuentro y encima llegó el penal con convirtió Luis Suarez y que amplió la ventaja a 3-0 a los 44′
El cierre de la primera etapa le dio una esperanza a Nápoli, con el penal que convirtió Insigne a los 45+3′. 3-1 y no estaba todo perdido.

Barcelona había sido más en el primer tiempo, con un dominio sostenido y una buena actuación colectiva. Hizo cuatro goles, de los que les convalidaron tres. Pero esa diferencia se achicó mucho en el complemento, porque Nápoli salió renovado. Lobotka por Demme para iniciar la seguna parte. Y todos unos metros más arriba, a buscar las espaldas de Piqué y Lenglet, con pases diagonales de afuera hacia adentro y tratar de sorprender al muy eficaz Ter Stegen.

Barcelona era un equipo parado en su campo y dispuesto a salir de contragolpe; con la dinámica de Rakitic, en una tarde muy movida en su función de volante central, la salida constante por de Jong y Sergi Roberto por los costados y Messi a la búsqueda de Suarez y Griezmann para explotar los espacios.

Pero el dominio pasó a ser de Nápoli. Con la dinámica de Fabián Ruiz, la presión de Mertens y los piques constantes de Insigne, el peligro empezó a rondar la valla local. Y pronto Gennaro Gattuso dispuso otros dos cambios: iban 69′ cuando M. Politano ingresó por J. Callejon y el “Chuky” Lozano entró por P. Zielinski; más movilidad y más fuerza en ataque para la visita.

Para Barcelona el segundo tiempo fue más complicado, porque le costó tener el balón y jugar a su juego. Además, aparecieron algunos síntomas de cansancio, algún golpe recibido y la necesidad de ponerle hielo al encuntro para que el tiempo empiece a jugar a su favor.

Gattuso fue por dos cambios más en otra ventana: a los 78′ E. Elmas reemplazo a Fabián Ruiz, de buena tarea y A. Milik ingresó en lugar de Lorenzo Insigne, también de correcta labor.

Nápoli mostró muchas cualidades. Manejo prolijo, dominio territorial, inteligencia para buscar los agujeros en la defensa adversaria, pelotazos a espaldas de los centrales locales… para el conjunto de Quique Settién, era defenderse, correr y tratar de aguantar el balón para que el reloj haga su parte. Y los cambios del final que denunciaron esas intenciones de aguantar. A los 83′ Monchu, un centrocampista, entró por el delantero Antoine Griezmann, y a los 91′ el defensor Junior Firpo entró por el otro atacante del local, el uruguayo Luis Suarez.

Barcelona se aferraba a la diferencia. Ganó un partido que se le hizo difícil en el complemento, pero que justificó a pleno en la primera parte. Todavía tiene mucho para mejorar, pero avanzó en la Champions League y con Messi en el equipo, soñar siempre es posible.


 Hernán O’Donnell

Manchester City ganó por mucho más que los errores de Varane

Una pena que los partidos se superpongan. Y difícil de comprender, porque en esta época donde el fútbol se ve, en exclusiva, por televisión u otra plataforma de transmisión, pero ausente en las canchas pues la gente no puede concurrir, es una lástima que hayan programado tanto Manchester City vs Real Madrid, como Juventus-Lyon, a la misma hora. Dos partidos atrapantes, con resultado del primer encuentro apretado, con lo cual se preveían desquites más que interesantes. Pero así se dieron las cosas y en tren de elegir, optamos por el duelo entre el equipo de Pep Guardiola y el de Zinedine Zidane. El triunfo de City en España por 1-2 obligaba a los “Merengues” a la búsqueda del triunfo desde el inicio. Un gran candidato, al borde del precipicio. El partido para ver.

Manchester City salió a ahogarlo a Real Madrid. A apretarlo bien arriba, a no dejarlo pensar demasiado. Y a los pocos minutos, producto de esa decisión estratégica, consiguió abrir el marcador. Iban 8′ cuando Varane recibió de Courtois dentro del área, se demoró en continuar mientras pensaba la continuidad y Foden le robó el balón, se lo cedió a Sterling quien, libre en el borde del área chica, convirtió el 1 a 0 para el local y quedaba 3-1 el marcador global a favor del City.

En ese momento se abrió el partido, y lo que era un comienzo cauteloso le dio paso a un encuentro más rápido y movido. A los 18′ Sterling armó una excelente jugada individual, que Casemiro salvó al arrojarse al piso cuando el tiro era inminente. City amenazaba. Y Madrid respondió con una jugada de Benzemá, quien había recibido el pase de Hazard, giró el francés y sacó un gran remate que Ederson pudo desviar.

A los 27′ llegó el empate; gran jugada de Rodrugo por derecha, tunel a Joao Cancelo para desairarlo, llegada al fondo y un centro preciso al corazón del área que Benzema transformó en gol con un gran cabezazo. 1 a 1, 3-2 en el global. Un gol más de Madrid, y todo quedaba igualado.

El City volvió a avisar a los 36′ que estaba en partido; jugada de derecha a izquierda, De Bruyne que se la pasa a Cancelo y el remate violento del lateral fue contenido por Courtois, en una chance clara del local.

El final del primer período dejó una imagen mejor del local, que tuvo más dominio territorial y posesión del balón, en tanto el Madrid había tenido un par de llegadas a través de la potencia del francés Benzema. Poco de sus volantes, Kroos y Modric, algo más de Casemiro en la marca y Carvajal en la concentración defensiva. Pero cuando el balón pasaba por De Bruyne, Sterling o Gundogan, City brillaba más.

El complemento empezó a todo City. Perfecto pase de De Bruyne, la entrada de Sterling y Courtois que tapó el segundo tanto del local, para sacar el balón al corner. Fue un inicio fuerte de Manchester City.

Fueron quince minutos de dominio local, con mucha movilidad de De Bruyne y Gundogan, otra llegada que tapó Courtois y un giro brillante de Gabriel Jesús, cuyo remate fue desviado por un buen reflejo del arquero de Real Madrid. Entonces, Zidane decidió el ingreso de Asencio por Rodrygo a los 60′.

Era más el City, y cuando Guardiola decidió que entrara Bernardo Silva por Foden a los 66′, el partido se empezó a volcar. Porque enseguida vino el pelotazo largo del fondo, la falla de Varane en el control, su cabezazo posterior a Courtois que se quedó corto y Gabriel Jesús que aprovechó para ganar el balón y marcar el 2 a 1 a los 68′ de juego.

El gol fue un mazazo para Real Madrid. Perdió la brújula y demostró un gran desconcierto, en tanto el City jugó al juego que mejor juega y que más le gusta. Tener el balón, moverlo y crear espacios. Pases, movilidad y triangulaciones.

A los 80′ entro David Silva por Sterling para profundizar la idea, en tanto Zidane apeló a tres cambios a los 82′ para ver si podía remontar un encuentro que era muy cuesta arriba. Lucas Vazquez reemplazó a D. Carvajal, Federico Valverde ingresó por Luka Modric y L. Jovic ingresó por Eden Hazard. De casi nada sirvió, porque todo depndía de la voluntad, el esfuerzo y la jerarquía de Benzemá, el único sobreviviente en el naufragio, amén de las atajadas de Courtois.

Guardiola decidió que Nicolás Otamendi ingresara por el fatigado Rodrigo y Fernandinho pasó a su puesto original de volante central.

Manchester City terminó el partido con un dominio total, una muestra cabal de superioridad y una alegría envolvente en su entrenador, que ya empieza a diseñar el plan futuro, cuando en Portugal se jueguen los encuentros definitivos.


Hernán O’Donnell

La noche mágica de Nani llevó a Orlando City a la final

Era una semifinal, en los papeles, mucho más peleada que la del miércoles. Más pareja, menos previsible, con un grado de incertidumbre mayor en tanto Minnesota venia con los mejores antecedentes y Orlando City, por su condición de local y los buenos partidos que había jugado en el torneo, también tenía sus pretensiones.
Minnesota llegaba invicto y Orlando con la figura del portugués Nani, alguna vez comparado como el sucesor de Ronaldo. Tal vez una exageración, pero se unían algunos puntos, como su habilidad, su capacidad de gol y esos inicios en el Manchester United. Y fue Nani, como vamos a ver, el protagonista fundamental del primer tiempo.
Una semifinal muy esperada…

Minnesota salió con todo. Con su equipo parado en campo contrario, las líneas adelantadas y una presión constante sobre la salida del local. Atoraba al local y encontraba el camino por los costados, con las subidas de Dotson y de Gasper, este último sobre todo, no sólo avanzaba por el lateral izquierdo, sino que se metía en diagonal para sorprender por el centro del ataque. Y Gallese sufría en cada aproximación de Minnesota. Además, el trajinar del cubano Alonso ayudaba a los desplazamientos del conjunto.

Le costó a Orlando ordenarse en el campo y meterse en el partido. Pero en cuanto encontró una hendija, pudo clavar su puñal. Primero con un pelotazo largo de Robin Jansson a Nani, un balón que cruzó por el aire toda la noche de Orlando, para llegar a los pies del delantero portugués quien entró al área apareado, pero peleó la posición y sacó un remate fuerte que se transformó en el primer gol a los 34′. 1 a 0 y el partido entraba en otra dimensión.

Después vino el segundo golpe. Mientras Minnesota intentaba acomodarse, poder tomar el balón, recuperar el dominio, otra vez el portugués entraría en escena. Iban 40′ cuando nani tomó un balón sobre la izquierda de su ataque y enganchó hacia adentro para sacar un disparo con pierna derecha y mucha “rosca” que se le metió en el palo izquierdo a Tyler Miller. 2-0 para Orlando City, que transformó un inicio muy complicado en una victoria parcial con cierta amplitud.

Minnesota United encaró el segundo tiempo con más determinación aún. Intentó lo mismo que en el primer período; apretar a Orlando en su campo, ahogarle la salida y generarle peligro. A los 58′ el DT Adrian Heath metió tres cambios para intentar remontar la noche. K. Molino entró por R. Lod, M. Toye ingresó por J. Hayes y A. Schoenfeld reemplazó al delantero Luis Amarilla.

Orlando, en tanto, modificó su esquema recién a los 67′: J. Urso ingresó en lugar de T. Akindele y B. Michel lo hizo en reemplazo de C. Mueller.

El encuentro se hizo más cerrado. Chocaba la visita con la red que proponía City. Y cuando lograba superar la telaraña. aparecía el arquero peruano Gallese para cortar cualquier posibilidad. Para Orlando, la película se presentaba de contragolpe. Amuchado en su campo, entre el uruguayo Pereira y Nani, se armaban los contraataques del equipo local. Y el reloj le empezó a jugar a su favor.

En el epílogo, Minnesota llegó al descuento. Iban 82′ cuando Kevin Molino metió un pase perfecto en profundidad y Toye encontró el espacio y ante la salida de Gallese marcó el gol de la visita. 2 a 1 quedaba el partido y un rato final para las emociones.

United se la jugó entero; volcó todas sus fichas en el campo adversario y tuvo una posibilidad muy clara tras un centro de Dotson que Toye apenas pudo conectar de cabeza, pero solo la rozó y se perdió una chance muy clara a los 89′ de juego. Con todos sus hombres en campo contrario, jugado a todo o nada, Minnesota se quedó vacío, pues al final, tras un lateral ofensivo salió un contragolpe de Orlando conducido por Benji Michel, quien sorteó la salida de Miller y concretó el 3-1 a los 90+6′ del encuentro.

Orlando City se quedó con el partido y el pase a la final. Porque desbordó entusiasmo, supo contener el embate de Minnesota y cuando logró acomodarse al partido sacó una buena diferencia, marcada por el magistral portugués Nani, la estrella de la noche.


Hernán O’Donnell

Sevilla ganó con su fútbol clásico y avanza en su Copa favorita

A los 12′ llegó el cabezazo de Koundé, que pegó en el travesaño y se fue afuera. Era la primera oportunidad clara de Sevilla, que había salido decidido a buscar el partido, mostraba una leve superioridad y empezaba a mostrar sus colmillos, en un partido duro, porque Roma no se amilanaba.

Sevilla se ordenaba por derecha, con la salida por Jesús Navas, por izquierda con Reguilón, la firmeza de Koundé y Diego Carlos, la movilidad de Ever Banega y los atacantes Lucas Ocampos y Suso, que ya son conocidos por todos, pero no dejan de sorprender.

Y a los 21′ llegó la gran jugada individual de Reguiló, quien se proyectó por su lateral izquierdo, se metió en el área, le ganó la posición a Diawara, pasó al central y batió al arquero López con un remate que pasó entre sus piernas. 1 a 0 para Sevilla.

Roma se adelantó en el campo. Sintió el golpe y fue a buscar; ya no dejó tan solo a Dzeko en el ataque. Kolarov empezó a ser una salida clara por izquierda, Zaniolo se hizo crago de manejar el balón y Henrikh Mkhitaryan se sumó a la propuesta. Para Sevilla era también un estado ideal, porque le aparecían espacios grandes para explotar su llegada por el contragolpe, con la aparición por sorpresa de los laterales; así tuvo una inmejorable chance Jesús Navas, quien recibió un pase de Fernando y tras pasar al arquero, el balón se le fue largo…Roma trataba de volcar el juego al campo de Sevilla y el equipo andaluz amenazaba de contragolpe. Y el partido era bueno y entretenido.

Sobre el final del primer tiempo, Sevilla sacó otra ventaja. Un balón largo para Lucas Ocampos, el argentino que la corrió, la peleó y se fue por la banda derecha, hasta llegar al fondo y dejarle el centro a Youssef En-Nesyri, quien entró solo y libre para marcar el 2 a 0 a los 43′ de juego.

En el segundo tiempo, Roma mostró una cara mejor. Más ofensiva, con mayores riesgos asumidos

Tuvo una buena chance con un remate de Mkhitaryan, que rozó la base del poste izquierdo. Otra jugada combinada que el delantero armenio no pudo conectar bien. Era otro equipo, más incisivo, aunque Sevilla se mostraba firme y amenazante en cada contragolpe.

A los 56′ Fonseca ensayó dos cambios: L. Pellegrini por N. Zaniolo y C. Perez reemplazó a Diawara; Roma buscaba más peso ofensivo. En Sevilla ingresó M.El Haddadi por Suso a los 67. Y más tarde, a los 76′ Gonzalo Villar entró por Kolarov en Roma, para sumar más gente a la zona ofensiva: un volante por un defensor.

Roma empezó a chocar con la seguridad de los centrales, Koundé, de gran categoría y Diego Carlos, una verdadera roca impasable. Y en tanto el juego andaluz crecía por la velocidad picante de Ocampos, el ritmo hábil de Banega y el trabajo prolijo de Jordán y Fernando en la mitad de la cancha.

Y sumó llegadas, como la jugada que pudo ser gol, pero el offside previo de Koundé la frustró o la combinación de Ocampos y Jordán que terminó con un buen cierre de Lopez a los 82′, o como ese tiro libre de Banega a los 90′ que rebotó en el travesaño, o el cabezazo de Koundé tras el centro de Banega, que tapó bien el arquero de Roma a los 90+5′, y junto a él había intentado cabecear Franco Vazquez, que un segundo antes había ingresado por Ocampos. Era más Sevilla también al final del partido.

Y quedó para el cierre la expulsión de Mancini, a los 90+7′, por codazo intencional al rival, tras la revisión del VAR.

Sevilla ganó bien, con su fútbol clásico, la pasión que transmite su entrenador Julen Lopetegui, y avanza en su UEFA Europa League, la Copa que tantas veces pudo levantar.


Hernán O’Donnell

Portland Timbers ganó con justicia y es finalista

Son la base fundamental de un buen equipo, uno de los mejores de la MLS (Major League Soccer), que ha llegado a la final de este torneo rápido a fuerza de buenas actuaciones, de un juego veloz y asociado, con varios hombres importantes, pero con dos pilares fundamentales: los argentinos Sebastián Blanco y Diego Valeri.

Muy rápido Blanco para moverse por los costados, preciso para la entrega y de fuerte remate al arco. cerebral Valeri, inteligente para la conducción, perspicaz para el pase más acertado, tiempista para manejar los tiempos y dueño del balón parado.

Philadelphia lo esperó con su estrategia inteligente que le permitió llegar hasta las semifinales. Un equipo concentrado, luchador y dispuesto a explotar el contragolpe, con la frescura de Aaronson para desequilibrar en ataque.

A los pocos minutos Blanco sacó un remate fuerte y bajo con destino de red, que el arquero Blake controló muy bien. Luego llegó la apertura del marcador, tras el corner ejecutado desde la derecha, y la aparición de Jeremy Ebobisse para concetar de cabeza y convertir de pique al suelo a los 12′ el 0-1 para Portland.

Ahí el equipo se acomodó mejor en el campo, se tiró unos metros más atrás y empezó a manejar el ritmo al compás de Chara, Valeri y Blanco. Philadelphia salió un poco más, a partir del trabajo de Bedoya, la insistencia de Aaronson y la tosudez de Przybylko, pero no encontraba fluidez en su juego. Se enredaba en la táctica de Portland y los Timbers tenían más llegadas, aunque Blake, como siempre, resultaba un escollo duro de superar.

Sin embargo, sobre el final del primer tiempo Philadelphia iba a encontrar una inmejorable oportunidad. Infracción de Blanco en un centro que no revertía demasiado peligro y el árbitro que sancionó, de modo correcto, penal. Sergio Santos se hizo cargo de la ejecución, pero su remate se fue alto y el partido siguió 0-1 para Portland cuando iban 45′ de juego. Se jugaron unos pocos minutos más de tiempo agregado y terminó el primer tiempo, con la ventaja de Portland Timbers.

En el complemento se acentuó la primacía del equipo verde; se afianzó en el dominio, le imprimió velocidad y acumuló varias chances para aumentar, con un aprovechamiento integral de los espacios. A los 65′ una gran jugada de Valeri dejó solo a Niezgoda (había ingresado a los 55′ por Ebobisse, en tanto Polo reemplazó a Loria) y su remate fue al medio, bien controlado por el jamaiquino Blake.

Philadelphia movió el banco a los 59′; salió Santos, que había desviado el penal, e ingresó Ilsinho.

Se lo perdió Valeri en otro contragolpe bien iniciado por Blanco y enseguida llegó el segundo tanto. Corner desde la derecha, cabezazo de Chara al costado, aparición de Sebastián Blanco como un fantasma y segundo cabezazo para marcar el 0-2 a los 69′ de juego.

Era todo de Portland, que en cada contragolpe amenazaba con aumentar el marcador. Parecía todo resuelto, pero el fútbol tiene muchos duendes que siempre dan vueltas y cuando nadie lo espera, aparecen…

En el final, las emociones subieron las pulsaciones de todos los seguidores del fútbol del planeta que vibran con cada partido a través de todas las plataformas en estos tiempos sin espectadores en las canchas.

Tiro libre para Philadelphia, el remate fuerte de Jamiro que Clark despeja a medias y la pelota que queda a merced del primero que llega. Es Wooten, quien con un remate fuerte y cercano descuenta para el 1-2 a los 83′ del encuentro.

Y quedaban más sorpresas, porque muy pronto una pared entre Aaronson y Kacper Przybylko terminó con el balón en la red, pero la jugada no fue convalidada por una posición adelantada previa. Era un inmenso susto para Portland, que había jugado mucho mejor, realizado un buen partido y en dos minutos parecía que el castillo se le derrumbaba.

Portland trató de pasar el sofocón y enfriar el juego. Había hecho un gasto enorme y sobre el cierre estuvo cerca de perder la ventaja. Trató de atacar con precisión y de controlar con seguridad la pelota, hasta que el tiempo consumiera. Y en el último instante sufrió un nuevo susto con un remate peligroso que Steve Clark atrapó con buenos reflejos.

El temblor había pasado. Portland Timbers, el equipo de Diego Valeri y Sebastián Blanco, había hecho todo para llegar a la final, y con algún sobresalto en el epílogo, llegó a la jornada final, a jugar por la gloria.


Hernán O’Donnell