Era la noche de Ribery, pero Alexis Sánchez, al final, iluminó al Inter

Un partidazo, de principio a fin. Con todo lo que propone la Serie “A”, un Calcio renovado que cada vez capta mayor cantidad de gente y adherentes alrededor del mundo. Fútbol en su máximo esplendor, y el gusto de ver a un Inter-Fiorentina pleno de goles, llegadas y suspenso.

El equipo visitante arrancó con un gol a poco de comenzar. Kouamé captó un pelotazo largo de Biraghi, combinó con Bonaventura y marcó el 0-1 cuando sólo se jugaban 3′ del encuentro.

Era un arranque fuerte de una Fiorentina que al compás del francés Franck Ribery metía contraataques como estiletazos y así tuvo otra chance a los 16′ cuando otra contra manejada por el ex Bayern Münich derivó en un pase largo a Kouamé y Handanovic, el arquero local, le ahogó el grito.

Inter trató de empujar a su rival hacia su área, pero fue más por tozudez que por ideas. Young y Perisic por los costados, Lautaro Martínez y Lukaku por el centro del ataque, Eriksen detrás, al final del primer tiempo llegó a la igualdad, con el gol de Lautaro Martínez a los 45+1′ del primer período.

A poco de empezar el complemento, llegó una lluvia de goles. Primero fue Lautaro Martínez quien guapeó un balón dentro del área visitante, ganó en el cuerpo a cuerpo a Milenkovic, y remató al arco, pero el balón se desvió en Ceccherini y a los 51′ el local quedó 2 a 1 arriba.

Entonces empezó el show de Ribery. Primero para armar una jugada por izquierda, esperar la llegada de Castrovilli y dejarle el balón servido para su entrada para que pudiera definir y marcar el 2-2 a los 57′ de juego.

A los 63′ largó un pelotazo distante para el pique de Chiesa, quien entró por derecha y marcó el 2-3 para la Fiorentina en un partido que estaba encendido y el fuego lo ponía el extremo francés.

Inter pareció golpeado y Conte apeló a todo lo que tenía en el banco. Primero, a los 63′ S. Sensi entró por C. Eriksen y el lateral A. Hakimi, llegado de Borussia Dortmund, por A. Young; después, a los 74′ R. Nainggolan ingresó por N. Barella y el chileno Arturo Vidal por M. Brozovic. Y por si ya no quedaran más cartas en la manga, unos minutos después entró el hombre que encontraría la luz para revertir la noche que se presentaba oscura para el equipo de Milano. Alexis Sánchez entró por Ivan Perisic a los 77′, para ubicarse detrás de los delanteros, Martínez y Lukaku, y armar la recuperación.

Pero hubo antes un par de escenas de Ribery. A los 80′ entró al área en una buena jugada individual y dejó solo a Vlahovic, quien había ingresado por Kouamé, pero su remate fue desviado. Ribery dejó su lugar a los 83′, reemplazado por Cutrone y allí entró en escena el chileno Sánchez.

A los 86′ puso un pase bombeado y preciso para Hakimi, un excelente lateral, que de primera habilitó a Lukaku para que el belga pueda definir con comodidad en su entrada libre y solitaria para igualar 3 a 3.

Todavía hervía el campo por el gol agónico del empate, cuando Sensi jugó rápido un tiro de esquina, le cedió corto el balón a Sánchez y Alexis sacó un centro exacto para la cabeza de D’Ambrosio, quien marcó el 4 a 3 a los 88′ de juego.

En la agonía, Inter encontró una victoria increíble, porque parecía muy difícil de revertir el resultado, en tanto Fiorentina había hallado los caminos del gol a partir del trabajo brillante de Ribery. Pero Alexis Sánchez se iluminó, encontró su posición en el campo, y señaló el sendero exacto para que Inter revirtiera el marcador y se abrazara a la victoria.

Hernán O’Donnell

Newell’s y Unión, un agradable empate en el fútbol tan añorado

Acostumbrados como estamos a ver el fútbol de Europa, con una acentuación mayor en estos meses por la ausencia total del fútbol argentino, la primera impresión del amistoso que trajo el fútbol argentino con el encuentro entre Newell’s y Unión, fue la forma más lenta de jugar y la falta de ritmo. Lógica y esperable estas dos características; sabíamos que no íbamos a ver un partido de competencia, de esos que crecen en intensidad cuando los puntos están en juego. La menor velocidad es ya característica en nuestro fútbol, en tanto la falta de ritmo puede ser consecuencia de la larga cuarentena que tuvieron los planteles locales. Sí hubo buenas intenciones, respeto por el balón y el principio de las ideas de sus entrenadores.

Unión lució mejor en el inicio del primer tiempo que duró treinta y cinco minutos. El equipo visitante se plantó arriba, con la intención de apretar a Newell’s y muy pronto sacó una ventaja; iban 2′ cuando llegó el centro de la derecha, el remate de Marquez a la izquierda y la aparición de Cañete para marcar ante la estirada desesperada de Alan Aguerre y poner a Unión arriba 0-1.

Newell’s salió después de los diez minutos, con la conducción de Maximiliano Rodríguez. Primero con un remate fuerte de Nadalin a los 10′; después, con una buena habilitación de Maxi para Alexis Rodríguez, y su disparo dio en el poste, a los 12′ de juego. El local empezaba a llegar, aunque se veía mejor a Unión. Con una idea más profunda del juego, con tres hombres arriba que apretaban la salida de la defensa local. Así, cuando Fontanini y Gentiletti intentaban el primer pase, ya estaban listos Cabrera, Márquez y Troyansky listos para presionar. Mejor impresión dejó la visita en ese compacto primer período.

En el inicio del segundo, a los 5′ Unión tuvo otra chance con un pase filtrado y la aparición de Cabrera y su disparo dió en el palo izquierdo de Aguerre.

Newell’s sintió el golpe y salió un poco más arriba. Propuso más juego, más ataque. Y llegó al empate a los 55′ (20′ del segundo tiempo) tras un penal que cometió Vera sobre Castro. Ignacio Scocco se hizo cargo y marcó el 1 a 1 con un remate fuerte y bien colocado a la derecha del arquero visitante Moyano quien se tiró bien, pero su estirada no fue suficiente para llegar a un balón muy bien ejecutado.

El partido continuó con el mismo ritmo; dos equipos de pretemporada con su primer amistoso en las espaldas era muy difícil que pudieran acelerar; y menos con el correr de los minutos, donde comenzaron a aparecer los primeros síntomas de cansancio.

El segundo tiempo fue más compacto aún, pues los entrenadores Frank Kudelka del local y Juan Manuel Azconzábal de Unión, acordaron jugar treinta minutos en el complemento. Y el final lo encontró un poco más adelantado a Newell’s, con la intención de torcer el empate. No hubiera sido justo, pues Unión fue mejor en el comienzo e incluso dejó una impresión más acabada de su intención y estilo de juego.

Para empezar, un empate agradable, en el fútbol argentino que tanto se lo extraña.

Hernán O’Donnell

Bayern Münich mantuvo la máquina encendida y sumó otra copa a sus vitrinas

Una final con gente, una fiesta del fútbol que de a poco quiere volver a lo que fue. La vieja normalidad, dos equipos que ganaron las respectivas Copas de Europa y van por esta Supercopa en un ambiente alegre, festivo, optimista y deseoso de ver fútbol. Bayern Münich y Sevilla, los campeones de la UEFA Champions League y la UEFA Europa League, se enfrentaron en Budapest en un marco añorado.

En la previa, muchos podían suponer una ventaja o un favoritismo claro para Bayern Münich. Porque llegaba con todos los antecedentes de su estirpe ganadora de la Chapions pero dicen que Sevilla nunca se rinde y se lo hizo saber desde el inicio del partido. Le fue a pelear cada pelota como si fuera la última, respaldad en una firme línea de cuatro, con Jesús Navas como salida permanente, Koundé y Diego Carlos en la zaga central y Escudero en la otra banda. Fernando adelante de ellos, como rueda de auxilio constante. Más arriba Suso, bien Jordán en los primeros quince minutos para darle dinámica al medio, el regersado Ivan Rakitic y Ocampos. Y de Jong para pelear arriba como punta de lanza. Así llegó la falta a Rakitic y el penal que convirtió Lucas Ocampos para marcar el 0-1 para Sevilla a los 12′ de juego.

Con el marcador en contra, el equipo alemán se soltó aún más. Se adelantó bien en el campo y apretó al Sevilla contra su área. Con las proyecciones permanentes de Pavard, el trabajo de Kimmich y Goretzka en mitad de cancha, la movilidad de Gnabry por los dos laterales, Bayern empezó a hacerse dueño del partido.

A los 21′ tuvo su primera llegada clara; centro, Lewandowski que la mete en el área y el remate de Müller por el medio fue desviado por Koundé al corner con lo justo. A los 25′ Thomas Müller hizo una buena maniobra individual, la abrió a la derecha y Pavard sacó un remate que se fue apenas alto y desviado. A los 29′ lo tuvo Lewandowski en una corrida por derecha y cuando entró al área se la quiso picar a Bono, que controló muy bien. Era más el equipo alemán y entonces fue lógico que llegara a la igualdad.

Serge Gnabry habilitó a Müller por derecha, este sacó el centro al área, la bajó Lewandowski hacia atrás para el ingreso de Goreztka quien definió con categoría, a los 33′, para sellar el justo 1 a 1 con el que finalizó el primer tiempo.

En el complemento se mantuvo la tendencia; el dominio de Bayern, a partir de una dinámica colectiva fuerte, sostenida en los movimientos de Sané y Gnabry, la inteligencia de Muller y el trabajo táctico de Goretzka, en tanto Lewandowski pivoteaba en forma permanente. Sevilla lo supo controlar, en tanto el juego empezó a tener los lógicos cambios a partir de las variantes de los entrenadores.

Primero Julen Lopetegui decidió que su equipo tuviera dos variantes: a los 56′ Y. En-Nesyri entró por Luuk de Jong y O. Torres ingresó pro Ivan Rakitic; a los 70′ Tolisso por Sané en el equipo alemán y a los 71′ Gudelj por Suso en el conjunto andaluz.

Bayern tuvo un par de ocasiones: a los 75′ un desborde de Gnabru que no conectó Lewandoeski y a los 77′ Müller metió un tiro fuerte y bajo que atrapó Bono. Pero la mejor fue para Sevilla en un contragolpe que manejo Jesús Navas, lo dejó solo a En-Nesyri y su tiro lo sacó Neuer al corner cuando iban ya 86′ de juego.

Entonces, hubo que ir al alargue. Sevilla comenzó con otra variante: Franco Vázquez por Jordán. Hans-Dieter Flick decidió dos cambios a los 98′: el candiense Alphonse Davies por L. Goretzka y Javi Martinez por Lucas Hernandez. El partido se había hecho un poco más lento, con menos vértigo, pero no por eso con menor volumen de fútbol.

Y Bayern encontró el segundo gol tras un desencuentro en la defensa sevillana. Porque de una pelota que Bono iba a controlar, Diego Carlos no lo escuchó ni lo vio, y despejó al corner. Tras el tiro de esquina, una serie de rebotes y el cabezazo de Javi Martínez que marcó el 2 a 1 a los 103′ de juego.

Sevilla salió a jugarse el resto en los quince minutos finales del alargue. Bayern se ordenó en su campo e intentó congelar el juego. Y metió varios contragolpes para definir, pero careció de precisión y chocó contra un Bono muy seguro.

Sevilla dejó jirones de vergüenza deportiva para ir por el empate. Jugó con el corazón, como lo marca su historia. Pero chocó contra la máquina alemana, que sigue encendida, mantiene la marcha a todo vapor y sumó otro título para su vitrinas.

Hernán O’Donnell

Defensa y Justicia logró tres puntos importantes para alimentar el sueño de la clasificación

Defensa y Justicia había empezado la Copa CONMEBOL Libertadores con el pie izquierdo; cayó en su debut ante Santos de Brasil por 1-2 y luego ante Olimpia en Asunción por el mismo resultado. Ahí llegó la detención del certamen por la pandemia, y en la reanudación logró una victoria estimulante en Florencio Varela por 3 a 0 ante Delfín. Con ese panorama afrontó el cuarto juego, otra vez ante Olimpia, pero esta vez de local, y con la “obligación” de ganar, para acomodarse en la tabla y depender de sí mismo en la lucha por la clasificación a los octavos de final.

Así salió a jugar el partido. Con la determinación de los que necesitan ganar, pero también con la convicción de los que saben a lo que juegan. Y enfrente, un grande del continente, porque eso es Olimpia: tricampeón de la Libertadores, el equipo que hoy conduce Daniel Garnero salió a jugarle de igual a igual. A atacarlo. A los 12′ avisó con un tiro de esquina, un buen remate y el desvío en Richard Ortíz, que estaba adelantado, pero era una alarma para el local. A los 14′ fue Defensa el que arrimó peligro a la valla visitante. Y empezó a mejorar, a tener el balón, a controlar el juego, hasta sacar la ventaja en el marcador.

Se fue Ciro Rius por derecha, tras una buena maniobra colectiva de control y posesión, sacó un centro al medio, el rechazo de la defensa le quedó a Benitez, quien probó al arco. pero su disparo se desvió y le quedó, hacia la izquierda a Isnaldo. Este sacó otro pase atrás y Camacho definió libre y por el medio: 1 a 0 a los 19′ de juego.

A continuación vinieron un para de lesiones. Frías, en Defensa y Justicia debió dejar el campo a los 24′ y fue reemplazado por Breitenbruch; a los 30′ sintió un tirón Iván Torres y lo suplió Jorge Arias en el conjunto visitante.

Olimpia tuvo su chance a los 33′, cuando Derlis González elaboró una jugada personal y el cruce final de Isnaldo derivó el balón al corner; a su vez, Defensa tuvo otra chance tras un centro de Enzo Fernández, de muy buen primer tiempo, y el cabezazo bombeado de Washington Camacho fue sacado al corner por Azcona, el arquero visitante. Y sobre el cierre, ya a los 45′, otra jugada colectiva del equipo de Hernán Crespo terminó en un tiro al palo de Enzo Fernández. Así concluyó un primer tiempo más que interesante.

En el segundo tiempo Olimpia dispuso una segunda variante: Hugo Fernández por Silva. Y comenzó bien el segundo tiempo. Fue más que Defensa, a partir de adelantarse en el campo, dominar la tenencia del balón y llegar hasta el arco de Unsaín. Fue mejor la visita durante el primer cuarto de hora del complemento, y en su mejor momento llegó una estocada feroz del local, tras un buen contragolpe y la definición de Braian Romero, a los 61′, para marcar el 2 a 0 para el conjunto de Florencio Varela.

A los 65′ Crespo hizo dos cambios más para refrescar al equipo local: Nelson Acevedo entró por Enzo Fernandez y M. Merentiel reemplazó a G. Hachen; para Olimpia la noche se había oscurecido, y por si fuera poco, a los 67′ se fue expulsado Hernesto Caballero. Para los de Garnero todo parecía complicarse. Por eso decidió dos variantes: a los 68′ J. Recalde entró en lugar de Derlis Gonzalez y N. Camacho ingresó en reemplazo de Luis de la Cruz. Solo quedaba jugarselá y en un momento complicado, logró descontar porque Defensa había hecho una muy buena contra que Merentiel demoró en pasar el balón, cuando lo hizo a Acevedo ya era tarde, el remate de este no prosperó y de contra llegó la jugada de Olimpia que le permitió a Pitta descontar a los 74′; 2 a 1 quedaba el juego y un final emocionante.

Olimpia fue y Defensa lo amenazó con cada contragolpe. A los 90+2′ tuvo una chance certera que no pudo concretar; y a los 90+4′ Acevedo probó por encima, pero el balón dio en el poste. Así, el conjunto local cerró el partido con dos situaciones claras para aumentar, demostrar que su victoria fue justa y conseguir tres puntos fundamentales para alimentar el sueño de la clasificación.

Hernán O’Donnell

Tigre y Bolívar hicieron todo por ganar, pero empataron y quedaron relegados

El menú de la Copa CONMEBOL Libertadores de América es variado e interesante. Hay partidos para todos los gustos; con grandes candidatos, con equipos grandes, o tradicionales, también con conjuntos con mucha historia copera; pero también vale la pena observar a aquellos que se juegan la última carta, que no son los favoritos, pero guardan una luz de esperanza y sueñan con la chance de alcanzar la clasificación, y a partir de allí jugarse una cara o ceca en los play-off, o en última instancia, llegar al tercer lugar del grupo para sumarse a la Copa CONMEBOL Sudamericana.

En ese lote están Tigre y Bolívar. En un grupo donde Palmeiras había ganado sus primeros tres partidos, un renovado Guaranía de Paraguay se había acomodado al segundo lugar con dos victorias, para Bolívar y Tigre, en la cuarta fecha, el partido en Victoria era la última oportunidad.

Y no defraudaron, porque salió un partido entretenido, con ritmo, llegadas y goles. Luego de unos cinco minutos donde los dos necesitaron acomodarse, se armó un primer tiempo con muchas llegadas. A los 5′ Cavallaro enganchó desde la izquierda y sacó un tiro fuerte que el arquero Rojas sacó al corner; a los 8′ Marcos Riquelme, el centrodelantero visitante, metió un cabezazo bombeado que pegó en el poste izquierdo de Marinelli, el arquero local. A los 10′ Monteseirín arrancó desde el fondo, puso un pase filtrado y certero para el pique de Mangnín, y el cruce de Gutiérrez desvió el balón al tiro de esquina. Eran llegadas claras de uno y otro lado.

Hasta que a los 17′ se abrió el marcador. Giacopuzzi sacó un tiro al ángulo para el local, voló Rojas y la manoteó para desviarla, pero el balón quedó servido para la entrada de Magnín que marcó, con un tiro cruzado que dio en el poste izquierdo y entró, el 1 a 0 para Tigre.

Bolívar sintió el impacto y creció en su juego. Ya el equipo de Claudio Vivas había mostrado su intención de jugar al ataque, de presionar arriba, de buscar el partido. Con el resultado adverso, salió aún más. Y a los 26′ Rey se fue por izquierda, pasó el balón al medio y Arce estrelló su tiro en el travesaño. A los 29′ fue Vaca quien se filtró por el medio, quedó mano a mano, y su disparo fue rechazado por Marinelli.

Había hecho méritos Bolívar para alcanzar el empate y lo logró del modo más inesperado, pues llegó tras una salida de Marinelli, quien quiso pasar el balón a un compañero, Riquelme puso el pie para cortar el remate y el rebote elevó el balón por encima del arquero local para meterse en el arco y sellar el 1 a 1 a los 35′ de juego.

Bolívar se había hecho dueño del encuentro en esa parte final del primer período y casi se lleva algo más cuando Riquelme entró solo casi hasta el área chica para cabecear y Gonzalo Marinelli desvió al corner, a los 45+1′ del encuentro.

“Pipo” Gorosito decidió dos variantes para comenzar el segundo tiempo: Facundo Melivilo por D. Gallardo y Bolaño por Juan Ignacio Cavallaro; las modificaciones dieron resultado, porque Melivilo, a quien habíamos visto muy bien en Central Córdoba de Santiago del Estero en la última temporada de la Liga Argentina, se convirtió en el conductor de Tigre, aunque la visita arrancó mejor el complemento: a los 46′ Rey sacó un remate muy bueno que pasó cerca del palo izquierdo del arco local y a los 55′ Riquelme robó un balón en una salida defensiva local, trató de pasarla de emboquillada ante la salida de Marinelli y Abel Luciatti cortó el balón en defensa.

Bolívar también abrió la ventana de los cambios: a los 66′ Andersson. Emanuel entró por A. Rey, de muy buen primer tiempo. Y Tigre levantó a partir de los 70′. primero con un cabezazo de Magnín que Rojas desvío al corner, tras un gran centro de Melivilo. Luego entró Protti por Cardozo, a los 71′ y otra vez Magnín volvió a cabecear, esta vez al ángulo superior izquierdo, pero el arquero visitante Rojas sacó de modo magnifico.

Claudio Vivas observó la necesidad de modificar y a los 72′ V. Abrego entró por L. Vaca, en tanto R. Fernandez Toro reemplazó a E. Flores.

El partido creció en ritmo y llegadas. Lo tuvo Bolívar a los 81′ con un pelotazo largo a espaldas de Monteseirín que aprovechó Riquelme para sacar un remate que pasó cerca del palo derecho local. A los 83′ entró el delantero Enzo Diaz por Diego Morales; en Bolívar a los 86′ V. Castellon ocupó el lugar de J.C. Arce y P. Azogue reemplazó a C. Machado; un minuto más tarde, Martín Galmarini entró, en Tigre, por Giacopuzzi.

Era un final a toda orquesta, porque entre cambio y cambio, los dos llegaban. Hasta que a los 90+2′ vino el centro local desde la izquierda, el cabezazo de Magnín y la mano de Gutiérrez. Penal y la gran chance para Tigre. Lo ejecutó Magnín, el pie abierto y la búsqueda del palo izquierdo de rojas, que supo leer el remate, se tiró bien y la desvió con un toque posterior en el poste.

El partido quedó, entonces, sellado en ese empate 1-1. Y fue un gran encuentro, donde los dos pudieron ganar, jugaron con buenas armas e intenciones, pero la igualdad los dejó relegados.

Hernán O’Donnell

Milan sigue la marcha en busca de la vieja gloria perdida

Había terminado muy bien la parte final de la Serie “A” de la temporada pasada, tras la reanudación por la pandemia. Hasta nos atreveríamos a decir que fue el mejor equipo del Calcio en esas semanas de junio, julio y principios de agosto; incluso de mejor rendimiento de los que finalizaron bien arriba, como la Juventus, Inter o Atalanta. El Milán de Stéfano Pioli ganó y gustó en la mayoría de sus juegos, empató unos pocos y no perdió ninguno de ese ciclo. Nueve victorias y tres empates fue un récord que destacamos en esta página y en las mismas redes sociales que reflejan este trabajo. Por eso lo esperábamos con muchas ganas en esta presentación de la temporada 2020/2021, en su debut ante Bologna.

Claro que el Bologna de Mihajlovic no estaba dispuesto a ser un simple partenaire; la imagen superior muestra la disposición del equipo visitante desde el principio del partido. Un conjunto que salió a atacar, a buscar el arco contrario. Por eso se volcó desde que se puso en marcha el juego hacia la valla de Donnarumma. Y trataba de presionar a su rival en la salida, por eso tuvo unos cinco minutos de dominio.

Después, el Milan se empezó a acomodar y de a poco llevó el encuentro hacia su control. Y lo volcó a su favor. A los 11′ Zlatan sacó un buen tiro que se fue cera; a los 13′ Calhanoglu metió un remate cruzado que pasó cerca del palo derecho de Lukasz Skorupski. A los 15′ fue Rebic el eque entró hasta el área chica y su intento pasó cerca. Recién a los 21′ Nico Domínguez volvió a preocupar al local con un tiro lejano que controló Donnarumma. Pero era más el local, y a los 27′ Zlatan sacó un centro muy bueno que Calhanoglu no pudo aprovechar.

Y así llegó el gol de la apertura del marcador. Iban 34′ cuando hernández sacó un centro bombeado al corazón del área y Zlatan Ibrahimovic metió un cabezazo certero y bien colocado, para convertir el 1 a 0 para el Milan.

Con el trabajo conjunto, el equipo de Pioli se llevó el primer tiempo. Bien en los laterales con las subidas de Calabria y Hernández, la labor de los medios Bennacer y Kessie, los hombres de ataque como Castillejo, Calhanoglu y Rebic, pero con el aporte fundamental de Ibrahimovic, la figura indiscutida de este genial jugador al que no lo vence el tiempo.

Bologna fue la movilidad de Sorianp, la dinámica de Domínguez y los piques de Palacio. Empezó bien, pero luego se diluyó.

En el comienzo del segundo tiempo el Milan definió el partido; había comenzado con un cambio, A. Saelemaekers por el amonestado S. Castillejo y muy pronto, en una jugada que tuvo bastante de fortuita, Orsolini se llevó por delante a Bennacer, le cometió una infracción cuando quiso jugar el balón sin advertir que llegaba por detrás el volante local, y pateó su pierna, en una jugada que el árbitro había sancionado como tiro libre en primera instancia pero el VAR advirtió que había sido adentro y por consiguiente, penal.

Zlatan se hizo cargo, a los 50′ y metió un tiro bárbaro, al ángulo superior izquierdo del arquero visitante y Milan quedó arriba 2 a 0 en el partido.

Bologna buscó variantes para intentar torcer el rumbo; a los 56′ N. Sansone ingresó en lugar del argentino Nicolás Dominguez, y Olsen en reemplazo de Oroslini.

Pero el partido ya era del local y de a poco lo empezó a meter en una meseta, una suerte de “freezer” donde congelaba el rimto y lo aceleraba en función de sus intereses. Así tuvo una oportunidad muy clara a los 62′, con un contragolpe muy bueno de Calhanoglu, quien habilitó a Ibrahimovic que entraba solo por izquierda, gambeteó al arquero y en una oportunidad clarísima, elevó el remate arriba del travesaño, en la chance más clara del dueño de casa en el partido.

Después, Pioli empezó a mover el banco: a los 70′ B. Diaz ingresó por H. Calhanoglu y L. Duarte en lugar de S. Kjaer; a los 75′ Hernández sacó un remate fuerte y arriba, que el arquero Skorupski desvió al corner. Otra chance para el local. Enseguida, a los 76′, Tonali entró por Kessie.

A los 78′ Olsen entró al área tras una buena contra, enganchó y sacó un tiro peligroso que Donnarumma sacó muy bien a un costado. Bologna apostó a más cambios para intentar la hazaña: el paraguayo Santander por el argentino Rodrigo Palacio a los 79′ y M. Svanberg en lugar de R. Soriano; a todo o nada en el tramo final. A los 82′ entró Vignato por Barrow, en el último intento del DT de la visita. Así, a los 83′, Sansone maniobró por izquierda, sacó un disparo fuerte y Donnarumma volvió a desviar. Bologna levantó en esa parte final; con los ingresos de Olsen y Sansone, el quipo fue profundo, aunque chocó con Donnarumma, muy seguro toda la tarde. A los 86′ Bologna volvió a llegar; remate de Sansone, desvío en un rival y el poste que salvó al Milan. Pero a los 88′ se fue expulsado Dijks por doble amonestación y allí el Bologna perdió un hombre en la batalla. Aún así, a los 89′ cabeceó el japonés Tomiyasu, pero otra vez apareció el arquero local.

No hubo tiempo para más; al Milan de Pioli y Zlatan le alcanzó una hora de fútbol dominante para derrotar a Bologna, seguir la racha triunfal de este año y avisarle al mundo que el gigante se pone de pie.

Hernán O’Donnell

Nápoli venció en su debut y sueña con insertarse arriba

El comienzo de la Serie “A” italiana, cada vez más valorizada, trae los primeros encuentros y las proyecciones y tendencias de los equipos. los que sueñan arriba, los que aspiran a lugares en las copas internacionales, los que aspiran a mantener la categoría. Otra vez el Calcio, a la búsqueda de recuperar la gloria perdida de una Liga que en algún momento fue la más importante del planeta y ahora trata de ubicarse en el podio, detrás de la Premier League inglesa y la Bundesliga alemana.

Nápoli fue a Parma con la premisa de ganar el partido y desarrollar un fútbol prolijo, con cuidado del balón, salida desde el fondo a través de Koulibaly, el manejo en el medio de Fabián Ruiz y Zielinsky, para llegar a sus delanteros: Lozano, Mertens e Insigne, tres futbolistas que componen un ataque interesante. Ahora, con la suma de Víctor Osimhen, un futbolista nigeriano de 22 años y mucho futuro, que se sumó en el complemento.

Parma, como oposición, le planteó dos líneas de cuatro, con el trabajo del brasileño Hernani en la organización, con la salida de Giuseppe Pezzella por izquierda y un público que pudo acompañarlo, en un número reducido, con distancia social y los cuidados recomendados, pero en un marco de felicidad contagiosa que saludamos con alegría. Fueron mil personas que le dieron color a un fútbol que lo necesita como nunca.

El primer tiempo tuvo poco ritmo. Se prefirió la prolijidad por la velocidad o el vértigo. Pero vale la propuesta de Gatusso, porque el equipo visitante siempre mostró buenas intenciones. Lo que faltaron fueron llegadas y emociones.

Así, la primera parte fue mejor el Nápoli, aunque no pudo traducirlo en el marcador. Porque hay algo que es una constante en el fútbol italiano, y que tiene mucho valor, y que prevalece aún cuando la mayoría de los equipos quieren jugar de la manera que se estila en los últimos tiempos, con salida prolija, cuidado del balón, pases cortos, participación del arquero, casi sin pelotazos desde el fondo; pero en Italia se mantiene, como un sello indeleble, el orden defensivo, la concentración en las marcas, el concepto de cuidar el arco y saber defenderse. Eso se mantiene de la vieja esencia italiana.

En el segundo tiempo, Nápoli tuvo la eficacia que le había faltado en el inicio del juego; o, mejor dicho, supo ser más profundo, lastimar a su rival, llegar al gol. Gennaro Gatusso dispuso que Osimhen ingresara por Demme a los 61′, en una variante ofensiva, porque sacó a un hombre de marca en el medio campo por un centroatacante. Quedó Fabían Ruiz de centrocampista, adelante de él, en posiciones más ofensivas, Lozano, Zielinski e Insigne, y Mertens y Osimhen como delnateros bien definidos. Un esquema más ofensivo aún que muy pronto le dio resultados.

A los 63′ se fue Di lorenzo por derecha, combinó con Lozano, “El Chuky” sacó el centro para Osimhen, el rebote le quedó a Mertesn, quien de derecha marcó el 0-1 para el Nápoli.

A partir de allí, la visita tomó el control definitivo del partido. El local intentó dos variantes: a los 68′ ingresaron Y. Karamoh por R. Inglese y J. Dezi en lugar de G. Brugman; pero fue Nápoli el que tuvo otra chance con un remate de Insigne en el poste, tras un buen pase de Osimhen, quien le dio más frescura y velocidad al ataque visitante.

Y a los 77′, tras la pausa de rehidratación, Nápoli llegó al segundo tanto, el que definió el partido. Una mala salida de Iacoponi, la pelota que le quedó a Lozano, el remate al arco, el arquero que dió rebote y Lorenzo Insigne aprovechó para marcar el 0-2 cuando entraba por el medio.

No hubo tiempo para más, más allá de las variantes aprovechadas en las ventanas de los cambios.

Nápoli aprovechó la debilidad de Parma que se manifestó en el segundo tiempo. Tuvo paciencia para elaborar juego, respeto por la pelota, un estilo definido y el ingreso de Osimhen para acompañar la producción de Mertens e Insigne, dos de sus figuras más destacadas. El equipo de Gatusso ostró su estilo, y sueña con meterse en la discusión de lo alto de la tabla.

Hernán O’Donnell

Con sobresaltos, Leeds logró un valioso triunfo

El gol tempranero de Leeds abrió un partido interesante, con ritmo y también con lucha, aunque no le permitió al local afirmarse en el partido. Llegó muy pronto a la apertura del marcador, tras un tiro de esquina de la derecha, el desvío del centro hacia la izquierda y la aparición de Costa libre por ese sector para sacar un remate fuerte y alto que pegó en la base del travesaño y se metió en el arco rival a los 4′ para poner el 1 a 0 para el equipo de Marcelo Bielsa.

Sin embargo, Leeds no se acomodó en el campo. Fulham fue un poco más incisivo, en tanto Cavaleiro y Kamara comenzaron a tener protagonismo en la conducción de la visita. Leeds se enredó, a pesar de su intento loable y permanente de jugar el partido. Con buenas salidas por derecha de Ayling, le costaba luego prevalecer en el centro del campo. Costa era de lo más preciso para producir llegadas por derecha, aunque el trámite se hizo más peleado en el medio. No es que la visita dominara con claridad, pero pesaba más en la batalla central, más allá de que tampoco producía situaciones claras y peligrosas.

Hasta que llegó el desborde por izquierda, la infracción de Koch, y el penal que le permitió a Mitrovic igualar 1 a 1 a los 34′ del partido.

Ahí reaccionó el local, se despertó y volvió a tomar las riendas del partido; una jugada de ataque, con un centro y Costa que se disponía a cabecear, fue empujado por Bryan y el árbitro no dudó en sancionar penal. Klich se hizo cargo y a los 40′ marcó el 2 a 1 con el que se cerró el primer tiempo.

En el complemento Leeds sacó una ventaja que en un momento pareció determinante, pero al final fue apretada y cerrada con cierta angustia.

A los 49′ Bamford entró al área tras una asistencia de Klich, y sacó un buen disparo con comba que marcó el 3 a 1 para Leeds. Ahí se acomodó el local, se adueñó del control y enseguida llegó otro tanto que parecía iba a sentenciar el juego.

Iban 56′ cuando Bamford se fue por izquierda, encontró el espacio justo para el centro al corazón del área y Costa, que llegó al punto del penal, marcó con un zurdazo bien dirigido el 4 a 1 para los de Marcelo Bielsa.

Pero Fulham no se rindió; ya había avisado con un tiro de Mitrovic, su mejor figura, que Meslier supo controlar abajo. Y pronto avisó que iba a estar en el partido.

A los 61′ una buena gambeta de André Zambo Anguissa, y un pase filtrado al área, le permitió a Reid dominar el balón y sacar un tiro cruzado que significó el 4 a 2. Pero no se dentedría allí la levantada visitante.

Mitrovic armó una jugada destacada, con un giro para habilitar a Cavaleiro, el pase a la derecha, el centro de Kenny Tete y el cabezazo de Mitrovic para achicar a 4-3 a los 66′ de juego.

Y dos minutos más tarde un remate de Kebano pegó en el poste derecho local, en otra jugada que estremeció a Leeds; parecía parido liquidado y ahora lo tenía al borde del colapso.

Sobre el final, el encuentro se hizo más luchado que jugado. Leeds tuvo una llegada a los 73′, pero Areola tuvo una salida oportuna.

Leeds se abrazó a la victoria como un sediento en el oásis. Tuvo un rato de buen fútbol en el inicio de cada tiempo y luego debió luchar y dejar sudor y lágrimas para conseguir su primer triunfo de la temporada.

Hernán O’Donnell

Boca se acomodó pronto y recordó toda su historia copera

Todos los inconvenientes previos, todas las dificultades en la preparación, las noticias impactantes sobre cantidades enormes de futbolistas contagiados de Covid-19, la imposibilidad de hacer una pretemporada normal, los entrenamientos discontinuados…,todo quedó en el olvido apenas empezó a rodar la pelota en Asunción del Paraguay.

Porque Boca se acomodó muy pronto al partido, se organizó en el campo y sacó muy temprano la diferencia en el marcador. Iban 6′ de juego cuando se fue Salvio por derecha, abrió hacia la izquierda, el remate lo rebotó el arquero local Martín Silva, Maroni tomó el rechazo, la pelota dio en el palo y Eduardo Salvio la recibió para convertir el 0-1 para la visita.

Entonces empezó un partido que para muchos no estaba en los papeles; por lo menos, en la previa, cuando se hablaba más de los problemas e inconvenientes de preparación que del propio juego. Y Boca se afirmó ante un Libertad que no tuvo volumen de juego.

Boca se acomodó en dos líneas de cuatro, pero con salida rápida por los costados, vía Salvio y Maroni, y una buena conducción vertical por parte de Pol Fernández. El equipo de Ramón Díaz no hallaba los caminos. Chocaba Tito Villalba en su ímpetu de darle velocidad a cada ataque; Ferreira y Oscar Cardozo no se encontraban y el equipo no se encaminaba. Pero Boca amagaba en cada contra; a los 14′ se fue Maroni y el arquero tapó una buena posibilidad. A los 19′ tuvo un tiro libre Cardozo en la llegada más clara del local. Y poco más hubo en el primer tiempo.

En el complemento, Antonio Bareiro ingresó por Bogarin. Libertad buscaba más profundidad en ataque, pero era el visitante el que se mantenía como el controlador del juego. Y sumó trabajo y oficio a un equipo que se adaptaba al partido. Con una buena agrupación, la firmeza de Zambrano en defensa, el manejo de Fernández, el sentido colectivo, Boca le hizo difícil el encuentro a Libertad.

A los 57′ N. Capaldo entró en lugar de G. Maroni; eso significaba más patrullaje en la mitad de la cancha y menos vértigo y dinámica para salir de contra. Después, cambios para refrescar el trabajo en el medio y zona de ataque: iban 72′ cuando Leandro Somoza, que ocupó el rol del ausente Miguel Russo, junto a Mariano Herrón, decidieron dos variantes: E. Cardona en lugar de Carlos Tevez y Walter Bou en reemplazo de F. Soldano.

Ramón Díaz también metía mano en búsqueda de soluciones; primero habían entrado a los 66′ A. Martinez por O. Cardozo y M. Espinoza en lugar de D. Bocanegra; y más tarde, a los 79′ A. Oviedo reemplazó a Héctor Villalba y L. Sanabria en lugar de A. Mejia.

El final lo encontró a Boca mejor; había tenido una chance clara Salvio en una contra que el arquero Silva rechazó bien, y poco más tarde logró el segundo tanto con otra escapada de Salvio por derecha, el pase exacto que le envió Cardona, un buen enganche de “Toto” hacia adentro y un remate cruzado que venció a Silva y marcó el 0-2 para Boca.

Un golazo para definir el pleito. Por el pase del colombiano, como se lo había “marcado” Salvio, el propio enganche del delantero y el remate final. Todo un resumen de un buen partido de Boca que logró una victoria con más comodidad de la que se hablaba en la previa, con un buen trabajo colectivo ante un deslucido equipo local.

Un triunfo que tuvo el sello de un equipo copero, que se sintió cómodo, en su salsa y que promete dar pelea.

Hernán O’Donnell

Nacional aprovechó su mejor condición y ganó en Avellaneda

La vieja y querida Copa CONMEBOL LIbertadores volvió el martes 15 de Septiembre de 2020 a jugarse en el continente, tras una larga suspensión de más de seis meses por la pandemia de Covid-19. Esa jornada quedó impreganda por los amantes del fútbol de esta región, porque el balón volvío a hermanar a Sudamérica; Colo Colo y Peñarol fue el partido que elegimos para ver y a partir de allí la fiesta de América y todas laas voces todas empezó a recorres nuestros países.

Pero hacía falta que volviera a la Argentina; que nuestro país también tuviera bajo sus cielos la fiesta del fútbol. Y así fue que al atardecer del Jueves 17 en el Cilindro de Avellaneda, Racing recibió a Nacional de Montevideo y en nuestra tierra otra vez la pelota volvió a rodar…

La visita salió a tratar de imponer un ritmo fuerte, una alta velocidad para intentar explotar una diferencia de ritmo futbolístico y físico. Por eso trató de apretar la salida de la defensa de Racing y en un par de oportunidades consiguió robarle el balón en tres cuartos y llegar rápido al arco local. Así fue, por ejemplo a los 4′ cuando presionó y logró la pelota, pero el pase de Rodríguez a Bergessio fue demorado y el tiro de Gonzalo salió tarde y débil, por lo que Arias contuvo sin problemas.

Enseguida respondió Racing, corner desde la derecha de Miranda y cabezazo de Mauricio Martínez apenas arriba del travesaño, cuando iban 5′ de juego.

De a poco, el equipo de Beccacece se acomodó en el campo. Le dio circulación a la pelota, trató de manejarla con prolijidad, no aceleró la velocidad y al compás de Matías Rojas, se las arregló para distribuirla a derecha e izquierda y se hizo dueño del control. Bien Garré por derecha, en tandem con Solari y Mena por izquierda. Con sus subidas, el equipo generó peligro y al final del primer tiempo generó varias situaciones. A los 36′ Fértoli lanzó un centro desde la izquierda, el rebote fue al medio y Garré sacó un tiro fuerte que Rochet supo rechazar con seguridad. Y a los 39′ tuvo la más clara, otra de Garré, quien enganchó por derecha y sacó un tiro rasante que cruzó la línea y Cvitanich no pudo conectar.

Racing salió con un cambio al complemento: C. Alcaraz ingresó por Matías Rojas. Nacional sacó ventajas de su situación en el segundo tiempo. Entendió que si apretaba, como lo había hecho al principio, podía obtener la diferencia, porque el ritmo futbolístico y físico lo podía hacer sentir. Y muy pronto obtuvo lo que quería, tras una mano de Mauricio Martínez en el área y el penal que ejecutó Bergessio para marcar el 0-1 a los 52′ del partido. Y por si fuera poco, Racing muy pronto se quedó con un jugador menos: a los 54′ fue expulsado Augusto Solari, y entonces debió afrontar el resto con ese problema sumado.

Pero había más porque a los 57′ Bergessio recibió un pase en el área producto de un error de la defensa de Racing y sacó un remate alto, arriba del travesaño, que bien pudo ser otro tanto del equipo visitante.

Beccacece decidió dos cambios más para sacudir a su equipo; dos variantes en la delantera: a los 57′ Nicolás Reniero entró en lugar de Darío Cvitanich y Lisandro Lopez reemplazó a Héctor Fertoli.

También Nacional apeló a las variantes: iban 62’cuando G. Castro reemplazó a B. Ocampo y F. Carballo a Claudio Yacob.

Esas variantes descompusieron ese tiempo del partido, porque después llegaron dos más en Racing: a los  67′ Nery Dominguez entró por Mauricio Martinez y Walter Montoya por B. Garre, el más destacado en la Academia.

De a poco, con el correr de los minutos finales, Racing empujó a Nacional contra su arco. Un poco por el espíritu competitivo, otro poco por la movilidad de Reniero y otro poco porque Nacional decidió apostar a los contragolpes. Así, mientras Racing rodeaba el área de Rochet, el “Bolso” tuvo varias contras con mucho olor a peligro.

Y al final, cuando Pillud quedó bien posicionado para sacar un tiro fuerte y el empate se podía olfatear, apareció la volada estupenda de Rochet para desviar el remate al corner, cuando ya estábamos en los 90+2′ de juego.

Fue la última. Racing no tuvo más resto para forzar la igualdad; Nacional supo sacar provecho de su mejor situación y se llevó tres puntos valiosísimos de Avellaneda.

Hernán O’Donnell