El Super Bowl LV, el número 55 desde aquel lejano partido que inauguró la modalidad de definir al campeón de la temporada entre los dos ganadores de la National Football League y la American Football League, jugado el 15 de Enero de 1967 y que resolvía al campeón de la temporada 1966. Mucha agua corrió bajo el puente tras esa gran final que los Green Bay Packers le ganaron por 35-10 a los Kansas City Chiefs. Fue lo que se denominó como “Primer Partido por el Campeonato Mundial de la AFL-NFL”. Pero todo el mundo lo conoció como Super Bowl, y hoy tras más de medio siglo recorrido, se lo conoce también como la gran fiesta anual del deporte profesional de Estado Unidos.
Es un evento que paraliza al país; en estos tiempos de pandemia quizás se alteren algunas costumbres habituales, como las de reunirse en grupos en hogares, salones y condominios para ver el partido como una fiesta, compartir la bebida y la comida, bromear y disfrutar del juego, en tanto la TV y su cotizada tanda comercial acerca las imágenes desde el lugar de los hechos.
En el corazón de los sucesos, el Raymond James Stadium, habrá algunas situaciones también inéditas para este encuentro decisivo. Por primera vez un equipo será local en el partido final; Tampa Bay Buccaneers tendrá el privilegio de jugar en su casa, porque la elección del estadio es anticipada y el equipo de Tom Brady realizó los méritos para arribar al Super Bowl. Y le tocará en su propio hogar.
El estadio tiene capacidad para 75.000 espectadores, pero otra situación nueva que se vivirá es que habrá alrededor de 22.000 personas el próximo domingo. 14.500 de esas localidades fueron puestas a la venta; habrá 7.500 reservadas para los trabajadores de la salud de Tampa que han sido vacunados y estuvieron en las primeras líneas de trabajo cuando comenzó la pandemia en la región.
El partido encuentra a los dos mejores equipos de la temporada, aunque todas las miradas, los análisis y las palabras se reducen al duelo entre los “Quaterback” de los dos finalistas. El experimentado y múltiple ganador, Tom Brady contra el joven brillante, Patrick Mahomes.
El duelo entre el hombre de 43 años que ya ha jugado 9 Super Bowls, de los cuáles ganó 6 con sus equipos, y el presente y futuro del Football Americano: Patrick Mahomes, el muchacho de 25 años que en la última temporada hizo su ingreso a la galería de los grandes con la conducción de su equipo, Kansas City Chiefs, a la victoria en el Super Bowl disputado el 2 de Febrero de 2020. El triunfo por 31-20 ante San Francisco 49ers tuvo el sabor de una remontada inolvidable, tras llegar en desventaja de 10-20 al último cuarto y en los seis minutos finales tres touchdowns sumaron 21 puntos para sellar la victoria final.
Todo está preparado y el reloj con la cuenta regresiva se puso en marcha. Es la semana previa a la gran fiesta del deporte de los Estados Unidos de América.
El Super Bowl presentará su edición número 55. Un número fantástico que pocos imaginaban a lo que podía llegar cuando se pensó el primer juego, sólo para ver cual de las dos ligas tenía mejores equipos que la otra, cual era la que podía jactarse de su supremacía.
Hoy, en este 2021, el enfrentamiento es otro. Entre Tam Bay Bucaneers y Kansas City Chiefs, aunque muchos creen que es solo un duelo individual entre la leyenda de Tom Brady y el futuro de Patrick Mahomes.
Había hecho una muy buena campaña cuando se interrumpió el torneo original y realizó también una buena performance en el certamen que reanudó el fútbol luego de la larga cuarentena. Deportivo Maipú de Mendoza, el famoso “Cruzado”, el equipo de la ciudad tan cercana a la Capital provincial, venció en la final por el segundo ascenso a Deportivo Madryn por 2 a 0 y acarició el largo sueño de retomar la segunda división del fútbol grande de la Argentina. La hoy llamada Primera Nacional, que el “Botellero” conoció y transitó en sus años originales, a partir de 1986 cuando se la conocía como Nacional B. Después de una final intensa y disputada, Deportivo Maipú regresó a las fuentes.
Fue un primer tiempo bien jugado por el local. Firme en sus líneas, concentrado, y con mucha dinámica en ataque, encontró la diferencia en ese tiempo y luego supo trabajarla. Arrancó con una idea clara: atacar. Buscó con las subidas de Bonnacorso y Díaz por los costados, el transitar de José Méndez y la presencia de Diego Tonetto. La fuerza y habilidad de los delanteros hizo el resto.
A los 7′ Méndez buscó a Alvaro Veliéz, este se metió de la derecha al centro y sacó un excelente remate que se metió en el ángulo superior derecho de Lencina y señaló el 1 a 0 para el local.
Fue una explosión de alegría y de confianza. El “Cruzado” empujó aún más y a los 13′ desbordó Bonnacorso por derecha, sacó el centro al corazón del área y Veliéz metió un cabezazo que fue desviado al corner con mucho esfuerzo por el arquero visitante.
Madryn no encontraba el balón y no lograba afirmarse en la cancha. Giménez y Pérez buscaban el equilibrio en el centro del campo, pero no había juego. No había conexión entre líneas. Y para colmo de males, a los 25′ Elgorriaga no pudo controlar un balón que le llegó de un rechazo, se enredó y perdió una pelota sencilla en el atropello de Matías Persia, que se la birló y se fue derecho al arco para sellar el 2 a 0 para Deportivo Maipú.
Era un golpe duro para la visita, porque si empezaba a esbozar una recuperación, un error no forzado lo llevó a sufrir otro gol en su valla. Y el local mostraba su confianza, que lo llevaba a pelear cada pelota con una fe enorme y una moral en alza para lo que restaba del encuentro.
En el segundo tiempo Deportivo Madryn se presentó con dos modificaciones. Franco Niell entró por Moreno y Canhué reemplazó a Jendrés. Y lo fue a buscar, con más vergüenza que fútbol.
Las ventanas de los cambios cortaron el segundo tiempo. A los 56′ Herrera ingresó por Matías Persia en el local; a los 58′ Riera ingresó en lugar de Franco Moreno en su segunda modificación y en Madryn se produjo una tercera variante: Michelena por Triverio.
El local se acomodó en tres cuartos de cancha, cedió un poco de terreno y aprovechó los espacios a las espaldas de Torres y González para meter contragolpes que terminaran de sentenciar la contienda. Madryn, perdido por perdido, fue con rabia y tozudez.
A los 76′ la visita apeló a una nueva modificación, la cuarta en su equipo: Capellino reemplazó a Pérez, en una decisión más ofensiva. En el local, llegaron los tres cambios que le quedaban todos juntos: Díaz entró por José Méndez, Puntano ingresó en lugar de Alvaro Veliéz y Daher se ubicó en reemplazo de Bonnacorso.
Y con toda la confianza del mundo, Maipú fue a liquidarlo. A los 79′ lo tuvo Díaz, pero cortó el arquero de Madryn. A los 80′ Madryn encontró una situación en un pelotazo largo a Franco Niell, pero la salida rápida del arquero local, Matías Alasia, cortó la posibilidad.
Maipú se quedó con 10 futbolistas a los 82′ por la expulsión de Daher, tras una entrada violenta en una decisión justa del árbitro Pablo Echavarría, de muy buena actuación.
En Madryn hubo tiempo para la quinta y última variante en su formación; a los 86′ Rodrigo Bona ingresó en lugar de Peinipil. Y a los 90′ un tiro libre muy bien pateado por Michelena fue desviado por Alasia, en la última esperanza del equipo visitante, que tras ese grito ahogado empezó a pensar en la última carta que le queda, en otra final con San Telmo.
En una contra, Riera tuvo una ocasión a los 90+1′, pero su tiro salió desviado. Era una ocasión más que no aprovechó el “Cruzado”, pero que poco le importó. Enseguida terminó el partido y el ascenso estaba decretado. Deportivo Maipú se abrazó a la gloria y al regreso a la Primera Nacional, para hacer más famosa a la Provincia de Mendoza.
¡Palmeiras Campeón de América! ¡Palmeiras Campeão da América!! En todos los idiomas, en las lenguas que dominan nuestra región, español y portuguéz, el equipo de San Pablo acertó un pleno al final del partido y se llevó el trofeo continental más prestigioso, más antiguo y más anhelado por los hinchas de los clubes de Sudamérica. La Copa CONMEBOL Libertadores ahora es, por un año, de Palmeiras, que llegó a la final tras una interesante producción a lo largo de todo el certamen y se ganó el partido decisivo por una jugada precisa y exacta cuando ya se jugaba un buen rato del tiempo adicional a los noventa minutos reglamentarios.
Porque el gol de Breno Lopes llegó a los 90+8′ de juego. Vino de un balón bien rechazado de cabeza por Gustavo Gómez, quien interceptó un largo envío a Bruno Henrique, el balón que recuperó Palmeiras fue a la derecha, para que Rony saque un centro preciso y exacto a la cabeza de Breno Lopes, que entraba por izquierda. Y este metió un frentazo cruzado que se metió por el segundo palo de John y así sentenciar el 1 a 0 con que Palmeiras cerró el partido.
Porque ya casi no hubo tiempo para más, amén de las variantes que intentó Cuca desde la platea (había sido expulsado el DT de Santos tras un forcejeo con Marcos Rocha cerca del final) para acumular gente en ataque y las modificaciones en Palmeiras para acomodar el equipo para aguantar los minutos finales que podían quedar.
Pero nada cambió. Palmeiras se aferró al resultado y celebró su segunda Copa Libertadores de América en su historia. Algunos hinchas, de los muy pocos que tuvieron el permiso para ver el partido, se metieron en el campo para celebrar con emoción junto a sus ídolos. Los futbolistas lloraron y festejaron. Y besaron cada medalla y esa bendita Copa que otra vez viaja a sus vitrinas.
Todo sucedió al final. En esos minutos de cierre del encuentro. Lo más emotivo, lo más destacable. Antes hubo un partido que fue un largo bostezo, con algún sacudón producto de alguna llegada, alguna pierna fuerte, varios roces y muy pocas, poquísimas situaciones de peligro. Y casi ninguna jugada para destacar en la que se reflejara la habilidad y destreza por este juego. Un largo bostezo para llegar a un final emocionante.
Palmeiras propuso un dibujo táctico conocido y, que si es bien aplicado, es de los más interesantes para presentar y para ver: 4-1-4-1. Es un esquema que, creemos, si hay buena sincronización entre las líneas, cubre bien el campo, puede proponer un equipo corto, con los 10 hombres de campo bien compactados y con las pequeñas sociedades listas para intervenir. Es un esquema donde el volante central y el centrodelantero tienen un rol fundamental, porque deben regular el equipo y en algún momento se pueden encontrar solos para las funciones respectivas. Y allí no deben fallar. El volante central debe estar siempre detrás de la línea de cuatro por delante de él, y alguna vez podrá encontrarse con todo el ancho de la cancha para cortar un avance rival. Ahí no puede equivocarse ni en la ubicación ni en el rol de su intervención.
Lo mismo el centre forward; alguna vez se puede hallar solo en la zona de definición y ahí debe acertar para ayudar al equipo. Claro que siempre hay cuatro hombres por detrás de ellos para colaborar, y el volante central tiene además a los cuatro de adelante, pero siempre deben regular el equipo como un termómetro. Y Danilo cumplió con creces su función en el medio, en tanto Luiz Adriano tuvo una participación más deslucida. Por eso, por momentos Luiz Adriano se tiraba atrás y Rony ocupaba ese lugar de lucha con los centrales rivales. Una buena maniobra de distracción para el rival.
Claro que con el centrocampista hubo un buen trabajo solidario de Gustavo Gómez, de Marcos Rocha y en menor medida de Matías Viña, pero fue importante su tarea.
Santos salió con cierta determinación, y en los primeros minutos fue superior. por lo menos dominó campo y pelota. Con un sistema similar, Diego Pituca fue el eje, como interior, en cada una de las maniobras de salida. También jugó un primer tiempo Alison como volante central del “Peixe”.
Con el correr de los minutos, Palmeiras se hizo un poco más fuerte y acumuló varias llegadas. Primero con un cabezazo de Gustavo Gómez que se fue apenas arriba del travesaño; a los 36′ con un disparo de Marcos Rocha, tras una buena jugada colectiva, y el balón que pasó cerca del poste derecho de John.
Y la mejor fue al final del primer período, a los 43′ cuando Rony hizo una buena jugada individual, metió una gambeta y puso una pelota larga y profunda para Luiz Adriano que no supo controlar.
En el segundo tiempo el juego permaneció en ese tono cansino, menor, sin relieve. Con pocas jugadas que levantaran a los espectadores que seguían el partido a través de las pantallas del mundo. A los 52′ un centro de Menino tuvo algo para destacar, en cuanto produjo un roce y se fue al corner. A los 58′ Santos tuvo su llegada. Tiro libre a favor, Soteldo tocó corto para Marinho, y el blón fue largo para Lucas Veríssimo, cuyo cabezazo no prosperó aunque la situación fue buena.
Luego hubo una situación para Palmeiras: a los 63′ Raphael Veiga ejecutó un tiro libre que pasó muy cerca del travesaño.
Pero el partido no mejoraba. No había aceleración, ni jugadas colectivas, menos que menos gambetas individuales…los dos se veían muy cautelosos, por momentos casi parados en la cancha con un temor excesivo a arriesgar lo mínimo indispensable.
Y llegaron los cambios. A los 72′ Lucas Braga entró por Sandry en Santos. Y enseguida hubo una chance para el “Peixe”. Iban 76′ cuando Pituca pateó de lejos, Weverton rechazó casi arrodillado y el rebote lo tomó Felipe Jonatan por arriba del travesaño.
A los 77′ vino el primer cambio en Palmeiras: Patrick de Paula ingresó en lugar de Ze Rafael. A los 84′ Breno Lopes reemplazó a Menino. Palmeiras empezaba a acomodarse. Y el partido se iba…
Santos apeló a dos modificaciones para ese tramo final. A los 90+2′ W. Tim reemplazó a Felipe Jonatan y Madson ingresó por Kaio Jorge, lesionado.
Todo parecía ir al alargue, pero llegó ese momento final. Ese bendito momento de los 90+8′ de juego. La firmeza de Gustavo Gómez para cortar un avance de cabeza y aguantar la embestida con su cuerpo. El balón dirigido a la derecha. El centro preciso de Rony. El cabezazo perfecto de Breno Lopes, la mirada resignada de John…la explosión del banco de Palmeiras, de sus allegados que pudieron ocupar un sector en las tribunas de un Maracaná inmenso y despoblado como nunca. Los cambios de Abel Ferreira para aguantar: iban ya 101′ y el histórico Felipe Melo reemplazó a Rony y Alan Empereur ingresó en la posición de Raphael Veiga.
Cuca dispuso que Bruno Henrique entrara por Para. Y no hubo mucho más.
Palmeiras se aferró al resultado, celebró la victoria y le gritó al mundo que es el nuevo Campeón de América y ya va por el nuevo objetivo, la Copa Mundial de Clubes de la FIFA-Qatar 2020 que, en estos tiempos tan complicados comenzará en Febrero del 2021, dentro de muy pocos días.
Fue un triunfo merecido. Milan ganó bien, aunque sufrió al final y estuvo cerca de ver comprometida su victoria. Porque los diez minutos de cierre y los cuatro adicionales fueron complicados, un poco por errores propios y otro poco por el optimismo del equipo local, Donnarumma tuvo varios revolcones, algunos acertados y otros fallidos, en los cuales Bologna pudo haber llegado al empate. No hubiera sido lo más justo, por lo que ocurrió en los ochenta minutos previos, pero también hubieran significado un castigo para el equipo de Pioli, que en el segundo tiempo intentó congelar el partido después de adelantarse con dos goles de ventaja.
Milan extrañó a Calhanoglu. Se acomodó con el doble pivot de la media cancha, Kessie y Tonali, mientras Saelemaekers, Leao y Rebic se ubicaban detrás de Zlatan Ibrahimovic para asistir al goleador sueco.
Bologna le propuso un partido abierto, sobre todo en el primer tiempo. Intentó jugar de igual a igual; con las subidas del japonés Tomiyasu por el lateral derecho, el trabajo en el medio de Orsolini, Nicolás Domínguez y Soriano, más la presencia de Barrow en ataque, el local procuraba mostrar sus herramientas.
Hasta que a los 25′ llegó la apertura a la derecha para el ingreso de Leao, la falta del defensor Dijks y el penal para Milan, que ejecutó Ibrahimovic y en línea con la racha adversa que lo persigue, el arquero local Lukasz Skorupski se lo rechazó. Del rebote apareció Rebic y con un tiro cruzado marcó el 0-1 para la visita.
El Milan, cuando se pone en ventaja, se vuelve un equipo difícil de confrontar. Porque sabe mover el balón, esconderlo, manejarlo, darle circulación. Amén del trabajo de los volantes, de los hombres de ataque, tiene salida por la derecha con Calabria y por la izquierda con Theo Hernández, entonces para el rival es complicado sacarle la pelota y poder atacarlo.
Bologna intentó pelearle el partido, pero en el complemento se le hizo aún más complicado cuando Adama Soumaoro despejó el balón con la mano en un centro que recibía Ibrahimovic y el Milan tuvo otro penal a favor a los 55′ que Kessie se encargo de convertir en el 0-2 para la visita con un remate suave y al medio tras observar que el arquero se jugaba a su punta derecha. Cuando quiso volver, era tarde.
Después llegaron los múltiples cambios, que le quitaron un poco de ritmo al partido. Primero actuó Stéfano Pioli. Dos cambios en la visita; a los 61′ R. Krunic entró por A. Rebic y el volante I. Bennacer ingresó para ocupar la posición de S. Tonali; a los 66′ llegaron tres modificaciones en el local: E. Vignato entró en lugar de N. Sansone, M. Svanberg reemplazó al argentino Nicolás Dominguez y A.S. Olsen ingresó en lugar de R. Orsolini.
A los 72′ ingresó Mandzukic por Leao, y allí el Milan se plantó para tener el balón, dormir el partido y tratar de jugar con el reloj.
Pero el equipo perdió movilidad. Tanto Mandzukic como Ibrahimovic son jugadores de mayor tenencia y toque que de movilidad o velocidad, como puede tener el portugués Leao. Entonces la visita cambió dinámica por retención. Y de a poco se empezó a quedar hasta enredarse en un final que lo tuvo apretado.
Bologna buscó alternativas en la segunda ventana de cambios con las dos últimas modificaciones que le quedaban. Iban 78′ cuando el delantero argentino Rodrigo Palacio reemplazó al defensor M. Dijks y el ex Milan A. Poli entró por J. Schouten; y el local fue con la última esperanza.
A los 81′ una excursión ofensiva de Hernández concluyó con la pérdida del balón, el contragolpe final, el pase de Palacio a Olsen, el centro al medio y la llegada de Poli para clavar un golazo al ángulo superior izquierdo de Donnarumma. El partido quedaba 1-2 y con toda la emoción por delante.
Bologna tuvo una clara a los 83′, con un centro pasado del medio a la izquierda, el cabezazo bajo y potente de Soriano y el esfuerzo de Donnarumma para sacarla al corner.
Después llegaron los centros, los revolcones del arquero de Milan, las oportunidades que no pudo profundizar el local y el oficio de Milan para mostrar serenidad en un final que lo encontró con el partido comprometido. Pero se aferró al peso de la camiseta, a la jerarquía de sus jugadores y gritó tres puntos que lo mantienen en lo más alto de la tabla.
La Copa CONMEBOL Libertadores de América 2020 llega a su fina este sábado 30 de enero de 2021. Tras un año larguísimo o muy corto, como se lo quiera ver o se lo haya vivido en tiempos de pandemia y cuarentena diversas en todo el planeta, en esta región el certamen que comenzó con las primeras fases eliminatorias en el mes de enero de 2020 finaliza más de un año después. Pero lo valorable es que finaliza, que termina tal como estaba previsto, con todos los partidos jugados, con el esquema inicial y con todas las fases cumplidas. Aún la del estreno, la de la final única.
Será diferente a todo, porque se jugará sin público. Y ese no es un detalle menor para un deporte que despierta una pasión inigualable en el mundo y donde se refleja con mayor intensidad en esta región de Sudamérica. Es hermoso el espectáculo del fútbol, pero sin la gente en las tribunas, es como una comida sin salsa, sin acompañante. Sin marco. Una película sin sonido. Pero es lo que hay en este mundo en este tiempo. Solo nos queda el partido. Lo que ocurra en el campo de juego. Sin el color externo, pero con todo lo que se genera dentro de la cancha.
“Estamos por terminar un torneo difícil, por el contexto en el que vivimos; pero lo importante es que lo hacemos de la mejor manera y sin modificar nuestro calendario de partidos. Felicito a ambos equipos por llegar hasta aquí y les pido colaboración para que el partido del sábado sea una verdadera fiesta del fútbol”, declaró Frederico Nantes, coordinador principal del juego y director de Competiciones de Clubes de la CONMEBOL en la reunión de coordinación del partido final, celebrada el jueves 28 en el Estadio Maracaná.
En dicha reunión se definieron los uniformes oficiales de los equipos, chalecos distintivos y un repaso general de la cuenta regresiva, además de cuestiones relacionadas con la atención a la prensa y a los controles antidopaje.
Palmeiras viene con un empuje muy grande desde hace unos años. Había sufrido un descenso en 2012, pero muy pronto consiguió el ascenso a la Serie A del Brasileirao. El público acompañó e hizo sentir que nunca más deseaban pasar por esa situación. Por eso hubo una celebración medida; más que un festejo desbordante de alegría, una vez logrado el ascenso con varias fechas de anticipación, los aficionados los aplaudieron pero el mensaje era claro: sólo se cumplió con la obligación de estar donde marca su historia. No fue fácil la permanencia; tras ganar la Serie B en 2013, el año 2014 fue irregular y sólo consiguió librarse de un nuevo descenso en la última fecha del Brasileirao. Luego, empezó a crecer y hoy está en la final de la Copa Libertadores.
El lateral de Santos, Pará, afirmó que “no hay un favorito para este partido; son dos equipos brasileños con mucha historia en el fútbol mundial”. El “Peixe” llega bien entonado por su triunfo ante Boca. No sufrió en la Bombonera y fue contundente en Vila Belmiro, en el Estadio Urbano Caldeira. Allí aplastó al célebre equipo argentino con un contundente 3-0 y reafirmó sus cualidades.
No hay favoritos. Hay una historia muy grande, la del fútbol brasileño, y en su Estadio “Jornalista Mário Filho”, el mítico “Maracaná” tendrá otro capítulo a escribir.
Deportivo Madryn consiguió llegar a la final del Federal A por el segundo ascenso a la Primera Nacional por la vía de los penales. Allí se verá en Mendoza ante Deportivo Maipú, pero lo cierto es que el equipo de la Patagonia argentina logró superar a Villa Mitre en Bahía Blanca por medio de los remates desde el punto del penal. Perdía por 1-0 desde los 30″ de juego, tuvo que remar todo el partido con esa diferencia en contra y lorgó la igualdad por un penal que convirtió el “Colo” López a los 90+2′, cuando todo parecía acabar y la alegría se quedaba en Bahía Blanca. Pero Madryn no aflojó y luchó más de noventa minutos para conquistar “El Fortín” de Bahía y así hacerse del pasaporte a la final.
A los 30″ del partido Villa Mitre logró ponerse en ventaja; una pelota que venía de la derecha, el rebote en un defensor de la visita, el balón que se elevó y Alfredo Ramírez lo fue a buscar con decisión, para meterla de cabeza en el área rival. Allí surgió Tunessi, y con un remate suave, logró el primer tanto del partido. Villa Mitre se adelantaba 1-0 cuando aúno se jugaba ni un minuto del partido.
Villa Mitre conseguía el tanto que le daba una cierta tranquilidad. Pero Madryn no se amilanó, adelantó muy pronto sus líneas y empezó a jugarle un partido a cara de perro, con seriedad, intensidad y mucha presión sobre cada pelota disputada.
Subió Elgorriaga, apretó Pérez, se mostró Canhué y Madryn lo fue a buscar. El local se apoyó en el trabajo de sus volantes, la movilidad de Tunessi, la polenta de Jara y el criterio de López.
Se hizo lindo el primer tiempo, con mucha batalla en el centro del campo y dos equipos dispuestos a arriesgar.
La visita salió con dos cambios para el segundo tiempo. Salió Sebastián Jeldres y lo reemplazó Jose Michelena, mientras que el experimentado Franco Niell ingresó en lugar de Alan Moreno. Un sacudón para que el equipo apriete aún más en la ofensiva.
Villa Mitre se sintió cómodo en el rol de contragolpeador. A los 56′ vino su primera modificación. Juan Pablo Zárate entró por Gabriel Jara. Delantero por delantero. En Madryn, enseguida llegó el tercer cambio: Capellino ingresó por Triverio, a los 63′ del encuentro. Y a los 65′ llegó otra modificación en el equipo local: Nicolás Del Grecco entró por Fabián Dauwalder, que presentaba un inconveniente físico.
Luego, a los 71′, el técnico de Deportivo Madryn, Ricardo Pancaldo, decidió hacer otras dos variantes. Rodrigo Bona ingresó en lugar de Marcos Pérez y Leonardo López reemplazó a Canhué. El equipo de Chubut tiraba toda la carne al asador. Había cumplido con los cinco cambios y le quedaban veinte minutos para remontar la serie.
El encuentro había tomado mucha intensidad y Villa Mitre debía congelarlo y tratar de llevarlo a un terreno más seguro, más conservador. El técnico local decidió dos variantes sobre el final; ingresaron Herrera y Agustín Cocciarini por Tunessi y Maxi López a los 81′ de juego.
El equipo de Bahía había tenido un par de oportunidades, incluso un tiro en el palo, pero a los 90′ llegó un cambio de frente en la visita, Elgorriaga entró por izquierda, sacó un centro al corazón del área y Manchafico, que la quiso sacar, extendió demasiado su brazo y el balón le dio casi a la altura del hombro. Penal, que López convirtió a los 90+1′ y aseguró el 1-1 para Madryn.
El partido se cerró con el empate agónico y Deportivo Madryn, que jugó con el resultado en contra desde el vestuario, en la agonía encontró un camino de esperanza.
Camino que empezó a allanarse cuando su arquero Lencina le detuvo el penal a Alfredo Ramírez. Enseguida convirtió el “Colo” López y puso la serie 0-1 para la visita.
Fue gol el remate de Héctor González en el segundo penal de Villa Mitre y convirtió Rodrigo Bona para que la serie quedara 1-2 para Madryn.
Nicolás Del Grecco marcó para Villa Mitre y Nicolás Torres lo tiró por arriba del travesaño. La serie quedaba 2-2 y todo podía suceder.
Lencina le atajó el penal a Leo Torres y le dio una chance más Madryn. Elgorriaga aprovechó y puso el partido 2-3 para el equipo visitante.
Para Villa Mitre la situación era harto riesgosa; debia convertir y esperar que Madryn falle. Herrera hizo su parte, 3-3, pero Michelena no falló y marcó para el “Aurinegro”, con un tiro suave y a la izquierda del arquero local. Madryn ganaba por penales 3-4.
Y ahora a la final. Tras superar a Chaco For Ever en Resistencia, tras vencer a Villa Mitre en Bahía Blanca, ahora va a Mendoza por Deportivo Maipú. ¿Y quien les quita la ilusión?
Ver a un equipo de Marcelo Bielsa siempre es atractivo. Porque ponga los jugadores que ponga, sea el conjunto que sea el que dirige, Newell’s o Vélez, Athletic de Bilbao o la Selección Argentina (o de Chile), siempre sus equipos tienen una propuesta generosa, a veces al extremo, son nobles en el desarrollo del juego, buscan la ofensiva en forma permanente y tienen mucho cuidado por el espectáculo. No rifan la pelota, tratan de asegurarla con pases en todos los sectores de la cancha y hasta, a veces, la comprometen en lugares poco aconsejables.
Ante Newcastle salieron a jugar con la idea de siempre. Tener la pelota y darle un destino preciso para buscar el arco contrario. Con el infortunio de tener que hacer un cambio rápido. A los 9′ P. Struijk debió reemplazar a D. Llorente por lesión; pero Leeds siguió fiel a su idea.
Así llego el gol inicial, a los 16′ del primer tiempo, con una transición rápida y exacta desde su campo hasta el área rival. Salió por izquierda, pasó por Harrison, la tomó Rodrigo Moreno en la derecha y el balón volvió al medio para que Rafinha definiera desde la puerta del área grande para poner el 0-1 para el equipo de Bielsa.
Era el sello de una jugada bien llevada. De un equipo que está compenetrado con la idea.
Para Newcastle el partido se hizo complicado. Necesitado de puntos, con una serie de encuentros adversos, el equipo del Norte se veía con la imperiosa carga de revertir el marcador por la campaña deslucida. Un equipo más acostumbrado a jugar de contragolpe, pero con la urgencia de buscar el resultado en su casa para remontar el juego.
Se empezó a mostrar Almirón, pesó más en el juego y el local mostró su momento al promediar la etapa.
El esquema de Leeds se sostuvo en el 4-1-4-1, con Philips como volante central entre las do líneas de cuatro, y Bamford como punta de lanza.
En el segundo tiempo acentuó sus intenciones el local; a los 52′ probó Almirón de lejos, pero el remate fue contenido por el arquero visitante. En Leeds se volvió a mover el banco: a los 55′ M. Klich reemplazó a E. Alioski; pero era el momento del local. Y a los 57′ Miguel Almirón se metió en el área, aprovechó una buena combinación tras una falla en la salida del visitante y con un remate secó el delantero paraguayo selló el 1 a 1.
Marcelo Bielsa recurrió a una tercera modificación: a los 59′ T. Roberts ingresó por el delantero P. Bamford; y muy pronto iba a tener una nueva alegría. Iban 60′ cuando el balón fue de derecha a izquierda, Rafinha la picó para Harrison y este metió un tiro combado, que marcó el 1-2 para el equipo visitante.
Otra vez abajo en el marcador, en Newcastle decidieron buscar soluciones en el banco: iban 63′ cuando A. Saint-Maximin ingresó por J. Murphy; el local debía arriesgar. Se soltaron los volantes, Shelvey apareció en lugares ofensivos y el local comenzó a apretar, mientras que Leeds se acomodó bien al rol en la cancha y el partido creció en intensidad e interés.
A los 65′ el equipo de Bielsa metió una contra fenomenal; con dos pases profundos y verticales, Rafinha en última instancia habilitó a Tyler Roberts quien no pudo desviar el balón en el último toque y Darlow controló con una mano en una situación harto peligrosa.
Newcastle tuvo su chance a los 66′ con un cabezazo de Lascelles, que se fue arriba tras rozar en un adversario. Shelvey tuvo un buen cabezazo a los 75′, pero el arquero Meslier la sacó por arriba del travesaño al corner. A los 76′ D. Gayle entró por R. Fraser en el equipo local; un delantero para tener más esperanzas.
El partido se había planteado con un equipo, el local, que empujaba contra el arco a la visita. Y Leeds se defendía con hidalguía sin recurrir a acumular gente atrás sino a intentar conseguir el balón e ir rápido a la búsqueda del arco contrario, con mucha gente dispuesta a subir.
Newcastle sumó situaciones. A los 81′ se desprendió el zaguero Schar, se fue al ataque y sacó un remate que Meslier desvió abajo, con esfuerzo. A los 87′ llegó Leeds, con una trepada de Ayling y un remate que Darlow sacó al corner.
Leeds se aferró a la victoria. Con orgullo y con mucho esfuerzo; Newcastle se hunde en la tabla, tuvo una tarde en la que le faltó una puntada final para llevarse aunque sea una unidad y ahora los fantasmas del descenso empiezan a rondar por St. James’ Park.
La Bundesliga es fantástica por muchas cosas, por ejemplo por el partido que nos acaba de ofrecer, donde uno de los últimos equipos de la tabla de posiciones, Mainz, que lucha por esquivar el descenso de categoría, no tuvo complejos ni inhibiciones para jugarle a un rival de los que pelean arriba y sueñana con conquistar el título, RB Leipzig. Y en un encuentro entretenido y lleno de goles, se impuso el local, el que va anteúltimo al segundo del campeonato. En un encuentro con ritmo y llegadas, donde no se vieron muchas diferencias. Por eso, entre tantas otras cosas, la Bundesliga es una liga fenomenal.
El primer tiempo fue el show del gol. A los 15′ Sabitzer sacó un zapatazo tremendo que se estrelló en el travesaño y del rebote llegó Adams para convertir y marcar el 0-1 para RB Leipzig.
A los 24′ apareció la figura de la cancha: Niakhate. Tiro libre para el local, Gulacsi que no puede retener el balón y la aparición del defensor francés para sellar el 1 a 1.
Halstenberg marcó a los 30′ el 1-2 para el equipo de Nagelsmann; pero iba a durar poco la ventaja, pues a los 35′ otra vez Niakhate aprovechó un centro y tocó en el área chica para igualar 2 a 2.
“Nunca había hecho dos goles en un partido”, afirmó al final el zaguero del equipo local, “pero es no tiene importancia para mí; lo más importante es que el equipo ganó los tres puntos”, señaló.
Y esto porque Mainz llegó al tercer gol con el inicio del segundo tiempo. Iban 49′ cuando armaron una buena maniobra, del medio a la derecha, el desborde de Robin Quaison y la llegada de Leandro Barreiro Martins para sellar el 3 a 2 para el local.
Enseguida llegaron las variantes, a fin de intentar modificar el desarrollo. A los 54′ Julian Nagelsmann determinó su primera variante, de corte ofensiva: en reemplazo del zaguero Halstenberg ubicó al extremo por izquierda Nkunku. RB Leipzig ganó metros por ese lado y comenzó a coordinar el juego con el joven francés.
Sin embargo, Mainz iba a contar con otra chance cierta, luego de un centro desde la izquierda y el cabezazo de Jeremiah St. Juste que se fue apenas alto.
A los 60′, otras dos modificaciones en la visita: L. Samardzic ingresó por A. Haidara y J. Kluivert reemplazó a E. Forsberg; en este caso, el hijo del gran Patrick se ubicó por el extremo derecho. Y con esos dos futbolistas, Nkunku por izquierda y Kluivert por derecha, RB Leipzig pretendió hacerse ancho, para llegar al arco rival. A los 63′ fue Nkunku el que sacó un remate cruzado, potente y bajo, que Zentner, el arquero local, despejó de un manotazo al corner.
Era el momento que Mainz necesitaba un cambio de aire, por eso a los 65′ realizó tres modificaciones en su plantilla: L. Oztunali ingresó en lugar de D. Latza, A. Szalai reemplazó a R. Quaison y K. Stoger entró por el lesionado P. Mwene.
RB Leipzig intentaba de todas las maneras, pero no podía generar situaciones ante el equipo local, que luchaba y jugaba con la necesidad de aferrase a la victoria. Nagelsmann fue por los últimos dos cambios a los 76′. H. Hee-Chan entró por Dani Olmo y el talentoso lateral N. Mukiele reemplazó al estadounidense T. Adams, autor del primer gol del encuentro.
En Mainz, las lesiones obligaron a los cambios. Primero, a los 78′, N. Tauer debió reemplazar a D. Kohr. Luego llegó una gran jugada colectiva de la visita, que nació en una trepada de Angeliño por izquierda, el pase a Nkunku, el centro al medio y la llegada franca de Kluivert para definir, pero el arquero local tapó tras una rápida salida.
Después vino el corner para Leipzig, el choque de cabezas de Upamecano y Barreiro Martins y este último que debió dejar la cancha para que lo reemplace Jonathan Burkardt a los 85′ del partido.
No hubo tiempo para más, aún con los seis minutos que agregó el árbitro. Mainz, que se aferra a la esperanza de permanecer en la máxima categoría, sostuvo el resultado y le puso un freno al sueño de RB Leipzig que tuvo una jornada apagada.
El Federal A, considerado como uno de los torneos más apasionantes, abarcativos y federales de nuestro fútbol, entró en la zona de definición, por otro ascenso a la Primera Nacional. Porque el primer boleto lo consiguió Güemes (Santiago del Estero) tras vencer por penales en la gran final a Villa Mitre (Bahía Blanca).
Ahora es el turno de variadas ilusiones que buscan ese pasaje a la segunda categoría de nuestro fútbol. Y en Resistencia jugaron Chaco For Ever, el gigante de la Provincia y Deportivo Madryn, el equipo del Golfo, el conjunto que ilusiona a buena parte de la hermosa Puerto Madryn, candidato para los que siguen este certamen.
El primer tiempo fue discreto. Con dos equipos que se estudiaron bastante, que se midieron y en el que la visita nos dejó una impresión un poco más convincente. Porque Madryn fue a buscar, sin hacer locuras, pero sostenido en el trabajo de Marcos Pérez en la mitad de la cancha, las proyecciones de Alan Moreno y el sacrificio colectivo. Iban 13′ cuando tuvo su primera llegada, con un remate de López que el arquero Gastón Canuto pudo tapar.
Le costó a For Ever hacerse del balón, no tuvo el control del centro del campo y la batalla se le hizo dura.
A los 39′ Madryn volvió a tener una chance, con un buen tiro de larga distancia de Fabio Giménez que Canuto sacó al corner con esfuerzo.
Chaco For Ever salió con otra actitud en el complemento. Más adelantadas sus líneas, con las subidas de Marcos Fissore por la derecha, empezó a dar señales de recuperación. A los 50′ ingresó Ricardo Villar por Ramiro Alderete. Y en Deportivo Madryn, a los 56′ ingresó el expermientado Franco Niell en lugar de Alan Moreno, que había hecho un interesante primer tiempo.
Pero había mejorado el “Negro”, al compás del trabajo de Leonardo Valdéz, que se hizo cargo de la pelota y de empezar a generar situaciones para su equipo. A los 64′ Ignacio Ruano entró por Juan Carlos Molina y el local sintió que podía ya hacerse dueño del partido. Pero no era tan fácil, porque el equipo de Daniel Cravero no terminaba de consolidarse, mientras que Madryn se acomodó unos metros más atrás para intentar lastimar de contragolpe. Canuto salvó una contra a los 66′ y eso reflejaba que el partido era peligroso para For Ever.
A los 69′ Madryn realizó otra variante: Cristian Canhue ingresó por Jeldres, en tanto a los 70′ El “Chango” Cravero volvió a modificar al equipo local, con los ingresos de Cesar More por Emanuel Díaz y Manuel Rivas ingresó por Leonardo Valdéz.
Chaco iba a tener una chance clara. A los 78′ llegó el centro desde la izquierda, el cabezazo de Cáceres y Lencina, el arquero visitante, salió rápido para acortar la maniobra.
La visita realizó dos cambios a los 79′. Leonardo López entró por Marcos Pérez, y José Michelena reemplazó a Triverio. Y muy pronto le llegarían excelentes noticias.
Fue a los 80′, cuando vino el corner desde la izquierda, el cabezazo perfecto de Franco Niell, que siempre se las ingenia para ir bien arriba y ganar de cabeza aunque no tenga gran altura, el arquero Canuto la puedo rechazar pero Nicolás Torres consiguió el rebote y marcó el 0-1 para Deportivo Madryn.
Con lo poco que le quedaba, Chaco fue a todo o nada. Empujó con la habilidad de Ricky Villar, buscó por los costados, trató de llegar con maniobras colectivas, subió Claudio Verino, pero no alcanzó.
Incluso la situación más clara la tuvo la visita, tras una salida desde el arco de Lencina, la peinó Franco Niell, y Emiliano López remató al arco, pero Canuto la sacó al corner.
Celebró Deportivo Madryn en Resistencia. Con una actuación sólida, prolija y efectiva, eliminó a Chaco For Ever y mantuvo la ilusión de la hermosa ciudad del Sur.
La Primera Nacional entró en su etapa de definiciones y arde al calor de este Enero de 2021, que nos trae días de alta temperatura y de partidos calientes, en la búsqueda del segundo ascenso a la Liga Profesional. El primero ya lo conquistó Sarmiento (Junín), y por el segundo hay una lucha encarnizada, como la que protagonizaron Atlanta y Ferro Carril Oeste, en el Estadio de Platense. Dos equipos de larga tradición en nuestra Primera División. Dos equipos, Atlanta y Ferro, que eran caracterísiticos del fútbol grande en la década de los ’70 y también en los ’80, aunque el “Bohemio” tuvo allí sus primeros resbalones.
Pero el equipo de Villa Crespo contó con grandes futbolistas y buenos conjuntos en esos locos años ’70, que lo llevó a pelear el Campeonato Nacional 1973 en el cuadrangular final que ganó Rosario Central y del que formaron parte también San Lorenzo y River. El conjunto de Caballito fue un ejemplo como club, que coronó a su fútbol con los títulos de los Nacionales de 1982 y 1984. Los dos sueñan, desde hace tiempo, con el regreso a la máxima categoría. Y con esa ilusión, salieron a la cancha…
Ferro tuvo la primera llegada a los 5’, pero Rago salió rápido y tapó el remate de Bordacahar. Después el manejo del partido fue de Atlanta. El equipo de Villa Crespo copó la mitad de la cancha, se adueñó de la pelota y controló el partido. Una línea de cuatro, adelante Previtali, otra línea de cuatro ofensiva, con Julián Marcioni (un jugador de enorme futuro), Valdez Chamorro, Ochoa Giménez y el ex San Lorenzo, Fabricio Pedrozo, en tanto Milton Giménez se posicionaba como centro atacante, su lugar habitual. Co ese esquema y la disposición de todos le ganó el medio a Oeste, que no encontraba la fórmula. Tenía una línea de volantes con Asprea, Miranda y Gomez, en tanto Walter Busse intentaba ser el enlalce con Bordacahar y Toloza. Pero Ferro no conseguía el balón.
Hasta que llegó el gol a los 31’, tras una buena jugada colectiva, el centro de Valdez Chamorro y la aparición de Ochoa Giménezpara convertir y poner el partido 1-0. Era justo el resultado, porque Atlanta dominaba el juego. No había tenido, hasta entonces, llegadas con peligro, pero sí justificaba el marcador por su predisposición para jugar al ataque, para buscar el resultado, para intentar llegar. Tenía ganas de ganar y lo demostraba.
Ferro tuvo una oportunidad a los 38’, Grana surgió solo por derecha y cuando remató con todas las chances del mundo, otra vez la figura de “Pancho” Rago evitó la caída de su valla. Con muy poco le había alcanzado al conjunto de Caballito para asustar a su adversario. Sin demasiado juego ni vuelo, a los de Jorge Cordon les había resultado suficiente ser verticales y profundos para contar con dos situaciones a los largo del primer período.
En el segundo tiempo Atlanta golpeó de entrada. Tiro libre desde la derecha y la cabeza más alta de Nahuel Tecilla para ganarle a todos en el boca del área chica y clavar el frentazo que marcó el 2 a 0 para el conjunto que hizo las veces de local.
Ferro apeló a las modificaciones: a los 57′ ingresó un delantero más, Tomás Molina, en reemplazo de un volante que lucía errático, Gómez. Y, por una cuestión de lógica, se adelantó en el campo de juego.
A Atlanta se le hizo pesado el partido en la mitad. Ya no tenía tanto el balón y necesitaba equilibrar el medio juego, porque tenía todos hombres de características ofensivas y Previtali se debatía solo en la lucha, al margen del enorme esfuerzo de todos sus compañeros. Entonces tuvo un cambio necesario; a los 64′ ingresó un volante de marca, Agustín Bolívar en reemplazo de un creador, Joaquín Ochoa. y el esquema trocó a un 4-2-3-1. Dos contenciones, Marcioni, Valdez Chamorro y Pedrozo, y Giménez arriba.
Entonces el juego se volcó al campo local, porque Ferro también soltó amarras, lanzó a los laterales, Grana y Mazur, e intentó llegar al arco rival. Pero el “Bohemio” se acomodó y jugó el partido como lo pensó. Con cortes en tres cuartos y mucho espacio para meter contragolpes. Y varios de ellos fueron bien armados, con buena circulación de pelota, creatividad y belleza.
Ferro fue por dos variantes más. A los 77′ ingresaron L. Ferrari por R. Mazur y D. Chavez en lugar de F. Miranda; tenía que arriesgar porque la clasificación se le iba.., Atlanta también apeló al banco: a los 79′ Dramisino, volante de ida y vuelta, reemplazó a Valdez Chamorro.
Así tuvo otra chance; a los 82′ de un corner desde la derecha, Grana, en su afán de rechazar, despejó hacia su arco y el balón pasó por encima del travesaño, muy cerca. A los 83′ Diego Chavez sacó un buen remate de lejos que Rago supo controlar.
El partido se terminaba. Un último cambio en Atlanta disponía enfriar y cerrar el juego: Oyola por Marcioni, la figura de la cancha a los 90+2′. Y parecía todo dicho. Pero no, el fútbol tiene duendes, magos, sorpresas y fantasmas que aparecen en cualquier lado, momento y circunstancia. Ya iban 90+3′ cuando vino el centro de la izquierda de Ferro y Rago, de una jornada excelente, se pasó un poco, la quiso despejar, le pegó a su compañero Ramiro Fernández, le volvió a dar a él, y se le metió en el arco. Gol de Ferro cuando todo parecía concluir.
Atlanta se aferró al 2 a 1 en ese minuto que quedaba. Entre la firmeza de sus centrales, Pérez y Tecilla, la concentración de todos y el esfuerzo mancomunado, se apretó en un todo, y celebró con la gente que pudo acompañar con mucha alegría una victoria merecida.