“El mundo no lo puede creer: perdió Alí”. Así tituló la revista El Gráfico aquella pelea que conmovió al mundo, cuando el 15 de Febrero de 1978 un joven y novato León Spinks derrotó al mítico, célebre y legendario Muhammad Alí. Fue una conmoción; pocos creían en ese novato que rceién iba por su octava pelea en el campo rentado y destronaba a una verdadera leyenda del deporte, al que le arrebataba los cinturones de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y Consejo Mundial de Boxeo (CMB) de los pesos pesados.
Había sido su noche. La consagratoria. La que le dio esos quince minutos de fama (en este caso mundial) y que obligó al gran Alí a hacer un replanteo de su carrera. Había tenido una noche desprolija y fue el primero en reconocer su derrota. No habló ni de “robo” ni culpó a terceros. Spinks supo que el triunfo había sido de él, pero el futuro le depararía nuevos desafíos.
Hasta entonces, su realidad profesional era incipiente. Había ganado la medalla de oro en los Juegos Olímpicos Montreal 1976, y en Enero de 1977 debutó como profesional con un triunfo ante Bob Smith, en Las Vegas. Luego llegaron un puñado de combates más y la gran chance ante el Más Grande de Todos los Tiempos.
A los siete meses, el 15 de Septiembre de 1978, le dio el desquite a Alí. En Nueva Orleans, con una expectativa mundial que batió records de audiencia televisiva. Y allí cayó, casi sin atenuantes. Luego perdió con Gerrie Coetzee y encadenó algunas victorias hasta tener otra chance por el título mundial. la oportunidad la tuvo el 12 de Junio de 1981 ante Larry Holmes, pero perdió por KOT3.
Otra vez, a remar contra la corriente. Una serie de peleas, en la que más se destacó su vicotria frente a Jesse Burnett. Y otra chance en 1986, el 22 de Marzo, frente a Dwight Muhammad Qawi, en la categoría crucero. Pero cayó por KOT en el 6º asalto y allí se acabaron las oportunidades.
Comenzó un derrotero de sobresaltos, con triunfos y derrotas casi alternados. Desde aquella oportunidad, hasta su retiro en 1995, peleó 22 veces con más caídas que victorias.
Su hermano Michael Spinks también le hizo honor al apellido con una fructífera carrera. León, luego del histórico triunfo ante Alí, tuvo una recorrida inestable. El último viernes 5 de Febrero se despidió de este mundo, a los 67 años, en Las Vegas, luego de tantos combates, tantas noches sin lunas ni soles, pero con el recuerdo eterno de los amantes del boxeo que lo vieron consagrarse ante la leyenda de este deporte una noche de febrero que quedará siempre en la memoria.
La Pre Qualy del Argentina Open fue una hermosa oportunidad para muchos jugadores de meterse en la Qualy de un torneo de ATP, de llegar a medirse con las estrellas, a soñar con un futuro mejor. Una posibilidad que no siempre se les puede abrir a jugadores que por ranking no accederían a esta chance de clasificación. Y esta semana que pasó les dio una buena mano para alcanzar el premio mayor: ganar el torneo y recibir el wild card para acceder a la Clasificación del Argentina Open 2021.
Mediodía del Sábado 6 de Febrero de 2021. Un sol de verano, un calor dominante y de fondo, el court central del Buenos Aires Lawn Tennis Club, como marco del partido final.
Arrancó Sebastián Báez con su servicio y se adelantó 1-0; fue sólido para el segundo game, se mantuvo firme y logró quebrar para adelantarse por 2-0. Tuvo alguna dificultad para cerrar el tercer juego, pero tuvo autoridad para adelantarse 3-0. Sebastián Báez era el dueño de la situación y a Mariano Navone le costaba acomodarse al partido.
Navone pudo obtener su primer game para ponerse 1-3 abajo y a partir de allí cada uno mantuvo su servicio; así, Báez quedó 4-1, 4-2, 5-2, 5-3 y cerró con sobriedad el set por 6-3. Había establecido una luz de ventaja al comienzo del partido y luego le bastó con mantener su saque para llevarse la primera manga.
Y comenzó bien Báez el segundo set, porque pudo quebrar a Navone y adelantarse 1-0. Lucía más convencido; Navone no estaba lejos en el juego, pero le costaba entrar en la zona de definición del punto. Perdió su srevicio, volvió a ganar su saque Báez y se adelantó 3-0. Era un comienzo de segundo set muy similar a lo que había pasado en el inicio del primero. Y mantuvo su saque. 4-0 para Báez, aunque cada game parecía equilibrado, y en los puntos lo eran, lo concreto era que a la hora de cerrar, de definir, Báez se mostraba más preciso. Y Mariano comenzó a dar muestras de desaliento y desconfianza. Quebró en el quinto y ya con mayor serenidad definió con su servicio: 6-0 redondo.
Un triunfo claro, que tuvo varios momentos muy marcados a favor del vencedor; el arranque de cada set, el final del partido. En cada una de esas situaciones, Sebastián Báez fue superior. Y ganó por 6-3 y 6-0. El primer paso, el primer objetivo, está cumplido. Ahora es el momento de ir por más.
Sebastián Báez y Mariano Navone van a definir, en un ratito, al Campeón del Argentina Open Pre Qualy y por consiguiente al acreedor a una wild card para la Qualy del Torneo de la ATP en Buenos Aires, el Argentina Open, que ha cumplido ya 20 años de continuidad y nada parece detener su marcha.
Crédito: @ArgentinaOpen
“Creo que jugué un buen partido, enfrentar a un jugador como Nico (Kicker) es algo que me ayuda a motivarme, y ahora tengo que preparar bien el partido final”, declaró Báez tras vencer a Nicolás Kicker por 6-3 y 6-1 en las semifinal.
“Ahora vamos a reunirnos con el equipo para analizar este partido, ver qué hice bien, qué no y corregirlo para el partido final. Es un lindo desafío y vamos a prepararlo lo mejor posible”, declaró Báez a la cuenta de Twitter de @ArgentinaOpen.
El otro finalista es Mariano Navone, quien venció a Juan Manuel Cerúndolo, por 6-3, 1-6 (10-5). “Fue un partido muy duro; Juanma es un amigo de toda la vida, lo conozco desde hace mucho tiempo, somos de la misma categoría. El primer set lo jugamos muy bien; pude impactar bien la bola con la derecha, también me sentí cómodo con el revés. En el segundo set Juanma jugó muy bien, no me dejó hacer nada, hizo muchos tiros ganadores y me complicó el partido. En el super tie-break siempre puede pasar cualquier cosa, y la verdad es que mejoré, volví a impcatar la bola, a hacer daño y por eso me lo pude llevar”, afirmó Navone a la cuenta oficial del Torneo.
Con respecto a la final frente a Báez, respondió: “Mañana hay que ir por todo, después de todo lo que fue esta semana; hay que buscar todas las herramientas posibles para ganarle a Seba (Báez) que es un gran jugador y viene de ganar un gran partido en la semifinal, así que vamos a estar dispuestos a hacer cualquier cosa dentro de los límites y lograr un lugar en la Qualy, que sería un sueño cumplido”.
Crédito: Argentina Open
Allí están las ilusiones. Ahí están las esperanzas. Dos jóvenes que han apostado al deporte, a sus sueños. Que han trabajado mucho tiempo y este día los encuentra a las puertas de un torneo de la ATP, algo que ayer parecía lejano y hoy está cerca de hacerse realidad. Con televisión para todo el país, con los fanáticos del tenis al borde de los sillones y con todas las expectativas por el futuro que empieza a llegar, dos muchachitos sueñan con protagonizar la película.
La Copa Mundial de Clubes de la FIFA tiene algunas particularidades; cosas muy previsibles y resultados sorpresivos. Porque entre las cuestiones esperables, siempre, o casi siempre, los equipos europeos se llevan el trofeo. Y cuando no se lo llevaron, jugaron la final. En cambio, entre las sorpresas, los equipos de Sudamérica, en algunos casos, han sufrido mucho para arribar a la final. y hasta en algunos casos se perdieron en el camino tras caer en la semifinal, como le sucedió a River en 2018 cuando perdió frente al Al-Ain.
Hoy comenzó la edición 2020, con el retraso lógico por la demora que produjo la pandemia en todos los calendarios del año último y se extenderá hasta el 11 de Febrero. En realidad, el torneo se inició el día 1º de este mes, pero el encuentro que debían jugar Al Duhail SC y Auckland City en el Estadio Áhmad bin Ali en la ciudad de Al Rayyan, muy cerca de Doha, la capital de Qatar, no se realizó pues el equipo neocelandés no viajó a causa de la pandemia y en los tribunales el resultado quedó determinao por 3-0 a favor del conjunto qatarí.
Los coreanos sorprendieron con un ritmo veloz y una actitud positiva. Fueron a buscar el partido. Tuvieron una posibilidad a los 18′ que fue cortada por el arquero argentino Nahuel Guzmán, y le pusieron color a los 23′ cuando abrieron el marcador a través del gol de cabeza de Ki-Hee que selló el 0-1 inicial.
Para Tigres el comienzo no fue claro. La intención era salir por derecha con Carlos Salcedo, por izquierda con Reyes y dominar el medio a partir del quite de Guido Pizarro y el traslado de Rafael Carioca para que el delantero francés Gignac encontrara los espacios para definir. Tuvo una chance André-Pierre Gignac en el primer período, pero fue intervenida por Hyun-Woo, el arquero asiático.
El conjunto de Corea del Sur propuso un 4-4-2 cerrado, con el talento de Bit-Garam como eje creativo y el acompañamiento en ataque de Ji-Hyun.
A Tigres el partido se le hizo largo, pero fue a buscarlo. Le costaba acomodarse, Ulsan se soltó e intentó manejar el balón, con amplitud de líneas, para que al equipo mexicano le costara presionar. Con la conducción de Bit-Garam, Ulsan se las arreglaba para complicar.
De a poco, empezó a arrimar el equipo americano. A los 36′ un remate de Gignac de tiro libre que se fue al corner desviado por el arquero, provocó la primera alerta. Y enseguida iba a llegar la igualdad. Llegó el tiro de esquina, un rebote y el cabezazo de Guido Pizarro que el arquero volvió a sacar al corner.
De ese tiro desde la esquina llegó el balón al área, el toque suave al medio y la aparición de Guignac para marcar el 1 a 1 a los 37′ de juego.
Tigres se tranquilizó; estaba otra vez en partido y ya la presión dejaba de ser una espada clavada en su espalda.
Y a los 45′ llegó la jugada decisiva. El centro de la izquierda de Tigres, la mano del zaguero Ki-Hee que interrumpió el cabezazo de guignac y el VAR que le advirtió al árbitro que concedió el penal que Guignac trasnformó en el 2 a 1 a los 45+4′ del primer período.
Carlos González entró por Meza al comenzar el segundo tiempo. Y con el correr de los minutos, las variantes jugaron su partido, en cuanto al freno, el corte de ritmo y la disminución de la dinámica.
Ulsan se adelantó y fue por el empate; a los 57′ llegó una definición exquisita de Bit-Garam que no fue convalidada por un off side muy pequeño: cuando partió el pase de la izquierda, estaba unos centímetros adelantado. Off side, al cabo. Pero su gesto técnico, al pararla de pecho, girar y meter una volea en el aire que dejó helado a Guzmán, fue toda una belleza.
A los 65′ R. Fulgencio ingresó en lugar de J. Aquino en Tigres y en Ulsan FC Kim Sung-Joon reemplazó a Kim In-Sung.
El encuentro se había hecho equilibrado, aunque los mexicanos sabían ya jugar con el reloj. Tuvo una chance Fulgencio a los 77′ pero no logró definir.
Ulsan fue por las últimas variantes para buscar algo que lo ayude a igualar el juego; a los 73′ L. Hinterseer había entrado por Kim Ji-Hyun y a los 79′ Y. Kang, delantero, fue por Shin Hyung-Min. El “Tuca” Ferretti también realizó variantes para cerrar el juego: a los 83′ Hugo Ayala entró en lugar de Jesús Dueñas y a los 90′ J. Sierra se ubicó en lugar de L. Quiñones.
Tuvo la última a los 90+4′ cuando Guignac probó al arco y la pelota se fue arriba. Tigres se abrazó al resultado y a la victoria. Sufrió, pero ganó y ya piensa en la semifinal con Palmeiras.
Es un momento difícil para la humanidad; para la historia, para la vida. Una pandemia que ha azotado y ha asustado al mundo, que de a poco quiere recuperarse, remontar la economía, disfrutar de la salud, volver a su vida social. El deporte ha sido postergado y también ha recuperado algunas posiciones en el 2020 que pasó, en tanto intenta vivir un 2021 con una semejanza a la normalidad que todavía parece distante, pero que de a poco busca su lugar.
El año empezó lleno de tenis. Primero con el exquisito Delray Beach, un torneo apetecible para los jugadores, atractivo para los argentinos y con el entorno de una ciudad hermosa y unas playas luminosas en el Estado de la Florida, en estados Unidos de América.
Con los certámenes de Oceanía, con Australia a la cabeza, el abierto que está a la vuelta de la esquina mientras se desarrolla la más que atractiva ATP Cup. Y por estos lados ya asoman el Argentina Open y el Córdoba Open. Dos torneos que engalanan la gira de la ATP y que le devuelven a los fanáticos del tenis la posibilidad de revivir los días de gloria, con el arribo de grandes tenistas y un par de torneos de jerarquía, valorables.
Este año será distinto; habrá menos lugar para la gente. Sin público en la provincia mediterránea y con un escaso aforo en el Buenos Aires Lawn Tennis Club. Pero con los sueños intactos.
En Melbourne, la rosarina Nadia Podoroska derrotó a la checa Petra Kvitova, número 9 del mundo, y pasó a los cuartos de final del Yarra Valley Classic donde se medirá con Marketa Vondrousova. Es un triunfo resonante, que refleja su momento, que, en realidad lleva ya mucho tiempo: desde los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
En la ATP Cup la Argentina cayó ante Rusia y como esta nación también venció a Japón, se clasificó a semifinales. El triunfo de Medvedev sobre Kei Nishikori por 6-2 y 6-4 fue la clave del match y el equipo ruso alcanzó las semifinales. Para los argentinos aún queda el partido ante Japón y el abierto de Australia, que ya comienza.
Pero lo que nos inquieta es la vuelta del tenis en nuestro país; el Argentina Open que tendrá su semana entre los últimos días de febrero y la primera semana de marzo. Del 27 de Febrero al 7 de Marzo, con la participación de Diego Schwartzman, preclasificado primero, y seguido por el chileno Cristian Garín ( que está 22° en el ranking ATP), el francés Benoit Paire (28° del ranking) y el serbio Miomir Kecmanovic (42°). En rigor de verdad, ya se juega la Pre-Qualy, una clasificación exclusiva para tenistas argentinos que otorga al campeón una wild card para la clasificación del torneo con más historia y prestigio de Sudamérica.
Es la semana de la fiesta del Tenis. La que espera el gran público argentino, la que vivimos de manera ininterrumpida desde 2001.
El Super Bowl LV, el número 55 desde aquel lejano partido que inauguró la modalidad de definir al campeón de la temporada entre los dos ganadores de la National Football League y la American Football League, jugado el 15 de Enero de 1967 y que resolvía al campeón de la temporada 1966. Mucha agua corrió bajo el puente tras esa gran final que los Green Bay Packers le ganaron por 35-10 a los Kansas City Chiefs. Fue lo que se denominó como “Primer Partido por el Campeonato Mundial de la AFL-NFL”. Pero todo el mundo lo conoció como Super Bowl, y hoy tras más de medio siglo recorrido, se lo conoce también como la gran fiesta anual del deporte profesional de Estado Unidos.
Es un evento que paraliza al país; en estos tiempos de pandemia quizás se alteren algunas costumbres habituales, como las de reunirse en grupos en hogares, salones y condominios para ver el partido como una fiesta, compartir la bebida y la comida, bromear y disfrutar del juego, en tanto la TV y su cotizada tanda comercial acerca las imágenes desde el lugar de los hechos.
En el corazón de los sucesos, el Raymond James Stadium, habrá algunas situaciones también inéditas para este encuentro decisivo. Por primera vez un equipo será local en el partido final; Tampa Bay Buccaneers tendrá el privilegio de jugar en su casa, porque la elección del estadio es anticipada y el equipo de Tom Brady realizó los méritos para arribar al Super Bowl. Y le tocará en su propio hogar.
El estadio tiene capacidad para 75.000 espectadores, pero otra situación nueva que se vivirá es que habrá alrededor de 22.000 personas el próximo domingo. 14.500 de esas localidades fueron puestas a la venta; habrá 7.500 reservadas para los trabajadores de la salud de Tampa que han sido vacunados y estuvieron en las primeras líneas de trabajo cuando comenzó la pandemia en la región.
El partido encuentra a los dos mejores equipos de la temporada, aunque todas las miradas, los análisis y las palabras se reducen al duelo entre los “Quaterback” de los dos finalistas. El experimentado y múltiple ganador, Tom Brady contra el joven brillante, Patrick Mahomes.
El duelo entre el hombre de 43 años que ya ha jugado 9 Super Bowls, de los cuáles ganó 6 con sus equipos, y el presente y futuro del Football Americano: Patrick Mahomes, el muchacho de 25 años que en la última temporada hizo su ingreso a la galería de los grandes con la conducción de su equipo, Kansas City Chiefs, a la victoria en el Super Bowl disputado el 2 de Febrero de 2020. El triunfo por 31-20 ante San Francisco 49ers tuvo el sabor de una remontada inolvidable, tras llegar en desventaja de 10-20 al último cuarto y en los seis minutos finales tres touchdowns sumaron 21 puntos para sellar la victoria final.
Todo está preparado y el reloj con la cuenta regresiva se puso en marcha. Es la semana previa a la gran fiesta del deporte de los Estados Unidos de América.
El Super Bowl presentará su edición número 55. Un número fantástico que pocos imaginaban a lo que podía llegar cuando se pensó el primer juego, sólo para ver cual de las dos ligas tenía mejores equipos que la otra, cual era la que podía jactarse de su supremacía.
Hoy, en este 2021, el enfrentamiento es otro. Entre Tam Bay Bucaneers y Kansas City Chiefs, aunque muchos creen que es solo un duelo individual entre la leyenda de Tom Brady y el futuro de Patrick Mahomes.
Había hecho una muy buena campaña cuando se interrumpió el torneo original y realizó también una buena performance en el certamen que reanudó el fútbol luego de la larga cuarentena. Deportivo Maipú de Mendoza, el famoso “Cruzado”, el equipo de la ciudad tan cercana a la Capital provincial, venció en la final por el segundo ascenso a Deportivo Madryn por 2 a 0 y acarició el largo sueño de retomar la segunda división del fútbol grande de la Argentina. La hoy llamada Primera Nacional, que el “Botellero” conoció y transitó en sus años originales, a partir de 1986 cuando se la conocía como Nacional B. Después de una final intensa y disputada, Deportivo Maipú regresó a las fuentes.
Fue un primer tiempo bien jugado por el local. Firme en sus líneas, concentrado, y con mucha dinámica en ataque, encontró la diferencia en ese tiempo y luego supo trabajarla. Arrancó con una idea clara: atacar. Buscó con las subidas de Bonnacorso y Díaz por los costados, el transitar de José Méndez y la presencia de Diego Tonetto. La fuerza y habilidad de los delanteros hizo el resto.
A los 7′ Méndez buscó a Alvaro Veliéz, este se metió de la derecha al centro y sacó un excelente remate que se metió en el ángulo superior derecho de Lencina y señaló el 1 a 0 para el local.
Fue una explosión de alegría y de confianza. El “Cruzado” empujó aún más y a los 13′ desbordó Bonnacorso por derecha, sacó el centro al corazón del área y Veliéz metió un cabezazo que fue desviado al corner con mucho esfuerzo por el arquero visitante.
Madryn no encontraba el balón y no lograba afirmarse en la cancha. Giménez y Pérez buscaban el equilibrio en el centro del campo, pero no había juego. No había conexión entre líneas. Y para colmo de males, a los 25′ Elgorriaga no pudo controlar un balón que le llegó de un rechazo, se enredó y perdió una pelota sencilla en el atropello de Matías Persia, que se la birló y se fue derecho al arco para sellar el 2 a 0 para Deportivo Maipú.
Era un golpe duro para la visita, porque si empezaba a esbozar una recuperación, un error no forzado lo llevó a sufrir otro gol en su valla. Y el local mostraba su confianza, que lo llevaba a pelear cada pelota con una fe enorme y una moral en alza para lo que restaba del encuentro.
En el segundo tiempo Deportivo Madryn se presentó con dos modificaciones. Franco Niell entró por Moreno y Canhué reemplazó a Jendrés. Y lo fue a buscar, con más vergüenza que fútbol.
Las ventanas de los cambios cortaron el segundo tiempo. A los 56′ Herrera ingresó por Matías Persia en el local; a los 58′ Riera ingresó en lugar de Franco Moreno en su segunda modificación y en Madryn se produjo una tercera variante: Michelena por Triverio.
El local se acomodó en tres cuartos de cancha, cedió un poco de terreno y aprovechó los espacios a las espaldas de Torres y González para meter contragolpes que terminaran de sentenciar la contienda. Madryn, perdido por perdido, fue con rabia y tozudez.
A los 76′ la visita apeló a una nueva modificación, la cuarta en su equipo: Capellino reemplazó a Pérez, en una decisión más ofensiva. En el local, llegaron los tres cambios que le quedaban todos juntos: Díaz entró por José Méndez, Puntano ingresó en lugar de Alvaro Veliéz y Daher se ubicó en reemplazo de Bonnacorso.
Y con toda la confianza del mundo, Maipú fue a liquidarlo. A los 79′ lo tuvo Díaz, pero cortó el arquero de Madryn. A los 80′ Madryn encontró una situación en un pelotazo largo a Franco Niell, pero la salida rápida del arquero local, Matías Alasia, cortó la posibilidad.
Maipú se quedó con 10 futbolistas a los 82′ por la expulsión de Daher, tras una entrada violenta en una decisión justa del árbitro Pablo Echavarría, de muy buena actuación.
En Madryn hubo tiempo para la quinta y última variante en su formación; a los 86′ Rodrigo Bona ingresó en lugar de Peinipil. Y a los 90′ un tiro libre muy bien pateado por Michelena fue desviado por Alasia, en la última esperanza del equipo visitante, que tras ese grito ahogado empezó a pensar en la última carta que le queda, en otra final con San Telmo.
En una contra, Riera tuvo una ocasión a los 90+1′, pero su tiro salió desviado. Era una ocasión más que no aprovechó el “Cruzado”, pero que poco le importó. Enseguida terminó el partido y el ascenso estaba decretado. Deportivo Maipú se abrazó a la gloria y al regreso a la Primera Nacional, para hacer más famosa a la Provincia de Mendoza.
¡Palmeiras Campeón de América! ¡Palmeiras Campeão da América!! En todos los idiomas, en las lenguas que dominan nuestra región, español y portuguéz, el equipo de San Pablo acertó un pleno al final del partido y se llevó el trofeo continental más prestigioso, más antiguo y más anhelado por los hinchas de los clubes de Sudamérica. La Copa CONMEBOL Libertadores ahora es, por un año, de Palmeiras, que llegó a la final tras una interesante producción a lo largo de todo el certamen y se ganó el partido decisivo por una jugada precisa y exacta cuando ya se jugaba un buen rato del tiempo adicional a los noventa minutos reglamentarios.
Porque el gol de Breno Lopes llegó a los 90+8′ de juego. Vino de un balón bien rechazado de cabeza por Gustavo Gómez, quien interceptó un largo envío a Bruno Henrique, el balón que recuperó Palmeiras fue a la derecha, para que Rony saque un centro preciso y exacto a la cabeza de Breno Lopes, que entraba por izquierda. Y este metió un frentazo cruzado que se metió por el segundo palo de John y así sentenciar el 1 a 0 con que Palmeiras cerró el partido.
Porque ya casi no hubo tiempo para más, amén de las variantes que intentó Cuca desde la platea (había sido expulsado el DT de Santos tras un forcejeo con Marcos Rocha cerca del final) para acumular gente en ataque y las modificaciones en Palmeiras para acomodar el equipo para aguantar los minutos finales que podían quedar.
Pero nada cambió. Palmeiras se aferró al resultado y celebró su segunda Copa Libertadores de América en su historia. Algunos hinchas, de los muy pocos que tuvieron el permiso para ver el partido, se metieron en el campo para celebrar con emoción junto a sus ídolos. Los futbolistas lloraron y festejaron. Y besaron cada medalla y esa bendita Copa que otra vez viaja a sus vitrinas.
Todo sucedió al final. En esos minutos de cierre del encuentro. Lo más emotivo, lo más destacable. Antes hubo un partido que fue un largo bostezo, con algún sacudón producto de alguna llegada, alguna pierna fuerte, varios roces y muy pocas, poquísimas situaciones de peligro. Y casi ninguna jugada para destacar en la que se reflejara la habilidad y destreza por este juego. Un largo bostezo para llegar a un final emocionante.
Palmeiras propuso un dibujo táctico conocido y, que si es bien aplicado, es de los más interesantes para presentar y para ver: 4-1-4-1. Es un esquema que, creemos, si hay buena sincronización entre las líneas, cubre bien el campo, puede proponer un equipo corto, con los 10 hombres de campo bien compactados y con las pequeñas sociedades listas para intervenir. Es un esquema donde el volante central y el centrodelantero tienen un rol fundamental, porque deben regular el equipo y en algún momento se pueden encontrar solos para las funciones respectivas. Y allí no deben fallar. El volante central debe estar siempre detrás de la línea de cuatro por delante de él, y alguna vez podrá encontrarse con todo el ancho de la cancha para cortar un avance rival. Ahí no puede equivocarse ni en la ubicación ni en el rol de su intervención.
Lo mismo el centre forward; alguna vez se puede hallar solo en la zona de definición y ahí debe acertar para ayudar al equipo. Claro que siempre hay cuatro hombres por detrás de ellos para colaborar, y el volante central tiene además a los cuatro de adelante, pero siempre deben regular el equipo como un termómetro. Y Danilo cumplió con creces su función en el medio, en tanto Luiz Adriano tuvo una participación más deslucida. Por eso, por momentos Luiz Adriano se tiraba atrás y Rony ocupaba ese lugar de lucha con los centrales rivales. Una buena maniobra de distracción para el rival.
Claro que con el centrocampista hubo un buen trabajo solidario de Gustavo Gómez, de Marcos Rocha y en menor medida de Matías Viña, pero fue importante su tarea.
Santos salió con cierta determinación, y en los primeros minutos fue superior. por lo menos dominó campo y pelota. Con un sistema similar, Diego Pituca fue el eje, como interior, en cada una de las maniobras de salida. También jugó un primer tiempo Alison como volante central del “Peixe”.
Con el correr de los minutos, Palmeiras se hizo un poco más fuerte y acumuló varias llegadas. Primero con un cabezazo de Gustavo Gómez que se fue apenas arriba del travesaño; a los 36′ con un disparo de Marcos Rocha, tras una buena jugada colectiva, y el balón que pasó cerca del poste derecho de John.
Y la mejor fue al final del primer período, a los 43′ cuando Rony hizo una buena jugada individual, metió una gambeta y puso una pelota larga y profunda para Luiz Adriano que no supo controlar.
En el segundo tiempo el juego permaneció en ese tono cansino, menor, sin relieve. Con pocas jugadas que levantaran a los espectadores que seguían el partido a través de las pantallas del mundo. A los 52′ un centro de Menino tuvo algo para destacar, en cuanto produjo un roce y se fue al corner. A los 58′ Santos tuvo su llegada. Tiro libre a favor, Soteldo tocó corto para Marinho, y el blón fue largo para Lucas Veríssimo, cuyo cabezazo no prosperó aunque la situación fue buena.
Luego hubo una situación para Palmeiras: a los 63′ Raphael Veiga ejecutó un tiro libre que pasó muy cerca del travesaño.
Pero el partido no mejoraba. No había aceleración, ni jugadas colectivas, menos que menos gambetas individuales…los dos se veían muy cautelosos, por momentos casi parados en la cancha con un temor excesivo a arriesgar lo mínimo indispensable.
Y llegaron los cambios. A los 72′ Lucas Braga entró por Sandry en Santos. Y enseguida hubo una chance para el “Peixe”. Iban 76′ cuando Pituca pateó de lejos, Weverton rechazó casi arrodillado y el rebote lo tomó Felipe Jonatan por arriba del travesaño.
A los 77′ vino el primer cambio en Palmeiras: Patrick de Paula ingresó en lugar de Ze Rafael. A los 84′ Breno Lopes reemplazó a Menino. Palmeiras empezaba a acomodarse. Y el partido se iba…
Santos apeló a dos modificaciones para ese tramo final. A los 90+2′ W. Tim reemplazó a Felipe Jonatan y Madson ingresó por Kaio Jorge, lesionado.
Todo parecía ir al alargue, pero llegó ese momento final. Ese bendito momento de los 90+8′ de juego. La firmeza de Gustavo Gómez para cortar un avance de cabeza y aguantar la embestida con su cuerpo. El balón dirigido a la derecha. El centro preciso de Rony. El cabezazo perfecto de Breno Lopes, la mirada resignada de John…la explosión del banco de Palmeiras, de sus allegados que pudieron ocupar un sector en las tribunas de un Maracaná inmenso y despoblado como nunca. Los cambios de Abel Ferreira para aguantar: iban ya 101′ y el histórico Felipe Melo reemplazó a Rony y Alan Empereur ingresó en la posición de Raphael Veiga.
Cuca dispuso que Bruno Henrique entrara por Para. Y no hubo mucho más.
Palmeiras se aferró al resultado, celebró la victoria y le gritó al mundo que es el nuevo Campeón de América y ya va por el nuevo objetivo, la Copa Mundial de Clubes de la FIFA-Qatar 2020 que, en estos tiempos tan complicados comenzará en Febrero del 2021, dentro de muy pocos días.
Fue un triunfo merecido. Milan ganó bien, aunque sufrió al final y estuvo cerca de ver comprometida su victoria. Porque los diez minutos de cierre y los cuatro adicionales fueron complicados, un poco por errores propios y otro poco por el optimismo del equipo local, Donnarumma tuvo varios revolcones, algunos acertados y otros fallidos, en los cuales Bologna pudo haber llegado al empate. No hubiera sido lo más justo, por lo que ocurrió en los ochenta minutos previos, pero también hubieran significado un castigo para el equipo de Pioli, que en el segundo tiempo intentó congelar el partido después de adelantarse con dos goles de ventaja.
Milan extrañó a Calhanoglu. Se acomodó con el doble pivot de la media cancha, Kessie y Tonali, mientras Saelemaekers, Leao y Rebic se ubicaban detrás de Zlatan Ibrahimovic para asistir al goleador sueco.
Bologna le propuso un partido abierto, sobre todo en el primer tiempo. Intentó jugar de igual a igual; con las subidas del japonés Tomiyasu por el lateral derecho, el trabajo en el medio de Orsolini, Nicolás Domínguez y Soriano, más la presencia de Barrow en ataque, el local procuraba mostrar sus herramientas.
Hasta que a los 25′ llegó la apertura a la derecha para el ingreso de Leao, la falta del defensor Dijks y el penal para Milan, que ejecutó Ibrahimovic y en línea con la racha adversa que lo persigue, el arquero local Lukasz Skorupski se lo rechazó. Del rebote apareció Rebic y con un tiro cruzado marcó el 0-1 para la visita.
El Milan, cuando se pone en ventaja, se vuelve un equipo difícil de confrontar. Porque sabe mover el balón, esconderlo, manejarlo, darle circulación. Amén del trabajo de los volantes, de los hombres de ataque, tiene salida por la derecha con Calabria y por la izquierda con Theo Hernández, entonces para el rival es complicado sacarle la pelota y poder atacarlo.
Bologna intentó pelearle el partido, pero en el complemento se le hizo aún más complicado cuando Adama Soumaoro despejó el balón con la mano en un centro que recibía Ibrahimovic y el Milan tuvo otro penal a favor a los 55′ que Kessie se encargo de convertir en el 0-2 para la visita con un remate suave y al medio tras observar que el arquero se jugaba a su punta derecha. Cuando quiso volver, era tarde.
Después llegaron los múltiples cambios, que le quitaron un poco de ritmo al partido. Primero actuó Stéfano Pioli. Dos cambios en la visita; a los 61′ R. Krunic entró por A. Rebic y el volante I. Bennacer ingresó para ocupar la posición de S. Tonali; a los 66′ llegaron tres modificaciones en el local: E. Vignato entró en lugar de N. Sansone, M. Svanberg reemplazó al argentino Nicolás Dominguez y A.S. Olsen ingresó en lugar de R. Orsolini.
A los 72′ ingresó Mandzukic por Leao, y allí el Milan se plantó para tener el balón, dormir el partido y tratar de jugar con el reloj.
Pero el equipo perdió movilidad. Tanto Mandzukic como Ibrahimovic son jugadores de mayor tenencia y toque que de movilidad o velocidad, como puede tener el portugués Leao. Entonces la visita cambió dinámica por retención. Y de a poco se empezó a quedar hasta enredarse en un final que lo tuvo apretado.
Bologna buscó alternativas en la segunda ventana de cambios con las dos últimas modificaciones que le quedaban. Iban 78′ cuando el delantero argentino Rodrigo Palacio reemplazó al defensor M. Dijks y el ex Milan A. Poli entró por J. Schouten; y el local fue con la última esperanza.
A los 81′ una excursión ofensiva de Hernández concluyó con la pérdida del balón, el contragolpe final, el pase de Palacio a Olsen, el centro al medio y la llegada de Poli para clavar un golazo al ángulo superior izquierdo de Donnarumma. El partido quedaba 1-2 y con toda la emoción por delante.
Bologna tuvo una clara a los 83′, con un centro pasado del medio a la izquierda, el cabezazo bajo y potente de Soriano y el esfuerzo de Donnarumma para sacarla al corner.
Después llegaron los centros, los revolcones del arquero de Milan, las oportunidades que no pudo profundizar el local y el oficio de Milan para mostrar serenidad en un final que lo encontró con el partido comprometido. Pero se aferró al peso de la camiseta, a la jerarquía de sus jugadores y gritó tres puntos que lo mantienen en lo más alto de la tabla.
La Copa CONMEBOL Libertadores de América 2020 llega a su fina este sábado 30 de enero de 2021. Tras un año larguísimo o muy corto, como se lo quiera ver o se lo haya vivido en tiempos de pandemia y cuarentena diversas en todo el planeta, en esta región el certamen que comenzó con las primeras fases eliminatorias en el mes de enero de 2020 finaliza más de un año después. Pero lo valorable es que finaliza, que termina tal como estaba previsto, con todos los partidos jugados, con el esquema inicial y con todas las fases cumplidas. Aún la del estreno, la de la final única.
Será diferente a todo, porque se jugará sin público. Y ese no es un detalle menor para un deporte que despierta una pasión inigualable en el mundo y donde se refleja con mayor intensidad en esta región de Sudamérica. Es hermoso el espectáculo del fútbol, pero sin la gente en las tribunas, es como una comida sin salsa, sin acompañante. Sin marco. Una película sin sonido. Pero es lo que hay en este mundo en este tiempo. Solo nos queda el partido. Lo que ocurra en el campo de juego. Sin el color externo, pero con todo lo que se genera dentro de la cancha.
“Estamos por terminar un torneo difícil, por el contexto en el que vivimos; pero lo importante es que lo hacemos de la mejor manera y sin modificar nuestro calendario de partidos. Felicito a ambos equipos por llegar hasta aquí y les pido colaboración para que el partido del sábado sea una verdadera fiesta del fútbol”, declaró Frederico Nantes, coordinador principal del juego y director de Competiciones de Clubes de la CONMEBOL en la reunión de coordinación del partido final, celebrada el jueves 28 en el Estadio Maracaná.
En dicha reunión se definieron los uniformes oficiales de los equipos, chalecos distintivos y un repaso general de la cuenta regresiva, además de cuestiones relacionadas con la atención a la prensa y a los controles antidopaje.
Palmeiras viene con un empuje muy grande desde hace unos años. Había sufrido un descenso en 2012, pero muy pronto consiguió el ascenso a la Serie A del Brasileirao. El público acompañó e hizo sentir que nunca más deseaban pasar por esa situación. Por eso hubo una celebración medida; más que un festejo desbordante de alegría, una vez logrado el ascenso con varias fechas de anticipación, los aficionados los aplaudieron pero el mensaje era claro: sólo se cumplió con la obligación de estar donde marca su historia. No fue fácil la permanencia; tras ganar la Serie B en 2013, el año 2014 fue irregular y sólo consiguió librarse de un nuevo descenso en la última fecha del Brasileirao. Luego, empezó a crecer y hoy está en la final de la Copa Libertadores.
El lateral de Santos, Pará, afirmó que “no hay un favorito para este partido; son dos equipos brasileños con mucha historia en el fútbol mundial”. El “Peixe” llega bien entonado por su triunfo ante Boca. No sufrió en la Bombonera y fue contundente en Vila Belmiro, en el Estadio Urbano Caldeira. Allí aplastó al célebre equipo argentino con un contundente 3-0 y reafirmó sus cualidades.
No hay favoritos. Hay una historia muy grande, la del fútbol brasileño, y en su Estadio “Jornalista Mário Filho”, el mítico “Maracaná” tendrá otro capítulo a escribir.