Athletic Club ganó un partidazo e invita al País Vasco a soñar

La Liga española entró en su primer cuarto de desarrollo y ya empieza a perfilar los objetivos y los destinos de los equipos. En lo alto de la tabla, en lo bajo, por el medio. Todo comienza a vislumbrarse. Y en el choque de dos equipos característicos y muy representativos de dos ciudades, más, de dos regiones, a priori se imaginaba lo que buscaban ambos. Uno, el equipo del País Vasco, sueña con meterse en la pelea grande. Por el ingreso a la UEFA Champions League, y porque no, algo más. El otro, el de Vigo, una de las ciudades más características de Galicia, mira de reojo no caer en el fondo.

Entre los dos, armaron un “Partidazo”. Con mayúsculas; de los mejores en lo que va de la Liga. Con un ritme frenético de principio a fin, con emociones, muchos goles, marcadores cambiantes y un suspenso que se mantuvo hasta el final. Athletic Club fue superior en el balance global y se llevó en la agonía los tres puntos, que le permiten meterse en la alta discusión. El equipo de Rafa Benítez jugó con dignidad y tiene mucho para dar en pos de salir del fondo de la tabla.

El local comenzó con Unai Simón; Oscar De Marcos, Dani Vivian, Aitor Paredes e Iñigo Lekue; Mikel Vesga y De Galarreta; Iñaki Williams, Ohian Sancet y Nico Williams; Gorka Guruzeta.

El conjunto de Galicia formó con Vicente Guaita; Kevin Vázquez, Carl Starfelt, Unai Núñez y Manuel Sánchez; Oscar Mingueza, Fran Beltrán, Carlos Dotor y Jonathan Bamba; Iago Aspas y Jorgen Larsen.

Athletic Club tomó la iniciativa y ya a los 2′ avisó con una entrada de Iñaki Williams que cortó Guaita. Muy pronto quedó planteado un partido con el local en el dominio territorial, y la visita que jugaba al contragolpe veloz, conducido por el hábil Iago Aspas. Así, a los 9′, Aspas probó de muy lejos, al ver a Simón adelantado, y su tiro salió desviado.

El local sostenía el control, con sus líneas bien adelantadas. A los 19′, un desborde de Nico Williams siguió con un centro que Guruzeta, de cabeza, ejecutó desviado.

A los 24′ llegó la primera emoción del partido, con un remate bajo y combado de Iago Aspas, que se metió junto al palo derecho de Simón para poner el 0-1 a favor de Celta. El visitante sacaba provecho de su astucia, y despertó la reacción local.

Tuvo una oportunidad el Athletic cuando un cabezazo de Sancet fue atajado por Guaita, a los 32′. Pero pronto tuvo su premio, porque a los 36′, tras un centro de la izquierda, un rebote en la defensa, el balón le quedó a Sancet, quien con un toque suave puso el empate, 1 a 1.

A sea altura ya era un partidazo. Pero aún faltaba lo mejor. Volvió a adelantarse la visita, a los 40′, cuando Jonathan Bamba, tras una serie de rebotes, sacó un disparo fortísimo que se convirtió en el segundo gol de Celta, que se adelantaba 1-2.

Rafa Benítez se paró en l banco y le pidió a su equipo que piense; que iba arriba en el marcador y ya casi acababa el primer tiempo. Y su gesto fue muy claro. Estar juntos, en un equipo corto.

Pero no pudo aguantar el ataque frenético del local. A los 45+1′ Iñaki Williams se fue por izquierda, gambeteó a dos hombres y sacó un tiro que despejó Guaita.

Pero, a los 45+4′, fue Nico Williams el que asistió a Guruzeta, quien marcó para Athletic Club, y el primer tiempo se cerró con la igualdad 2 a 2.

El local aprovechó el envión final del primer período, y arrancó con mucha actitud el complemento. Y enseguida dio vuelta el marcador, con un gol Guruzeta, a los 56′, que puso al Athletic arriba por 3-2.

Un tanto de Larsen, que el VAR con acierto invalidó, a los 62′, fue un llamado de atención al local. Y ese ruido se hizo presente enseguida, cuando a los 65′ Iago Aspas asistió muy bien a Larsen, para que este colocara, con un remate suave el empate para la visita. El encuentro, ahora se puso 3-3.

Entre tanto frenesí, los entrenadores decidieron abrir la primera ventana de variantes. A los 67′ Luca De la Torre entró por Fran Beltrán, en el Celta, mientras que en el equipo de Bilbao Dani García ingresó por Mikel Vesga.

La película seguía con el mismo suspenso y la misma carga emotiva. A los 71′, una infracción en el área local fue advertida por el VAR y Celta contó con un penal a favor. Pero el tiro de Iago Aspas fue desviado por Unai Simón, y el equipo de Vigo no pudo aprovechar esa oportunidad. Aún así, a los 73′, Aspas sacó un remate muy cercano.

Cuando iban 78′, Ernesto Valverde, entrenador del local, decidió hacer el segundo y tercer cambio de su equipo. Alex Berenguer entró por Iñaki Williams, y Raúl Garcia reemplazó a Gorka Guruzeta.

Quería ganar el Athletic, y mantenía la ambición de ataque. A los 82′, Nico Williams sacó un tremendo tiro que salió apenas alto. Luego, a los 83′, Franco Cervi entró por Jonathan Bamba, en el equipo de Benítez, en tanto Unai Gómez ingresó en lugar de Sancet, en el conjunto vasco. Y a los 87′. Anastasios Douvikas reemplazó a Jorgen Larsen, en el tercer cambio de Celta de Vigo.

Insistía el local, y a los 90+1′ un tiro de Dani García fue sacado por Guaita. Después llegó una falta de Núñez que ni el árbitro ni el VAR consideraron, hasta que a los 90+6′ una mano de Oscar Mingueza, dentro del área visitante, le dio un penal, en el cierre al local.

Se hizo cargo Alex Berenguer, y a los 90+7′ marcó el 4-3 definitivo para el Athletic Club de Bilbao. Así ganó un partido tremendo, dramático, emotivo. Trepó en la tabla y le mostró al País Vasco que se puede soñar.

Hernán O’Donnell