Habían pasado algunos minutos del final del último partido del seleccionado nacional de fútbol; la victoria en los ’90 ante Brasil por 2 a 1 concluyó en la caída por penales cuando hubo que resolver quien se quedaba con la Copa, ya que el partido de ida en Goiás había favorecido a Brasil por el mismo marcador.
En la inmensidad del salón contiguo al vestuario local de la Bombonera, Alejandro Sabella trazaba una síntesis de lo sucedido:
“Este ha sido un año excelente, desde el punto de vista de los números. En cuanto al rendimiento colectivo e individual estoy muy satisfecho. Los resultados que obtuvimos fueron producto de ese trabajo y compromiso”.
“Fue un año muy positivo, con buenos resultados y rendimientos altos, que permitieron llegar a esos resultados”, resumió.
Argentina había dado pasos muy importantes en el año; el triunfo en Suiza en el arranque, la victoria ante Ecuador, en el Monumental de Buenos Aires le permitió ganar confianza; enseguida, venció a Brasil en Estados Unidos, con una actuación deslumbrante de Leo Messi.
El equipo ya lucía afirmado. Y todo lo que dejó el triunfo en el clásico se consolidó con la seguidilla por eliminatorias: gran triunfo ante Paraguay en Córdoba, ante Uruguay en Mendoza y en Chile, para cerrar el año con tranquilidad.
Quedó, por último, el empate desabrido ante Arabia Saudita y la victoria/derrota con Brasil en la Bombonera.
La Argentina dio muchas señales en este 2012; la más importante, la consagración de la Primera Estrella Mundial: Leo Messi. Acompañado por gigantes: Gonzalo Higuaín, Sergio Agüero, Angel Di María, Fernando Gago, Sergio Romero…
El equipo creció mucho; tiene cosas para corregir, claro está, pero es una seria amenaza para todos. Queda un año de confirmación. Y después, el Mundial…
Hernán O’Donnell