Desde hace muchos años, los europeos lo definieron con exactitud y determinación: Para ellos, la Euro (o la Eurocopa, o la vieja Copa Europea de Naciones) es eso: Un Mundial sin Argentina y Brasil.
Por eso es tan importante; es, casi, como una Copa del Mundo. Asi la valorizan, así la sienten. Cada cuatro años, Europa vibra al ritmo de su “Peqeño Mundial”. Ocurre dos años después y dos antes de cada Copa del Mundo de la FIFA. Y tiene un prestigio enorme. De hecho, cuando España la alzó en 2008 el mundo sintió que aparecía un férreo candidato a llevarse el Mundial que se jugaría en Sudáfrica dos años después. y así ocurrió. Amén de las celebraciones, que fueron tan grandes e intensas como las de la cita ecuménica.
Por eso la fase clasificatoria tiene tanta repercusión. Por eso, cada país vibra con su representativo, en pos de llegar a la cita continental.
Este año la sede será compartida: Polonia y Ucrania. Con el arranque en Varsovia y el cierre en Kiev. Con el resto de las ciudades que se embellecen al ritmo del tiempo, que acerca el comienzo de la fiesta: Gdansk, Varsovia, Poznan, Wroclaw (en Polonia), Donetsk, Kharkov, Kiev y Lviv (en Ucrania).
Una fiesta que está a la vuelta de la esquina.
Mientras se arriba al final de cada temporada, mientras la Champions espera por su ganador, Europa aguarda su cita continental.
Esta es una puerta de entrada; abriremos la casa para participar de la fiesta; cada ventana nos dará la posibilidad de analizar cada grupo. Por eso lo invitamos a seguir la Euro 2012. Junto a nosotros, porque es parte de la fiesta del fútbol
Hernán O’Donnell