Saavedra se ilusiona con el gran comienzo de Platense

Otra victoria de local, otros tres puntos ganados y el sueño, aún incipiente, empieza tomar forma. Platense venció a Sarmiento en su cancha, como lo hizo ante Talleres en la primera fecha, aunque esta vez con mejor juego y menos sufrimiento. Estuvo a un minuto de ganar en Tucumán, y la gente se fue feliz en este domingo que amaneció muy lluvioso y cerró con un sol cálido y auspicioso.

Por eso la alegría del pueblo “Calamar”, que gozó, esta vez, no solo de un buen triunfo, sino de una buena actuación. Platense salió a buscar el partido, con muchos cambios obligados por una gripe que afectó a varios jugadores, amén de otros que tuvieron problemas físicos. Pero el equipo no sintió las variantes; más aún, elevó su producción. Con un esquema de 4-1-4-1, línea de cuatro con Augusto Schott, Ruiz Dìaz, Gaston Suso y Cardozo, la responsabilidad de patrullar el centro del campo recayó en Hernán Lamberti, esta vez sin el auxilio eficaz de Iván Gómez. Por delante se pararon “Nacho” Schor, Nicolás Bertolo, Franco Baldassarra y Horacio Tijanovich, y de centro delantero, Gonzalo Bergessio.

Sarmiento le opuso un 4-4-2. Lucas Acosta en la valla, Gonzalo Bettini, Guanini, Federico Andueza y Lautaro Montoya; Sergio Quiroga, Julián Chicco, Emiliano Méndez y Yair Arismendi; y en el ataque, Julián Brea y Jonatan Torres.

A los 7′ tuvo una chance la visita con un tiro libre de Brea que se fue cerca del palo derecho de Jorge De Olivera, el arquero local. Respondió Platense con un buen tiro de Tijanovich que contuvo Acosta. Luego, a los 18′ probó Emiliano Méndez desde afuera para la visita. Y a los 22′ fue Franco Baldassarra el que avisó desde lejos.

Era mejor Platense, y cerró el primer tiempo con un dominio sostenido, que apretó al equipo de Junín ante su área. A los 31′ armaron una buena jugada, nacida en un tiro libre, Schor y Tijanovich. La cerraron con un centro, el rebote le quedó a Schott y el remate del lateral se fue alto. Bergessio remató cruzado, más tarde, ya a los 37′ de juego.

Israel Damonte, el entrenador de Sarmiento, determinó dos modificaciones para el inicio del segundo tiempo. Gondou entró por Arismendi, y Castet ingresó en reemplazo de Lautaro Montoya.

Pero Platense ya había leído el partido y lo había interpretado. Jugaba por adentro, y entraba en algunos pasillos que se abrían en el esquema visitante. A los 46′ remató Nicolás Bertolo por arriba del travesaño; a los 49′ el propio Bertolo inició una corrida por el andarivel izquierdo interior, Gondou lo corrió de atrás y sin el oficio de un defensor, lo llevó por delante cuando entraba al área. al sentir el contacto, Bertolo se dejó caer y el árbitro sancionó la falta. Leve, pero falta al fin.

El penal lo asumió Gonzalo Bergessio, y a los 51′ puso el 1 a 0 a favor de Platense.

Ahí salió con todo la visita; a los 53′ De Olivera detuvo un buen cabezazo de Andueza. A los 56′ Lisandro López entró en lugar de Chicco, y le dio más dinámica al equipo de Damonte. Mientras, Claudio Spontón, el DT local, decidió sus primeras modificaciones a los 69′ de juego; Schor, lesionado, debió dejarle su lugar a Facundo Russo, en tanto “Tito” Canteros reemplazó a Nicolás Bertolo.

El partido creció, Platense lo controlaba y sarmiento comenzó a arriesgar. A los 73′ probó Lamberti y respondió muy bien Acosta. A los 75′ lo volvió a perder Platense, y a los 75′ también entró Jean Pierre Rosso en lugar de Gonzalo Bettini, y Federico Vismara ingresó por Emiliano Méndez.

Platense aprovechó las ventanas de los cambios para manejar los tiempos del partido. A los 81′ Mauro Bogado ingresó por Franco Baldassarra, y cuando iban 85′ Federico González entró en lugar de Horacio Tijanovich, en tanto que Rodrigo Contreras ingresó por Gonzalo Bergessio.

El final encontró a sarmiento jugado y a Platense listo para resolver de contragolpe. Y tuvos varias el “Calamar”. A los 87′ Facundo Russo armó una buena contra y su disparo fue sacado por Acosta.

Cuando el telón bajaba, a los 90+3′, Contreras inició un contragolpe, abrió a la derecha para Russo, este se la devolvió con una buena asistencia y Contreras definió bien ante la salida de Lucas Acosta, para marcar el 2 a 0 para Platense.

Fue una victoria clara, como la tarde se despejó al comenzar el partido, para dejar atrás la intensa lluvia, llenarla de rayos de sol y prender la ilusión al barrio de Saavedra.

Hernán O’Donnell

Atlanta puso fútbol y coraje para llevarse lo que merecía

El Campeonato de Primera Nacional “Islas Malvinas” 2022 promete ser largo, duro y apasionante. Competitivo y extenuante. 37 equipos a enfrentarse todos contra todos, en una sola rueda, pero casi tan larga como los viejos torneos de 20 conjuntos a ida y vuelta con lo cual cada participante jugaba 19 encuentros de local, 19 de visita y sumaba 38 en total. Casi la misma cantidad de ahora, pero desarrollados en un solo enfrentamiento. Y con el premio mayor para el que finalice primero, que es el ascenso a la Liga Profesional, mientras que del segundo al decimotercero van a un torneo reducido que también promete ser apasionante y demoledor. La ventaja para el segundo es que ingresa en semifinales, y el tercero lo hace desde cuartos de final. Del cuarto al decimotercero, empiezan los juegos de octavos de final.

Claro que no todo será un jardín de rosas; los dos últimos de la tabla, descienden. Sin promedios, con lo cual el año es crucial y el arranque decisivo para no jugar contra el conocido y temible “fantasma” del descenso.

En eso están los equipos, y Atlanta y Güemes, sueñan con el premio mayor. Por lo menos, con el ascenso. Y en la tarde calurosa de Villa Crespo el local supo revertir un resultado adverso y un partido complicado, bajo un calor intenso que en el campo de juego se sintió mucho más.

Porque Atlanta ganó sobre el final, es verdad. Pero lo mereció. Fue mucho más que su rival en el primer tiempo y también en el segundo, aunque allí la diferencia se achicó un poco. El equipo de Walter Erviti fue el dueño de la tarde y fue justo que se quedara con la victoria.

Porque había sido más en el inicio. Con las líneas bien adelantadas, la salida prolija desde el fondo a través de los laterales, Alejo Dramisino y Augusto Gallo, el manejo de Maxi gonzález en el centro del campo, la conducción de Juan Galeano por derecha y Pérez Godoy por izquierda, y los tres delanteros, el recuperado Julián Marcioni, Klusener y Edilio Cardozo, el equipo se hizo sentir. respaldado por su arquero, Sumavil y los dos centrales, Alan Pérez y Rodrigo Colombo.

Así, a los 10′ llegò a través de Cardozo, pero su centro fue contenido por Joaquín Papaleo, arquero visitante. Güemes presentó una clásica línea de cuatro con Juan Salas, Gabriel Fernández, Pucheta y Gabriel Lazarte. Tres volantes, Tomás Assennato, Luis Jérez y Mario Juárez, a los que se sumaba Marcos Fernández cuando el equipo perdía la pelota para armar una doble línea de cuatro, y Juan Muriel Orlando y Claudio Salto en el ataque.

Pero le costó mucho a la visita hacer pie en el primer período. Atlanta se había adueñado del balón y sumó muchas situaciones para convertir. A los 21′ Klusener giró sobre la media luna y sacó un remate que se fue cerca; a los 25′ fue Edilio Cardozo quien disparó desde lejos y Papaleo sacó a un costado. Más tarde, a los 27′, Cardozo se fue por izquierda, puso el centro atrás y Galeano abrió demasiado el pie, por eso su tiro se perdió por el lateral, cuando era una chance factible. A los 29′ tuvo un remate alto Cardozo y Dramisino llegó a los 36′, pero su disparo salió alto tras una buena jugada colectiva.

Güemes llegó al área rival recién a los 44′ del primer tiempo. Fue en un pelotazo para Claudio Salto, pero Dramisino le ganó la posición, aunque al caer en el área el balón le dio en la mano, en una jugada controvertida.

Y si el primer tiempo había sido atractivo, el complemento se llenó de emociones. a los 15″ de juego Marcioni apuró la salida del medio del rival, cedió a Klusener, y Papaleo sacó su tiro al corner. Aún se acomodaban los espectadores tras el descanso y el partido entraba en ebullición.

Güemes reaccionó y se empezó a acercar al arco local. A los 47′ Salto sacó un remate que pasó cerca del palo derecho de Sumavil; a los 52′ fue Juárez el que disparó y respondió el arquero “Bohemio”. Hasta que llegó el golpe.

Iban 56′ cuando Orlando cabeceó al arco local, Sumavil pudo rechazar pero el rebote le quedó a Tomás Assennato quien, con un tiro cruzado, puso el 0-1 a favor de Güemes.

De pronto, y sin merecerlo, Atlanta se encontraba abajo en el marcador. Entonces Walter Erviti determinó tres modificaciones, a los 62′ de juego: Frabricio Pedrozo entró por Julián Marcioni, Ramón Fernández reemplazó a Cardozo y Franco Perinciolo ingresó por Augusto Gallo. Para colmo, cuando iban a reanudar, a los 65′, Pérez Godoy no pudo continuar y fue reemplazado por Matías Molina.

El local quedó con Molina, Alan Pérez, Rodrigo Colombo y Perinciolo; Maxi González en el centro del campo; más arriba Galeano, Dramisino, Ramón Fernández y Fabricio Pedrozo, y bien de punta, Klusener. A todo o nada, volcó toda la carne en el campo rival.

Pablo Martel, entrenador del conjunto de Santiago del Estero, propuso los primeros dos cambios a los 70′ del partido; Facundo Melivilo por Marcos Fernández y Veliz por Orlando.

Pero el final tenía más emociones guardadas; a los 76′ Gabriel Fernández despejó con la mano y el árbitro sancionó penal y segunda amarilla para el zaguero visitante. Empató Klusener, desde el punto de penal, a los 78′ y el encuentro quedó 1-1, aunque la visita con un hombre de menos.

Por eso Pablo Martel determinó que Olivares ingresara por Claudio Salto, a los 78′, para recomponer la línea de cuatro defensores. Güemes quedó, de esta manera, con un 4-4-1. Pero ya muy retrasado en campo de juego.

La última variante en el equipo “Bohemio” iba a ser a los 80′ cuando Erviti entendió que era el momento de sumar gente en ataque y buscar la victoria ante un rival en inferioridad numérica. Por eso dispuso que Juan Bisanz ingresara por Alejo Dramisino.

Y le dio frutos muy rápido, porque a los 81′ Ramón Fernández cruzó un pelotazo largo y preciso para la entrada de Bisanz, este cedió al medio de cabeza, y Klusener, quien entró como una tromba, puso el 2 a 1 para Atlanta.

El Estadio “Don León Kolbowski” estalló de alegría y de angustia contenida. El “Bohemio” había logrado revertir el marcador.

Martel intentó una reacción y a los 84′ dispuso que Ramón Lentini ingresara por Assennato. Güemes se volcó al ataque. Ya en el descuento tuvo un tiro de esquina a favor y los diez jugadores se metieron en el área a la búsqueda de la igualdad. Incluído el arquero Papaleo. Pero el tiro de esquina fue despejado por la defensa y el “Melli” Juan Bisanz tomó el balón solo en su campo, emprendió una larga corrida con él, cruzó todo el campo y ya dentro del área rival y con el arco despejado remató para convertir el 3 a 1 a favor de Atlanta a los 90+4′ de juego.

Fue el broche de oro para una tarde feliz en Villa Crespo. El equipo supo remontar el marcador, poner fútbol y coraje, y apagar el calor de la tarde con tres tantos que se gozaron como una bebida helada, cuando el campeonato empieza su marcha que promete ser dura, pareja y muy exigente.

Hernán O’Donnell

Argentinos anticipó el primer baile de carnaval

Fue una actuación casi perfecta, con un dominio claro y absoluto desde el inicio del encuentro hasta el final. Fue una producción magnifica la de Argentinos Juniors, que en su casa goleó a Newell’s Old Boys por 3 a 0, en la mejor actuación desde que Gabriel Milito está a cargo del equipo de La Paternal, tal como lo reconoció cuando lo consultamos en la conferencia de prensa posterior al juego. Argentinos Juniors fue muy superior a Newell’s, tuvo la pelota, la supo manejar, presionó con intensidad y mantuvo “pequeñas sociedades” que hicieron al “gran equipo”, tal como alguna vez explicó uno de los tantos secretos que tiene este juego, ese conocedor profundo que es César Luis Menotti.

Y una de las “pequeñas sociedades” la integraron Lucas Villaba y Fausto Vera, para salir limpios desde el fondo, aprovechar los espacios que dejaba el elenco rosarino y jugar con mayoría frente a Pablo Pérez.

Argentinos además se sostenía en la fortaleza que implican Kevin Mac Allister y Miguel Torrén en defensa, la elegancia para conducir de Matías Galarza, las proyecciones de Javier Cabrera y “Lucho” Gómez por las bandas, el talento de Carabajal y la potencia en el ataque de Nicolás Reniero y Gabriel Avalos.

Fue mucho para este tibio Newell’s, que siempre estuvo lejos de la marca y de la recuperación, que no pudo resistir el dominio del local. Y le costó una enormidad llegar a posiciones de ataque, excepto los diez minutos iniciales del segundo tiempo.

Era más el “Bicho” y a los 10′ abrió el marcador con un remate fuerte de Gabriel Avalos junto al palo derecho de Mauricio Arboleda, el arquero de Banfield. Así, Argentinos Juniors se posicionaba 1 a 0 en el marcador.

Insistió el local en el dominio, y a los 16′ fue Gabriel Carabajal el que probó de lejos y el balón pasó muy cerca del poste derecho de Arboleda.

Newell’s no encontraba la pelota, no se acomodaba al partido. Con poca presencia ofensiva, Ramiro Sordo aislado, Nicolás Castro intermitente, sólo algún chispazo de “Panchito” González hubo en el primer período.

A los 29′ Lucas Villalba inició una buena jugada por izquierda y habilitó con precisión a Gómez, quien entró al área con decisión, pero el remate fue al corner. Nicolás Reniero siguió con un buen disparo, cuando iban 32′. Y con un dominio sostenido del local, se cerró la primera parte.

Javier Sanguinetti, entrenador del equipo rosarino, decidió una variante para comenzar el segundo tiempo: Juan Manuel García ingresó en la ubicación de Ramiro Sordo. Newell’s mejoró un poco en ese comienzo; a los 51′ forzó un corner que Cristian Lema estuvo cerca de concretar. Volvió a llegar a los 56′, con un pase de Nicolás Castro del medio a la derecha, la aparición de Garro y el centro que García no pudo conectar y Torrén sacó al corner.

Después, volvió a ser todo de Argentinos Juniors. Volvió a hacerse del balón, y ya Newell’s no se lo pudo sacar. A los 60′ se lesionó Juan Garro y debió ser reemplazado por Justo Giani, en la visita. A los 61′ Gabriel Florentín entró por Gabriel Carabajal, en la primera variante que decidió Gabriel Milito.

Y a los 63′ se empezó a definir el partido cuando Reniero buscó a Matías Galarza, el colombiano Ditta cortó el pase, el balón le llegó a Avalos y este volvió a buscar a Galarza, quien entró libre al área y con un buen remate decretó el 2 a 0 para Argentinos Juniors.

Sanguinettí recurrió a dos variantes más, para intentar modificar el rumbo. A los 64′ J. Cacciabue entró por Pablo Perez y Guillermo Balzi ingresó en lugar de Nicolás Castro.

Pero no pudo influir demasiado, porque ya Argentinos tenía el dominio del partido y la visita lucía sin respuestas. Y enseguida llegó el golpe de gracia. Arrancó Mac Allister por la derecha, abrió para la derecha para Reniero, este lanzó el centro, Kevin recibió el toque sutil de Cabrera, remató al arco y Cristian Lema desvió su tiro. El balón le quedó a Gabriel Avalos que no dudó a la hora de convertir y poner el 3-0 para Argentinos Juniors cuando iban 71′ de juego.

Mateo Coronel ingresó por Reniero a los 72′. Y a los 74′ lo tuvo Avalos, con un gran cabezazo que controló Arboleda. Y a los 78′ llegaron tres variantes para el local; Thiago Nuss entró por Galarza, Mariano Bittolo remplazó a Gabriel Avalos, y Gastón Verón ingresó por Javier Cabrera.

Newell’s tuvo una llegada recién al final, cuando iban 84′ y Balzi remató, Lanzillota tapó y el rebote fue desviado por Torrén al corner. A los 85′ fue otra vez el local quien tuvo una chance más, cuando Coronel cedió a Verón y el disparo fue sacado por Arboleda al córner.

Argentinos había redondeado una tarde excepcional, donde el equipo ganó, goleó y gustó. Fue superior a Newell’s de punta a punta, de principio a fin, generó una enorme ilusión en sus hinchas y se anticipó a los primeros bailes de carnaval que, año tras año, llegan en febrero.

Hernán O’Donnell

Cuando la noche se hacía oscura, Gonzalo Bergessio encendió la luz

Habrá que empezar por el final; por el último minuto del partido, cuando todo parecía concluir con híbrido 0 a 0 entre Platense y Talleres, en una noche que tuvo más oscuros que claros y donde el equipo cordobés mostró algunas variantes más que el local, y dentro de la paridad, hizo algo más. Sin embargo, el fútbol está lleno de sorpresas y de incertidumbre, que muchas veces al final tuercen la balanza para el lado menos esperado. Eso fue lo que sucedió en ese momento, cuando ya iban 90+3′ de juego y Nacho Schor se fue por derecha, enganchó hacia adentro, sacó el centro al corazón del área y Gonzalo Bergessio se metió como una tromba para conectar de cabeza y vencer la resistencia de Guido Herrera, el arquero visitante, y sellar el 1 a 0 para Platense, que ya, con pocos segundos de juego por delante, no habría de modificarse.

Era el cierre impensado de un partido que se le había hecho muy complicado al “Calamar”. porque Talleres había tenido más el balón, había sido más protagonista y manejó los movimientos en el inicio del encuentro. Fueron unos veinte minutos donde el conjunto de Angel Guillermo Hoyos tuvo la iniciativa, aunque no generó llegadas profundas. A los 24′ ganó un balón Enzo Díaz, habilitó a Girotti, y De Olivera, el arquero local, supo salir rápido y cortar el avance. A los 28′ volvió a llegar la visita a través de una buena maniobra de Díaz. Talleres mostraba sus cartas.

Platense se acomodó un poco más al final del primer tiempo. Con una clásica línea de cuatro, Schott, Ruiz Díaz, Suso e Infante, doble volante central con Iván Gómez y Hernán Lamberti, más adelante Tijanovich, Delgadillo y Brian Mansilla, con “Lavandina” Bergessio como referncia de ataque, a los 33′ avisó ccon un remate cruzado de Iván Gómez.

Talleres buscaba salir por los laterales, Matías Catalán y Enzo Díaz. Méndez, de buen primer tiempo, y Fernando Juárez para contener, Matías Esquivel, Garro y Héctor Fértoli para apoyar a Federico Girotti en el centro de la delantera.

Platense atacó a los 41′ con un centro de Tijanovich que Bergessio cabeceó alto, y Talleres respondió con un disparo de Girotti, que pasó muy cerca del poste izquierdo del arco local.

En el complemento, el trámite fue parecido. Insinuó más la visita, pero sin peso ofensivo. Y de a poco, el partido se oscureció. Intentaron los entrenadores con algunas modificaciones. Primero fue Claudio Spontón, el técnico local, quien a los 54′ hizo dos variantes: Nicolás Bertolo entró por Brian Mansilla, y Schor reemplazó a Nicolás Delgadillo.

Talleres tuvo su primer cambio a los 67′, cuando Juan Carlos Esquivel entró a jugar bien abierto en la banda derecha, en reemplazo de Matías Esquivel. Y tuvo, el ingresado, una oportunidad clara a los 71′, cuando le llegó el balón y, tras acomodarse, sacó un disparo que se fue alto.

A los 75′ Franz González entró en lugar de Horacio Tijanovich. Pero no cambiaba el rumbo, el partido se jugaba en la mitad de la cancha. Platense ya era un 4-1-4-1, con Lamberti como único volante medio y Gómez sumado a la línea de Schor, González y Bertolo. Luego, a los 85′ Baldassarra reemplazó a Gómez, pero el esquema se sostuvo.

También a los 85′ Andrade debió reemplazar a Gastón Suso, con alguna molestia. Y en la visita, Francisco Alvarez entró por Rafael Pérez, cuando iban 87′ de juego.

En ese final llegaron las emociones. Primero, con un disparo de Schor que Herrera sacó al corner, a los 88′. Parecía que iba a haber algo. A los 88′ Angelo Martino ingresó en lugar del “Rayo” Fértoli, en el equipo cordobés.

Y cuando la noche le ganaba al juego, apareció Schor por derecha, el centro, el cabezazo de Bergessio y las luces de Vicente López de pronto se encendieron para iluminar una ilusión.

Hernán O’Donnell

Super Bowl LVI: Cincinnati Bengals va por la gloria con Joe Burrow, el joven estrella que no quería ser quarterback

Cincinnati buscará su primer Super Bowl de la mano de Joe Burrow. Crédito: Twitter @Bengals

Tuvieron que pasar 33 años para que la ciudad de Cincinnati vuelva a ilusionarse con alcanzar, por primera vez, la gloria máxima en la NFL. El domingo 13 de Febrero de 2022, en Los Ángeles, los Bengals harán su primera aparición en un Super Bowl desde 1988. Se enfrentarán ante los Rams en su casa, el SoFi Stadium, en un evento que incluirá un concierto plagado de estrellas en el entretiempo.

Un escenario que ni el más optimista podría haber imaginado meses atrás, aún cuando los Bengals tenían un inicio de temporada prometedor. De hecho, el propio quarterback del equipo, Joe Burrow, admite que no esperaba llegar tan lejos antes de que comience la campaña: “Creo que si me hubieras dicho antes de que iniciara la temporada que llegaríamos al Super Bowl, probablemente hubiera dicho que estás loco. Después, jugamos toda la temporada y nada me sorprende”.

La temporada 2021 significó un giro rotundo para la franquicia de Ohio. De ser últimos en su división, la AFC Norte, por tercer año consecutivo en 2020, pasaron a ser los ganadores, por encima de los Pittsburgh Steelers, Cleveland Browns y Baltimore Ravens. A partir de ahí, gestaron el camino hacia el Super Bowl LVI, al que accedieron tras una épica remontada ante los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes en la final de la Conferencia Americana.

La transformación de los Bengals, que dejaron atrás su mote de equipo débil para convertirse en uno de los más respetados de la liga en tan sólo un año, tiene mucho que ver con la llegada de Burrow. Tras una decepcionante temporada en 2019, en la que terminaron con récord de 2-14, los Bengals se aseguraron la primera selección del Draft del año siguiente por ser el equipo con la peor marca. Y no dudaron al momento de elegir a quien venía de tener un año fantástico en el fútbol americano universitario.

El fútbol americano, en los genes de los Burrow

Nacido un 10 de diciembre de 1996 en Ames, Iowa, la vida de Joe Burrow estaba ligada al deporte ni bien llegó al mundo. Su padre, Jim, jugó fútbol americano universitario en Nebraska (al igual que los hermanos mayores de Joe, Jamie y Dan) y tuvo una larga trayectoria en los roles de entrenador asistente (Iowa State y Nebraska) y coordinador defensivo (North Dakota State y Ohio University).

Sin embargo, Burrow no quería ser quarterback al principio: “Quería ser corredor o receptor, no sé por qué. Supongo que pensaba que en el fútbol americano infantil no lanzarían mucho el balón, así que quería tenerlo en mi mano. Obviamente, me alegro de que haya funcionado. Esta es mi carrera, no sé si podría haber sido receptor en la NFL, pero puedo jugar de quarterback bastante bien.” El tiempo le dio la razón a su entrenador de la infancia, que lo formó en esa posición. Mientras su padre trabajaba en la universidad de Ohio, Burrow asistía a la secundaria en Athens. Allí, se destacó tanto en fútbol americano y básquetbol, aunque luego optaría por el primero.

Como quarterback de los Bulldogs, Burrow condujo a la escuela a los playoffs en tres años consecutivos antes de dar el salto a la universidad. Su excelente estadía en Athens (11400 yardas aéreas y 157 touchdowns) culminó con un gran 2014 que le valió el Mr. Football Award, un premio al mejor jugador de fútbol americano de escuela secundaria en Ohio. Cuatro años después, el estadio de la escuela fue renombrado en honor a Burrow.

El estadio de fútbol americano de Athens High School fue renombrado en honor a Burrow. Crédito: Twitter @ACSD_Athletics

La irrupción a la escena nacional

Su explosión en el fútbol americano universitario tardó en llegar. Luego de tres temporadas en Ohio State (aunque en la primera no jugó para adaptarse y estirar su período de elegibilidad), donde sólo jugó 10 partidos y se graduó en servicios financieros para el consumidor y la familia, Burrow se cambió a Louisiana State University (LSU) en 2018 y a partir de allí escribiría otra historia. Fue nombrado quarterback titular en su primera temporada, en la que completó casi 3000 yardas con 16 touchdowns y cinco intercepciones. Y el año siguiente fue aún mejor.

El 2019 de Burrow es considerado como la mejor temporada de un quarterback en la historia del fútbol americano universitario. Ese año, Joe condujo a los Tigers de LSU a la consagración en el campeonato nacional tras una temporada regular invicta (15-0) y, además, ganó el Trofeo Heisman (otorgado al mejor jugador de fútbol americano universitario del año) con un récord de casi 2000 votos de diferencia sobre Jalen Hurts, hoy quarterback de Philadelphia Eagles.

Joe Burrow con el trofeo de MVP de la final del Campeonato Nacional de fútbol americano universitario en 2019. Crédito: Twitter @LSUFootball

Con 5671 yardas, 60 touchdowns y seis intercepciones en aquella temporada, Burrow se despidió del deporte universitario acumulando un registro total de 8852 yardas, 78 touchdowns y once intercepciones. Ya estaba listo para dar el paso a la NFL y sería sin lugar a dudas el jugador a elegir por los Bengals, que contaban con la primera posición del Draft.

La primera selección suele generar la esperanza de que el destino de un equipo puede cambiar, pero muchas veces las expectativas no son cumplidas o hace falta algo más que un jugador para lograr modificaciones. En su año de novato, parecía que Burrow tendría una misión imposible en tratar de revertir la suerte de Cincinnati.

Una revolución en Cincinnati

Fue nombrado titular ni bien se sumó a los Bengals, pero las debilidades de la línea ofensiva y la carencia de talento en otras posiciones dejaron al recién llegado un tanto solo. Ya en la segunda semana frente a los Browns, en la que firmó 316 yardas y tres touchdowns, se reflejaba la falta de ayuda que Burrow recibía, ya que el equipo no pudo aprovechar su gran actuación y perdió 35-30. Aunque logró su primera victoria dos semanas después, al equipo le costó levantar cabeza y la NFL le terminaría proporcionando una dura bienvenida al joven quarterback: en la semana 11 frente a Washington, una lesión de gravedad en su rodilla izquierda le impidió a Burrow terminar la temporada. Los Bengals terminaron el 2020 con un pobre récord de 4-11-1. Era esperable que Cincinnati tardara un tiempo en fortalecerse, aún con el prometedor quarterback en sus filas. Pocos imaginaban que el salto llegaría en la próxima temporada.

Con la quinta selección del Draft 2021, los Bengals seleccionaron al talentoso receptor Ja’Marr Chase, quien además de asomar como uno de los jóvenes más prometedores de su camada, ya se conocía muy bien con Burrow de sus años en LSU.

El reencuentro de Joe Burrow y Ja’Marr Chase dio resultado en Cincinnati. Crédito: NFL.com

El quarterback encontró en él al socio que le faltaba en el campo de juego: con 81 recepciones, Chase aportó 1455 yardas (récord de la NFL para un rookie y la mejor marca en la historia de la franquicia) y 13 touchdowns. Teniendo en cuenta su química en los años universitarios (conectaron 621 de 906 pases para lograr 8565 yardas, 76 touchdowns y 11 intercepciones en dos temporadas juntos en LSU), podía anticiparse que este dúo funcionaría muy bien. Solo que nadie sabía que lo lograrían tan rápido.

Sin embargo, no fue solo la llegada de Chase lo que potenció a Burrow. Aunque los problemas de la línea ofensiva persistieron, ya que Burrow recibió 51 sacks en la temporada regular y otros 12 en los playoffs, los cambios en la defensa potenciaron al equipo: agunas de las caras nuevas fueron BJ Hill, Larry Ogunjobi y Trey Hendrickson (quien firmó libre y registró 14 sacks).

Una decisión clave fue la selección del pateador Evan McPherson en la quinta ronda del draft. Aunque muchos lo subestimaron, el tiempo le dio la razón a los Bengals. McPherson completó el 84.4% de las anotaciones de campo en la temporada regular y desempeñó un papel protagónico en el camino hacia el Super Bowl: convirtió las 12 anotaciones de campo que pateó en postemporada, incluidas las que le dieron la victoria a Cincinnati frente a Tennessee Titans y ante los Chiefs.

Desde luego, poco hubiera importado todo esto sin Joe Burrow. No solo se recuperó al 100% para el comienzo de la temporada, sino que volvió mejor todavía. Los Bengals empezaron con el pie derecho y, aunque tuvieron algunos altibajos en cuanto a resultados, su triunfo en la semana 16 ante los Ravens confirmó que tendrían una temporada ganadora por primera vez en seis años. Aquel día, Burrow se llevó todas las miradas al registrar 525 yardas (récord personal y de la franquicia) y cuatro touchdowns. La semana siguiente, Joey repitió una actuación estelar en el triunfo 34-31 frente a los Chiefs al lanzar 446 yardas y cuatro touchdowns para asegurarle a los Bengals el primer lugar en su división.
De esa manera, Burrow cerró la temporada regular con 4611 yardas y 34 touchdowns, lo que supuso un récord en la historia de los Bengals.

Semejante nivel significó también un aviso de cara a los playoffs. Burrow continuó haciendo historia en Cincinnati ni bien empezó la postemporada: el triunfo ante Las Vegas Raiders en la ronda de comodines terminó una sequía de 31 años sin victorias para los Bengals en los playoffs. El éxito en Tennessee en la ronda siguiente significó la primera vez que Cincinnati ganó como visitante en unos playoffs. En la final de conferencia, Burrow y compañía revirtieron un duro comienzo para remontar un 21-3 en contra, forzar el tiempo extra y ganar el juego a través de McPherson.

Por si había alguna duda, Burrow demostró que fue una acertada primera selección. Tan solo en su segundo año en la liga, logró lo que los Bengals tanto esperaron por más de tres décadas e ilusiona a Cincinnati con entregarle el esquivo trofeo Vince Lombardi. La franquicia había llegado al Super Bowl dos veces en su historia, en 1981 y 1988, pero cayó en ambas ocasiones ante los San Francisco 49ers.

Con su triunfo en la final de Conferencia Nacional, Los Angeles Rams evitaron una tercera final entre los Bengals y su verdugo. Aunque Matthew Stafford y compañía presentan un reto difícil, además de que jugarán en casa, nadie podrá quitarle la esperanza a Cincinnati, independientemente del resultado. Ya han sido muchos los años de pesimismo y frustración. Ahora es tiempo de creer, porque empieza un nuevo capítulo en su historia. Y quien mejor que Joe Burrow para ser quien lo escriba.

Martín O’Donnell

Excursionistas e Italiano mostraron algunas virtudes y un margen para mejorar

Excursionistas renovó casi todo el equipo y en ese cambio de figuritas aún debe afinar la máquina, pulir detalles, encontrar el juego y tal vez, la formación titular. es un plantel que se ha modificado con respecto al anterior. Se ha ido sus mejores figuras, con el “Colorado” Iván Müller a la cabeza que se marchó a la segunda división de Grecia. Hombres importantes como Miguel López y Leandro Montemarani. También el experimentado arquero Carlos Kletnicki, o el lateral izquierdo Matías Alaníz. Futbolistas útiles como Nahuel Arias o Ricardo Segundo también dejaron la institución, y el emblemático Patrico Roldán se retiró. Por lo tanto, se armó casi un equipo nuevo, que tuvo su estreno ante el siempre muy complicado Sportivo Italiano.

Al minuto llegó la visita, con una aparición por derecha y una doble tapada de Hugo Acevedo, el arquero local. El equipo de Della Picca se paró con una clásica línea de cuatro, sostenida por la experiencia de Nicolás Pizarro; En el medio Cabrera por derecha, Sosa en el medio, a su lado Marcelo Scatolaro y Lucas Vera Piris. Adelante, Alejandro Noriega y Valentín Robaldo.

El local se plantó con una línea de cuatro respaldada por el capitán Diego Molina, en el medio Franco Quiroz trabajó con voz de mando, por derecha Leonel Barrios, cerca del medio Franco Benítez, por izquierda Leandro Rodríguez y en el ataque Claudio Galeano y Alberto Benítez.

Se repartían el dominio, hasta que llegó el golpe del local. Iban 24′ cuando Juli Canosa lanzó un centro al área, la bajó Barrios y Benítez sacó un remate muy potente que se transformó en el 1 a 0 para Excursionistas.

Con el marcador en contra, Italiano se soltó un poco más. Buscó a partir del manejo claro de Cabrera por derecha, de Sosa en el medio, y el juego aéreo de Alejandro Noriega, en el que sobresalió el centro delantero visitante. Ganó una y otra pelota que le tiraron. Forzó la visita, hasta que tuvo su premio. Tiro libre a los 37′ que ejecutó Robaldo y con una buena comba, la puso junto al palo derecho de Acevedo para sellar el 1 a 1.

Y sobre el final pudo ampliar, la visita cuando un pelotazo largo fue captado por Cabrera por derecha, le ganó la espalda a Canosa y se fue mano mano contra Acevedo, pero su disparo fue rechazado por el arquero local que salvó la caída de su valla.

En el segundo tiempo levantó Excursionistas. Se paró unos metros más adelante y tuvo un poco más el balón, aunque le costaba armar juego. Después llegaron las ventanas de los cambios. A los 63′, el primero en la visita: Matías Martínez reemplazó a Vera Piris. Enseguida, a los 65′, hubo dos variantes en el “Villero”; Matías Morales reemplazó a Leandro Rodríguez, y Emanuel Grespán ingresó por Alberto Benítez.

Italiano volvió a tener una chance de tiro libre; fue a los 69′ y otra vez en los pies de Robaldo, pero el vuelo de Acevedo desvió el disparo.

A los 74′ se fue golpeado Valentín Robaldo y lo reemplazó Lucas Vicó, en Italiano.

Excursionistas mejoró con el ingreso de Morales, hábil y rápido en el sector izquierdo, y a los 77′ enganchó hacia adentro y sacó un tiro alto, en una buena posibilidad para el local. A los 78′ Jorge González reemplazó a Galeano en el local, y fue muy productiva y esperanzadora su tarea. González puso voluntad, mucho ímpetu y una búsqueda permanente de jugadas ofensivas.

Empezó a empujar más Excursionistas y tuvo un par de corners a favor, como para torcer el resultado, pero la defensa “Azurra” se mostró segura. A los 85′ Félix Orode entró en reemplazo de Barrios, en “Excursio”, y a los 86′ Mauro Scatularo ingresó por Alexis Cabrera, en el equipo visitante.

La última fue para el local. A los 89′ tuvo un tiro libre que ejecutó Franco Benítez, el arquero visitante Bruno Centeno dio un rebote corto y el lateral Pansardi la sacó al corner.

Había sido la última para el local, que tuvo un partido de menor a mayor, que levantó con los ingresos de Morales, González y Orode, y que tiene margen para trabajar y crecer, igual que su visita, Sportivo Italiano, que mostró destellos de un equipo para tener en cuenta.

Hernán O’Donnell

El orden de Arsenal, las ganas de Central, y un empate lógico en una tarde tormentosa

La inmensa lluvia caída dos horas antes del inicio del juego, le puso un signo de interrogación a lo que podía ser el partido entre Arsenal y Rosario Central, por la primera fecha de la Zona “2” de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol. Un interrogante por como se desarrollaría el juego, como se adaptarían los futbolistas, como sería la propuesta inaugural de Leonardo Carol Madelón en su debut como entrenador del conjunto de Sarandí, que sugeriría el renovado Central de Cristian Alberto González. Todo se develaría en un escenario no habitual para un viernes de Febrero.

Y resultó muy lindo el partido. Central intentó tomar la iniciativa, con una línea de cuatro clásica en defensa, con Damián Martínez, Almada, Báez y Lautaro Blanco; tres volantes, Walter Montoya, Tanlogo, Infantino en la zona media, con Vecchio suelto, por momentos de enlace, en otros más volcado al costado izquierdo. Y dos delanteros, Lucas Gamba y Marco Ruben. Así, a los 5′ avisó con un remate lejano de Montoya, que se fue apenas alto.

Sin embargo, el local iba a abrir el marcador. Iban 10′ de juego y Brochero se lanzó por derecha, sacó un centro pasado, Ibáñez cabeceó hacia adentro y Sebastián Lomónaco con otro cabezazo dentro del área puso el 1 a 0 para Arsenal.

El equipo de Madelón sacaba ventaja en función del orden y la prolijidad de su juego. Axel Werner en el arco, Chimino, Gariglio, Goñi y Lucas Suárez en defensa, Dardo Miloc como volante central, adelante de él el dúctil Lionel Picco, a sus costado derecho Brochero, Antilef e Ibáñez por izquierda. Y como centro atacante, Lomónaco. Por momentos era un 4-1-4-1, por momentos, 4-1-3-2, Arsenal se mostraba versátil y ordenado.

Volvió a llegar Arsenal a los 20′, con un pase de Chimino a Lomónaco y el remate que contuvo el arquero Gaspar Servio. A los 28′ tuvo una posibilidad Central con una llegada de Ruben, pero Werner supo controlar. Y enseguida llegó el empate. Central empujaba, obligado por las circunstancias y a los 32′ un tiro libre ejecutado con mucha clase por Vecchio, fue conectado de cabeza por Marco Ruben para poner la igualdad en el marcador: 1-1.

El final del primer tiempo trajo nuevas emociones. Lo tuvo la visita, a los 43′ con un remate de Ruben de emboquillada y al ángulo, que se fue apenas alto. Y respondió el local un tiro libre que cabeceó Lucas Suárez, y Servio cortó la posibilidad.

En el complemento, el desarrollo fue similar. Arsenal tuvo una llegada a los 62′ con un tiro libre que Goñi conectó apurado y Servio supo controlar. El encuentro se hizo parejo, dividido y con dominios alternados. Además, llegaron los cambios y toda la dinámica que se modifica con las variantes.

A los 68′ Leonardo Madelón determinó las dos primeras variantes de su equipo; Alexander Díaz ingresó por Sebastián Lomónaco y Facundo Kruspzky reemplazó a Antilef. Respondió central con una modificación; a los 73′ Buonanotte remplazó a Gino Infantino.

Central tuvo una oportunidad a los 75′, de hecho Marco Ruben conquistó la valla local, pero la jugada no fue convalidada por off side de Gamba.

El juego se hizo cortado a partir de las variantes; a los 84′ el uruguayo Machado entró por Picco y el colombiano Edwin Torres ingresó en lugar de Brochero, en el conjunto de Sarandí. En el equipo rosarino Milton Caraglio ocupó el lugar de Lucas Gamba, y Kevin Ortíz ingresó en reemplazo de Mateo Tanlongo.

Central tuvo la última a los 90+1′ con un disparo de Báez que pasó cerca. Y no hubo tiempo para mucho más. Entre el orden del local y el juego más aventurado de la visita, Arsenal y Central firmaron el empate en la tarde lluviosa de Sarandí.

Hernán O’Donnell

Schwartzman tuvo un rival difícil pero supo abrirse paso

“Fue increíble, porque jugué muy bien la mayoría de los puntos, pero al momento de la definición, la tiraba a cualquier lado”, así, sin palabras complicadas ni análisis estrafalarios, Diego Schwartzman trazó una síntesis de lo duro que fue el triunfo de anoche, en el cierre de una jornada de jueves muy larga y calurosa, en la que se definieron los jugadores que accedieron a los cuartos de final del ATP 250 Argentina Open 2022.

Debió definir los dos sets en el tie braek, ante el duro español Jaume Munar, para cerrar con un 7-6 (7-2) y 7-6 (7-4), en casi dos horas y media de juego. Nada fácil, porque el rival fue constante, duro y certero.

“Jugué contra un rival muy inteligente a la hora de leer los momentos del partido, sin embargo creo que en los momentos decisivos, en los puntos clave, ahí jugué mejor”, señaló más relajado en la conferencia de prensa posterior al extenuante partido.

Y era cierto, porque en el primer set no pudo cerrarlo. Munar se había mostrado sólido y capaz de devolver todo lo que Schwartzman le tiraba, pero falló a la hora de definirlo y en el tie break el local fue más consistente, más seguro y obtuvo una amplia ventaja.

“Hubo momentos en que yo sentía que terminaba el punto, y sin embargo me traía una más. Pero en los decisivos, creo que estuve bien. Saqué adelante momentos complicados y estoy feliz”, resumió ese momento el “Peque”.

En el segundo set, la tónica fue similar, aunque esta vez fue el “Peque” quien tuvo una ventaja porque contó con la posibilidad de cerrarlo antes de llegar al desempate. Estuvo adelante 5-4 y contó con dos match points, primero en un 30-40, y luego con una ventaja. Pero fueron esos puntos en los que el español devolvió todo, le entraron todas las bolas y al final resolvía algo impensado para el local, a pesar de que este había jugado muy bien los puntos.

“En el tie break del segundo jugué, creo, los mejores seis puntos seguidos de mi vida, si no lo fueron, pega en el palo. Después erré algunas definiciones, pero estaba muy bien de la cabeza y con una devolución lo pude terminar”, analizó Schwartzman.

Ahora viene un partido difícil, ante Francisco Cerúndolo. “El torneo tiene grandes partidos y creo que la gente lo disfruta. Yo también. Va a ser muy complicado, voy a tener que jugar con mucha inteligencia”, respondió.

Ahora es Cerúndolo, que viene de una larga y exitosa semana de triunfos desde la qualy, para meter un semifinalista argentino en el torneo. Otro encuentro que promete ser vibrante.

Hernán O’Donnell

Federico Coria, y el sueño de jugar en Buenos Aires

Tremendo inicio de la segunda ronda, con un miércoles intenso y una apertura de la jornada con un partido que mucho prometía: Dusan Lajovic, que venia de eliminar a Benoit Paire, y Federico Coria, vencedor de Pablo Cuevas.

Y salió un match tremendo, con un primer set muy duro y cambiante. Arrancó el serbio 3-0 arriba, luego Coria achicó a 2-3, avanzó Lajovic a 5-2 y la templanza y la fe de Federico lo llevaron a estar 4-5 con su saque y 40-0 a favor.

Sin embargo, no pudo resolver la situación y se le fue la manga por 6-4.

Sin saber ni imaginar lo que vendría, el segundo set tomo un perfil favorable a Lajovic, quien con un juego sólido, eficaz y potente, dominó hasta ponerse 5-3 arriba en el marcador, con su servicio.

“Fue el momento más difícil del partido”, nos respondió más tarde, en la conferencia de prensa, cuando lo consultamos por esa situación, en la que incluso protestó de manera airada una pelota a favor de su adversario, ”pero decidí serenarme, disfrutar del juego, del partido, y sentir que si era el último game, disfrutarlo. No quería irme de la cancha, me gusta jugar acá, así que me relajé, pude sacar mi mejor tenis y revertir el partido”.

Allí se produjo el quiebre del encuentro. Federico se metió en el partido, se olvidó de las discusiones y los reclamos, jugó punto por punto. Quebró para salvar la caída, y quedó 4-5, con su saque. Lo mantuvo, 5-5, para luego llevar al 7-5 y forzar el tercer y definitivo set.

Tras ese remolino de tenis, pasión y ganas, los primeros games fueron parejos hasta que Coria se adelantó primero 3-1, luego por 4-2, y tomó el control definitivo del juego. Había remontado en el segundo set con cuatro juegos casi perfectos y en el tercero tuvo una alta eficacia con el saque, sobre todo con el segundo servicio. desde allí dominó a un Lajovic que había estado cerca de la victoria, pero que lució cansado y errático sobre el final del set decisivo.

Lajovic conservó su saque y se acercó a 3-4; Federico sostuvo el suyo y se adelantó, 5-3. Lajovic, con esfuerzo, se adelantó 40-30 y un passing de Coria quedó en la red. 4-5; o si prefiere, 5-4 porque a Federico le quedaba el servicio para definir.

Y no falló. Se apoyó en el brazo suelto y en esas ganas locas de ganar, por eso celebró con una caída sobre el célebre court, se llenó la espalda de polvo de ladrillo y sonrió como nunca por una victoria enorme, en un partido muy complicado, pero que lo sorteó con jerarquía y le permite seguir en el torneo que más le gusta, por el que eligió ser tenista.

Hernán O’Donnell

Buenos Aires se llenó de emoción con la última presentación de Juan Martín Del Potro

Tal vez no haya sido el último partido oficial de Juan Martín Del Potro; tal vez haya una presentación en el Torneo de Río de Janeiro ya llí habría que ver hasta donde llega. Pero para la gente, para su gente, aquella que vibró con su carrera, que siguió sus partidos del primero al último, que vibró con las conquistas de cada uno de sus torneos, que enloqueció con el US Open y se emocionó hasta el infinito con la Copa Davis; la gente que lo apoyó y lo acompañó en cada interrupción que tuvo su carrera, en cada momento difícil y en los largos períodos de recuperación. La gente que lo llevó al pedestal sublime de los ídolos y que la noche del Martes 8 de Febrero de 2022 colmó el Buenos Aires Lawn Tennis Club para darle el último adiós a su carrera profesional.

El partido casi fue una anécdota. Federico Delbonis, rival y amigo en esta noche especial, dominó desde el principio. Si bien Juan Martín se llevó el primer juego, luego se soltó el brazo del hombre de Azul. y tras el 0-1 inicial, Delbonis fue protagonista exclusivo a partir de las dificultades físicas de Juan Martín para desplazarse y sostener el ritmo del partido. Entonces se llevó la primera manga por 6-1.

Con el apoyo del público, con un aliento constante que bajaba de las tribunas, Juan Martín se hizo fuerte con su servicio y se adelantó en el marcador. Delbonis defendió el suyo y así el set se desarrolló en una cierta paridad hasta llegar al 3-3. Ahí se produjo el quiebre, tras un game largo y parejo en el que ambos tuvieron sus chances pero fueron más las de Delbonis. Por eso logró quebrar para adelantarse 4-3, sostuvo su saque y se puso 5-3.

El clima creció en intensidad emotiva, y Del Potro, al momento de iniciar su saque, se quebró. “Vamos Juan Martín, el último esfuerzo”. Tal vez haya sido ese grito anónimo de la tribuna que le tocó la fibra más íntima, que le llegó a lo más hondo y lo inundó de emoción. No pudo sacar. Debió apoyarse en la toalla, secar las lágrimas, tomar aire e ir, después de una pausa imprescindible, a buscar el último milagro.

No pudo ser. Enfrente había un amigo, pero también un rival con otro presente que, por los puntos y tal como lo indica el manual de lealtad deportiva, le jugó de la manera más seria y respetuosa y le ganó ese game, para cerrar con un 6-1 y 6-3 final.

El abrazo entre los contendientes, sentido y emotivo, disipó cualquier duda. La ovación conmovedora de la gente, los aplausos sonoros, la compañía de las figuras de ayer, como Gabriela Sabatini o Guillermo Coria, los ídolos y amigos personales, como el “Flaco” Rolando Schiavi, la madre y los amigos de Tandil. Todo se juntó en esos minutos finales, esos en los que caminó el cose sacó la vincha, la apoyó en la red, saludó a los cuatro costados, levantó los brazos y dejó su nombre flotando en el Adiós…

Hernán O’Donnell