En pocos minutos, Agustín Lavezzi se transformó en el principal protagonista de la noche de Villa Crespo

Cuando se anunciaron las alineaciones, el papel protagónico del partido, como en casi todos los juegos, se supone que va a estar entre los titulares. Que ellos dominarían la escena, y de alguno de sus nombres surgiría la figura rutilante del partido. Sin embargo, a Agustín Lavezzi, a priori destinado al papel de reparto en la película a desarrollar en Villa Crespo, su astucia, su desfachatez, y su habilidad le permitieron torcer el destino, y transformarse, en pocos minutos, en el protagonista central de la noche. El que derrumbó el sueño de Atlanta, que había puesto voluntad y juego en el segundo tiempo, pero tras el disparo que le abría el marcador, se quedó, y le cedió el papel central a quien iba a resultar el “muchachito” de Brown, el que aparece justo sobre el cierre del film, para dar vuelta la trama. Atlanta había trabajado mucho en el segundo tiempo para llevarse el premio mayor, pero surgió un actor inesperado, y la felicidad del premio viajó a Adrogué.

El equipo local formó con Nicolás Sumavil; Franco Camargo, Valentín Gelos, Fernando González y Mosca; Alejo Dramisino, Mauro Bogado y Juan Galeano; Diego Becker, Nicolás Mazzola y Franco Vedoya.

El equipo de Pablo Vicco comenzó con Horacio Ramírez; Pablo Rosales, Daniel Kipes, Máximo Heredia y Sánchez; Hernán Da Campo, Juan Pacchini, Luis Jérez Silva y Franco Perinciolo; Patricio Vidal y Juan Mendoza.

Atlanta intentó tomar la iniciativa, con el movimiento de sus volantes, la dinámica de Becker y la búsqueda de la subida de los laterales. A los 5′ tuvo una chance clara; tras un tiro libre, Fernando González sacó un buen cabezazo que desvió Horacio Ramírez.

Brown se iba a acercar recién a los 18′, con un centro puesto desde la derecha y la llegada de Juan Mendoza, que apenas pudo conectar el balón, que salió muy cerca.

Luego el partido se hizo más parejo, con mucha participación en el medio campo, sin lograr demasiadas llegadas a los arcos. La visita tuvo una buena jugada colectiva, a los 25′, que terminó con un centro de Hernán Da Campo, bien cortado por Sumavil. El equipo de Villa Crespo contó con un tiro libr de Mauro Bogado, a los 33′, que controló bien el arquero Ramírez, mientras que a los 45′ Nicolás Mazzola controló bien, con el pecho, un buen pase, pero al bajarla, su remate se fue demasiado alto.

El “Bohemio” salió con más ínfulas en el segundo tiempo. Con la clara intención de asumir el rol protagónico, el local se posicionó en el campo rival, tuvo la pelota, y dominó el juego, aunque sin lastimar en el área a su adversario.

El equipo de Adrogué se ordenó atrás para contener, y recién pudo llegar al arco local cuando iban 66′, con un cabezazo de Patricio Vidal que atrapó Sumavil.

Respondió Atlanta, con un centro de la derecha y el cabezazo de Juan Galeano que se fue desviado, a los 68′ de juego.

A los 71′ llegaron las dos primeras modificaciones, de Brown y del partido, que iban a traer al protagonista de la noche. Agustín Lavezzi entró por Juan Pacchini, mientras que Lautaro Lovazzano reemplazó a Juan Mendoza.

Pero aún no era el tiempo del “muchachito”. Diego Becker, actor importante por esfuerzo y movilidad, sacó un remate que parecía no tener demasiado peligro. Pero el tiro sorteó piernas y miradas, giró y se metió junto al palo derecho de Ramírez, para “herir” a Brown y abrir la cuenta del local. Iban 74′ y Atlanta se ponía 1-0 adelante en el marcador.

Pero la trama nos guardaba una sorpresa. El local se quedó, se distrajo, y, como en esas películas de suspenso, que el héroe aparece al final, Agustín Lavezzi hizo su carta de presentación.

Iban 77′ cuando empató el partido con un remate seco y oportuno, tras un tiro libre y un rebote en el área local. Brown no le había dado tiempo a Atlanta de acomodarse con el marcador a favor. 1-1 y a empezar de nuevo.

A los 79′, Pablo Vicco hizo el tercer cambio en la visita: Rodrigo Sayavedra entró en lugar de Franco Perinciolo, mientras que en el “Bohemio”, Eugenio Olivera reemplazó a Franco Vedoya. El local se ordenó con Mazzola a la derecha, Olivera por el medio, y Becker a la izquierda.

Pero ya había entrado en acción el “héroe” de la película, y a los 82′ armó una gran maniobra que terminó en un corner para la visita.

Es cierto que lo pudo desnivelar Atlanta, a los 84′, con un pelotazo de Nicolás Mosca desde la izquierda, que cruzo toda la cancha, y por atrás de todos surgió Alejo Dramisino, cuyo remate fue bien tapado por Ramírez.

Sin embargo, quedaba espacio para una estocada final. Iban 87′ cuando Lavezzi metió un doble enganche en el área local, y con un disparo cruzado venció la salida de Sumavil, y puso el partido 1-2 a favor de Brown.

Mauricio Giganti apeló a actores de vocación ofensiva para torcer el desarrollo. A los 88′ Federico Bisanz entró por Diego Becker, y Lucas Ríos ingresó por Alejo Dramisino. Doble “9” con Olivera y Mazzola, Ríos por derecha y Bisanz por izquierda.

A los 90′ Pablo Mocuhe reemplazó a Valentín Gelos. Atlanta jugaba los últimos minutos con tres defensores, Camargo, González y Mosca; tres volantes, Galeano, Bogado y Bisanz, y cuatro delanteros: Ríos, Mazzola, Olivera y Mouche.

Vicco reforzó su defensa: Tomás López entró en lugar de Hernán Da Campo, y Kevin Gissi ingresó por Patricio Vidal. Línea de cinco, con tres centrales, y a aguantar el final de la película.

Que ya lo había escrito el protagonista de la noche. A Agustín Lavezzi le alcanzaron pocos minutos para llevarse todos los aplausos, y demostrar que, una vez más, como me dijo un querídisimo amigo, a los actores de reparto también les dan un “Oscar”.

Hernán O’Donnell

Talleres cantó “Victoria” ante Tigre, y sueña con el campeonato

Fue un triunfo justo, paciente y merecido. Talleres de Córdoba fue fiel a sus principios, intentó imponer su juego, soportó los embates de Tigre y tuvo tranquilidad para esperar el momento de la definición, que llegó sobre el cierre del partido. Festejó con efusividad el resultado, y, por unas horas, está más cerca de River, en la lucha por el campeonato.

El equipo de Diego Martínez formó con Gonzalo Marinelli; Ortega, Víctor Cabrera, Abel Luciatti y Montoya; Cardozo, Lucas Menossi, Blas Armoa, Aaron Molinas y Facundo Colidio; Mateo Retegui.

El conjunto de Javier Gandolfi, se alineó con Guido Herrera; Gastón Benavídez, Matías Catalán, Juan Rodríguez y Juan Portillo; Ulises Ortegoza, Rodrigo Villagra, y Rodrigo Garro; Diego Valoyes, Michael Santos y Ramón Sosa.

Al minuto tuvo Menossi un remate alto, que presagiaba una noche disputada y entretenida. Después se acomodó mejor el equipo cordobés, con Sosa como herramienta de desequilibrio por la izquierda, a través de su gambeta, habilidad y velocidad.

A los 14′ abrió el marcador; desborde de Valoyes, el centro y Michael Santos que empujó la pelota al gol; el asistente creyó que era off side, pero el VAR confirmó el gol de la visita. Talleres quedaba arriba en el marcador, por 0-1.

Tuvo un percance a los 22′ con la lesión de Matías Catalán, quien debió dejar el campo y fue reemplazado por Lucas Suárez. Pero el partido mantenía la vivacidad, y a los 24′ Colidio sacó un remate que salió apenas desviado. Más tarde, cuando iban 27′, el propio Colidio cabeceó tras un corner, que tapó Guido Herrera.

Ramón Sosa inventó una gran jugada por izquierda, cuando iban 35′, pero prefirió rematar al arco cuando tenía libres a dos compañeros. Marinelli controló su remate.

Talleres se animaba y a los 40′ fue Valoyes quien tuvo un disparo cruzado, que salió muy cerca del arco.

Hasta que a los 45+4′, Abel Luciatti aprovechó un balón que boyaba en el área visitante tras un tiro de esquina, para poner el 1 a 1.

En el segundo tiempo, el partido cobró mayor intensidad. Tigre tuvo la primera chance, a los 46′, con un tiro de Aaron Molinas que pasó apenas arriba del travesaño. Luego fue Colidio, el mejor del local, quien sacó un remate que Herrera desvió al corner de manera brillante, cuando iban 56′ de juego. A los 57′, llegó la primera variante en el equipo de Victoria; Sebastián Medina entró por Aaron Molinas.

Respondió Talleres a los 59′, con una jugada colectiva que cerró con un disparo de Michael Santos, desviado al corner por Marinelli, en una buena intervención.

Los cambios refrescaron el juego y le dieron mayor vuelo. A los 60′, Alan Franco entró por Ulises Ortegoza, en el equipo cordobés, y a los 64′, Gonzalo Flores ingresó por Armoa, en el conjunto de Diego Martínez.

Una buena jugada de Tigre, a los 68′, fue cerrada con un taco de Menossi, que bien pudo ser una situación de peligro. Y los cordobeses metieron un profundo contragolpe, cuando iban 71′, que Santos llegó mano a mano con Marinelli, pero el arquero resolvió muy bien en el achique.

A partir de allí, crecieron las chances de los equipos. A los 73′ Alan Franco coronó en la red una excelente jugada del equipo visitante, pero el VAR advirtió una previa posición adelantada.

Pudo llevarse todo el local, cuando a los 77′ una media vuelta de Cardozo fue contenida por Guido Herrera.

Javier Gandolfi tomó una decisión fuerte, y a los 79′ metió los tres cambios que le quedaban en la última ventana que tenía habilitada: Nahuel Bustos entró por Garro, Francisco Pizzini ingresó por Ramón Sosa, y Valentín Depetri reemplazó a Michael Santos. Aire fresco para ir por la victoria.

Y vaya que los cambios le dieron resultado. Fueron decisivos para terminar de volcar el partido a su favor. más allá del ingreso de la “Flaca” Zabala por Lucas Menossi, en el local, cuando iban 84′ de juego.

A los 85′ Valoyes estrelló un remate en el travesaño. A los 86′ Nahuel Bustos recibió una excelente habilitación de taquito de Valoyes, y definió corto sobre el cierre de Marinelli para poner el partido 1-2 a favor de Talleres de Córdoba.

Cuando ya se jugaban 90+1′ Valentín Depetri le ganó en el pique a la salida de Marinelli, se fue solo, y su tiro dio en la base del poste.

Nahuel Bustos, cerró la noche cordobés, a los 90+4′, con un sutil toque de emboquillada ante la salida del arquero local, para poner el definitivo 1-3 para Talleres.

Fue un cierre a toda orquesta. De un equipo que fue a buscar la victoria, mantuvo su línea de juego, y los cambios dele final le dieron la renovación necesaria para conseguir el triunfo.

Hernán O’Donnell

Un Arsenal de ilusiones para vencer a Boca

Fue un verdadero Arsenal de ilusiones e intenciones. Un equipo que salió con un plan, lo ejecutó bien, y cuando debió apelar a una nueva disposición, el famoso “plan B”, también lo supo hacer. Arsenal hizo un muy buen primer tiempo, supo como jugar el segundo, y se llevó una victoria inobjetable.

El equipo de Federico Vilar comenzó con Alejandro Medina; Breitenbruch, Maximiliano Centurión, Joquín Pombo y Adrián Sporle; Lucas Souto, Peña Biafore, Gonzalo Muscia y Santiago Toloza; Facundo Pons y Flabián Londoño.

Jorge Almirón dispuso que Boca comience con Sergio Romero; Marcelo Weigandt, Bruno Valdez, Nicolás Figal y Frank Fabra; Luis Advíncula, Cristian Medina, Alan Varela y Sebastián Villa; Miguel Merentiel y Darío Benedetto.

Los primeros veinte minutos fueron jugados en el centro del campo. No pudieron sacarse ventajas, ni generar situaciones claras ante los arcos. Arsenal se apoyó en las trepadas de Lucas Souto y la habilidad de Toloza, mientras que Boca jugó al ritmo de Cristian Medina, un jugador de excelencia, pero poco acompañado. Muy abierto Merentiel a la derecha, muy retrasado Villa por izquierda, y aislado Benedetto en el centro del ataque.

Así y todo, tuvo una llegada a los 22′, tras un buen quite de Medina, que terminó con un remate de Merentiel desviado.

Arsenal abrió el marcador a los 24′. Como un homenaje a Javier Yacuzzi, en el minuto que recordaba la camiseta del ex jugador, tuvo un tiro de esquina de la derecha, un cabezazo y el taco de Joaquín pombo para poner el 1-0 a favor del equipo de Sarandí.

Boca sumaba problemas, y a los 28′ salió lesionado Nicolás Figal, reemplazado por Nicolás Valentini.

Era más el local a partir de esas acciones. El gol le dio tranquilidad, y comenzó a manejar el partido. A los 37′ Peña Biafore metió un gran tiro que se fue apenas arriba del travesaño.

Recién al final del primer tiempo la visita tuvo un par de llegadas importantes. A los 40′ una pared entre Benedetto y Merentiel dejó a este último de cara al arco local, sacó un buen disparo, pero Alejandro Medina tapó muy bien. Dspués, cuando iban 43′ Villa tuvo un remate que volvió a atajar el arquero del equipo local.

No hizo cambios la visita para comenzar el segundo tiempo, aunque ubicó a Merentiel a la izquierda de Benedetto para jugar con dos líneas de cuatro, trepar por las bandas vía Weigandt y Advíncula, de un lado, Fabra y Villa por el otro, y abastecer al doble “9”, Benedetto y Merentiel. Pero los planes quedaron complicados a los 51′ cuando fue expulsado Weigandt por una entrada dura sobre Pombo.

Merentiel volvió a la derecha, y el equipo se ordenó con un 4-3-2, flexible en los laterales, aunque sin poder profundizar porque Arsenal sacó su “plan B” y se ordenó muy bien en el cerrojo defensivo. Se retrasó Lucas Souto, se cerró Néstor Breitenbruch para armar una línea de tres centrales junto a Centurión y Pombo, y Sporle se ubicó en el carril izquierdo.

Almirón decidió dos variantes a los 64′; Ezequiel Fernández entró por Varela, y Luca Langoni reemplazó a Benedetto. El ingresado fue al extremo derecho, Merentiel se posicionó de centrodelantero, y Villa detrás de él.

En el local, a los 68′ Lautaro Guzmán entró por Flabián Londoño.

Allí, el partido se jugó en el campo local, aunque Boca no tenía profundidad, y Arsenal se había ordenado muy bien en la estructura defensiva. Tuvo, Sebastián Villa, un buen tiro libre a los 75′, que pasó muy cerca del travesaño.

Cuando iban 82′ llegaron dos cambios más en el equipo de Sarandí. Lucas Brochero entró por Felipe Peña Biafore, mientras que Braian Rivero ingresó en lugar de Santiago Toloza.

Otra vez Villa tuvo un tiro libre, cuando iban 83′, y otra vez se fue cerca del travesaño.

Respondió Arsenal con un excelente remate de Brochero, que “Chiquito” Romero sacó al corner, cuando se jugaban 85′.

El último cambio local sucedió a los 90+1′; Juan Ignacio Peinipil ingresó por Facundo Pons.

Era el cierre de una noche llena de ilusiones para el local. Porque fue un “Arsenal” de fundamentos, bien planificados y ejecutados, para lograr un triunfo valioso y mirar con optimismo el futuro.

Hernán O’Donnell

En una noche con pocas luces, el penal agónico iluminó a Italia

Un choque de potencias. El segundo turno de los octavos de final de la Copa mundial Sub 20 de la FIFA-Argentina 2023, en la Ciudad de La Plata, nos ofreció un verdadero clásico del fútbol mundial, un partido de esos que paralizan a Europa, y si se paraliza el “viejo mundo”, todo el planeta también está en modo de alerta futbolero.

Inglaterra e Italia, dos selecciones de una historia rica, grande, gloriosa. Dos Campeones del Mundo en mayores, dos equipos que quieren hacer las cosas bien en este torneo juvenil. Y que llegaban cargados de buenos antecedentes en la primera ronda.

El equipo británico comenzó con Matthew Cox; Bashir Humphreys, Jarell Quansah y Ronnie Edwards; Brooke Norton-Cuffy, Alex Scott, Carney Chukwuemeka, Harvey Vale; Alfie Devine, Dane Scarlett, y Mateo Joseph.

El equipo italiano formó con Sebastiano Desplanches; Ricardo Turicchia, Mattia Zanotti Gabriele Guarino y Alessandro Fontanarosa; Cesare Casadei, Mateo Prati, y Giacomo Faticanti; Tomasso Baldanzi; Giusseppe Ambrosino y Francesco Espósito.

El comienzo fue interesante, abierto. De ida y vuelta. A los 7′ abrió el marcador Italia, con una entrada libre y franca de Tomasso Baldanzi por el medio, un disparo abierto, al palo izquierdo de Matthew Cox, quien no llegó a tapar el tiro a pesar de su esfuerzo, y el encuentro se puso 0-1 a favor de Italia.

Entonces, se soltó Inglaterra. Adelantó líneas y empezó a generar peligro. A los 9′ llegó Mateo Joseph por derecha, y sacó un tiro bajo y peligroso, que controló el arquero italiano. A los 14′, tras un tiro de esquina, Quansah cabeceó apenas alto. Alfie Divine estrelló un disparo en el travesaño cuando iban 15′ de juego. Apuraba Inglaterra, e Italia apenas encontró aire en una jugada de Baldanzi, que entró en diagonal y sacó un remate que Cox contuvo abajo.

Pero era el conjunto británico el que dominaba, y a los 23′ Devine puso el 1-1, tras una entrada por el medio y un toque directo a la red.

Inglaterra sumó otra llegada clara por derecha, a través de Norton-Cuffy, quien sacó un centro bajo y Turicchia desvió al corner, cuando iban 31′.

Después, el partido se apagó. Los dos equipos se replegaron, buscaron asegurar su zona defensiva, y tomar muchos recaudos. Y el juego se hizo más chato, más cauteloso, con menos riesgos y sorpresas.

Crédito: @Azzurri

En el segundo tiempo, Italia salió con un poco más de decisión. Emparejó lo que había hecho su rival en los últimos treinta minutos de la etapa inicial, pero el juego no se encendió. Prevalecía el equipo de Carmine Nunziata sin generar demasiado peligro.

Ian Foster decidió, a los 62′, hacer dos variantes en Inglaterra: Daniel Oyegoke entró por Norton-Cuffy, mientras que Darko Gyabi reemplazó a Mateo Joseph. En los “Azzurri”, Daniele Montevago ingresó por Ambrosino, cuando iban 73′ de juego.

Y poco hubo hasta el cierre, porque los dos equipos se medían, se estudiaban, pero no se animaban a soltar amarras. Como esos pugilistas que se van en amagues, pero en donde ninguno da el paso al frente necesario.

Sin embargo, a los 85′ el VAR advirtió al árbitro brasileño Ramón Abatti que había una situación de mano de Quansah en el área inglesa. Para nosotros no era plausible de ser sancionada, pero Abatti entendió que era infracción y llegó el penal Césare Casadei, a los 86′ de juego, trasnformó en el 1-2 para Italia.

Los once minutos adicionales no modificaron el desarrollo futbolístico, más allá de la emoción y la incertidumbre por el resultado final. A los 90+1′ Filippo Fiumano entró por Espósito, y Samuel Giovane ingresó en lugar del muy aplaudido Baldanzi.

Foster usó las dos ventanas de cambios que le quedaban, y a los 90+6′ Liam Delap reemplazó a J. Quansah, mientras que a los 90+8′ Callum Doyle entró por Humphreys, y Samuel Edozie ingresó por Harvey Vale.

Se le había agotado el tiempo a Inglaterra. En una noche apagada, donde ninguno quiso arriesgar, donde predominó la cautela, donde se miraron de reojo, Italia encontró un camino cuando todos los senderos parecían clausurados.

Hernán O’Donnell

Brasil tuvo un tiempo para gozar y otro para sufrir

Brasil había comenzado con dificultades esta Copa Mundial Sub 20 de la FIFA-Argentina 2023. A las ausencias destacadas de Endrick, nueva estrella del Real Madrid, y Vitor Roque, delantero del Athletico Paranaense, se le sumó el debut complicado ante Italia, con una derrota por 2-3, tras ir 0-3 en el marcador. Luego, el “Scratch” se repuso, con dos victorias. Una por goleada, 6-0, frente a República Dominicana, la otra más ajustada por 2-0 ante Nigeria. Lo cierto es que el equipo llegaba en alza para el duelo ante Túnez, que se clasificó como mejor tercero, tras perder por 0-1 ante Inglaterra y Uruguay, pero ganarle a Irak por 3-0.

Otra vez la ciudad de La Plata nos recibió con una notable humedad y cielo nublado. No tan fresco como los días anteriores, pero sí con ese color otoñal que decora sus calles, invadidas de hojas de árboles y el talante gris de la época del año. Aunque a la hora del partido, ya se había asomado el sol. Y el día tomó un color especial.

Brasil formó con Kaique; Arthur, Pedroso, Robert y Kaiki; Gomes, Andrey Santos y Marquinhos; Savio, Marcos Leonardo y Guilherme Biro.

El conjunto africano comenzó con Dries Arfaoui; Mahmoud Ghorbel, Alí Saoudi, Rayed Bouchniba y Karim El Abed; Samy Chouchane; Mohamed Dhaoui, Mohamed Derbali, Chaim El Djebali y Bechir Yacoub; Yassine Dribi.

Empezó suelto Túnez, con El Djerbali como conductor, a través de su habilidad y claridad. Pero bastó que el equipo de Sudamérica se acercara al arco rival para abrir el marcador. Iban 9′ cuando sucedió la falta dentro del área, el penal lo ejecutó con solvencia Marcos Leonardo, y, a los 10′, puso el partido 1-0 a favor de Brasil.

Ahí se hizo sostenido el dominio del “Scratch”. A los 15′ lo pudo aumentar Marcos Leonardo, pero Saoudi salvó sobre la raya. Savio ejecutó un excelente tiro libre que salvó Bouchniba, cuando iban 23′ del partido.

Era claro y sostenido el dominio brasileño, entonces a los 30′, tras una doble pared, Andrey Santos entró libre por el medio y con un remate cruzado, convirtió otro gol para la “Verdeamarelha”, que se adelantó por 2-0 en el marcador.

El gol era una síntesis del juego brasileño: movimientos libres, toques precisos y búsqueda del espacio, en el que cualquier jugador, en este caso un volante central, podía llegar a posición de definición.

Pudo aumentar Savio, a los 36′, con un gran tiro que Arfaoui sacó abajo. Hasta que a los 44′ fue expulsado Robert, por una falta hacia Yacoub, quien había interceptado bien un pase fallido de Arthur. Brasil cerraba el primer tiempo con un hombre menos, y eso abría un interrogante a lo que podría deparar el complemento.

Y fue todo lo contrario a lo que habíamos visto en la primera parte. Más allá de la variante en el “Scratch”, de Douglas Mendes por Kaiki, y el rearmado con dos líneas de cuatro y Marcos Leonardo solo arriba, Brasil sufrió mucho el segundo tiempo. Al margen de la diferencia final, porque Túnez se envalentonó, se adelantó en el campo y dominó buena parte del segundo tiempo.

A los 51′ Bouchniba conectó de cabeza un tiro de esquina, y su remate pasó muy cerca. Cuando iban 61′ vino el primer cambio de los africanos; Raki Aouani entró por Bechir Yacoub. A los 66′ Brasil hizo dos variantes más: Matheus Martins ingresó por Marcos Leonardo, en tanto que André Dhominique reemplazó a Savio. En Túnez, Jibril Othman ingresó en lugar de Y. Dribi, a los 67′.

Empujaba el equipo de África, y sumaba llegadas. A los 67′ hubo un buen tiro de Chouchane que se fue al corner; a los 69′ vino un centro de la derecha, cabeceó Othman, y la pelota pasó cerquita.

La polémica de la tarde llegó a los 76′; Raki Aouani picó a buscar un pelotazo al vacío, y ante la salida de Kaique, definió por arriba. El VAR advirtió al árbitro Halil Meller, de Turquía, quien consideró que en el control del balón la golpeó con el brazo, hecho que hizo invalidar la jugada de gol.

Cuando iban 84′ Giovane entró por Marquinhos, en el cuarto cambio brasileño, mientras que Youssef Snana reemplazó a Couchane, en el equipo africano.

Y tuvo otra chance Túnez, a los 87′, con un cabezazo de Bouchniba, que pasó cerca del arco rival.

Recien al final, Brasil encontró el desahogo a tanto sufrimiento. Iban 90′ cuando Marlon Gomes encabezó un brillante contragolpe, abrió a la izquierda y Matheus Martins, con el ángulo cerrado definió de modo exquisito para poner el 3-0 para Brasil.

A los 90+2′ Ronald Falkoski entró por Guillherme Biro, en el quinto cambio sudamericano.

Pero Túnez no se rendía. Buscaba, aún cuando todo parecía terminado. Y a los 90+3′ tuvo una triple oportunidad, que terminó con un tiro alto. Brasil, ya más tranquilo, tuvo otro contragolpe, a los 90+7′, con una escapada de Douglas Mendes, pero este erró con un tiro elevado, cuando tenía un compañereo a cada costado para cederle el pase.

Sin embargo, en otro contragolpe, Andrey Santos fue preciso, y reventó el arco rival on un fuerte remate, tras meterse a buscar un pase entre los centrales rivales. 4-0 para Brasil, a los 90+9′.

Túnez, que nunca bajó los brazos, encontró el gol del honor a los 90+12′, a través de Othman, quien convirtió tras una serie de rebotes y dejar el marcador final por 4-1.

Brasil ganó, sufrió, y al final, goleó. Para esperar con optimismo los cuartos de final de un Mundial que cada día es más apasionante.

Hernán O’Donnell

Platense quiere recuperar la mística y escaparse de la zona prohibida

Durante años, Platense se habituó a jugar por escaparle al descenso. Para aquellos que peinan canas, era normal que el “Calamar” tuviera, año tras año, una lucha dura y encarnizada por evitar perder la categoría. Y siempre, zafaba. Por puntos, por diferencia de goles, por un penal, por un cuadrangular temerario, por un encuentro de desempate, la cuestión es que el “Marrón” siempre evitaba perder la categoría, y eso le valió el mote del “Fantasma del Descenso”, que entre los años 1977 y 1999, enfrentó y superó a numerosos rivales, que su gente definió como “Todos los años aparece un ‘Pichi’ nuevo, y al descenso lo tenemos que mandar…”.

Las nuevas generaciones no vivieron esas décadas, por eso sufren con los promedios; los más grandes, saben muy bien de que se trata, y guardan la esperanza hasta el último momento.

Crédito: @caplatense

Y el “Marrón” jugó un partido que lo hizo revivir aquellas décadas de sufrimiento, lucha y desahogo. Ganó con una dosis de fútbol, otra de garra, y mucho de espíritu. Abrió el marcador en el amanecer del partido y pudo sostener la diferencia a lo largo de todo el juego; mucho por lo que hizo, otro tanto por lo poco que ofreció Belgrano de Córdoba.

El equipo de Martín Palermo formó con Ramiro Macagno; Nicolás Morgantini, Miguel Jacquet, Marco Pellegrino y Sasha Marcich; Ronaldo Martínez, Iván Rossi, Nicolás Castro e Ignacio Schor; Vicente Taborda y Nicolás Servetto.

El conjunto de Guillermo Farré comenzó con Nahuel Losada; Juan Barinaga, Diego Novaretti, Nicolás Meriano y Matías Abacache; Gabriel Compagnucci, Longo, Ulises Sánchez y Bruno Zapelli; Franco Jara y Pablo Vegetti.

A los 2′ abrió el marcador Nicolás Servetto, con un cabezazo oportuno, tras un tiro de esquina y una primera pelota al corazón del área. Platense se ponía 1-0 y el juego recién arrancaba.

Belgrano salió un poco, tras ese golpe. Con las subidas del “Colo” Barinaga, un lateral que ya se había destacado en la Primera Nacional, que tiene buena marca y quite, acompañado por un buen recorrido en ataque, la dinámica de Ulises Sánchez y el peligro que siempre lleva Vegetti, a los 6′ llegó Jara por derecha y su disparo fue sacado por Macagno al corner.

A los 15′ fue Pablo Vegetti quien elevó un cabezazo por arriba del travesaño. El encuentro se dirimía en la mitad de la cancha, aunque Platense parecía tener un poco más de control de juego. Sin embargo, la mejor maniobra de esa etapa la construyó Belgrano. Iban 38′ cuando Bruno Zapelli abrió de izquierda al medio, el balón le quedó a Franco Jara, este tocó de espaldas al arco a la entrada de Sánchez quien abrió a la derecha para Barinaga, y el remate del “Colo” fue tapado por Ramiro Macagno.

Crédito: @caplatense

Platense comenzó el segundo tiempo con una modificación. Zeineddin entró por Nicolás Servetto. Y arrancó mejor el local, con una jugada de Taborda que terminó con un disparo de Zeineddin, cruzado y apenas desviado, cuando iban 50′ de juego.

A los 60′ Farré determinó los primeros dos cambios en el “Pirata”; Iván Ortigoza entró por Gabriel Compagnucci, mientras que Ibrahim Hesar reemplazó a Franco Jara.

El “Calamar” mantenía el dominio, y a los 67′ volvió a tener una buena oportunidad. Centro de Marcich, cabezazo de Ronaldo Martínez, y el balón pegó en un hombre y fue al corner.

Cuando iban 70′, Martín Palermo decidió hacer el segundo y tercer cambio en Platense: Franco Díaz ingresó en lugar de Iván Rossi, mientras que Juan Infante reemplazó a Ignacio Schor; Infante se paró en su posición habitual de lateral izquierdo, mientras que Marcich se adelantó como volante izquierdo.

En Belgrano, Farré decidió hacer dos variantes más, cuando iban 75′ de juego; Guillermo Pereyra entró en lugar de Juan Barinaga, y Joaquín Susvielles reemplazó a Matías Ibacache. Con dos variantes de corte ofensivo, el “Celeste” se arrimó al arco local en los diez minutos finales. Cuando iban 81′, Hesar remató pero tapó Macagno. Entonces, Palermo decidió armar una sólida estructura defensiva, con tres centrales, dos laterales cuatro volantes y un delantero. Por eso dispuso que, a los 82′, Ignacio Vázquez reemplazara a Vicente Taborda. Y el equipo quedó con un 5-4-1; Morgantini por derecha, Jacquet, Vázquez y Pellegrino de centrales, Infante de lateral izquierdo. En el medio, Martínez, Franco Díaz, Nicolas Castro y Marcich; Zeineddin en el ataque. A los 87′, Gerónimo Cacciabue reemplazó a Nicolas Castro, en la misma ubicación.

Crédito: @caplatense

Era el momento de arremangarse, luchar y sufrir. Porque a los 88′ Pablo Vegetti tuvo un cabezazo franco que se fue por arriba del travesaño. Entró Fabián Bordagaray por Bruno Zapelli, pero ya casi no tuvo tiempo de influir en el partido.

Platense se había abrazado a la victoria, empezó la luca por la permanencia, y en la fría noche de Vicente López, la gente volvió a invocar a aquellos duendes del pasado, los que lo llevaron a ser el célebre “Fantasma del descenso”, que siempre esquivaba el peligro cuando este acechaba.

Hernán O’Donnell

Cuando caía la tarde, Pampas encontró una victoria impensada

El dominio del partido, la capacidad de llegar al in goal adversario, el juego de manos…Todo había sido favorable a Yacaré XV durante la hermosa tarde de San Isidro. Se había mostrado más solvente el equipo de Paraguay, más fuerte en la batalla de los forwards, y con una determinación mayor para buscar el fondo del rival. Incluso había hecho cuatro tries contra ninguno del equipo de Buenos Aires, pero en el último suspiro, Pampas entró al in goal de su rival, apoyó su primer y único try de la tarde, luego acertó la conversión y revirtió el marcador para ganar por 25-24.

El equipo de Ignacio Fernández Lobbe formó con: Miguel Prince, Ramiro Gurovich, y Javier Coronel; Lorenzo Colidio, Eliseo Fourcade; Nicolás D’Amorim, Santiago Ruiz y Manuel Bernstein; Rafael Iriarte y Joaquín Lamas; Tomás Passaro, Felipe de la Vega, Juan Pablo Castro y Benjamín Elizalde; Eliseo Morales.

El conjunto de Ricardo Le Fort comenzó con Lucas Noguera Paz, Mariano Muntaner y Facundo Pomponio; Lucas Sommer y Mariano Garcete; Felipe Villagrán, Juan Cruz Pérez Rachel y Felipe Puertas; Ignacio Inchauspe y Federico Cacciabue; Juan González, Juan David Angudelo, Ramiro Amarilla y Tomás Acosta Pimentel; Nicolás Picasso.

A los 12′ Pampas abrió el marcador con un penal de Joaquín Lamas, que puso el partido 3-0 y anunciaría algo que el equipo local repetiría durante el juego. Apostar a los palos, sumar de a tres y estar siempre cerca en el marcador, aún cuando el juego fuera desfavorable. Yacaré también iba a mostrar pronto sus credenciales. Un pack de forwards fuerte y combativo, buena conducción del argentino Cacciabue, jugador surgido en San Patricio, y la intención de buscar más el juego de manos que las patadas a los palos. Entonces, en cuanto tuvo la ocasión, prefirió ir al line para luego utilizar el maul, que intentar patear a los palos. Y a los 18′ llegó al try, tras un line que obtuvo el ala Felipe Puertas y apoyó Pérez Rachel, sumado a la conversión de Inchauspe, pudo adelantarse por 3-7.

Volvió a llegar al try Pérez Rachel, a los 27′, y el partido quedó 3-12 a favor de Yacaré XV.

Pampas intentó jugar al line y maul, pero encontró una pared en los forwards rivales. Entonces usó el pie de Joaquín Lamas para patear a los palos en cada penal que se le presentaba. Así, a los 31′ se puso 6-12, a los 37′ achicó a 9-12, y a los 40′ empató 12-12, con tres penales del apertura surgido en el SIC.

Se le complicó a Yacaré, y para colmo sobre el cierre fue amonestado Pérez Rachel, lo cual lo llevó a empezar el segundo tiempo con un hombre menos, durante nueve minutos.

Pero pareció no sentir la ausencia, porque a los 41′ se escapó Nicolás Picasso y marcó el try que, con la conversión de Inchauste, adelantó al conjunto paraguayo por 12-19.

Enseguida llegaron los múltiples cambios que tiene siempre un segundo tiempo de rugby. emilio Gorostiaga entró por el hooker Mariano Muntaner, en Yacaré. En Pampas, Valentino Minoyetti ingresó por Miguel Prince, Rodrigo Fernández Criado lo hizo por Lorenzo Colidio, y Eliseo Chiavassa entró por Nicolás D’Amorim.

Cuando iban 52′, Lamas volvió a usar su pie, para anotar de penal el 15-19. Goméz entró por el medio-apertura Cacciabue, Marcos Riquelme lo hizo por Felipe Villagrán, y Julián Martín ingresó por Lucas Noguera Paz, todos en Yacaré.

Mientras el equipo paraguayo intentaba con el juego de manos, los de Buenos Aires eran más prácticos, y de cada indisciplina rival facturaban de a tres. Entonces, a los 57′ Joaquín Lamas descontó y el marcador quedó 18-19.

Renzo Zanella ingresó en lugar de Javier Coronel, y Juan Ignacio Landó entró por Rafael Iriarte, en el equipo local, a los 59′. Más tarde, llegaron más variantes. Benjamín Grondona por Eliseo Fourcade, a los 62′; cuando iban 67′ Medrano por Gurovich, en el local, y a los 70′ Rolando Portillo remplazó a Facundo Pomponio, en la visita.

La tarde caía, pero el dominio visitante se mantenía. Y a los 76′ Acosta Pimentel marcó el cuarto try de Yacaré, que quedó adelante en el marcador por 18-24. El tiro de Inchauspe pegó en el palo y le privó dos unidades a Yacaré, que al cabo iban a ser fundamentales. Igual, paParecía que todo concluía, pero en el rugby también hay duendes escondidos que aparecen cuando nadie los espera.

De la salida de mitad de cancha, Pampas fue una topadora que no había aparecido en todo el partido. Atropelló a su rival, se lo llevó por delante, y en el cierre, cuando sonaba la sirena de los 80′, Rodrigo Fernández Criado entró con fuerza al in goal rival para marcar el try que ponía el score 23-24, pero que la certera conversión de Joaquín Lamas lo transformó en un 25-24 final.

Fue un final impensado, inesperado. Yacaré había hecho todo el gasto del partido, pero en la última rendija que le quedaba, Pampas filtró su único rayo de sol que tuvo en la tarde de San Isidro y se llevó todo el premio.

Hernán O’Donnell

Inglaterra tuvo temple y convicción para ganar una batalla bajo el agua de La Plata

Uruguay e Inglaterra. Y huelgan las palabras. Inglaterra vs Uruguay, y está todo dicho. Un clásico enorme del fútbol mundial, un encuentro entre dos grandes equipos, un choque de potencias. Campeones del Mundo los dos equipos, con un pasado glorioso que en los últimos años se han encargado de reverdecerlo. En esta ocasión el partido corresponde a la Copa Mundial Sub 20 de la FIFA-Argentina 2023. Es la segunda fecha del Grupo “E”, en el que ambos están considerados favoritos, pero que en este partido pueden definir el primer puesto, que puede ser útil a la hora de tener un mejor cuadro a partir de octavos de final.

La Plata amaneció húmeda y nublada, como toda esta semana del Mundial Juvenil. casi sin excepciones. Pero con el entusiasmo grande de quienes se acercaron a ver esta fecha, q que también incluye el partido entre Irak y Túnez, en segundo turno.

El equipo del Río de la Plata formó con: Randall Rodríguez; Mateo Ponte, Sebastián Boselli, Facundo González y Alan Maturro; Fabricio Díaz y Damián García; Luciano Rodríguez, Franco González y Matías Abaldo; Andrés Ferrari.

El conjunto de Ian Foster comenzó con Matthew Cox; Jarel Quansah, Ronnie Edwards y Bashir Humphreys; Daniel Oyegoke, Drako Gyabi, Alex Scott y Harvey Vale; Alfie Devine, Dane Scarlett y Mateo Joseph.

El partido tuvo unos minutos iniciales de dominio uruguayo, y luego Inglaterra emparejó el juego. Había comenzado con decisión la celeste, pero no pudo abrir el cerrojo inglés. Y luego empezó a salir el equipo europeo, con Oyegoke y Joseph, ambos rápidos, verticales y profundos.

Cuando iban 15′ el encuentro se empezó a poner más “picante”. Un empujón en el área uruguaya sobre el volante Scott, un roce en la mitad de la cancha, otro empujón sobre el volante “celeste” Franco González…todo se hizo un poco más sucio.

A los 16′ disparó Matturo, el balón picó delante de Scott, se elevó y pasó por arriba del arquero y del travesaño; luego, a los 20′ L. Rodríguez entró libre por derecha, remató y Cox desvió el balón; el rbote lo tomó el mismo Rodríguez, pero la pelota se fue afuera. Parecía que sería el momento de Uruguay, pero fue el de Inglaterra.

A los 21′ llegó un tiro de esquina desde la izquierda, cabeceó Bashir Humphreys, y colocó el 0-1 a favor de Inglaterra.

Intentó responder Uruguay, pero el tiro de Franco González, a los 29′, se fue desviado.

El equipo británico puso el partido en el “freezer”, y trató de hacerlo lento, hasta agotar el tiempo. Uruguay no podía encontrar los caminos, mientras se enredaba en los roces y las discusiones.

Hasta que llegó el segundo gol británico. Iban 45+3′ y Alfie Devine recibió solo por derecha, entró libre y sacó un potente remate que se transformó en el 0-2 para Inglaterra.

Discusiones, roces y alguna bravuconada cerraron la primera parte.

En el segundo tiempo, el ritmo comenzó frenético. El equipo de Broli salió con mucha determinación, para achicar la desventaja. A los 48′ tuvo un gran remate de Matías Abaldo, que taó Cox, el rebote lo tomó Franco González, quien convirtió el 1-2 para achicar la diferencia. El tanto, que en principio no había sido validado por el asistente, luego fue convalidado por el VAR.

Y fue la “Celeste”. Así, a los 52′ Abaldo sacó un tiro cambado que pasó muy cerca del travesaño inglés. Respondió Inglaterra con un remate de Scarlett, a los 54′, que pasó muy cerca. Ya el partido había crecido en intensidad. Y los cambios le dieron mayor dinámica. A los 62′ Daniel Jebbison reemplazó a Mateo Joseph, en la primera modificación de Inglaterra. Cuando iban 76′ llegaron los primeros movimientos en el equipo uruguayo: Ignacio Sosa entró por Damián García, y Juan Santos reemplazó a Andrés Ferrari. El encuentro se hizo más luchado que jugado, y el tiempo pasó sin llegadas, aunque sin perder la intensidad.

A los 85′ vinieron la tercera y cuarta variantes del “celeste”. Anderson Duarte entró por Fabricio Díaz, mientras que Santiago Homenchenko reemplazó a Franco González. Y fue el propio Homenchenko quien tuvo un buen tiro, a los 86′, que pegó en un zaguero inglés y fue al corner.

Estuvo cerca Uruguay, a los 89′, con un disparo de Luciano Rodríguez que salió apenas arriba. El partido había entrado en una zona de fuego. A los 90′ llegó el segundo cambio inglés; Xavier Simons entró por Scarlett, pero quedaban nueve minutos de juego adicional. Y el fuego encendió las llamaradas finales.

Inglaterra creyó sellar la diferencia con el golazo de Darko Gyabi, a los 90+4′. Un tiro cruzado que puso a Inglaterra adelante por 1-3. Imari Samuels entró por Alfie Devine, en el tercer y último cambio británico, cuando iban 90+5′ de juego.

Todo parecía terminado, pero el gol de Matías Abaldo, a los 90+8′ dejó el marcador 2-3, y le puso una cuota final de dramatismo. Entró Nicolás Siri por Luciano Rodríguez, pero ya no había tiempo para más.

Inglaterra se abrazó al triunfo, con temple, convicción y buen juego asociado, para ganar la batalla de La Plata.

Hernán O’Donnell

A Argentinos le sobra fútbol, pero le falta gol

Argentinos Juniors volvió a tener una noche de buen rendimiento futbolístico, pero otra vez toda esa buena producción quedó desaprovechada por la falta de definición. Es algo que le ha sucedido en varios encuentros, sobre todo en los últimos disputados en La Paternal, como el de hace unos días ante Boca, o el de anoche, frente a Corinthians por la cuarta fecha del grupo “E” de la Copa CONMEBOL Libertadores 2023. El “Bicho” fue muy superior al equipo brasileño, pero no pudo coronar esa diferencia. Quizás haya influido la ausencia de Gabriel Ávalos, su delantero más peligroso.

El conjunto de Gabriel Milito comenzó con Alexis Martin Arias; Kevin Mac Allister, Miguél Torrén, y Leonel González; Franco Moyano; Fabricio Domínguez, Alan Rodríguez, Francisco González Metilli y Santiago Montiel; Gastòn Verón.

El “Timao” formó con Carlos Miguel; Bruno Méndez, Gil, Murillo y Matheus Bidu; Paulinho, Fausto Vera, Maycon y Adson; Roguer Guedes y Yuri Alberto.

El primer tiempo fue un ataque sostenido del local. Careció de profundidad, pero aún así tuvo siempre el control del juego. A los 7′ Javier Cabrera cruzó un remate muy bueno. Respondió Corinthians, cuando iban 16′, con una entrada de Murillo, pero su disparo se fue alto.

Ahí volvió a tomar el mando el local, y no soltó su dominio hasta el fin de la primera parte. A los 21′ Santiago Montiel sacó un disparo fuerte que controló el arquero brasileño. A los 23′ fue, otra vez, Javier Cabrera, que jugó de delantero por adentro durante buena parte del partido, quien sacó un gran remate, apenas alto.

Para Corinthians la cosa era complicada. Encima, a los 27′ debió salir lesionado Paulinho, y fue reemplazado por Roni.

Alan Rodríguez probó, d e media distancia, a los 34′. Y, a los 42′, Miguel Torrén remató de lejos, pero respondió el arquero Carlos Miguel.

En el segundo tiempo, Argentinos mantuvo la presión, aunque el “Timao” pudo tener alguna contra. Milito reacomodó el equipo, a los 55′, con una variante: Leonardo Heredia reemplazó a Fabricio Domínguez. Heredia se ubicó de delantero, y Javier Cabrera se corrío al extremo derecho.

Tuvo una buena chance a los 65′; un centro de Cabrera, de la derecha, fue cabeceado por Heredia, y la pelota salió muy cerca. A los 66′ llegó el segundo cambio en el local: Thiago Nuss entró en lugar de Gastón Verón. En la visita, a los 72′, Angel Romero ingresó enlugar de Maycon.

El partido mantenía el argumento comentado, hasta que a los 77′ fue expulsado Thiago Nuss por una violenta falta. Corinthians, con un hombre más, se reacomodó. Fabio Santos entró por Matheus Bidu, y Wesley ingresó por Adson, cuando iban 89′. En el equipo de La Paternal, a los 90+2′ Pablo Minissale reemplazó a Leonel González, mientras que Luciano Sánchez entró en reemplazo de Santiago Montiel.

Esas fueron las incidencias finales. Los cambios. El juego se había acabado un rato antes.

Hernán O’Donnell

Uruguay quiere que sea un Mundial celeste

Uruguay se encontró con un rival difícil, que le hizo enredado y trabado el inicio del juego. Irak, con orden y entusiasmo, le hizo difícil el comienzo, pero el equipo uruguayo supo tener paciencia, y de a poco torció la historia a su favor.

El conjunto celeste arrancó con Randall Rodríguez; Mateo Ponte, Sebastián Boselli, Facundo González y Alan Maturro; Fabricio Díaz y Damián García; Luciano Rodríguez, Franco González y Matías Abaldo; Andrés Ferrari.

Irak comenzó con Hussein Hassan; Alai Ghasem, Abdulkhalek, Kadhim Raad y Mahdi; Ali Sadeq, Qasim, Jameel, Abdulkaarem, Youssef Amin; Ali Jasim.

Luego de unos minutos enredados, Uruguay empezó a imponer condiciones. Con la línea de fondo bien adelantada, empezó a hacer circular el balón hasta encontrar el espacio claro de ataque. A los 15′ tuvo un tiro libre de Luciano Rodríguez que el arquero iraquí controló bien. Cuando iban 24′ una buena maniobra colectiva cerró con un disparo de Ferrari que salió apenas desviado.

Recién a los 30′ llegó Irak, con un tiro de Alí Jasim que atajó bien Randall Rodríguez. Pero el equipo uruguayo era mejor, a los 36′ lo tuvo Luciano Rodríguez, quien no llegó por derecha a conectar el centro que venía de la izquierda, y enseguida abrió el marcador.

Iban 37′ cuando Matías Abaldo cruzó muy bien un remate para poner el 1-0 a favor de Uruguay. El primer tiempo se cerró con varias emociones. Un tiro de Alai Ghasem que sacó Rodríguez, a los 41′; un disparo de Abaldo, a los 44′, que salió muy cerca, y un tiro fuerte de Damián García que controló Hussein Hassan, a los 45′.

Para comenzar el segundo tiempo, Irak realizó una variante: Ashar Alí entró en lugar de Mohammed Jameel. Pero poco iba a variar. El equipo celeste era el dueño de la noche y empezó a decorarla con goles.

Así llegó el segundo, con un centro de la izquierda y un cabezazo certero de Andrés Ferrari para poner el 2-0 para Uruguay, cuando iban 47′ de juego.

Entonces el partido entró en una meseta. Uruguay dominaba y su rival intentaba a través de alguna jugada combinada, pero con poca profundidad. A los 61′ llegó el gol de Hassan, en contra, tras un cabezazo de Facundo González, la pelota pegó en el travesaño y dio en la cabeza del arquero para meterse en su propia valla. Uruguay quedaba adelante, por 3-0.

El entrenador iraquí, Emad Mohammed Ridha Al Easeri, decidió, a los 66′, hacer tres variantes. R. Doulashi ingresó por A. Ghasem; A. Jameel reemplazó a Y. Amyn, y A. Aoraha entró por A. Qasim.

A esa altura, ya quedaba poco por descubrir en el partido. A los 72′, llegaron tres cambios en Uruguay: S. Homenchenko reemplazó a Andrés Ferrari; R. Chagas ingresó por el lesionado M. Ponte, y A. Duarte entró en lugar de F. Gonzalez.

Más tarde, el entrenador uruguayo, Marcelo Broli, hizo las dos modificaciones que le quedaban; a los 81′ N. Siri reemplazó a Matías Abaldo, y cuando iban 86′, I. Sosa entró por Damián García.

Uurguay tuvo tiempo para anotar uno más. Cuando iban 90+1′, de un tiro de esquina de la derecha, apareció Alan Matturro, como un fantasma, para meter un cabezazo fuerte al primer palo, para poner el 4-0 a favor de Uruguay.

Fue una noche redondita, clara, y “celeste”. Como lo quiso Uruguay.

Hernán O’Donnell