Super Bowl LVI: Cincinnati Bengals va por la gloria con Joe Burrow, el joven estrella que no quería ser quarterback

Cincinnati buscará su primer Super Bowl de la mano de Joe Burrow. Crédito: Twitter @Bengals

Tuvieron que pasar 33 años para que la ciudad de Cincinnati vuelva a ilusionarse con alcanzar, por primera vez, la gloria máxima en la NFL. El domingo 13 de Febrero de 2022, en Los Ángeles, los Bengals harán su primera aparición en un Super Bowl desde 1988. Se enfrentarán ante los Rams en su casa, el SoFi Stadium, en un evento que incluirá un concierto plagado de estrellas en el entretiempo.

Un escenario que ni el más optimista podría haber imaginado meses atrás, aún cuando los Bengals tenían un inicio de temporada prometedor. De hecho, el propio quarterback del equipo, Joe Burrow, admite que no esperaba llegar tan lejos antes de que comience la campaña: “Creo que si me hubieras dicho antes de que iniciara la temporada que llegaríamos al Super Bowl, probablemente hubiera dicho que estás loco. Después, jugamos toda la temporada y nada me sorprende”.

La temporada 2021 significó un giro rotundo para la franquicia de Ohio. De ser últimos en su división, la AFC Norte, por tercer año consecutivo en 2020, pasaron a ser los ganadores, por encima de los Pittsburgh Steelers, Cleveland Browns y Baltimore Ravens. A partir de ahí, gestaron el camino hacia el Super Bowl LVI, al que accedieron tras una épica remontada ante los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes en la final de la Conferencia Americana.

La transformación de los Bengals, que dejaron atrás su mote de equipo débil para convertirse en uno de los más respetados de la liga en tan sólo un año, tiene mucho que ver con la llegada de Burrow. Tras una decepcionante temporada en 2019, en la que terminaron con récord de 2-14, los Bengals se aseguraron la primera selección del Draft del año siguiente por ser el equipo con la peor marca. Y no dudaron al momento de elegir a quien venía de tener un año fantástico en el fútbol americano universitario.

El fútbol americano, en los genes de los Burrow

Nacido un 10 de diciembre de 1996 en Ames, Iowa, la vida de Joe Burrow estaba ligada al deporte ni bien llegó al mundo. Su padre, Jim, jugó fútbol americano universitario en Nebraska (al igual que los hermanos mayores de Joe, Jamie y Dan) y tuvo una larga trayectoria en los roles de entrenador asistente (Iowa State y Nebraska) y coordinador defensivo (North Dakota State y Ohio University).

Sin embargo, Burrow no quería ser quarterback al principio: “Quería ser corredor o receptor, no sé por qué. Supongo que pensaba que en el fútbol americano infantil no lanzarían mucho el balón, así que quería tenerlo en mi mano. Obviamente, me alegro de que haya funcionado. Esta es mi carrera, no sé si podría haber sido receptor en la NFL, pero puedo jugar de quarterback bastante bien.” El tiempo le dio la razón a su entrenador de la infancia, que lo formó en esa posición. Mientras su padre trabajaba en la universidad de Ohio, Burrow asistía a la secundaria en Athens. Allí, se destacó tanto en fútbol americano y básquetbol, aunque luego optaría por el primero.

Como quarterback de los Bulldogs, Burrow condujo a la escuela a los playoffs en tres años consecutivos antes de dar el salto a la universidad. Su excelente estadía en Athens (11400 yardas aéreas y 157 touchdowns) culminó con un gran 2014 que le valió el Mr. Football Award, un premio al mejor jugador de fútbol americano de escuela secundaria en Ohio. Cuatro años después, el estadio de la escuela fue renombrado en honor a Burrow.

El estadio de fútbol americano de Athens High School fue renombrado en honor a Burrow. Crédito: Twitter @ACSD_Athletics

La irrupción a la escena nacional

Su explosión en el fútbol americano universitario tardó en llegar. Luego de tres temporadas en Ohio State (aunque en la primera no jugó para adaptarse y estirar su período de elegibilidad), donde sólo jugó 10 partidos y se graduó en servicios financieros para el consumidor y la familia, Burrow se cambió a Louisiana State University (LSU) en 2018 y a partir de allí escribiría otra historia. Fue nombrado quarterback titular en su primera temporada, en la que completó casi 3000 yardas con 16 touchdowns y cinco intercepciones. Y el año siguiente fue aún mejor.

El 2019 de Burrow es considerado como la mejor temporada de un quarterback en la historia del fútbol americano universitario. Ese año, Joe condujo a los Tigers de LSU a la consagración en el campeonato nacional tras una temporada regular invicta (15-0) y, además, ganó el Trofeo Heisman (otorgado al mejor jugador de fútbol americano universitario del año) con un récord de casi 2000 votos de diferencia sobre Jalen Hurts, hoy quarterback de Philadelphia Eagles.

Joe Burrow con el trofeo de MVP de la final del Campeonato Nacional de fútbol americano universitario en 2019. Crédito: Twitter @LSUFootball

Con 5671 yardas, 60 touchdowns y seis intercepciones en aquella temporada, Burrow se despidió del deporte universitario acumulando un registro total de 8852 yardas, 78 touchdowns y once intercepciones. Ya estaba listo para dar el paso a la NFL y sería sin lugar a dudas el jugador a elegir por los Bengals, que contaban con la primera posición del Draft.

La primera selección suele generar la esperanza de que el destino de un equipo puede cambiar, pero muchas veces las expectativas no son cumplidas o hace falta algo más que un jugador para lograr modificaciones. En su año de novato, parecía que Burrow tendría una misión imposible en tratar de revertir la suerte de Cincinnati.

Una revolución en Cincinnati

Fue nombrado titular ni bien se sumó a los Bengals, pero las debilidades de la línea ofensiva y la carencia de talento en otras posiciones dejaron al recién llegado un tanto solo. Ya en la segunda semana frente a los Browns, en la que firmó 316 yardas y tres touchdowns, se reflejaba la falta de ayuda que Burrow recibía, ya que el equipo no pudo aprovechar su gran actuación y perdió 35-30. Aunque logró su primera victoria dos semanas después, al equipo le costó levantar cabeza y la NFL le terminaría proporcionando una dura bienvenida al joven quarterback: en la semana 11 frente a Washington, una lesión de gravedad en su rodilla izquierda le impidió a Burrow terminar la temporada. Los Bengals terminaron el 2020 con un pobre récord de 4-11-1. Era esperable que Cincinnati tardara un tiempo en fortalecerse, aún con el prometedor quarterback en sus filas. Pocos imaginaban que el salto llegaría en la próxima temporada.

Con la quinta selección del Draft 2021, los Bengals seleccionaron al talentoso receptor Ja’Marr Chase, quien además de asomar como uno de los jóvenes más prometedores de su camada, ya se conocía muy bien con Burrow de sus años en LSU.

El reencuentro de Joe Burrow y Ja’Marr Chase dio resultado en Cincinnati. Crédito: NFL.com

El quarterback encontró en él al socio que le faltaba en el campo de juego: con 81 recepciones, Chase aportó 1455 yardas (récord de la NFL para un rookie y la mejor marca en la historia de la franquicia) y 13 touchdowns. Teniendo en cuenta su química en los años universitarios (conectaron 621 de 906 pases para lograr 8565 yardas, 76 touchdowns y 11 intercepciones en dos temporadas juntos en LSU), podía anticiparse que este dúo funcionaría muy bien. Solo que nadie sabía que lo lograrían tan rápido.

Sin embargo, no fue solo la llegada de Chase lo que potenció a Burrow. Aunque los problemas de la línea ofensiva persistieron, ya que Burrow recibió 51 sacks en la temporada regular y otros 12 en los playoffs, los cambios en la defensa potenciaron al equipo: agunas de las caras nuevas fueron BJ Hill, Larry Ogunjobi y Trey Hendrickson (quien firmó libre y registró 14 sacks).

Una decisión clave fue la selección del pateador Evan McPherson en la quinta ronda del draft. Aunque muchos lo subestimaron, el tiempo le dio la razón a los Bengals. McPherson completó el 84.4% de las anotaciones de campo en la temporada regular y desempeñó un papel protagónico en el camino hacia el Super Bowl: convirtió las 12 anotaciones de campo que pateó en postemporada, incluidas las que le dieron la victoria a Cincinnati frente a Tennessee Titans y ante los Chiefs.

Desde luego, poco hubiera importado todo esto sin Joe Burrow. No solo se recuperó al 100% para el comienzo de la temporada, sino que volvió mejor todavía. Los Bengals empezaron con el pie derecho y, aunque tuvieron algunos altibajos en cuanto a resultados, su triunfo en la semana 16 ante los Ravens confirmó que tendrían una temporada ganadora por primera vez en seis años. Aquel día, Burrow se llevó todas las miradas al registrar 525 yardas (récord personal y de la franquicia) y cuatro touchdowns. La semana siguiente, Joey repitió una actuación estelar en el triunfo 34-31 frente a los Chiefs al lanzar 446 yardas y cuatro touchdowns para asegurarle a los Bengals el primer lugar en su división.
De esa manera, Burrow cerró la temporada regular con 4611 yardas y 34 touchdowns, lo que supuso un récord en la historia de los Bengals.

Semejante nivel significó también un aviso de cara a los playoffs. Burrow continuó haciendo historia en Cincinnati ni bien empezó la postemporada: el triunfo ante Las Vegas Raiders en la ronda de comodines terminó una sequía de 31 años sin victorias para los Bengals en los playoffs. El éxito en Tennessee en la ronda siguiente significó la primera vez que Cincinnati ganó como visitante en unos playoffs. En la final de conferencia, Burrow y compañía revirtieron un duro comienzo para remontar un 21-3 en contra, forzar el tiempo extra y ganar el juego a través de McPherson.

Por si había alguna duda, Burrow demostró que fue una acertada primera selección. Tan solo en su segundo año en la liga, logró lo que los Bengals tanto esperaron por más de tres décadas e ilusiona a Cincinnati con entregarle el esquivo trofeo Vince Lombardi. La franquicia había llegado al Super Bowl dos veces en su historia, en 1981 y 1988, pero cayó en ambas ocasiones ante los San Francisco 49ers.

Con su triunfo en la final de Conferencia Nacional, Los Angeles Rams evitaron una tercera final entre los Bengals y su verdugo. Aunque Matthew Stafford y compañía presentan un reto difícil, además de que jugarán en casa, nadie podrá quitarle la esperanza a Cincinnati, independientemente del resultado. Ya han sido muchos los años de pesimismo y frustración. Ahora es tiempo de creer, porque empieza un nuevo capítulo en su historia. Y quien mejor que Joe Burrow para ser quien lo escriba.

Martín O’Donnell

Excursionistas e Italiano mostraron algunas virtudes y un margen para mejorar

Excursionistas renovó casi todo el equipo y en ese cambio de figuritas aún debe afinar la máquina, pulir detalles, encontrar el juego y tal vez, la formación titular. es un plantel que se ha modificado con respecto al anterior. Se ha ido sus mejores figuras, con el “Colorado” Iván Müller a la cabeza que se marchó a la segunda división de Grecia. Hombres importantes como Miguel López y Leandro Montemarani. También el experimentado arquero Carlos Kletnicki, o el lateral izquierdo Matías Alaníz. Futbolistas útiles como Nahuel Arias o Ricardo Segundo también dejaron la institución, y el emblemático Patrico Roldán se retiró. Por lo tanto, se armó casi un equipo nuevo, que tuvo su estreno ante el siempre muy complicado Sportivo Italiano.

Al minuto llegó la visita, con una aparición por derecha y una doble tapada de Hugo Acevedo, el arquero local. El equipo de Della Picca se paró con una clásica línea de cuatro, sostenida por la experiencia de Nicolás Pizarro; En el medio Cabrera por derecha, Sosa en el medio, a su lado Marcelo Scatolaro y Lucas Vera Piris. Adelante, Alejandro Noriega y Valentín Robaldo.

El local se plantó con una línea de cuatro respaldada por el capitán Diego Molina, en el medio Franco Quiroz trabajó con voz de mando, por derecha Leonel Barrios, cerca del medio Franco Benítez, por izquierda Leandro Rodríguez y en el ataque Claudio Galeano y Alberto Benítez.

Se repartían el dominio, hasta que llegó el golpe del local. Iban 24′ cuando Juli Canosa lanzó un centro al área, la bajó Barrios y Benítez sacó un remate muy potente que se transformó en el 1 a 0 para Excursionistas.

Con el marcador en contra, Italiano se soltó un poco más. Buscó a partir del manejo claro de Cabrera por derecha, de Sosa en el medio, y el juego aéreo de Alejandro Noriega, en el que sobresalió el centro delantero visitante. Ganó una y otra pelota que le tiraron. Forzó la visita, hasta que tuvo su premio. Tiro libre a los 37′ que ejecutó Robaldo y con una buena comba, la puso junto al palo derecho de Acevedo para sellar el 1 a 1.

Y sobre el final pudo ampliar, la visita cuando un pelotazo largo fue captado por Cabrera por derecha, le ganó la espalda a Canosa y se fue mano mano contra Acevedo, pero su disparo fue rechazado por el arquero local que salvó la caída de su valla.

En el segundo tiempo levantó Excursionistas. Se paró unos metros más adelante y tuvo un poco más el balón, aunque le costaba armar juego. Después llegaron las ventanas de los cambios. A los 63′, el primero en la visita: Matías Martínez reemplazó a Vera Piris. Enseguida, a los 65′, hubo dos variantes en el “Villero”; Matías Morales reemplazó a Leandro Rodríguez, y Emanuel Grespán ingresó por Alberto Benítez.

Italiano volvió a tener una chance de tiro libre; fue a los 69′ y otra vez en los pies de Robaldo, pero el vuelo de Acevedo desvió el disparo.

A los 74′ se fue golpeado Valentín Robaldo y lo reemplazó Lucas Vicó, en Italiano.

Excursionistas mejoró con el ingreso de Morales, hábil y rápido en el sector izquierdo, y a los 77′ enganchó hacia adentro y sacó un tiro alto, en una buena posibilidad para el local. A los 78′ Jorge González reemplazó a Galeano en el local, y fue muy productiva y esperanzadora su tarea. González puso voluntad, mucho ímpetu y una búsqueda permanente de jugadas ofensivas.

Empezó a empujar más Excursionistas y tuvo un par de corners a favor, como para torcer el resultado, pero la defensa “Azurra” se mostró segura. A los 85′ Félix Orode entró en reemplazo de Barrios, en “Excursio”, y a los 86′ Mauro Scatularo ingresó por Alexis Cabrera, en el equipo visitante.

La última fue para el local. A los 89′ tuvo un tiro libre que ejecutó Franco Benítez, el arquero visitante Bruno Centeno dio un rebote corto y el lateral Pansardi la sacó al corner.

Había sido la última para el local, que tuvo un partido de menor a mayor, que levantó con los ingresos de Morales, González y Orode, y que tiene margen para trabajar y crecer, igual que su visita, Sportivo Italiano, que mostró destellos de un equipo para tener en cuenta.

Hernán O’Donnell

El orden de Arsenal, las ganas de Central, y un empate lógico en una tarde tormentosa

La inmensa lluvia caída dos horas antes del inicio del juego, le puso un signo de interrogación a lo que podía ser el partido entre Arsenal y Rosario Central, por la primera fecha de la Zona “2” de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol. Un interrogante por como se desarrollaría el juego, como se adaptarían los futbolistas, como sería la propuesta inaugural de Leonardo Carol Madelón en su debut como entrenador del conjunto de Sarandí, que sugeriría el renovado Central de Cristian Alberto González. Todo se develaría en un escenario no habitual para un viernes de Febrero.

Y resultó muy lindo el partido. Central intentó tomar la iniciativa, con una línea de cuatro clásica en defensa, con Damián Martínez, Almada, Báez y Lautaro Blanco; tres volantes, Walter Montoya, Tanlogo, Infantino en la zona media, con Vecchio suelto, por momentos de enlace, en otros más volcado al costado izquierdo. Y dos delanteros, Lucas Gamba y Marco Ruben. Así, a los 5′ avisó con un remate lejano de Montoya, que se fue apenas alto.

Sin embargo, el local iba a abrir el marcador. Iban 10′ de juego y Brochero se lanzó por derecha, sacó un centro pasado, Ibáñez cabeceó hacia adentro y Sebastián Lomónaco con otro cabezazo dentro del área puso el 1 a 0 para Arsenal.

El equipo de Madelón sacaba ventaja en función del orden y la prolijidad de su juego. Axel Werner en el arco, Chimino, Gariglio, Goñi y Lucas Suárez en defensa, Dardo Miloc como volante central, adelante de él el dúctil Lionel Picco, a sus costado derecho Brochero, Antilef e Ibáñez por izquierda. Y como centro atacante, Lomónaco. Por momentos era un 4-1-4-1, por momentos, 4-1-3-2, Arsenal se mostraba versátil y ordenado.

Volvió a llegar Arsenal a los 20′, con un pase de Chimino a Lomónaco y el remate que contuvo el arquero Gaspar Servio. A los 28′ tuvo una posibilidad Central con una llegada de Ruben, pero Werner supo controlar. Y enseguida llegó el empate. Central empujaba, obligado por las circunstancias y a los 32′ un tiro libre ejecutado con mucha clase por Vecchio, fue conectado de cabeza por Marco Ruben para poner la igualdad en el marcador: 1-1.

El final del primer tiempo trajo nuevas emociones. Lo tuvo la visita, a los 43′ con un remate de Ruben de emboquillada y al ángulo, que se fue apenas alto. Y respondió el local un tiro libre que cabeceó Lucas Suárez, y Servio cortó la posibilidad.

En el complemento, el desarrollo fue similar. Arsenal tuvo una llegada a los 62′ con un tiro libre que Goñi conectó apurado y Servio supo controlar. El encuentro se hizo parejo, dividido y con dominios alternados. Además, llegaron los cambios y toda la dinámica que se modifica con las variantes.

A los 68′ Leonardo Madelón determinó las dos primeras variantes de su equipo; Alexander Díaz ingresó por Sebastián Lomónaco y Facundo Kruspzky reemplazó a Antilef. Respondió central con una modificación; a los 73′ Buonanotte remplazó a Gino Infantino.

Central tuvo una oportunidad a los 75′, de hecho Marco Ruben conquistó la valla local, pero la jugada no fue convalidada por off side de Gamba.

El juego se hizo cortado a partir de las variantes; a los 84′ el uruguayo Machado entró por Picco y el colombiano Edwin Torres ingresó en lugar de Brochero, en el conjunto de Sarandí. En el equipo rosarino Milton Caraglio ocupó el lugar de Lucas Gamba, y Kevin Ortíz ingresó en reemplazo de Mateo Tanlongo.

Central tuvo la última a los 90+1′ con un disparo de Báez que pasó cerca. Y no hubo tiempo para mucho más. Entre el orden del local y el juego más aventurado de la visita, Arsenal y Central firmaron el empate en la tarde lluviosa de Sarandí.

Hernán O’Donnell

Schwartzman tuvo un rival difícil pero supo abrirse paso

“Fue increíble, porque jugué muy bien la mayoría de los puntos, pero al momento de la definición, la tiraba a cualquier lado”, así, sin palabras complicadas ni análisis estrafalarios, Diego Schwartzman trazó una síntesis de lo duro que fue el triunfo de anoche, en el cierre de una jornada de jueves muy larga y calurosa, en la que se definieron los jugadores que accedieron a los cuartos de final del ATP 250 Argentina Open 2022.

Debió definir los dos sets en el tie braek, ante el duro español Jaume Munar, para cerrar con un 7-6 (7-2) y 7-6 (7-4), en casi dos horas y media de juego. Nada fácil, porque el rival fue constante, duro y certero.

“Jugué contra un rival muy inteligente a la hora de leer los momentos del partido, sin embargo creo que en los momentos decisivos, en los puntos clave, ahí jugué mejor”, señaló más relajado en la conferencia de prensa posterior al extenuante partido.

Y era cierto, porque en el primer set no pudo cerrarlo. Munar se había mostrado sólido y capaz de devolver todo lo que Schwartzman le tiraba, pero falló a la hora de definirlo y en el tie break el local fue más consistente, más seguro y obtuvo una amplia ventaja.

“Hubo momentos en que yo sentía que terminaba el punto, y sin embargo me traía una más. Pero en los decisivos, creo que estuve bien. Saqué adelante momentos complicados y estoy feliz”, resumió ese momento el “Peque”.

En el segundo set, la tónica fue similar, aunque esta vez fue el “Peque” quien tuvo una ventaja porque contó con la posibilidad de cerrarlo antes de llegar al desempate. Estuvo adelante 5-4 y contó con dos match points, primero en un 30-40, y luego con una ventaja. Pero fueron esos puntos en los que el español devolvió todo, le entraron todas las bolas y al final resolvía algo impensado para el local, a pesar de que este había jugado muy bien los puntos.

“En el tie break del segundo jugué, creo, los mejores seis puntos seguidos de mi vida, si no lo fueron, pega en el palo. Después erré algunas definiciones, pero estaba muy bien de la cabeza y con una devolución lo pude terminar”, analizó Schwartzman.

Ahora viene un partido difícil, ante Francisco Cerúndolo. “El torneo tiene grandes partidos y creo que la gente lo disfruta. Yo también. Va a ser muy complicado, voy a tener que jugar con mucha inteligencia”, respondió.

Ahora es Cerúndolo, que viene de una larga y exitosa semana de triunfos desde la qualy, para meter un semifinalista argentino en el torneo. Otro encuentro que promete ser vibrante.

Hernán O’Donnell

Federico Coria, y el sueño de jugar en Buenos Aires

Tremendo inicio de la segunda ronda, con un miércoles intenso y una apertura de la jornada con un partido que mucho prometía: Dusan Lajovic, que venia de eliminar a Benoit Paire, y Federico Coria, vencedor de Pablo Cuevas.

Y salió un match tremendo, con un primer set muy duro y cambiante. Arrancó el serbio 3-0 arriba, luego Coria achicó a 2-3, avanzó Lajovic a 5-2 y la templanza y la fe de Federico lo llevaron a estar 4-5 con su saque y 40-0 a favor.

Sin embargo, no pudo resolver la situación y se le fue la manga por 6-4.

Sin saber ni imaginar lo que vendría, el segundo set tomo un perfil favorable a Lajovic, quien con un juego sólido, eficaz y potente, dominó hasta ponerse 5-3 arriba en el marcador, con su servicio.

“Fue el momento más difícil del partido”, nos respondió más tarde, en la conferencia de prensa, cuando lo consultamos por esa situación, en la que incluso protestó de manera airada una pelota a favor de su adversario, ”pero decidí serenarme, disfrutar del juego, del partido, y sentir que si era el último game, disfrutarlo. No quería irme de la cancha, me gusta jugar acá, así que me relajé, pude sacar mi mejor tenis y revertir el partido”.

Allí se produjo el quiebre del encuentro. Federico se metió en el partido, se olvidó de las discusiones y los reclamos, jugó punto por punto. Quebró para salvar la caída, y quedó 4-5, con su saque. Lo mantuvo, 5-5, para luego llevar al 7-5 y forzar el tercer y definitivo set.

Tras ese remolino de tenis, pasión y ganas, los primeros games fueron parejos hasta que Coria se adelantó primero 3-1, luego por 4-2, y tomó el control definitivo del juego. Había remontado en el segundo set con cuatro juegos casi perfectos y en el tercero tuvo una alta eficacia con el saque, sobre todo con el segundo servicio. desde allí dominó a un Lajovic que había estado cerca de la victoria, pero que lució cansado y errático sobre el final del set decisivo.

Lajovic conservó su saque y se acercó a 3-4; Federico sostuvo el suyo y se adelantó, 5-3. Lajovic, con esfuerzo, se adelantó 40-30 y un passing de Coria quedó en la red. 4-5; o si prefiere, 5-4 porque a Federico le quedaba el servicio para definir.

Y no falló. Se apoyó en el brazo suelto y en esas ganas locas de ganar, por eso celebró con una caída sobre el célebre court, se llenó la espalda de polvo de ladrillo y sonrió como nunca por una victoria enorme, en un partido muy complicado, pero que lo sorteó con jerarquía y le permite seguir en el torneo que más le gusta, por el que eligió ser tenista.

Hernán O’Donnell

Buenos Aires se llenó de emoción con la última presentación de Juan Martín Del Potro

Tal vez no haya sido el último partido oficial de Juan Martín Del Potro; tal vez haya una presentación en el Torneo de Río de Janeiro ya llí habría que ver hasta donde llega. Pero para la gente, para su gente, aquella que vibró con su carrera, que siguió sus partidos del primero al último, que vibró con las conquistas de cada uno de sus torneos, que enloqueció con el US Open y se emocionó hasta el infinito con la Copa Davis; la gente que lo apoyó y lo acompañó en cada interrupción que tuvo su carrera, en cada momento difícil y en los largos períodos de recuperación. La gente que lo llevó al pedestal sublime de los ídolos y que la noche del Martes 8 de Febrero de 2022 colmó el Buenos Aires Lawn Tennis Club para darle el último adiós a su carrera profesional.

El partido casi fue una anécdota. Federico Delbonis, rival y amigo en esta noche especial, dominó desde el principio. Si bien Juan Martín se llevó el primer juego, luego se soltó el brazo del hombre de Azul. y tras el 0-1 inicial, Delbonis fue protagonista exclusivo a partir de las dificultades físicas de Juan Martín para desplazarse y sostener el ritmo del partido. Entonces se llevó la primera manga por 6-1.

Con el apoyo del público, con un aliento constante que bajaba de las tribunas, Juan Martín se hizo fuerte con su servicio y se adelantó en el marcador. Delbonis defendió el suyo y así el set se desarrolló en una cierta paridad hasta llegar al 3-3. Ahí se produjo el quiebre, tras un game largo y parejo en el que ambos tuvieron sus chances pero fueron más las de Delbonis. Por eso logró quebrar para adelantarse 4-3, sostuvo su saque y se puso 5-3.

El clima creció en intensidad emotiva, y Del Potro, al momento de iniciar su saque, se quebró. “Vamos Juan Martín, el último esfuerzo”. Tal vez haya sido ese grito anónimo de la tribuna que le tocó la fibra más íntima, que le llegó a lo más hondo y lo inundó de emoción. No pudo sacar. Debió apoyarse en la toalla, secar las lágrimas, tomar aire e ir, después de una pausa imprescindible, a buscar el último milagro.

No pudo ser. Enfrente había un amigo, pero también un rival con otro presente que, por los puntos y tal como lo indica el manual de lealtad deportiva, le jugó de la manera más seria y respetuosa y le ganó ese game, para cerrar con un 6-1 y 6-3 final.

El abrazo entre los contendientes, sentido y emotivo, disipó cualquier duda. La ovación conmovedora de la gente, los aplausos sonoros, la compañía de las figuras de ayer, como Gabriela Sabatini o Guillermo Coria, los ídolos y amigos personales, como el “Flaco” Rolando Schiavi, la madre y los amigos de Tandil. Todo se juntó en esos minutos finales, esos en los que caminó el cose sacó la vincha, la apoyó en la red, saludó a los cuatro costados, levantó los brazos y dejó su nombre flotando en el Adiós…

Hernán O’Donnell

Francisco Cerúndolo no se desesperó y logró un triunfo contundente

Fue una victoria merecida, lógica, clara. Más allá del comienzo, un poco errático, con algunas fallas pero sobre todo con un rival que dejó lo mejor de sí en el inicio del partido. La clave fue que Francisco Cerúndolo no perdió la cabeza, no se entregó ni resignó el primer set, aún cuando parecía perdido, porque tras los primeros games, cuando Bagnis se adelantó 2-0, Francisco no se pudo acomodar al partido y muy pronto quedó 1-5 abajo.

Un poco por los nervios, un poco mérito del rival, lo cierto es que Cerúndolo no entraba en el partido y Bagnis lucía como dominador. Sin embargo, en el séptimo game, “Fran” se soltó. Ganó el primer punto del juego con una fórmula positiva, lo sacó al rival bien afuera de la cancha y con una derecha paralela se puso 0-15. Era una señal saludable. Enseguida quebró el saque de Bagnis y se fue al descanso 2-5, pero ya con otra perspectiva en el partido. Mantuvo el saque y achicó a 3-5 la diferencia, luego vino un game casi decisivo, porque Bagnis con su saque no pudo llevarse el set, aún cuando estuvo a un punto de hacerlo. Y Cerúndolo, que necesitó casi de seis break points, soportó la presión de estar al borde de perderlo, cometió algún error aislado y al final lo ganó con autoridad, lo que desembocó en un grito amplio y efusivo. Quedó 4-5 con su saque y enderezó el camino, hasta llevarse la manga por 7-5.

El segundo set fue más contundente. Muy pronto quedó 4-1. El siguiente fue un game apretado, pero Cerúndolo mantuvo el servicio y se adelantó 5-1. Bagnis no se entregó y defendió su saque: Cerúndolo quedó adelante 5-2 y la gran posibilidad de cerrar el juego.

Así lo hizo, con solvencia y seguridad. Sumó los cuatro puntos del juego y selló el partido con un rotundo 6-2 en el segundo set.

“Fue un partido muy difícil”, dijo ante las cámaras de la TV oficial. “No estaba mal, aunque él arrancó muy bien. Entonces pensé en jugar punto a punto, y a medida que ganaba me decía a mí mismo, ‘vamos por uno más’. Cuando pasé el 3-5, que había sido un poco largo, sentí que lo podía ganar”, dijo Francisco Cerúndolo.

Se fue envuelto por el calor de la gente, los aplausos generales y la alegría de la familia y los amigos, que sueñan y lo acompañan.

Hernán O’Donnell

Dusan Lajovic se equivocó menos y venció a Poiret en el inicio del Argentina Open

Esta vez el Argentina Open comenzó con un día fresco, sin la clásica alta temperatura que suele agobiar cada jornada. Pero con un impetu en la gente, con una pasión y una expectativa enormes, que casi una hora antes que se abrieran las puertas ya los encontraba en los alrededores, dispuestos a vivir una larga jornada.

Benoit Paire y Dusan Lajovic protagonizaron el primer partido, casi el que abrió el torneo. Y mucha gente se acercó a observarlo, al tener en cuenta que se enfrentaban dos jugadores que pueden llegar lejos. Por eso, el mediodía del lunes tenia un gran clima.

Empezó Lajovic con el saque. Se quebraron mutuamente y luego el serbio se quedó con su saque: 2-1. Pero reaccionó el francés y con un saque muy fuerte y un juego solido Dio vuelta el marcador y se adelantó 3-2. Quebró para el 4-2 en el siguiente juego. Lajovic defendió su servicio y se fueron al descanso con el frances adelante por 4-3, hasta que se llevó la manga por 6-4.

El segundo set comenzó duro y equilibrado. Cada uno mantuvo su saque para colocarse 2-2. Luego Lajovic se hizo fuerte, defendió su saque y con muy buenos passing quebró al francés y se adelantó 4-2. Paire, molesto y confundido quebró su raqueta en el séptimo game, antes de que se le fuera y el marcador quedara 5-2 para el serbio.

Salió mas tranquilo y concentrado Benoit, sacó con holgura, jugó fuerte en el saque del rival y achicó a 4-5 el segundo set, con su servicio a favor. Pero no lo sostuvo y el segundo set fue para Lajovic por 6-4.
El tercer y definitivo set fue intenso y cambiante. Comenzó con el quiebre de Paire, luego quebró el serbio y el tercer game fue para el sacador. Lajovic se fue al descanso 2-1. Paire sacó el látigo de su derecha e igualó 2-2. Lajovic no se quedó atrás a lo hora de los palazos, y se llevó su saque: 3-2, tras una batalla de balazos, en la que se había adelantado 40-0 y luego estuvo a punto de perder el game.

El tramo final del set definitivo fue de la misma manera y con la misma energía e intensidad.

Sacó Benoit para igualar, 3-3. Y fue más decidido en el séptimo game: 4-3 para pensar en resolver el partido con su saque, tras un quiebre fundamental.

El cierre del encuentro estuvo en el mismo tono del partido. Con altibajos, algunos errores y algunas imprecisiones. Paire pudo sostener el dominio, y con cierto sufrimiento sostuvo el saque y se adelantó 5-3.

Un revés cruzado lo adelantó 0-15; luego lo frenó la red, 15 iguales. Una serie de toques sutiles como no se habían visto en el partido lo llevaron al 15-30, pero se recuperó Lajovic y ganó su saque. Paire habria de sacar 5-4 arriba.

Sin embargo, los nervios, la imprecisión y el apuro no le permitieron cerrar el juego. Iba 40-15 y Dusan lo quebró: 5-5. A esta altura el público, que había comenzado con un apoyo irrestricto al francés, ya mostraba alguna simpatía por el serbio.

Pero todo era un concierto de sorpresas y Lajovic no aprovechó su momento. Quebró Paire y a sacar con el 6-5 a favor.

¿Ventaja para el francés? en absoluto. Perdió todos los puntos y Lajovic logró el game para igualar 6-6 y llevar la definición al tie-break.

Allí dominó muy pronto el serbio, se adelantó 4-0 y luego mantuvo la ventaja hasta ganar 7-3 y llevarse el partido.

Fue, al cabo, 4-6, 6-4 y 7-6 (3) para Dusan Lajovic, en un partido intenso, fuerte, con errores y altibajos, en el que ganó el que menos se equivocó.

Hernán O’Donnell

Juan Martín Del Potro, a la hora del cercano adiós

Entró erguido a la sala de prensa, confiado, a paso seguro y vestido para la ocasión. Pero apenas comenzó a hablar, tan solo cuando pidió la palabra y enfrentó a los periodistas, se quebró. ”Tal vez esto sea mas una despedida que una vuelta”, anunció de modo sorpresivo, hasta que la emoción lo embargó.

Fue un sacudón y el ambiente enseguida se llenó de una mezcla de consternación, incertidumbre y sensaciones encontradas, entre la enorme expectativa por ver al tenista otra vez ante su gente en un Estadio que promete estar colmado el martes por la noche, y la melancolía de un adiós al tenista profesional que parece que esta vez se acerca de modo inexorable.

“Desde hace mucho tiempo pienso en el mensaje que quiero expresarles, es muy difícil para mí. Tal vez esto sea más una despedida que el anuncio de otra vuelta. La rodilla me tiene en una pesadilla, hace muchos años que intento alternativas, y tratamientos, médicos y diferentes maneras de solucionarlo. Y es el día de hoy que no lo logro. Nunca imaginé retirarme del tenis si no era en una cancha y no encontraba mejor torneo que el de Buenos Aires para hacerlo; después de estas semanas veré que hago de mi futuro. Hoy tengo que elegir poder vivir como una persona de 33 años, es una decisión difícil pero la quería comunicar”, comenzó su presentación.

“No veo la hora de entrar a esa cancha; voy a jugar el martes. Es el día de hoy que hago un esfuerzo tremendo para poder jugar porque amo este deporte, pero es muy difícil hacerlo con tantos dolores, y no poder dar el 100% como lo hice siempre”, agregó. “Me tocará hacerlo con un amigo como Fede (Delbonis)…Creo que no podía pedir otro rival para jugar que no sea Fede, porque juntos vivimos días muy lindos en nuestras carreras…” y ya las lágrimas fueron incontenibles, en una conferencia emotiva, profunda, impactante.

“Lo deportivo hoy está un poco al margen, aunque en mi esencia siempre está el querer ganar, aunque juegue con Fede, voy a querer ganar. Necesitaba estar en el torneo, ahí tengo el foco, necesitaba sentirme jugador, estar adentro de la cancha”, continuó Del Potro.

“Tuve muchas lesiones a lo largo de mi carrera, pero he logrado muchas cosas en el tenis. Quizás esta vuelta no sea milagrosa como las anteriores y el final esté a la vuelta de la esquina, porque los dolores ya no son solo dentro del deporte sino en la vida cotidiana. A mi me gusta estar con amigos, jugar al fútbol, estar activo, y todas esas cosas hoy no las puedo hacer, así que tengo que pensar en mi vida diaria. Entran en juego esas decisiones que antes no las tenía en cuenta y ahora sí las considero”.

Todo giró sobre esa posibilidad latente de decir adiós y la emoción que encierra un final de una carrera deportiva profesional. Por eso habló de esos momentos tan gloriosos, como el ganar el US Open tras vencer a Rafael Nadal y Roger Federer, la conquista de la ansiada Copa Davis y la medalla plateada en los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016. “Aunque lo del martes puede superar todo”, imaginó en lo que promete ser una noche inolvidable.

“Lo que puedo imaginar creo que va a quedar chico en cuanto a lo que pase, por como me lo hace sentir la gente, aquí en el club, en la calle…jugaré aquí y en Río, porque allí también fui muy feliz con el tenis”, señaló. “Va a estar mi mamá, que nunca me vio jugar…”, y la emoción volvió a aflorar en medio de los sentimientos más profundos.

Al final, consultado por este medio sobre si había hablado de esta decisión con tenistas, amigos, profesionales que haya compartido momentos, “la verdad es que lo hablé con los más íntimos, ustedes saben que siempre mantuve un perfil bajo y me gustó más hablar en la cancha. Era algo que yo tenía guardado desde hace mucho tiempo, y salir a contarlo no es fácil. Pero ahora me siento mucho más aliviado, de haber sido transparente como siempre lo fui. La gente más cercana me dice ‘no pienses en el tenis, tenés 33 años, pensá en tu vida’. Por eso tenía que hacer un corte y comunicarlo”.

Dejó un mensaje en inglés para todos los fanáticos que tiene alrededor del mundo, saludó con cierta timidez, y dejó la sala de prensa, a la espera de la próxima función, que puede ser la última o no, pero que ya se palpita como la del sello del amor eterno con su gente.

Hernán O’Donnell

Platense cerró la preparación con una goleada en una noche de celebraciones

La Copa de la Liga 2022 está muy cerca de su presentación. En rigor de verdad debió comenzar en este fin de semana, pero se postergó unos días, y los equipos aprovecharon para jugar amistosos y poner a punto a sus esquemas de cara al comienzo del certamen. Platense no fue la excepción, y para celebrar también el ascenso conseguido hace poco más de un año, organizó el encuentro ante Argentino de Merlo, equipo que participa en la Primera “C” de nuestro fútbol.

Y fue una victoria clara del “Calamar”. Más allá de la sorpresa inicial, cuando Argentino de Merlo salió con cierta desfachatez a jugar y a los 3′ alcanzó la apertura del marcador a través de un golazo de Nicolás Ríos, quien se filtró por el medio, sorteó la marca de Ruiz Díaz y Gastón Suso, y cuando le salió Jorge De Olivera definió con un tiro fuerte. 0-1 para Argentino de Merlo y sorpresa en Vicente López.

Enseguida reaccionó el local. Se fue rápido por la izquierda Brian Mansilla, cruzó el balón al medio y Gonzalo Bergessio, que entró al área a toda velocidad, marcó el 1 a 1 a los 5′ de juego.

Respondió otra vez la visita, a los 7′, con un tiro de esquina desde la izquierda y el cabezazo de Jonathan Maciel que se fue apenas arriba del travesaño.

Le costaba imponer condiciones al local, aunque con el correr de los minutos se afianzó, a través de la línea de cuatro, con Schott, Ruiz Díaz, Suso e Infante; dos volantes centrales, Hernán Lamberti e Iván Gómez, por derecha Tijanovich, por izquierda Brian Mansilla, detrás del “9” Nicolás Delgadillo, y de centrodelantero, “Lavandina” Bergessio.

A los 24′ revirtió el marcador. Tijanovich puso un pase profundo y filtrado por derecha para la entrada de Augusto Schott y el lateral, con un tiro rasante y al primer palo, puso el 2 a 1 para Platense.

Todo quedó resuelto a los 36′ con un centro de Juan Infante y el cabezazo de Iván Gómez para marcar el 3 a 1 a favor del local.

El conjunto visitante comenzó el segundo tiempo con dos modificaciones. F. Romero entró en lugar de Lucas Fernández y Barrios reemplazó a Maximiliano Laso. Pero no alcanzaron a acomodarse en el campo que Platense aumentó el marcador. A los 48′ vino un centro de Delgadillo y Tijanovich puso el 4 a 1.

Gómez probó desde afuera a los 49′; a los 56′ Argentino realizó una buena jugada colectiva que terminó con un correcto disparo de Ríos, su mejor jugador, cerca del travesaño.

Un minuto más tarde, a los 57′, dos variantes más hubo en la visita: L. Romero entró por Ezequiel Cohen, y Brandán ingresó en lugar de Santiago Villarreal. Ahí empezó el show de los cambios. A los 61′ Cardozo entró en lugar de Gastón Suso, Franz Gonzales ingresó por Hernán Lamberti y Schor reemplazó a Tijanovich. A los 61′ sumó tres modificaciones más la visita, y a los 68′ Bergessio marcó el 5 a 1 de cabeza tras recibir un tiro de esquina desde la derecha.

Se acabó allí el encuentro, aunque no terminaron los cambios. Iban 70′ y Claudio Spontón determinó cuatro modificaciones; el arquero Ledesma entró por Jorge De Olivera; Mauro Bogado reemplazó a Iván Gómez; Nicolás Bertolo entró en lugar de Gonzalo Bergessio, y Morgantini ingresó en la posición de Augusto Schott.

Pero hubo más; a los 79′ “Tito” Canteros reemplazó a Nicolás Delgadillo y Sandoval a Brian Mansilla, mientras que a los 84′ Pignani ingresó por Ruiz Díaz.

Fue una noche de celebración, pues al final hubo un video que conmemoró el ascenso logrado hace un año en Rosario, y una noche de expectativa, por la Copa de la Liga que se está por iniciar.

Hernán O’Donnell