Argentina allana su camino y afianza al equipo

La noche ante Perú no fue igual a las anteriores. Argentina no pudo repetir la fantástica actuación que había tenido frente a Uruguay ni la dinámica intensa mostrada en Asunción contra Paraguay. Tampoco la excelsa brillantez y capacidad goleadora de Lionel Messi. Pero sí obtuvo un triunfo merecido, justo y valioso. Sí supo imponer condiciones, dominar al rival y ganar las unidades en juego. La Argentina no tuvo el brillo ni el nivel de los encuentros anteriores, pero no puso jamás en duda el triunfo, ni siquiera cunado el equipo de Ricardo Gareca contó con un penal para equilibrar las acciones.

La selección se sostuvo en lo que su entrenador sostiene es una de sus grandes virtudes: la paciencia. El conjunto supo ser cauto y prudente para entender el partido que Perú le propuso. Manejar el balón con seguridad y tranquilidad desde el fondo, moverlo hacia los laterales, repetir el péndulo hasta hallar el espacio justo para dañar. Perú le cedió el balón y el terreno. Armó una línea de cuatro cerca de su arquero, Pedro Gallese. Los laterales, Lora, de gran partido, y Trauco, contenidos. Los centrales, Carlos Zambrano y Callens, atentos y vigilantes para cerrar espacios, achicar el terreno y anticiparse a las maniobras. Este último sobresalió por encima del zaguero de Boca Juniors.Aquino delante de los centrales, como volante tapón. Una línea de cuatro volantes, Cueva, Gonzales, Yotún y Raziel García, y Lapadula adelante, como referencia de ataque.

Ante ese planteo, la Argentina buscó conducir con el trío Romero, Otamendi y Leandro Paredes. De esa salida cuidados y prolija, se buscaba por los costados a Molina y Marcos Acuña. O por el medio, a Rodrigo De Paul o Giovanni Lo Celso. Luego el balón pasaba por Messi, para desembocar en Lautaro Martínez o Angelito Di María. En general, el desarrollo iba de izquierda a derecha para volver a la izquierda y que apareciera Di María en soledad. Así sucedió un par de veces, hasta que se abrió el marcador a los 42′ con un certero cabezazo de Lautaro Martínez que superó la estirada de Pedro Gallese. 1-0 para la Argentina.

Perú se soltó un poco más en el complemento. Se adelantó unos metros en el campo y trató de dar pelea, aunque sin arriesgar en demasía ni abrir espacios en la defensa. A los 59′ salió Lapadula e ingresó Jefferson Farfán; delantero por delantero, sin cambiar el esquema de 4-5-1.

Y fue Farfán el que se mostró rápido e incisivo; a los 64′ le ganó la espalda a “Cuti” Romero tras un buen pelotazo de Yotún y Emiliano martínez salió en velocidad a atorarlo, pero lo derribó con el pie y el árbitro Sampaio cobró el lógico penal. Lo ejecutó Yotún, a los 65′, y el balón pegó en el travesaño, se elevó y salió desviado. Sonrió el arquero Martínez y Argentina se aferró al resultado. Porque si Perú contaba con una buena posibilidad de empatar el juego, la acababa de dilapidar.

Enseguida llegó la ventana de los cambios, con varias modificaciones en los dos equipos. A los 72′ G. Costa reemplazó a Raziel Garcia y W. Cartagena entró por Y. Yotun en el conjunto visitante, en tanto en el local, Nicolás González ingresó por Angel Di María y Guido Rodríguez ocupó la posición de Leandro Paredes.

No varió demasiado el desarrollo del juego. Se mantuvo el argumento de la película; Argentina al dominio, casi sin espacios y con pocos agujeros para entrar a la férrea defensa visitante. Un tiro libre de Leo Messi fue de lo más claro al final, con una tapada brillante de Pedro Gallese.

A los 84′ Marcos Johan López entró en lugar de C. Gonzales en Perú, mientras que en Argentina, Joaquín Correa ingresó por Lautaro Martínez. Perú avanzó en los últimos minutos y dispuso de un par de tiros de esquina que pudieron suponer algún peligro, pero que no se tradujo en la realidad. Ninguno trajo problemas, Por eso Lionel Scaloni pareció desesperarse en un momento y cerró el partido con el último cambio a los 90+2′, cuando Exequiel Palacios reemplazó a Giovanni Lo Celso.

Argentina venció a Perú por 1 a 0, y el resultado es justo. Tal vez un poco apretado, porque el dominio de la Seelcción Nacional debió tener el premio de algún gol más, aunque tampoco le sobraron situaciones claras. Lo concreto es que el equipo no detiene su marcha, mantiene la autoridad en cada encuentro y se perfila para un Mundial que cada vez aparece más cercano.

Hernán O’Donnell