Colombia puso ritmo, corazón y fútbol para llegar a la Final

Fue un partidazo, por lo que propusieron los dos, pero Colombia resultó el protagonista central. Tanto por lo que hizo, como por algún error cometido que le dio una oportunidad a su rival, Uruguay. El equipo de Néstor Lorenzo tuvo mucho ritmo, un juego atildado y un corazón enorme para jugar más de la mitad del partido con un hombre menos. Sacó ventaja en el primer tiempo, supo resistir n el segundo, y al final hasta pudo ampliar el marcador.

La Selección Colombia formó con  Camilo Vargas; Daniel Muñoz, Dávinson Sánchez, Carlos Cuesta, Johan Mojica; Ríchard Ríos, Jéfferson Lerma, Jhon Arias; James Rodríguez, Luis Díaz y Jhon Córdoba. 

El conjunto de Marcelo Bielsa comnzó con Sergio Rochet; Sebastián Cáceres, José María Giménez, Mathías Olivera; Manuel Ugarte, y Federico Valverde; Nicolás De la Cruz, Rodrigo Bentancur, Maximiliano Araújo y Facundo Pellistri; y Darwin Núñez.

El ritmo fue frenético desde el inicio. Parecía que Uruguay iba a sorprender con su sistema táctico, de tres centrales, dos medio y cuatro volantes con mucha llegada, para abastecer a Darwin Núñez. Pero Colombia tomó muy pronto el balón, empezó a moverlo y se hizo protagonista. A los 14′ Daniel Muñoz llegó con un cabezazo cruzado, que pasó muy cerca del palo derecho de Rochet.

Contestó Núñez, a los 17′, con un disparo cruzado, peligroso.

Pero era Colombia el que más profundidad tenía. A los 33′ fue John Córdoba el que tuvo una posibilidad, con un buen cabezazo. los problemas de Uruguay se empezaron a acentuar con la lesión de Betancur, quien debió dejarle su lugar a Guillermo Varela, a los 34′ de juego.

Y a los 38′ Jefferson Lerma metió un tremendo cabezazo, tras un tiro de esquina ejecutado por Díaz, y puso el partido 0-1 a favor de Colombia.

Pudo aumentar a los 43′, con un remate de Ríos que desvió Rochet. La “Celeste” estaba desconcertada ante el ritmo que imponían los cafeteros.

Sin embargo, el trámite del partido, que tomaba un claro desarrollo, se revirtió sobre el cierre d la primera parte, cuando fue expulsado Daniel Muñoz por un codazo a Manuel Ugarte. Inexplicable reacción de uno de e los mejores laterales de la Copa. El segundo tiempo iba a ser otro partido.

Por lo pronto, ambos iban a hacer modificaciones en sus formaciones. Uruguay efectuó dos cambios; Cristian Olivera entró por Facundo Pellistri, y Giorgian de Arrascaeta ingresó en lugar de Mathías Olivera. Néstor Lorenzo dispuso que Santiago Arias ingresara por Jhon Arias.

El juego fue más peleado y bajó el nivel de juego. Lorenzo debió apelar a dos variantes más en su conjunto; Kevin Castaño entró por Richard Ríos, y Mateus Uribe reemplazó a James Rodríguez, cuando iban 61′ de juego.

En Uruguay, a los 66′ Luis Suárez ingresó por Guillermo Varela, quien había reemplazado a Betancur cuando promediaba el primer período. Y preocupó Suárez, quien a los 71′ metió un tiro en el palo.

Allí el partido volvió a tomar el ritmo frenético del comienzo, y la aventura se hizo “palo a palo”. Uruguay iba y los del Pacífico contragolpeaban. A los 75′ Yerri Mina entró por Jhon Córdoba. Más gente para defender y luchar. Y a los 85′ llegó la última variante de Lorenzo: Luis Sinisterra ingresó por Luis Díaz.

Lo pudo definir Colombia, a los 87′, pero el tiro de Uribe salió ancho, cuando todo parecía indicar que iba a convertir. La Celeste hizo el último cambio a los 88′, Agustín Canobbio entró por Nicolás de la Cruz.

S jugaron siete minutos de tiempo agregado para romper corazones. Lo tuvo Uribe, a los 90+3′, pero entre Rochet y el travesaño le dijeron que no.

Y Uruguay no pudo. No tuvo ideas ni serenidad. Se contagió de nervios e impotencia. Colombia le puso ritmo a la noche, buen juego al partido y corazón a la adversidad. Y es un justo finalista.

Hernán O’Donnell