Los versos de Chabuca Granda nos remiten a un pasado hermoso, mejor, no tan lejano: “Déjame que te cuente, limeña…déjame que te diga la gloria; del ensueño que evoca la memoria, del viejo puente, del río y la alameda…”. Esa hermosa canción que, al tararearla, nos transporta a un glorioso momento del fútbol peruano, a una época dorada donde los Chumpitaz, Julio Baylón, Ramón Mifflin, Teófilo Cubillas, “Cholo” Sotil, Oswaldo “Cachito” Ramírez…aquellos duendes que elimianro a la Argentina de la Copa del Mundo de la FIFA_México 1970 en una tarde ya mítica del ’69 en la Bombonera, y que descollaron en la cita mundialista, y luego regersaron al Mundial de Argentina 1978 para desplegar un ballet ante Escocia, derrotarlo por 3 a 1 y mostrarle al mundo la categoría de Muñante, Oblitas, Velazquez, el mismo Teófilo, el propio Chumpitáz…
Ese Perú que cerró una larga década dorada con la clasificación a la Copa del Mundo de la FIFA-España 1982 tras un lindo baile a Uruguay en el célebre Estadio Centenario en la eliminatoria de 1981. Ese equipo que conducía Tim (el DT de Los Matadores de San Lorenzo) y que lucía a César Cueto, Julio César Uribe, Guillermo La Rosa, Percy Rojas, Franco Navarro, el interminable Teófilo…
Ese Perú que deslumbraba con su toque y movilidad y un día empezó a apagarse, hasta perderse en el fondo en cada competición sudamericana.
Ese equipo que despertaba simpatías y admiración por su trabajo atildado, prolijo, por su cadencia y su estética empezó a desdibujarse. La derrota ante Polonia en el Mundial de España 1982 fue el cierre de una etapa gloriosa y el comienzo de la decadencia. A partir de allí, tras más de 10 años de brillo, el conjunto del Pacífico perdió fuerza e identidad.
No logró el pasaje al Mundial de la FIFA-México 1986 tras el empate ante Argentina en River Plate, la tarde de la corajeada de Passarella y allí comenzó a apagarse su estrella. La Copa América de Argentina 1987 los encontró en el tobogán y la caída se acentuó en los años siguientes. Se perdieron las década de los ’90 y de los 2000 con pobres resultados en la competiciones más importantes: Copa América y Eliminatorias de Copa del Mundo. De más está agregar que el conjunto bicolor no consiguió los pasajes a los Mundiales de esos años 1990, 1994, 1998, 2002, 2006 y 2010.
Se había tocado fondo. Sin embargo, algunos resultados y la aparición de algunos futbolistas de una noble camada comenzarían a poner el barco a flote. Perú alcanzó el tercer lugar en la Copa América Argentina 2011, con los goles de Paolo Guerrero, su mejor delantero. Y empezó a recuperarse. Llegó Ricardo Alberto Gareca a la dirección técnica; se renovaron las ilusiones. Se propuso un juego dinámico y ofensivo. Y el conjunto mejoró. Llegó la Copa América Chile 2015 y Perú mantuvo su propuesta audaz y rápida. El equipo llegó a semifinales; una alegría tras años de sinsabores. Sin embargo, todavía no hay unanimidad en su apoyo; el famoso periodista Jaime Baily, declaró “Gareca me trae los peores recuerdos; ya nos sacó de una Copa del Mundo, que nos saque de dos es demasiado”, en referencia al partido del 29 de junio de 1985, cuando el gol del delantero, tras la jugada de Passarella, clasificó a la Argentina y decretó la eliminación de Perú.
Claro que ahora se viven otros tiempos; aquel partido se jugó hace más de treinta años y Gareca lucía la camiseta albiceleste. Hoy se pone el buzo de la bicolor peruana y está comprometido con el proyecto, aún cuando tenga idas y vueltas con algún sector de la prensa.
Hoy es tiempo de soñar. De buscar la gloria que alguna vez se tuvo cerca. De recuperar el lugar de privilegio en América. Dejame que te cuente limeño, que alguna vez Perú tuvo un equipo brillante, talentoso y encantador.
Hernán O’Donnell