España se postula como candidato

Está en la consideración de todos; le sobra equipo, experiencia y ambiciones. Se ha sacado, hace ya un buen tiempo, las dudas de encima, ha modificado (hace ya un buen tiempo también) su estilo histórico de la “furia” que arremetía con prepotencia y agresividad, y adoptó un sistema de juego que le dio grandes beneficios y satisfacciones.

A partir de la aceptación del toque, la posesión y el respeto por la pelota y el juego asociado, España, símbolo moderno del fútbol lírico y eficaz, logró títulos que en su larga trayectoria le había costado alcanzar. Aquella Euro 1964 parecía una estrella fugaz y solitaria en el tiempo. Pero los nuevos vientos, el estilo adoptado y la convicción depositada en la nueva forma de jugar, la llevó a la “Roja” a meterse en los primeros planos y encadenar una trilogía difícil de conseguir: Campéon de la Euro Austria-Suiza 2008, Campeón de la Copa del mundo de la FIFA-Sudáfrica 2010 y Campeón de la Euro Polonia-Ucrania 2012.

La decepción del ultimo Mundial, Brasil 2014, no debe llevar a engaños. El equipo sintió el desgaste y cierto nivel de agotamiento, amén de toparse con un adversario calificado como Chile. Luego llegó el agotamiento en la Euro Francia 2016 y el momento de volver a empezar.

Pero no se rindió; se renovó y siguió adelante con su propuesta irrenunciable. Ganó su grupo para clasificarse al Mundial y postergó a Italia, que se quedó afuera en forma definitiva en el repechaje ante Suecia.

España renovó los nombres de la era dorada: Ya no están Iker Casillas, Xavi, Carles Puyol, David Villa…

Aún así cuenta con una lista de nombres estelares: el arquero David De Gea, su suplente Pepe Reina, los defensores Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba, los volantes Sergio Busquets, Andrés Iniesta, Thiago Alcántara, Isco, David Silva, o los delanteros como Suso, Morata, Callejón y tantos otros futbolistas, sumado a la conducción técnica de Julen Lopetegui, hombre de mucha experiencia en los juveniles de la “Roja” en los años dorados, lo que le da un conocimiento profundo sobre los futbolistas que hoy conduce, todo eso la convierte en una selección importante, respetable y definitivamente candidata a llevarse el premio mayor.

 

Hernán O’Donnell

 

La tradición de Marruecos en el fútbol africano

Hace ya muchos años que lo consideran un grande de Africa; ha tenido muchas participaciones en los distintos mundiales, y a partir de su destacada performance en la Copa del Mundo de la FIFA-México 1986, Marruecos es uno de los primeros nombres que aparecen cuando se habla de las naciones del continente africano.

En ese Mundial llegó a los octavos de final. Empataron con Plonia, con Inglaterra y derrotaron 3 a 1 a Portugal, lo que les permitió adueñarse del grupo, aunque en octavos cayeron ante Alemania Federal.

En USA 1994 y Francia 1998, se quedó en la primera fase, aunque con algunos buenos resultados. Luego, no logró ingresar en las Copas siguientes, aunque siempre se lo tuvo en consideración.

Cuenta con una plantilla intersante, donde se destacan Benatia, defensor de la Juventus, Banoun del Raja Casablanca, Hadraf, también defensor del Raja; los volantes El Ahmadi (Feyenoord), Ziyech (Ajax), y el delantero experimentado Bouhadouz.

Pero la fe y la ilusión se sustentan en el inicio. El debut ante Irán será fundamental, porque en caso de lograr los tres puntos, se podrá encender la esperanza. Es imprescindible ganar, para luego soñar con sumar algo ante los lógicos candidatos, España y Portugal.

Habrá que dar el primer paso, y a partir de allí construir la ilusión. En eso está, Marruecos.

 

Hernán O’Donnell

 

Uruguay, porque quiere celeste…

Es un grande del fútbol mundial. y más aún; está en la elite, es un histórico que tuvo algunos sobresaltos en el camino pero que luce un palmarés que muchos bien querrían tenerlo: doble medallista de oro Olímpico (cuando estos torneos – los de los Juegos- se asemejaban o consideraban como una suerte de “Mundiales”) en 1924 y 1928, Campeón de la primera Copa del Mundo de la FIFA en su tierra en 1930 y en Brasil 1950. Dos medallas de oro Olímpico y dos Mundiales de Fútbol.

Luego vinieron años más complicados; de aquel esplendor de la primera mitad del Siglo XX, llegaron los altibajos; un gran equipo se formó para la Copa de Suiza 1954; terminó cuarto, la misma posición que en México 1970. Después, la salida de los primeros planos en el orden mundial. Hasta la llegada del nuevo siglo…

Con la nueva era, un trabajo serio, un proyecto respaldado por la dirigencia, la sabia conducción del maestro Tabárez y la aparición permanente de nuevos valores, Uruguay dijo presente en la Copa del Mundo de la FIFA-Sudáfrica 2010 donde sorprendió a propios y extraños y estuvo muy cerca de llegar a la final. Le faltó un empujoncito, pero nada puede borrar el recuerdo que dejó ese equipo y el cuarto puesto final que pareció mucho más. Los goles de Forlán, la potencia de Suárez, las gambetas de Cavani, el temperamento de Lugano, el esfuerzo de todos, lo encumbraron en la consideración del planeta fútbol.

Repitió un buen rendimiento en la Copa de Brasil 2014. Y volvió a estar en la consideración de los expertos de este deporte. Es un equipo para respetar, aunque Tabárez prefiera mantener la cautela: “Todos hablan de los octavos de final, de los posibles cruces…yo le tengo mucho respeto a Egipto y a su entrenador, Héctor Cúper. Él todavía jugaba cuando yo dirigía en la Argentina, fue un jugador muy importante en aquel famoso Ferro de Griguol y es probable que haya tomado conceptos de una imposición de lo colectivo por encima de las grandes estrellas; además, hay que observar que a su Egipto no le convierten goles., eso no es casualidad. No sé cómo va a ser el partido, pero puede ser un partido dificilísimo. Tengo mucho respeto por los que supuestamente son más débiles, está lleno de grandes hazañas en el fútbol”, le dijo al Diario La Nación en un reciente reportaje.

Sabe que cuenta con un plantel rico; han surgido jugadores, en estos años recientes, que ya han logrado afianzarse: Matías Vecino, Rodrigo Bentancur, Federico Valverde, Nahitán Nandez, Lucas Torreira.

Están los consagrados: Luis Suárez, Diego Godín, Carlos Sánchez, “Cebolla” Rodríguez, Nicolás Lodeiro, Edison Cavani…

Tendrá que definir el plantel el “Maestro”, pero tiene tiempo. Hay ilusiones en marcha y un compromiso general que se reitera cada vez que los distintos futbolistas se calzan la “celeste”. “Quiero tener una buena preparación física y hacer de este mi mundial”, afirmó Suárez.

Un sueño que se reparte a lo largo y a lo ancho de un país lleno de historia futbolera que se empecina en volver a ser protagonista, porque cuando quiere “celeste” a Uruguay no hay nada que le cueste.

 

Hernán O’Donnell

 

 

 

Arabia Saudita, con los cambios de entrenador en el camino

Es uno de los grandes de su continente, tiene equipo y cierta historia para mantener ilusiones de hacer una buena Copa del mundo de la FIFA-Rusia 2018. Pero los últimos tiempos la vieron envuelta en una serie de modificaciones que pueden influir en la preparación.

Van Marwijk hio una buena tarea; clasificó en la ona de Asia con cierta comodidad, ganó 6 partidos e igualó 2 y pasó a la fase final, donde el equipo logró el segundo puesto detrás de Japón y por delante de Australia.

Pero se fue. Llegó Edgardo Bauza con todas las ilusiones y a los pocos encuentros fue despedido por algunos partidos perdidos en amistosos. previsbles algunos, como el 0 a 3 ante Portugal y otros no tan esperables.

Será el tiempo de otro argentino: Juan Antonio Pizzi. ¿Podrá darle forma al equipo?  ¿Podrá lograr la clasificaciónen un grupo que tiene a Rusia y Uruguay como favoritos, y Egipto como posible sorpresa?

Es el lema del entrenador. Soñar y buscar el objetivo más alto. Es la oportunidad esperada y en Junio se podrá ver si se la puede obtener.

 

Hernán O’Donnell

Egipto, con el sello de Héctor Cuper

Es un grande de su continente, Africa y un pequeño del concierto mundial. Egipto siempre ha sido protagonista en sus competiciones continentales, pero tuvo muy pocas presencias en las Copas del Mundo. Sólo participó de las Copas que se jugaron en Italia en 1934 y 1990.

Esta será su tercera participación. Y lo hace con el entusiasmo que le da la fuera de dominar su continente, el empuje y la humildad de su entrenador y algunas figuras descollantes en el fútbol internacional como Mohamed Salah, uno de los mejores delanteros del mundo.

Egipto ganó siete veces la Copa Africana de Naciones, fue el primer equipo africano en jugar un mundial, fue fundador de la confederación de Africa, tiene toda una historia que ahora quiere desarrollar.

Y cuando uno se pone a mirar como ha llegado hasta aquí, la opinión del entrenador argentino es la que pone claridad y emoción.

“Tengo la satisfacción de haber encontrado un gran grupo de jugadores, con mucha humildad”, le declaró a la página web de la FIFA. Y agregó: “Hoy es difícil encontrar algo así en el fútbol, donde son todos estrellas y famosos. Aquí también pueden ser estrellas, pero con una idiosincrasia y unas costumbres que me hicieron sentir bien. ¡Me he sentido entrenador de fútbol!

A veces, cuando uno intenta convencer, no es fácil, porque hay cierta idiosincrasia en el futbolista, determinadas jerarquías. Y, sin embargo, aquí han imperado la humildad y la disciplina. Eso nos llevó al éxito. Esa convivencia donde todos hemos ido por el mismo camino”.

Luego destacó el trabajo en la defensa: “Lo primero que observamos al llegar, era que al equipo le faltaba solvencia defensiva. Él fútbol de hoy dice que hay que jugar bien, y con eso se refieren a la posesión del balón, y tocar y tocar. Está bien, pero en el fútbol también hay que saber defender bien. Y eso fue lo que trabajamos.

Yo sabía que nosotros íbamos a marcar al menos uno. Se necesitaba no recibir. Y salió bien. A lo mejor si salía mal venían las críticas, “un equipo demasiado defensivo, y esto y lo otro”. ¿La realidad cuál era? 28 años que no vas a un Mundial. A lo mejor no es un futbol brillante, pero somos un equipo humilde, trabajador”, comentó en la web de la FIFA.

Destacó la humildad de Salah en el grupo. Su predisposición, su entrega a la tarea. “Trabajó y corrió como el resto, no tuvo ningún privilegio. Fue importantísimo.”

“Egipto me bajó del pedestal. A veces los DT tenemos cierta soberbia, creemos que sabemos todo porque llevamos años haciéndolo. Y acá encontré que tenía que ser un entrenador y lograr un objetivo. Egipto me volvió más humilde” confió.

Y ahí va Egipto. Con la humildad de su entrenador, con la predisposición de su máxima figura y el sueño de todos en el próximo Mundial.

 

Hernán O’Donnell

Rusia espera ser más que un simple anfitrión

La historia de la Copa del Mundo de la FIFA tiene muchos ejemplos de selecciones que aprovecharon la localía para hacerse fuertes, para afirmarse, para ganar el torneo, o para posicionarse. Para lograr su mejor resultado.

Algunos son equipos reconocidos, potencias. Los grandes que se han consagrado en su tierra; el caso de Uruguay, Italia, Inglaterra, Alemania, Argentina, la misma Francia…otros han aprovechado ese momento y lugar para obtener una ubicación que en otro país, en condición de visitante les hubiera costado mucho alcanzar. Así, podemos ver a Suecia finalista en el mundial que organizó en 1958, Chile tercero en su casa en 1962, Corea del Sur semifinalista en la Copa del 2002…

Otros han sufrido la localía. Le pasó a España en 1982, a Italia en 1990 y ni que hablar a Brasil en 1950 y 2014.

Rusia quiere dar una sorpresa. Meterse en la historia, aprovechar su momento. Tal vez no gane el certamen, y quizás ni siquiera llegue a la final, pero el sueño de muchos es verla ahí, bien cerca de la zona de definiciones. En la conversación.

Los antecedentes más cercanos no son muy alentadores en cuanto a resultados. La Copa FIFA Confederaciones Rusia 2017 no deparó mayores alegrías para el local. Si bien le ganó a Nueva Zelanda por 2 a 0, luego las caídas consecutivas la marginaron de la clasificación. Rusia perdió frente al Portugal de Cristiano Ronaldo por 1 a 0 y en la última jornada de la primera fase cayó ante México por 2 a 1. De esa manera, quedó el equipo local eliminado en la primera ronda.

Tiene un plantel equilibrado, con jugadores que actúan (todos) en la liga local. Se destacan el arquero Akinfeyev, los zagueros Smolnikov, Ignashevich, Berezutski,el volante Golovin y los atacantes Kokorin y Smolov.

En una de sus últimas presentaciones, el público argentino lo pudo ver. Cayó ante la albiceleste por 1 a 0 en Moscú, una tarde en la que mostró muy poco, sólo un cierto orden defensivo, mucha lucha en la mitad de la cancha y pocas ideas en el ataque.

¿Que puede pasar? Rusia mostró poco en la cancha, pero fuera de ella tiene un entusiasmo, una fe y una convicción tan grande que su gente espera que se contagie al equipo nacional para lograr hacer pesar la localía y destacarse en la Copa del Mundo que en unos meses tendrán en su casa.

 

Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Key Biscayne, Florida, USA)

 

Miguel Cotto, un guerrero se despide de los cuadriláteros

Nada puede ya empañar su dorada carrera. Ni siquiera esta derrota ajustada, discutida, ante Sadam Alí, en una noche de grandes luces en el mítico escenario del boxeo internacional, el Madison Square Garden.

La última función de Miguel Angel Cotto fue una caída controvertida, donde los jurados fallaron 115-113, 116-112 y 115-113.

Fue el cierre de una magnífica trayectoria, el boricua aceptó con respeto e hidalguía la decisión y tal como lo hizo segundos antes de iniciar la última función, en unos segundos se le atravesaron todos los años de gloria que vivió en el pugilismo. Una carrera jalonada de victorias (41 -33ko-, 6) que lo llevaron a obtener cuatro títulos mundiales, en la que se midió con todos los grandes nombres de la época y donde se presentó fue garantía de buen boxeo.

En su biografía se revela que en verdad nació en Providence, Rhode Island, Estados Unidos el 29 de octubre de 1980, pero muy pronto su familia regresó a Caguas, puerto Rico, de donde era su padre, y quedó emparentado como boricua de modo definitivo.

Estimulado por su hermano José, su primo Abner y su tío Evangelista, muy pronto el joven Miguel se metió en un gimnasio y comenzó su carrera pugilística; su padre también había sido boxeador. En un documental de la cadena HBO (a la que siempre se mantuvo fiel en toda su trayectoria) confesó que a los 11 años se veía gordo, y como su hermano practicaba boxeo, empezó con esta actividad para bajar de peso. Le tomó el gusto y sentenció: “Hice del boxeo, mi vida”

En 1999 concurrió a los juegos panamericanos de Winnipeg y un año más tarde se presentó en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. Siempre en representación de Puerto Rico.

Al año siguiente haría su debut profesional, entrenado por su tío, Evangelista. Era una época floreciente del boxeo de Puerto Rico, en la que Félix “Tito” Trinidad convocaba multitudes y era muy querido por su gente, por su condición de exitoso y su simpatía fuera del ring. Cotto, con otra personalidad, continuaría el legado deportivo. “La gente entendió que yo era de una manera y no iba a cambiar”. Con el tiempo, se ganó el cariño de la gente de su isla.

En su decimocuarta pelea ganó el Título Internacional Superligero del CMB. Y en el año 2004 le llegaría su primera oportunidad por el Título Mundial Superligero de la OMB, ante el brasileño Pinto a quien derrotó por KOT6.

Ahí empezó una larga, fructífera y exitosa carrera, donde los rivales se superaban en nombres y Cotto no evitó a ninguno. Su golpe más agresivo era el gancho de izquierda y lo complementaba con un muy buen boxeo, lo que le permitía sumar victorias.

Defendió la corona en 6 oportunidades, ante adversarios calificados: Demarcus Corley y Paulie Malignaggi fueron algunos de sus oponentes. Ante este último cerró su campaña en esa categoría con una victoria por fallo unánime en el Madison Square Garden. Antes había ya recorrido escenarios de renombre como el Mandalay Bay Events Center, el MGM Grand Graden Arena, ambos de Las Vegas, o el Boardwalk Hall de Atlantic City, y el Madison por supuesto…

En octubre de 2005 visitaría a la Argentina. Para ser precisos, su paso por Buenos Aires estuvo casi todo dedicado al Club Atlético River Plate, del cual se declaró hincha. Tuvo un almuerzo con los dirigentes, brindó una conferencia de prensa en el salón de honor de la institución y asistió al Superclásico ante Boca Juniors jugado el domingo 16. Siempre enfundado en una camiseta del equipo de la banda roja.

“Soy amigo de Steven Álvarez, quien es el presidente de la filial Puerto Rico de River y hace unos años se acercó a mí para que lo ayudara. Luego se  transformó en algo más importante, y lueho me convertí en un hincha más de River”, explicó en su momento.

“La verdad es que yo no entendía nada de fútbol hasta conocer a River. Ahora sigo los partidos del equipo a través de  las transmisiones por cable que llegan a Puerto Rico”, agregó.

En realidad, no era la primera vez que visitaba el país. Ya había estado en dos ocasiones. Había estado en 1998 para disputar el Campeonato Mundial Juvenil Sub 19, y luego, dos años más tarde,  tomó parte del Pre-Olímpico en el que consiguió su clasificación a los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.

En diciembre de 2006 ganó el título Mundial Welter de la AMB ante Carlos Quintana.

Luego de las defensas ante los afamados Zab judah y Shane Mosley, perdería el título en una muy controvertida pelea frente a Antonio Margarito. Aquel KOT en el 11º asalto quedó marcado por una gravísima denuncia de irregularidades en los guantes de Margarito: Se descubrió que las vendas de sus manos tenían los elementos primarios para la creación de “plaster of Paris” (yeso). El pedido de la revisión de las vendas había sido hecho por el equipo de Shane Mosley, quien iba a hacer la pelea posterior. Se creyó que Antonio Margarito había usado este yeso como elemento ilegal en las vendas, en el combate que le ganó a Miguel Cotto. A Margarito se le suspendió la licencia de boxeador por un año. Y el boricua dejó el invicto luego de 32 triunfos consecutivos.

Para Miguel Cotto fue uno de los momentos más duros de su carrera. Tardó mucho en recuperarse; las heridas y los golpes fueron tremendos. Incluso su mujer recuerda los meses posteriores a ese combate y como debían levantarlo para hidratarlo y todo lo que costó la rehabilitación.

Pero el orgullo siempre fue un motor muy importante en su vida y apelaría a él para recuperarse y seguir adelante.

El 21 de febrero de 2009 alcanzó su tercer título, el de los pesos Welter  de la OMB tras vencer a Michael Jennings. Y tras una defensa, vendría otra caída, esta vez ante el célebre Manny Pacquiao.

Fue derrota por KOT 12, pero la claridad que mostró el filipino fue muy marcada a lo largo del combate; el propio Manny dijo un tiempo después que fue su mejor versión, uno de sus mejores encuentros. Para Miguel, aún se pagaban las consecuencias del castigo excesivo e ilegal sufrido en la pelea ante Margarito.

A partir de allí, el boricua buscaría recomponer y relanzar su carrera.

En 2010 venció a Yuri Foreman en el mítico Yankee Stadium y obtuvo el título Superwelter de la AMB. Lo defendió ante Ricardo Mayorga y en diciembre de 2011 tuvo el ansiado desquite ante Antonio Margarito.

“Margarito es un criminal porque usó una herramienta antirreglamentaria contra otra  mí. Estoy 100% convencido que uso ese yeso. Esta vez, la historia será diferente y la pelea será distinta. Margarito es una vergüenza para el boxeo y acabaré con él”, afirmó en las horas previas en un claro mensaje lleno de rencor y sed de revancha.

Lo cierto es que Margarito venía muy golpeado de una reciente pelea (y derrota) ante el gran Manny Pacquiao; se le cerró el ojo derecho muy rápido y no pudo continuar luego del noveno round, ya que el médico y el árbitro no le dieron el pase.

Cotto había tenido su desquite, aunque los fans del mexicano aún creen que podía seguir y ganar, pero que pagó muy caro las consecuencias de la pelea frente al filipino Pacquiao.

“Quería mostrarle a la gente que lo que había sucedido en el primer enfrentamiento no fue leal; y no había mejor lugar que hacerlo en un estadio tan ligado a mí, como el Garden”, comentó a HBO.

El 5 de mayo de 2012 llegaría el gran desafío: ante Floyd Mayweather en el MGM Grand Arena de Las Vegas, Nevada. Un estadio colmado, una plaza emblemática y el boxeador del momento enfrente, favorito absoluto en todas las encuestas. Floyd llegaba con un impactante récord de 42-0 y entre sus derrotados figuraban nombres de la talla de Demarcus Corley, Arturo Gatti, Zab Judah, Carlos Baldomir, Oscar de la Hoya, Ricky Hatton, Juan Manuel Márquez, Shane Mosley y la controvertida definición ante Víctor Ortíz.

Sin embargo, Cotto sorprendió con un plan de pelea ofensivo, veloz y donde pudo durante varios pasajes, tener el control de la acción. El segundo y el quinto fueron de él; En el sexto round conectó sus mejores golpes y tuvo su momento de la pelea, que era muy equilibrada hasta el octavo round (donde volvió a dominar el boricua), pero a partir del noveno (round cerrado y difícil de evaluar), Floyd se adaptó mejor, Cotto ya no lanzó tantos golpes ni combinaciones y  prevaleció Mayweather para llevarse los últimos tres asaltos y el combate.

Cotto no quiso hablar tras la pelea, pero no puede discutirse el triunfo de “Money”; Miguel ganó el 5, 6 y 8. Aunque se discuta el 2 y el  9, todos los demás rounds fueron para Mayweather que estuvo muy cerca de sacarlo en la última vuelta.

Pero la imagen que dejó el portorriqueño fue muy buena, uno de los que mejor pelea le hizo al imbatible Mayweather.

Después perdió con Trout, y las dudas aparecieron en la mente de Cotto; sentía que debía comenzar de nuevo, reordenarse, reencontrarse, y convocó a Freddie Roach, el célebre entrenador, para ordenar las ideas y reemprender el camino.

“Me llamó y me dijo ‘Freddie, me quedan unas tres peleas por hacer, ¿puedes ayudarme?’”, comentó Roach en el documental. Aceptó de inmediato y enseguida se produjo muy buen entendimiento entre ellos. A Roach le gustaba la contracción al trabajo de Cotto, y su primera recomendación fue volviera a usar el gancho de izquierda, porque lo consideraba su mejor golpe.

Ante Sergio “Maravilla” Martínez tuvo una noche plena. Fue en el Madison, el 7 de junio de 2014, cuando apenas faltaban unos días para el inicio de la Copa del Mundo de la FIFA-Brasil 2014 y el público argentino empezaba a ilusionarse con el Mundial…

Martínez no estaba en su plenitud física y la victoria de Cotto fue indiscutible.

En 2015 se midió con el ascendente Saúl “Canelo” Alvarez, quien venció por fallo unánime: El “Canelo” tuvo palabras de elogio y valor para Cotto, quien no esquivó enfrentar a los mejores del momento. Roach creyó que Cotto vencería en una revancha, pues lo vio mejor en la primera.

Más allá de la controversia, Canelo tuvo palabras de respeto y admiración por su adversario: “Le diste mucho al boxeo, y te deseo lo mejor para tu vida. Ahora llegó el momento para disfrutar todo lo que hiciste por el deporte y  todo lo que el boxeo te ha dado. Fue un gran honor compartir el ring contigo. Aprendí mucho de esa pelea. Fue un honor”.

El combate final lo tuvo con Sadam Alí, nada sencillo por cierto, decidió cerrar la ventana ante un adversario joven, potente y en ascenso. Fue dura, difícil, y con un resultado adverso. Pero nada puede empañar su brillante trayectoria.

En todos estos años de dedicación exclusiva al boxeo, Miguel Cotto supo encontrar el tiempo y el espacio para formar una familia ejemplar, que lo acompañó siempre y estuvo en las buenas y en las malas. Sacrificó cumpleaños, fiestas de graduación, eventos familiares, todo por el boxeo. Y su familia siempre lo apoyó: “Es tiempo de darle todo a ellos; ya no quiero perderme cosas”, dijo con la emoción y la tranquilidad del deber cumplido tras casi veinte años de darle su vida al boxeo.

 

Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Key Biscayne, Florida, USA)

   

El sorteo en el Kremlin puso en marcha el Mundial

Toda la historia del siglo XX condensada en un edificio que resume como pocos el ímpetu y el peso de un país, o la unión de varios, en ese lugar simbólico y emblemático.

El Kremlin, signo inequívoco del poder de la Unión Soviética en más de setenta años, fue ayer protagonista de un hecho impensado hace muy poco tiempo: ser la sede del sorteo de la Copa del Mundo de la FIFA-Rusia 2018.

Tras las palabras de rigor de Vladimir Putin y Gianni Infantino, algunas danzas típicas y números musicales, con el sorteo llegó la cuota necesaria de suspenso, adrenalina, y pronósticos de “la Cátedra”, que todo lo sabe y todo lo predice.

A la Argentina le ha tocado Islandia, Croacia y Nigeria. Tres rivales disímiles, pero que todos encierran un grado de dificultad.

Ya comenzaremos la serie especial de análisis de todos los participantes del Mundial. Por ahora, decimos que el grupo es complejo pero no imposible. El primer partido es clave; el rival menos complicado de todos, la cenicienta de los últimos años de Europa, que tiene poco para perder y mucho por ganar. No hay alternativa posible más que conseguir la victoria. Porque después vendrá la dura Croacia de Modric, Rakitic y Manduzic, y al final un rival que ya es un clásico: Nigeria. Con el antecedente de su reciente victoria y los 4 goles.

Pero ahora es tiempo de analizar, pensar y prepararse. La Copa del Mundo de la FIFA-Rusia 2018 acaba de abrir sus puertas y organizar su salón de espectáculos.

 

Hernán O’Donnell 

El primer tiempo fue una ilusión; el segundo, una pesadilla

Hubo un tiempo que fue (casi) hermoso. El primero; allí se vio lo mejor de la selección. Hubo una complemento para preocuparse, para repasar errores y para advertir los puntos a mejorar.

Queda claro que este equipo ataca, si puede lo hace siempre en el partido, pero cuando lo atacan, sufre. Y no muestra la misma solvencia, ni la misma jerarquía o estatura futbolística entre los dos aspectos. Que tiene apetito ofensivo es innegable; que quiere el arco del rival, siempre. Que se desdobla en forma permanente para voltear la defensa rival, también. Es un buen conjunto cuando ataca. No se advierte lo mismo en defensa; si lo agreden, se muestra con desbalances, más allá del buen partido de Pezzella o de Otamendi, que en definitiva se destaca más cuando conduce en ofensiva.

Hubo un tiempo que invita a la ilusión. el primero. Comencemos por ahí.

Cuando el “Kun” Agüero fue a pelearle la pelota al arquero que, de modo insólito, la tomó con la mano fuera del área y generó el tiro libre del que vendría el primer gol de Argentina, justo en ese momento, podemos decir que a todo lo que propuso la selección en cuánto a despliegue, dinámica, intenciones de ataque y fútbol moderno, le agregó la pizca siempre necesaria de la “picardía criolla”. Que no debe mal interpretarse ni mezclarse con la “viveza” ni con las “ventajitas” siempre despreciables y repudiables, sino con la picardía que permite este juego, como lo permite el “Truco”, el otro deporte nacional. Agüero vio que el arquero había adelantado demasiado la pelota, lo apuró a toda velocidad y del error del nigeriano vino el estupendo tiro libre de Banega que derivó en el 1 a 0 a los 27′ del primer tiempo.

Un primer tiempo que mostró un buen juego de los hombres de Sampaoli. Un esquema de 3 defensores (Mascherano, Pezzella, Otamendi), 3 volantes (Pérez, Banega, Lo Celso), un enganche (Dybala) y 3 hombres de ataque (Pavón, Agüero y Di María) pero que siempre se paró en función de ataque.

Un jugada bien combinada entre Dybala, que habilitó largo a Pavón, la corrida veloz del wing de Boca y el centro preciso, le permitió a  Agüero marcar el 2 a 0 a los 35 del primer tiempo.

Parecía que iba a ser una noche de brillo, pero…Había que sufrir. Sobre el cierre de la primera parte, a los 45′ Iheanacho descontó con un estupendo tiro libre. 2a 1 y a descansar.

Nigeria cambió su imagen y salió más decidida en la segunda etapa. Benedetto ingresó por el “Kun”. Argentina perdió ritmo y velocidad. Se quedó; se durmió un rato y cuando se despertó, caía 2-3.

A los 52′ Iwobi y a los 54′ Idowu, revirtieron el marcador. Nigeria mataba con un ataque rápido y vertiginoso, Argentina retrocedía con dificultades y mostraba desacoples en defensa. La noche en Rusia empezaba a preocupar.

El equipo se había dormido y quería reaccionar con un marcador adverso, inimaginado cuando faltaba poco para terminar el primer tiempo.

Los cambios no trajeron soluciones. Al contrario, como suele suceder en estos partidos, cada variante suma un futbolista que intenta mostrarse lo máximo que pueda para ser considerado, y el funcionamiento colectivo se desdibuja. El rendimiento se ve mejor plasmado en la alineación inicial, cuando todos parten de cero. Después, con el marcador adverso, la necesidad de revertirlo y el interés de cada uno de poder mostrar sus mejores cualidades, conspiran contra el andamiaje colectivo. Pasan los minutos, y el equipo se diluye.

A los 73′ un golazo de Iwobi, con un remate cruzado a la izquierda de Marchesín, sentenció el marcador. Nigeria, que perdía por 2 a 0, lo dio vuelta y se impuso por 2-4.

Un llamado de atención. Un golpazo para una Argentina que imaginaba otro desarrollo y otro resultado cuando llegaba 2 a 0 arriba al final del primer tiempo. “Hoy un juramento, mañana una traición”, los amores de estudiantes que describió Carlos Gardel aparecieron en el frío de Rusia. La selección argentina jugó un buen primer tiempo, que invitaba a soñar. La segunda parte, pareció una pesadilla.

 

Hernán O’Donnell

 

 

La Argentina le avisó al mundo que atacará siempre

Argentina es un equipo que ataca. Siempre. A veces de modo lento, previsible, prolijo. Otras, con más velocidad, con un ritmo más acelerado, con toques profundos, aceleración por los costados. Y siempre, también, con la magia de Leo Messi. Porque todo pasa por él, por sus gambetas, sus toques y su capacidad de conducción.

Pero la primera conclusión y lectura que deja el partido es que la selección siempre va al ataque. Se para lo más adelantado posible en el campo, con los tres defensores bien cerca del medio de la cancha y de allí trata de recuperar la pelota para ir rápido hacia el arco del adversario.

Los tres zagueros fueron firmes en esa tarea: Mascherano, Pezzella y Otamendi, en el primer tiempo cortaron y generaron salidas muy veloces. Por los costados, Salvio fue más punzante que Di María, y en el medio Kranevitter cortó y Enzo Pérez se movió con mucha dinámica.

Después llegó el momento de profundizar. Allí sumó varias chances la Argentina; de un desborde de Salvio, un centro que un zaguero ruso sacó al corner con la presencia de Messi amenazante; una entrada de Di María, bien desvaida por el arquero y una media vuelta certera del kun Agüero, que el arquero sacó de modo magnífico.

Argentina fue más, pero no pudo abrir el marcador en el primer tiempo, y en el segundo se repitió el libreto: el visitante al ataque, el local con mucha gente en defensa, para dificultarle cada avance.

El ingreso de Alejandro Gómez por Lo Celso le dió más aire al equipo; el “Papu” se asoció mejor con Agüero y con el propio Messi. Luego ingresó Diego Perotti, de buena actualidad en el fútbol italiano, por Di María, que tuvo una actuación aceptable.

La Argentina tuvo siempre la misma barrera; un equipo que acumuló mucha gente en defensa y si bien Smolov preocupó en ataque y Rausch lució en el juego aéreo.

Pero costaba mucho quebrar el cero. Y la sucesión de cambios le quitaba, como suele suceder en los amistosos, ritmo al partido y desdibujaba las intenciones iniciales.

Hasta que llegó la magia, la velocidad y la certeza en la concreción: a los 85′, Leo Messi vio a Pavón por la derecha, le puso el pase preciso, el wing, que partió un pasito adelantado, llegó al fondo y cruzó un centro para Agüero. El remate del Kun rebotó en un defensor y de cabeza, tras el rebote, marcó el 1 a 0 para la albiceleste.

Era sobre el cierre del partido. Y fue el final. 1 a 0, justo, apretado, con un gol que no debió convalidarse, pero que marcó la luz de ventaja que mostró la selección, y el paso al frente que dio ante el mundo. La Argentina avisó que ataca siempre y que empieza a perfilarse en su camino al Mundial.

 

Hernán O’Donnell