En un tiempo, Nápoli armó una goleada que relamió sus heridas

La herida producida por el “escritorio” de la Federación Italiana de Calcio que determinó que Napóli perdiera su partido ante la Juventus, al que no pudo concurrir pues las autoridades sanitarias de su ciudad no le permitieron viajar por tener varios futbolistas con COVID-19, le sirvió como combustible para encender los motores y tener un primer tiempo arrollador ante el sorprendente Atalanta.

El equipó de Gennaro Gatusso salió con una tremenda determinación, con un esquema ofensivo sostenido en Fabián Ruiz como eje del juego en el medio campo, con sus hombres de ataque bien organizados y con la proyección de los laterales, Di Lorenzo y Elseid Hysaj. Atalanta giraba alrededor de Alejandro Gómez, su sociedad con Ilicic y la potencia de Zapata, pero excepto algunas llegadas esporádicas, no encontró el partido. A los 21′ tuvo un remate de larga distancia de “Papu” Gómez que se fue muy cerca, en su acción más peligrosa. Pero detrás, vendría la tormenta.

A los 22′ Politano abrió al fondo a la derecha para la llegada de Di Lorenzo, este lanzó el centro rasante y el mexicano Lozano convirtió el 1 a 0 para el local.

A los 26′ otra vez el “Chuky” Lozano volvió a convertir, tras el choque entre los argentinos Cristian Romero y José Luis Palomino, el balón le quedó a él y con un remate cruzado desde larga distancia que puso el partido 2 a 0 para Nápoli.

Le era difícil a la visita acomodarse, porque no trabajaba bien el medio para contener los avances locales y la defensa sufría en inferioridad numérica, amén de errores propios. Y Politano, a los 29′, señaló el 3 a 0.

Era una tarde redonda para los de Gatusso, donde facturaban con facilidad. El eje ofensivo de Politano, Mertens, Osimhen y Lozano funcionaba a la perfección. Y aumentó a los 42′ cuando Osimhen sacó un tiro cruzado desde afuera del área, mientras se caía y el arquero Sportiello fue sorprendido con el paso lateral hacia su izquierda, en tanto la pelota iba a su derecha; cuando quiso volver era tarde, y el primer tiempo se cerró con ese 4 a 0 en favor del Nápoli.

Toda la bronca acumulada, se había relamido con cuatro gritos feroces.

Atalanta comenzó el segundo tiempo con dos variantes: B. Djimsiti ingresó en lugar del deslucido Zapata y J. Mojica en reemplazo del argentino J.L. Palomino.

Más tarde, a los 54′ S. Lammers entró por el “Papu” Gomez, a los 60′ Gatusso dispuso que F. Ghoulam ingresara por M. Politano en el local y a los 62′ R. Malinovskiy entró por J. Ilicic en el cuarto cambio visitante.

A los 68′ Atalanta llegó al descuento, de modo increíble por un contragolpe que agarró mal parada a la defensa local y Sam Lammers, el reemplazante de “Papu”, definió sobre la salida del arquero y marcó el tanto para que el partido quedara 4-1 para Nápoli.

Mejoró la visita, alentada por ese tanto y una disposición más ofensiva, en tanto Nápoli se había quedado con respecto al primer tiempo. Gatusso definió dos cambios para despertar al equipo. Iban 74′ cuando S. Lobotka reemplazó a D. Mertens y K. Malcuit entró por T. Bakayoko.

Se acomodó entonces el local al encuentro y volvió a tener el balón. Así se hizo del manejo del tiempo y las acciones; Atalanta no pudo resolver la propuesta local y el partido se le hizo cuesta arriba. ya no sufrió los duros embates del primer período, pero sí estaba lejos del control y corría detrás de la pelota.

A los 80′ Muriel entró por Gosens en el último cambio visitante y a los 82′ el local dispuso dos modificaciones. A. Petagna entró por V. Osimhen y D. Demme reemplazó a F. Ruiz; con esos cambios se cerró el partido.

Nápoli había salido con enjundia y en un tiempo muy eficaz armó una goleada que relamió sus heridas.

Hernán O’Donnell

Sudamérica le abre sus puertas al rugby

A las 16 hs del Sábado 17 de Octubre, Argentina XV y Chile XV pondrán en marcha el Torneo “Sudamericano 4 Naciones”. Será en el Estadio “Charrúa”, en Montevideo, Uruguay. El certamen que reúne a los mejores de esta región, equipos que se caracterizan por tener una gran tradición en esta disciplina, con Argentina a la cabeza, pero sin dudas con el crecimiento sostenido de Uruguay, Chile y Brasil. Un campeonato que está abierto y que tendrá también el encuentro de Uruguay XV vs Brasil XV en esta misma primera jornada, un rato más tarde a las 18.45 hs.

Argentina aparece como un gran candidato; tiene una cantidad de jugadores importantes, el equipo vive en un estado de desarrollo y crecimiento permanente, y cuenta con un entrenador de muchísima experiencia, como Nacho Fernández Lobbe, de un recorrido extenso como jugador de clubes y de Los Pumas.

“Siempre busco que mis equipos sean sólidos y que atraviesen juntos las dificultades; eso trato de transmitir, la cultura de equipo. Desde que llegamos a Uruguay trabajamos en eso”, declaró el entrenador en la página oficial de Sudamérica Rugby.

El segunda línea Santiago Portillo también hizo declaraciones en la semana previa al inicio del torneo: “Estoy muy bien; disfruto esto que vivimos después de un año tan raro. Fue difícil el regreso a los entrenamientos, y realizamos un trabajo de menor a mayor para llegar bien al primer partido”, señaló.

Y agregó: “Al plantel lo veo bien, todos vinieron con muchas ganas para aportar lo suyo, con los entrenamientos aceitamos el juego en conjunto y creo que vamos a llegar de la mejor forma al sábado contra Chile”.

El rival del sábado también se preparó en Montevideo durante los últimos días, y aunque no abundaron los días de trabajo, pudo hacer una preparación acorde. El apertura Santiago Videla expresó que “La preparación no ha sido la ideal, la habitual, pero estamos muy motivados, diría desesperados por salir a jugar”.

Brasil tiene un plantel joven, con una base de jugadores que han participado en el World Rugby U20 Trophy y con el agregado de varios rugbiers de experiencia, puede conformar un equipo peligroso.

“En los últimos años conseguimos resultados positivos; hemos ganado ante Canadá, Estados Unidos, Portugal, Chile y Bélgica. Hemos ganado un Sudamericano. Ahora necesitamos desarrollar jugadores para armar el nuevo equipo con el objetivo de jugar el clasificatorio a la Rugby World Cup Francia 2023”, apuntó el entrenador Fernando Portugal.

Uruguay llega con la ventaja de tener, desde hace dos meses, el torneo de rugby de clubes en marcha. Tiene ritmo de competencia. Está en actividad. Y cuenta con el aliciente del buen torneo hecho en la Rugby World Cup Japón 2019.

“Desde que finalizó el Mundial trabajamos por esto; nuestro camino no se detuvo, ahora pensamos en el Mundial de Francia; es muy importante tener actividad internacional para que los más jóvenes tengan roce y puedan aprender”, dijo su coach Esteban Meneses.

El rugby de Sudamérica se pone en marcha. Ahora no más. En un ratito. Una fiesta que durará una semana, para disfrutar a pleno.

Hernán O’Donnell

Scaloni: “Fuimos un equipo que sabía a qué jugaba”

La Argentina consiguió una victoria valiosísima en La Paz. Un triunfo de esos que pueden dejar huella, que reafirman a un equipo a un plantel. Porque se logró en un territorio siempre adverso para la selección, por su geografía, una altura que supera los 3500 metros del nivel del mar y para los futbolistas acostumbrados a jugar en el llano se les hace muy complicado. Dicen, los que vivieron esa experiencia, que falta el aire, que se siente el agobio, que pareciera que la cabeza les va a explotar y que detrás de cada pique viene un ahogo casi inmediato. Tal vez por eso la Argentina tomó recaudos en el inicio, comenzó con cautela y trató de usar los primeros quince minutos para adaptarse a esas condiciones. En ese lapso, Bolivia se mostró mejor. Más ofensivo. Llegó al gol tras el centro de Chumacero y el cabezazo de Martins a los 23′. Y en los últimos diez del primer tiempo, el equipo de Scaloni se soltó y llegó al empate.

Le preguntamos al DT argentino por la adaptación a la altura y el análisis del partido: “Excepto los quince minutos inciales, que casi siempre pasa lo mismo cuando venimos a jugar acá, el resto fuimos un equipo que dominó, que sabía a lo que jugaba, y cumplimos con el trámite del partido, que era un poco aguantar sus ataques en el comienzo; tuvimos la “fortuna”, por decirlo de alguna manera, de empatar antes de que terminara el primer tiempo y eso nos dio muchísimas ganas de salir a ganar el segundo tiempo”, explicó el entrenador.

También se refirió a los dos cambios que hizo de los volantes: Guido Rodríguez por Leandro Paredes y Nicolás Domínguez por De Paul. “En principio, los cambios que realizamos son con la intención de mejorar. Todos los chicos que entraron lo hicieron muy bien, no sólo esos dos cambios. Nos dieron un poco más de frescura, ya había jugadores cansados en el segundo tiempo”, señaló el DT.

También evaluó el rendimiento de Exequiel Palacios, uno de los más destacados. “En Exequiel encontré un gran futbolista; esperamos que siga así con nosotros y que pueda jugar en su club. Sabemos todo lo que nos puede dar, así que estamos contentos con él”.

Una Argentina que lució como lo comentó el técnico. Cautelosa en el comienzo, con pasos seguros, que se soltó sobre el final del primer período para llegar a la igualdad y que tuvo un complemento de alto vuelo, afirmado en la cancha y con un volumen de juego que le permitió lograr un triunfo merecido.

Hernán O’Donnell

En la altura, Argentina tomó aire y logró un justo triunfo

Todo se dio como lo esperábamos. Como lo imaginábamos. Con los efectos de la altura, los reales, los físicos y los psicológicos, con el protagonismo central. Con su dominio en la escena. Una Argentina cautelosa, prudente, que reguló los esfuerzos iniciales y una Bolivia más suelta, renovada con respecto al equipo que había enfrentado a Brasil.

El local se ordenó a partir de las subidas de Torres, el trabajo dinámico de Chumacero, el talento de Castro, el acompañamiento de Cardozo, y toda la polenta de Marcelo Martins. Y empezó a llegar. Con centros y con remates desde afuera del área. Dudaba Armani en las salidas, le costaba al sector derecho de Montiel y Martínez Quarta, en tanto era más sólido el izquierdo, con la firmea de Otamendi y el despliegue de Tagliafico, de buen primer tiempo. Argentina se recostaba en el despliegue de Paredes y los arrebatos de Ocampos, en tanto Messi procuraba asegurar el balón y darle un destino prolijo.

Argentina tuvo un remate de lejos de Paredes a los 8′ y otro, más tarde, a los 20′, que se fue apenas afuera. hasta que el local abrió el marcador. Un desborde por la izquierda de Chumacero, el centro y el balón al corazón del área para el cabezazo franco de Marcelo Martins para marcar el 1 a 0 a los 23′ de juego.

El rittmo no varió, tampoco el desarrollo, pero el equipo de Scaloni mejoró en los últimos diez minutos del primer tiempo y ahí dominó el partido. Lo apretó a Bolivia contra su valla; a los 38′ un remate fuerte de Messi se desvió en Torres y fue al corner. A los 39′ disparó de lejos Leandro Paredes y la pelota se estrelló en el poste izquierdo de Carlos Lampe. Y a los 44′ Lautaro Martínez consiguió la igualdad tras una maniobra individual que parecía terminar con el dominio de Carrasco, pero este se demoró en la decisión y cuando la quiso rechazar se topó con la pierna de Martínez, que fue a pelear la disputa y logró el 1 a 1 cuando expiraba el primer período.

Bustamante entró por Saucedo en el seleccionado local para comenzar el complemento. Sin embargo, el partido tomó otro rumbo. La Argentina se animó un poco más. Se soltó. Perdió el respeto y el temor a la altura y se adelantó en el campo. Y con el ingreso de Joaquín Correa por Lucas Ocampos a los 58′, la selección nacional renovó el aire.

Exequiel Palacios entró más en juego. Se convirtió en el eje del equipo, porque el balón venía desde el fondo hacia él, y luego conectaba con los delanteros. Empezó a tener más la pelota Leo Messi. Lautaro preocupaba con su presencia. Y Bolvia comenzó a desinflarse.

Con una nueva ventana de cambios, creemos que Bolivia terminó de perder su potencial; porque salieron dos de sus mejores futbolistas y a los reemplazos les costó adaptarse al partido. Iban  65′ cuando B. Cespedes reemplazó a Raúl Castro, el conductor local, y B. Miranda ingresó en lugar de A. Chumacero, importante por su enorme dinámica.

Scaloni resolvió otras dos modificaciones para darle aire al equipo visitante; a los 68′ Nicolás Dominguez entró por De Paul y Guido Rodriguez reemplazó a Leandro Paredes. Más piernas para la mitad de la cancha, una decisión para que el equipo tuviera un refresco. Los salientes habían hecho un gran esfuerzo, venían de jugar ante Ecuador y el oxígeno era necesario para el equipo en esa zona de la cancha. Argentina ya era más y a los 74′ tuvo una oportunidad muy clara; Messi habilitó a Lautaro Martínez y el remate del delantero del Inter fue desviado por Lampe al corner.

Y a los 78′ llegó el merecido gol del triunfo; una jugada que empezó en la derecha, la combinación entre Montiel, Nico Domínguez y Messi, el arranque de Leo, el pase a Lautaro Martínez y este que se la abrió a Joaquín Correa para que definiera con un potente remate cruzado y dejara el partido 1-2.

Argentina lograba lo que había ido a buscar, sobre todo en el segundo tiempo, cuando soltó amarras para ir por los tres puntos. César Farías recurrió a dos cambios para tratar de modificar el rumbo. A los 82′ J.N. Orozco entró en reemplazo de D. Wayar y a los 86′ C. Arabe ingresó en lugar de R. Cardozo. El entrenador argentino determinó que debutara Facundo Medina a los 88′, cuando ingresó por Lautaro Martínez. Y lo hizo muy bien, con un par de cruces a tiempo y una presencia física importante.

Argentina se sostuvo en el juego también en el final y logró una victoria justa, celebrada y auspiciosa.

Hernán O’Donnell

Lewis Hamilton alcanzó un récord y va por otro, en un día lleno de emociones

El triunfo de Lewis Hamilton en el Gran Premio de Eifel 2020 significó algo más que una simple victoria para el piloto inglés. Fue una prueba más de su excelsa conducción, de su momento dominante en la categoría y de su camino inexorable hacia otro título mundial. Pero también fue alcanzar el récord de triunfos que ostentaba Michael Schumacher, con 91, y un paso más al récord que también posee el piloto alemán con 7 títulos ecuménicos.

Fue una carrera con muchas emociones desde el inicio; la partida rápida de Valteri Bottas, la agresividad de Ricciardo, la posición expectante de Lewis; en el giro número 9 Daniel Ricciardo pasó de modo impecable a Charles Leclerc y en la vuelta siguiente Sebastian Vettel entró a boxes.

Hamilton pasó a Bottas en la vuelta 13, también con una maniobra clara y limpia, y en el giro siguiente Kimi Raikkonen tocó a Russell, lo que le provocó su despiste y la rotura de su cubierta trasera izquierda.

Pero los problemas continuarían. En la vuelta 17 Daniel Kvyat pasó de largo en una curva y rompió el alerón delantero. Más tarde pararía Esteban Ocon, con lo cual las dificultades técnicas eran para todos. Valtteri Bottas abandonó y Max Verstappen se ubicó segundo, mientras que Ricciardo quedó en la tercera ubicación. Más atrás se alternaban en la lucha Sergio Pérez, Carlos Sainz, Lando Norris, Charles Leclerc.

Hasta que el Mc Laren de Lando Norris dice basta y se queda cuando restan 14 vueltas para el final; el ingreso del safety car generó una renovación y varios pilotos aprovecharon para cambiar neumáticos; así, el final tuvo una nueva expectativa. Pero nada inquietó a Hamilton, que conservó su lugar en tanto detrás peleaban Verstappen, Ricciardo, “Checo” Pérez, Sainz y Gasly que se acomodaba en la sexta posición. Más atrás, Leclerc quedaba séptimo, octavo Hulkenberg, noveno Romain Grosjean y en el décimo lugar, para sumar, Antonio Giovinazzi.

No tuvo problemas Hamilton para regalarle a Mercedes una victoria en Alemania. Para seguir firme en la punta hasta el final. Para afirmarse en el campeonato; para recibir de Mick Schumacher piloto de Fórmula 2 e hijo del célebre Michael, un casco de su padre como legado por haber alcanzado su récord de triunfos en la Fórmula 1. Una hermosa sorpresa que dejó sin palabras al inglés: “No se que decir…Recuerdo jugar a ser Michael en las carreras; crecí con una admiración por él, y ahora alcanzar su récord me llevará tiempo acostumbrarme. Gracias a mi equipo pude hacerlo”.

Un hermoso y emotivo cierre de una carrera complicada, pero que dejó una señal clara del presente y el futuro de la Fórmula 1, en manos de Lewis Hamilton.

Hernán O’Donnell

Las estrellas de Francia y Portugal se apagaron en la noche de París

A los 90+2′ Cristiano Ronaldo tuvo la oportunidad más nítida del partido, cuando recibió una habilitación de Trincao y sacó un disparo fuerte, seco, potente, con el sello de él; con esfuerzo rechazó Hugo Lloris. Era la jugada que más nos sacudió en una noche oscura, sin brillo, con las estrellas apagadas.

Uno podía suponer que un partido que reuniría al Campeón del Mundo y al Campeón de la Nations League, iba a deparar en un juego de alto vuelo y cargado de emociones. Sin embargo, todo lo que hubo para destacar se ofreció con cuentagotas. Una constelación de estrellas que no brillaron.

Francia se apoyó en las salidas permanentes de sus laterales, Benjamín Pavard y Lucas Hernández, la posición de Kanté, la velocidad de Pogba y la tremenda dinámica de Rabiot. pero le costó enganchar el juego con los delanteros, más allá de la búsqueda de Griezmann por ser el hilo conductor, el sacrificio para pivotear de Olivier Giroud y las insinuaciones de Mbappé.

Portugal también se basó en las proyecciones de sus buenos laterales; Semedo y Raphael Guerreiro se mandaron al ataque cuantas veces pudieron, pero les costaba progresar con Bruno Fernandes y Carvalho. Joao Félix se mostraba de modo constante, en tanto Cristiano tuvo más intermitencias. Y el partido no progresaba.

Los cambios tampoco produjeron distinciones. A los 60′ D. Jota reemplazó a Bernardo Silva en la visita; a los 73′ A. Martial ingresó en la posición de Olivier Giroud en el equipo de Didier Deschamps. Más tarde, Portugal volvió a modificar su estructura: iban 79′ cuando Renato Sanches entró en reemplazo de Bruno Fernandes. A los 83′ K. Coman entró por Kylian Mbappe en el local y sobre el cierre, Portugal hizo tres cambios: ya se jugaban los 87′ cuando Joao Moutinho entró por W. Carvalho, Joao Cancelo reemplazó a Raphael Guerreiro y Trincao ingresó en lugar de Joao Felix.

Nada influenció demasiado en el desarrollo. El partido tuvo un trato prolijo del balón, un espíritu ofensivo de los dos equipos, y algunas jugadas interesantes.

Pero careció de emociones fuertes, no hubo jugadas emocionantes, se falló en la última puntada, las defensas superaron a los ataques, se diluyeron los estiletazos, no abundaron las situaciones de gol y el 0 a 0 fue el sello distintivo del partido.

Ambos se cuidaban más de lo que arriesgaban. Como preocupados por lo que dejaban atrás más que por lo que podían ver adelante. Y lucieron más firmes las defensas que punzantes los ataques. Faltaron ideas, imaginación y espíritu de aventura. Muy cerrados en sus libretos, se ahogaron en penas. Y nada pudo torcer el destino de dos equipos preparados para generar mucho más.

Las estrellas que esperábamos encontrar en el Stade de France se oscurecieron en la noche de París.

Hernán O’Donnell

Alemania construyó la victoria en una hora plena de fútbol

La primera imagen es cautivante, alegre, estremecedora. Ver un estadio con público, con mucho público, decorado con personas que asistieron al Estadio Olímpico de Kiev para darle un marco que no debemos olvidar ni dejar en el pasado. El fútbol, el deporte, es con gente en las tribunas. Con hinchas. La pandemia que ha modificado tantas costumbres no debería cambiarnos para siempre. A la larga, esta imagen será la que volverá y otra vez tendremos el espectáculo completo, como debe ser. Con seres humanos que alienten y participen, no con cantos grabados, cartones pintados en las gradas y coros virtuales.

El choque deportivo entre Ucrania y Alemania nos trajo esa imagen que nos recordó quienes éramos. Quienes somos.

Y en el juego, Alemania. Un dominio pleno, demostrado desde el comienzo del encuentro. Neuer al arco, Un esquema con tres zagueros, Ginter, Süle y Rüdiger, una línea de cuatro por delante con dos laterales, Klostermann y Halstenberg, más adelantados de como lo suelen hacer en RB Leipzig, que en general juegan en la zaga, y dos medios Kimmich y Kroos que se conectaban con Goretzka y Draxler, los generadores de juego. Arriba, como punta de lanza, Serge Gnabry.

Ucrania intentó neutralizar y salir rápido de contra, pero le costó mucho, porque la visita lo ahogaba en cuanto podía hacerse del balón. Alemania era más desde el inicio, y así fue que a los 19′ abrió el marcador. Desbordó por derecha Rüdiger, llegó al fondo, puso el centro rasante al medio, Gnabry metió un taco exacto y Ginter convirtió sin mayores dificultades. El partido quedaba 0-1 de manera justa.

No cambió el desarrollo de la película. El control de las acciones era de los jugadores de blanco. El local pretendía salir con la conexión entre Ruslan Malinovskiy y Roman Yaremchuk, quienes elaboraron alguna maniobra interesante. Pero sin mayor peligro. Un tiro de Yaremchuk pasó cerca, en la posibilidad más clara. después, todas las ocasiones fueron del equipo de Low.

A los 30′ Kimmich sacó un tiro desde afuera con mucha precisión, pero el vuelo de Georgi Bushchan desvió el balón al corner. A los 34′ un centro de la derecha fue conectado de cabeza por Gnabry, pero otra vez apareció Georgi Bushchan para volar y sacar una pelota “imposible” al corner. Y a los 42′ Halstenberg abrió el pase para Toni Kroos quien remató muy cerca del arco local.

Alemania cerraba el primer tiempo con un dominio marcado sobre el conjunto dueño de casa.

En el comienzo del segundo tiempo un error de Buschchan, el primero y único de una enorme actuación del arquero local, le permitió a Alemania estirar la ventaja. Iban 48′ cuando llegó el centro de la derecha, el arquero parecía que atrapaba el balón pero se le escapó y en el aire encontró justo la cabeza de Goretzka, quien la empujó al arco y amplió el marcador a 0-2 para la visita. Era un duro golpe para un equipo que quería remontar un partido que ahora se le hacía más largo.

Alemania mantuvo el control durante quince minutos y recién ahí Ucrania pudo salir. A través de Viktor Tsygankov tuvo una chance, con un remate que Neuer atrapó con una mano y una notable reacción, cuando se jugaban los 60′. Alemania volvió a tener una chance a los 65′ con un remate arriba de Ginter, pero otra vez el arquero local acertó con su vuelo y mandó el balón al corner. Después, los cambios para darle más ideas al equipo de Schevchenko. A los 68′ Marlos, de buen partido, entró por A. Yarmolenko, en tanto que O. Zubkov reemplazó a V. Tsygankov.

Ucrania ya tenía un poco más de confianza, en tanto Alemania levantó el pie del acelerador. Así, a los 72′ Yaremchuk sacó un remate fuerte que se fue un poco alto, pero era un aviso del local; y a los 76′ llegó el penal que Malinovskiy convirtió con categoría para poner el 1-2 y abrir la emoción al cuarto de hora final del partido.

Antes de reanudar, Shaparenko entró por Kovalenko. Y en ese final, también Low movió el banco de Alemania para despertar a su equipo. A los 79′ Timo Werner entró por Draxler y enseguida, a los 81′ armó una buena jugada donde habilitó a Serge Gnabry y el remate de este, con olor a gol, fue tapado de modo brillante por Georgi Bushchan.

Shevchenko iba a apelar a una última variante para intentar torcer el destino de Ucrania: a los 83′ E. Makarenko reemplazó a S. Sydorchuk; la visita también iba a tener modificaciones: a los 89′ Emre Can ingresó en lugar de L. Klostermann y más tarde, a los 90+2′ Kay Havertz entró en en reemplazo de S. Gnabry; y Ucrania iba a tener una última chance a los 90+2′ con un remate de Shaparenko que se abrió y se fue desviado.

No hubo tiempo para más. Alemania se abrazó a una victoria que construyó en el primer tiempo y supo conservar al final, cuando el local se animó y arriesgó para llevarse algo.

Hernán O’Donnell

San Lorenzo empieza a ver el horizonte

En una mañana soleada, con un sábado de sol primaveral, San Lorenzo empezó a ver el horizonte. Un poco más tarde de las 10.40 se midió y venció a Talleres de Córdoba, en el segundo amistoso de pretemporada.

El Ciclón se mostró decidido y a los 2′ del primer tiempo tuvo dos tiros de esquina consecutivos. A los 9′ hubo un tiro libre para el equipo de Mariano Soso, y el remate de Matías Palacios rozó el palo derecho. El Ciclón ya mostraba ventaja sobre su oponente, con muchas llegadas al área rival. Otra oportunidad llegó a los 13′, con un centro de Peruzzi que Franco Di Santo no llegó a conectar. A Talleres le costaba acomodarse y el local dominaba las acciones.

El dominio era claro y el gol llegó como consecuencia de ellos. A los 19′ combinaron por derecha Peruzzi, Peralta Bauer y Menossi, quien habilitó a Matias Palacios, para que ingresar por el medio y venciera a Caranta con un remate fuerte. San Lorenzo se puso 1 a 0 y era justo.

Lo mejor del equipo de Soso, en ese lapso, fueron las combinaciones de Peruzzi, Menossi, Peralta Bauer y Matías Palacios, en tanto por izquierda se apoyaba en el buen tranco de Juan Ramírez.

El equipo del “Cacique” Medina tuvo su primera chance a los 22′ cuando el delantero Valoyes le ganó la posición al “Flaco” Donatti, pero su disparo cruzó todo el arco.

San Lorenzo a lo largo de todo el primer tiempo mostró un mejor desempeño que el equipo rival. Y cerró ese período de cuarenta minutos, con un tiro de Peralta Bauer que pegó en el poste izquierdo de Caranta, recorrió la línea y el zaguero de Talleres Pérez la sacó de cabeza; del rebote, Juan Ramírez remató al arco, mientras era empujado desde atrás, en una falta dentro del área que el árbitro no advirtió.

En el segundo tiempo San Lorenzo mantuvo la posesión de la pelota. El equipo se afirmó en la seguridad de Federico Gattoni, quien se destacó como para ser considerado titular.

Para Talleres fue complicado llegar al área; no encontraba espacios, a pesar del buen desempeño de Soñora; y San Lorenzo también mermó su rendimiento, porque a pesar de tener el balón, careció de profundidad en la segunda etapa. El Ciclón se apoyó más en la dinámica y buen pie de Ramírez; así llegó al fondo tras una buena pared con Pittón y su centro fue sacado al corner por Tenaglia; a los 16′ Schott fue amonestado por una falta contra Ramirez cuando este se iba en velocidad, en una jugada que pudo ser de expulsión.

El partido perdió intensidad y careció de llegadas profundas; hubo una de Talleres tras una desinteligencia entre Donatti y Monetti en una salida, y el local se aproximó con algunos centros tras progresos por las bandas.

San Lorenzo mostró una cierta idea de juego, tuvo algunas figuras destacadas como Gattoni, Matías Palacios, más la prolijidad de Menossi, el segundo tiempo de Ramírez, y todo lo que insinúa Mariano Peralta Bauer. Para empezar, hay margen para la ilusión.

 Carolina O’Donnell

El Campeón de América entró en escena con una goleada convincente

El Campeón de América entró en escena. De una manera rotunda, decidida y contundente. Se adueñó del balón desde el silbato inicial y a los 40″ de juego Renan Lodi se fue por izquierda, lanzó un centro cerrado y Everton no pudo acertarle al arco; el balón se fue apenas desviado en la primera de las muchas ocasiones que iba a generar el local. A los 3′ llegó otro centro desde la izquierda al corazón del área, y el cabezazo de Marquinhos se fue muy cerca del palo izquierdo de Carlos Lampe, arquero de Bolivia.

Era un monólogo de Brasil, que tenía el control absoluto. Con Neymar como eje, Coutinho como socio y las trepadas de los laterales, Danilo y Renán Lodi para abrir a un Bolivia que se refugiaba en su campo.

El gol era cuestión de tiempo, y llegó a los 16′, tras un corner desde la derecha, el pase atrás para Danilo y el centro del lateral que cabeceó Marquinhos al arco para marcar el 1 a 0 para el equipo de Tité.

Siguió Brasil con su libreto. Un equipo que tenía siempre la pelota, la manejaba con criterio, dinámica y velocidad. Así, desbordaba a la visita por todos lados. Era un vendaval que se le hacía difícil al equipo de Césra Farías poder controlar.

La llegada del segundo tanto era lógica y esperable. Una pared por el sector izquierdo entre Renan Lodi y Neymar, la llegada al fondo del lateral brasileño del Atlético de Madrid y el centro rasante al área chica, que aprovechó Roberto Firmino y con un toque suave depositó el balón en la red, para dejar el partido 2 a 0 a los 30′ de juego.

Bolivia se animó en los últimos diez minutos del primer tiempo. Fue el momento en que el local se tomó un pequeño respiro y cedió en la presión sobre el área rival. Bajó un poco Menacho para juntarse con Miranda y Wayar, en tanto buscaba el resto del equipo acompañarlos en una presión más alta. pero fue sólo una intención, en tanto Brasil le cedió un poco la pelota. El cierre del primer período lo encontró, otra vez, al local con el control del partido.

Bolivia salió al segundo tiempo con un cambio: Cespedes por Saldías; pero nada se modificó, porque a los 48′ Firmino marcó el tercer gol y ya con el 3-0 el único interrogante era cuando se iba a detener la cuenta del local.

A los 58′ entró Rdrygo por Everton; a los 61′ J. Campos ingresó por C. Menacho y R. Cardozo reemplazó a C. Arabe en Bolivia; y a los 65′ Philippe Coutinho desbordó por derecha en una buena maniobra, sacó un centro que pegó en el defensor visitante Carrasco y se metió en su propia valla para dejar el marcador en 4 a 0.

Tité decidió dos cambios para renovar el equipo y repartir del desgaste de sus futbolistas: a los 70′ Richarlison entró en lugar de Roberto Firmino y Felipe Augusto ingresó en reemplazo de Thiago Silva.

A los 72′ llegó el quinto y el cierre de la cuenta del local. Centro desde la izquierda de Neymar y Philippe Coutinho metió un cabezazo formidable para marcar el 5-0.

Ya no era partido. Quedaban cambios para registrar. En Brasil, a los 76′ A. Telles entró por Renan Lodi y E. Ribeiro lo hizo por P. Coutinho. En Bolivia, a los 79′ F.G. Mejia entró por A. Bustamante y unos minutos más tarde, a los 83′ L. Zabala ingresó en lugar de D. Wayar.

Sobre el final, Carlos Lampe tuvo un vuelo y una atajada fenomenal de un tiro libre de Neymar. Iba al ángulo superior izquierdo del arquero boliviano, pero su reacción impidió el gol que tanto había buscado Neymar.

No hacía falta. Era solo por una cuestión personal. Brasil, el equipo, apareció en escena en todo su esplendor y asoma como el equipo dominante de una eliminatoria que dio su primer paso.

Hernán O’Donnell

Argentina encontró rápido el camino para una victoria complicada

La apertura del marcador temprana le dio cierta tranquilidad a la Argentina. Había salido como siempre, al ataque. Intentaba imponer condiciones desde el inicio, con la dinámica de sus hombres por las bandas, Ocampos y Acuña, en tanto De Paul enlazaba con Messi y Lautaro Martínez. Enfrente, un equipo con el sello de Gustavo Alfaro. Táctico, obediente, concentrado. Una línea de cuatro con Gruezo por delante de ellos, otros cuatro medios ordenados de derecha a izquierda con Ibarra, Franco, caicedo y Mena y Enner Valencia arriba, como punta de lanza.

Pero muy pronto llegó la posibilidad para Argentina. Ya había tenido a los 5′ una llegada por un pase filtrado y preciso de Leandor Paredes a Messi, y a los 10′ llegó el penal que Estupiñán le cometió a Ocampos con una barrida temeraria, porque si bien fue a la pelota y la ganó, con su cuerpo tocó la pierna izquierda del delantero de Sevilla, que cayó derribado. Lo ejecutó Lionel Messi a los 12′, con un buen remate a la izquierda de Alexander Domínguez, y el local se puso 1 a 0.

Ecuador siguió igual, con un planteo intenso en la mitad de la cancha, la zona que Alfaro había definido como el “lugar donde hay que hacer una lectura exacta pues allí se resuelven los partidos”, y con una intensidad importante de sus futbolistas, logró controlar a la escuadra de Scaloni.

Argentina tuvo otra llegada a los 30′, con una jugada colectiva destacada que empezó por Tagliafico en la izquierda y terminó con un centro de Ocampos desde la derecha que Arreaga sacó al corner.

Y al final Ecuador tuvo su primera llegada, pero muy peligrosa. Tras una subida de Estupiñán, hubo una infracción de De Paul. Iban 45+2′ y el tiro libre lo ejecutó Ferigra y el balón pasó por delante de Armani, sin que Valencia y Caicedo lo pudieran conectar.

La visita salió en el segundo tiempo con una variante; Preciado por Freriga. Así decidió Alfaro apostar a la subida de los laterales, con el ingresado y Estupiñán como abanderados. Y Ecuador empezó a emparejar las acciones, sobre todo porque Argentina mermó una presión constante que había ejercido en el primer período.

De a poco el local decayó en su potencia. Y en la mitad de la cancha, el conjutno visitante le propuso un combate permanente, donde le ubicaba mucha gente y siempre dispuesta a pelear y raspar. Por momentos, pareció que le costaba a De Paul, Paredes y Acuña batallar en inferioridad numérica. Aún así, la Argentina siempre insinuaba un poco más. Había tenido una chance clara a los 47′ cuando Martínez habilitó de cabeza a Ocampos y el remate del delantero fue desviado al corner por Domínguez.

Después, la catarata de cambios que deforman los partidos. A los 63′ Gonzalo Plata entró por Renato Ibarra; a los 65′ Eduardo Salvio ingresó por Marcos Acuña. Ecuador tuvo una chance con una llegada de Estupiñán y el remate al medio que atajó Armani. y siguieron las modificaciones: iban 75′ y Lucas Alario entró por Lautaro Martínez, en tanto a los 77′ Romario Ibarra entró por Caicedo.

Pero el juego ya era una lucha en la media cancha, una batalla donde el roce prevalecía y el juego no fluía. Argentina intentaba construir, pero no podía salir del enredo y corte propuesto por la visita, que siempre amenazaba por las bandas.

A los 83′ Lionel Scaloni acomodó las últimas piezas y resolvió que Juan Foyth ingresara por Gonzalo Montiel y Nicolás Domínguez reemplazara a Lucas Ocampos. Nombre por nombre, posición por posición y a pelear el tramo final. Gustavo Alfaro también hizo una última variante: a los 86′ Michael Estrada entró en lugar de Angel Mena. Poco tiempo quedaba y sin embargo, a los 90+3′ Rodrigo De Paul sacó un remate fuerte, desde afuera del área, que se fue muy cerca.

Y así se cerró el debut de Argentina en la Competición Preliminar de la Copa Mundial de la FIFA-Qatar 2022. Con una victoria sufrida, trabajada, luchada y merecida. Para empezar, tres puntos que traen el aire necesario.

Hernán O’Donnell