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Argentina logró una victoria histórica, pero quedó en duda el futuro del entrenador

Un Super Clásico de las Américas que llegó con antecedentes poco habituales. Con dos equipos que venían de una derrota, la Argentina en su casa ante Uruguay, y Brasil de visitante frente a Colombia. Los dos con un juego discreto, superados por el rival, y con algunas bajas, sobre todo en la “Canarinha”, de mucha importancia. Además, con la atención puesta en la política, las elecciones presidenciales y el cambio de gobierno en el país de la representación “Albiceleste”. Con todos esos detalles poco usuales, llegaron a medirse en el mítico Estadio “Maracaná”, Brasil y Argentina.

Y el partido tuvo ribetes de todo tipo; desde muy serios incidentes antes de comenzar, por los problemas que hubo primero entre los simpatizantes, y luego con la represión indiscriminada de las fuerzas de seguridad, que demoraron el inicio en poco más de media hora. En ese lapso, los jugadores argentinos, y varios brasileños como el capitán Marquinhos, se acercaron a la tribuna de los incidentes, para intentar poner freno a la acción policial, y a llevar calma al lugar. No lo lograron en primera instancia, y los futbolistas argentinos decidieron retirarse a los vestuarios, hasta lograr que les brinden las garantías de seguridad a los hinchas.

Crédito: @Argentina

El partido fue muy intenso, disputado, cortado. Con más infracciones que jugadas elaboradas. Brasil tuvo cierto dominio en el primer tiempo, que se acentuó en el comienzo del segundo. La Argentina nunca dejó de luchar ni de intentar jugar cuando podía, aún con Leo Messi en desventaja física, por una molestia en el aductor derecho que le requirió atención médica y kinesiológica en varios momentos del partido, sobre todo cuando tenía una interrupción.

Así y todo en cuanto tuvo su chance, facturó. Iban 62′ cuando llegó el centro desde la izquierda, ejecutado por Giovanni Lo Celso, y Nicolás Otamendi. con un salto espectacular, y un cabezazo cruzado, puso el balón muy lejos de Alisson Becker, para meterse en su ángulo superior derecho y poner el resultado 0-1 a favor de la Argentina.

Luego, fue aguantar y jugar. La expulsión, exagerada, de Joelinton, a los 81′, fue lapidaria para el local. Con un jugador menos, y la obligación de buscar el resultado, Brasil no tuvo ideas ni rebeldía para quebrar a un equipo que lo esperaba agazapado y con superioridad numérica, para frenar sus avances y lanzar contragolpes preocupantes.

Crédito: @Argentina

Pero a la historia del triunfo de la “Albiceleste” en Río de Janeiro, aún le aguardaba un capítulo más. Luego de los festejos en el campo de juego, la alegría en los abrazos, las notas en el terreno para la TV, Lionel Scaloni fue, junto a su cuerpo técnico, a sacarse una foto en medio del Maracaná. Algunas escucharon una voz que decía, “Dale, hagamos la última foto”…

Lo cierto, es que el propio entrenador argentino iba a sorprender con declaraciones ¿inesperadas? en la conferencia de prensa posterior. “Una cosa importante que quería decir es parar la pelota, ponerme a pensar, tengo muchas cosas que pensar en este tiempo, estos jugadores nos han dado un montón a todo el cuerpo técnico, y necesito pensar mucho que voy a hacer. No es un Adiós, ni otra cosa, pero necesito pensar porque la vara está muy alta, y está complicado seguir, y está complicado seguir ganando, toca pensar en este tiempo, se lo diré al Presidente, se lo diré a los jugadores después, porque esta selección necesita un entrenador que tenga todas las energías posibles, y que esté bien”.

Las especulaciones se reprodujeron como reguero de pólvora. Miles de interpretaciones circularon por los medios de comunicación, las redes sociales y los comentarios en la calle, en las oficinas, en los colegios. Se habló de un contrato aún no renovado, y no mejorado, amén de la interferencia política que domina a nuestro fútbol, y que en la semana previa a las elecciones nacionales, ejercieron su peso sobre los jugadores y el cuerpo técnico del seleccionado. Que eso generó días incómodos de trabajo previo al partido con Uruguay, en el que al final, producto de ese ruido, se vio a un equipo perturbado, desenfocado en el juego y superado con claridad por el rival.

Esas interferencias, a veces en forma de sugerencias o pedidos, ocurrieron en varias ocasiones, y a un equipo que siempre quiso mantener una distancia prudente y lógica de los intereses políticos, terminó por fastidiarlo.

Habrá que ver si esas son las razones, si es la suma de algunas de ellas o habrá otras. Solo lo sabe el entrenador, Lionel Scaloni.

Por lo pronto, solo se limitó a expresar sus sentimientos de su forma natural y genuina, saludó con su habitual cortesía, y se despidió. ¿Para siempre?

Hernán O’Donnell

Lionel Scaloni, por la recuperación rápida de la Selección

La caída ante Uruguay resultó un duro golpe, más allá de que el entrenador argentino, Lionel Scaloni, siempre sostuvo que perder era una posibilidad latente. Y que lo más importante era, en el momento que sucediera, recuperarse rápido. Ya ocurrió ante Arabia Saudita, en el primer partido de la Copa Mundial de la FIFA-Catar 2022, y acaba de pasar frente a Uruguay, por la Competición preliminar de la Copa Mundial de la FIFA-México, USA, Canadá 2026.

Crédito: media.afa.org.ar

Un día antes del partido frente a Brasil, en el Maracaná, Scaloni ofreció una rueda de prensa, en la que dejó conceptos interesantes:

“Siempre dijimos que no éramos imbatibles. Tenemos que recuperarnos rápido. Más allá de perder y de no hacer un buen partido, el equipo compitió y eso me deja tranquilo”, sostuvo en cuanto al momento del equipo.

“Los cambios no van a ser por rendimientos. Si hacemos cambiamos, los haremos para intentar hacerle daño al rival, y que ellos no nos lastimen a nosotros. Brasil tiene jugadores de gran nivel, veloces, con trayectoria en equipos muy importantes”, agregó.

“Es un clásico, se juega en su cancha, y sabemos todo lo que significa. Son jugadores distintos a los de la final de la Copa América y creemos que hay que enfocarse en el presente, eso es lo más importante”, comentó el entrenador.

A las 18 hs del Lunes 20 de Noviembre, la selección viaja a Río de Janeiro. Lo espera una noche de vigilia, ante un Maracaná colmado que rugirá ante un nuevo Clásico de las Américas.

Hernán O’Donnell

Argentina no encontró el rumbo y perdió el invicto en el camino al Mundial

Fue una noche oscura, deslucida, ingrata. Lo resumió mejor que nadie el entrenador Lionel Scaloni, quien en la conferencia de prensa posterior a la derrota ante Uruguay por 0-2, señaló que “La Argentina tuvo un partido incómodo, donde no pudo encontrar los caminos, el rival jugó mejor y ganó de manera justa”, sostuvo con su habitual madurez, sencillez y humildad.

Fue una síntesis clara de lo que sucedió la noche triste de la Bombonera. La selección, que aún en la derrota, se fue aplaudida por la gente, nunca pudo encontrar los caminos hacia el arco rival. Y Uruguay fue sòlido en defensa, ganó el medio campo, y tuvo eficacia para convertir.

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Argentina comenzó con Emiliano Martínez, Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico; Rodrigo de Paul, Alexis Mac Allister y Enzo Fernández; Lionel Messi, Julián Álvarz y Nicolás González.

La visita formó con Sergio Rohet; Ronald Araujo, Sebastián Cáceres, Mathías Olivera y Matías Viña; Manuel Ugarte y Federico Valverde; Facundo Pellistri, Nicolás de la Cruz y Maximiliano Araujo; Darwin Núñez.

Argentina intentó tomar el control del juego, pero su dominio no alcanzó los primeros diez minutos. A los 9′ avisó Darwin Núñez con un contragolpe rápido y un remate cruzado, que Uruguay estaba dispuesto a lastimar cuando tuviera una oportunidad. A los 11′, otro ataque visitante fue pligroso; Núñez asistió a Maxi Araujo, y su remate fue tapado por “Dibu” Martínez.

La visita apretaba a los volantes argentinos cuando recibían de espaldas, no los dejaban girar y les cortaban el juego. Con la recuperación, salían muy prontos hacia el arco local. Esa batalla de la mitad de la cancha la ganó el “celeste”, y fue la clave del triunfo. Argentina se sostenía sólo en la capacidad de Messi, que a los 12′ sacó un buen tiro atrapado por Rochet. Después, era un equipo impreciso. A De Paul lo ahogaban cuando estaba de espaldas al arco rival y recibía el pase de Otamendi o Romero; Mac Allister no lograba dominar el centro del campo y Enzo Fernández estuvo desconocido. Igual que Julián Álvarez, de muy baja producción. Nicolás González era, junto a Messi, el más constante y persistente en su rol.

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Pero el problema mayor fue la falta de solvencia en la línea de fondo. Uruguay sumó llegadas porque tampoco la defensa podía cortar. A los 27′ una buena triangulación de la visita se coronó con un tiro elevado de Nicolás de la Cruz; cuando iban 31′ un error en la defensa entre Otamendi y Romero finalizó con otro remate de de la Cruz, desviado.

Y a los 40′ una jugada por izquierda, siguió con el centro de Matías Viña y por el tor lateral, el derecho, apareció Ronald Araujo para poner el 0-1 a favor de Uruguay.

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Los dos equipos empezaron el segundo tiempo con una variante. José María Giménez entró por el lesionado Matías Viña en la visita, mientras que Scaloni decidió incluir a Lautaro Martínez por Alexis Mac Allister en la selección local. De esa forma, la Argentina quedó con una suerte de 4–2-4, con González por derecha, Messi y Martínez por el medio, y Julián Álvarez por izquierda. En el centro del campo, De Paul y Enzo Fernández. Tampoco funcionó. Ni Fernández pesaba en el medio, ni Álvarez podía recorrer la banda izquierda.

A los 52′, se hizo una nueva modificación. Angel Di María entró por Nicolás González. La Argentina atacaba, o buscaba hacerlo, pero se enredaba con la buena agrupación de jugadores uruguayos, que se replegaban en buen número, ordenados y expeditivos.

Lo mejor de la selección ocurrió a los 56′, con un tiro libre de Messi que pegó en el travesaño. Pero no hubo mucho más hasta cerca del final. El segundo cambio de la visita fue a los 61′ R. Betancur entró por Maximiliano Araujo, mientras que en el local Exequiel Palacios reemplazó a Rodrigo De Paul, cuando iban 63′ del partido. Y a los 78′ llegaron las últimas variantes en la Argentina: Marcos Acuña entró por Nicolás Tagliafico, y Giovanni Lo Celso ingresó en lugar de Julián Álvarez.

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La segunda situació clara que tuvo la selección en el complemento ocurrió a los 82′. Un tiro de esquina de Angel Di María fue cabeceado por Lautaro Martínez con exactitud, pero Rochet desvió por arriba, en una gran intervención.

Y en un rápido contragolpe, a los 86′, Darwin Núñez puso el 0-2 para Uruguay, con un disparo cruzado ante la salida de Emiliano Martínez.

Fue el fin del partido. Sólo quedó tiempo para la tercera y cuarta modificación de la “Celeste”; a los 87′ Agustín Canobbio entró en lugar de Facundo Pellistri, y a los 90′ Federico Viñas ingresó por Darwin Núñez.

Argentina tuvo una noche imprecisa y dejó el invicto en las eliminatorias. “Ahora queda revisar el partido, corregir lo que haya que corregir, y levantarse”, fueron las palabras del DT Lionel Scaloni en la conferencia del final. Sabias palabras de quien supo llevar al equipo a lo más alto y entiende, desde la humildad, que el camino nunca es un sendero de rosas.

Hernán O’Donnell

Empezó la semana de los clásicos para la Selección

En medio de la vorágine por las elecciones presidenciales, la discusión política que ganó la mesa de los argentinos, el debate que ha polarizado el tema más importante, sobre la Argentina y el futuro, en medio de ese clima electoral, la Selección Argentina tendrá una semana de fuego por la Competición Preliminar de la Copa Mundial de la FIFA-México, USA, Canadá 2026. Parece ajeno a la agenda que predomina los algoritmos de las redes sociales, pero el Campeón del Mundo se enfrenta en unas horas ante Uruguay, en una nueva edición del clásico más antiguo del Río de la Plata, y la semana que viene deberá viajar a Brasil, para jugar ante el poderoso seleccionado local en el célebre Estadio Mario Filho, conocido de forma popular como “Maracaná”.

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Las tareas del lunes comenzaron a cargo del Preparador Físico, Luis Martín, quien dio comienzo a la jornada en el gimnasio del complejo que lleva el nombre de “Lionel Andrés Messi”. Luego de ese primer bloque, la segunda parte se se desarrolló en el campo de juego, que comenzó con el tradicional rondo. Luego, la práctica fue dirigida por el Director Técnico Lionel Scaloni y sus colaboradores, quienes dispusieron labores técnicas con balón en circuitos. Por último, los jugadores practicaron remates para trabajar a los arqueros de la plantilla.

El martes la práctica será vespertina, y el miércoles hablará el entrenador en conferencia de prensa.

De a poco, el clima futbolero toma color. Aunque no lo parezca, es una semana crucial para la Selección Argentina, con los dos clásicos regionales por delante. Y con el Mundial que empieza también a asomar en el horizonte.

Hernán O’Donnell

Argentina fue mucho más que un gol de diferencia

La expectativa, la ilusión, la ansiedad, todo lo que despierta cada presentación de la Selección Argentina ante su público, un ritual que se repite desde los inicios del Fútbol, pero que se potencia mucho más cuando el “Equipo de Todos” logra ganar el Título Mundial. Se ha visto este fenómeno después d cada conquista, ya sea luego de 1978, 1986, o esta reciente consagración de 2022. Y ante una nueva fecha de la Competición Preliminar de la Copa Mundial de la FIFA-México, USA, Canadá 2026, otra vez la gente peregrinó al Estadio Monumental de Buenos aires para observar, apoyar y abrazar al seleccionado.

Y el equipo respondió. Jugó un primer tiempo excepcional, se puso en ventaja apenas nació el partido, superó con amplitud la defensa propuesta por el adversario, manejó el balón, le dio muy buena circulación y generó numerosas situaciones de gol.

Ese fue su único defecto. No concretar las situaciones creadas. Que también fueron varias en el complemento, y que, tal como lo dijo Lionel Scaloni en la conferencia de prensa posterior al juego, “tal vez nos faltó convertir lo que creamos; siempre genera un poco de preocupación, porque un resbalón, una distracción, ante un rival como Paraguay que tiene buenos jugadores, te pueden empatar. Es lo que tiene este deporte, podes hacer setenta u ochenta minutos muy buenos, pero si no convertís te pueden empatar. Nos faltó ser un poco más cínicos, en ese aspecto”, nos respondió.

Argentina comenzó con Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Alexis Mac Allister y Enzo Fernández; Julián Álvarez, Lautaro Martínez y Nicolás González.

El conjunto guaraní formó con Carlos Coronel; Iván Ramírez, Fabián Balbuena, Gustavo Gómez, Junior Alonso y Matías Espinoza; Miguel Almirón, Álvaro Campuzano, Richard Sánchez y Ramón Sosa; Adam Bareiro.

Argentina convirtió cuando iban poco más de 2′ de juego. Un corner de la derecha, la jugada de distracción y la aparición de Nicolás Otamendi por detrás, para poner el 1-0 apenas comenzaba la noche.

Se desató un vendaval de fútbol y ataques del equipo local. Argentina manejaba el balón a su antojo, y empezó a acumular llegadas. A los 15′ Lautaro Martínez no llegó a conectar tras una muy buena maniobra por el medio. A los 24′ apareció Julián Álvarez, pero su tiro fue sacado por Coronel. Cuando iban 29′ Julián Álvarez desbordó por derecha, le dio el pase al medio a Martínez, y el disparo del delantero del Internazionale pegó en un pie de Gómez y se fue al corner.

A los 36′ Nicolás González cabeceó muy bien un centro que venía de la derecha, pero Coronel la sacó al corner. Luego hubo otra posibilidad clara, con un tiro de media distancia de De Paul, que pegó en l poste izquierdo de Coronel, cuando iban 41′ de juego; el balón fue a la izquierda del taque argentino, volvieron a asistir a De Paul, y su segundo remate se fue apenas desviado.

Y cerraron el primer tiempo con una excelente jugada colectiva, asociada y criteriosa, que culminó con un tiro de Nicolás González, apenas afuera, cuando ya iban 44′.

Paraguay salió a jugar el segundo tiempo con una variante. Robert Rojas ingresó por Iván Ramírez. Y tuvo una chance, a los 51′, con un tiro de Sosa que Martínez sacó al corner. Y después casi no tuvo nada más.

El delirio del público se produjo a los 52′, cuando Lionel Messi ingresó por Julián Álvarez. Argentina hizo pasar el juego un poco más por su capitán; toques precisos, distracción hacia atrás, y aceleración en tres cuartos.

A los 67′ Mac Allister habilitó a De Paul, y el tiro de este lo sacó Coronel. Daniel Garnero, entrenador de la visita, hizo el segundo y tercer cambio a los 69′. Arnaldo Sanabria entró por Adam Bareiro, y Braian Ojeda reemplazó a Campuzano. A los 74′ se lesionó Junior Alonso, y lo sustituyó Héctor Villalba. Así, Paraguay siguió con línea de cuatro en el fondo, Villalba como extremo derecho, Sanabria por el medio, y Sosa a la izquierda.

Pero la pelota era de Argentina, por lo que el control del juego era del local. Un tiro de esquina de Messi, a los 75′, se cerró y golpeó en un palo.

Cuando iban 78′ llegó la segunda modificación en el local; Leandro Paredes entró por Enzo Fernández. Y Argentina no paró de sumar llegadas. A los 83′ un remate de Martínez se fue apenas alto.

En el equipo guaraní, a los 85′ llegó la quinta y última modificación. Gabriel Ávalos reemplazó a Miguel Almirón.

Pudo convertir el local, a los 87′, con un tiro de Nicolás González que el arquero desvió al corner. Y a los 90+1′, un tiro libre de Messi pegó en el palo derecho de Coronel.

Quedó para la estadística la última ventana de cambios de Argentina, a los 90+3′. Lucas Ocampos entró por Nico González, y Giovanni Lo Celso reemplazó a Rodrigo De Paul.

Fue el cierre de una noche espectacular, a la que sólo le faltaron llegar los goles que Argentina merecía, para ganar con una amplitud mayor a la mínima diferencia que mostró el resultado final.

Hernán O’Donnell

Argentina tomó altura y paseó su fútbol por La Paz

Esta vez, el drama de jugar en la altura de La Paz quedó resumido a un fantasma que se fugó apenas empezó el partido. Hubo unos pocos minutos iniciales donde parecía que Bolivia iba a tomar el control del partido, pero bastó con que Rodrigo De Paul se animara, cuando iban 9′ d juego, a encarar y probar al arco, para que la Argentina asumiera el protagonismo principal del partido y fuera a la conquista de la victoria. Aún con la ausencia de Lionel Andrés Messi, sentado en el banco pero no disponible en la lista de los suplentes, el Campeón del Mundo tuvo un despliegue escénico descomunal para trazar una victoria amplia inobjetable.

El seleccionado que dirige Gustavo Adolfo Costas comenzó con Guillermo Viscarra; Diego Bejarano, Jairo Quinteros, Adriano Jusino, José Sagredo y Roberto Fernández; Gabriel Villamil, Luciano Ursino y Jaime Arrascaita; Marcelo Moreno Martins y Víctor Abrego.

El equipo argentino formó con Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico; Enzo Fernández, Alexis Mac Allister y Rodrigo De Paul; Ángel Di María, Julián Álvarez y Nicolás González.

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Luego de ese remate de De Paul, la Argentina se hizo dueña del partido. A los 10′ Tagliafico cedió a Enzo Fernández, quien sacó un tremendo tiro que el arquero sacó del ángulo, pegó en el travesaño y se fue al corner. A los 19′ Álvarez peleó un balón, se fue al área y sacó un tiro peligroso.

Bolivia había llegado a los 22′ con un tiro de Abrego que controló Martínez, pero ya era todo de la visita.

Y a los 25′ Gustavo decidió meter un cambio en la mitad de la cancha; Villarroel ingresó por G. Villamil.

Otra llegada del local fue a los 27′, con un disparo bajo de Martins, que controló muy bien “Dibu” junto a su palo derecho.

Pero Argentina armó una gran jugada, a los 30′, y abrió el marcador. De Paul se fue por derecha, tocó para Álvarez, éste abrió a la izquierda para Di María, Angelito metió el centro exacto, y Enzo Fernández entró por el medio para poner el 0-1 a favor de la Argentina.

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El partido empezaba a resolverse, y para colmo Bolivia se quedaba con un hombre menos por la expulsión de Roberto Fernández por una grave infracción sobre Romero. El árbitro Esteban Ostojich le había sacado la segunda amarilla, pero el VAR le advirtió que era una infracción de posible roja directa, y así lo corrigió el juez uruguayo.

Y para terminar de cerrar el primer tiempo, a los 41′ Di María ejecutó un tiro libre con maestría, le pegó con el hombro Nicolás Tagliafico, y marcó el 0-2 para la Argentina.

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Gustavo Costas hizo dos cambios más para comenzar el segundo tiempo; L. Haquin entró en lugar de A. Jusino, y H. Cuellar reemplazó a L. Ursino; ya sumaba tres variantes, y le quedaban dos ventanas más.

Argentina mantuvo el control del juego en el segundo tiempo. Un disparo de Rodrigo De Paul, a los 50′, y otro de Enzo Fernández, a los 53′, que desvió Guillermo Viscarra, eran las señales que daba el equipo.

A los 61′ Costas hizo el cuarto cambio en el seleccionado local. Fernando Saucedo entró por Jaime Arrascaita. Pero no mejoraba el local, que abusaba de las infracciones y no hilvanaba juego ni progresaba en el campo. La “Albiceleste” manejaba el balón, y como aconsejan en la altura, probaba de larga distancia. A los 71′ fue el remate de Di María, el que volvió a exigir al arquero.

Bolivia hizo su quinto cambio a los 72′; Carmelo Algarañaz ingresó por José Sagredo, mientras que la visita hizo su primera variante a los 75′: Exequiel Palacios reemplazó a Rodrigo De Paul.

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El tercer gol argentino liquidó el juego. Álvarez quiso ceder a González, el balón rebotó, presionó Palacios, y cedió a Nicolás González, quien sacó un buen tiro que marcó el 0-3 para la Argentina cuando ya iban 83′ de juego.

A los 84′ llegaron tres cambios en el equipo de Scaloni. Leandro Paredes entró por Alexis Mac Allister; Lautaro Martínez ingresó por Julián Álvarez, y Alejandro Garnacho reemplazó a Nicolás González. La quinta modificación en Argentina fue a los 86′; Angelito Correa reemplazó a Angelito Di María.

Y, sin más, terminó el partido. Argentina fue más, de punta a punta. Mantuvo la paz cuando el rival propuso golpes, y tomó altura para dominar el partido y lograr una goleada edificante.

Hernán O’Donnell

Una vez más, Messi frotó la lámpara para que Argentina concrete la victoria

El jueves amaneció fresco, lluvioso, muy húmedo. Era el día del debut del vigente Campeón del Mundo en su nuevo recorrido para defender la corona, que implica llegar a la próxima competencia de la FIFA, la Copa Mundial de la FIFA-México, Estados Unidos, Canadá 2026. Para la Argentina se acabaron los festejos; llegó la hora de defender el trono, y eso se logrará en el próximo Mundial. Y para eso, hay que clasificarse.

Se vivieron días intensos en la semana previa al debut frente a Ecuador. Con el arribo de los futbolistas, los pocos entrenamientos realizados, y la palabra del entrenador, Lionel Scaloni, donde recalcó las bases de este equipo. La humildad que debe mantener, y el ojo puesto en una nueva competición que se pone en marcha, con todos los riesgos y los desafíos que implica. Ecuador, el primer adversario en la eliminatoria, llegaba con un nuevo entrenador, Félix Sánchez Bas, de experiencia en España y Catar, un plantel ambicioso, una buena eliminatoria pasada, y una figura estelar, Enner Valencia.

Y fue un partido duro, complicado. Con la Argentina dispuesta desde el minuto inicial, con Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Enzo Fernández, Alexis Mac Allister; Lionel Messi, Lautaro Martínez y Nicolás González. Y enfrente Ecuador, con un planteo inteligente, sostenido en Hernán Galíndez; José Hurtado, Félix Tores, Robert Arboleda, William Tenorio, y Pervis Estupiñán; José Cifuentes, Carlos Gruezo y Moisés Caicedo; Gonzalo Plata y Enner Valencia.

La visita se sostuvo en la tarea de la línea de tres centrales y los dos carrileros, amén de la voluntad de Carlos Gruezo y José Cifuentes para pelear en la mitad de la cancha. Con eso le pudo trabar el partido a la Argentina, que contó con un tiro libre de Messi, a los 11′, que controló Galíndez; una jugada de Mac Allister, Lautaro Martínez y Leo Messi, cuando iban 15′ de juego, que finalizó con un remate del capitán argentino apenas desviado.

Y cerró el primer tiempo con un tiro de Lautaro Martínez en el poste derecho de Galíndez, cuando iban 45+1′ de juego.

No había podido profundizar el local, a pesar de los intentos, del cambio posicional entre Fernández, que pasó a la izquierda y Mac Allister, que se corrió de ese lugar al medio de la cancha, donde estaba Enzo; tampoco con las subidas de los laterales, ni con el juego asociado por el medio.

En el segundo tiempo acentuó el dominio. Ya fue más sostenido el ataque, y más cercano a la meta del rival. A los 54′ un tiro libre de Messi generó un rebote y una sensación de peligro. Cuando iban 57′ Tagliafico probó de media distancia. Era mejor el local, y a los 60′ vino el primer cambio: Angel Di María entró por Nicolás González.

Ecuador, que había hecho un planteo duro y cerrado, tuvo su primera llegada a los 66′, con un remate de Enner Valencia, que controló Emiliano Martínez.

A los 67′ hizo los dos primeros cambios la visita; Kevin Rodriguez entró por Gonzalo Plata, mientras que Julio Ortiz reemplazó a José Cifuentes.

Enseguida llegó una espléndida jugada de Messi, quien se llevó la pelota con su pie izquierdo, limpió a dos hombres y sacó un tiro rasante que tapó el arquero visitante.

Llegaron, entonces, la segunda y tercera modificación en la Argentina. Leandro Paredes entró por Alexis Mac Allister, mientras que Julián Alvarez ingreso en lugar de Lautaro Martínez, cuando iban 75′ del partido.

Cuando el árbitro colombiano Wilmar Roldán sancionó el tiro libre a favor de Argentina, tan cerca del área, un fuerte rumor de sensación de gol recorrió las bases del Río de la Plata. Messi se paró frente a la pelota, y sucedió lo mágico, pero ya, de tan repetido, previsible. Un toque suave y perfecto al balón le dio la comba necesaria para elevarse y caer junto a la red, y hacer del gol un estallido popular. Argentina abría el marcador a los 77′ de juego, para ponerse 1-0 y encaminar una victoria que se le negaba.

Félix Sánchez Bas, el entrenador español de Ecuador, sintió que había que meter mano rápido en el equipo; así, a los 80′ hizo el tercer y cuarto cambio de la visita. Angelo Preciado entró por J.Hurtado Cheme, y Angel Mena lo hizo por Félix Torres.

Pudo aumentar la “Albiceleste”, a los 84′, con un tiro de Di María, cruzado y peligroso. y a los 88′ llegó el cambio que fue toda una rareza, pero podrá ser un anuncio a futuro. Salió Lionel Andrés Messi del campo de juego. Lo reemplazó Exequiel Palacios. Y la cinta de capitán le quedó a Angelito Di María.

Toda una novedad en la Selección, que se las arregló sin El rey, para armar una gran jugada, a los 90+1′, que arrancó con un pase largo de Otamendi, la corrió por izquierda Álvarez, cedió al medio para Fernández, este tocó con Di María, que abrió para Molina, y el centro final fue cortado por la defensa ecuatoriana.

Un símbolo de lo que será el futuro; aunque por ahora, lo esperamos lejano, bien lejano.

La Argentina ganó con merecimientos, pero la lámpara la frotó el genio para que el deseo se haga realidad.

Hernán O’Donnell

El Mundial del 2026 se pone en marcha con la Competición Preliminar

La Copa Mundial de la FIFA-México, Estados Unidos y Canadá 2026 empieza a jugarse en esta ventana internacional. Se pone en marcha con la Competición Preliminar, lo que en la Argentina llamábamos, y muchos aún lo hacen de esa forma, de manera simple “eliminatorias”. Es el paso previo a la Copa del Mundo, pero desde hace mucho tiempo la Federación internacional lo ha considerado como parte propia del mismo Mundial.

En Ciudad del Este, el local Paraguay frente a Perú, pondrán en marcha este camino en el marco de la CONMEBOL, el Jueves 7 de Septiembre de 2023. Esa misma noche, sólo 263 días después de salir Campeón del Mundo, la Argentina comenzará la defensa del título cuando enfrente a Ecuador en Buenos Aires.

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Más tarde jugarán Colombia-Venezuela. Al día siguiente, el Viernes 8, se completará la primera fecha con los encuentros entre Uruguay-Chile y Brasil-Bolivia.

La CONMEBOL tendrá 6.5 plazas y media para llegar al mundial. seis de modo directo, los primeros clasificados de la Tabla General de Posiciones, mientras que una selección disputará el torneo clasificatorio intercontinental de la FIFA.

La Confederación Asiática de Fútbol, AFC, comenzará su competencia regional un poco más tarde. Hay una enorme expectativa en la confederación más poblada de la FIFA, con la cifra récord de ocho selecciones clasificadas de forma directa y la posibilidad de obtener otro lugar a través de la repesca. La primera ronda de la clasificación para la Copa Mundial de la FIFA-México, Estados Unidos y Canadá 2026 se celebrará en octubre de este año. Veinte equipos se enfrentarán en 10 eliminatorias a ida y vuelta, y los ganadores se unirán a otras 26 selecciones en la segunda ronda.

En total, habrá cinco cinco rondas de clasificación para decidir las ocho plazas directas que Asia dispone para la Copa Mundial de la FIFA 26 y la última selección que avanzará a la reclasificación.

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Uno de los torneos de clasificación que más expectativa despierta es el de África. Tiene una enorme cantidad de selecciones, la clasificación es durísima, y siempre surgen equipos que son altos animadores de las Copas del Mundo. Comienza el 13 de noviembre de 2023.

Las 54 selecciones de la Confederación Africana de Fútbol, CAF, se dividirán en nueve grupos de seis selecciones cada uno, y cada uno de los ganadores de grupo se clasificará de forma directa para la Copa Mundial de la FIFA 26.

Los cuatro mejores segundos de grupo pasarán a una fase de playoff para determinar el único representante de África en el repechaje de la Copa Mundial de la FIFA-México, Estados Unidos, Canadá 2026.

Para la CONCACAF hay tres lugares aseguradas. Son las de los anfitriones, México, Estados Unidos y Canadá. Luego, habrá tres plazas directas y otras dos a través de la reclasificación.

El torneo clasificatorio empezará en marzo de 2024. Los cuatro equipos peor clasificados de la región se dividirán en dos emparejamientos y disputarán eliminatorias a ida y vuelta. Los vencedores pasarán a la segunda ronda.

En la segunda ronda, un total de 30 selecciones de la CONCACAF se dividirán en seis grupos de cinco equipos. Cada selección jugará una vez contra las demás selecciones de su grupo. Cada país jugará dos partidos en casa y dos partidos como visitante. Los primeros y segundos de grupo (12 equipos en total) avanzarán a la fase final.

Esas 12 selecciones clasificadas a la fase final, se dividirán en tres grupos de cuatro equipos cada uno. Dentro de cada grupo, los equipos se medirán entre sí en partidos de ida y vuelta. Los primeros de cada grupo (3 selecciones) se clasificarán directamente para la Copa Mundial, uniéndose a los anfitriones Canadá, México y Estados Unidos. Los dos mejores segundos se clasificarán para la repesca.

Por primera vez en la historia, Oceanía tendrá un lugar asegurado para la Copa Mundial; también contará con un segundo boleto para el repechaje.

En septiembre de 2024 comenzará la primera fase, que enfrentará a las cuatro selecciones peor clasificadas del continente. Luego, los siguientes dos meses, tendrá lugar la segunda fase, con dos grupos de cuatro equipos; continuará con una tercera ronda decisiva que se desarrollará en marzo de 2025. Allí se enfrentarán cuatro equipos en semifinales y final para determinar los representantes de la OFC, Confederación de Oceanía de Fútbol, para la Copa Mundial y para la repesca.

La Unión Europea de Fútbol, UEFA, tendrá 16 selecciones clasificadas al Mundial.

La competición preliminar comenzará en marzo de 2025 y finalizará en marzo de 2026.

La primera ronda tendrá un formato conocido. Doce grupos de cuatro o cinco selecciones, y los primeros de grupo obtendrán plaza para la Copa Mundial. Las cuatro plazas continentales restantes se decidirán en una competición de repesca de la UEFA de 16 equipos; los 12 segundos de grupo, y los cuatro mejores primeros de grupo de la UEFA Nations League.

Esta es la Competición Preliminar de la Copa Mundial de la FIFA-México, Estados Unidos, Canadá 2026. El Mundial se pone en marcha.

Hernán O’Donnell

Argentina celebró el Campeonato del Mundo con una gran fiesta y un triunfo ante Panamá

Si alguien aterrizó en la Argentina este jueves 23 de marzo de 2023, jamás creería que este país está sumido en una seria crisis económica, con una inflación altísima, una pobreza creciente, problemas de alta tasa de desempleo, y una importante falta de seguridad. No lo podría entender ni razonar, porque la Argentina vivió una jornada de inmensa felicidad, apoyada en la celebración de la obtención de la Copa Mundial de la FIFA-Catar 2022. La Argentina se vistió de fiesta y, por unas horas, dejó atrás todos los inconvenientes descriptos, para embanderarse detrás de la camiseta albiceleste, y festejar el título con sus ídolos. 
Desde los lugares más alejados del país llegaron en estas horas para ver el partido ante Panamá. Un encuentro que se esperó más por el reencuentro con los ídolos, e incluso con los números musicales que acompañaron durante toda la jornada, que la contienda futbolística en sí. De hecho, Panamá ; llegó a Buenos Aires con muchos suplentes y sin la presencia de su entrenador principal. 
Pero eso no le importó demasiado a la gente. Su interés estaba basado, en exclusividad, por ver a los jugadores argentinos, que les habían regalado una enorme alegría en el último diciembre. Por eso se arrimaron en buena cantidad al predio de Ezeiza, donde se entrena y concentra el seleccionado nacional.

En los alrededores del Estadio “Monumental”, desde las primeras horas del día se acercaron los espectadores. Con el tránsito vehicular cortado desde la noche del miércoles, muchos optaron por acercarse en transporte público, taxis, y otros medios. Las camisetas albicelestes dominaron la mañana de esta zona de Buenos Aires, y se multiplicaron con el correr de las horas. Una buena cantidad de puestos ambulantes de gastronomía se distribuyeron cerca del Estadio, para matizar la espera y abastecer a los concurrentes. Lo mismo sucedió con los vendedores de merchandising de la selección argentina. El amor por el equipo ha crecido hasta límites insospechados. Y todos quieren tener algún atuendo que los identifique con el equipo.
Antes del partido, tocaron artistas locales. Fer Palacio, los Totora, lakonga, y otros, todos músicos y conjuntos de un género popular en el país, llamado “música tropical”. También se proyectó una breve película sobre la conquista de la Copa del Mundo, mientras que el premiado “Tula”, otrora jefe de la Barra de Rosario Central, interpretó el hit “Muchachos”, junto Fer Romero, autor de la letra de la canción que identificó a la hinchada argentina en el Mundial. Y en el entretiempo, Wos, un hombre del trap. Para el final actuó La K’onga. 

Entre todos estos números musicales, hubo un partido. En el que la Argentina fue dominador permanente, pero en el que Panamá hizo un papel más que digno. Si bien se estableció en su campo, no abusó de las faltas, ni provocó largas perdidas de tiempo. Se limitó a su papel, el de ordenarse hacia atrás, y buscar el contragolpe si alguna oportunidad aparecía.

El equipo de Scaloni tuvo el control exclusivo de la pelota y las acciones del juego. Contó con varias posibilidades de abrir el marcador, con dos tiros libres de Messi que se estrellaron en los postes, más varias intervenciones del arquero visitante, que impidieron el grito local. Hasta que a los 77′ Thiago Almada abrió el marcador, y luego, a los 88′, Messi, de tiro libre cerró el partido con un exquisito remate para poner el definitivo 2-0.

Después llegaron los momentos del festejo. La entrega de premios, las palabras, las risas y el llanto de emoción. La alegría y la música. El baile de los Campeones, acompañados por sus familias. Las ovaciones de las tribunas, que al cabo, a eso fueron. A ovacionar a sus ídolos y a festejar el título, más que a ver el partido. A bailar, reír, y gozar. A disfrutar un mimo de la vida.
Fue un día de celebración y festejos. La Argentina, por un rato, olvidó sus problemas, se vistió de fiesta y disfrutó de una conquista que se suma a las ganadas en 1978 y 1986, y será, como aquellas, recordada para toda la vida.                                                             

Hernán O’Donnell