Atlanta volvió a sonreír y apunta al futuro

Fue un triunfo justo y necesario. Apretado, con muchos sofocones al final y con la actuación de “Pancho” Rago para evitar la caída de su valla, con tres intervenciones notables, lo que lo ratifican como uno de los mejores arqueros de la Argentina. El equipo de Walter Erviti se hizo fuerte en la mañana del sábado y Villa Crespo gozó un fin de semana feliz.
El primer tiempo resultó espeso; no tuvo acciones de gol, solo algunas llegadas, y bien hacia el final de la primera parte.

El comienzo fue lento, previsible, con un calor agobiante y mucho estudio por parte de ambos equipos. Estudiantes salió decidido, pero chocó con la fortaleza local. Y se hizo un partido de mitad de cancha. Con mucha lucha , intentos de armar juego y frustración por no poder romper las defensas. Se jugaba de tres cuartos a tres cuartos de cancha. No se lograba llegar a las áreas. Y en ese contexto, el juego quedaba dividido. Un rato parecía que el local iba a tomar el mando; en otros momentos, la visita lucía más ordenado.

Y el calor que jugaba su papel, en una mañana que parecía de verano.

Atlanta se paró con un clásico 4-3-3; Carrasco, Alan Pérez, Martín García y Ramiro Fernández; Alejo Dramisino, Agustín Bolivar y Joaquin Ochoa Gimenez. Y adelante, Bisanz, “Nacho” Colombini y Cardozo. El “Pincha” de Caseros propuso una línea de cuatro, Arena, Juan Randazzo, Ivan Zafarana y Nicolás Fernández. En el medio Rodrigo Melo y Pelaitay; más arriba Enzo Acosta, Sebi González y Fernando Joao; y como referencia de ataque, Tomas Bolzicco. En ese andar, Estudiantes dejó algunas buenas sensaciones con un juego asociado, cuya mejor llegada fue a los 38′ del primer tiempo con un remate de Feranando Joao desde afuera del área, que salió desviado.

En el complemento, mejoró el partido. Sobre todo porque mejoró Atlanta. Se volvió más ofensivo, se paró mejor en el campo de juego y Erviti acomodó algunas piezas que le dieron más envergadura al equipo. Mantuvo la línea de cuatro, ubicó a Bolívar como volante central acompañado a su izquierda por Alejo Dramisino, quien podía soltarse un poco para unirse a los hombres que armaban el ataque: Juan Bisanz por derecha, Edilio Cardozo por el medio y Joaquín Ochoa Giménez por la banda izquierda. Ignacio Colombini se mantenía en su posición de centrodelantero.

Así empezó a dominar el partido. A los 54′ se fue Ochoa Giménez por la izquierda, entró al área, gambeteó al arquero y sacó un remate que tapó el defensor Arena. Era un aviso. Y enseguida llegó el campanazo.

Iban 59′ cuando llegó el tiro de esquina, Nacho Colombini peleó el balón y ante la salida de Centurión marcó para Atlanta el 1 a 0.

El partido se hizo más agradable. Más jugado. El local ganó en confianza. A los 62′ Cardozo sacó un buen tiro de afuera que Centurión sacó al corner.

Y llegaron las variantes, en ese espacio que se repite en cada partido y fluye durante todo el complemento en el afán de modificar el argumento de un partido de fútbol. A los 64′ se produjeron dos modificaciones en Estudiantes: Enzo Coacci ingresó por Acosta y Gonzalo Di Renzo reemplazó a Sebastián González. Enseguida llegó el primer cambio en Atlanta; a los 66′ Fabricio Pedrozo entró en lugar de Alejo Dramisino.

Pero no se iba a quedar conforme Walter Erviti, y a los 69′ decidió realizar dos variantes más; Gabriel Ramírez reemplazó a Joaquín Ochoa Giménez y Santiago Solari ingresó en lugar de Juan Bisanz. Se reforzó la mitad de la cancha; Ramírez fue de volante tapón, bien cerca de los centrales Alan Pérez y Martín López, en tanto Agustín Bolívar se paró delante del ingresado y se soltó un poco más.

Estudiantes se adelantó en el campo por la lógica obligación de buscar la paridad. Y apareció la figura de “Pancho” Rago en todo su esplendor. A los 70′ el equipo de Caseros tuvo un corner y Rago desvió el tremendo cabezazo de Zafarana con un vuelo espectacular. De ese tiro de esquina, ya a los 71′, el remate vino en comba, como si fuera un tiro olímpico y otra vez Rago sacó el peligro (y el balón) con otro vuelo formidable.

Estudiantes se jugó el resto, y a los 78′ Nicolás Toloza entró en reemplazo de Bolzico. El local respondió con sus últimas modificaciones; a los 79′ Martín López entró por Gabriel Carrasco y Mauro Luque ingresó por Cardozo. El equipo se paró con tres centrales, Pérez, García y López, por la derecha Luque y por la izquierda Ramiro Fernández, y un doble cinco, Ramírez, pegado a los centrales y más adelantado Bolívar, para que Solari, Pedrozo y Colombini fueran para el contragolpe.

La visita metió sus últimos dos cambios a los 84′. Fernando Evangelista entró en lugar de Nicolás Fernández y Franco Lonardi ingresó por Arena.

Estudiantes fue con lo último y Atlanta aguantó con orden, sacrificio y las manos de Rago, que otra vez dijeron no, a los 90′ cuando Di Renzo remató con posibilidades. También tuvo otra chance Di Renzo a los 90+5′, pero su disparo tuvo un desvío y se fue al corner.

Era la última. Atlanta volvió a sonreir, porque supo ordenarse en el segundo tiempo, fue efectivo, luego entendió como protegerse y las manos de Juan Francisco Rago hicieron el resto.

Hernán O’Donnell

Lanús no se rinde

El Campeonato “Socios.com” 2021 parece definido. La cátedra entiende que River ya se llevó el título y el resto juega por el segundo puesto. Nosotros somos de los que creen que las cosas terminan cuando terminan. Que los partidos finalizan cuando el juez hace sonar el silbato por última vez, que las carreras terminan con la bandera a cuadros, que las peleas se definen con la cuenta de diez o al finalizar el último round, que el tenis se resuelve con la última pelota…Hasta entonces, nada està terminado ni definido. Tampoco los campeonatos. Lanús parece creer lo mismo, porque jugó con el corazón, puso empeño y voluntad ante un Argentinos Juniors aguerrido y en un encuentro que fue, por momentos, una batalla, terminó por imponerse y se llevó tres unidades muy valiosas del barrio La Paternal.

El equipo de Zubeldía fue ambicioso desde el inicio. Al minuto había llegado con un disparo de Malcorra y enseguida fue José López el que probó de afuera. Salió decidido el “Granate”, con sus líneas adelantadas y mucha movilidad en sus volantes, Esquivel, Morel y Malcorra. Tambièn con Lautaro Acosta y las trepadas de Bernabei por izquierda.

Argentinos se vio maniatado y no podía salir ni tampoco hacerse del balón, a pesar de que Luciano Gómez, Jonathan Gómez, Matías Romero, Gabriel Florentín y Elìas Gòmez intentaban copar la mitad de la cancha. Pero se ahogaban en el manejo de Lanús. Recién a los 19′ Jonathan Gómez metió un buen pase desde el medio hacia la izquierda para el pique de Avalos, este llegó al fondo, lanzó el centro y Coronel remató alto.

A los 21′ Malcorra probò de tiro libre y contuvo Lanzillotta; a los 27′ respondió el local, centro de Luciano Gómez y Coronel disparó alto. De a poco, Argentinos empezó a llegar y a equilibrar el control del juego. A los 32′ fue Jonathan Gòmez el que rematò por arriba del travesaño, hasta que Lanús abrió el partido.

Fue a los 33′ cuando Malcorra asistió desde la izquierda y por la derecha apareció Lautaro Acosta para poner el 0-1.

Argentinos cerró el primer tiempo con una llegada clara; tiro de esquina, rebote y Coronel elevó el disparo desde una muy buena posición.

Lanús salió a jugar el complemento con la misma determinación que en el inicio y enseguida sumó chances. A los 48′ Minissale quiso cerrar y cabeceó contra su arco; Lanzillotta, con un vuelo efectivo, desvió el balón al corner. Luego fue José López quien metió un buen cabezazo, y Lanzillotta controló en dos tiempos, cuando iban 50′ de juego.

Gabriel Milito pretendió a darle más fuerza al ataque local y a los 52′ decidió que Nicolás Reniero ingresara por Mateo Coronel. Y fue el “Bicho” por el empate. A los 57′ llegò un centro desde la izquierda y el cabezazo de Carlos Quintana rozó el travesaño.

Como en todos los partidos, a partir del promedio del segundo tiempo, empezaron a sucederse las variantes. A los 62′ Facundo Pérez entró por Esquivel y Angel González reemplazó a Lautaro Acosta, en Lanús. Luis Zubeldía resolvió cambiar a los dos jugadores amonestados, en un partido que se había vuelto muy caliente, en el que incluso, al final del primer período, se habían arremolinado varios integrantes de cada equipo, camino al vestuario.

Luego, Matías Pérez entró por Diego Braghieri, lesionado en Lanùs y Javier Cabrera reemplazó a Luciano Gómez, en el conjunto local.

Ya se había hecho un partido de ida y vuelta. Con el local que trataba de apretar a la visita junto a su arco y el conjunto del Sur que proponía asustar con contra golpes veloces. A los 73′ fue Malcorra quien sacò un disparo violento y tapó el arquero local. Diego Sosa ingresó por Jonathan Gómez en el equipo de La Paternal a los 76′ de juego, en tanto Matìas Pèrez salvò en la línea y evitó la caída de la valla de Lanús a los 78′ del encuentro.

Quedaba tiempo para algo más. A los 80′ Tomás Belmonte ingresó por Malcorra y Pedro de la Vega reemplazó a José López en la escuadra visitante. Lo tuvo Argentinos a los 82′, cuando Gómez (Elías) asistió desde la izquierda y Reniero sacó un tiro fuerte que atajó muy bien Lautaro Morales.

A los 90′ Matías Romero ejecutò un tremendo remate, y otra vez Morales desvió abajo; saliò el contra golpe “Granate” y Sand terminó la jugada con un gran cabezazo que pegó en la parte superior del travesaño. Y a los 90+3′ Tomás Belmonte remató de cerca, pero el tiro se fue por encima del travesaño.

Fue el final. De un partido a todo trapo, que por momentos fue una batalla dura y llena de roces, que Argentinos luchó por llevarse algo, pero Lanús salió decidido a dar pelea en el encuentro y en el campeonato, y por eso conquistó tres puntos muy valiosos, para avisarle a todos que en el sur nadie se rinde.

Hernán O’Donnell

Sevilla se enredó en Mallorca y se quedó en el empate

“Sevilla, tan sonriente. Yo me lleno de alegría cuando hablo con su gente…”; las estrofas de una de las canciones más bellas, las que reflejan el color, el ánimo y los secretos de una ciudad que enamora, que apasiona, que cobija el corazón de Andalucía y que vive detrás de su enorme cultura, y que late detrás de las pasiones de sus equipos de fútbol, en el que Sevilla Fútbol Club ocupa un lugar especial e inmenso. Y ahí está el equipo de Julen Lopetegui detrás de una esperanza, en un torneo que es difícil, que estuvo (está) monopolizado por Real Madrid y Barcelona, que tiene un Atlético de Madrid valiente y que ha logrado dar el zarpazo en un par de ocasiones.

Este año, otra vez la ilusión se puso en marcha. ¿Será posible? Depende. De su rendimiento y el de los demás. Sobre todo de su propia producción, para que los “Palanganas” vuelvan a vivir esa miel de sentirse el mejor de España, tal como sucedió una vez, allá por la temporada de 1945/46. Para ello deberán jugar mucho mejor de lo que hicieron en Mallorca, ante un conjunto local que fue más en el primer período, que lo pudo resolver en el inicio del complemento y que terminó apretado, pero que con sacrificio, y VAR mediante, se llevó el empate y dejó al equipo andaluz atrás de la Real Sociedad de San Sebastián y con el futuro más complicado.

Mallorca avisó a los 38″ de juego, con una llegada a fondo. Bono, el arquero visitante, debió intervenir, pero era todo un mensaje del conjunto mallorquín. Y a los 21′ logró el primer gol del partido. Fue una jugada desde la derecha que Antonio Sánchez supo capitalizar y venció a Bono con un fuerte remate que puso el 1 a 0 para Mallorca.

Sevilla intentó salir. Apretado por la presión local, con una buena tarea de sus volantes donde se destacó Baba, a la visita se le hacía complicado manejar el balón. Salía mejor por los costados a través de Jesús Navas y Marcos Acuña, pero no tenía elaboración de juego en tres cuartos de cancha. Logró llegar con un pelotazo largo a Rafa Mir a los 32′ que el delantero resolvió con un disparo de emboquillada que salió desviado. Luego tuvo una magnífica chance, a los 38′, con un tiro de esquina ejecutado por Jordan desde la derecha y el cabezazo de Diego Carlos salió apenas afuera del poste izquierdo local.

Mallorca cerró la primera parte con un disparo de Angel que se fue ancho cuando se jugaban 42′.

Julen Lopetegui, el entrenador de Sevilla, decidió que Lucas Ocampos ingresara en lugar de Marcos Acuña para el comienzo del segundo tiempo. Sin embargo, Sevilla sufrió con una línea de tres, pues Mallorca le generó más peligro, incluso a los 48′ Angel Rodríguez estrelló un tiro en el palo derecho de Bono, así que Lopetegui volvió a la línea de cuatro con tres variantes a los 52′ de juego: Erick Lamela ingresó por Suso; T. Delaney reemplazó a O. Torres y L. Augustinsson entró en lugar de M.El Haddadi.

Y mejoró mucho la visita. Porque el “Coco” Lamela se hizo cargo de la pelota y la conducción. Porque se adelantaron las líneas y los zagueros, Koundé y Diego Carlos, se pararon cerca de la mitad de la cancha. Porque Navas se proyectó una y otra vez. También porque Mallorca retrocedió en forma peligrosa. Y empezó a rondar la igualdad…

A los 56′ Lamela puso un buen pase al vacío para Mir y el arquero Manolo Reina atoró bien la llegada del atacante. A los 58′ Rafa Mir metió un tiro muy peligroso que desvió Reina con un pie y luego la pelota dio en el poste. A los 69′ Jesús Navas se proyectó por derecha, sacó un buen centro y Lucas Ocampos metió un cabezazo, pero medio se había pasado y su remate salió paralelo a la línea de gol, que resultó más sencillo para que Reina controle.

Mallorca abrió su primera ventana de variantes, y a los 70′ A. Sedlar entró por el lesionado Antonio Sanchez.

Era más la visita, y a los 72′ logró el empate, tras una jugada de Lamela, quien sacó un disparo fuerte, con la comba exacta, y metió el balón en el ángulo superior derecho de Reina. Un golazo para poner 1-1 las cosas.

Luis García, entrenador del equipo local, decidió tres modificaciones, a los 77′ de juego:  F. Niño ingresó por Angel Rodriguez; Salva Sevilla reemplazó a I. Ruiz de Galarreta y J. Costa entró en lugar de A. Ndiaye.

La última variante de la visita fue a los 81′, cuando Ivan Rakitic reemplazó a Jordan.

Y todo parecía concluir, cuando llegó la gran polémica de la noche. Jesús Navas cruzó un pelotazo de derecha a izquierda, sobre esa banda recibió Fernando y dentro del área, controló el balón con el pecho y cruzó el centro dentro del área chica, donde arremetió Lucas Ocampos para convertir, cuando ya iban 90+4′ de juego. Sin embargo, el VAR convocó al árbitro, quien observó que el volante brasileño había desviado el balón con su mano luego de bajarlo con el pecho y antes de sacar el centro al área chica. No validó el tanto, el resultado quedó en 1-1 y las protestas cerraron la noche, que tras la reanudación se jugaron unos segundos y todo concluyó.

Mallorca sorprendió a su rival con un juego ambicioso y ofensivo. Sevilla tardó un tiempo en meterse en el partido, cuando lo hizo llegó al empate y no le alcanzó el tiempo para revertir el marcador. Una lástima, porque dejó dos unidades importantes en su camino al sueño de tantos años postergado.

Hernán O’Donnell

Al final, Tristán Suárez perdió algo más que dos puntos

El gol agónico de Miximiliano Pollacchi, el defensor de Villa Dálmine que se había adelantado y se posicionó como delantero cuando el partido terminaba, que le dio la igualdad al visitante, significó mucho más que la pérdida de dos puntos de los tres que casi tenía en el bolsillo Tristán Suárez. Porque fue un golpe anímico que habrá que ver con el tiempo como se lo asimila, pero sobre todo, le quitó la oportunidad de sumar tres unidades que lo hubiera catapultado a la zona de clasificación y le hubiera dado un impulso grande para pelear por el ascenso. Ahora se le achicó el margen de error y tendrá que intentar la máxima cantidad de unidades para soñar con la clasificación.

Una pena para el local, porque había corregido un partido que se le había presentado muy complicado al principio, pero que en el segundo tiempo lo supo manejar y justificaba la ventaja. Para el conjunto de Campana el premio está en no haberse entregado y haberse llevado algo después del buen primer tiempo que había realizado.

Porque Dálmine fue un poco más en el inicio. Arrancó más metido en el partido, más concentrado. Quizás porque Suárez efectuó un homenaje a los campeones del pasado, celebración merecida y saludable, lo cierto es que el equipo de Aníbal Biggeri estuvo maniatado y le costó meterse en el juego.

A los 8′ llegó la visita a través de un remate de Fernando Bersano que controló Ezequiel Bacher, con seguridad. A los 10′ Dálmine volvió a llegar al área y Tomassini salvó de cabeza hacia atrás complementado por el vuelo de Bacher.

Suárez tuvo su primera llegada a los 12′ cuando Matías Muñoz cortó una buena pelota, habilitó a Muller, cuyo remate salió desviado. Y luego vino un momento donde todo fue de Villa Dálmine. A los 13′ Remató el lateral izquierdo Rizzi y Bacher sacó al corner. A los14′, de ese tiro de esquina, llegó un buen cabezazo de Rodrigo Cáseres y el balón rozó en un defensor para volver a tener un corner a favor. Y a los 15′ Muller debió arrojarse para salvar un remate, su despeje fue hacia su arco y Bacher la sacó del ángulo al corner. El conjunto de Franchini dominaba y mostró lo mejor de su repertorio en ese momento del mediodía de primavera.

Suárez volvió a acercarse al arco de Bilbao a los 19′, con un tiro de Pucheta cruzado, que pasó muy cerca. A los 25′ Bettini probó de emboquillada y la pelota pasó cerca del arco visitante. Había aparecido el local en escena. A los 27′ Enzo Arreguín armó una buena jugada individual, con dos amagues en zig-zag, y su disparo se fue cerca. El primer cambio llegó a los 37′ por una lesión en el hombro izquierdo de Brian Giménez. Lo reemplazó Ezequiel Melillo, en el equipo local.

Sin embargo, Dálime estaba dentro del partido y a los 40′ tuvo una buena chance con un tiro de Gagliradi que Bacher sacó al corner; a los 45′ Bersano enganchó, recostado sobre la derecha, sacó un remate fuerte y controló el arquero local.

El equipo violeta intentó continuar en el segundo tiempo y a los 40″ llegó con una combinación entre Nouet y Gagliardi que no prosperó. Y enseguida el partido se volcó a favor del local. A los 49′ el “Pony” Oyola se metió con peligro en el área y Bilbao sacó su tiro al corner. De ese tiro de esquina, a los 50′ Bruno Duarte convirtió de cabeza con un salto preciso y puso el 1 a 0 para Tristán Suárez.

Brian Oyola tuvo otra oportunidad a los 54′ cuando realizó un doble enganche y sacó un disparo que se fue apenas alto.

Franchini entendió que su equipo necesitaba una renovación y movió el banco. Lautaro Díaz entró por Nouet y Ezequiel D’Angelo reemplazó a Stancato a los 58′ de juego. Y tuvo a los 59′ una buena jugada de Bersano. de a poco, Suàrez sintió el desgaste y Aníbal Biggeri reacomodó la táctica. A los 67′ Marcos Brítez Ojeda reemplazó a Saúl Nelle y José Barreto ingresó en lugar del “Pony” Oyola. El equipo mantuvo la línea de cuatro, con Bettini, Tomassini, duarte y Muller; Muñoz quedó de volante central. por delante de él, otra línea de cuatro con Enzo Arreguín, Marcos Brítez Ojeda, José Barreto y Ezequeil Melillo, mientras que Pucheta seguía como centro delantero.

También la visita realizó variantes y a los 72′ Juan Franzoni reemplazó a Germán Díaz. Pero el dominio era del local y a los 75′ Pucheta sacó un tiro que salió muy cerca, tras recibir el pase de Arreguín.

Cuando ya iban 76′ Eduardo Vallejos entró en lugar de Santiago Moyano. El desgaste era grande, Suárez quería liquidarlo pero Dálmine no se entregaba. A los 81′ Biggeri hizo los dos últimos cambios del conjunto “Tambero”. Franco Quiroga entrò por Arreguín y Lucas Delgado reemplazó a Pucheta. Se rearmó la línea de cuatro volantes con Barreto, Quiroga, Brítez Ojeda y Melillo. Delgado fue de centro atacante.

La visita también modificó su esquema, porque soltó a los laterales, adelantó líneas, Emiliano Aguero fue a la zaga y el central Maximiliano Pollacchi se mandó al ataque. Tuvo una buena llegada a los 85′, pero el cruce a tiempo de Muller evitó el peligro. Y Suárez lo pudo resolver a los 90′, cuando Delgado entró solo y su remate se fue elevado. Parecía el final. Tristán Suárez había hecho mucho por el triunfo y saboreaba un paso adelante importante para la clasificación por el ascenso. Pero en el fútbol nada está resuelto hasta que suena el pitazo final. Y más cuando la diferencia en el marcador es mínima.

Entonces llegó la jugada agónica. D’angelo sacó un centro de la derecha cuando iban 90+2′ y faltaba poco más de un minuto para terminar. Cáseres, que también había subido, la peinó hacia la izquierda y por atrás de todos apareció Maxi Pollacchi para meter el 1 a 1.

Tristán Suárez había hecho un esfuerzo enorme y al final se le escaparon dos puntos, que pueden ser muy caros para su sueño de clasificación.

Hernán O’Donnell

Argentinos fue el Tifón de Boyacá

Hay un canto añejo de la hinchada de Argentinos Juniors que habla de “El Tifón de Boyacá”. Es alusiva a un viejo apodo de los bichitos colorados, que mezclaba su fútbol ofensivo y agresivo con la calle del barrio que más lo identifica. Argentinos fue, ante Colón de Santa Fe, otra vez el “Tifón”, porque jugó de manera ofensiva, intensa, agresiva y voraz. Tuvo el dominio del partido desde el inicio, se llevó por delante a su rival y no tuvo problemas para consolidar la victoria, excepto unos diez minutos del primer tiempo, los que van de los 25′ a los 35′. Antes y despuès, fue todo del local. Desde el arranque, porque apenas comenzó el encuentro, el “Bicho” se lanzó al ataque sobre el arco de la calle San Blas y al minuto tuvo su primera llegada.

Colón intentó pelear el partido en mitad de cancha, se aproximó a los 9′ con una llegada de Farías que supo cortar Lanzillotta, pero luego quedó sometido por el equipo local. Argentinos, con línea de tres habitual, Mac Allister, Pablo Minissale y Lucas Villalba. Javier Cabrera, Franco Moyano, Gabriel Carabajal y Elías Gómez; Florentín un poco más suelto y adelante, Nicolás Reniero y Gabriel Avalos. A los 13′ volvió a apretar a la visita; un centro, la bajó Avalos y Minissale no llegó a conectar. Y a los 16′ abrió el marcador: Cabrera llegó al fondo, lanzó el centro y por el medio apareció Carabajal para rematar fuerte; Burián, arquero de Colón, rechazó con el pecho y el propio Carabajal tomó el rebote para convertir, de cabeza, el 1-0 a favor de Argentinos Juniors. Era mucho más el local y el equipo de Domínguez, con una línea de cuatro compuesta por Meza, Garcés, Paolo Goltz y Rafael Delgado; Lértora como volante tapón, a su derecha Alexis Castro, a su izquierda, Aliendro, y Bernardi suelto par juntarse con Pierotti y Farìas, no podía soportar el asedio del “Bicho”, aunque tuvo un lapso en el que pareció hallar los caminos.

Iban 27′ cuando Delgado cruzó un pelotazo largo, Alexis Castro la bajó de cabeza y apareció solo Pierotti, pero Lanzillotta le tapó el remate. Y a los 34′ Aliendro consiguió la igualdad. Fue una jugada en la que el local pretendió salir con juego desde el fondo; la recuperó la visita con una buena presión alta y Meza, desde la derecha sacó un centro al corazón del área. Aliendro pudo dominar el balón, superar a la marca y convertir con un tremendo derechazo para poner el 1 a 1.

Pero fue solo una ráfaga. A los 42′ el propio Aliendro se iba a ir expulsado tras empujar a Cabrera cuando se iba derecho al arco visitante tras recibir una buena asistencia de Carabajal. Colón cerraba el primer tiempo con la expulsión de uno de sus hombres más valiosos y en el complemento Eduardo Domínguez intentó acomodar las piezas con el ingreso de Goez por Pierotti, para equilibrar la mitad de la cancha.

Pero el local volvió a mostrar las mismas intenciones. presión alta, juego ofensivo, búsqueda del arco contrario, muchos hombres en ataque. Y a los 48′ tuvo una llegada con un remate alto de Cabrera. A los 55′ Avalos llegó a una buena posición de remate, tras una gran jugada colectiva, pero lo detuvo el cruce a tiempo de Paolo Goltz, quien despejó el disparo al corner.

Domínguez decidió corregir algunas cosas y a los 60′ dispuso que Formica ingresara por Bernardi y Mura entrara en lugar de Meza. A su vez, Gabriel Milito resolvió que Jonathan Gómez reemplazara a Franco Moyano, y Matías Romero a Florentín a los 62′ de juego.

Con el ingreso de Jonathan Gómez Argentinos tuvo más juego y verticalidad que con el despliegue y el quite de Moyano en mitad de la cancha. Y fue el hombre que generó varias situaciones seguidas. A los 67′ tuvo un remate que se fue alto; a los 69′ volvió a disparar Gómez y Burián contuvo abajo y seguro. A los 70′ Jonathan Gómez se proyectó por el medio, bien vertical, armó una jugada individual y cuando llegó al área sacó un disparo que atrapó el arquero.

Era más Argentinos, que se dispuso a quemar las naves. A los 76′ Colón tuvo su única chance de contragolpe, encabezado por Farías, quien asistió a Formica y el disparo factible de este se fue abierto y desviado.

A los 77′ Romero entró por Farías en el equipo de Santa Fe. En Argentinos, Mateo Coronel ingresó por Carabajal, Lucian Gómez por Mac Allister y Marco De Césare reemplazó a Pablo Minissale. Y el local se transformó en el “Tifón”.

A los 78′ Lucas Villalba abrió de izquierda a derecha para la entrada de Matías Romero, llegó el centro al borde del área chica y Nicolás Reniero resolvió de “taquito” para poner el 2 a 1 a favor de Argentinos.

Pero no terminó ahí. A los 82′ Mateo Coronel encabezó una buena jugada, combinó con Reniero, se fue por el medio y sacó un tiro que venció a Burián. Argentinos Juniors quedaba adelante por 3 a 1.

Pero había tiempo para más, y a los 89′ Reniero asistió a Coronel y su tiro se fue muy cerca.

Era el cierre de una tarde a pleno sol en La Paternal, pero en la que un “Tifón” apareció vestido de rojo y arrasó con la visita de Colón.

Era justo el resultado; el equipo de Milito aprovechó el envión y continuó con el ataque y la presión constante. A los 17′ Florentín recibió desde la derecha, entró por el medio y sacó un disparo que tapó el arquero uruguayo, Burián. A los 21′ fue Reniero el que consiguió otro buen tiro y otra vez apareció el arquero de Colón.

Hernán O’Donnell

Central estuvo más cerca, pero Platense ofreció sacrificio y voluntad

Fue un partido entretenido, con un ambiente agradable, gente que se acercó a pesar de jugarse en horario laborable y una temperatura ideal para jugar al fútbol. En Vicente López, Platense y Rosario Central dividieron honores. El equipo visitante tuvo un poco más de fútbol y de situaciones para concretar, pero el “Calamar” fue un conjunto duro, sacrificado, y siempre buscó variantes para llevarse la victoria. El empate suena lógico, porque el equilibrio dominó las acciones.

A los 7′ avisó Central, con un desborde de Torrent por derecha y un centro pasado que Ruben no llegó a conectar. Platense respondió con una jugada bien elaborada; cambio de frente de izquierda a derecha, Augusto Schott la controló con eficacia, lanzó el centro y Mansilla metió el cabezazo que capturó “Fatura” Broun. Enseguida iba a llegar el primer gol del partido, con una asistencia de Facundo Curuchet a Matías Tissera, quien giró en el área y sacó un disparo cruzado que venció al arquero de Central, a los 12′ de juego. Paltense se adelantaba por 1-0.

Central empezó a jugar mejor, a soltarse en el campo. Con las subidas permanentes de Lautaro Blanco por izquierda y el cambio posicional de Diego Zabala por Gino Infantino. Zabala pasó a la banda izquierda e Infantino a la derecha. Central jugaba con una línea de cuatro, Torrent, Almada, Gastón Avila, de buen partido, y Blanco. Leandro Desábato como volante central. Por delante de él, Zabala, Ojeda e Infantino y Lucas Gamba junto a Marco Ruben en ataque. Así, a los 22′ armaron una buena pared entre Zabala, Infantino, Zabala que se la devolvió de cabeza y luego recibió del volante para sacar un remate que se fue muy cerca.

El “Calamar” presentó una línea de cuatro, con Augusto Schott, Nahuel Iribarren, Recalde e Infante. Curuchet, Iván Gómez, Hernán Lamberti y Brian Mansilla, como volante-extremo por izquierda. Nicolás Berttolo de media punta y adelante de él, Matías Tissera.

Seguía Central con el dominio de las acciones y a los 26′ avisó con un tiro de esquina que cabeceó Almada y Ojeda controló con seguridad. Hasta que llegó la igualdad.

Iban 29′ y la visita armó una buena jugada de izquierda al medio, Gamba le ganó la espalda a los centrales, aprovechó la asistencia y metió un fuerte disparo que venció a Ojeda. El encuentro quedaba 1-1. Era justo.

Y el primer tiempo se cerró con otra ocasión para el “Canalla”. A los 39′ enganchó Lucas Gamba y sacó un remate fuerte que se fue apenas alto.

Platense intentó un lavado de cara y arrancó el complemento con una actitud más agresiva. A los 48′ desbordó Curuchet por derecha, sacó un centro recto y Broun cortó con rapidez. después, le costó llegar. El “Canalla” llegó a los 56′ con un centro de Blanco y el disparo de Zabala, conjurado por el arquero local, Ojeda.

Luego, los cambios empezaron a modificar los dibujos tácticos de los entrenadores. a los 60′ llegaron dos variantes dispuestas por Cristian Alberto González: Emiliano Vecchio entró por Desábato, con lo cual Emmanuel Ojeda se retrasó como volante central y Vecchio se paró de enlace, en tanto, Luciano Ferreyra ocupó el lugar de Diego Zabala por izquierda.

En el equipo de Claudio Spontón llegaron tres modificaciones a los 63′; Facundo Russo entró en lugar de Curuchet; Gastón Gerzel reemplazó a Brian Mansilla y Franco Baldassarra ingresó en lugar de Nicolás Bertolo. El “Calamar” buscaba más fútbol y más peso ofensivo.

El juego era más parejo que en el final del primer tiempo, pero la visita tenía las llegadas más peligrosas. A los 69′ Gamba se fue con buenas posibilidades e Infante cortó justo para desviar al corner, cuando el delantero visitante se iba hacia el arco de Luis Ojeda.

Más variantes llegaron a los 76′: Francesco Lo Celso reemplazó a Gino Infantino, y el mexicano Luca Martínez Dupuy entró por Lucas Gamba. En el local, a los 78′ Kevin Lomónaco reemplazó al lesionado Luciano Recalde. Y Spontón iba a tener una variante más a los 84′: Tomás Sandoval en lugar de Matías Tissera.

El final ya se acrecaba y el conformismo les empezaba a gustar a ambos, aunque Cnetral tuvo otra oportunidad a los 89′ con un centro de Blanco y el toque de Martínez Dupuy que Ojeda volvió a controlar. Era la última de un partido que Platense mostró intenciones y buen juego en los primeros minutos, luego se diluyó y Central creció hasta mostrar una mejor imagen, pero sin la profundidad necesaria para lastimar a un rival que, a falta de fútbol, ofreció sacrificio. y el empate cayó con la tarde de una jornada cálida y soleada de primavera.

Hernán O’Donnell

Atlanta y Tigre dividieron momentos y el empate fue la consecuencia

Fue un partido en líneas generales, parejo. Equilibrado. Cada uno de los contendientes tuvo su momento. En el primer tiempo, Atlanta fue algo más. En un contexto parejo, el equipo de Erviti tuvo más situaciones para convertir y dejó una imagen valorable. En el complemento, con lagunas variantes, Tigre mejoró de modo ostensible y terminó el partido con un dominio sostenido y varias llegadas claras, en un segundo tiempo donde se mostró superior al local. El empate fue la lógica consecuencia en una tarde calurosa, primaveral y con mucha gente en Villa Crespo.

Atlanta salió con Francicso Rago al arco; una línea de cuatro que intentó apretar hacia el medio campo: Gabriel Carrasco, Alan Pérez, Martín García y Ramiro Fernández, lateral de salida permanente. Un doble cinco conformado por Agustín Bolívar y Gabriel Ramírez, tres hombres por delante, Daniel Saggiomo, Edilio Cardozo y Fabricio Pedrozo, y de centro atacante, “Nacho” Colombini. Así tuvo un par de llegadas; a los 8′ probó Pedrozo desde afuera y controló Gonzalo Marinelli, el arquero visitante. A los 17′ Sebastián Prieto se mandó por la izquierda y su remate pegó en el palo derecho de Rago; después, fue Ignacio Colombini quien metió un buen cabezazo cruzado que salió cerca del palo derecho de Marinelli. Y a los 34′ Cardozo armó un buen contraataque, combinó con Pedrozo, recibió de este y sacó un remate combado, que se fue cerca del arco visitante. A los 40′ Colombini recibió una asistencia dentro del área, bajó el balón de pecho, jugó atrás para Saggiomo y el remate del volante fue bien tapado por Marinelli.

Tigre intentó jugar con un esquema amplio y dinámico: 4-2-2-2. El respaldo de Marinelli, la línea de cuatro con Lucas Blondel, Víctor Cabrera, Abel Luciatti y Sebastián Prieto; dos volantes centrales, Sebastián Prediger y Cristian Zabala. Más adelantados, Ijiel Protti y Milton Céliz y delante de todos, Tomás Fernández y Pablo Magnín. El juego lo equilibraba, porque se desarrollaba en la mitad de la cancha, pero el local había tenido algunas llegadas más profundas. Hasta que avisó el equipo de Victoria: iban 42′ cuando salió lejos Rago, jugó mal el balón, se desacomodó la defensa local y Tomás Fernández sacó un disparo fuerte que pegó en el palo derecho de Rago; el rebote estuvo a punto de tomarlo Protti, pero García cruzó justo y sacó la pelota al corner. Sobre el cierre, el equipo de Diego Martínez envió señales de preocupación al conjunto de Villa Crespo.

En el complemento, el inicio fue equilibrado. Hasta que se abrieron las ventanas de los cambios y allí Tigre encontró algunas soluciones que le permitieron modificar el esquema, tener crecimientos individuales y controlar el segundo tiempo, hasta acumular varias posibilidades de abrir el score.

Primero fue Walter Erviti el que movió la estructura de su equipo y a los 54′ determinó que Joaquín Ochoa Giménez ingresara por Daniel Saggiomo y Juan Bisanz reemplazara a Fabricio Pedrozo. A los 59′ tuvo la mejor oportunidad del segundo tiempo, con un tiro libre ejecutado por Gabriel Ramírez, cuyo disparo fue sacado abajo por Marinelli.

Pero iba a llegar la levantada visitante; a los 61′ Flores reemplazó a Pablo Magnín y Caín Fara ingresó en lugar de Tomás Fernández. Pero no solo se produjeron esas variantes; el equipo se reacomodó: Fara se ubicó como lateral por derecha, Lucas Blondel pasó a la mitad de la cancha, recostado sobre la derecha y se convirtió en el mejor jugador del partido. Comenzó a tener mayor participación, sumado al trabajo incansable de Cristian Zabala, quien también se destacó, y a los 65′ Blondel sacó un tiro fuerte y preciso que Rago envió al corner con una buena intervención. A los 66′, tras el tiro de esquina, Abel Luciatti cabeceó afuera, en una buena chance. Tigre empezaba a dominar las acciones. A los 69′ Diego Sosa entró por Zabala en la visita, mientras que en el local, a los 73′, Santiago Solari reemplazó a Edilio Cardozo.

El encuentro se había volcado a favor del visitante, a partir de su adelantamiento en el campo, la buena circulación de pelota y el trabajo de Blondel, Prediger, Protti y Céliz. A los 75′ un tiro libre desde la izquierda fue capturado por Prediger y su disparo se fue alto. A los 77′ fue otra vez Blondel el que remató desde lejos y la pelota pasó por arriba del travesaño. Erviti leyó el partido y buscó tener mayor presencia ofensiva, por eso a los 78′ Alejo Dramisino reemplazó a Gabriel Ramírez. Salió un volante de marca y puso a un interior con más llegada.

Atlanta quedó con la línea de cuatro original, Bolívar como contención, por la derecha Juan Bisanz, al medio y un poco más adelante de Bolívar, Ochoa Giménez, a la izquierda Dramisino y Santiago Solari y “Nacho” Colombini en ataque. Pero no podía armarse el “Bohemio”, porque Tigre ya había tomado la iniciativa. Con Fara, Cabrera, Luciatti y Prieto; Blondel, Prediger y Diego Sosa; y adelante Protti, Flores y Céliz.

A los 84′ Enzo Díaz reemplazó a Milton Celiz en la visita, que contó con otra chance más, a los 90+2′ con un remate de Lucas Blondel que pegó en el palo derecho de “Pancho” Rago. Era la última del partido, y tal como había sido en la media hora final, para el equipo de Victoria.

Atlanta había hecho un primer tiempo correcto y contó con varias llegadas; Tigre creció en el segundo tiempo, se acomodó con las variantes y tuvo una muy buena media hora final. El empate fue una lógica consecuencia.

Hernán O’Donnell

Argentina allana su camino y afianza al equipo

La noche ante Perú no fue igual a las anteriores. Argentina no pudo repetir la fantástica actuación que había tenido frente a Uruguay ni la dinámica intensa mostrada en Asunción contra Paraguay. Tampoco la excelsa brillantez y capacidad goleadora de Lionel Messi. Pero sí obtuvo un triunfo merecido, justo y valioso. Sí supo imponer condiciones, dominar al rival y ganar las unidades en juego. La Argentina no tuvo el brillo ni el nivel de los encuentros anteriores, pero no puso jamás en duda el triunfo, ni siquiera cunado el equipo de Ricardo Gareca contó con un penal para equilibrar las acciones.

La selección se sostuvo en lo que su entrenador sostiene es una de sus grandes virtudes: la paciencia. El conjunto supo ser cauto y prudente para entender el partido que Perú le propuso. Manejar el balón con seguridad y tranquilidad desde el fondo, moverlo hacia los laterales, repetir el péndulo hasta hallar el espacio justo para dañar. Perú le cedió el balón y el terreno. Armó una línea de cuatro cerca de su arquero, Pedro Gallese. Los laterales, Lora, de gran partido, y Trauco, contenidos. Los centrales, Carlos Zambrano y Callens, atentos y vigilantes para cerrar espacios, achicar el terreno y anticiparse a las maniobras. Este último sobresalió por encima del zaguero de Boca Juniors.Aquino delante de los centrales, como volante tapón. Una línea de cuatro volantes, Cueva, Gonzales, Yotún y Raziel García, y Lapadula adelante, como referencia de ataque.

Ante ese planteo, la Argentina buscó conducir con el trío Romero, Otamendi y Leandro Paredes. De esa salida cuidados y prolija, se buscaba por los costados a Molina y Marcos Acuña. O por el medio, a Rodrigo De Paul o Giovanni Lo Celso. Luego el balón pasaba por Messi, para desembocar en Lautaro Martínez o Angelito Di María. En general, el desarrollo iba de izquierda a derecha para volver a la izquierda y que apareciera Di María en soledad. Así sucedió un par de veces, hasta que se abrió el marcador a los 42′ con un certero cabezazo de Lautaro Martínez que superó la estirada de Pedro Gallese. 1-0 para la Argentina.

Perú se soltó un poco más en el complemento. Se adelantó unos metros en el campo y trató de dar pelea, aunque sin arriesgar en demasía ni abrir espacios en la defensa. A los 59′ salió Lapadula e ingresó Jefferson Farfán; delantero por delantero, sin cambiar el esquema de 4-5-1.

Y fue Farfán el que se mostró rápido e incisivo; a los 64′ le ganó la espalda a “Cuti” Romero tras un buen pelotazo de Yotún y Emiliano martínez salió en velocidad a atorarlo, pero lo derribó con el pie y el árbitro Sampaio cobró el lógico penal. Lo ejecutó Yotún, a los 65′, y el balón pegó en el travesaño, se elevó y salió desviado. Sonrió el arquero Martínez y Argentina se aferró al resultado. Porque si Perú contaba con una buena posibilidad de empatar el juego, la acababa de dilapidar.

Enseguida llegó la ventana de los cambios, con varias modificaciones en los dos equipos. A los 72′ G. Costa reemplazó a Raziel Garcia y W. Cartagena entró por Y. Yotun en el conjunto visitante, en tanto en el local, Nicolás González ingresó por Angel Di María y Guido Rodríguez ocupó la posición de Leandro Paredes.

No varió demasiado el desarrollo del juego. Se mantuvo el argumento de la película; Argentina al dominio, casi sin espacios y con pocos agujeros para entrar a la férrea defensa visitante. Un tiro libre de Leo Messi fue de lo más claro al final, con una tapada brillante de Pedro Gallese.

A los 84′ Marcos Johan López entró en lugar de C. Gonzales en Perú, mientras que en Argentina, Joaquín Correa ingresó por Lautaro Martínez. Perú avanzó en los últimos minutos y dispuso de un par de tiros de esquina que pudieron suponer algún peligro, pero que no se tradujo en la realidad. Ninguno trajo problemas, Por eso Lionel Scaloni pareció desesperarse en un momento y cerró el partido con el último cambio a los 90+2′, cuando Exequiel Palacios reemplazó a Giovanni Lo Celso.

Argentina venció a Perú por 1 a 0, y el resultado es justo. Tal vez un poco apretado, porque el dominio de la Seelcción Nacional debió tener el premio de algún gol más, aunque tampoco le sobraron situaciones claras. Lo concreto es que el equipo no detiene su marcha, mantiene la autoridad en cada encuentro y se perfila para un Mundial que cada vez aparece más cercano.

Hernán O’Donnell

Estados Unidos remontó el resultado, derrotó a Costa Rica y se encaminó al Mundial

Apenas había comenzado el partido y una emoción sacudió el Lower.com Field, el magnífico Estadio de Columbus Crew, en esa ciudad de Ohio. No se habían acomodado y Costa Rica sacó ventajas, cuando una maniobra rápida por izquierda derivó en un centro pasado y por derecha apareció Keysher Fuller para poner el 0-1 con un remate preciso, cuando iba 1′ de juego.

Pero el impacto no amilanó al local ni tampoco a su público, que cada vez más entiende la idiosincracia de este deporte y colma cada uno de los escenarios donde se presenta su selección. Y con un equipo dinámico, sostenido en una línea de cuatro con buena salida por derecha a través de Sergiño Dest, dos centrales ágiles y veloces como Miles Robinson y Chris Richards, más la dinámica de Musah, Mckennie y Adams en el medio, con el talento de Aaronson para crear y la potencia de Weah para atacar, estados Unidos comenzó a llevar el partido hacia el arco de Keylor Navas.

Costa Rica trazó un planteo interesante. Línea de cuatro tradicional, dos volantes de contención, Celso Borges y Tejeda, tres para crear, donde se destacó Bryan Ruiz y Jonathan Moya como centro delantero. Con la ventaja inicial, el equipo se recostó en su campo a la espera de acertar un contragolpe.

Pero a los 24′ Sergiño Dest se metió por derecha hacia adentro, en posición de ataque y al borde del área grande, y sacó un buen disparo que permitió la igualdad por 1-1.

Otra vez salió Costa Rica y a los 38′ tuvo una magnífica oportunidad con un remate de Celso Borges que el arquero local, Zack Steffen, desvió al tiro de esquina.

Y la última del primer tiempo la tuvo Estados Unidos cuando Ricardo Pepi metió un buen cabezazo, a los 41′, que Keylor Navas controló con seguridad.

Y fue el arquero de Costa Rica quien no pudo continuar en el segundo tiempo, y fue reemplazo de por Leonel Moreira. Pero el conjunto dueño de casa era más. Tenía mayores ambiciones y las combinaba con una idea clara: traslado rápido y prolijo del balón, dinámica en el juego, velocidad en sus movimientos. Le alcanzó para empujar a Costa Rica ante su valla. Y empezó a tener oportunidades.

A los 54′ Brenden Aaronson disparó con precisión y Moreira contuvo su remate. Y la visita enseguida respondió con un corte de Bryan Ruiz, quien interceptó un pase lateral de Robinson, se fue derecho al arco local y al intentar engachar cuando entraba al área, la velocidad de Robinson le permitió recuperarse y quitarle la pelota, para salvar un peligro inminente en su arco.

Y a los 65′, el equipo que conduce Gregg Berhalter revirtió el marcador. Weah sacó un disparo fuerte que dio en el palo y la espalda de Moreira, para terminar en la red visitante y poner el definitivo 2 a 1 para Estados Unidos.

El ingreso de Randall Leal por J. Moya fue la respuesta visitante a los 66′. Después, llegarían más variantes; a los 72′ el local iba a sacar a dos de sus mejores figuras: Sergiño Dest, reemplazado por D. Yedlin, y T. Weah, quien le dejó su lugar a M. Hoppe. Enseguida, a los 77′ G. Busio ingresó en reemplazo del volante Y. Musah en el local y a los 83′ Costa Rica volvió a realizar variantes: C. Bolaños ingresó por K. Fuller, A. Saborio lo hizo por J. Venegas, y K. Waston reemplazó al lesionado Duarte.

En el dueño de casa, a los 85′ W. Zimmerman ingresó en lugar de B. Aaronson y G. Zardes entró por Ricardo Pepi. El local había variado casi todo su ataque.

Pero lo que no modificó fue su estilo, aunque al final Costa Rica forzó un par de tiro libres que le dieron una ilusión y preocuparon al local. Pero nada empañó su triunfo, que fue claro, merecido y lo pone en camino hacia la próxima Copa del Mundo.

Hernán O’Donnell

Cuando Messi abrió el marcador, Argentina armó un carnaval

”Fue el partido que imaginaba, durísimo, contra un equipo que cuenta con buenos jugadores y una defensa fuerte y que se cerró muy bien en el primer tiempo. Contaron con un par de situaciones, pero este equipo tiene la paciencia como una virtud”, explicó él entrenador argentino, Lionel Scaloni, cuando lo consultamos sobre el partido que imaginaba a priori y el que se desarrolló después. Porque la Argentina ganó, goleó y gustó, pero el gran partido, la gran producción se desarrolló a partir de los 37’ cuando Lionel Messi abrió el marcador. Antes hubo una media hora compleja, con el local que sostenía el control del juego y Uruguay que hallaba espacios para meter contragolpes con olor a peligro.

A los 5’ Luis Suárez tuvo una situación clara con un potente disparo que controló Emiliano Martínez con mucha seguridad. Respondió Argentina con un tiro de Leandro Paredes desde afuera del área. A los 8’ fue Lo Celso quien probó a Muslera.
El local dominaba con un gran trabajo de sus volantes, De Paul, Paredes y Lo Celso, sumados a la magia de Messi en cada intervención. Pero Uruguay iba a a volver a avisar con un tremendo disparo de Suárez a los 20’ que Martinez rechazó tras volver sobre sus pasos.

Se dividían ocasiones. A los 25’ Cristian Romero cortó un avance de Uruguay con mucha astucia, cedió a De Paul, Rodrigo la abrió a la derecha y llegó el Centro que Lautaro Martínez no pudo conectar.
Pero Uruguay iba a tener una chance increíble con un disparo de Suárez que estrelló en el palo izquierdo del arco local. Y de contra, tras una salida de “Dibu” Martínez hacia Nicolás González, el pelotazo largo y profundo le llegó a Lo Celso, quien entró al área, gambeteó a Muslera, y ante cuatro futbolistas uruguayos que cerraban la valla, sacó un tiro fuerte que pegó en el travesaño y no pudo entrar.

Hasta que Lionel Messi se perfiló por derecha, sacó un buen pase a González, este no logró tocar la pelota, engañó a Araujo y Muslera creyó que Nico González sería el definidor: de esa secuela, el balón siguió desde el pie de Messi hasta la red, y 1-0 para la Argentina a los 37′ de juego.

Y ahí nació otro partido. Se derrumbó el equipo del “Maestro” Tabárez, no pudo sostener el juego, se vio golpeado y perdió la línea. El trabajo que intentaban sostener Araujo, Coates y Diego Godín en defensa, los laterales volantes Nández y Viña, por el medio Matías Vecino y Federico Valverde, De la Cruz como enlace y Rodríguez y Suárez en ataque, entró en crisis. Argentina lo embotelló en su área. Crecieron las figuras de De Paul, Paredes y Lo Celso, y a los 43′ Rodrigo De Paul marcó el 2-0 para la Argentina.

Oscar Tabárez intentó modificar laestructura y comenzó el segundo tiempo con dos variantes: Edison Cavani entró en lugar de B. Rodriguez y D. Nuñez reemplazó a Nicolás De La Cruz; pero el equipo, que ahora apostaba a la velocidad de los ingresados, no halló respuestas. De hecho, la Argentina aumentó el marcador a los 62′ cuando Messi abrió a la derecha para Molina, de ahí vino el centro rasante y pasado, y Lautaro Martínez convirtió el 3-0 para el Seleccionado Nacional.

Otra vez a acomodar las piezas; Tabárez cambió los laterales; y a los 63′ J. Piquerez entró por M. Viña y Lucas Torreira ingresó en reemplazo de Nahitán Nandez; en el local, a los 64′, Joaquín Correa entró por Lautaro Martinez y Angel Di Maria reemplazó a Rodrigo De Paul.

La visita intentó liberar a los laterales, sostener a Valverde como volante central y trató de juntar a Vecino con los hombres de punta. Pero chocaban con la solidez del fondo de Argentina y de contraataque pudo sufrir una goleada dolorosa. Porque se perdió varios la selección de Scaloni. Algunos por pocos centímetros, otros por la aparición de Muslera…la visita hizo el último cambio a los 72′, cuando G. Gonzalez entró por R. Araujo. Línea de cuatro y a matar o morir. Pero casis sin balas ni chances, todo quedó en un remate casi de mitad de cancha de Luis Suárez, que reveló más impotencia que peligro, pues fue controlado con facilidad por Emiliano Martínez.

Los últimos cambios del elenco nacional fueron a los 74′, cuando Julián Alvarez entró en lugar de Nicolás Gonzalez y Exequiel Palacios reemplazó a Leandro Paredes; y a los 80′, Facundo Medina ocupó el lugar de Nicolás Otamendi.

Argentina fue un show en los minutos finales, donde movió el balón con rapidez, se soltó con Di María, Alvarez trazó una jugada increíble cuando recuperó el balón en su área, lanzó la contra para “Fideo” Di María y llegó para recibir en el área rival, para luego cederle el remate final a Leo Messi.

Messi cerró la noche con un par de toques rápidos y una gambeta que lo llevaba al arco adversario, poero fue cortado por los zagueros rivales y allí Tobar se apiadó de Uruguay para cerrar el encuentro.

Fue otra noche feliz de la Selección Argentina, que enamoró a su público y no quiere que la pasión llegue a su fin.

Hernán O’Donnell