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Damián Blaum, tras el sueño olímpico

En pocos días irá a Necochea, a pelear la clasificación a Setubal, Portugal, una ciudad distante unos 400 kilómetros de Lisboa. Allí buscará una plaza para los Juegos Olímpicos Londres 2012. Pasos gigantes que tiene que dar para poder llegar al gran objetivo de este año: La cita olímpica.

Después del Mundial de Shangai 2011, 10 nadadores de aguas abiertas se clasificaron para los Juegos de Londres. Pero hete aquí que grandes competidores, como Petar Stoychev, también deberán buscar el pasaporte a Inglaterra.

Por eso Damián Blaum trabaja de modo intenso. Sabe que está ante una gran oportunidad. Nada fácil, por cierto, pero una chance más que se abre para poner en marcha la ilusión.

Además, algunas puntos jugarán a favor: El mundial de Shangai se realizó en aguas calientes, algo así como 31º, en tanto en Portugal esperará temperaturas acuáticas más bajas, algo así como 16º…Una diferencia que juega a su favor. Para Blaum cuanto más fría el agua, mayor comodidad para su resistencia.  “Creo que ese cambio me va a favorecer – dice Blaum- En Shangai no estuve cómodo, hubo mucha humedad, no me sentí bien. Llegué muy bien preparado, pero al momento de competir, las condiciones climáticas me perjudicaron. En la previa estaba bien, pero nada me garantizaba que me iba a clasificar. De hecho, para los juegos de 2008 en Beijing, tampoco me clasifiqué en el Mundial, lo hice después en el preolímpico, igual que tengo la oportunidad ahora…”

 

Y allí está: en la búsqueda de llegar a Londres: “Ese es mi gran objetivo. Trabajo duro para hacerlo, y creo que lo voy a lograr. Este año va mejor que todo el 2011. En estos meses logré mucho más que en todo el año pasado. Estoy con todas las expectativas en los juegos, por eso trabajo más para distancias cortas (10 km) cuando mi especialidad son las distancias largas, más de 40 kilómetros…Por mi condición física y técnica me gustan las pruebas largas. Hoy como están diseñadas las carreras cortas, parecen más de 1500 metros de pileta que otra cosa. Y yo no soy un nadador de 1500 metros de pileta, yo soy un nadador de aguas abiertas… La distancia olímpica no es una carrera de aguas abiertas como son las tradicionales: Santa Fe-Coronda, Capri-Nápoles…, en los Juegos es totalmente distinto: Son cuatro boyas y correr alrededor. Siempre digo que parece una pileta olímpica, un poco más grande, sí, pero una pileta al fin”, señaló Blaum.

“Se perdió un poco la esencia de las aguas abiertas. Se hacen pruebas en pistas de remo, en lugares cerrados y ya no se ven cosas de las aguas abiertas, la picardía del nadador que pueda adaptarse mejor al movimiento de las aguas, o tomar una ola que te ofrezca el río, mar o lago…Los inconvenientes o pruebas de la naturaleza quedan de lado.

En Beijing el agua estaba planchada. Hasta estaban puestos los andariveles de remo! “, agregó el nadador argentino.

Y cuando el periodista le sugiere que esos cambios pueden obedecer a urgencias mediáticas, la necesidad de la TV de tener carreras cortas, rápidas que acaben en poco tiempo para pasar de modo veloz a otra competencia, Blaum concuerda de modo absoluto: ” Estoy 100% de acuerdo con vos. Hasta me lo han dicho dirigentes de la natación, esto que se hagan 10 kilómetros y no 25, aún cuando los 25 kilómetros tienen más historia y tradición en las aguas abiertas, se debe a un tema de marketing, sponsors y televisión. Saben que una carrera corta, de una hora y media, o dos horas de duración hara que de los 25 que participen, 20 van a estar los primeros diez minutos apretados, sacándose los ojos, y tal vez muchos lleguen al sprint final con chances. De todos modos, veo que las carreras largas muchas se definen sobre el final, en los últimos metros y con pocos segundos de diferencia…Eso también es atractivo”, sostuvo Blaum.

 Ahora es tiempo de mirar adelante; trabajar y concentrarse: “Tengo un entrenador nuevo, francés, que hace un entrenamiento muy intenso: Estoy de 8 a 10.30 de la mañana en la pileta. Nado un promedio de 9 kilómetros. A la tarde una hora de trabajo físico; hago gimnasio alrededor de una hora, hora y cuarto. 40 minutos de correr o bicicleta y luego otros 9 kilómetros de pileta, con lo cual redondeo unos 18 kilómetros de pileta cada día. Estoy con todas las ganas, se que tengo fecha de salida esta carrera se termina y por eso continúo con mis estudios de Márketing en UCES, quiero aprovechar todo el tiempo posible y prepararme para el futuro”, cerró Damián Blaum.

Un sueño de aguas abiertas, brazadas y esfuerzo tiene el objetivo en los Juegos de Londres. Damián Blaum trabaja muy duro. Sabe cual es el camino para llegar. 

 

Hernán O’Donnell