La Selección Argentina está cerca de empezar el año

Será en Octubre, un mes atípico y demorado para comenzar el año, pero este es un año atípico también y el calendario deportivo se ha corrido y se ha modificado, adaptado a estos tiempos donde la pandemia del COVID-19 no nos deja en paz ni tranquilos. Pero el mundo sigue, y la Selección de Lionel Scaloni tiene que empezar a trabajar y prepararse para la Competición Preliminar de la Copa Mundial de la FIFA-Qatar 2022. La fecha prevista es en Octubre, ahora nomás, y por lo menos podemos empezar a imaginar el equipo, el plantel, y como le fue a cada uno de ellos en estos meses, cual es su actualidad, su momento. El entrenador Lionel Scaloni propuso una lista de convocados en marzo pasado, pero luego la situación mundial modificó todos los planes. Si será ese el equipo, aún no lo sabemos. lo que proponemos en esta nota es un juego de como están nuestros futbolistas, quienes deberían integrar la plantilla y queines podrían tener una chance. Veamos.

El primer jugador es Lionel Andrés Messi, indiscutido para el equipo, para cualquier equipo en verdad. Estos son días poco claros para su futuro, pero eso no empaña ni modifica su relación con la selección argentina de fútbol. pase lo que pase con su carrera personal, su futuro en el Barcelona o en otra institución, no influye en nada en su vínculo con la celeste y blanca. No debería.

Leo es parte fundamental del equipo. Y él lo siente así; está identificado con la camiseta, con el equipo, con el predio de entrenamientos y también con la conducción técnica. Incluso con la dirigencia; su relación con Claudio Tapia es de las mejores que haya sostenido con dirigente alguno a lo largo de su carrera profesional. No es temerario afirmar que con el dirigente que mejor se llevó, en el que más confió y con el que construyó una relación más afectuosa que con ningún otro, es con el actual presidente de AFA, “Chiqui” Tapia.

Emiliano Martínez fue el mejor arquero de estos meses. Se afirmó en Inglaterra, en una liga difícil y competitiva como la Premier League, quizás la más vista y seguida del mundo, y confirmó su gran momento con actuaciones destacadas y la conquista de la FA Cup. Ya estuvo convocado por Scaloni y asoma como el arquero del futuro.

Juan Musso tuvo un buen cierre de temporada en Udinese y también aparece en el radar de los convocados al plantel; la misma situación para el arquero del Porto, Agustín Marchesín o del propio Paulo Gazzaniga, acostumbrado al roce europeo por su calidad de arquero de Tottenham Hotspur de Inglaterra.

Vale aclarar que Franco Armani y Esteban Andrada, los dos arqueros más vistos y considerados por el público argentino en general, no tuvieron actividad en estos meses en sus clubes, y recién cuando River y Boca vuelvan a competir en la Copa Libertadores de América, los dos podrían volver a entrar en escena y el DT observar sus rendimientos.

¿Quienes serán los defensores convocados? En estos meses de competencia todo queda reservado a lo que pasó con las Ligas que tuvieron actividad. Europa, Estados Unidos, alguna de Asia…Juan Foyth sería uno de los llamados. Puede jugar de lateral derecho o de central. Nicolás Otamendi llegó hasta los cuartos de final de la Champions League con el Manchester Cyty, y si bien no fue titular en varios partidos, siempre estuvo a la orden y la consideración de Pep Guardiola. Nicolás Tagliafico está también en la lista, sus actualidad y su prestación en la última Copa América Brasil 2019 le permiten ganarse un lugar. Germán Pezzella sería el central derecho, y habrá que ver a varios que tuvieron visibilidad en estos meses: Leonardo Balerdi, que también jugó de volante en el Borussia Dortmund, Lisandro Martínez, o el propio Walter Kanemann, a quien se lo puede seguir ahora en el Brasileirao. Renzo Perez y Nehuén Paz estaban en la lista original de marzo; habrá que ver si vuelven ahora.

Entre los volantes, hubo muchos que se destacaron en estos meses. Leandro Paredes dejó en la retina su buena actuación en París Saint Germain, sobre todo en la semifinal donde lució ante RB Leipzigg, y también el rato que entró frente a Atalanta. Un jugador que se gano el puesto y su actualidad lo convierten en titular. Casi lo mismo podríamos decir de Rodrigo De Paul, que como volante interno tuvo un muy buen fin de temporada con Udinese. Jugador inteligente y hábil, puede desdoblarse tanto en el trabajo de orden defensivo y recuperación como en la gesta de las jugadas por su habilidad. Exequiel Palacios tuvo buenas tardes en la Bundesliga y debería estar en el plantel. Igual que Roberto Pereyra, por lo que jugó, demostró que se lo puede sumar. Está claro que hay futbolistas que están en el lote de observación, pero por capacidad, roce internacional y experiencia, se los puede tomar muy en cuenta. Y podría estar Ever Banega, de exquisita calidad en la organización del juego del Sevilla Campeón de la UEFA Europa League.

Lo mismo cabe para Angelito Di María, un jugador de elite que demostró una vez más su capacidad deslumbrante en las instancias finales con el PSG. Llamarlo es una cuestión de Scaloni, que evaluará la decisión en estos días. Si quiere estar, es uno de los insustituibles. De la generación dorada. Como Agüero, Higuaín y Mascherano.

Giovanni Lo Celso, Nicolás Domínguez, Alexis Mac Allister y Guido Rodríguez eran parate de la convocatoria de marzo. Veremos si continúan para esta etapa.

Paulo Dybala la rompió en la Juventus hasta que el equipo empezó a quedarse sin nafta y llegó con la lengua afuera a ganar el “Scudetto”. Fue el mejor mientras la Scuadra funcionaba; cuando decayó, ese lugar de futbolista imprescindible, lo ocupó Rabiot. Pero Dybala está en la lista, claro que sí.

Lucas Ocampos deslumbró a algunos incautos en el Sevilla triunfador de la Copa; pero lo cierto es que hace rato se destaca en el equipo andaluz y bien ganad tiene su plaza en este plantel.

Lautaro Martínez también debe estar en el grupo. Su actuación en la Europa League fue muy destacada, más allá de que en la final no haya tenido una actuación esplendorosa, pero jugó muy bien estos meses y sin dudas estará en el equipo.

El “Kun” Agüero, lo dijimos más arriba, debe estar. No hacen falta ningún tipo de explicaciones. A Alario se lo vio menos, pero cuando jugó, respondió bien, y Nicolás González es parte del futuro, se lo puede llamar. Se podrá seguir a Darío Benedetto en Olympique en esta reanudación de la liga francesa, pues puede ser útil un futbolista que llegue en ritmo de competencia.

Después están los gustos particulares. Los futbolistas que cada hincha, un DT en potencia, en definitiva, quiere o es de su paladar futbolístico. Y ahí entran a jugar un montón de nombres.

Pero la decisión es de Lionel Scaloni y él tendrá la elección. Lo cierto es que la competencia está a la vuelta de la esquina y la Argentina ya tiene que prepararse. El camino hacia el próximo Mundial ya está cerca y vamos a recorrerlo juntos.


Hernán O’Donnell

Bayern Münich demostró en la cancha que era el candidato lógico y gritó Campeón

El primer tiempo resultó muy estudiado y a la vez emotivo. Porque tuvo muchas acciones de peligro, y a la vez se vio que los dos se estudiaban, se cuidaba y se protegían más de lo habitual. Atacaban, pero se mostraban muy atentos a los retrocesos, a la cobertura de espacios, a la seguridad en defensa. Y entre la búsqueda del desequilibrio y la atención a la propia valla, salió un primer tiempo tenso, emotivo y precavido.

La primera llegada fue de PSG, tras un buen pase adentro de Mbappé para Neymar y la tapada a salvo de Neuer; luego fue Lewandowski quien recibió en el área rival a los 21′, giró y sacó un buen remate de derecha que pegó en el palo derecho de Navas. A los 23′ contestó París Saint Germain, con la llegada de Di María, quien recibió de Herrera tras una combinación entre ambos, le entró de derecha y su disparo se fue apenas alto.

Bayern Münich perdía, en ese momento, a un pilar en la defensa. Salía lastimado Boateng y era reemplazado por Süle.

El equipo alemán tuvo una situación muy clara a los 30′, tras un centro desde la derecha, el cabezazo limpio de Lewandowski y la tapada brillante de Keylor Navas. Y la última fue para el equipo francés, tras una doble combinación entre Herrera, que debió patear y volvió a ceder a Mbappe, y el remate de este fue al medio, para el control seguro de Neuer.

Así se cerró el primer tiempo, con un 0 a 0 que decía menos de lo que fue ese período.

En el complemento hubo quince minutos de dominio alemán. Con las proyecciones de los laterales, el adelantamiento de las líneas, el trabajo de Goretzka en la media cancha y la potencia de sus atacantes. No fue avasallador, pero lucía mejor que el oponente y a los 58′ llegó a la apertura del marcado, con el pase de Kimmich atrás a Gnabry, el centro de Serge que conectó Coman para marcar el primer y único tanto del partido: 0-1 y a remar.

Enseguida tuvo otra chance y Thiago Silva la sacó cerca de la línea de meta. Iban 61′ y Bayern aceleraba sus acciones; PSG intentó variantes, primero con Verrati por Leandro Paredes a los 63′. Tuvo una clara a los 66′, tras un buen pase de Angel Di María a Mbappé y Neuer que apareció para salvar el arco alemán.

Y dos variantes para refrescar a Bayern Münich a los 67′: Philippe Coutinho entró por Serge Gnabry y en lugar de Coman ingresó Ivan Perisic.

Otra vez Di María generó una situación para París Saint Germain, a los 69′, cuando metió un pase filtrado para Marquinhos y la salida rápida de Neuer ahogó el grito francés. A los 71′ Draxler entró por Herrera, en un segundo cambio de PSG y una segunda ventana utilizada. Y a los 79′ quemó la última posibilidad de variantes con dos modificaciones: Kurzawa entró por el lesionado Juan Bernat y el delantero Choupo-Moting por Angel Di María, en un cambio que no nos pareció el más aconsejable, porque el rosarino era, hasta ese momento, el mejor jugador de París.

Bayern Münich se ordenó bien; sobre todo en los retrocesos, porque achicaba el campo con rapidez y cerraba bien el centro del área. No solo bajaban los cuatro defensores, sino los dos mediocampistas centrales como Thiago Alcántara y Goretzka, pero poblaban bien el área para que no hubiera espacios donde Mbappé y Neymar pudieran maniobrar.

A los 85′ Tolisso entró por Thiago Alcántara y Bayern empezó a cerrar de modo defintivo el partido. Tuvo PSG una chance con una corrida de Mbappé y un centro al que Choupo-Moting no llegó y otra maniobra del extremo francés, quien entró por izquierda, pero no pudo resolver, más allá de un par de gambetas, por estar muy rodeado de defensores del equipo alemán.

Ganó Bayern Münich. Por su solidez, su potencia de ataque, su trabajo en la mitad de la cancha, el orden defensivo para cerrar caminos y un arquero, que como ya dijimos varias veces, cuando se lo requiere, está.

Eliminado pronto el Liverpool, era el candidato natural, el equipo más fuerte de todos los que quedaron para el final en Portugal, y ganó sus partidos con convicción, buen fútbol y una fortaleza mental admirable.

Era el mejor en los papeles y lo demostró en la cancha. ¡Salud, Bayern Münich campeón!


Hernán O’Donnell

Maravilla, más allá del paso del tiempo

Por supuesto que no es aquel boxeador de hace diez años. No es el Sergio Martínez veloz, contundente, dueño del ring, como lo era cuando explotó en el mundo del boxeo, una década y algo más, atrás. No es y es casi seguro que no será aquel “Maravilla” que derrotó a Kelly Pavlik, que fulminó a Paul Williams, que superó a Sehy Dzinziruk, que dió cátedra ante Julio César Chávez JR.. Ese boxeador fantàstico que conquistò al mundo, ya no lo es y tal vez no lo sea, pero se dio el gusto de regresar a los 45 años, volver a sentir la emoción de subir a un ring, volver a dominar la adrenalina inminente de un combate y dosificarla con una alta dòsis de inteligencia y serenidad; volver a sentir el sabor de la victoria y el aplauso. Todos esos gustos se los pudo dar Sergio “Maravilla” Martínez y nos dio el placer de volver a ver a un fenómeno, de los más grandes de la historia de nuestro boxeo.

Ante José Miguel Fandiño ganó por KOT 7, con un gancho al cuerpo, una definición poco habitual en su carrera, pero con una contundencia no table, tras dos rounds finales de muy buena producción.

“Yo no me olvido de todo lo que pasé. Momentos muy duros. Pero esta fue una noche maravillosa. Y Quiero volver a ser Campeón Mundial”, dijo en el centro del ring, ante la gente que estaba presenta y miles que lo seguían alrededor del mundo por todas las plataformas de transmisión posibles.

Tuvo un combate aceptable en cuanto a su producción individual y una victoria inobjetable, pues fue dueño de la mayor cantidad de rounds, en tanto tuvo algunos pasaje interesantes en varios asaltos. Está muy claro que no lució veloz ni desbordante, que tampoco tuvo los desplazamientos de otrora. El tiempo pasa para todos, pero Sergio se mostró inteligente y con un dominio de la escena desde el round inicial.

Tuvo destellos de aquel que fue. Los primeros tres asaltos lo mostraron con una saludable postura ofensiva, en tanto Fandiño lucía cauteloso, con un plan definido en cuanto a esperar y dejar que el gasto lo hiciera el pugilista argentino.

En ese momento, el hombre de Quilmes fue superior, con algunas chispas que creíamos olvidadas. La guardia baja, el visteo, los movimientos laterales y los golpes bien pensados. Fandiño reaccionó en el quinto round, cuando vio que el combate, pactado a 10 vueltas, empezaba a irse y asumió los riesgos pertinentes.

Martínez fue categórico en el sexto round, fue al golpe por golpe sin temores, y en un cruce Fandiño puso la rodilla en el suelo, aunque acusaba un golpe bajo, que no se advirtió. Y en el siguiente asalto la contienda llegó a su resolución.

Otra vez Maravilla tomó la iniciativa y con un gancho al cuerpo doblegó al español, quien ya no pudo salir, mientras el rincón gritaba el abandono de Fandiño.

Se dejó caer y se arrodilló en el centro del ring. Agradeció el regreso y recordó los sufrimientos padecidos. Ganó Sergio Martínez, otra vez, a los 45 años. El futuro tal vez haya pasado, pero esta fue la noche para agradecer y vivir el presente.


Hernán O’Donnell

Sevilla renovó su amor eterno con la UEFA Europa League

¡Otra vez Sevilla Campeón de la UEFA Europa League! Como un romance eterno, como un amor indestructible, el equipo andaluz venció al Inter de Milan por 3 a 2 y se consagró por sexta vez Campeón de la vieja Copa UEFA, esa que ahora se denomina con el pomposo nombre de Europa League. Y lo logró con un enorme valor, con los atributos de un equipo que intenta siempre jugar, que le gusta tener la pelota y sigue al pie de la letra la idea noble de Julen Lopetegui, que tuvo su merecido premio luego de un par de años de destratos.

Los dos llegaban con muy buenos antecedentes, amén de todo lo que encierra ser finalista de una Copa Internacional. Sevilla con ese palmarés envidiable de haberla ganado 5 veces, en 2006, 2007, 2014, 2015 y 2016. Internazionale, además de las 3 copas que ganó en 1991, 1994 y 1998, con un final de campeonato en la Serie “A” en el que encadenó tres victorias consecutivas en las últimas tres jornadas ante Genoa, Nápoli y Atalanta.

Sevilla venció a Manchester United en un partido duro y equilibrado; Inter despellejó a Shakhtar con una actuación convincente en el segundo tiempo. Y así llegaron al debate final.

Dicen que nunca se rinde. Y así fue, porque a los 2′ tuvo una llegada clara, pero el tiro de Fernando rebotó en de Vrij; y de contra llegó el pique de Lukaku, el cierre de Diego Carlos y la infracción del zaguero brasileño sobre el delantero cuando había entrado al área.

Penal y gol de Lukaku a los 4′ con un tiro fuerte, a la derecha de Bono. 0-1 para Inter, y a remar el partido.

Dicen que nunca se rinde y allí fue. Con la pelota bien manejada por Ever Banega, con el trajín de Fernando y la movilidad de Suso y Ocampos por el frente de ataque, en tanto de Jong preocupaba por el medio. Un acierto de Lopetegui que jugara el neerlandés en lugar de En-Nesyri como titular.

Y a los 11′ llegó el empate, con una gran maniobra colectiva, la pelota de adentro hacia afuera, Jesús Navas en el centro y el cabezazo de de Jong para igualar 1 a 1 el partido.

Le costaba a Inter meterse en el partido. Bien en la salida por derecha con D’Ambrosio, que tenía un buen partido tanto en la aspereza de la marca como en sus proyecciones ofensivas. Y correcto Barella para participar en la batalla del centro del campo. Más apagado Gagliardini, poco participativo Lautaro y Lukaku intermitente.

En ese primer tiempo, encendido y vibrante, Sevilla era más, tuvo una buena llegada con Lucas Ocampos a los 21′ y logró el segundo gol a los 32′ con otro cabezazo de de Jong tras un excelente tiro libre de Banega. Sevilla se adelantaba 2 a 1 pero le iba a durar poco.

Salió rápido Inter del atolladero y con una jugada parecida a la de Sevilla, logró el empate transitorio: tiro libr de Barella, cabezazo preciso y fuerte de Diego Godín y el partido quedaba 2 a 2 a los 35′ de juego.

Sevilla era más y llegó con otra chance sobre el cierre del primer tiempo, pero no lo pudo plasmar en una diferencia.

En el segundo tiempo, el partido bajó la intensidad. Incluso hubo menos roces, cruces y entreveros, que habían abundado en la primera etapa. Se calmaron los nervios y el ritmo fue menor.

Inter tuvo una llegada con un remate de Gagliardini que Diego Carlos supo rechazar con un acertado arrojo al piso. Iban 51′ y el partido empezaba a meterse en un embudo; Sevilla con cierto dominio, pero ya sin profundidad y con un Inter atrapado en su campo.

A los 70′ la pierna derecha de Lucas Ocampos dijo basta y debió ser reemplazado por Munir. Y a los 73′ llegó el gol de la victoria; centro desde la derecha, rebote y Diego Carlos que metió una tremenda chilena, en el camino se desvió en el pie derecho de Lukaku y se metió en el arco de Handanovic para marcar el 3 a 2 a favor de Sevilla.

El partido se definía cuando entraba en esa zona final, de los quince o veinte finales y todo empieza a tener un valor importante.

Antonio Conte intentó tres cambios a los 76′ de juego: Eriksen entró por Gagliardini, Alexis Sánchez ingresó en lugar de Lautaro Martínez y Víctor Moses lo hizo por D’Ambrosio. En Sevilla entró Franco Vázquez por Suso.

Pero poco iba a cambiar; tal vez el trámite se hizo más dramático porque Inter trató de volcar el juego hacia Bono. A los 83′ Lopetegui resolvió los últimos cambios; En-Nesyri por de Jong y Gudelj reemplazó a Diego Carlos, también lesionado en la pierna derecha como había estado Ocampos.

El equipo italiano tiró su último carta a los 88′: Candreva, para sumarse al ataque, en reemplazo del defensor uruguayo Diego Godín.

Pero no hubo caso, porque adentro había un equipo dispuesto a dejar jirones de vergüenza deportiva. E Inter ya lucía desinflado.

Dicen que nunca se rinde. Ni aún cuando arranca 0-1 abajo casi desde el inicio. Sevilla se aferró a su credo, controló el balón, lo movió a su gusto, jugó un buen primer tiempo y lo definió en el segundo. Con la batuta de Banega, la potencia de Ocampos, la fuerza de de Jong, el batallar de Fernando, la marca de Diego Carlos, la movilidad de Suso, el manejo de Franco Vazquez, el equipo fue uno solo y volvió a conquistar la UEFA Europa League, en un romance sellado para toda la vida.


Hernán O’Donnell

Bayern Münich expuso su jerarquía y es el otro finalista de la UEFA Champions League

Una semifinal muy esperada, con un candidato cantado, el Bayern Münich y una de las sorpresas de la UEFA Champions League: Olympique Lyon.

Y fue el equipo francés el que salió a sorprender, con mucha movilidad y disposición para pelearle el partido a Bayern Münich en tanto se disponía a buscar contragolpes filosos. Lo hizo a los 3′, cuando tuvo una contraataque muy bueno, Memphis Depay se fue solo, y cuando le salió Neuer se abrió mucho, por lo que su disparo se complicó y se fue afuera. Bayern respondió con una llegada clara, donde el remate de Goretzka, por defectuoso, complicó a Lopes que con esfuerzo la mandó al corner. Y enseguida llegaron las emociones.

Iban 16′ y Lyon tuvo otra chance, también en los pies de Memphis quien se metió en el área, su tiro rebotó en Alaba y el segundo disparo lo estrelló en el palo izquierdo de Neuer. Y en la siguiente, Gnabry se metió de derecha al centro y sacó un remate fuerte y preciso que se coló en el arco de Lopes para marcar el 0-1 a los 17′ de juego.

Un escalofrío recorrió por la gente de Lyon, porque si bien estábamos en el nacimiento del partido, un gol de Bayern a esa altura parecía muy dura y difícil de sobrellavar, ya que el equipo frnacés, además, había desaprovechado varias llegadas limpias, dos de ellas muy claras para convertir.

Encima, a los 32′, un centro preciso de Perisic fue conectado por Lewandowski, el arquero pudo sacarla, pero apareció Gnabry para señalar el 0-2 y ponerle más distancia al partido.

Una distancia que no se modificó en la primera parte, más allá del espíritu de Lyon para continuar la pelea, pero la contundencia del conjunto alemán había sido una señal clara del destino del encuentro.

En el complemento, los dos se presntaron con una variante. T. Mendes en lugar de B. Guimarães en Lyon, y Sule en reemplazo del lesionado Boateng en el equipo alemán.

Bayern Münich salió tranquilo, a esperar y no desarmarse. Olympique, a buscar su chance también a partir de la generación de espacios; dejar salir a Bayern, presionarlo entre los tres cuartos y la mitad de campo y cuando conseguía el balón en esa zona, a meter un contragolpe. Así tuvo un par de oportunidades. La primera fue de Marcal a los 55′ con un buen cabezazo tras un corner de la derecha, que atrapó Neuer. Más tarde, a los 56′, ingresó Dembelé por Memphis Depay, y a los 57′ Neuer tapó de modo brillante una entrada libre de Karl Toko Ekambi, tras una buena jugada colectiva del equipo francés. Pero Neuer, siempre respondía.

A los 62′ se fue Perisic, de buen primer tiempo y lo reemplazó Coman. OL tuvo otra llegada a los 65′, pero fue defectuoso su remate final y a los 66′ se jugó con dos cambios más: J. Reine-Adelaide en lugar de K.T. Ekambi y K. Tete entró por L. Dubois.

Bayern Münich jugó un segundo tiempo tranquilo, sin esforzarse ni promover un ritmo mayor al necesario. Reguló el ritmo y metió cambios para enfriar el juego y preservar piernas para la final. A los 74′ entró Philippe Coutinho por Serge Gnabry y más tarde a los 81′ C. Tolisso ingresó en lugar de Thiago Alcantara y B. Pavard volvió al equipo en reemplazo de L. Goretzka.

Con el correr de los minutos perdió fuerza Lyon y sus llegadas ya se hicieron esporádicas, en tanto Bayern se mostraba con el control total del partido.

Y lo liquidó al final, a los 87′ con un centro de Kimmich y un cabezazo de Lewandowski preciso y certero, para marcar el 0-3 y sellar el pasaje a la final.

Bayern Münich llegó a la final, tras otra buena presentación, donde le alcanzó su enorme poder de fuego para lastimar a su rival, y un arquero que dijo una y otra vez presente cada vez que se lo requirió.


Hernán O’Donnell

PSG llegó a la final con el entusiasmo de un triunfo convincente

Poco los tenían en cuenta, pero a fuerza de buenas actuaciones, París Saint Germain y RB Lipzig llegaron a una semifinal de la UEFA Champions League. Todo quedó atrás, en el pasado. Un partido y el premio, el pasaje a la Gran Final. Nada más para discutir, sobran las palabras. A la cancha.

París Saint Germain entendió rápido el partido que propuso Leipzig. Porque el equipo alemán salió como siempre, a jugar rápido, con mucha gente volcada al ataque y con el vértigo como principal aliado. Y entendió que tenía que lastimarlo, aprovechar los espacios libres que dejaba a sus espaldas y presionarlo en la salida, porque si recuperaba bien arriba el balón iba a quedar en poder de Neymar, Di María, Mbappé… A los 5′ este dejó solo a Neymar, y el remate del brasileño dio en el palo derecho de Gulacsi. Era un aviso.

A los 12′ abrió el marcador, con un tiro libre de Angelito Di María al corazón del área y la entrada libre de mraquinhos para conectar de cabeza y señalar el 0-1.

A partir de allí se afirmó el equipo francés en el campo. Se hicieron presentes los volantes, con el criterio de Paredes y el andar de Marquinhos, y ante la propuesta alemana de ir de modo masivo al ataque, Neymar, Mbappé y Di María encontraron muchos espacios para la cobertura a veces desesperada de Mukiele, de buen primer tiempo, Upamecano, Klostermann y Angeliño.

A los 37′ tuvo una oportunidad PSG con un buen tiro libre de Neyamr que sorprendió a propios y extraños porque cuando todos esperaban el centro al área, tiró al arco y el balón dio en el palo izquierdo de Gulacsi.

La presión del conjunto francés tuvo su premio cuando salió a apretar a Leipzig en una salida y el balón lo recuperó rápido, el pase al medio para Neymar, el taco a Di María y Angelito que define solo para poner el 0-2 a los 41′ del primer tiempo.

Encima tuvo una chance más a los 45′ tras un buen contraataque que Neymar no pudo finalizar y su tiro se fue apenas afuera.

Para Leipzig lo mejor era esperar que se terminara el primer tiempo, barajar y dar de nuevo. París era el dueño de la noche en Portugal.

Julian Nagelsmann dispuso dos variantes para empezar el segundo tiempo: el sueco Forsberg en lugar de C. Nkunku y el delantero P. Schick por el español Dani Olmo; dos variantes necesarias para darle más potencia al ataque con Schick y más creatividad con Forsberg.

Pero la noche de PSG estaba iluminada y brillaban sus estrellas. Así llegó el tercero, con una buena presión en la salida y el centro de Mbappé para Bernat que de cabeza marcó el 0-3 a los 55′.

Leipzig apeló a otro cambio para modificar el rumbo del encuentro: a los 61′ ingresó el central Halstenberg por Laimer, y quedó establecido con tres centrales, Klostermann que pasó a la derecha, Upamecano por el medio y el ingresado Halstenberg por izquierda, Mukiele y Angeliño como laterales volantes dos por el medio, Sabitzer y Kampl, Forsberg como enlace volcado a la izquierda y Poulsen y Schick como delanteros.

Pero no hubo caso porque París se afirmó en la noche sobresaliente de Leandro Paredes, la velocidad de Mbappé, el talento de Di María y la enorme capacidad futbolística de Neymar. Y cuando subía Bernat, el desborde era total. Así sumó más ocasiones para convertir, como a los 69′ cuando Di María tuvo un centro preciso y la entrada de Mbappé pasó muy cerca. O cuando a los 71′ Parede sacó un tiro fuerte y preciso desde muy lejos, pero respondió bien Gulacsi.

RB Leipzig había intentado con dos tiros de afuera de Forsberg, pero sus intenciones chocaban con la seguridad de Kimpembe, de muy buena actuación.

Entonces el partido entró en una zona inmodificable. Porque el equipo de Tuchel fue amo dueño del control. Aún cuando no tuvo el balón, supo controlar los ataques del equipo alemán. Y cuando lo tuvo, provocó temblores que hacían presagiar un final muy duro.

No lo fue porque reguló fuerzas al final, y metió cambios para preservar jugadores y pensar en la inminente final. A los 82′ entró J. Draxler por Leandro Paredes y 82′ M. Verratti ingresó por A. Herrera; a los 85′ E. Choupo-Moting reemplazó a K. Mbappe y Pablo Sarabia ingresó en lugar del argentino Angel Di Maria.

París ya pensaba en la final, a la que llegó con toda justicia y entusiasmado por una actuación sólida y un triunfo convincente.


Hernán O’Donnell

Inter va por la gloria con una goleada estimulante

Un encuentro que parecía iba a ser duro pero que se abrió rápido cuando Inter pudo sacar ventajas en el marcador. Porque aún estaban en la etapa de estudio, esos minutos iniciales que a veces se extienden más allá de los quince o veinte minutos y que en boxeo equivalen al primero o al segundo round.

En eso estaban cuando Barella tomó un balón sacado por el arquero Pyatov, aprovechó la imprcisión y se fue por derecha para lanzar un centro que aprovechó Lautaro Martínez para marcar el 1 a 0 cuando iban 18′ de juego.

En ese lapso se había acomodado un poco más el equipo italiano, con las clásicas proyecciones de Dambrosio y Young, el trabajo de Barella y la potencia de Lukaku y Martínez.

Pero de a poco el Shakhtar se metió en la discusión. Con la movilidad de Tyson, la versatilidad de Alan Patrick y la amenaza de Moraes en cada ataque. Y emparejó el partido, lo hizo equilibrado y de pronóstico incierto.

Inter tuvo una chance más a los 33′ con un contraataque de Barella que desvió bien el arquero al corner, mientras que Shakhtar llegó con un cabezazo de Tyson afuera a los 35′ y un remate de lejo de Marcos Antonio a los 42′ que se fue cerca del travesaño.

En el complemento se acomodó un poco más el equipo italiano. Se adelantó en el campo y lo empujó al conjunto ucraniano a su campo. Porque le dejó que intentara salir, pero lo presionaba muy bien en tres cuartos y cuando aparecía un espacio, lo lastimaba. A los 50′ lo tuvo Lukaku con un tiro con comba que se fue apenas desviado. A los 58′ Shakhtar intentó una variante con el ingreso de Solomon por Alan Patrick. A los 61′ tuvo una posibilidad el Shakhtar cuando un centro de la izquierda fue conectado por Moraes y Handanovic tapó con su cuerpo., en lo que fue casi la última esperanza para ellos aunque en ese momento no lo podían imaginar.

Porque no podían sospechar que el Inter les iba a propinar una avalncha de goles. A los 63′, Dambrosio de cabeza aumentó por 2 a 0 tras un tiro de esquina de la derecha.

Y ahí se derrumbó el equipo de Ucrania e Inter creció como lo había hecho en el cierre de la Serie “A” italiana. A los 71′ hubo una gran combinación entre Lautaro y Lukaku y el disparo del belga fue tapado por el arquero Pyatov.

A los 73′ llegó el golazo de Lautaro, que sacó un gran remate de afuera del área y selló el 3 a 0. Y fue el fin del partido pero no de los goles por venir.

Enseguida llegó el gol que tanto buscaba Romelu Lukaku; porque los goleadores son así, están más allá del resultado y necesitan convertir. Aunque el equipo gane, si no anotan sienten que algo les faltó. Se van insatisfechos. por eso cuando Lautaro Martínez lo habilitó de cachetada y lo dejó para que definiera, tan bien como lo hizo a los 77′, su gesto fue de alegría infinita por ese gol que marcaba el 4 a 0, pero también porque pudo inscribirse en el tanteador, el objetivo de los hombres de área.

Una imagen ganadora y dominante había construído Inter en el complemento. En la primera parte se insinuaba mejor, pero Shakhtar tuvo algunas situaciones y el dominio fue un poco más repartido. Pero en el segundo tiempo, el control italiano fue total y a los 83′ coronó la goleada con una entrada de Lukaku y un remate cruzado para decretar el 5 a 0 y el pasaje a la final ante Sevilla.

Internazionale vuelve a una final de Europa luego de muchos años. Llega con muy buenos antecedentes, un final positivo en la Serie “A” y una goleada estimulante para ir ante Sevilla por el partido decisivo.


Hernán O’Donnell

Sevilla superó un duro escollo y llegó a la final de su Copa favorita

Partidazo por donde se lo mire. Con dos equipos ganadores, con ganas de jugar, de ir a buscar el partido. Con intenciones sanas. Y con muchas llegadas. Sevilla con su formación habitual, Bono en el arco, Jesús Navas como salida permanente en el lateral, la firmeza de Koundé y Diego Carlos en la zaga, y Reguilón como proyección constante en el lateral izquierdo; Jordan que hacía el tándem con Navas por derecha, Fernando en el centro del campo y Banega con la conducción por el interior izquierdo, en tanto Suso, En-Nesyri y Ocampos como tridente ofensivo.

Manchester United le oponía una línea de cuatro, dos contenciones en Pogba y Fred, creatividad con Greenwood, Fernandes y Rashford; y Martial como referencia de ataque.

Llegó el equipo inglés con una maniobra inteligente y Diego Carlos atropelló a Rashford para cometer un claro penal a los 8′ que Bruno Fernandes transformó en el 0-1 del partido. United golpeaba en su primera llegada a fondo y obtenía una diferencia.

Reaccionó Sevilla, empujado en su amor propio. Aumentó la velocidad, la dinámica. Creció en tensión y hasta puso un poco más fuerte la pierna en cada cruce o pelota dividida. Y tuvo decisión para ir por el empate, que consiguió tras una jugada de derecha a izquierda, la habilitación a Lucas Ocampos, este la alargó para Reguilón, el centro pasado hacia el otro costado y la llegada de Suso para igualar 1 a 1 a los 25′ de juego.

El primer tiempo fue intenso y equilibrado a partir de allí, aunque el equipo andaluz dejó una mejor impresión, sobre todo por el juego de Banega y la presencia de Fernando, que jugó un gran partido.

En el segundo tiempo Manchester United tuvo un dominio total en los diez minutos iniciales. Se mostró más profundo, más ofensivo, y tuvo tres oportunidades muy claras para convertir, pero en las tres apareció Bono para salvar la valla del equipo español.

Primero con una tapada a Rashford en un centro que Navas no pudo cerrar, y el remate del inglés fue tapado por el arquero, y del rebote, Fernando apareció para desviar al corner. Luego hubo dos entradas francas de Martial y en ambas apareció el portero para cuidar el arco de Sevilla. Por eso Lopetegui movió el banco y resolvió que Munir ingresara por Lucas Ocampos, que estaba con una molestia en su rodilla derecha y Luuk de Jong por Youssef En-Nesyri a los 55′.

Ahí empezó a acomodarse un poco más el equipo de Lopetegui. Aunque el balón seguía más tiempo en posesión de Manchester United, lo cierto es que de a poco salió del agobio en el que estuvo en esos diez minutos iniciales.

Y más tarde, cuando Franco Vázquez ingresó por Suso a los 73′, Sevilla recuperó un su fútbol. Tuvo un poco más el balón, se adelantó en el campo, hizo más parejo el partido.

Hubo una llegada más para el equipo inglés, con un buen remate de Greenwood y la aparición de Bono, de tarde prolija y segura. Y en la respuesta, Sevilla marcó la diferencia.

Buen jugada del “Mudo” Vázquez, pelota abierta en un buen pase a la banda derecha para Jesús Navas, el centro preciso del capitán y la entrada libre del neerlandés de Jong para burlar la marca desorientada de Maguire, Lindelof y  Wan-Bissaka, meterse solo en el corazón del área chica y convertir el 2 a 1 a los 77′.

Solskjaer buscó revertir la historia con tres variantes: a los 86′ dispuso que T. Fosu-Mensah entrara por B. Williams, el joven D. James por el lateral Aaron Wan-Bissaka y J. Mata en lugar de M. Rashford.

Pero no tuvo tiempo para más. No pudo ya doblegar a un Sevilla que se ordenó en su campo, marcó dos líneas de cuatro y cerró su defensa en busca de abrazarse a una final más, de esa Copa que tan feliz lo hace.


Hernán O’Donnell

Hamilton se escapa y Verstappen sueña con alcanzarlo…

Otro Gran Premio para Lewis Hamilton. Otra carrera ganada y más diferencia a su favor con respecto a los perseguidores. Otro paseo del inglés, que ganó el GP de España de punta a punta, con la solidez habitual, con el trabajo perfecto y un rendimiento excelso que lo lleva, como decíamos hace ya un par de carreras, a jugar un juego diferente al del resto de los competidores. Salvo Max Verstappen, que con su enorme capacidad y la consolidación de Red Bull como la segunda escudería detrás de Mercedes, parece darle pelea. Es lo que imagina el joven neerlandés, quien muestra toda su habilidad para intentar destronarlo. Aunque el camino de Hamilton parece despejado, y en la sexta competencia de este año, lo volvió a demostrar.

La largada fue impecable y a partir de allí dominó el inglés. Casi sin inconvenientes, y con una aceleración que lo llevó a aumentar su tiempo respecto al segundo cada vez más con el correr de las vueltas. Tal es así que llegó a sacarle más de 33″ a Verstappen cuando faltaba un cuarto de carrera.

Tuvo una largada muy buena, en tanto Valteri Bottas se quedó y cayó al cuarto lugar mientras Carlos Sainz pudo acomodarse séptimo. Luego, Bottas pudo superar a Stroll y meterse en el tercer lugar, pero ya la distancia se le hacía larga con los dos primeros. Tuvo que empezar a remontar y se acercó a poco más de 2″ de Verstappen, pero Hamilton se les alejaba a ambos. Por detrás, Sergio Pérez se afianzaba en el cuarto lugar y Sainz se adelantaba a Albon y Ocon, en tanto Sebastian Vettel intentaba mantenerse aunque mucho le costaba y era superado por Lance Stroll primero y luego por Carlos Sainz.

El final lo encontró cómodo a Hamilton; con una buena diferencia ante Verstappen, Bottas y quienes los siguieron: Perez, Stroll, Sainz, Vettel, Albon, Gasly y Norris.

Lewis vivió otra tarde triunfal. Otra victoria inobjetable, y con el objetivo muy presente. Todos los récords están a la vista, y el piloto inglés va por ellos.


Hernán O’Donnell

Olympique Lyon se soltó, lo fue a buscar y dio la sorpresa

El fútbol es maravilloso, impredecible, sorprendente. Unico. No hay deporte que tenga lugar a tantas sorpresas, que sea tan inesperado. Tal vez el boxeo, donde una mano bien puesta puede cambiar el curso de un combate, o un ignoto sorprender a una gran figura. El único que se acerca al fútbol. Olympique Lyon liquidó a Manchester City por un 1-3 que dejó sin palabras a la cátedra y que tiene varios momentos para recorrer en el partido.

El equipo francés tuvo su momento en el inicio, ese minuto donde se alinean los planetas y encuentra la jugada justa, y golpeó. Olympique Lyon consiguió la ventaja a los 23′ cuando Cornet pudo finalizar un pelotazo largo, y el rebote que le quedó para definir con comba y sorprender al mundo, que veía caer al Manchester City en un partido que se presentaba como favorito. Porque venía de eliminar al Real Madrid tras una gran producción futbolística y ahora se encontraba con un duro golpe. Inesperado. Pero Olympique Lyon aprovechaba esa oportunidad y se ponía 0-1.

Porque el City de Guardiola no brillaba, no era el mismo que aquel partido ante el Madrid, pero dominaba las acciones. Había salido con una propuesta ofensiva habitual, con tres defensores y cuatro volantes en los que Gundogan y De Bruyne se repartían la creación, en tanto Rodri apoyaba desde atrás. Y Sterling y Grabriel Jesús arriba.

Pero era liviano el equipo inglés. Manejaba el balón y lo movía a lo ancho de la cancha, pero no era tan potente como lo habíamos visto hace unos días. Así y todo se las arregló para producir varias llegadas claras, una con un desborde de Sterling, el amague y el pase atrás a Rodri que no pudo rematar bien. Otra jugada, un buen pelotazo de De Bruyne a Sterling y el cierre a tiempo de Cornet.

En el complemento City acumuló llegadas, sobre todo por la creatividad de De Bruyne y la habilidad de Sterling, aunque las más claras fueron un par de tiro libres del belga. A los 55′ R. Mahrez entró por Fernandinho, para acentuar el ataque.

Un pelotazo perfecto de Gabriel Jesús a Sterling por izquierda dio nacimiento a la jugada del empate. Sterling entró al área, enganchó bien frente a la marca y cedió al medio para la entrada libre y limpia de De Bruyne, quien abrió el pie para cambiar el palo al arquero Lopes y marcar el 1 a 1 a los 68′ de juego.

A partir de ahí, salió otro partido. Porque Lyon se soltó. Salió a buscar un poco más. Y si alguien pensaba que se iba a refugiar en su campo para aguantar el empate, se equivocó. Jugó más de lo que lo había hecho hasta ese momento. Los últimos veinte minutos vieron a un conjunto suelto, veloz, agresivo y que se compenetró en sus marcas de uno a a uno.

Primero movió el banco: a los 69′ T. Mendes ingresó en lugar de B. Guimarães y más tarde sumó dos variantes más, cuando a los 73′ K. Tete reemplazó a L. Dubois y M. Dembelé ingresó por M. Depay.

El City llegaba, pero chocaba contra el arquero Lopes, seguro, atento y de buena presencia. Y tuvo una posibilidad tras un pase de Sterling a Gabriel Jesús, pero su tiro de pique al suelo se fue arriba del travesaño. Y Lyon, que se había dispuesto a pelearle el partido, a los 78′ se puso otra vez en ventaja, cuando Aouar sacó el pelotazo a Dembelé, que Jeff Reine-Adelaide dejó pasar y evitó su offside, y el delantero francés se fue solo hacia el arco de Ederson, al que venció con un tiro que dobló su resistencia para poner el juego 1-2.

El Manchester City volvió a tener una oportunidad, la chance más clara del partido para desnivelar el marcador, Sterling desvió alto su remate con el arco vacío tras una excelente jugada de Gabriel Jesús, cuando iban 85′ del partido. Allí, el conjunto de Guardiola sintió que el sueño se le iba…

Y en la continuidad, Lyon dio el golpe de gracia. La llevó Reine-Adelaide, abrió para Aouar, el remate fue rechazado a medias por Ederson y Dembelé tomó el rebote (Cancelo lo había habilitado cuando partió el tiro, en otro error que se le sumó a la mala entrega en la que nace el segundo gol) y a los 86′ Lyon estiró la ventaja a 1-3.

Allí se terminó el sueño del City y empezó la gran ilusión francesa. Pocos daban a Olympique Lyon como un posible semifinalista, pero allí está el equipo francés.

Encontró su momento en el primer tiempo, se refugió cuando City lo fue a apretar, y en los últimos veinte minutos, cuando llegó el empate inglés y parecía que lo apretarían contra su arco, salió a jugar, se soltó y marcó dos goles para construir una victoria increíble, inesperada, soñada, y darle paso a una sorpresa más en esta inagotable fuente de emociones que es el fútbol.


Hernán O’Donnell