Todos los ojos ya están puestos en la selección argentina. La mente y el corazón empezaron a jugar la Copa del Mundo FIFA-Brasil 2014. El Mundial está acá, a la vuelta. Pero todavía quedan los ascensos (y algunos descensos) por definir.
El Nacional B ingresa en una etapa de definiciones. Ya subieron Banfield y Defensa y Justicia. Queda un lugar en el ascensor. El favorito es Independiente. Va tercero, le lleva un punto de ventaja a Instituto de Córdiba y dos a Huracán. De allí sale el tercer clasificado; la verdad es que por peso, por historia y por esa pequeña ventaja, todo parece teñirse de color rojo. Pero habrá que esperar.
La primera B Metropolitana ya consagró a Nueva Chicago. Ahora Fénix, Temperley, Atlanta y Platense pugnan por la segunda plaza.
En el Argentino A asomó Santamarina de Tandil. Mientras, hay ilusiones de ascenso, igual que en el Argentino B.
Que pasará? Todavía nos quedan varias jornadas de pasión de ascenso para disfrutar.
Lo reconoció Javier Mascherano. Lo sabe, en la intimidad el entrenador, Alejandro Sabella. Lo dicen los periodistas. Y lo advierten los millones de hinchas que siguen a la selección.
La balanza está alterada. La Argentina es un equipo cuando ataca y otro cuando defiende. Es desbordante en cada avance. Vislumbra posibilidades ciertas en cada uno de los ataques. Produce un efecto de temor en los adversarios cuando Di María arranca, cuando Aguero encara, cuando Gonzalo Higuaín se mete en el área…Y ni que hablar si el que la agarra es Leo Messi.
Ese es un equipo. El otro es cuando defiende. Aparecen las dudas, pero sobre todo la inferioridad numérica que hace que se sufra más de la cuenta.
Hay que balancearse. Equilibrarse. Mascherano fue muy claro en la conferencia de prensa: “debemos trabajar en el retroceso”.
Ese es uno de los puntos más importantes en estos días de entrenamiento. Ajustar el regreso, el orden defensivo, el equilibrio, es primordial. Con la colaboración de todos se puede lograr.
“Argentina es un equipo directo, que no necesita de la posesión o la tenencia de pelota para generar situaciones. Tenemos jugadores importantes de mitad de cancha hacia adelante, que individualmente son lo mejor a nivel mundial. No podemos compararnos en la tenencia con selecciones como Alemania o España. Nos gusta tener el control del juego, pero no es una característica de este equipo”. Así, directo como el equipo, Javier Mascherano fue claro y sencillo para definir a la Argentina y para reconocer algo muy visible en el equipo. La selección va muy rápido para adelante, no le preocupa tener la pelota y buscar la oportunidad o el momento de atacar.
Y, de paso, reconoció algo que también ya es característico de este equipo y que al señalarlo, echa por tierra cualquier controversia: “Por ser un equipo tan ofensivo a veces sufrimos en defensa un poco más. Lo más importante es tratar de encontrar un equilibrio en el retroceso para que no nos lastimen”. Clarito. Javier Mascherano acepta que el equipo debe trabajar en el retroceso, en la “vuelta”, en recuperar posiciones defensivas para no sufrir.
La selección se prepara a todo ritmo. Desde el lunes 26 de mayo hasta el lunes 9 de junio sumará dos semanas a todo vapor; con varios días de doble turno y dos amistosos programados. El miércoles 4 a las 19.30 se medirá con Trinidad y Tobago en River Plate, y el sábado 7, a partir de las 16 se enfrentará a Eslovenia en el Estadio Unico de La Plata.
Y suma ilusiones y algunas ansiedades. Del plantel de 26, 3 futbolistas quedarán al margen.
“Tenemos que prepararnos de la mejor manera y reducir las falencias que tenemos al mínimo. De eso se trata la preparación, estas tres semanas que vamos a estar juntos antes del debut”, agregó el jugador de Barcelona. Sabe que un Mundial, muchas veces, se puede definir por detalles. Y hay que ajustar todo para que el equipo funcione.
También estuvieron Fernando Gago y Maximiliano Rodríguez en la conferencia de prensa. Y dejaron sus sensaciones: “Jugar el Mundial genera ansiedad, para mí va a ser el primero. Pero hay que manejar la ansiedad, empezar a pensar en los partidos cuando estemos más cerca del debut”, dijo el volante de Boca.
Y agregó: “Argentina tiene que demostrar partido a partido que puede lograr el objetivo. No hay partidos fáciles en el Mundial. Tenemos que pensar en nosotros y no tanto en el rival”.
Para Maxi, “tratamos de estar a la altura de lo que es un Mundial y tenemos la cabeza puesta en lo que vamos a hacer nosotros. Hoy tenemos en mente los primeros tres partidos más que nada”.
“Sabemos que nuestra bandera es Leo (Messi), por lo que representa en todo el mundo, pero creo que todos tenemos la obligación de ganar los partidos, de pasar de fase, no hay que volcarle toda la responsabilidad a Messi. Ya lo dijo Javier (Mascherano), muchos partidos se ganan con detalles, así que todos tenemos que tratar de aportar lo que cada uno sabe para conseguir el objetivo”, cerró el rosarino.
Conseguir el objetivo. De eso se trata este camino.
Puede ser la revelación de la Copa del Mundo FIFA-Brasil 2014. Tiene muchas cualidades para ser un equipo respetado. No está dentro de las grandes potencias, llamensé Brasil, Alemania, Argentina, España o Italia. Pero sí es un equipo de temer, de esos que los conocedores llaman “revelación” o “sorpresa”. Puede ir más lejos de lo que alguna vez llegó. Puede dar el “batacazo”…
Desde que llegó José Pekerman la ilusión cobró sentido. La Selección Colombia progresó en la eliminatoria sudamericana, consiguió buenos resultados y mejoró su juego. A partir de allí, la esperanza se renovó. Como aquella generación de los ’90, cuando el equipo parecía que iba a hacer una gran campeonato en ocasión de la Copa del Mundo FIFA-USA 1994, otra vez su gente confía en esta generación de futbolistas y de un cuerpo técnico de experiencia y comprobada eficiencia.
Colombia trabaja en Argentina y alimenta su ilusión. Espera por la recuperación de Radamel Falcao, su principal figura, quien es arropado y alentado por sus compañeros en su esfuerzo encomiable por lograr la recuperación y llegar a punto al Mundial.
Es una de las cartas del equipo. Junto a Teo Gutiérrez, Eder Alvarez Balanta, Mario Yepes, Carlos Valdez, Freddy Guarín, Camilo Zúñiga, conforman un plantel muy rico, que trabaja muy fuerte en Buenos Aires, donde se complementan los entrenamientos físicos con el trabajo técnico y táctico.
En pocas horas se medirá con Senegal. Será el sábado 31, a las 18 hs, en el Estadio de San Lorenzo de Almagro. Ahí pondrá en marcha su preparación final.
Será una gran oportunidad. Colombia tiene una ilusión y quiere que el mundo la conozca…
Así en la victoria como en la derrota. Entero, enérgico. El “Cholo” Diego Simeone vivió en una semana los dos sabores que el fútbol puede brindar: Ganar y perder. Salir campeón y caer en una final.
Y en los dos actos mostró su indomable caracter, su fuerte personalidad, su enorme entrega para el fútbol. Su pasión. El mismo Simeone de siempre. Sin perder su esencia.
Se sentó en el banco a degustar el empate con sabor a victoria de campeonato en el Nou Camp. Esa igualdad ante el Barcelona lo consagraba como el mejor de la Liga Española. Y sonrió. Y tomó un poco de distancia para disfrutar aún más esa miel del triunfo. Esperó unos segundos, luegos se puso de pie y aplaudió. A sus jugadores, a los adversarios, a sus hinchas y a los simpatizantes del Barcelona. Todo en un mismo acto.
Enseguida tuvo que armar el partido final de la Champions League. Una finalísima en Lisboa, ante el rival más rico e histórico. El Real Madrid aguardaba con todas sus figuras, sus millones y su historia de grandeza.
Pero los “Colchoneros” del “Cholo” no se la hicieron fácil. Lucharon y pelearon cada segundo de ese partido. Consiguieron una ventaja en la primera etapa y se volcaron a la defensa heróica en el complemento. A aguantar y sufrir. A dejar la vida en cada balón. Es cierto que el dominio del Madrid se hizo extensivo en el tiempo, y dominó y empujó al “Aleti” hasta asfixiarlo en su propia área. Cuando el tiempo finalizaba y parecía que la resistencia colchonera abrazaría la campana de la victoria, un cabezazo de Sergio Ramos decretó la igualdad, forzó la prórroga y despertó la intuición de que la gloria había pasado por la puerta del Atlético de Madrid pero ya no se detendría. Nos embargaba una sensación de mayor entereza del Real Madrid, que se volcaría (como sucedió) en el marcador.
El final llegó con la seguidilla de goles del Madrid, la reacción intempestiva ante una acción del zaguero francés Varane, y un pequeño escándalo dentro de la cancha, que se podría haber evitado.
“El fútbol es maravilloso por esto. Muchas veces nos enseñan que el ganar es todo, pero la muestra de apoyo de la gente te hace ver y clarificar un poco que no sólo existe esa parte. Hoy les dije a los jugadores que el partido no merece una lágrima porque cuando uno da todo hay que estar cabeza arriba y prepararnos para la temporada que viene”, sostuvo con la derrota consumada.
Ya había pasado el desencanto. Diego Pablo Simeone lucía igual que en la tarde de la victoria. Entero, firme, con el gesto duro y la seguridad de haber hecho las cosas con convicción. Ganar o perder es una circunstancia. Para él, lo importante es levantar la cabeza siempre y estar preparado para el combate que viene.
Han pasado 11 décadas. De aquel sueño de unos pocos, a esta realidad. La fundación ocurrió el 21 de mayo de 1904. Siete paises integraron la primera constitución del Fútbol internacional asociado: Francia, Bélgica, Dinamarca, Países Bajos, España, Suecia y Suiza. Fueron los miembros fundadores. Se decide, entre muchas otras cosas, la celebración de un torneo internacional, La Copa del Mundo. Pasan algunos años y se empiezan a sumar nuevas naciones.
La Primera guerra Mundial marcó un paréntesis en el desarrollo institucional. La llamada “guerra del ’14” demoró el progreso de la FIFA. Pero se siguió adelante, y en 1930 se pudo celebrar la primera Copa del Mundo en Uruguay, quien tuvo el privilegio de organizar el certamen por haber sido el ganador de los dos últimos torneos olímpicos, el de 1924 y 1928.
Y así comenzó la historia. Que siguió en Italia 1934 y francia 1938. Luego, el parate que provocó la segunda guerra mundial. La realización del ’42 y ’46 se vio inhibida por la sinrazón de la violencia dominante y el horror de la guerra. Volvió el fútbol en Brasil 1950, que quedará en la memoria eterna por el célebre “Maracanazo” de Uruguay sobre Brasil.
Y ya no hubo más interrupciones. Continuó la fiesta máxima del fútbol, con modificaciones y un crecimiento sostenido. Los paises participantes fueron en aumento. Hasta el Mundial de Argentina 1978 se clasificaban 16 conjuntos. Aumentó a 24 para el Mundial siguiente, el de España 1982. Luego, la cifra trepó a 32 naciones.
Se creó un nuevo trofeo a partir de Alemania 1974, pues la Copa Jules Rimet, la original, quedó en poder de Brasil, tras haber ganado 3 ediciones.
Se crearon los Mundiales sub 20 y sub 17. Se reorganizó el fútbol olímpico. Nació el fútbol femenino. Se dio origen al beach soccer, o fútbol playa. Se generó la Copa FIFA Confederaciones, entre los ganadores continentales y que se celebra un año antes del Mundial, a modo de ensayo general.
La FIFA creció hasta conversitrse en la organización deportiva con mayor cantidad de paises adherentes. Incluso, tiene más naciones afiliadas que la propia Organización de Naciones Unidas (ONU).
Ahora ingresa en su 12º década. La FIFA cumplió 110 años. Parece mentira, de aquel sueño loco de Jules Rimet y unos pocos seguidores, tanta agua ha corrido bajo el puente y tantos sueños de fútbol vivieron en su corazón.
A veces sucede. Que el que perdió se llena de gloria. Que el que cae derrotado se pone de pie pleno de hidalguía. Que deja un ejemplo. Que dan ganas de aplaudirlo y felicitarlo. Y hacerlo acreedor al más genuino reconocimiento.
Gerardo Martino se despidió de Barcelona con una grandeza admirable, mucho más fuerte y reconocido de como había llegado. Tuvo una temporada dura, cargada de críticas y observaciones permanentes. Siempre estuvo en el “ojo de la tormenta”. Por no ser catalán, ni siquiera español. Por no representar a la escuela holandesa. Por ser un “recomendado” de Messi. Por mil y una razones, o sinrazones, sobre el “Tata” parecía caer una carga adicional.
Y cada partido de Barcelona estaba bajo la lupa. Si mantenía el estilo Guardiola, si jugaba de la misma manera, si el equipo había perdido porcentajes de posesión del balón…Todo servía para cuestionarlo.
Martino sabía las reglas de juego. Entendió, siempre, que se había incorporado a uno de los clubes más exigentes del mundo, a una institución que había sido dominante en los últimos años. Y que la exigencia sería la mayor.
Intentó manejarse con seriedad. Con respeto. Con la mayor honestidad. Y no le alcanzó para obtener resultados en las dos mayores competencias: La UEFA Champions League y la Liga Española. Cayó ante el mismo adversario. Estuvo cerca en el partido final del campeonato local. Pero tampoco pudo.
“No ayudé a alcanzar los obejtivos”, declaró con hidalguía. Y, con el inmenso dolor del empate que fue derrota tuvo la grandeza de agradecer al club, a los jugadores a los dirigentes y a la afición. También a la prensa. Y no se olvidó de felicitar a los vencedores.
Martino se fue mucho más grande que como había llegado al Barcelona. Más íntegro, más digno. Fue un ganador en la derrota. Su paso por Barcelona deja eso: un hombre cabal que dignificó la profesión, un entrenador ejemplar. Ese fue su éxito, crecer en una temporada agotadora. Lo demás, se lo lleva el tiempo.
Un equipo valiente, audaz y ambicioso. Una ciudad cálida, soñadora, hermosa. De la unión de ambos, una esperanza y una manera de entender la vida. Sevilla acunó su sueño, le dio forma al slogan “Europa sabrá de lo que somos capaces” y remó hasta llevarse el título de la Europa League, la vieja Copa UEFA.
Para eso debió luchar con un rival peligroso, que supo de grandes momentos de gloria y de estrellas que alumbraron el planeta fútbol. Benfica fue famoso en los ’60, cuando Eusebio, su más grande jugador, lo llevó a ala conquista del continente. Hablan, ahora, de una maldición que los persigue tras la destitución de un técnico que auguró que nunca más ganarían una copa en Europa. Pues bien, llevan 8 finales consecutivas perdidas, pero todos intuimos que en algun momento ese maleficio se cortará.
Para Sevilla las cosas no fueron fáciles. Consiguió la clasificación a la final de la Europa League 2014 con el último suspiro, con un gol ante Valencia que le daba el pasaje cuando restaban 10 segundos por jugarse y la suerte parecía sellada.
Sin embargo, el equipo creyó, fue y enonctró el gol redentor en ese instante sublime. Y la final fue el cantar de todas las finales. Palmo a palmo, sin dar ni pedir tregua, a buscar el gol con ilusiones y a sufrir si lo atacaban. Buscó con coraje, con el juego de Rakitic y la potencia del colombiano Carlos Bacca. Pero sufrió más de lo que gozó, porque el rival siempre tuvo un poco más de lucidez ofensiva.
Benfica puso garra y corazón. No se entregó y buscó la lucha franca. y Atacó, aunque los dos centrales sevillistas, ambos argentinos, lucieron fantásticos. Federico Fazio, a esta altura un emblema del Sevilla, descartado de manera inexplicable para jugar el mundial, tuvo un gran partido junto a su compatriota, Nicolás Pareja.
Cuando llegó la tanda de penales, la gente miró hacia las gradas. Allí estaba Palop, el arquero que fue héroe en la consagración de 2007. Y Beto lo emuló como en aquella jornada de Glasgow. Atajó dos penales, uno a Cardozo y otro a Rodrigo, quizás adelantandosé más de lo aconsejable, sobre todo en el primero. Y para Sevilla convirtieron Bacca, M’Bia, Coke y Gameiro. Así ganó el Sevilla su tercera Liga Europa.
Turín vivió una noche mágica. Un partido a todo ritmo, con dos contendientes que pelearon con sus armas. Benfica un poco mejor en el desarrollo, con ideas más claras en la ofensiva y varias situaciones propicias para convertir. Sevilla con el corazón en la mano, con el esfuerzo de sus muchachos y la fascinación que despierta una ciudad muy bella, que hace un culto de la gracia y el humor, y que siempre se guarda una esperanza para vivir.
El gigante europeo presenta sus credenciales. El equipo que siempre quiere ser candidato, los “inventores” del fútbol, del “fair play” y de la “media inglesa”. El conjunto que gritó un campeonato y desde aquel entonces espera repetir. Inglaterra comunicó su lista de 23 jugadores y aceleró la despedida de Ashley Cole, un lateral izquierdo de notables condiciones y tremendo oficio para el puesto, que no tendrá lugar en el equipo. Tampoco estará John Terry, zaguero del Chelsea.
La premisa es tener un equipo más joven. buscar la renovación desde la misma Copa del Mundo. Intentar que el seleccionado crezca junto a una nueva camada.
El equipo ha quedado conformado de la siguiente manera:
Arqueros: Joe Hart (Manchester City), Ben Foster (West Bromwich Albion) y Fraser Forster (Celtic).
Defensores: Leighton Baines (Everton), Gary Cahill (Chelsea), Phil Jagielka (Everton), Glen Johnson (Liverpool), Phil Jones (Man Utd), Luke Shaw (Southampton) y Chris Smalling (Man Utd).
Mediocampistas: Steven Gerrard (capitán, Liverpool), Ross Barkley (Everton), Jordan Henderson (Liverpool), Adam Lallana (Southampton), Frank Lampard (Chelsea), James Milner (Manchester City), Alex Oxlade-Chamberlain (Arsenal), Raheem Sterling (Liverpool) y Jack Wilshere (Arsenal).
Delanteros: Rickie Lambert (Southampton), Wayne Rooney (Manchester United), Daniel Sturridge (Liverpool) y Danny Welbeck (Manchester United).
Y siete jugadores que completan la lista de 30: Michael Carrick (Manchester United), Andy Carroll (West Ham United), Tom Cleverley (Manchester United), Jermain Defoe (Toronto FC), Jon Flanagan (Liverpool), John Ruddy (Norwich City) y John Stones (Everton).
Más allá de Cole, los nombres son los esperados: Hart, arquero de gran rendimiento. La experiencia de Cahill, de Steven Gerrard, Frank Lampard y Wayne Rooney. en ellos se apoyará Roy Hodgson, entrenador del seleccionado británico.
Como los soldados de un cambio de guardia, Muchos nombres han dejado su lugar en el seleccionado; “He tenido que tomar decisiones que no fueron fáciles: Espero que el equipo pueda justificarlas y no defraudar al pais”, señaló el entrenador.
No estarán los mencionados Cole, Terri ni el volante Michael Carrick ni el delantero Carroll. Pero Inglaterra confía en sus fuerzas. En su juventud y en el respaldo permanente de su público que, desde 1966, espera…
Hizo mucho ruido. Porque es el local, porque es el máximo favorito, porque la fiesta está preparada no sólo para ganar la sexta Copa del mundo, sino para borrar, de una vez y para siempre, la afrenta de 1950.
Brasil, a pesar de las críticas a la organización, de las manifestaciones de rechazo y de las campañas críticas, su pueblo futbolero tiene una expectativa desmesurada con su seleccionado y siente que debe, casi de modo obligado, ganar la Copa y vengar la enorme desilusión que todavía se recierda como el “Maracanazo”.
Luiz Felipe Scolari, un técnico de gran experiencia, que supo dirigir a Brasil para ganar la Copa del Mundo en Corea-Japón 2002, que realizó una excelente campaña con el seleccionado de Portugal en Alemania 2006, que tiene un reconocimiento mundial, se adelantó a todos, publicó su lista y se armó la polémica.
Primero se hizo hincapié en los ausentes. Ronaldinho, Kaká, Alexandre Pato, Miranda, Filipe Luis, Robinho, Rafinha. Nombres fuertes, rutilantes, de peso. Y, varios de ellos, con mucha historia ligada al entrenador. Kaká y Ronaldinho fueron Campeones con “Felipao” en 2002. Pero el DT aclaró en muchas oportunidades que la actualidad es la que determina la convocatoria de un futbolista, no la historia ni un pasado ilustre.
Entonces, la lista quedó confirmada de la siguiente manera:
Arqueros: Julio César (Toronto, Canadá), Jefferson (Botafogo, Brasil) y Víctor (Atlético Mineiro, Brasil).
Defensores: Daniel Alves (Barcelona, España), Maicon (Roma, Italia), Marcelo (Real Madrid, España), Maxwell y Thiago Silva (París Saint Germain, Francia), David Luiz (Chelsea, Inglaterra), Dante (Bayern Munich, Alemania) y Henrique (Napoli, Italia).
Mediocampistas: Luiz Gustavo (Wolfsburg, Alemania), Paulinho (Tottenham Hotspur, Inglaterra), Hernanes (Inter de Milán, Italia), Fernandinho (Manchester City, Inglaterra), Oscar, Ramires y Willian (Chelsea, Inglaterra).
Delanteros: Neymar (Barcelona, España), Fred (Fluminense, Brasil), Jô (Atlético Mineiro, Brasil), Hulk (Zenit, Rusia) y Bernard (Shakhtar Donetsk, Ucrania).
Una lista con algunas sorpresas, claro está, como suele suceder en cada nómina de los equipos más fuertes, de los más poderosos, de aquellos que generan expectativas. Casi una tradición, esas designaciones excluyen a varias figuras y presentan nombres inimaginados.En este caso, podemos hablar de Víctor, arquero de Atlético mineiro, Henrique, defensor de Nápoli y hasta Julio Cesar, que milita en la Liga de Estados Unidos. En cambio, jugadores como fred, Jo y bernard se ganaron su lugar tras una excelente Copa Confederaciones. ¿Faltará algún delantero? ¿Se extrañará a Ronaldinho, Kaká, Lucas Moura o Leandro Damiao?
Lo cierto es que generó revuelo. “En 2002 tuve que improvisar un poco porque sabía que no sería bien recibida la lista. Mi estrategia fue algo diferente que esta vez. En aquella ocasión incluso podía dar paseos por la noche. Sabía que habría a gente que no le agradaría la lista. Esta vez es distinto, no hay tanto ruido como en 2002 y ha sido más fácil construir el equipo”, señaló en conferencia apenas presentada la nómina.
Y agregó: “Los que están en la lista ya lo sabían, se los anticipé yo. Confío en ellos. Voy hasta el infierno con ellos”.
Pero no habría que subestimar a este “viejo zorro” del fútbol. Un hombre que tiene amplios conocimientos y suma galardones importantísimos en su mochila. Un hombre que decidió arriesgar. Y apostó fuerte. Para ganar la Copa del mundo, una empresa muy difícil, con muchos riesgos y presiones, “Felipao” armó su plantel, lo presentó y se adelantó a todos.