Frente a millones de pantallas de TV, a frente a miles de millones de personas repartidas por todo el planeta; ante la expectativa del mundo entero; de los ricos y de los pobres; millonarios de lujosas mansiones y humildes habitantes de barrios pobre…Ante los ojos del mundo, la final del Campeonato Mundial de la FIFA-Brasil 2014 dejó un rsultado que duele y lastima, pero que encierra una dosis de realismo con lo se plasmó en el campo de juego: Alemania fue un justo campeón, realizó una gran Copa y se lleva el premio mayor. La Argentina recuperó la dignidad deportiva y se lleva algo más que el segundo puesto.El primer tiempo fue bastante claro: Alemania al ataque, con la presión habitual en la mitad de la cancha a partir del despliegue de Schwensteinger, la movilidad de Ozil, la habilidad de Muller y todo lo que obliga Miloslav Klose. Con el aporte permanente de Philip Lahm, que produjo muchas llegadas a partir de sus escaladas por derecha, Alemania se hizo fuerte. Y se adueñó del control del partido. Sin embargo, la chance más clara la tuvo Argentina. Higuaín se encontró con un pase hacia atrás de un volante alemán y tan sorprendido se vió por esa habilitación que no pudo darle precisión a su remate. Se fue cerca del palo derecho de Neuer, y Argentina no pudo abrir el marcador.
Sobre el cierre del primer tiempo Alemania tuvo su oportunidad, pero el poste izquierdo de Romero se la negó.
Comenzó mejor Argentina en el complemento. No por el ingreso de Aguero por Lavezzi, ya que el “Pocho” había hecho un buen partido y el “Kun” no pudo alcanzar su mejor nivel. Sí porque Messi se paró en el medio, entró más en contacto con la pelota y la selección se adelantó diez metros en el campo. Salió de su encierro y equilibró la imagen del partido. Una entrada franca de Higuaín fue cortada por los puños de Neuer, aunque nos quedó la sensación de que el arquero alemán golpeó al delantero argentino. Un penal que el árbitro italiano no advirtió.
Se hizo un partido equilibrado. Los dos podían llevarse el triunfo, aunque se veía un poco más de resto físico en los alemanes; Romero, de todos modos, lucía muy seguro. Cuando se llegó al final, se empezó a jugar el partido de los nervios, el cansancio y las oportunidades a no desaprovechar.
Lo tuvo Schuerrle en un remate franco que Romero tapó muy bien; lo tuvo Palacio sólo ante el arquero, la quizo tirar por arriba y se le fue desviada…Hasta que a los ‘112 llegó la aceleración de Schuerrle por derecha, el desborde, la entrada solitaria de Gotze y el gol que abrió y cerró la cuenta.
Alemania se llevó la Copa del Mundo. Hizo un poquito más, tuvo más resto físico, y siempre tuvo en mente ir a abuscar el partido.
Argentina se queda con el segundo puesto. La plata, vale. Es una medalla. Un premio. Un reconocimiento. Se hizo un gran campeonato, puede ser el punto de partida para que nuestro bendito fútbol recupere el camino de gloria que supo construir.
Hernán O’Donnell